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Continúan las audiencias por la muerte de Emilia Uscamayta Curi. Acuerdos, corrupción y el entramado político entre el municipio platense y el empresariado de la noche.

Durante la jornada del 29 de junio, a partir de las 11 horas, se dio inicio a la segunda audiencia del juicio contra los responsables de la muerte de Emilia Uscamayta Curi, en la Sala 2 del Tribunal Oral Criminal N°3 de La Plata (ubicado en calle 8 entre 56 y 57), en la que están imputados los cuatro empresarios por “homicidio simple con dolo eventual”. 

Al igual que en la primera jornada, detrás de sus equipos de abogados y divididos en dos bloques, se ubicaron por un lado Carlos Bellone y Raúl “Peque” García, y por otro Santiago Piedrabuena y Gastón Haramboure, con actitudes y posturas muy parecidas a las de la primera jornada. Aunque cabe destacar que este último estuvo más relajado y en contacto con su familia, que se hallaba muy cerca de él. 

Por lo que respecta al resto de los actores presentes en la Sala 2, nuevamente estuvieron presentes los jueces del TOC N°3 Ernesto Eduardo Domenech, Santiago Paolini y Andrés Vitali; la Fiscal Dra. Silvina Langone, y el cuerpo de abogados de la familia Uscamayta Curi. Una vez se hallaron todos presentes en la sala, se dio inicio a la sesión con la entrada directa de los testigos a las 11:06.

Testigos 

En esta ocasión, la primera testigo fue Marina Buffone, pareja de Bellone, quien estuvo dentro de la casa ubicada en la quinta en la que se realizó la fiesta como acompañante de Bellone. “La fiesta no la organizaba Bellone. Había alquilado la quinta”, afirmó, y al igual que varios testigos, se desentendió sobre la cantidad de asistentes al evento: “no sabría decir si había 10, 100 o 100 mil personas”. 

Además, al comienzo de su testimonio reconoció que “Bellone fue al hospital” y que “la persona (Emilia) tenía pulso”, según le había llegado “por comentarios”. La desmemoria apareció también en esta segunda audiencia del Juicio: “no recuerdo la presencia de personal policial o de control urbano”, declaró.

La Fiscal Dra. Silvina Langone, con el acompañamiento de los abogados de la familia Uscamayta Curi, solicitó que le inicien acciones legales por el delito de falso testimonio por “omisiones” que quedaron evidenciadas cuando leyó las declaraciones del 2016 de la mujer. 

El 1 de enero de ese año, por la tarde, pocas horas después de la muerte de Emilia, ella había declarado ante la DDI que los organizadores de la fiesta eran Raúl García que “se dedica a organizar eventos” y se “encargó de las bebidas que se vendieron”, Gastón (Haramboure) “que venía arreglando hace una semana atrás con mi novio para que la fiesta salga bien”, y “otro sé que se llama Santiago o Santino”, haciendo alusión a Piedrabuena.

Langone continuó leyendo definiciones que ahora la testigo decía no recordar pero que fueron clave para la causa: “Supuestamente ellos se encargaron de traer gazebos, bancos y sillones para poner en el parque de la quinta y al lado de la pileta”. Buffone insistió en que no recordaba haber dicho eso porque “pasaron 7 años y medio”: recuerdo que “firmé y me quería ir a dormir”, explicó ante los jueces.

También dijo que no recordaba lo que ella misma había declarado ante la Fiscalía el 5 de enero de aquel año, cuando dijo que “no había guardavidas en el predio ni ambulancia en la puerta” y que “tenía entendido que eso lo tenían que traer Haramboure y Piedrabuena. Carlos Bellone iba a poner la quinta y le puso un seguro”. 

Por último, la Fiscal pidió a los jueces que se revise si está iniciada una investigación por posible omisión pública ante la falta de fojas en el expediente con declaraciones de Buffone de aquella fecha. El deber de cuidado de ese documento estaba a cargo del fiscal Álvaro Garganta, de la Fiscalía 11, quien estaba de turno cuando sucedió el hecho. Los jueces aseguraron que atenderán dicho pedido.

El segundo testigo fue Alberto Alvelo, quien estaba encargado del estacionamiento de los autos que asistían a la fiesta. “A mí me llamó García (“el Peque”) y era a quien conocía. En el momento en el que llegué al predio estaba García, el dueño de la quinta (Bellone), un DJ y un barman”, aseguró, y contabilizó que el estacionamiento estaba lleno, con una capacidad de entre 15 y 20 autos, y que afuera de la casa quinta los autos se estacionaban en la vía pública.

Al ser consultado, Alvelo detalló que le pagaron por su trabajo después de la fiesta, por la mañana, y que siempre era así, ya que había trabajado antes con García. Finalmente declaró que vio a muchas personas asistir caminando y que no vio ningún servicio médico, “no recuerdo”.

El tercer testigo fue Adrián Daniel Zamudio, quien era delegado municipal en Melchor Romero, donde se halla la casa quinta en donde se realizó la fiesta “La Frontera”. Además, vivía frente a dicha propiedad, por lo que estaba al tanto de las fiestas que se realizaban. En ese sentido, Zamudio rememoró que la quinta había sido alquilada antes del 1 de enero de 2016 a un grupo de estudiantes, y que ese evento había terminado con violencia, golpes y aventones de botellas.

Luego, en relación al evento del 1 de enero, el delegado municipal explicó que intentó organizar la suspensión del evento, ya que el comisario Verón le había hecho entender que no estaban dadas las condiciones para que suceda la fiesta, pero que necesitaban el apoyo de Control Urbano. “Me reuní con Control Urbano y me dijeron que necesitaban del comisario, así que logré juntar al comisario con una representante de Control Urbano que dijo que se pondría en contacto, pero eso nunca sucedió”.

