El racismo como pilar del sistema mundo Modernidad

El racismo como pilar del sistema mundo Modernidad

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

“El colonialismo y el imperialismo no saldaron sus cuentas con nosotros cuando retiraron de nuestros territorios sus banderas y sus fuerzas policíacas. Durante siglos, los capitalistas se han comportado en el mundo subdesarrollado como verdaderos criminales de guerra. Las deportaciones, las matanzas, el trabajo forzado, la esclavitud han sido los principales medios utilizados por el capitalismo para aumentar sus reservas en oro y en diamantes, sus riquezas y para establecer su poder”.

Frantz Fanon

Podemos analizar que actualmente existe la necesidad de recuperar las utopías. Esos proyectos colectivos que nos hacen avanzar hacia la conquista de mejores condiciones de vida, en cumplir con sueños colectivos que nos hermanan y fortalecen como humanidad. Pues bueno, la lucha es parte de esos sueños.

En esta semana que concluye se convirtió en noticia el derrocamiento del presidente Mohamed Bazoum a manos de la -hasta entonces- Guardia Presidencial. El grupo rebelde anunció el pasado 26 de julio el derrocamiento del ahora ex mandatario y dos días después su jefe de seguridad, Omar Tchiani, se proclamó presidente de un “Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria”.

Este hecho provocó que Occidente pusiera el grito en el cielo y acto seguido, la maquinaria de prensa, comenzara el operativo de deslegitimación. Han dicho de todo menos “lindos” a los rebeldes. Lo que pocos han puesto sobre la palestra fueron las grandes movilizaciones de apoyo a tal decisión.

“Una lucha que moviliza todas las capas del pueblo, que expresa las intenciones y las impaciencias del pueblo, que no teme apoyarse casi exclusivamente en ese pueblo, es necesariamente victoriosa”

Frantz Fanon

El problema es que Níger, al igual que otros países africanos han sido históricamente saqueados por las potencias occidentales, sobre todo EEUU y Francia. Según datos de la Organización Mundial del Comercio, Nigel es un gran exportador de oro, uranio, torio y sus derivados, y aceites de petróleo (excepto los aceites crudos). Minerales e hidrocarburos que en su mayoría terminan en manos del gobierno o grandes multinacionales francesas.

Pese a este permanente saqueo, la falta de infraestructura del país provoca que la exportación de minerales e hidrocarburos sea deficitaria frente a las importaciones que debe afrontar el país. Producto de ello, la economía nigerina está basada en la agricultura de subsistencia: más del 90% de los empleos se encuentran en el sector rural, el cual constituye el 40% de la riqueza nacional. Gracias a esta expoliación, Níger es uno de los países más empobrecidos del planeta tierra, ocupando el puesto 167 de 169 según la clasificación del PNUD.

Ejemplo similar del saqueo colonial francés se da en Mali, un país con más de 860 minas de oro que produce unas 50 toneladas de este metal preciado y que sin embargo tiene 0 (cero) reservas en sus arcas. Todo ese oro termina en las bóvedas de los bancos franceses, país que ocupa el cuarto lugar mundial en reservas con un total de 2.436 toneladas.

No soy prisionero de la Historia. No tengo que buscar en ella el sentido de mi destino. Tengo que recordarme en todo momento que el verdadero salto consiste en introducir la invención en la existencia

Frantz Fanon

Sin embargo entre las explicaciones de por qué se dio el levantamiento y por qué tiene el apoyo popular no han sido expuestas. La colega Carmen Parejo Rondón lo explica muy claramente en un artículo publicado recientemente. Las explicaciones más conservadoras hablan de la barbarie africana, las más ilustradas que Vladimir Putin y Xi Jimping están detrás del golpe, dando a entender que los nigerinos son simples marionetas.

Lo realmente preocupante es que poco y nadie se detuvo en pensar desde África. Han sido lamentablemente escasos los analistas que se pusieron en los zapatos de esa nigerinas y nigerinos cansados de exportar millones y millones de dólares en minerales estratégicos para vivir en las condiciones que hace cientos de años, sin luz, sin cloacas, sin cientos de esos “lujos” que viven aquellos ciudadanos de las metrópolis a donde termina su oro, su uranio, su torio.

Y eso no es otra cosa que la muestra cabal de aquello que observaron con claridad meridiana analistas e investigadores de la corriente decolonial como Enrique Dussel o Ramón Grosfogel. El racismo es uno de los pilares de este sistema mundo llamado modernidad. No es sólo el capitalismo, esa es la vertiente económica. Junto con estos el patriarcado y el dualismo cartesiano completan el cuarteto de ejes rectores.

“El mundo colonizado es un mundo cortado en dos. La línea divisoria, la frontera está indicada por los cuarteles y las delegaciones de policía”

Frantz Fanon

Está claro que en medio de la tormenta las nigerinas y nigerinos opten por aliarse con quienes hoy le disputan la hegemonía a sus históricos verdugos, pero creer que son simples marionetas del poder no es otra cosa que reproducir el racismo que atraviesa a cada ser de este mundo. No porque todes seamos conscientes de tal hecho, sino porque es parte del sistema en el que vivimos.

Y esta forma de valorar, de analizar o de prejuzgar no es exclusiva o excluyente de lo que pasa en Níger. Se puede observar en cada uno de los hechos en los cuales los pueblos enfrentamos al poder constituido, dominante. Porque en occidente los chinos, al igual que otras culturas orientales, son representados siempre en el lugar de mafiosos (mafia china/ninjas/ladrones), o desde su milenaria (pero estanca) cultura; porque los rusos siempre están puestos en el lugar de mafiosos, de terroristas o de rivales a vencer como en Rocky. Ni hablar el lugar que dejan a los árabes o a los latinos.

Como decía el gran revolucionario Frantz Fanon: “Lógicamente no es posible someter a la servidumbre a los hombres sin inferiorizarlos parte por parte. Y el racismo no es más que la explicación emocional, afectiva, algunas veces intelectual, de esta inferiorización”.

Quizás, tan solo quizás, para comprender lo que sucede en otras partes del mundo el primer paso sea reconocer que estamos atravesados por ese racismo y que para revertirlo hay que asumirlo e intentar no reproducirlo. Quizás así empecemos a ser más solidarios con los pueblos que luchan por su libertad, por sus sueños, por sus utopías; que luchan por romper las cadenas que los oprimen, pese a que sus esclavizadores y saqueadores les disguste.

Parafraseando a Fanon, se podría afirmar que “la independencia no es una palabra que deba exorcizarse, sino una condición indispensable para la existencia de hombres y mujeres realmente liberados, es decir, dueños de todos los medios materiales que hacen posible la transformación radical de la sociedad”.

Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Arde Francia

Arde Francia

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

El régimen centroderechista de Emmanuel Macron en Francia ha engendrado una gran revuelta popular contra el decreto presidencial que habilita la polémica reforma previsional. Las calles de París se convirtieron en barricadas y escenario de salvaje represión policial. 

El jueves 16 de marzo el mandatario francés, Emmanuel Macron, aprobó la polémica reforma con la que eleva la edad de jubilación de los 62 a los 64 años, pasando por encima de la Asamblea Nacional. Esto generó que miles de personas se manifestaran en varios puntos de la capital francesa, París, incluso frente a la sede parlamentaria.

No se hizo esperar la salvaje represión de la policía parisina sobre los manifestantes que improvisaron barricadas callejeras para resistir los ataques de las fuerzas de seguridad. En la supuesta democracia civil y de “libertades” la policía lanzó gases lacrimógenos y usó cañones de agua contra la manifestación en la Plaza de la Concordia, en el centro de París, donde se congregaron al menos 7000 personas.

Asimismo, otras miles de personas se agolparon en las inmediaciones de la sede parlamentaria, donde incluso prendieron fuego mientras gritaban contra Macron y pedían iniciar una huelga general. La violación de los derechos humanos por parte de la policía se vio en todos los medios franceses que reportan más de 200 detenciones.

Como era de esperarse, los principales sindicatos franceses han anunciado una nueva gran jornada de paros y manifestaciones para el próximo jueves 23 de marzo, que se suma a las que vienen sucediendo en las últimas semanas para protestar contra esta reforma previsional. Partidos de izquierda buscan anular el decreto presidencial en la Asamblea Nacional y hasta se busca una moción de censura contra Macron. Por su parte, la líder de la ultraderecha francesa Marine Le Pen ha anunciado que activarán una votación contra el gobierno, ya que considera que está actuando contra la posición de la mayoría de los partidos que conforman el parlamento y, por extensión, contra los intereses de “una mayoría de franceses”.

¿Qué ha llevado al régimen de Macron a esta decisión tan impopular? Consciente de que más del 75% de los franceses consideraba inadmisible la imposición de su reforma jubilatoria mediante el uso del artículo 49.3 de la Constitución, que le permite adoptar una ley sin pasar por el Parlamento, el jefe del Estado —sin mayoría en la Asamblea— así lo decidió. 

El argumento de Macron y sus tecnócratas es totalmente matemático. La justificación de la reforma es garantizar el equilibrio financiero en el horizonte de 2030, ante el potencial déficit en los próximos años por el envejecimiento de la población, que supone un mayor número de jubilados y menos aportes.

El Consejo de Orientación de las Pensiones (COR, un órgano oficial consultivo) calcula que ahora y hasta el horizonte de 2027-2028, el déficit de ese régimen será de entre 9.000 y 11.000 millones de euros anuales, una cifra que aumentará a 16.000 para 2032. En términos relativos, eso significará un agujero de entre cinco y ocho décimas del PBI. Para compensar ese déficit, la principal medida consiste en retrasar progresivamente hasta 2030 la edad mínima de jubilación en dos años, de los 62 actuales a 64.

En paralelo, se acelerará el aumento de 42 a 43 años del periodo de aportes necesario para cobrar una pensión completa, un aumento que previsto en la reforma anterior, durante el mandato del presidente socialista François Hollande (2012-2017): se aplicará en 2027 y no en 2035. Lo que no cambiará con la ley adoptada por el Parlamento son los 67 años de máximo para tender derecho a una pensión completa si no se ha cubierto el periodo completo de cotización.

Lo que queda claro es que Macron aplica un ajuste fiscal gradual y ha tocado la caja de pensionados. No quiere que el Estado gaste más en el sistema previsional y recorta allí, acusando problemas financieros a largo plazo. La respuesta popular será grande, porque esto afecta al futuro de los actuales trabajadores. Además, Francia cuenta con una crisis laboral entre la franja etaria que va desde los 18 a 35 años. Macron no duda en aplicar ajustazo, pero va a tener que enfrentar una gran revuelta popular de los franceses. 


Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

África se cansa del paternalismo francés

África se cansa del paternalismo francés

TIEMPO DE LECTURA: 3 min.

Los pueblos africanos se están cansando del paternalismo neocolonial de Francia. El presidente francés Emmanuel Macron finalizó su gira africana durante la que visitó a Gabón, Angola, la República de Congo y la República Democrática del Congo, y dejó un sabor muy amargo.

En el marco de su gira por África, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, declaró este sábado 4 de marzo en Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo (RDC), que París sigue siendo aliado de este país centroafricano, si bien lamenta la incapacidad de las autoridades para restablecer la soberanía y la paz en la parte oriental desde el genocidio de 1994 en Ruanda, que limita con la RDC.

Esto generó un repudio del pueblo de la RDC y hasta el presidente del país, Felix Tshisekedi, reprochó ese mismo sábado a su homólogo francés la postura de París hacia el país africano e insistió en la necesidad de que sea tratado con respeto y no con un tono “paternalista”. 

“Mírenos de otra manera, respetándonos, considerándonos como verdaderos socios y no siempre con una mirada paternalista, con la idea de saber siempre lo que nos hace falta”, declaró Tshisekedi durante una rueda de prensa conjunta con Macron.

Los pueblos africanos parecen que andan cansados del neocolonialismo galo ya histórico sobre sus tierras. Un país que alza la voz es Burkina Faso y con fuerza. La tierra del gran Capitán Thomas Sankara, prócer del marxismo africano y mártir de la Revolución anticolonial, no duda en exigir que se marchen las tropas francesas. Con silbatos, pancartas, y banderas de Burkina Faso, manifestantes en motocicletas, en automóviles, en un portatanques, se dirigieron el domingo 5 de marzo último al campamento de Kamboinsé, donde hay una base militar francesa. El objetivo era exigir la salida de todas las fuerzas francesas presentes en suelo burkinés.

El gobierno del joven militar Ibrahim Traoré de Burkina Faso se ha unido siempre a este reclamo. Traoré dio un mes de plazo para la retirada del país de todo el personal militar del país europeo, tras denunciar un acuerdo de asistencia militar firmado en 1961 entre ambos países, durante la etapa colonial francesa. Francia y Estados Unidos acusan a Traoré de ser un aliado de los rusos y chinos. ¿Una nueva “guerra fría” por África?

Y lo mismo pasa en naciones como Chad, Mauritania, Mali, Senegal, República Centroafricana y Togo, todas ex colonias francesas. 

