Carnaval uruguayo: 40 días y mil noches de crítica, risa y creatividad

Carnaval uruguayo: 40 días y mil noches de crítica, risa y creatividad

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

El carnaval uruguayo, el más extenso del mundo, está llegando a su final. El concurso oficial se acaba y el pueblo conocerán los cinco ganadores de cada una de las categorías (murgas, parodistas, sociedad de negros y lubolos, humoristas y revistas). La murga es por un lado, un género coral-teatral-musical, y por otro, la denominación que se le da a los conjuntos que lo practican, sobre todo en Carnaval.

Lucecitas de colores invaden las calles. Montevideo y otras tantas ciudades del Uruguay se tiñen de colores, lentejuelas y gargantas que espetan a voz en cuello las verdades de los de a pie. Un megáfono de 40 días con escenarios en todos los barrios, desde los más acomodados hasta la periferia montevideana donde muchas veces el carnaval termina siendo el único acceso a la cultura de los habitantes del barrio.

Las murgas uruguayas más conocidas son Los Patos Cabreros, Los Diablos Verdes, Araca la Cana, Asaltantes con Patente, Contrafarsa, Falta y Resto, Curtidores de Hongos y en los últimos años han aparecido nuevos conjuntos que han revolucionado el carnaval y traspasado fronteras como Agarrate Catalina, Queso Magro y La Mojigata.

El de este año ha sido un carnaval atípico, atravesado por la sequía, donde se suspendió solamente una etapa del concurso. Usualmente el carnaval finaliza los primeros días de marzo, superponiéndose al inicio del año lectivo escolar. Este año la competencia y los tablados barriales finalizarán en la última semana de febrero.

Han habido temas que atravesaron muchos libretos de conjuntos y a su vez de categorías. El aumento de las tarifas, combustibles y alimentos ha sido figurita repetida en varios repertorios.

Los narcos han sido tema recurrente por la cantidad de hechos que han sucedido en el país: grandes incautaciones de cocaína, ajustes de cuentas y el caso más sonado, el de Sebastián Marset donde el gobierno uruguayo facilitó su pasaporte para poder fugarse de Dubai y seguir prófugo hasta el día de hoy.

Otro de los temas que no pasó inadvertido, e incluso hasta un punto llegó a ser muy reiterativo, es el de Alejandro Astesiano, exjefe de seguridad del presidente Luis  Lacalle,. Incluso conforme transcurría el concurso y aparecían más chats, audios y conexiones en la investigación, los conjuntos carnavaleros iban agregando la nueva información a su libreto de dura crítica al gobierno neoliberal.

El otro carnaval | Murga al estilo uruguayo

La reforma de la educación fue otro de los puntales de crítica por parte de las agrupaciones carnavalescas. El presidente del Codicen, órgano rector de la Administración Nacional de Educación Pública, Robert Silva, ha sido blanco de furibundas críticas. Para contextualizar, Silva es la cabeza de turco de este gobierno para llevar adelante la reforma educativa. Se está inmolando por un proyecto sumamente regresivo, mercantil, ajustador y desprolijo.

Otra de las reformas predilectas por los letristas de las murgas para denunciar es la de la reforma a la seguridad social, que intenta que  los trabajadores precisen más años de servicio para poder jubilarse… y todavía cobrar menos.

La causa de los desaparecidos y la consigna “Nunca más” se mantiene vigente y a lo largo del tiempo por cada vez más conjuntos que la incorporan a su repertorio. Vale decir, que si cada vez más conjuntos la toman es porque la impunidad sigue campante a sus anchas en este Uruguay.

Murga Uruguaya

La salud mental se hizo eco en el templo de Momo en conjuntos como la Revista House y las murgas Asaltantes con Patente y Nos Obligan a Salir. Encarado desde distintas ópticas, el hospital siquiátrico Vilardebó, la terapia, el sufrimiento personal, la depresión y el suicidio; el trasfondo es el mismo, con las consecuencias de una pandemia como agravante de una sociedad que enferma por sus exigencias, mandatos y lógicas mercantiles de relacionamiento.

Por parte del oficialismo, como en años anteriores, siguió señalando al carnaval y sobre todo a las murgas, exigiéndole equidistancia y críticas tanto para la derecha como para la izquierda. Una vieja reyerta que al volver la derecha al gobierno cobró mayor vigor.

Un señalamiento que desconoce que durante los quince años de progresismo frenteamplista, existieron sendas críticas a los gobiernos de centroizquierda en el carnaval y que además desconoce el origen de la murga y el público que lo consume.

La fiesta del dios Momo llega a su fin. Versos de despedida cantan sus últimas bajadas en los tablados de cada barrio. Bajo el asfalto de la ansiosa ciudad se van guardando los trajes, los micrófonos se apagan, los grandes artistas cotidianos que por 40 días y mil noches prenden el megáfono de los sin voz ante miles de personas esquina a esquina, van haciendo mutis por el foro.

