Gigantes como la lucha

Gigantes como la lucha

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POR MAIA CUBRIC*

“Desde que somos parte en la Selección Nacional Argentina hemos vivido, tolerado y callado muchas situaciones difíciles y lamentables”, así comienza el comunicado que las jugadoras del seleccionado femenino de básquet, Las Gigantes, publicaron el 1° de junio en Instagram. Entre otras cosas, las exigencias que plantean no son ni más ni menos que el reconocimiento de la disciplina, que implica el financiamiento económico básico de la misma y la preocupación de parte de las organizaciones que comandan la batuta para que crezca el deporte en lo que a la práctica femenina respecta.

Paréntesis, aunque pueda parercer obvio: nada que no suceda en el ámbito del básquet masculino. O si no, habría que analizar cuántas veces Ginóbilli se vio imposibilitado a jugar por la falta de indumentaria, por ejemplo. Y al responderse que ninguna, se empezaría a buscar el por qué con las compañeras esas situaciones no dejan de suceder.

Para resumir, las jugadoras de básquet de la selección nacional no solo no están siendo contenidas ni escuchadas, sino que ni siquiera cobran la beca que otorga el Enard para les deportistas. Y en este contexto, en el cual es cada vez más complejo sostener las necesidades básicas (sin mencionar el pasado de políticas neoliberales que azotó al mundo del deporte), diferentes jugadoras salieron a plantear las preocupaciones comunes.

Sofia Aispurúa expresó en una entrevista con TyC Sports que “la falta de compromiso es de la Confederación, que al asumir un nuevo mando no presentó un proyecto, una lista de jugadoras, un entrenador y un staff al Enard, que nos otorga becas por ser de la Selección, y ahora nos quitaron ese privilegio económico”.

Comunicado que replicaron las jugadoras en sus redes sociales

En la misma sintonía, la capitana Débora González expresó ayer: “Nadie de la Confederación nos llamó esta semana; ni siquiera un mensaje para consultarnos o establecer al menos un inicio de diálogo. Nosotras queremos lo mejor para el seleccionado, lo damos todo y más, pero nos cansamos de la desigualdad”. Mensaje que da cuenta de que no solo se trata de una cuestión económica, sino que también se trata del desinterés absoluto que expresó el órgano mayor del básquet argentino, la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB).

Tres días después de ese comunicado, el director del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), Daniel Jacubovich, comentó que no era suya la responsabilidad de que las jugadoras no estén recibiendo una beca. Y obviamente apuntó a la CABB: “Ante la ausencia de un nuevo proyecto deportivo, con un responsable técnico y un plantel, para el Enard es imposible otorgar becas“, y agregó que “a partir de la presentación del proyecto formal, se vuelven a otorgar, es una regla común para el básquet argentino”.

Asimismo la Confederación de Básquetbol también respondió con un comunicado que dejó bastante que desear porque expresaba: “¿Quiénes son jugadoras de Selección en este momento? (…) El pedido de becas de la CABB al ENARD se hace según la elección de los cuerpos técnicos. Tanto en femenino como en masculino, los listados varían según la decisión de los cuerpos técnicos de cara a la competencia que toca afrontar. Y ahora mismo no hay convocatorias porque no hay competencia”. Además, esgrime que “es injusto e inoportuno culpar a la CABB por no hacer una convocatoria de jugadoras, cuando es de público conocimiento que están prohibidas las concentraciones de personas”.

Lejos de desconocer el contexto crítico mundial, el comunicado de Las Gigantes explica que ni siquiera hubo intención de contactarse con ellas desde ninguno de los espacios que hoy discute o disputa el básquet y su continuidad. De hecho, las jugadoras aseguraron que “no es personal contra alguna dirigencia; manifestamos nuestra realidad y la preocupación que tenemos por el futuro del básquet femenino”. Y haciendo un breve repaso de estos últimos años, se cae de maduro la falta de importancia que le otorgan a la práctica de las mujeres.

Es innegable la arbitrariedad con la que se decide darle importancia a determinada práctica y a su vez, excluir y desfinanciar a otra, solo por una cuestión de género y/o orientación sexual. Y si todavía hay duda de esto, hay que remitirse a las pruebas que bastante concretas son y que deben servir como motor para cambiar.

La lucha que proponen Las Gigantes es el camino porque el mundo del básquet necesariamente debe ser transformado. Y aunque suene repetitivo en muchos casos, un buen paso para comenzar a caminar la igualdad es la paridad en los cargos y/o lugares de poder. Lo que claramente es una deuda en el básquet porque en toda la Comisión Ejecutiva de la CABB no hay una sola mujer.

Y en lo que respecta al órgano mayor del básquet profesional, hace tres días se dio a conocer que la CABB quiere modificar su estauto. Entre los cambios más significativos, el que más se destaca es la creación del artículo 28 que especifica que el Consejo Directivo no puede estar integrado únicamente por personas del mismo género. Que, dicho de otro modo, expresa que no pueden ser todos hombres los que conformen la mesa de decisión.

Lejos de enarbolar a la CABB, este es un buen el ejemplo para observar lo contradictoria que se puede ser. O sea, los mismos que no están escuchando al seleccionado femenino y sus demandas, dicen querer darle lugar a la mujer. Pero claramente el humo dura poco y se evanece, y ayer la Confederación de Básquet difundió en Twitter que realizará una charla, a través de la plataforma Zoom, con las protagonistas del seleccionado femenino. El único detalle fue que las jugadoras salieron a expresar que no habían sido convocadas. 

Natacha Pérez denunció que no fueron convocadas

Por último, por si faltase ironía, volviendo al tema del cambio de estatuto y las contradicciones de la CABB, esta misma propuso que, a través de una casilla de mail (secretaria@cabb.com.ar), cualquier persona pueda plantear puntos a tratar en las distintas asambleas. Algo así como que piden propuestas pero no escuchan las que están. Porque, claramente, sería prudente que si se propone un espacio de discusión, no se estén ignorando los planteos de la selección femenina.

Resta seguir de cerca la situación de las compañeras y volver a remarcar que el deporte no es de nadie, aunque algunes puedan vivir de el y otres, además de jugar, tengan que atender un local para poder comer. Que el deporte no excluye, no discrimina, no ignora. Que el deporte, en sí mismo, no legitima a un seleccionado y le paga millones a sus jugadores, mientras deja al otro sin indumentaria y a sus jugadoras sin explicación. Que eso no es el deporte. Que eso es el patriarcado. Y que con Gigantes como las que existen, se va a terminar.


* Hija del mar y la luna de la perla. Entiende que nada es porque sí y que por eso mismo todo 
se puede cambiar. Sueña con un mundo igualitario y confía en que la práctica es la mejor
manera de militar. Es amiga de la palabra en sus múltiples variantes, amante del arte y del
intercambio cultural.
El deporte, trinchera histórica en la lucha contra la discriminación

El deporte, trinchera histórica en la lucha contra la discriminación

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POR EDUARD PAZ*

Luego del asesinato de George Floyd a manos del ex policía Derek Chauvin, se desencadenó una ola de protestas y marchas de antidiscriminación. El deporte no tardó en mostrarse como uno de los espacios más fuerte de lucha contra esto.

No es casualidad: a lo largo de la historia, el deporte ha sido una de las trincheras de la sociedad para poder expresar y protestar ante las injusticias que se presentaban en el mundo; ha sido utilizado en muchas ocasiones para plantar bandera a ello, al punto de ser herramienta fundamental para el cambio de un país y la sociedad.

Es importante hacer un repaso histórico de ciertos momentos en los que el deporte fue utilizado para contrarrestar la discriminación y a su vez dejar en evidencia a todos aquellos que han querido tener un trato diferente y perjudicial para con otras personas.

Merma y rupturas de la segregación en los JJ.OO.

En 1904, en Saint Louis, Estados Unidos, en paralelo a las Olimpiadas, se celebraron los juegos antropológicos: los supremacistas blancos estadounidenses obligaron a competir a aquellos que consideraban “seres primitivos”, como negros africanos, nativos americanos, patagones, sirios, o pigmeos.

Esas pruebas consistían en subir árboles o disparar arcos (lo cual después paradójicamente sería considerado deporte olímpico), incluso hacerles competir en deportes que no conocían solo por mera burla y entretenimiento.

Mientras que el objetivo de estos juegos era reafirmar una supuesta superioridad de los blancos angloamericanos, en las Olimpiadas de Saint Louis, un negro hijo de esclavos, conocido como George Poage, ganaba dos medallas de oro en atletismo.