Francia tiene tropas a través de la Operación Barkhane que cuenta con 4.500 militares en bases situadas en Mali, Níger y Chad, con el objetivo de luchar contra los grupos yihadistas.  

Pero Francia tiene muchos intereses en África. Las antiguas colonias de París absorben un 5% de las exportaciones francesas, a la vez que compañías galas en el continente africano extraen las materias primas que se envían posteriormente a Europa. Y eso sin contar con los casi 300.000 nacionales franceses que viven repartidos por las varias decenas de territorios francófonos. Metales en la República Centroafricana; petróleo en Gabón; algodón y oro maliense; y uranio nigerino son algunos de los réditos económicos que Francia obtiene por la presencia de sus empresas en África. En este escenario, clave en la seguridad energética gala es la situación en Níger, donde la francesa Areva extrae entre un tercio y un 40% del uranio que utilizan las centrales nucleares francesas para producir dos tercios de la electricidad que consume el país. Por tanto, la ecuación es clara: una desestabilización de Níger puede suponer un serio reto para el suministro eléctrico en Francia.

Los pueblos de África no quieren más colonialismo ni neocolonialismo. Y lo hacen saber. Queman banderas de Francia y aplauden a Rusia y China. Se abre un nuevo frente de batalla ya viejo. 


Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Burkina Faso y el repudio a ser “patrio trasero” francés

Burkina Faso y el repudio a ser “patrio trasero” francés

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

El golpe de Estado ocurrido el viernes 30 de septiembre pasado es la segunda asonada militar ocurrida en ocho meses que sufre Burkina Faso. Un país que parece que está dando señales de que no se quiere más un “patio trasero” francés en África.

Los golpes de Estado en África han sido endémicos desde hace tiempo. Los militares siguen siendo actores políticos muy importantes. Los hay cipayones, pero también nacionalistas hartos de ser centuriones sometidos a designios de asesores militares de Occidente. En el tablero geopolítico también juegan a coquetear con Rusia y China para hacer enojar a Estados Unidos y la Unión Europea. Los casos son diversos, según los países. Pero el caso de Burkina Faso es interesante de analizar.

El golpe de Estado ocurrido el viernes 30 de octubre pasado que derrocó a Paul-Henri Damiba por su “gestión caótica” en seguridad, es la segunda asonada militar ocurrida en ocho meses en las tierras de Burkina Faso. Hay que recordar que Damiba llegó al poder tras derrocar al expresidente Roch Kaboré el 24 de enero de 2022. Todo un clímax.

A través de un comunicado leído ese viernes en la televisión pública RTB, militares, encabezados por el capitán Ibrahim Traoré, anunciaron la suspensión del Gobierno y la Constitución. Previamente, los militares habían tomado posición en puntos estratégicos en la capital de Burkina Faso, Uagadugú, que vivió una jornada de tiroteos y explosiones.

Manifestantes que apoyan a los militares golpistas de Burkina Faso que derricaron a Paul-Henri Damiba atacaron embajada francesa en la capital del país Uagadugú.

Burkina Faso es un caos desde 2015. Grupos yihadistas muy extraños atacan la zona norte del país y pretorianos franceses “ayudan” al país a combatirlos. Desde entonces han muerto miles de burkineses y el 10 % de la población ha huido de sus hogares, según reportes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Francia tomó como base militar a Burkina Faso para alimentar su “campaña antiterrorista” contra los yihadistas de Mali. Esto generó malestar en grupos de oficiales nacionalistas y en sectores políticos y sociales hartos de la tutela de facto de los galos. De hecho, el 1 de octubre se vieron ataques a la embajada francesa. Se produjeron en momentos en los que se están creciendo los sentimientos antifranceses en los países africanos donde Francia tiene una presencia militar para la llamada “misión antiterrorista”. En febrero, París anunció la retirada de las tropas francesa de Malí, país que acusa a París de entrenar a “grupos terroristas” activos allí.

Por su parte, el Ministerio de Exteriores francés y la embajada del país galo en Uagadugú rechazaron cualquier implicación en los acontecimientos vividos en Burkina Faso, así como las acusaciones de que París protegía al derrocado presidente.

El teniente coronel Paul-Henri Damiba fue destituido de sus funciones de presidente del Movimiento Patriótico para la Salvaguarda y la Restauración” (MPSR, órgano dirigente de la junta), declararon los militares en un comunicado leído por un capitán.
El nuevo hombre fuerte del país, designado presidente del MPSR, es ahora el capitán Ibrahim Traoré, que parece ser un nacionalista antigalo.

Algunos analistas alertan de una posible guerra civil en Burkina Faso entre nacionalistas y filofranceses. Las fuerzas militares están divididas en este sentido. Traoré parece ser el líder militar nacionalista antigalo y que no dudará en pedir alguna ayuda a Pekín o Moscú. Los militares nacionalistas que emergen saben de la geopolítica de hoy y jugarán fuerte. Lo cierto es que aparece un sentimiento de repudiar lo que ya se conoce como “repudio al patio trasero francés” en África.

Burkina Faso fue colonia de Francia desde fines del siglo XIX hasta 1960. Fue independizada bajo el nombre de Alto Volta y sufrió varios golpes de Estado con militares cipayos filogalos. Pero en 1983 hubo una asonada militar revolucionaria bajo el mando del Capitán Thomas Sankara, luchador marxista-leninista, que funda un gobierno popular socialista y es el que renombra al país como Burkina Faso, es decir, “la Tierra de los Hombres Íntegros”. Sankara es asesinado en 1987 y el gobierno socialista se derrumba con ayuda de Francia a militares cipayos. Pero parece que los galos ya no son bienvenidos y militares nacionalistas vuelven a la palestra. Queda ver cómo sigue esta historia.


Referencias
https://revistatrinchera.com/2020/10/15/el-recuerdo-de-sankara/
https://revistatrinchera.com/2022/02/19/francia-y-la-crisis-del-sahel-occidental/
https://revistatrinchera.com/2020/08/30/mali-entre-el-golpismo-y-los-separatismos-regionales/

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Emmanuel Macrón ganó el balotaje y fue reelecto presidente de Francia

Emmanuel Macrón ganó el balotaje y fue reelecto presidente de Francia

TIEMPO DE LECTURA: 2 min.

El mandatario galo se impuso con el 58% de los votos ante la candidata de ultra derecha, Marine Le Pen, quien aceptó la derrota pero no lo felicitó.

El presidente francés, Emanuel Macrón, aseguró su continuidad en el poder tras ganar -este domingo- la segunda vuelta de las elecciones generales. Se impuso con más de un 58% de los votos, a Marine Le Pen, cabeza del partido de ultra derecha.

