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POR NICOLÁS DE LA IGLESIA

Mientras Donald Trump se esconde en un búnker abajo de la Casa Blanca en un país prendido fuego, mientras Ángela Merkel se fija cómo hacer para que el Deutsche Bank (el banco más grande de Alemania) no quiebre y se lleve a la rastra a toda la Unión Europea, y mientras Piñera y Bolsonaro cavan fosas comunes, Argentina se muestra como un faro en medio de una economía mundial en franca caída.

Sin ir más lejos, desde la Oficina de Países Bajos CPB para el Análisis de la Política Económica, ven azorados como el comercio mundial está bajando a niveles alarmantes. La referencia más clara de una crisis económica, conocida por muches, es la famosa crisis del 2008, en donde explotó la “burbuja” inmobiliaria yankee y se llevó puesto al sistema financiero internacional. En esta ocasión, los porcentajes de comercio internacional muestran, en el primer trimestre del 2020, una baja aún más pronunciada que en ese entonces.

Para entender el por qué de esta caída abrupta, hay que recordar que los pronósticos a fines del año pasado no eran alentadores. La famosa pelea comercial entre Estados Unidos y China funcionó como catalizador y comenzó resquebrajar el delicado castillo de naipes que es la economía mundial. Una de las perjudicadas de este conflicto fue Alemania, un ejemplo paradigmático de un país industrializado y pujante. Sin embargo, esta batalla comercial impidió que el país germano pueda acceder cómodamente a la materia prima para sus fábricas. En pocas palabras, en diciembre del 2019 la primera potencia económica de la Unión Europea comenzaba a entrar en recesión, después de una década de crecimiento continuo.

Entonces, si el pronóstico no era bueno y encima le sumamos el cierre casi completo de la actividad económica de una gran parte de los países del mundo, lo que queda por delante es, en pocas palabras, caos y destrucción. ¡Ojo! Pareciera que estas crisis suceden ya sea por la guerra comercial o por el COVID-19, sin embargo, no es el análisis adecuado. El principal problema que afronta la humanidad y tal vez su peor enemigo a la hora de pensar desarrollos económicos soberanos, es la financiarización de la economía global.

El principal escollo es, hoy por hoy, que los bancos centrales lo único que están haciendo para contener el tsunami es emitir y emitir, rezando que los problemas se solucionen solos. La realidad es que el sistema financiero no está reglamentado ni a nivel internacional, ni desde los estados nacionales. Entonces, la clave está en intentar regular este sector de manera colectiva; eso sí, tiene que estar la voluntad política de que este sistema de saqueo sistemático deje de existir, o de lo contrario, peores crisis se sucederán.

¿Y por casa?

En Argentina el Gobierno nacional está manejando esta crisis con más aciertos que errores. Si se tiene en cuenta el contexto de caos global, el peronismo está en su salsa. Más allá de errores puntuales, se ve la voluntad política de gobernar para les más vulnerables. A lo que se esta apuntando desde el Ejecutivo nacional es a generar un proceso redistributivo real. A diversos planes, como el plan Argentina Construye o el Concetar Igualdad, ahora se suma una verdadera victoria política: la estatización de la empresa Vicentín.

Esta empresa es la sexta exportadora de granos del país. Cuenta con acciones en 20 empresas no sólo en Argentina, sino también en Uruguay, Paraguay, Brasil y España. Es la principal empresa de molienda de oleaginosa, con ventas que superan los 3 mil millones de dólares. Al ser la firma con mayor capacidad instalada para la molienda de granos, pasan un aproximado de 8.4 millones de toneladas de cereales por sus fábricas, lo que representa un 9% de lo exportado por el país.

A mediados de mayo un solo tweet de la diputada Fernanda Vallejos, hizo que toda la oposición se escandalizara y se rasgara las vestiduras por sus aportantes de campaña. Claro, lo que propuso la diputada era nada más  y nada menos, que aquellas empresas que recurrían al estado en busca de un salvavidas, no se la lleven de arriba; o sea, que ese salvataje no sea gratis, sino que el Estado nacional adquiera acciones de dicha empresa (práctica que se sopesa en Italia, Francia y que podría extenderse a más países liberales).

Si bien desde el circulo de Fernández no miraron con malos ojos a esta propuesta, no hicieron declaraciones contundentes al respecto. Poco se imaginaban desde el sector empresarial que la palabra con la que tienen sus peores pesadillas, aquella que hace que sus miembros erectos se vuelvan flácidos, los estaba asechando a la vuelta de la esquina. “Expropiación”. Esa fue la palabra que circuló cómo mantra el lunes por la tarde en todos los medios de comunicación. En todas las notas confirmaban lo que gran parte de la militancia y del sector político le pedía al gobierno, que sacara frutos de los negociados de González Fraga y Macri.

Estos últimos días y con el delirio de la “infectadura” corriendo por los medios hegemónicos, desde diverosos sectores se cuestionaba por qué siempre era el Gobierno el que tenía que salir a contestar, en lugar de proponer el tema de agenda. Ahora se plantea otra batalla discursiva en dónde el que está proponiendo el tema es el oficialismo. Lo cierto, es que desde la oposición no tienen muchos más discursos con los cuales atacar. Por lo visto ahora están rascando el fondo de la olla, convocando a energúmenos conspiranoicos que tienen en YouTube la teta de la cual chupan la idiotez que los corrompe.

La estatización de una empresa de las dimensiones de Vicentín, le va a permitir al Estado nacional poder intervenir en el mercado de cereales sin pagar retenciones, y comprarle a pequeños y medianos productores. Al mismo tiempo, se asegura una entrada de dólares fundamental para los tiempos que vienen. Es más, si se piensa a largo plazo, la próxima crisis va  a estar relacionada con los alimentos, por lo que esta estrategia es aún más valiosa.

La frutillita del postre la pone Martín Guzmán quien cuenta con amplio apoyo internacional (Alemania, Francia y el FMI) en las negociaciones por la reestructuración de la deuda. El camino es sinuoso, pero de lograrse una negociación con acreedores tal y cómo la plantea el ministro de economía, el próximo paso debería ser modificar las leyes impositivas que dictó Martínez de Hoz para poder forjar un sistema distributivo más igualitario. De concretarse estás modificaciones estructurales podríamos empezar a soñar con la patria libre, justa y soberana por la que dieron su vida miles y miles de argentinos y argentinas.


*Existencialista. La cuestión del "ser" le parece inabordable. El humor es su bálsamo, la tabla 
con la que surfea la ola de mierda que puede ser la realidad. Hace poco se dio cuenta que siempre
fue peronista.

Referencias:

https://mundo.sputniknews.com/economia/202006061091675611-la-crisis-de-deutsche-bank-plantea-problemas-para-espana-y-el-resto-de-la-ue
https://mundo.sputniknews.com/economia/201904281086964826-desaceleracion-economia-mundial-global-amenaza-crisis
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Crisis_financiera_de_2008#:~:text=La%20crisis%20financiera%20Global%20de,crisis%20de%20las%20hipotecas%20subprime.
https://www.ambito.com/economia/vicentin/los-numeros-que-analizo-

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