Siguiendo por esta línea, un caso muy conocido o de los más célebres reveses al supremacismo blanco, es el del atleta afroamericano Jesse Owens, que tuvo un despliegue enorme en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936: cosechó cuatro medallas de oro con récord mundial incluido en atletismo.

Esto respondía y dejaba en jaque a las extendidas teorías pseudocientíficas que se desprendían de la “superioridad aria” y se extendían por toda Europa y Norteamérica. En la casa de Hitler, en pleno apogeo del nacionalsocialismo, un negro dejaba con la boca abierta a todos.

En estos juegos, la Alemania nazi trató de mostrarse como un país a respetar por la comunidad internacional, por lo que intentaron rebajar el racismo en los periódicos y buscaron eliminar los carteles discriminatorios de la Villa Olímpica. Lo irónico fue que la inauguración se encontró llena de prohibiciones y panfletos, con instrucciones de no dejar entrar “a los perros y a los judíos”.

Así como Jesse Owens, la estrella de los Juegos, no recibió el saludo del Führer, tampoco lo recibió de el presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, ya que felicitar a un negro suponía arriesgar el voto blanco racista del sur estadounidense en un año electoral.

Las Olimpiadas de Berlín fueron una de las peores competencias para aquellos que no eran locales. Pero eso no era todo, Gretel Bergman, compatriota alemana y poseedora del récord de salto en alto, fue excluida del equipo antes de los Juegos por el solo hecho de tener un origen judío.

Pero el caso con más impacto y que muchos recuerdan fue el de los Juegos de México 68, cuando Tommie Smith y John Carlos realizaron el saludo del “Black Power” arriba del podio como señal de protesta por la discriminación contra las personas afroamericanas en Estados Unidos. Luego de eso fueron, alejados de la competencia y discriminados por los medios de comunicación en su país.

Deportistas contra la discriminación

Un deportista que siempre se mostró en contra de la segregación, fue Cassius Clay, ganador del oro en los pesos semipesados de los Juegos de Roma 60. Pese a convertirse en uno de los máximos deportistas de la historia yanqui, en Louisville, su ciudad natal, se negaron a servirle un plato de comida en un restaurante por ser negro.

Luego de eso, arrojó la medalla al Río Ohio, se convirtió al islam y cambió su nombre a Muhammad Alí. También se negó a participar en la Guerra de Vietnam, decisión por la que le quitaron sus títulos y lo suspendieron, aunque no le quitaron su reconocimiento como uno de los mejores boxeadores de la historia.

El tenis también fue un lugar de protesta: el afroamericano Arthur Ashe, durante se transformaría, en las décadas del 60 y 70, en un símbolo de la lucha contra la discriminación contra los negros y los portadores de VIH, enfermedad que padecía. Se expresó en contra de las políticas del Apartheid en Sudáfrica y tuvo una gran conciencia social.

Por el lado del rugby, Nelson Mandela se convirtió en un ícono en la lucha contra la segregación. Siendo presidente de Sudáfrica y con el mundial de 1995 disputándose en su país, Mandela utilizó el rugby para promover ideas que ayudaron a dejar atrás el Apartheid tras más de 40 años de segregación.

En EEUU, el jugador de fútbol americano Colin Kaepernick, fue apartado del los San Francisco 49ers en 2016, luego de negarse a ponerse de pie durante la entonación del himno previo a un juego, para visibilizar los asesinatos a personas afroamericanas en manos de la policía. Ningún club quiso contratarlo después de eso porque afirmaban que perderían dinero. Durante todo ese año, varios jugadores se hincaron durante la entonación del himno nacional en señal de respaldo a Colin.

Argentina no está exenta de estos hechos porque la discriminación y sexismo, no distingue nacionalidad. Uno de los casos recientes fue el de Gustavo Fernández, estrella mundial de tenis adaptado, actual N 1° del ranking ITF (Federación Internacional de Tenis) en esta modalidad, quien pese a sus logros y méritos como deportista, no fue tenido en cuenta en la terna para el Olimpia de Oro del 2019. Fernández fue el deportista con más logros durante ese año, incluso se convirtió en el primer argentino de la historia en coronar un torneo de Wimbledon.

Otro caso es el de Facundo Imhoff, jugador de voley en el Club Bolívar, uno de los grandes de la Liga nacional. Facundo hizo púbico que es homosexual y ha mostrado su apoyo a los movimientos LGBTIQ+. También ha expresado lo difícil que es abrirse en estos aspectos en el deporte argentino, por ser un ambiente muy xenófobo y machista.

Por último, tenemos a Mía Fedra, la primera tenista trans profesional de la Argentina. Si bien en 2012 la Asociación Argentina de Tenis le cambió su carnet de jugador por el de jugadora, Mía afirma que siempre en los encuentros le dicen que no es lo mismo, que tiene más fuerza, lo que deja entrever que en términos de géneros, aún hay muchas discusiones que dar.

Si bien la lista es inmensa y hay muchos otros casos más en el deporte actual que acompañan las protestas en contra de la segregación, es necesario destacar el rol que cumple el deporte, un espacio donde se ven representados miles y que si se lo trabaja de manera correcta, puede contribuir y concientizar en la sociedad enormemente.


* Sureño instalado en la ciudad de las diagonales. Fiel pensante de que lo político y lo deportivo 
van de la mano. Apasionado y siempre al servicio de la comunicación del pueblo y su deporte.
Una jugada estratégica en el momento oportuno

Una jugada estratégica en el momento oportuno

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POR MIRANDA CERDÁ CAMPANO*

Con la intervención y posible expropiación de Vicentín, uno de los grandes agronegocios de la Argentina, el Gobierno nacional dio respuesta a la urgente necesidad de una nueva valoración del territorio, asociada a la creciente reivindicación de los derechos territoriales, la justicia ambiental y social, que van por fuera de su valoración utilitaria de cambio.

La empresa y el fraude al Estado nacional

Vicentín tiene capitales accionarios en 20 firmas: conformó un oligopolio que incluye a la Algodonera Avellaneda, el frigorífico Friar, un feedlot en un predio de 450 hectáreas, tres plantas industriales en Ricardone y San Lorenzo, una hilandería en Brasil, una bodega de vinos en Mendoza, una parte de SanCor, la elaboración del algodón que comercializa Química Estrella, y la producción propia de agrotóxicos, alimento balanceado y biodiesel; más el pool de siembra de soja.

Esa es la información que conoce la mayoría de la población. Lo que no se sabe, es que Vicentín fue cómplice de las dictaduras militares, con por lo menos 22 obreros secuestrados entre enero y noviembre de 1976, siempre intentando asegurarse trabajadores dóciles, obedientes y familias atemorizadas. Además, la empresa aportó a la campaña de Cambiemos, y casualmente, durante los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri, trepó al primer lugar en el ranking de exportadores. Para prefinanciar las exportaciones, Vicentín recibió préstamos insólitos.

De los 300 millones de dólares que Vicentín debe al Banco Nación, casi una tercera parte le fueron otorgados cuando Mauricio Macri ya había perdido las elecciones y la empresa había dejado de pagar sus deudas. Así consta en el legajo del Banco, en el expediente por el que se tramita la convocatoria de acreedores de Vicentín. Allí se detallan 26 autorizaciones de crédito que el Banco Nación, presidido en ese entonces por Javier González Fraga, le otorgó a la empresa, entre el 8 y el 26 de noviembre, para prefinanciación de exportaciones por 95,5 millones de dólares. Una semana después del último retiro, la firma se presentó en convocatoria de acreedores.

¿Cómo, una empresa que exporta más de la mitad de su producción, en un año con buena cosecha, después de una increíble devaluación en los últimos meses de 2019 y con semejante financiamiento en noviembre, pudo haber caído en una cesación de pagos en diciembre? No hay que ser muy vive: o se la fugaron toda, o se la fugaron toda.

En este sentido, la otra cuestión que será materia de análisis judicial es la denuncia por fraude al Estado nacional, a partir de la sospecha de que las irregularidades en los préstamos estarían vinculadas a cierta connivencia entre la empresa y las autoridades del Banco, y por supuesto, las sugerencias de la Casa Rosada en favor del otorgamiento de dichos préstamos.

Siempre hay una mala noticia: el Congreso debe decidir la expropiación del Grupo Vicentín y tendrán que votar los integrantes del partido para el que la empresa de los Nardelli bajó mucha guita en campaña. Paradojas.

