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El golpe de Estado ocurrido el viernes 30 de septiembre pasado es la segunda asonada militar ocurrida en ocho meses que sufre Burkina Faso. Un país que parece que está dando señales de que no se quiere más un “patio trasero” francés en África.

Los golpes de Estado en África han sido endémicos desde hace tiempo. Los militares siguen siendo actores políticos muy importantes. Los hay cipayones, pero también nacionalistas hartos de ser centuriones sometidos a designios de asesores militares de Occidente. En el tablero geopolítico también juegan a coquetear con Rusia y China para hacer enojar a Estados Unidos y la Unión Europea. Los casos son diversos, según los países. Pero el caso de Burkina Faso es interesante de analizar.

El golpe de Estado ocurrido el viernes 30 de octubre pasado que derrocó a Paul-Henri Damiba por su “gestión caótica” en seguridad, es la segunda asonada militar ocurrida en ocho meses en las tierras de Burkina Faso. Hay que recordar que Damiba llegó al poder tras derrocar al expresidente Roch Kaboré el 24 de enero de 2022. Todo un clímax.

A través de un comunicado leído ese viernes en la televisión pública RTB, militares, encabezados por el capitán Ibrahim Traoré, anunciaron la suspensión del Gobierno y la Constitución. Previamente, los militares habían tomado posición en puntos estratégicos en la capital de Burkina Faso, Uagadugú, que vivió una jornada de tiroteos y explosiones.

Manifestantes que apoyan a los militares golpistas de Burkina Faso que derricaron a Paul-Henri Damiba atacaron embajada francesa en la capital del país Uagadugú.

Burkina Faso es un caos desde 2015. Grupos yihadistas muy extraños atacan la zona norte del país y pretorianos franceses “ayudan” al país a combatirlos. Desde entonces han muerto miles de burkineses y el 10 % de la población ha huido de sus hogares, según reportes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Francia tomó como base militar a Burkina Faso para alimentar su “campaña antiterrorista” contra los yihadistas de Mali. Esto generó malestar en grupos de oficiales nacionalistas y en sectores políticos y sociales hartos de la tutela de facto de los galos. De hecho, el 1 de octubre se vieron ataques a la embajada francesa. Se produjeron en momentos en los que se están creciendo los sentimientos antifranceses en los países africanos donde Francia tiene una presencia militar para la llamada “misión antiterrorista”. En febrero, París anunció la retirada de las tropas francesa de Malí, país que acusa a París de entrenar a “grupos terroristas” activos allí.

Por su parte, el Ministerio de Exteriores francés y la embajada del país galo en Uagadugú rechazaron cualquier implicación en los acontecimientos vividos en Burkina Faso, así como las acusaciones de que París protegía al derrocado presidente.

El teniente coronel Paul-Henri Damiba fue destituido de sus funciones de presidente del Movimiento Patriótico para la Salvaguarda y la Restauración” (MPSR, órgano dirigente de la junta), declararon los militares en un comunicado leído por un capitán.
El nuevo hombre fuerte del país, designado presidente del MPSR, es ahora el capitán Ibrahim Traoré, que parece ser un nacionalista antigalo.

Algunos analistas alertan de una posible guerra civil en Burkina Faso entre nacionalistas y filofranceses. Las fuerzas militares están divididas en este sentido. Traoré parece ser el líder militar nacionalista antigalo y que no dudará en pedir alguna ayuda a Pekín o Moscú. Los militares nacionalistas que emergen saben de la geopolítica de hoy y jugarán fuerte. Lo cierto es que aparece un sentimiento de repudiar lo que ya se conoce como “repudio al patio trasero francés” en África.

Burkina Faso fue colonia de Francia desde fines del siglo XIX hasta 1960. Fue independizada bajo el nombre de Alto Volta y sufrió varios golpes de Estado con militares cipayos filogalos. Pero en 1983 hubo una asonada militar revolucionaria bajo el mando del Capitán Thomas Sankara, luchador marxista-leninista, que funda un gobierno popular socialista y es el que renombra al país como Burkina Faso, es decir, “la Tierra de los Hombres Íntegros”. Sankara es asesinado en 1987 y el gobierno socialista se derrumba con ayuda de Francia a militares cipayos. Pero parece que los galos ya no son bienvenidos y militares nacionalistas vuelven a la palestra. Queda ver cómo sigue esta historia.


Referencias
https://revistatrinchera.com/2020/10/15/el-recuerdo-de-sankara/
https://revistatrinchera.com/2022/02/19/francia-y-la-crisis-del-sahel-occidental/
https://revistatrinchera.com/2020/08/30/mali-entre-el-golpismo-y-los-separatismos-regionales/

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

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