En esa línea, Zamudio aseguró que existió una negligencia de la seguridad urbana en complot con el municipio. “Me dijeron que estaba arreglado de arriba, y que no se podía suspender, hubo un hermetismo en el manejo municipal, vos querías hablar y nadie te daba bola, de ahí en más ya me querían reemplazar. Juan Manuel Martínez Garmendia, integrante del equipo de Julio Garro dio vía libre para que la fiesta se haga igual”, sentenció.

Por otro lado, el delegado mencionó que incluso intentó dar de baja una página de Facebook por donde se publicitaba la fiesta, y que, tras la muerte de Emilia, le entregó al Fiscal Garganta “un drive” con las capturas de pantalla.

Zamudio declaró que después de la fiesta vio salir a Bellone de la quinta detrás de Control Urbano: “Me miró y se sonrió irónicamente como diciendo ‘viste que no pudiste hacer nada’”, concluyó.

El cuarto testigo fue Néstor Galarraga, supervisor del turno noche en Control Urbano de la Municipalidad de La Plata, con quien se dieron una serie de controversias y diálogos entre las defensas, y estiraron el testimonio a una hora de duración. Aseguró que el evento era peligroso “por la cantidad de personas que había”.

“Con respecto a esa fiesta fui yo quien hizo el acta de contravención por falta del permiso municipal del lugar, por vender alcohol y por no tener seguro”, relató y agregó: “al lugar fuimos en dos móviles, en uno iban el Director de Tránsito Walter Etchevest, el Director de Nocturnidad Gerardo Gioglio, y el Director General Emanuel Reyes”.

Seguido a ello, Galarraga explicó que el desalojo del lugar fue complicado porque “había tanta gente que se produjo un embotellamiento e íbamos a paso de hombre”. Luego, “Santiago Piedrabuena se presentó como uno de los organizadores que dialogó con Reyes, pero yo no pude escuchar nada porque el volumen estaba exageradamente alto”. El supervisor afirmó que Reyes tomó la decisión de que la fiesta siga y que le dijo que “no había apoyo policial”. 

“Apareció Bellone y nos invitó a pasar a una cocina de la casa junto a Gioglio, donde vimos un depósito de bebidas alcohólicas, hecho que fue directo al acta junto a la situación de venta de entradas, explicitada por el dueño”, describió en detalle el supervisor. 

Al ser consultado sobre la posibilidad de que Control Urbano sea quien corte la fiesta, Néstor dijo: “Con respecto a la organización tanto Bellone como Reyes me dijeron que Piedrabuena era quien organizaba la fiesta, y que ya lo conocía porque es un empresario de la nocturnidad”.

Cuando se le pidió describir el procedimiento general de inspección, mencionó que aún hoy “no hay plan o protocolo de suspensión de fiestas” y que “después de lo ocurrido con este tema también se pregunta si hay piletas en el lugar”. 

Por último, el quinto testigo fue Kevin Ogawa, quien era Subdelegado de Melchor Romero en ese entonces. Declaró que no tuvo participación en los sucesos y aclaró que solo podía dar constancia de que Zamudio había llamado para intentar evitar la fiesta. También afirmó que no había estado en las reuniones que, según sus propias declaraciones anteriores, sí había presenciado.

La fiscal Langone repasó el testimonio donde se contradecía con lo expuesto durante la jornada de este jueves: “Sé lo que ocurrió por lo que me contó el delegado municipal Adrián Daniel Zamudio. Lo que yo quiero declarar es que estuve en la reunión que se realizó con gente de Control Urbano en la Delegación donde trabajó. En esa reuniones, estuvieron los de Control Urbano Roberto Di Grazzia y Emanuel Reyes, ellos dos se comprometieron a que gente de Control Urbano iba a ir al lugar donde se va a hacer la fiesta y posteriormente clausurar el lugar y a su vez iban a necesitar apoyo de la policía para el operativo”, leyó de a declaración previa.

Así Ogawa decidió despegarse de la declaración que había realizado Zamudio, con quien había ido a testificar en conjunto al inicio de las investigaciones: “Yo no estuve en ninguna reunión, que es lo que dije cuando me vuelven a citar, que digo no, me retrotraigo, es un error de testimonio”.

A partir de aquí la fiscal llamó la atención de la situación por el cambio en las declaraciones, ante lo que el masculino se mostró cada vez más nervioso. Luego reconoció que fue a la Torre 1 en una ocasión a declarar, pero no sabe ante quién ni quién lo convocó, ni recuerda cómo era el edificio ni a qué unidad pertenece.

Testimonios claros, complicidad clara

En una grata diferencia con la primera jornada, en esta ocasión los diversos testigos que estuvieron presentes en el hecho otorgaron narraciones claves que demuestran tanto el entramado de la organización como el pacto de inacción que hubo entre distintos agentes municipales y gestores para que dicha fiesta, en clara imposibilidad de realizarse, siga adelante y concluya con la muerte de Emilia.

“Tenemos testimonios que demostraron el desastre en materia de organización en este evento clandestino”, dijo el abogado de la familia, Adrián Rodriguez Antinao, al finalizar la audiencia en la radio abierta que se estaba realizando en las puertas de Tribunales. También destacó “el empeño de la Dra Langone, que está trabajando codo a codo, dejando todo en la cancha para que se esclarezca este evento. Se vendrá otra jornada difícil”.

“Hay testigos que hablan y otros que dan ganas de abrazar” ,dijo el hermano de Emilia, Edgar Uscamayta Curi, y concluyó: “Se notó la complicidad política”.

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