Un objetivo social y económico: soberanía alimentaria

El gobierno de Alberto Fernández anunció la intervención de Vicentín y declaró de “utilidad pública” a la empresa de los Nardelli, lo que quiere decir que el proyecto de expropiación que se envía al Congreso, se sustenta en que la transferencia de ese bien al Estado, es necesaria para maximizar el bienestar general de la población.

La decisión no sólo supone una clara señal para todos aquellos que especularon con la impunidad de sus maniobras económicas y financieras, amparados por un gobierno que muy amablemente les permitió fugar divisas y no pagar sus deudas.

En medio de una emergencia alimentaria de grandes proporciones, en un país donde en 2019, seis de cada diez niños vivieron en la pobreza, según un reciente estudio[1] del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica (UCA), la expropiación del Grupo Vicentín, permitiría andar el camino hacia la soberanía alimentaria.

Primero porque la intervención corta con los intentos de grandes cerealeras trasnacionales, como la francesa Dreyfuss, la suiza Glencore y la estadounidense Cargill, que veían a Vicentín como un bocado más que apetecible: además de ser un gran exportador, cuenta con empresas de acopio y hasta un puerto propio; si el grupo fuera absorbido por alguna de estas multinacionales, estaríamos frente a una concentración de mercado insuperable.

El hecho de que Vicentín sea una empresa “testigo en el mercado de granos y el cambiario”, da la pauta de espacios estratégicos, en los que el Estado no puede permitir que las fuerzas del mercado los guíen en sentido contrario al interés nacional. A su vez, resolver el control sobre una de las principales puertas de divisas, le permite al Estado evitar una nueva situación de escasez o que se deje al país sometido a las presiones devaluatorias de los exportadores.

Con el poder de compra, gestión y logística de Vicentín (con fábricas, depósitos y puertos propios) puede fomentarse a los pequeños productores, las buenas prácticas agrícolas y una buena provisión de divisas para el país. Asimismo y jugando con las mismas reglas que impone el mercado, se puede “obligar” a la competencia a tener que pagar mejores precios a los productores.

La necesidad de que el Estado recupere un rol estratégico en el ámbito agropecuario es fundamental si se pretende que la riqueza de nuestro suelo quede en nuestro territorio, porque hoy la principal fuente de ingresos del país proviene de la exportación de productos agropecuarios y la misma está totalmente privatizada, y en su mayoría, en manos extranjeras.

Las metas fueron bien resumidas en el Foro por un Programa Agropecuario Soberano y Popular, celebrado en el estadio de Ferro en mayo de 2019: construir lo agrario más allá de lo productivo, que se incorpore su valor para la restauración de nuestro territorio y la función alimentaria, su potencia para recuperar el arraigo con nuestra tierra, su influencia en el desarrollo industrial; que la agricultura familiar y campesina sea protagonista, y que se priorice la agroecología y la democratización de la tierra.


* Chubutense de nacimiento y militante porque no hay mejor manera de transformar el mundo. 
En la escuela le hablaron de la colonización y las guerras. Cuando la militancia le mostró
la historia de las resistencias, empuñó el mejor arma: la pluma.

Referencias:
[1] http://uca.edu.ar/es/noticias/condiciones-de-vida-de-las-infancias-pre-pandemia-covid-19

Patriarcado en forma de manada: poder e impunidad en Chubut

Patriarcado en forma de manada: poder e impunidad en Chubut

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POR AGUSTINA FLORES*

En septiembre del 2012 en Playa Unión, el patriarcado comenzó a llevarse por delante la vida de una piba más. Durante una fiesta en casa de dueños con apellido pesado, un grupo de chicos la abusaron en manada: cuatro la violaban, uno observaba y el sexto sostenía la puerta para que nadie más entrara. Su amiga la encontró inconsciente en la habitación y presenció la situación deteniendo a los violadores. En estado de shock y con uno de los dueños echando a la multitud de la casa con el grito de que nadie cuente nada, varias personas la ayudaron a calmarse y a buscar su ropa. Una vez en su casa, le siguieron un intento de suicidio y una persecución por parte de los victimarios para que se mantenga en silencio. Terminó yéndose de Puerto Madryn -ciudad de la que es oriunda ella y la mayoría de las personas involucradas- por el hostigamiento.

La ciudad guardó silencio; un pueblo fiel a las órdenes del patriarcado permitió que los hijos del poder sigan su vida normalmente y dio las condiciones para que la situación quedé atrás como un mal recuerdo o una macana de adolescentes.

En enero del 2019, la víctima denunció lo sucedido por redes sociales y en agosto llegó a los tribunales. Siete años de silencio se vieron corrompidos por el grito de miles de pibas que, dentro de una sociedad que aprendió de sus errores, acompañaron a la víctima desde el primer momento de la denuncia.

Fuente: La Opinión Austral

Ellos

Además de estar bajo el ala del patriarcado, los victimarios son hijos de los billetes más verdes de la ciudad. Desde inmobiliarias y canales de televisión hasta compañías internacionales son algunos de los ámbitos donde se manejan Quintana, Del Villar, Mallemaci, Viglione, Pérez y Soriano. Pero el poder no compra el silencio, no para siempre.

Luego de lo sucedido, la víctima fue perseguida por estos empresarios y sus familias para que el hecho sea olvidado y dejado atrás. Fue tanto el hostigamiento por ellos y por su entorno -en función a lo que los poderosos necesitaban- que la víctima se fue de la ciudad y no realizó ninguna denuncia.

Nadie cuestiona al poder: el estrato en el que se posicionan, demarca cierta legitimidad difícil de romper, y este se aprovecha de las relaciones sociales desde su posición en lo alto, por encima de todo, y se maneja dentro de la impunidad. Los discursos hostigadores son creados gracias al marco que se le brinda a este tipo de personas; tienden a idear la “historia oficial” y convencer al resto de las personas de que esa es la única verdad irrefutable, acto contrario conllevaría un enfrentamiento en el que el inferior sabe que pierde.

Además de esconderse detrás de las sombras de sus grandes imperios, son hombres guiados por la pauta heteronormativa. Como dignos soldados del patriarcado, adjudicaron toda la culpa a la víctima y lo tomaron como un hecho menor.

Disminuyen la magnitud del delito porque la ven a ella como una cosa y como todas las otras cosas, pensaron que podían apropiársela. La complicidad en manada es un mecanismo de auto justificación o aprobación de lo que hacen; lo que no se animan a hacer individualmente, lo realizan en grupo, alentándose entre ellos y construyendo una perversión grupal en la que nadie juzga al otro: si queda entre ellos, nada saldría mal.

A la víctima la culpabilizan y le designan el nombre de responsable de lo que le sucedió. Ellos vieron la oportunidad y la tomaron, ella no debería haber llegado hasta allí. Esta perspectiva misógina se repite en los medios de comunicación, revictimizando a la víctima, buscando el qué hizo para que le hicieran eso, descansan en su accionar y no en el enfermizo abuso de los victimarios. ¿Por qué no analizar los marcos que siguen legitimando la violencia en vez de culpar a la víctima de ser víctima? En este punto volvemos a la impunidad del poder y los dólares que valen los apellidos.

La Justicia

Luego de que la denuncia se viralizara por redes sociales, el Ministerio Público Fiscal comenzó la investigación preliminar sin que la víctima hiciera una denuncia formal. Según el Código Penal, cuando las víctimas son menores de edad, los fiscales pueden investigar de oficio y la víctima puede ratificar o no su intención de que la investigación continúe. De esta forma, se inició el procedimiento con audiencias con más de 60 testigos a favor de ella, que no fueron públicas y en las que se ocultaron las identidades de las personas involucradas por tratarse de una causa de delitos contra la integridad sexual y que involucraba a menores de edad.

Solo cinco de ellos fueron juzgados. Ezequiel Quintana, Leandro Del Villar y Luciano Mallemaci fueron imputados, primero bajo la calificación legal de “abuso con acceso carnal” y que en la última audiencia paso a ser “abuso sexual simple”, disminuyendo la cantidad de años de la condena a tres, por lo que no se encontrarán bajo rejas -la pena mínima para cumplir en la cárcel es de cuatro años-. Para el fiscal Fernando Rivarola, se trató de un “desahogo sexual”.

¿Desahogo sexual? Lo único que logra el término es mitigar culpas y ejercer violencia sobre la víctima, otra vez. Nos encontramos reiteradamente con una “justicia” que es funcional al patriarcado y sigue manejando la inimputabilidad a su gusto.