La votación obtuvo una taza mayor de abstenciones y la ultra derecha sacó el porcentaje más alto en la historia pese a haber perdido. Este hecho le dio buenas sensaciones a Le Pen, quien aseguro que “los resultados muestran la tendencia que se viene no solo en Francia sino en Europa“.

Se estima que el porcentaje de gente que no fue a votar alcanza el 28% y es el más alto desde 1969 cuando la abstención llegó al 31%.

Luego de su victoria, el reelecto presidente sostuvo: “después de cinco años de transformación, de horas felices y difíciles (…) este 24 de abril de 2022, una mayoría ha tomado la decisión de confiar en mí. A partir de ahora, ya no soy el candidato de un grupo, sino el presidente de todos”. Los dichos fueron dirigidos principalmente a un amplio sector de la población muy disgustada con el mandatario en el último tiempo.

Por su parte, Marine Le Pen aseguró que “con más del 43% de los votos, el resultado de esta noche es en sí mismo una brillante victoria. Esta noche lanzamos la gran batalla electoral de las elecciones legislativas. Lideraré esta batalla, junto a Jordan Bardella, con todos aquellos que tuvieron la valentía de oponerse a Emmanuel Macron en la segunda vuelta. Con todos quienes tienen la nación clavada en el cuerpo

Francia y la crisis del Sahel occidental

Francia y la crisis del Sahel occidental

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Tras nueve años de presencia militar para luchar contra el “yihadismo”, Francia anunció el 17 de febrero último la retirada de sus tropas de Mali, una decisión que se preveía inminente ante la ruptura de relaciones entre París y la junta militar gobernante en el país africano. Antes, el 24 de enero pasado el ejército de Burkina Faso se ha hecho con el poder y derrocó al presidente del país, Roch Kaboré. ¿Pierde terreno Francia en el Sahel occidental?

El año 2022 empezó con todo en África. La región del Sahel occidental, en enero y en los albores de febrero ya tiene dos crisis. La del 24 de enero pasado fue la de un golpe militar en Burkina Faso, donde la guardia pretoriana del teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba puso fin al gobierno del alicaído Kaboré. Ahora, en este 17 de febrero pasado, Francia decide irse de Mali. La decisión fue plasmada en una declaración conjunta firmada por Francia, sus aliados europeos en la operación llamada Barkhane, Canadá y sus socios africanos en el Sahel y en el golfo de Guinea.

Tropas francesas en el Sahel africano.

“Ya no se dan las condiciones políticas, operativas y jurídicas para continuar de forma efectiva su actual compromiso militar en la lucha contra el terrorismo en Mali y, por tanto, hemos decidido iniciar la retirada coordinada”, declaró el gobierno de Emmanuel Macron.

El anuncio coincidió con una cumbre en Bruselas, capital del Reino de Bélgica y sede de líderes de la Unión Europea (UE), y la Unión Africana (UA), en esa ciudad europea, sobre una nueva relación con África, un continente rico en materias primas donde China, Rusia y Turquía también tienen sus intereses.

La idea llevaba varios meses barajándose ante el continuo deterioro de las relaciones entre Bamako y París, que también afectó a otros aliados europeos. Hay que recordar que Mali también fue protagonista de un golpismo en 2021. Pero debemos aclarar los tantos. En la noche del 24 de mayo de 2021 las Fuerzas Armadas de Malí capturaron al presidente Ba N’Daou,1 al primer ministro Moctar Ouane y al ministro de Defensa Souleymane Doucouré.​ Assimi Goita, el jefe de la junta que lideró el golpe de Estado de 2020, anunció que N’daw y Ouane fueron despojados de sus poderes y que se celebrarían nuevas elecciones en 2022. Es el tercer golpe de estado del país en diez años, después de los golpes militares de 2012 y 2020.

Mali y sus conflictos

Goita es el hombre fuerte del país decidió contratar a los paramilitares de la empresa rusa Wagner, acusada por Occidente de enviar “mercenarios” a países en conflicto con un modelo similar al usado años atrás por la estadounidense Blackwater. Los grupos “yihadistas” son facciones de los pueblos tuareg que buscan separarse de Mali. Este acercamiento a Rusia, sumado a la decisión Goita de quedarse en el poder al menos cinco años y no iniciar la prometida transición civil, provocó nuevos roces con Francia, pero también con socios europeos y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao).

Goita expulsó en octubre de 2020 al representante de la Cedeao por imponer sanciones al poder castrense, mientras que las hostilidades con los militares llevaron a Dinamarca y Suecia a retirar sus tropas de la fuerza especial europea Takuba, puesta en marcha para reducir el despliegue francés. Ante el riesgo de dejar la vía libre a Moscú en Mali y descuidar una región clave para contener el “yihadismo” y la inmigración hacia Europa, los miembros de Takuba, Reino Unido y Estados Unidos lograron un consenso sobre cómo continuar en la zona.

París prometió coordinar su retirada con la misión de la ONU (Minusma) y la de la Unión Europea (EUTM) en Mali, que seguirán beneficiándose de un apoyo aéreo y médico francés.

Militares golpistas toman el poder en Burkina Faso en enero de 2022.

Pero Francia no se va ir del Sahel occidental y de África occidental. París prevé proponer sus servicios a los países del Golfo de Guinea, como Costa de Marfil, Togo, Benín o Ghana, para ayudarlos a frenar la propagación del “yihadismo”.

Los galos no pueden darse el lujo de irse del todo. Les surgió otro problema en Burkina Faso. El mandatario derrocado Kaboré se había enfrentado a un creciente descontento por su fracaso en detener una “insurgencia islamista”. El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el golpe y pidió a los militares que “garanticen la protección y la integridad física” de Kaboré. Desde 2015, el país ha estado luchando contra esa misteriosa “insurgencia islamista” asociada a Al Qaeda y el Daesh (que tiene sus grupos en gran parte de África subsahariana y saheliana) que se extendió desde el vecino Mali. Esto ha alimentado la ira de los militares y ha dañado la otrora importante industria turística. Francia teme que los pretorianos de Burkina Faso se unan a Mali y se hagan socios de Rusia o China.

Francia viene teniendo acciones flojas en sus ex colonias. Burkina Faso, una antigua colonia francesa, ha sufrido una inestabilidad crónica desde que obtuvo la independencia en 1960, incluidos varios golpes de Estado. El nombre del país, que significa “tierra de los hombres honestos”, fue elegido por el militar revolucionario Thomas Sankara, quien tomó el poder en 1983. Fue derrocado y asesinado en 1987. Mali también fue colonia de Francia y también se independizó en 1960. Luego vino un historial de militarismo y desestabilización. Francia ha generado fricciones para dominar en el siglo XXI con el invento de luchar contra el “mal yihadista”.