Por un año, los uruguayos repetirán los cantos de sus murgas preferidas. La murga, alegre y mistonga, crítica y fatal, campeó más de un vendaval como para que un gobierno oligarca pueda hacer callar la fiesta popular.

Hasta el próximo carnaval.

Artículo publicado originalmente en Periferia

Nicolás Centurión
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio… se convirtió en mi oficio.» La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

Un verano mas acalorado de lo habitual: nueva tensión democrática en Perú

Un verano mas acalorado de lo habitual: nueva tensión democrática en Perú

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Diciembre del 2022 comenzó en Perú con un golpe de Estado parlamentario que mantiene al presidente electo, Pedro Castillo, privado de su libertad, y a una presidenta transitoria que recibe las demandas del pueblo a los golpes. Los números de víctimas fatales y de violaciones a los derechos humanos crecen día a día.

Durante los últimos meses, la actualidad en Nuestra América se complejizó aún más de lo habitual. La región suele transitar históricamente procesos de desestabilización política y económica, marcados por las tendencias colonizadoras de hace varios siglos por parte de naciones imperialistas y que como respuesta se gestaron luchas organizadas y más tarde, apareció el compromiso de ciertos líderes populares que le devuelven a los pueblos de nuestro continente la libertad y la justicia que merece.

Sin embargo, no es el caso de Perú que vive un presente que cortó con la armonía democrática que poseía hasta principios de diciembre. Tiene como preso político al presidente elegido mediante el voto popular, Pedro Castillo, y en el ejercicio del poder a Dina Boluarte, quien ocupaba el cargo de vicepresidenta hasta que ocurrió dicho golpe.

Desde hace un poco más de dos meses (cuando Castillo fue derrocado por el gobierno golpista), las manifestaciones en contra del actual régimen y en pedido de un adelantamiento de elecciones no cesan, y, por el contrario, se incrementan cada vez más. Al mismo tiempo, se anexan nuevas exigencias como el cierre del Congreso y la tratativa de una Asamblea Constituyente libre y soberana.

Conforme pasa el tiempo, las protestas se tensan cada vez más con acciones más enérgicas y con un número de protestantes en constante ascenso, entre los que se encuentran mayoritariamente campesinos y trabajadores. Este crecimiento se fogonea en gran parte por el repudio a la respuesta del gobierno de facto que reprime de manera violenta y que lleva a día de hoy, el saldo de más de 70 muertes. Además de los miles de heridos, desaparecidos y detenidos que atravesaron situaciones de violencia sexual y torturas ejecutadas por el aparato represivo del Estado a través de la policía y el ejército.

Este desbalance político tuvo su comienzo puntual entre los días 7, 8 y 9 de diciembre, cuando el hasta entonces presidente Castillo, fue acusado por “incapacidad moral permanente”, una infracción constitucional que no tiene límites de acciones claros y que se convierte en un gran arma a la hora de ejecutar un golpe parlamentario, como lo es en este caso.

Si bien el actual preso político cargaba en su corto mandato con una falta de rumbo concisa y ciertos errores, entre ellos, muchas vinculaciones a la corrupción (sin pruebas hasta ahora), este tipo de acusación contiene una carga subjetiva muy grande y es definida en base a los intereses de la mayoría que constituye el parlamento.

Debido a la sumatoria de estos motivos, el golpe de Estado en Perú durante diciembre del año pasado fue casi un trámite. Legal en ciertos papeles y una muestra más de cómo los mecanismos de poder dominan los países de Nuestra América sin la necesidad de grandes esfuerzos y con una carga de cinismo efervescente.

Pero no es exactamente por esta vía que fue derrocado Castillo, sino por su intento de defensa, ya que ante la arremetida acusación que preveía un único final bajo un objetivo premeditado, el hasta entonces presidente decretó un “gobierno de extensión”, en el cuál resolvió disolver el Congreso, llamar a elecciones para una Asamblea Constituyente y reorganizar el Poder Judicial. Hecho que le sirvió a opositores y a funcionarios del propio gobierno para tildarlo a él como “anti constitucional” y a su accionar como un “intento de golpe de Estado”. Por lo que el Poder Legislativo optó por amplia mayoría la destitución de Castillo, al mismo tiempo que fue detenido tras la orden de la fiscal Patricia Benavidez. Minutos después, un portavoz del Departamento de Estado de Washington, declaró que Estados Unidos ya lo consideraba “ex presidente”.

Esta maquinaria golpista funcionó en el gobierno de Castillo durante toda su corta gestión, ya que en el lapso de un año y medio, se lo acusó dos veces con la misma carátula, pero no llegó a reunir los votos necesarios. Con esta última situación, son cuatro en total los intentos de desestabilización que se hicieron, si se tiene en cuenta la acusación de “traición a la patria”, mediante la cual se ejerció un juicio político al presidente preso, pero que finalmente fue anulada por falta de sustento según el Tribunal Constitucional.