Según se ha dado a conocer por el Ministerio Público Fiscal, la denominación es un término avalado legalmente, por lo que nos lleva a replantearnos los pilares donde se construye nuestro sistema judicial. Vemos, detrás de un lenguaje técnico, prácticas machistas que siguen siendo avaladas porque la ley es una y se debe cumplir. El Poder Judicial, al fin y al cabo, es poder, y como analizamos anteriormente, las verdades del poder son irrefutables. Es necesario cuestionar estos términos que disfrazan un sistema patriarcal y conservador para ir deconstruyéndolos como corresponde.

La víctima aceptó y se manifestó conforme con el juicio abreviado, de esta forma no enfrentaría un juicio oral y tampoco la revictimización permanente. Los procedimientos, vagos en materia de perspectiva de género, terminan siendo agobiantes y hostigadores, reprimiendo aún más a la víctima.

La ciudad se vio inundada de carteles y consignas, tal vez en forma de disculpas por la complicidad en la que se vio sumergida siete años atrás. La denominación que dio el fiscal y la culminación del juicio se dio a conocer el 3 de junio, día en el que millones de mujeres de todo el país nos unimos bajo el grito de Ni Una Menos. Con la angustia en la garganta y con gritos desgarradores, se han realizado manifestaciones a lo largo de los días en las ciudades de Puerto Madryn y Trelew.

A raíz de esto, la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta, se acercó a la ciudad para mantener reuniones con funcionarias y colectividades feministas y dar la discusión sobre la falta de perspectiva de género en un órgano tan importante como es el judicial.

Del mismo modo, desde la Provincia se denunció al fiscal por mal desempeño en sus funciones y desconocimiento inexcusable del derecho.

Resulta indispensable repensar las relaciones y las lógicas de las masculinidades que, si volvemos al término “desahogo sexual”, solo dan a entender que no tienen la capacidad de aguantar su apetito sexual de violar a una chica. La educación de generaciones basada en la pornografía, guía de sus relaciones violentas con las mujeres, debe ser modificada y reemplazada por una implementación adecuada de la Educación Sexual e Integral.

La ola de los feminismos sigue creciendo y da las luchas que durante años estuvieron invisibilizadas. Es hora de desenmascarar las prácticas retrógradas escondidas bajo los marcos legales para que se deje de revictimizar a las mujeres y que, de una vez por todas, se haga justicia.


* Hija de los vientos patagónicos. Compañera (in)esperada de la militancia para la 
liberación.
Entusiasta del puño y la letra. Lo personal es político, el periodismo también.

Fuentes:
https://www.perfil.com/noticias/sociedad/violar-manada-que-hay-detras-abusos-sexuales-grupo.phtml
https://www.adnsur.com.ar/policiales—judiciales/se-presento-el-acuerdo-de-juicio-abreviado-por-la-violacion–en-manada–en-chubut-_a5ede55f1825a585eb6a3b821
https://www.eldiarionuevodia.com.ar/regional/policiales/2020/6/8/audiencia-por-la-manada-de-chubut-la-victima-dijo-que-necesita-cerrar-el-hecho-para-seguir-viviendo-114316.html
https://www.pagina12.com.ar/209884-la-manada-de-chubut-la-justicia-ya-investiga-la-denuncia-que

“Exprópiese”, dijo y me conquistó

“Exprópiese”, dijo y me conquistó

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POR NICOLÁS DE LA IGLESIA

Mientras Donald Trump se esconde en un búnker abajo de la Casa Blanca en un país prendido fuego, mientras Ángela Merkel se fija cómo hacer para que el Deutsche Bank (el banco más grande de Alemania) no quiebre y se lleve a la rastra a toda la Unión Europea, y mientras Piñera y Bolsonaro cavan fosas comunes, Argentina se muestra como un faro en medio de una economía mundial en franca caída.

Sin ir más lejos, desde la Oficina de Países Bajos CPB para el Análisis de la Política Económica, ven azorados como el comercio mundial está bajando a niveles alarmantes. La referencia más clara de una crisis económica, conocida por muches, es la famosa crisis del 2008, en donde explotó la “burbuja” inmobiliaria yankee y se llevó puesto al sistema financiero internacional. En esta ocasión, los porcentajes de comercio internacional muestran, en el primer trimestre del 2020, una baja aún más pronunciada que en ese entonces.

Para entender el por qué de esta caída abrupta, hay que recordar que los pronósticos a fines del año pasado no eran alentadores. La famosa pelea comercial entre Estados Unidos y China funcionó como catalizador y comenzó resquebrajar el delicado castillo de naipes que es la economía mundial. Una de las perjudicadas de este conflicto fue Alemania, un ejemplo paradigmático de un país industrializado y pujante. Sin embargo, esta batalla comercial impidió que el país germano pueda acceder cómodamente a la materia prima para sus fábricas. En pocas palabras, en diciembre del 2019 la primera potencia económica de la Unión Europea comenzaba a entrar en recesión, después de una década de crecimiento continuo.

Entonces, si el pronóstico no era bueno y encima le sumamos el cierre casi completo de la actividad económica de una gran parte de los países del mundo, lo que queda por delante es, en pocas palabras, caos y destrucción. ¡Ojo! Pareciera que estas crisis suceden ya sea por la guerra comercial o por el COVID-19, sin embargo, no es el análisis adecuado. El principal problema que afronta la humanidad y tal vez su peor enemigo a la hora de pensar desarrollos económicos soberanos, es la financiarización de la economía global.

El principal escollo es, hoy por hoy, que los bancos centrales lo único que están haciendo para contener el tsunami es emitir y emitir, rezando que los problemas se solucionen solos. La realidad es que el sistema financiero no está reglamentado ni a nivel internacional, ni desde los estados nacionales. Entonces, la clave está en intentar regular este sector de manera colectiva; eso sí, tiene que estar la voluntad política de que este sistema de saqueo sistemático deje de existir, o de lo contrario, peores crisis se sucederán.

¿Y por casa?

En Argentina el Gobierno nacional está manejando esta crisis con más aciertos que errores. Si se tiene en cuenta el contexto de caos global, el peronismo está en su salsa. Más allá de errores puntuales, se ve la voluntad política de gobernar para les más vulnerables. A lo que se esta apuntando desde el Ejecutivo nacional es a generar un proceso redistributivo real. A diversos planes, como el plan Argentina Construye o el Concetar Igualdad, ahora se suma una verdadera victoria política: la estatización de la empresa Vicentín.

Esta empresa es la sexta exportadora de granos del país. Cuenta con acciones en 20 empresas no sólo en Argentina, sino también en Uruguay, Paraguay, Brasil y España. Es la principal empresa de molienda de oleaginosa, con ventas que superan los 3 mil millones de dólares. Al ser la firma con mayor capacidad instalada para la molienda de granos, pasan un aproximado de 8.4 millones de toneladas de cereales por sus fábricas, lo que representa un 9% de lo exportado por el país.

A mediados de mayo un solo tweet de la diputada Fernanda Vallejos, hizo que toda la oposición se escandalizara y se rasgara las vestiduras por sus aportantes de campaña. Claro, lo que propuso la diputada era nada más  y nada menos, que aquellas empresas que recurrían al estado en busca de un salvavidas, no se la lleven de arriba; o sea, que ese salvataje no sea gratis, sino que el Estado nacional adquiera acciones de dicha empresa (práctica que se sopesa en Italia, Francia y que podría extenderse a más países liberales).

Si bien desde el circulo de Fernández no miraron con malos ojos a esta propuesta, no hicieron declaraciones contundentes al respecto. Poco se imaginaban desde el sector empresarial que la palabra con la que tienen sus peores pesadillas, aquella que hace que sus miembros erectos se vuelvan flácidos, los estaba asechando a la vuelta de la esquina. “Expropiación”. Esa fue la palabra que circuló cómo mantra el lunes por la tarde en todos los medios de comunicación. En todas las notas confirmaban lo que gran parte de la militancia y del sector político le pedía al gobierno, que sacara frutos de los negociados de González Fraga y Macri.

Estos últimos días y con el delirio de la “infectadura” corriendo por los medios hegemónicos, desde diverosos sectores se cuestionaba por qué siempre era el Gobierno el que tenía que salir a contestar, en lugar de proponer el tema de agenda. Ahora se plantea otra batalla discursiva en dónde el que está proponiendo el tema es el oficialismo. Lo cierto, es que desde la oposición no tienen muchos más discursos con los cuales atacar. Por lo visto ahora están rascando el fondo de la olla, convocando a energúmenos conspiranoicos que tienen en YouTube la teta de la cual chupan la idiotez que los corrompe.