¿Francia pierde terreno neocolonial en África occidental y el Sahel ante rusos y chinos? No es un terreno fácil y los pretorianos antes entrenados por los galos neocolonialistas ahora parece que adoptaron un nacionalismo favorable a hacer negocios con Moscú y Pekín. Todo un clímax. Durante el último año, varias naciones africanas han sufrido golpes de Estado. Entre ellas han estado Chad, Guinea, Mali y Sudán. Excepto Sudán, todas esas naciones fueron colonias del ex Sudán francés en la era imperialista de fines del siglo XIX.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

En el mundo también pasaron cosas

En el mundo también pasaron cosas

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

A mediados de septiembre, el presidente francés Emmanuel Macron se desayunaba que ya no vendería a Australia una docena de submarinos de producción gala dado que el país de los canguros había firmado un tratado de cooperación militar con sus socios británicos y norteamericanos.

Lejos de significar un enojo por la pérdida de una venta de más de 90 mil millones de dólares, este acontecimiento marcaba que Francia ya no era considerado un actor de relevancia en la estrategia de Estados Unidos.

El hecho es que la alianza anglosajona da cuenta de que Europa, casi en su conjunto, ya no es un actor de relevancia para la estrategia global del, hasta ahora, hegemón mundial. Y decimos casi porque solo Alemania está contemplada a priori como uno de los posibles países que se acoplen a la llamada alianza de espionaje “Cinco Ojos” (The Five Eyes). Una organización explícitamente llamada al espionaje masivo de las comunicaciones internacionales.

La nueva alianza entre Australia, Gran Bretaña y EEUU (AUKUS por sus siglas en inglés) está llamando a la contención de China en la región indopacífica. Europa pasa a un segundo plano y el grupo de países del grupo llamado Quad (EEUU y Gran Bretaña secundados por Australia, India y Japón) se eleva al podio ¿para preparar una futura guerra contra el gigante asiático?.

Más allá del malestar galo y las expresiones de solidaridad del bloque europeo, es claro que Bruselas quedó fuera de jugada. Creyeron que lamiendo la bota de Washington lograrían revertir la quebrantada relación luego del paso de Trump, pero lejos de que esto suceda, los gringos los dejaron pagando. Impusieron a la Unión Europea frenar los acuerdos comerciales con China y les pagaron bajándoles el precio.

Si se mira esta jugada desde un mapamundi, los países secundantes de la alianza Quad (Japón, Australia y la India) forman una especie de “V” que marca el triángulo de contención sobre el indopacífico, lugar estratégico al que EEUU parece direccionar muchos de sus cañones.

Si se continúa una línea imaginaria desde la India hasta Gran Bretaña, lo resultante es que gran parte del territorio oriental a ella parece la parte europea sacrificable para la estrategia de contención de los anglosajones. ¿Será por ello que tanto Francia como Borrell insistían en la necesidad de crear un ejército europeo propio? Pese a las declaraciones, ¿se animará el bloque a romper con Estados Unidos ante semejante burla?

Pero la traza de este bloque no solo está asociado a la UE. ¿Cuántos golpes de Estado hubo en los últimos meses en África? ¿Es mera casualidad que estos hechos se dieran luego de la retirada de EEUU de Afganistán y de estar dando muestras de no querer seguir entrampado en guerras eternas? ¿Serán la República Popular Democrática de Corea y Taiwán las fichas predilectas del nuevo bloque anglosajón?

Nuevamente mirando el mapa, esa línea paralela entre Australia, India y Gran Bretaña podría significar la intención de las potencias anglosajonas (sobre todo EEUU) de recuperar terreno en los continentes africano y nuestroamericano. Lo hemos analizado en otras oportunidades: tanto China como Rusia han comenzado a jugar cada vez más fuerte tanto en África como en Medio Oriente y en Nuestra América y el Caribe, y la supervivencia de EEUU como potencia global depende del control sobre todo de nuestro continente.

¿Será por ello que los gringos enviaron al títere Lacalle Pou y al hijo del secretario del dictador paraguayo Alfredo Stroessner a despotricar contra Cuba, Nicaragua y Venezuela a la VI Cumbre de la CELAC? Allí los norteamericanos también sufrieron algunos reveces: Nicolás Maduro participó presencialmente del encuentro en México pese a las presiones para que no lo hiciera, la declaración final del encuentro abogó directa o indirectamente por el fin del Bloqueo contra Cuba y las sanciones unilaterales a ésta, a Venezuela y a Nicaragua; además de contar con la participación de Xi Jimping por invitación de Andrés Manuel López Obrador.

Entre tanto, en la CELAC y en la ONU (porque aunque en Argentina no se haya hablado mucho del tema sucedieron ambas Cumbres) Venezuela continuó denunciando la guerra multidimensional que EEUU lleva adelante contra la nación bolivariana.

En cuanto a la CELAC, las novedades no solo estuvieron marcadas por el faltazo de Duque (que mientras tanto se juntaba con el mandamás del Comando Sur que visitó Colombia) y Bolsonaro, por los desplantes de Uruguay y Paraguay contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, los reveces cubano y venezolano contra éstos, sino también por el intríngulis entre la Nicaragua Sandinista y el papelón argentino.

Nicaragua se despachó contra nuestro país, calificando al gobierno de Alberto Fernández como peón del imperialismo norteamericano, en tanto el ahora ex Canciller, Felipe Solá, se anotició en pleno viaje, en su escala en El Salvador, que ya no era el responsable de la Cancillería Argentina y, molesto por el hecho, decidió volverse.

Mientras tanto en la ONU, Alberto tiró una de cal y otra de arena: por un lado, volvió a ratificar el trabajo argentino contra el “terrorismo” (agenda gringa si las hay) al tiempo que hizo un llamado a la República Islámica de Irán para que coopere en el esclarecimiento de lo sucedido en la AMIA. Por el otro, se despachó contra el FMI al hablar de “deudicidio”, abriendo la puerta a que efectivamente se consolide una investigación sobre el escandaloso endeudamiento otorgado por la entidad durante la presidencia de Macri. Además, nuevamente instó a la ONU a que haga los esfuerzos necesario para que Gran Bretaña se vuelva a sentar a la mesa de debate respecto a la ocupación en Malvinas.

Claramente lo que el pueblo argentino se juega en las elecciones de noviembre no es solamente el partido doméstico, también está en juego el lugar que tenga nuestro país en las aspiraciones de integración regional y de reformulación de las relaciones internacionales, apostando por el multilateralismo y la solidaridad en detrimento de las aspiraciones norteamericanas de continuar siendo el mandamás del mundo.

