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El nuevo informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos mostró que los alimentos y bebidas registraron un aumento de 5,9%. De esta manera en los primeros cuatro meses de 2022 los alimentos treparon 28%.
La inflación fue de 6% en abril según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Pese a mostrar una baja respecto de marzo, se mantuvo en niveles elevados y acumuló un 58% en los últimos 12 meses, una cifra récord desde 1992. Otro dato preocupante del documento es que la inflación núcleo se aceleró por tercer mes consecutivo para anotar un 6,7% pese a no tener en cuenta ni los segmentos regulados por el Gobierno, ni los factores estacionales.
La analista de Ecolatina, Agostina Myronec, recalcó que “la aceleración del Índice de Precios al Consumidor (IPC) núcleo tiene que ver con una mezcla de productos que incidieron, como alquileres, restaurantes o recreación y cultura”. Asimismo, las categorías de precios Estacionales y precios Regulados, aumentaron un 3,9% y 5,4%, respectivamente y mostraron una cierta reducción.
El IPC general tuvo varias divisiones con un aumento promedio elevado en Restaurantes y hoteles (pasó de 5,4% a 7,3%) y Salud, impulsado por las subas autorizadas en prepagas, que se elevó de 5% a 6,4%. Sin embargo, prendas de vestir y calzado lideraron los incrementos, con un salto mensual de 9,9%. Especialistas en el rubro destacan que la suba se da por problemas de oferta y falta de talleres para confección, recomposición de ganancias tras la crisis atravesada durante el macrismo y la pandemia, el cambio de temporada y restricciones a las importaciones; todo ello sumado a la inercia que atraviesan los precios de la economía.
El informe destacó que alimentos y bebidas fue, nuevamente, la división que más incidió en el avance del IPC. De acuerdo con los datos oficiales, este rubro tuvo un aumento significativo del 5,9%, algo menor al de febrero y marzo. Cabe destacar que los problemas en la cadena de suministros y la escalada en el precio de los commodities a nivel global (que comenzaron con la pandemia y se agravaron con el conflicto en Ucrania) repercute en la dinámica inflacionaria de Argentina. Los alimentos con la suba más alta en el Gran Buenos Aires fueron la harina de trigo (16,1%) y el aceite de girasol (13,5%), afectados por el salto en el valor mundial de los granos.
En este sentido un estudio hecho por los economistas Nicolás Bertholet, Gabriel Montes Rojas, y Fernando Toledo mostró, por ejemplo, que la suba del 10% en los precios internacionales de los alimentos agrega medio punto a la inflación de los 40 países analizados en el trabajo, en línea con los cálculos del FMI. Además resaltan que “el potencial efecto no es despreciable ante una súbita aceleración de los precios de los insumos energéticos o de los alimentos, bienes básicos para toda la economía”.
Myronec también alerto que “si bien los precios de los alimentos se desaceleraron en abril, se mantuvieron con cifras elevadas, que siguen siendo preocupantes en un contexto en el cual las canastas básicas ya treparon en el primer trimestre muy por encima de la inflación. Eso te marca lo que puede pasar con los niveles de pobreza e indigencia en el primer semestre”.
Por otro lado, el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), elaborado por el Banco Central (BCRA), señala que -en líneas generales- el sector privado espera una inflación de 5,6% para abril. Asimismo, las consultoras y entidades financieras que participaron del REM llevaron su pronóstico para el acumulado de 2022, desde el 59,2% hasta el 65,1%.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo en sus últimas declaraciones públicas que a la inflación “hay que atacarla con firmeza” y con un “programa económico consistente y creíble”. Sin embargo, pese a que en marzo los precios habían escalado 6,7%, su mayor marca mensual desde 2002. Con el número de abril ya publicado, en el primer cuatrimestre se observó un alza promedio acumulada de 23,1%, la más alta desde 1991.