La estatización de una empresa de las dimensiones de Vicentín, le va a permitir al Estado nacional poder intervenir en el mercado de cereales sin pagar retenciones, y comprarle a pequeños y medianos productores. Al mismo tiempo, se asegura una entrada de dólares fundamental para los tiempos que vienen. Es más, si se piensa a largo plazo, la próxima crisis va  a estar relacionada con los alimentos, por lo que esta estrategia es aún más valiosa.

La frutillita del postre la pone Martín Guzmán quien cuenta con amplio apoyo internacional (Alemania, Francia y el FMI) en las negociaciones por la reestructuración de la deuda. El camino es sinuoso, pero de lograrse una negociación con acreedores tal y cómo la plantea el ministro de economía, el próximo paso debería ser modificar las leyes impositivas que dictó Martínez de Hoz para poder forjar un sistema distributivo más igualitario. De concretarse estás modificaciones estructurales podríamos empezar a soñar con la patria libre, justa y soberana por la que dieron su vida miles y miles de argentinos y argentinas.


*Existencialista. La cuestión del "ser" le parece inabordable. El humor es su bálsamo, la tabla 
con la que surfea la ola de mierda que puede ser la realidad. Hace poco se dio cuenta que siempre
fue peronista.

Referencias:

https://mundo.sputniknews.com/economia/202006061091675611-la-crisis-de-deutsche-bank-plantea-problemas-para-espana-y-el-resto-de-la-ue
https://mundo.sputniknews.com/economia/201904281086964826-desaceleracion-economia-mundial-global-amenaza-crisis
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Crisis_financiera_de_2008#:~:text=La%20crisis%20financiera%20Global%20de,crisis%20de%20las%20hipotecas%20subprime.
https://www.ambito.com/economia/vicentin/los-numeros-que-analizo-

Neoliberalismo: la otra peste en Chile

Neoliberalismo: la otra peste en Chile

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

POR MIRANDA CERDÁ CAMPANO*

En octubre del 2019, el gobierno de Sebastián Piñera debió enfrentar una ola de protestas masivas que se extendió durante meses. Si bien el detonante fue el incremento del precio del pasaje de metro, las demandas sociales de los manifestantes tuvieron un carácter heterogéneo y abarcaban asuntos como el acceso a la salud, a la educación, la reducción de las disparidades de género, lo insuficientes que son los ingresos para la mayoría de la población y el fin del sistema privado de pensiones, entre otros.

De la creciente movilización popular, se desprendió que las inequidades socioeconómicas eran insostenibles, y que además estaban íntimamente relacionadas a las reglas del juego institucionales consagradas en la Constitución Política de Chile, diseñada durante la dictadura, que protegen el statu quo y obstaculizan la adopción de cambios que promuevan una mayor equidad.

En ese sentido, fue tomando fuerza la idea de producir un nuevo texto constitucional, y los principales partidos políticos de gobierno y oposición sellaron un acuerdo mediante el cual se disponía que la ciudadanía chilena iba a poder decidir, mediante un plebiscito a celebrarse el 25 de octubre, si apoyaba o rechazaba la idea de una nueva constitución. 

En esa misma instancia, les chilenes también podrían emitir su voto en torno al mecanismo de redacción de esa nueva constitución, si el resultado fuese positivo. Las dos opciones en este caso, serán si se conforma una convención constitucional compuesta por ciudadanes elegides para ese propósito o una convención mixta que incluya también a un 50% de les legisladores del país.

Pese a que el Gobierno accedió a este acuerdo, los niveles de legitimidad de la gestión de Piñera siguieron cayendo. Hoy, en contexto de pandemia, según un estudio realizado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), 7 de cada 10 chilenes evalúa negativamente las medidas del Presidente frente a la crisis del coronavirus. 

Respecto a los cambios constitucionales, la misma encuesta asegura que 6 de cada 10 encuestades creen que Chile está viviendo una transformación política, y 9 de cada 10 apuestan por un cambio constitucional: un 61% cree que debería promulgarse una nueva constitución y un 39% aboga por cambios en la actual Carta Magna.

¿El faro político?

La irrupción de la pandemia de coronavirus tuvo lugar en medio de un estallido social de grandes proporciones. Si bien durante enero y febrero habían mermado las movilizaciones iniciadas en octubre, a principios de marzo hubo grandes manifestaciones y ese descontento social volvía a sonar con fuerza. Pero ¡PUM¡ Llegó el Covid-19 y el gobierno y la clase política, que ya exhibían bajísimos niveles de legitimidad, tuvieron que hacerse cargo de una de las crisis sanitarias más importantes de la historia.

Las personas acataron bastante las medidas de distanciamiento social y por lo tanto se depusieron las masivas movilizaciones. De alguna manera, la pandemia vino a darle un poco de aire a un gobierno que se encontraba sofocado por la movilización popular. Pero para el pueblo chileno, el coronavirus aparece como un problema más: ahora tienen dos pestes, la sanitaria y la sistémica. 

Durante los primeros días de marzo, cuando Chile comenzó a registrar casos de Covid-19,  el mandatario aseguró que su gobierno contaba con las herramientas para enfrentar la pandemia, pero en mayo dio marcha atrás y reconoció que “tampoco estaban preparados”. 

Asimismo, Chile fue aplaudido por la comunidad internacional en tanto se constituyó como el país de la región que más testeos realizaba cada millón de habitantes, pero eso nunca le garantizó un buen manejo de la pandemia.

En las últimas 24 horas, Chile registró 6.405 nuevos casos y 96 muertes, y sigue siendo el tercer país de América Latina con más positivos de coronavirus por detrás de Brasil y Perú, aunque su tasa de mortalidad es menor a la de otros países con menos casos como Ecuador y Colombia.

Por otra parte, no se han tomado medidas efectivas para el beneficio de la mayoría de la población en este contexto. De hecho se pidió un préstamo al Fondo Monetario Internacional de 23 mil millones de dólares y hay que resaltar dos cuestiones: primero, que el gobierno de Piñera intentó encubrir el préstamo y salieron a decir que no lo habían pedido; fue el Banco Central el que tuvo que admitir la información, luego de que el FMI lo publicara en su página web; y segundo, que el ministro de Hacienda, Ignacio Briones salió a decir que el préstamo no estaba diseñado para resolver los problemas con el gasto público, por que “no es un préstamo para el gobierno chileno”. ¿Para quién es la guita, entonces? Lo que distintos analistas apuntan es que el préstamo se propone evitar un corte en la cadena de pagos de bancos y grandes empresas.

Es en este sentido que hay una abismal diferencia entre lo que se destina para salvar a las grandes corporaciones, que lo que se dedica para ayudar a los grupos más vulnerabes socialmente, que son los más afectados por la pandemia.

Se han ofrecido planes de asistencia que son insuficientes. También se lanzó una Ley de Protección al Empleo, que evidentemente sirvió para permitir a las empresas despedir trabajadores sin tener que justificarlo o suspender temporalmente los contratos, y el desempleo ha aumentado considerablemente en el último trimestre.

Como si esto fuera poco, sumado a los estragos que está causando el Covid-19, debe añadirse la violencia que ejerce el aparato represivo del régimen neoliberal. La cuarentena obligatoria ha venido como anillo al dedo para imponer un estado de sitio. En este sentido, la bestialidad del modelo se manifiesta con violencia y terrorismo estatal sobre quienes disienten y resisten las políticas económicas y sociales y se han manifestado, respetando el distanciamiento social, en contra del hambre.

De lo que se observa en los barrios populares, se entiende que el hambre no puede ser saciado con una caja de alimentos no perecederos, que es lo que de manera clientelar empieza a distribuir el Gobierno. La crisis sanitaria causada por la pandemia está profundizando las desigualdades económicas y sociales, y los culpables son los que siguen perpetrando este modelo de miseria.

De alguna manera, en su afán por aferrarse al poder y salvar la calamidad neoliberal, el gobierno de Piñera está dispuesto, como lo hace desde aquel 18 de octubre del año pasado, a descargar la barbarie represiva que ha caracterizado históricamente a la derecha. La novedad en este punto tiene que ver con la decisión del Gobierno de dar suma urgencia a un proyecto de ley que modifica la Ley 19.974 sobre el Sistema de Inteligencia del Estado, ya aprobada en el Senado y también en la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados.

Basta con analizar lo que dijo el ministro de Defensa, Alberto Espina, para entender que el objetivo de la iniciativa es reprimir la movilización social: “Si hubiésemos tenido un sistema de inteligencia moderno, los actos de violencia que ocurrieron en el mes de octubre se podrían haber impedido”.