En el cortísimo plazo, el gobierno argentino tiene el desafío histórico de recomponer la esperanza en un pueblo que hace algunas semanas le dijo con contundencia “por acá no”, al mismo tiempo que continúa las conversaciones con el FMI y reevalua sus orientaciones geopolíticas para poder aportar en la reconstitución de una Patria Grande unida, donde ningún país del continente lo vete calificándolo de peón del imperio.

A mediano y largo plazo, las discusiones se vuelven más complejas, y coincidiendo con los interrogantes planteados por el profesor en geopolítica Adolfo Koutoudjian, lo que Argentina debe evaluar es si efectivamente tiene una visión geopolítica concreta o si se van tapando parches a medida que aparecen los agujeros. El futuro de nuestro pueblo dependerá de hacia dónde vaya la respuesta.

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Yibuti, el pequeño país africano codiciado por las potencias

Yibuti, el pequeño país africano codiciado por las potencias

TIEMPO DE LECTURA: 8 min.

Yibuti, el pequeño estado africano oriental, de casi 950 mil habitantes, ha sido noticia dentro del concierto internacional en la disputa entre Estados Unidos y la República Popular China. No muchos medios en el mundo le prestaron atención, pero en Yibuti la rivalidad sino-estadounidense se da en un país de tan solo 21.783 kilómetros cuadrados.

El pasado 21 de abril Washington pegó el grito en el cielo. “La base naval de China en Yibuti, noreste de África, es ahora lo suficientemente grande como para albergar portaviones”, según el jefe del Comando África de EE.UU. (AFRICOM), el general Stephen Townsend, citado por el periódico militar estadounidense Stars and Stripes. Pekín abrió en el 2017 su base en Yibuti y desde entonces ha aumentado su presencia, operando a solo unos 11 kilómetros del Camp Lemonnier, el centro operativo del ejército estadounidense en el Cuerno de África Oriental.

Bases militares foráneas en Yibuti

Yibuti es de suma importancia estratégica pese a su pequeñez. Es que está ubicado en las costas del Mar Rojo y el Golfo de Adén, y ha albergado durante mucho tiempo a varios ejércitos extranjeros. Francia, Italia y Japón se encuentran entre los países con pequeños puestos de avanzada en esa nación africana. También los saudíes. Yibuti no tiene drama en seguir alquilando y ofreció también a neerlandenses, belgas, españoles y británicos a invertir en la construcción de bases militares.

Allí gobierna el excéntrico Ismail Omar Guelleh, que es el segundo presidente en la historia de Yibuti. Logró hacerse con el poder en 1999 y desde entonces es el hombre fuerte de la nación. Lo loco de todo esto es que nació en el sur de Etiopía, cerca de la zona del Ogadén, donde vive la etnina somalí de los Issas. Pero, además posee nacionalidad francesa y es un políglota, ya que habla el idioma galo, el somalí, el árabe, el ahmárico etíope e italiano.

China tiene muchos intereses en tener una base militar en Yibuti.

La biografía de Guelleh es una muestra de la historia reciente independentista de Yibuti. Desde tiempos inmemoriales, habitan los grupos étnicos, como los Issas, los Afars y los Gazza. Tiempo después llegaron los árabes desde el Yemen. El Islam se consolidó hacia el siglo XI y fue parte de diversos sultanatos musulmanes. También fue codiciado por los turcos otomanos, que en el siglo XIX rivalizaron con los intereses franceses, italianos y británicos por Yibuti. Desde 1859 los franceses lograron su poder y apoyaron a los reyezuelos nómadas musulmanes tanto de los Issas como de los Afars (rivales históricos) para establecer una factoría comercial, muy cerca del Golfo de Adén y del Egipto aliado a los británicos. En 1897 finalmente establecieron su colonia en Yibuti, a la que llamaron Somalilandia o Territorio Francés de los Afars y los Issas. Italianos y británicos se quedaron con el resto de la gran Somalia. Los turcos otomanos fueron desalojados.

El 27 de junio de 1977 Francia le otorga la independencia a Yibuti, bajo el liderazdo del somalí Issas Hassan Gouled Aptidon, un “afrancesado”, y tío de Guelleh. Pero Aptidon no era de Yibuti, sino que nació al norte de la Somalia británica en 1916 y cuando fue gobernante en el nuevo país de adopción estuvo presionado por el régimen de Siad Barré de la República Popular Democrática de Somalia. El extraño coronel marxista Barré quería anexionarse Yibuti, pero cuando en 1978 perdió la guerra del Ogadén contra la Etiopía del marxista Mengistu el Rojo (este apoyado por tropas cubanas y suryemeníes), las intenciones de quedarse con Yibuti se terminaron. Además, Francia custodió a su ex colonia. De hecho, tropas galas no se retiraron del todo.

El presidente Ismail Omar Guelleh con el mandatario chino Xi Jinping

Ahora, la cuestión es otra. Luego de ser país aliado a Occidente en la Guerra Fría, en estos tiempos se ha convertido en una especie de patio de alquiler para muchas bases militares extranjeras. Guelleh no se hace problemas con dejar que su país sea como una especie de garaje para bases militares foráneas.

Yibuti alberga bases militares de Francia, Italia, Estados Unidos, Japón y la inaugurada en julio de 2017 por Pekín. Arabia Saudí también está construyendo la que, como en el caso chino y nipón, será su única instalación militar permanente en el extranjero. Las tropas estadounidenses llegaron, a la que es su única base militar en África, tras el 11 de septiembre de 2001. El ex mandatario Barack Hussein Obama II renovó el acuerdo en su segundo mandato (2013-2017) a razón de 63 millones de dólares anuales. Localizada junto al aeropuerto principal del país, Camp Lemonnier tiene capacidad para alojar a 6000 marines y una nueva instalación para drones. El ejército francés, que nunca llegó a abandonar su excolonia, tiene en Yibuti su mayor base en el extranjero, con 1900 militares. Es que su proximidad a zonas de conflicto como el Sahel, Somalia o Yemen es otro de los motivos por los que la presencia extranjera es tan numerosa.

Guelleh junto al mandatario francés Emmanuel Macron

También hay presencia militar española en Yibuti, en el marco de la “Operación Atalanta”, lanzada por la Unión Europea en 2008 para luchar contra la “piratería somalí”, y actualmente comandada por el Reino de España. En la misión participan militares británicos, alemanes, belgas, holandeses o portugueses. En los últimos años, nuevas formas de cooperación entre distintos estados y organizaciones en materia de seguridad marítima se han estrenado en Yibuti con “buenos resultados”. La misión europea ha podido coexistir y cooperar con una lanzada por la OTAN en la región y con las labores de vigilancia ejercidas por las potencias militares con bases en el terreno.