No obstante, esta inestabilidad democrática que rige al poder ejecutivo del Perú no es tan solo un hecho de la presidencia de Castillo, sino que data de una sucesión de conflictos que se prolongan desde hace varios años. Desde 2018 hasta la actualidad, (tiempo que solo permite dos mandatos cumplidos distintos como máximo), Perú tuvo seis presidentes.

En este sentido, según el documento firmado por el Comité en Solidaridad con el Pueblo peruano de La Plata, Berisso y Ensenada, que marchó hace algunas semanas hacia el consulado peruano para exigir el cese del golpe de estado, esta convulsión tiene sus raíces incluso años atrás: “El Perú viene atravesando unas de sus peores crisis político/social de los últimos años, consecuencia de 30 años de la instalación del neoliberalismo en nuestro país y 202 años de la fundación de la República donde no hicieron parte a los indios, los esclavos y las mujeres que lucharon por la independencia de España, que sometió a nuestros pueblos – de la mano de la aristocracia limeña – por más de 300 años”, comienza el escrito firmado por los convocantes a la marcha.

En los últimos 23 años de haber recuperado nuestra democracia, luego de derrocar a la dictadura de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, nuevamente el pueblo se ha volcado a las calles para denunciar y repudiar a la dirigencia política – títere de los grupos de poder – que en complicidad con las fuerzas represivas del Estado han usufructuado nuestra débil democracia para sus viles negociados en detrimento del sufrimiento de nuestras naciones”, continúa el documento que repasa los últimos antecedentes antidemocráticos.

En esa línea, Arturo Sánchez, integrante del comité, vociferó a micrófono abierto: “Venimos en son de paz a manifestar nuestro dolor para que la sociedad platense sepa lo que está pasando en Perú, que ya lo sabe, pero pretendemos que no llegue solo el discurso mediático de que es una democracia y una pelea entre violentos y nada más; es una dictadura en la que está muriendo gente que es el pueblo, que está poniendo el cuerpo, gente del pueblo del sur que son los más pobres”, y sentenció: “Claramente no es un conflicto cuando el manifestante sale con un palo y le disparan una bomba lacrimógena a 3 metros de la cabeza, eso es una dictadura”.

Joaquín Bellingeri
Joaquín Bellingeri

Militando desde la información y la palabra contra el amarillismo oportunista y por una sociedad en la que predomine la equidad social.

Estados Unidos le sigue declarando la guerra a Corea socialista

Estados Unidos le sigue declarando la guerra a Corea socialista

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En este año 2023 que arranca, Washington sigue amenazando a la nación socialista coreana, que ni dudará en defenderse con sus armas atómicas.

Las autoridades de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) han sostenido que Washington y Seúl se preparan en los “ejercicios de disuasión prolongados” para una supuesta guerra nuclear contra lo que en la prensa occidental se conoce como “Corea del Norte”. Estados Unidos está recolonizando Corea del Sur no sólo con presencia militar (se calcula que hay unos 40.000 soldados del imperio en la frontera con la RPDC), sino que invierte millones y millones en asesorar al ejército surcoreano y al actual gobierno conservador, antifeminista y autoritario de YoonSuk-yeol (presidente de la colonia surcoreana desde mayo de 2022).

Un exfiscal anticorrupción del Partido del Poder Popular y político conservador de 61 años, exhortó a Pyongyang a que renuncie a su arsenal nuclear. Otro elemento que parte de su giro en la política exterior es su preferencia a trabajar con la “comunidad internacional”, lo que cobra valores concretos en el marco de la actual guerra en Ucrania y la disputa estratégica entre Estados Unidos y China.

Yoon tomó las demandas del reaccionario movimiento antifeminista y contra la diversidad sexual que se impuso en la campaña electoral, entre ellas la supresión del Ministerio de Igualdad de Género. Este nuevo “pelele” del imperio llegó a culpar a las mujeres por la caída en la tasa de natalidad.

Por su parte, las autoridades revolucionarias de Pyongyang anunciaron haber lanzado cuatro misiles de crucero estratégicos en el mar del Este, recalcando así su gran “fuerza de combate” ante posibles amenazas de Estados Unidos y Corea del Sur. En lo que va de febrero de este año 2023, la RPDC también lanzó tres misiles balísticos no especificados hacia el mar del Japón, en respuesta a los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur que involucraron bombarderos estratégicos B-1B.

Recordar que en 1953 se firmó un armisticio entre Estados Unidos y la RPDC, que no puso fin a la guerra en la península coreana. Técnicamente la patria socialista coreana y el imperio están en plena guerra. Washington sigue utilizando su base militar poderosa en Corea del Sur, y junto a Japón y las Filipinas está rearmando la zona del “Extremo Oriente” para intentar socavar tanto a la RPDC como a la República Popular China con el contencioso de la isla de Taiwán, provincia considerada rebelde para Pekín desde 1949.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

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