En lugar de pensar políticas sociales y económicas que den respuesta a las causas estructurales de la protesta popular, el Gobierno y parte del Congreso optan, una vez más, por la represión y el debilitamiento de los derechos humanos.

Las más graves modificaciones de la iniciativa del ejecutivo apuntan a centralizar, concentrar y ampliar las atribuciones de los órganos de inteligencia. Con este proyecto, se pretende una concentración del poder incompatible con un sistema que se dice democrático, y se impide la participación de otros órganos y de la sociedad en la definición de las políticas de defensa e inteligencia, que tan profundamente pueden afectar los derechos humanos de la población chilena. 

Básicamente, se diseña un sistema de Inteligencia que liderará Piñera con sus ministros de Defensa e Interior, la Agencia Nacional de Inteligencia, la Policía y las Fuerzas Armadas, sin ningún control de otro poder del Estado y en sesiones secretas. En otras palabras, el Presidente se transforma en el Jefe de la Inteligencia Policial y Militar.

A medida que avanza la pandemia y por extensión, la crisis social, se va confirmando la imperiosa necesidad de masificar el debate en torno al papel del Estado en todos los ámbitos estratégicos de la economía, la seguridad social, la educación y la salud. Que deje de prevalecer el lucro por sobre la vida.


* Chubutense de nacimiento y militante porque no hay mejor manera de transformar el mundo. 
En la escuela le hablaron de la colonización y las guerras. Cuando la militancia le mostró
la historia de las resistencias, empuñó el mejor arma: la pluma.
Psicovid-19: Los que sobran, ecofascismo, necropolítica… y el miedo

Psicovid-19: Los que sobran, ecofascismo, necropolítica… y el miedo

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

POR NICOLÁS CENTURIÓN*

En no mucho tiempo se tendrá que meditar y analizar sobre las razones por las que el Covid-19 impactó tanto en la dinámica mundial. Una pandemia de miedo.

La ola expansiva resultó ser peor que la bomba. ¿Qué factores hicieron saltar los resortes de la paranoia cuando las muertes de otras enfermedades son cuantitativamente muy superiores al coronavirus? ¿Los medios de comunicación infundiendo temor? ¿Quien se sirve del miedo?

La disyuntiva que plantea el abordaje sobre esta pandemia es la vida por encima del capital y viceversa. O su otro par, la economía sobre la salud y viceversa. Una tercera opción pero muy similar la planteó una senadora uruguaya, de la coalición de derechas gobernante: la propiedad por encima de la vida, y agregó que “decir lo contrario sería una ofensa.” para su fuerza política.

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Antes de situarnos en el acontecer actual, es necesario remontarnos a unas décadas atrás para ver un poco las razones que cimentaron el miedo global.

El siglo corto, como lo denominó Eric Hobsbawm, finalizó con la caída del muro de Berlín en 1989 y luego con la posterior disolución de la URSS en 1991. La hegemonía de Estados Unidos parecía no tener fin y Francis Fukuyama, asesor del entonces presidente George Bush, en un intento de clausurar cualquier posibilidad insurrecta, sentenció el “fin de la historia” al haber vencido al gigante rojo.

Se tenía que diseñar un nuevo enemigo de “los países libres” de Occidente. Entonces aparecieron en escena los musulmanes, Afganistán, terroristas y árabes. Todos mezclados en una ensalada que beneficiaba a los hacedores de guerras. Mientras EEUU  daba la lucha contra el “terrorismo” invadiendo países, China se preparaba como potencia hegémonica.

En 2008 sucede la crisis financiera a nivel mundial, que tiene como emblema o símbolo la quiebra de Lehmann Brothers. Una crisis del sistema que hizo vibrar los cimientos del capitalismo, pero como hasta el momento ha sucedido, fue la opción de los bancos por encima de la vida, el salvataje del capital ficticio ante la vida material y concreta.

La hegemonía estadounidense ya se encontraba cuestionada y el eje mundial empezaba a virar hacia Asia. Un antecedente de ello es el debate Arrighi-Wallerstein, donde el primero anunciaba con gran tiempo de antelación el avance del gigante asiático. La crisis del 2008 siguió dando sus coletazos en 2013 y comenzó a explotar a principios de 2020. El enemigo a temer eran los asiáticos. Específicamente un enemigo invisible: “un virus chino.”

¿La pandemia fue tapadera o excusa para la crisis?

Las interrogantes se repiten: ¿La crisis se aceleró debido a la pandemia? o ¿la pandemia sirvió de tapadera para la crisis o de excusa para la misma? De tener que aventurar una respuesta, creo que es parte del mismo plan. Una crisis mundial estaba en ciernes. Había que hacer un shock y esta vez se precisaba contraer la economía, aplacar las protestas sociales y amenazar la salud de la gente sin distinción de clase.

El tablero mundial se está reconfigurando. Los dueños del capital se están reconfigurando, es un barajar y dar de nuevo, pero siempre dentro del mismo juego. Esta crisis es una puja dentro del sistema capitalista. Las empresas que sobrevivan absorberán a las que quedaron en el camino. Eso implica un proceso de mayor concentración: los grandes capitales quedarán en cada vez menos manos y en paralelo el ejército de reserva engrosará sus filas.

Se suele decir que toda crisis es una oportunidad, pero ¿oportunidad para quienes? Para la clase trabajadora… muy difícil. El virus no va a tumbar al sistema como dice Slavoj Zizek y bien lo rebate Byung Chul Han. Pequeño detalle el de Zizek de olvidarse del sujeto de la revolución, siendo marxista.


Esta pandemia, es un parteaguas de nuestra era contemporánea. Lo que los medios de comunicación hegmónicos han repetido a coro, “la nueva normalidad”. Es la nueva nomenclatura para decirnos “no hay vuelta atrás”.

Es interesante como se nos plantea esta tríada: “no hay vuelta atrás” nos clausura el pasado. Aunque ¿desde este rincón del mundo volveríamos atrás? ¿La vieja normalidad era beneficiosa para los pueblos de Nuestramérica? Claro que no. Tampoco. Pero no tenemos opción.

Aquí entra en acción la tercera parte de esta tríada. El pasado clausurado, el presente de la nueva normalidad y un futuro de aceptación sumisa con el “no hay alternativa”, acuñado décadas atrás por Margaret Thatcher.

¿Qué papel debe cumplir la psicología o las psicologías?

Muchas veces la psicólogía actúa como agente paliativo del sistema, de la crisis y de sus desigualdades. Muchas veces es mera espectadora de la realidad y su acontecer, de análisis en la epidermis de la sociedad y forma parte poco de su transformación. Es de destacar de igual manera corrientes como la Psicología de la Liberación, la psicología política, o el estudio de las patologías a raíz del capitalismo.

¿Dónde se ubica la psicología en un mundo donde el 1% tiene la misma riqueza que la mitad más pobre de este mundo, unos 3.600 millones de seres humanos?. ¿Qué mecanismos son los que operan la mente humana para legitimar y validar este mundo desigual? Se ha estudiado mucho esto, la superestructura, el sentido común, la cultura, la hegemonía, los valores, pero la psicología todavía tiene para darle una vuelta de tuerca más a esta temática.

¿A qué nueva normalidad nos estamos adaptando?

Estábamos en un mundo sumido en la incertidumbre y esta pandemia nos corrió el eje de la atención, pero la disputa comercial EEUU vs China sigue en pie. Así como la lucha del dominio del 5G, el avance del neofascismo en Europa, el calentamiento global y el cambio climático, las protestas en Francia, en Ecuador, en Haití y en Chile, la ola verde feminista en varios puntos del mundo.

Luego de unos meses y pensando en la postpandemia se puede vislumbrar que la misma benefició a los grandes sectores concentrados, aplacó manifestaciones que estaban por tumbar gobiernos, generando, a la vez,  altos niveles de movilización. No solo eso, sino que además generó un brote de ecofascismo.

Para los que no están familiarizados con el término, es el fascismo disfrazado de ecologismo, donde se propone que el verdadero virus es el ser humano, contrario a los que proponen desde el campo popular que el verdadero  virus es el capitalismo.

Si seguimos su razonamiento, hay demasiados humanos en el mundo, contaminamos todo, derretimos los polos, extinguimos especies. Es cierto. Pero no es el ser humano per se, sino el modo de producción de este sistema que genera estas consecuencias terribles.