Por su parte, los intereses de Pekín en Yibuti no se limitan al ámbito militar, sino que ha invertido miles de millones de dólares en financiar la construcción del puerto de Dolareh (adyacente a su base militar), un aeropuerto, una planta de licuefacción, gasoductos, oleoductos o la línea ferroviaria que ha conectado Yibuti (su capital homónima) con Etiopía, el segundo país más poblado del continente, que perdió su salida al mar tras la secesión de Eritrea en 1993. Más del 95% de las exportaciones e importaciones etíopes pasan por el puerto de Yibuti.

Guelleh y Barack Obama en la Casa Blanca, en 2014

Los saudíes no se quedaron atrás. Arabia Saudí acordó ya en 2016 la construcción de su primera base permanente en el extranjero. Los rebeldes shiítas Houthi del Yemen(acusados por Riad y Occidente de ser un “grupo terrorista” financiado por la República Islámica de Irán) , objetivo principal de la coalición liderada por Riad en su país vecino de la Península Arábiga, han logrado en varias ocasiones atacar a navíos saudíes y emiratíes mientras cruzaban frente el estrecho de 32 kilómetros que separa el sur de Yemen de Yibuti. En 2017-2018 se instaló el ejército saudí (el segundo del mundo que invierte más en armamento) en Yemen. Esto le dio la posibilidad de reducir significativamente el vuelo de sus aviones militares hasta sus objetivos en Yemen, al tiempo que podrá frenar el envío de armas a los rebeldes Houthi shiítas desde la costa somalí.

Ahora bien, para Guelleh, esta entrega de soberanía es negocio para su familia (elite tradicional de los Issas en el pequeño país) y los “comerciantes árabes” de Yibuti. Más de la mitad de los empleos de Yibuti están relacionados con el tráfico marítimo de mercancías, y los ingresos que generan el puerto y las bases militares extranjeras suman en torno al 80% del PIB. La gran burguesía yibuti de los Issas ha dejado afuera a los pastores Afars y Gazza, que engrosan las filas del proletariado local, empobrecido y marginado de la política local.

La etnia de los Afars de Yibuti, que es marginada por el clan somalí de los Issas, al cual pertenece el poderoso presidente Guelleh de Yibuti.

Guelleh y los Issas controlan al país como si fuesen un pequeño sultanato. La economía de esta familia se ha confundido con la del país y crece a buen ritmo. Pero no es capaz de redistribuir la riqueza ni reducir el desorbitante desempleo juvenil entre los Afars y los Gazza. Guelleh se alió con los “árabes afrancesados” y cumple su cuarto mandato. El caciquisimo de los Issas en Yibuti todavía permite controlar a un electorado tan minúsculo, y la oposición es silenciada y fragmentada constantemente. Con tanta presencia extranjera en el país, la estabilidad es lo único que importa en la comunidad internacional. Guelleh sabe que lo van a defender los yanquis, los chinos, los saudíes, etc. El negocio familiar está intacto y Yibuti parece ser la zona clave para controlar gran parte de la geopolítica mundial del siglo XXI.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Idriss Déby, el legado de un siervo occidental en Chad

Idriss Déby, el legado de un siervo occidental en Chad

TIEMPO DE LECTURA: 8 min.

No todos los días se muere un presidente en un país. Pero África nos viene dando noticias del fallecimiento de viejos líderes. Ha pasado en Tanzania con el ex mandatario John Magufuli, quien falleció el pasado 17 de marzo y que se hizo famoso por ser un negador de la realidad del covid-19 en su nación. Fue sucedido por Samia Suluhu, quien era su vicepresidente, convirtiéndose en la primera mujer en comandar los destinos de Tanzania. Pero en la República del Chad las cosas son bien distintas. Murió un viejo líder filo-occidental, que había surgido de un golpe de Estado en 1990, tras derrocar a otro dictador, el genocida Hissene Habré (quien gobernó con mano de hierro entre 1982 y 1990).

Según las autoridades del Chad, Idriss Déby, el “dictador afrancesado”, murió en combate contra los rebeldes del norte nucleados en el Frente por la Alternancia y la Concordia en Chad (FACT, en sus siglas en francés), procedentes de Libia. Estos realizaron una incursión más en territorio nacional chadiano con la intención de derrocar a Déby.

La muerte de Déby se anunció después de que la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) proclamase anoche los resultados provisionales de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 11 de abril, que le dieron la victoria con el 79,32 % de los votos. La oposición civil no armada denunció fraude, pero quedaron impactados ante la muerte del dictador. Sobre todo porque los militares se hicieron con el poder, pero con otros Déby, es decir, con el hijo del dictador asesinado, Mahamat Idriss Déby Itno, de tan solo 38 años, y que era el jefe de la Guardia Nacional del Chad, el verdadero poder en el país. Esta guardia pretoriana de la familia Déby Itno, llamó a suspender todo republicanismo posible. Un “consejo militar de transición” se ha puesto en marcha, dirigido por el joven general Mahamat Idriss Déby, para los próximos 18 meses y se han disuelto la Constitución, el Gobierno y el Parlamento, según informaron medios locales.

La industria petrolera es la base de la economía para la dictados de los Déby Itno y los franceses.

Chad es un caos desde hace tiempo. Ya hay clima de guerra civil, en un país de casi más de 15 millones de habitantes, y con unas 200 etnias rivales entre sí. Los “árabes afrancesados” son los que dominan el país históricamente, grupo al cual pertenece la familia Déby Itno, pero que tienen su cuartel general en Yamena, la ciudad capital chadiana. El 13 de abril, el FACT aseguró controlar la provincia de Tibesti, en el extremo norte del país y el día 18 confirmaron que habían procedido a la “liberación” de la histórica provincia de Kanem, al oeste del país y fronteriza con Níger. Por su parte, el Ejército nacional desmintió los hechos y anunció que más de 300 rebeldes habían sido asesinados y más de 150 detenidos durante los combates en Kanem.

Los verdugos de los Déby Itno son grupos bereberes del norte que están emparentados con las etnias del sur de Libia y también con los conocidos Tuareg de la zona del Sahel. El FACT es un grupo político-militar chadiano compuesto por unos 3000 combatientes, principalmente por jóvenes de la etnia Gorane (la misma del ex dictador chadiano Hissene Habré). El FACT, que tiene sede en Libia, fue creado en abril de 2016 en Tanoua (extremo norte de Chad) durante una escisión de la Unión de Fuerzas para la Democracia y el Desarrollo (UFDD), liderada por Mahamat Nouri, opositor a los Déby Itno.

