En este año 2023 que arranca, Washington sigue amenazando a la nación socialista coreana, que ni dudará en defenderse con sus armas atómicas.
Las autoridades de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) han sostenido que Washington y Seúl se preparan en los “ejercicios de disuasión prolongados” para una supuesta guerra nuclear contra lo que en la prensa occidental se conoce como “Corea del Norte”. Estados Unidos está recolonizando Corea del Sur no sólo con presencia militar (se calcula que hay unos 40.000 soldados del imperio en la frontera con la RPDC), sino que invierte millones y millones en asesorar al ejército surcoreano y al actual gobierno conservador, antifeminista y autoritario de YoonSuk-yeol (presidente de la colonia surcoreana desde mayo de 2022).
Un exfiscal anticorrupción del Partido del Poder Popular y político conservador de 61 años, exhortó a Pyongyang a que renuncie a su arsenal nuclear. Otro elemento que parte de su giro en la política exterior es su preferencia a trabajar con la “comunidad internacional”, lo que cobra valores concretos en el marco de la actual guerra en Ucrania y la disputa estratégica entre Estados Unidos y China.
Yoon tomó las demandas del reaccionario movimiento antifeminista y contra la diversidad sexual que se impuso en la campaña electoral, entre ellas la supresión del Ministerio de Igualdad de Género. Este nuevo “pelele” del imperio llegó a culpar a las mujeres por la caída en la tasa de natalidad.
Por su parte, las autoridades revolucionarias de Pyongyang anunciaron haber lanzado cuatro misiles de crucero estratégicos en el mar del Este, recalcando así su gran “fuerza de combate” ante posibles amenazas de Estados Unidos y Corea del Sur. En lo que va de febrero de este año 2023, la RPDC también lanzó tres misiles balísticos no especificados hacia el mar del Japón, en respuesta a los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur que involucraron bombarderos estratégicos B-1B.
Recordar que en 1953 se firmó un armisticio entre Estados Unidos y la RPDC, que no puso fin a la guerra en la península coreana. Técnicamente la patria socialista coreana y el imperio están en plena guerra. Washington sigue utilizando su base militar poderosa en Corea del Sur, y junto a Japón y las Filipinas está rearmando la zona del “Extremo Oriente” para intentar socavar tanto a la RPDC como a la República Popular China con el contencioso de la isla de Taiwán, provincia considerada rebelde para Pekín desde 1949.