Si damos por bueno que el ser humano es el virus, entonces hay gente que sobra y que debe morir. Allí la cuestión se empieza a complicar: ¿quién decide quién muere y quién vive? Es un dejar morir y un hacer morir. Una necropolítica como señala el camerunés Achille Mbembe.

Se refuerza la xenofobia, el cierre de fronteras, el distanciamiento social, el aislamiento físico y moral. El temor al otro. El otro pasa a ser un agente contagiante y contagiado. Y uno mismo también. Todos pasan a ser potenciales enemigos.

Lo interesante de esto no es que ahora de manera “democrática” todos seremos discriminados o todos corramos con la misma suerte. No, todo lo contrario. Este miedo siempre será apuntado hacia los sectores marginados, a los pobres, los negros, los trans, los extranjeros, etc. Es un estigma que se les va a cargar sobre las espaldas sobre “los otros”, que ya les habían sido cargados.


Aquí, en Latinoamérica, se debe potenciar el pensar desde el Sur, con el Sur, mirando hacia el sur. No el sur por el sur en sí mismo. Sino por un conocimiento situado y un bagaje cultural, social y político que arrastramos desde hace más de 500 años. Debemos pensar y repensarnos desde este capitalismo atrasado, deforme y periférico, con nuestras propias claves y con nuestros propios ojos. Construir y deconstruir desde la epistemología hasta el arte.

La oportunidad que se le presenta -o más bien obliga- a las organizaciones políticas, sociales es a romper con viejos esquemas, desafiar a la imaginación, estirar sus límites. A todo pensamiento dogmático, a toda frase y axioma incuestionable, se le debe colocar, al principio y al final, un signo de interrogación.

Publicado originalmente en estrategia.la


* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional
de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista
asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
Mr. Trump, YOU ARE FIRED!

Mr. Trump, YOU ARE FIRED!

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

POR NICOLÁS SAMPEDRO*

Como muches han analizado, el mundo entero está en medio, no de una, sino de muchas turbulencias en simultáneo. La crisis financiera, la guerra comercial, los desbarajustes en los precios del petróleo… Todas antecedieron a la pandemia del COVID-19, que -indefectiblemente-, las profundizó.

Sin dudas el mundo asiste a un cambio de época sin precedentes. El desplazamiento de EEUU como superpotencia es cada vez más difícil de ocultar, pese a los esfuerzos del establishment occidental y sus corporaciones propagandísticas.

Sin ir más lejos esta semana el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (www.celag.org) analizaba los principales escenario planteados recientemente por los Think Tanks (Tanques de pensamiento) más influyentes del mundo. Algunos directamente alertando sobre el ascenso de China como centro, otros responsabilizando a Trump del mal manejo ante la pandemia. En lo que todos coincidían es que China es el peligro (excepto para los tanques de pensamiento chinos, obvio).

Los acontecimientos de las últimas semanas, no sólo hacia lo interno, sino hacia lo externo de la política norteamericana, dan cuenta del cimbronazo que vive el imperio. Hacia lo interno, no sólo fue el asesinato de George Floyd (que desató un mar de movilizaciones en todo el país), sino también los intentos de Trump de apagar el fuego con nafta, amenazando con sacar al ejército a las calles de su propio país. Este hecho no lo respaldaron ni el Pentágono, ni los demócratas, ni siquiera el Secretario de Defensa (Mark Esper). Incluso les miembres del Partido Republicano esquivan posicionarse o directamente critican abiertamente al presidente.

Foto: Getty Images

Para colmo de males, ahora hasta Twitter se pudo de punta con el magnate brabucón que conduce los destinos del país desde el Despacho Oval de la Casa Blanca. Y es que como señala el colega Jorge Elbaum, las multinacionales tecnológicas desplazaron a las corporaciones energéticas, financieras e industriales de los primeros puestos en la recaudación y acumulación de capitales. Hoy Apple, Alphabet, Microsoft, Amazon o Facebook son quienes empiezan a tener la sartén por el mando, y es por demás sabido que Trump proviene del sector energético.

A lo antes mencionado hay que agregar el papel que está jugando China en el sector de la innovación tecnológica, la inteligencia artificial y las redes 5G. Trump pierde con los propios y los ajenos, y en su forma altanera y autoritaria de querer controlar la situación parece estar agotando los últimos cartuchos, pero de todas maneras intentará no perder.

Como se ha mencionado en reiteradas oportunidades, una bestia herida de muerte, lejos de rendirse, se vuelve más bestial y peligrosa. Tambores de guerra que cada vez suenan con mayor intensidad en Venezuela, no son mera coincidencia, son parte de la posible salida hacia adelante del imperio. Caotizar Nuestra América como lo hicieron con Medio Oriente, no es algo descabellado en las pretensiones de dominación imperial.

En noviembre de este año, se supone que serán las elecciones en el país del norte. Lo que previo a la pandemia era un triunfo asegurado de Trump, se discute producto de su mal manejo y las vulnerabilidades sistémicas que puso de manifiesto la crisis sanitaria. Pero como dice el refrán: “No está muerto quien pelea”, y Trump, si de algo sabe, es de cómo jugar sucio.

Como sostiene el analista Marcelo Solervicens, excepto en dos ocasiones, todos los presidentes norteamericanos se reeligieron, y pese al desastre sanitario que es hoy EEUU, a Trump todavía le quedan ases bajo la manga. No sería ni la primera ni la última vez que se utilice el argumento de la guerra para ganar una elección. China, Irán, Siria, Venezuela, Cuba… Todas opciones bélicas que en cualquier momento pueden encenderse.

Pero (siempre hay un pero) que llegue Joe Biden (Sleepy Joe, como lo descalifica Trump), no garantiza que para la región puedan cambiar mucho las cosas. De hecho la política exterior norteamericana no ha cambiado esté un demócrata o un republicano conduciendo los destinos del imperio.

Habrá que ver qué sucede; pensar en noviembre es una eternidad teniendo en cuentas la velocidad con la que se dan los hechos y lo vertiginoso de la política internacional en estos momentos. Habrá que ver si en esta ocasión no es el pueblo norteamericano el que le grita a Mr. Trump la tan famosa frase: You are fired!

¿Por qué el negro es negro? Una interpretación peronista, marxista y gramsciana del color

¿Por qué el negro es negro? Una interpretación peronista, marxista y gramsciana del color

TIEMPO DE LECTURA: 8 min.

POR JORGELINA URRA*

Estas líneas intentan aportar al análisis en torno a la construcción social de muchos de los relatos que demonizan todo aquello que no pertenece a la cultura blanca, tomando como punto de partida la Teoría del Color. Como recurso simbólico, esta teoría ha contribuido a legitimar el modelo de hombre -occidental, blanco y normado- que bajo los cánones de la modernidad y su inseparable modelo de acumulación capitalista, se ha impuesto como hegemonía mundial a lo largo de los siglos.

Para tener una imagen representativa de lo que hacemos referencia, podríamos decir que se trata de una persona pálida, de estilo europeo o pro yankee, que cumple con determinados cánones al comprar los estereotipos de belleza, estética o moral que el sistema ofrece; consciente o inconscientemente. Esa es la normalidad que nos vienen vendiendo e incluso con la que muchas veces nos han hecho soñar.

La Zur Farbenlehre

Entre el crecimiento de Estados Unidos como posible potencia y el cambio de paradigma posterior a la Revolución francesa, Alemania se encargaba de hacer la revolución de la pluma. Escapando a las apreciaciones artísticas de la ilustración, por el lado del romanticismo, Johann Wolfgang von Goethe (poeta) desarrolló la Zur Farbenlehre, traducida al español como “Teoría de los Colores”, aunque su traducción más acertada del alemán es “enseñanza”, por lo que su lectura no ha sido muy objetiva.

Ese cambio lingüístico podría leerse como un gran error de traducción o un pequeño adoctrinamiento, ya que modifica absolutamente el enfoque desde el cual pretende ser analizada a simple vista. El intercambio simbólico entre lo que quiso decir el autor, la obra en sí y quien la recepta, pretende darse desde el aprendizaje directo de la experiencia. Goethe invita a mirar, observar y obtener conclusiones propias, por lo tanto es una obra que se presta a la libre interpretación; pero ha sido presentada como una teoría en lugar de una enseñanza.

¿Que entendía Goethe por color?