A todo este panorama crítico hay que sumarle lo del covid-19 en Chad. El país tiene casi 4700 casos. Se encuentra entre los países con menor tasa de enfermos confirmados del mundo. En este momento hay 169 personas fallecidas por coronavirus. Para interpretar estos datos, conviene saber que Chad, con 15.946.876 de habitantes, puede considerarse un país intermedio en cuanto a población.

Mapa de Chad 🇹🇩

La humanidad tiene en el Chad una remota y variada historia, como atestiguan los hallazgos de los huesos del Chadanthropus y el Sahelanthropus tchadensis, y las pinturas rupestres de las montañas septentrionales. Luego de formarse grupos pastoriles nómadas, también se fundaron sendas ciudades que vivían del comercio transahariano con los árabes musulmanes. Desde el 700 hasta el siglo XIX se fundaron reinos e imperios, siendo los más famosos los de Kanem-Bornu, Baguirmi y el de Wadai. Hacia fines del siglo XIX las potencias occidentales se disputaban el Chad, por la ruta comercial que conecta el Magreb con África Subsahariana septentrional. Finalmente, en abril del año 1900 los franceses se apoderaron del Chad y la convirtieron en colonia, favoreciendo a los “árabes afrancesados” (Zaghawa) y dejando de lado a los grupos históricos Sao, Sara, Tuareg del Norte y Gorane. Recién en 1914 los franceses pudieron controlar toda Chad al reprimir con dureza a los grupos anticoloniales nativos y con ayuda de los “árabes afrancesados”, que se convirtieron en una elite comercial poderosa.

El 11 de abril de 1960 los franceses le dieron la independencia a los chadianos, pero dándole poder a los aliados “árabes afrancesados”. Esto generó guerras civiles por doquier y las luchas interétnicas históricas entre Sao, Sara, Gorane y Tuareg del Norte. También estaban los Kanem y los Baguirmi, que buscaban derechos políticos. En 1982 tomó el poder Habré, representando a los pastoralistas Gorane, ganando terreno frente a los “árabes afrancesados”. Hasta 1990 Habré desató una persecución feroz contra toda etnia rival y, sobre todo, contra los “árabes afrancesados”, levantando banderas raciológicas que derivaron en un genocidio. Asesinatos masivos, desapariciones forzadas, torturas, campos de concentración, violaciones y esclavitud sexual fueron moneda corriente en el régimen de Habré.

Estados Unidos apoyó a Habré, mientras Francia no estaba del todo contenta con financiarlo del todo, ya que quería seguir teniendo a aliados a los “árabes afrancesados”. Para diciembre de 1980 Libia había ocupado exitosamente el norte de Chad para apoyar a los rebeldes Tuareg del Norte, y Mahatma Oueddei fue nombrado presidente. Buscando la reconciliación nacional, Oueddei nombró a Habré como Ministro de Defensa, no obstante, molesto por la influencia libia en Chad, este último consiguió apoyo de Estados Unidos para expulsar a las fuerzas libias de su país y derrocar a Oueddei en 1982.  París cambió de opinión, cuando en 1984-1985 grupos guerrilleros marxistas, apoyados por la Burkina Faso del Capitán Thomas Sankara, estaban a punto de tomar el poder en Chad. Washington y París unieron sus fuerzas para apoyar a Habré y financiaron sus fuerzas armadas para la lucha “anticomunista”. Habré tuvo vía libre para el genocidio y por ello le valió el apodo del “Pinochet africano”.  Se estima que durante su mandato más de 40.000 personas, principalmente marxistas, fueron masacradas y otros cientos de miles de disidentes torturados y asesinados.

Para 1983 las tropas libias habían sido expulsadas de Chad, a excepción de unos territorios al norte, donde los rebeldes Tuareg seguían activos, y tomando posiciones más islamistas yihadistas. Para 1987, los efectivos libios fueron expulsados de Chad y la guerra terminó. No obstante, su victoria significó el fin de la ayuda occidental, y la situación política de Habré se volvió frágil. Esto fue aprovechado por el grupo étnico Zaghawa, los “árabes afrancesados”, y el 1º de diciembre de 1990 Idriss Déby Itno, un general Zaghawa, lo depuso. Habré huyó a Senegal y Déby se proclamó presidente. Comenzaba una nueva dictadura.

Rebeldes del norte de Chad que combaten contra la dictadura de los Déby Itno.

Los negocios petroleros en Chad fueron vitales para el nuevo régimen. Corporaciones estadounidenses, francesas, neerlandesas y belgas invirtieron en la explotación de petróleo del oeste del país, cerca de Darfur, frontera con Sudán, y apoyaron a Idriss Déby Itno. Los “árabes afrancesados” dominaron la escena política y comercial  del país, generando nuevas rivalidades internas. La industria del algodón, famosa en el país por exportar a Occidente, quedó en manos de los Zaghawa y de la familia presidencial de Idriss Déby Itno.

En enero de 2013, Chad envió tropas al norte de Malí para participar en la “Operación Serval”.​ Idriss Déby luego describió lo que está sucediendo en el norte de Malí. Esta acción en Malí, o en la República Centroafricana y Nigeria contra Boko Haram, le valió a Idriss Déby un fuerte apoyo de Francia y Estados Unidos. En 2016 el Banco Mundial da un préstamo de 222 millones de dólares para un proyecto considerado polémico para bombear petróleo en Chad y enviarlo por tubería a Camerún. Mientras tanto, su régimen perseguía a opositores civiles y entabló una guerra sin cuartel contra los rebeldes del FACT.

Antes de su muerte, Déby se enfrentaba a un creciente descontento público por su gestión de la riqueza petrolífera de Chad y a la represión contra sus opositores. Sin embargo, en los resultados electorales anunciados el lunes 19 de abril último, Déby obtuvo el 79% de los votos. “Sé de antemano que voy a ganar, como he hecho en los últimos 30 años”, dijo el presidente antes de las elecciones.

Pero su muerte es un golpe para Francia, que consideraba a Déby como un importante aliado en la lucha contra el llamado “extremismo islámico” en África. De hecho, el país europeo había basado sus “operaciones antiterroristas” en el Sahel en la capital chadiana, Yamena.

Los franceses van a seguir apoyando a los Déby Itno, garantes de las riquezas petroleras para Occidente. Pero los grupos rebeldes del Norte no se rinden y están surgiendo nuevas facciones guerrilleras entre los Sao, los Sara y los Gorane, ya que no tienen derechos políticos posibles. Mucho menos ahora, con este “gobierno de transición” a manos de Mahatma Idriss Déby, conocido como el “Baby Doc” del Chad, o el “Carnicero de Yamena”.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

1