Desde el punto de observación naturalista y de experimentación científica por medio del método cuantitativo, y en contraposición a la teoría física newtoniana predominante desde el siglo anterior, Goethe nos acerca una enseñanza respecto del fenómeno cromático que, siendo útil a les artistas de la posteridad, planteó un “regreso al arte” desde la fisiología del color y el efecto moral y estético del mismo. Su teoría se opone al enfoque óptico- matemático de Newton, que proponía una supuesta “objetividad” respecto del estudio de la luz y el color. Ésta explicación objetiva, medible del color, dejaba fuera de consideración la cualidad específica del color para el órgano visual, la relación viva entre la luz y el ojo.

A grandes rasgos la Teoría del Color se compone de dos secciones. En la primera están los aspectos físicos, químicos, teóricos y psicológicos o culturales del color, en donde Goethe hace énfasis principalmente en la tipología cromática. Ésta se divide en tres categorías: fisiológica (colores subjetivos, donde el único intermediario es el sujeto perceptor), física (colores subjetivos u objetivos de intensidad variable dependiendo del objeto intermediario), o química (colores objetivos fijados artificial o naturalmente sobre los cuerpos o cualquier sustancia).

En la segunda sección de su trabajo, realiza un análisis “sensible-moral” de los colores, algo que allanó el camino para el estudio de la psicología del color, dato clave para entender la visión occidental moderna. Se trata de la relación entre el aspecto material del color (aquello que observamos); y la naturaleza interior inmaterial del hombre (nuestra interpretación respecto de lo que observamos).

Es una asociación moral centrada en el ser humano desde el plano sentimental y simbólico, del uso del color como recurso estético; lo que nos lleva a considerar el rol del color en campos como la música, la medicina, la filosofía; o por qué no, en las líneas que delimitan los diversos territorios en que el color es encerrado. Si al encontrarnos con la palabra “África”, la sinapsis automática que realiza nuestro cerebro se asocia directamente al color negro, y por consiguiente a la pobreza, significa que la Teoría del Color es real, y puede hacernos daño. Por eso, es interesante remarcar en este punto la teoría de las polaridades, una concepción subjetiva de los colores como límites entre luz y oscuridad, como elementos polares contrapuestos. Algo así como el Yin y el Yang del color.

Goethe entiende el concepto de polaridad en la naturaleza como una ley de oposición donde existen “fuerzas de signo contrario”, al igual que en la corriente continua. Según el poeta, esto se da por la relación simbólica entre luz y oscuridad y su vínculo con le sujete. Los colores acromáticos, como el negro, representan entonces “la oscuridad”, de signo negativo (-), y el blanco representa “la luz”, de signo positivo (+). En el desarrollo del círculo cromático analiza aspectos como la temperatura (cálido y frío) o divide los colores entre activos y pasivos. Relacionar los colores con las tonalidades acromáticas da como resultante los dos polos primarios: el amarillo (sombra luminosa, del lado activo); y el azul (sombra oscura, del lado pasivo). Por lo tanto el círculo cromático se define en dos arcos: el positivo (rojo- naranja- amarillo) y el negativo (verde- azul- violeta).

Accedemos a la forma sólo a través del color

A partir de la base del estudio del color que propone Goethe, una gran cantidad de filósofes, científiques, psicólogues y artistas han realizado diversas teorías que dan cuenta del efecto de los colores en la psique humana. Eva Heller en su obra Psicología del Color explica la interpretación psicológica de cada uno: el negro (con sus diferentes matices) representa cuestiones negativas como el duelo, el poder, la violencia y la brutalidad entre otras. Sin lugar a dudas estas interpretaciones subjetivas han dado pie a la delimitación de patrones de comportamiento respecto del color, que fueron y siguen siendo utilizadas para promover un conjunto de valores morales y éticos pertinentes a los intereses del gran hegemón blanco, lo que pone de manifiesto la relación dialéctica entre el color y el comportamiento humano.

El brillante análisis que realizaba en tono interrogador con más certezas que dudas, dejaba en evidencia un cúmulo de diversas situaciones que suelen pasar inadvertidas, y en las que absolutamente todas las referencias al color negro se relacionan directa o indirectamente con concepciones negativas; esto da lugar al blanco para posicionarse como “el lado bueno”.

Desde las grandes obras pictóricas como La Última Cena de Leonardo Da Vinci -representación bíblica ejecutada sólo por blancos-, hasta campañas publicitarias como la de Volkswagen, que con un poco de barba y una chalina (Kufiyya) presentaba a un hombre de tez morena, aparentemente terrorista yihadista, para dar a entender que el nuevo modelo de auto era a prueba de bombas; el color y la simbología utilizada de manera malintencionada por diversos intereses políticos, genera efectos específicos en quien percibe el mensaje a partir de la mera observación, y está claro que no tienen ningún tipo de reparo en las consecuencias negativas que tales atribuciones generan en muchas culturas.

Por lo tanto no sorprenden las reacciones que vemos manifestadas en las calles de Minneapolis hoy por hoy. No obstante, sería bueno reflexionar entorno al uso del término “racismo” para referirnos, en realidad, a una cuestión de discriminación étnica y cultural. Todes pertenecemos a la raza humana, eso no debería estar en discusión.

Manifestación por George Floyd

El territorio, la pertenencia cultural y la discriminación

Como se mencionaba en párrafos anteriores, es posible encasillar el color a un determinado territorio, pero incluso entonces, la discriminación puede variar según el contexto en el que les sujetes vulnerades estén inmerses. Dependen del tipo de relación que establezcan con el mundo, o a la que se les permita acceder. ¿Qué significa esto? Cuando en los grandes medios se habla de discriminación, normalmente se está haciendo referencia a la comunidad negra (afrodescendiente) que habita territorio estadounidense, ya que la relación histórico-material entre estos, está plagada de violaciones a los derechos humanos, denigración y menosprecio, que se evidencia desde que les afro eran colonia en las plantaciones del costado del Mississippi hasta nuestros días, cuando vemos que un negro es asesinado sin escrúpulos en plena calle y a manos de un efectivo policial blanco.

¿La discriminación se mide según el grado de negritud? No, absolutamente todos los matices del negro son objeto de discriminación, independientemente de si pertenecen o no a comunidades afro, y el caso más concreto para analizar es el de la comunidad Qom del Norte Argentino. En reiteradas ocasiones esta comunidad ha sido violentada de diversas formas, que van desde la violación hasta la desmoralización, pasando por golpes, secuestros, quita de derechos e incluso de territorio y acceso a los bienes comunes para satisfacer necesidades básicas, sea a manos de las fuerzas de seguridad o del mismo Estado. En la última semana surgió un nuevo caso de agresión hacia miembros de esta comunidad, por eso cuando nos pronunciamos en contra de la discriminación debemos contemplar todo aquello a lo que la palabra hace referencia; de lo contrario, estaríamos vaciando la discusión y permitiendo que se siga reafirmando la violencia en el sentido común y la práctica cotidiana.

Familia qom brutalmente agredida por la Policía en Chaco

Podríamos seguir marcando ejemplos y argumentar cada uno de ellos a través del análisis que nos permite realizar el prisma de la Teoría del Color y hablar de les cabecitas negras, les pobres, o toda la gente que habita territorios vulnerados en los que el Estado parece no llegar y que por las condiciones materiales que les atañen, son estereotipados bajo el calificativo despreciativo de “negros” y sus variantes de acuerdo al poder adquisitivo; pobres, villeres, kukas, planeres etc.

Pero la conclusión a la que se intenta llegar es a que post cuarentena no debemos volver a la normalidad, algo que desde el inicio es intransigente y no representa la cultura nuestroamericana. Nos han convencido de que se trata de “racismo” en lugar de discriminación por color, incluso sabiendo que raza hay una sola, la humana. ¿Cabe, entonces, la posibilidad, luego de haber experimentado tantos extremos, de retomar el cumplimiento estricto de los mandamientos de la normalidad? ¿De darle el gusto a la hegemonía blanca?

Más aún, piensen en las veces que de manera inadvertida hemos sido cómplices de la rueda que mueve al mundo, alimentada por la lógica consumista y enardecida por las estrategias mercantiles, que apropiándose de diversas culturas a partir de una resignificación -de un conjunto de valores o creencias, incluso modos de vida y vestimenta-, han vaciado de significante y convertido en otro producto vendible, toda cultura que resulte un estorbo para el desarrollo imperial. En definitiva, estamos hablando de colonialismo cultural, algo que para Goethe quizá sería una visión muy poco sensible de relacionarnos con el mundo a través de los colores.


* Entiende que para que las ideas no mueran hay que escribir, pero como el 
lenguaje es un universo lleno de palabras muertas y consejos de la RAE;
prefiere hablar desde el léxico revolucionarie.

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