POR AGUSTINA FLORES*

La Patagonia, región históricamente en disputa, es conocida por sus extensas tierras y sus poderosos “dueños” de papeles flojos. La “Conquista del Desierto”, realizada a finales del siglo XIX y comandada por Julio Argentino Roca, produjo el genocidio de las comunidades y su “apropiación” para convertirles en mano de obra. La campaña creada con el objetivo de extender las fronteras del Estado Nacional argentino -al igual que el mercado de materias primas- finalizó en 1885, para luego iniciarse el proceso de reparto y explotación de tierras.
Los territorios pasaron por varias manos empresariales durante más de cien años y nunca se realizó ningún procedimiento para rever las apropiaciones y la historia estructural de las tierras, cuyo origen es oscuro y sangriento.
Algunas de las pocas personas que poseen las tierras hoy son el dueño de todas las tierras de Lago Escondido, Joe Lewis; el creador de la CNN, Ted Turner; los dueños de Nestlé, los Suchard; el actor Sylvester Stallone; el inversionista húngaro, George Soros; y, hasta hace poco, el hijo de uno de los fundadores de PepsiCo, Ward Lay. Pero tal vez el mayor terrateniente de la región es Luciano Benetton.
Cuando el Estado argentino repartió las tierras, más de cincuenta compañías inglesas comenzaron a operar en el país, la mayoría de los terrenos fueron administrados por la Compañía de Tierras del Sud Argentino durante casi un siglo. En 1975, la firma argentina “Great Western” compra la compañía y, en 1991 Benetton se hace de las tierras hasta el día de hoy: entre esa fecha y 1997 acumuló 900.000 hectáreas.
Pero, ¿qué es Benetton?
Los orígenes de la textil italiana datan en el año 1965, cuando Luciano, Giuliana, Gilberto y Carlo conformaron la empresa familiar. Con tan solo 20 años, Luciano se convirtió en el presidente de la compañía. Personaje de gran renombre en Italia, pasó por la Formula 1 a través de la inversión en una escudería, y también hizo carrera política cuando fue senador por el Partido Republicano Italiano. Curiosamente su carrera terminó por una investigación por corrupción.
La compañía es conocida por ser una de las más explotadoras del mercado: han tercerizado la producción en países de mano de obra barata, como es el caso de Turquía, donde fue denunciada por explotación infantil. En 2013, en Bangladesh, una de sus fábricas se derrumbó provocando la muerte de 1.132 trabajadores y dejando 2.500 herides. Al comienzo la textil se negaba a pagar indemnizaciones, hasta que por la mala fama que estaban ganando, se vieron obligados a hacerlo.
Volviendo a nuestro país, otro personaje importante es Ronald McDonald, administrador general de Benetton; en otras palabras, el “virrey” de la empresa en las tierras patagónicas. Sus discursos siempre son polémicos: en ellos desconocen los derechos de las comunidades mapuches y se defiende el modelo de latifundios extensos. “No son ocho locos, detrás está la organización Resistencia Ancestral Mapuche”, comentó McDonald para el portal “El País”, además de remarcar que le gustaría que el Estado argentino fuera tan exigente como el chileno, que les aplica la ley antiterrorista.
Las tierras de la familia Benetton son terreno de constante polémica: allí desapareció Santiago Maldonado. El Estado argentino y la empresa llevan una relación muy fina en la que las fuerzas policiales son avaladas para ingresar al predio sin ningún pretexto.
Las comunidades mapuches comenzaron hace más de diez años la reconstrucción de sus hogares mediante la recuperación del territorio que les pertenece ancestralmente. Benetton rechaza el derecho de los pueblos originarios proclamado en la Constitución argentina, asegura que vinieron de Chile, y McDonald remata: “son tan inmigrantes como mi abuelo”, haciendo alusión a su familia escocesa. En contraparte, los mapuches no se consideran ni chilenos ni argentinos, por el hecho de que ambos Estados son construcciones históricas posteriores a la vida de estos pueblos.

El conflicto comenzó con la iniciación del proceso de recuperación de tierras de la familia Curiñanco en 2002. Sin embargo, las propiedades de la Compañía de Tierras del Sud argentino no tuvieron mensura legal hasta 2006, según lo aclarado por el abogado de la comunidad mapuche, Valtrini. Información verificable por las observaciones del departamento de legales del Ministerio de Agricultura. De todas formas, esto no detuvo a Mc Donald para denunciar a la familia Curiñanco de usurpación.
A lo largo de los años otras comunidades mapuches comenzaron los mismos procesos de recuperación terrenal: la comunidad Nehuentuain Inchiñ de Costa del Lepá, la Lof Resistencia Cushamen, la comunidad Santa Rosa Leleque, la Lof Kurache, entre otras.
Son muchos años de lucha donde el Estado solo dialoga con balas y represión. La mayoría de las comunidades han creado guardias en las entradas de sus predios para alertar ante cualquier ataque. Además, se les ha tildado constantemente de ser violentos y terroristas, discursos fuertemente acusadores y discriminadores, que solo buscan que la sociedad piense que existe un justificativo para reprimirles.
Este año el panorama parecía mejorar, o por lo menos tenía las intenciones de hacerlo. En febrero se firmó el convenio para la creación de una “Mesa de Resolución Alternativa de Conflictos Territoriales con los Pueblos Originarios”, para empezar a tomar acciones ante los reclamos que las comunidades realicen.
Una semana después, diferentes comunidades denunciaron que Benetton bloqueó caminos vecinales, de tal forma que se les dificultó el acceso a sus tierras, dejándoles encerrades y obligándoles a rodear grandes extensiones de terreno para poder acceder a la ruta. “Los de la estancia nos pusieron candados nuevos, nos cerraron los pasos. Nos persiguen con la Policía, como si fuéramos delincuentes”, sostuvo Matilde Jofré, la referenta de la comunidad. También se manifestó que las personas que habían quedado dentro de la comunidad se estaban quedando sin comida y sin nafta para los generadores de energía eléctrica. Ante esta situación se enviaron notas al Instituto de Asuntos Indígenas (INAI) y a la Dirección de Asuntos Indígenas de Chubut.
Este mes, luego de que se hiciera público un comunicado repudiando la represión a la Lof Lafken Winkul Mapu, la policía volvió a atentar contra la Lof Kurache. Según lo denunciado, policías de la provincia de Chubut irrumpieron el territorio de la comunidad -cercano a la localidad de El Maitén-. También se señaló que intentaron entrar en comunidades vecinas y se volvió a denunciar el bloqueo de las tranqueras que dificulta la libre circulación.
Las comunidades se encuentran aisladas, pero no por la cuarentena, sino por la marginalidad a la que se las lleva una y otra vez. Existen marcos legales que amparan las recuperaciones de territorios, sin embargo, cuando la legalidad baila por las finas tranqueras de la propiedad privada, ninguna ley parece tener efecto
El domingo pasado comenzó la celebración del Año Nuevo Mapuche, We Tripantu, y esperamos que lo festejen en paz. Lo mínimo que merecen las comunidades es respeto, y se podría arrancar por cumplir las leyes que las protegen y reivindican sus derechos.
* Hija de los vientos patagónicos. Compañera (in)esperada de
la militancia para la liberación.
Entusiasta del puño y la letra. Lo personal es político, el periodismo también.
Fuentes:
https://elpais.com/especiales/2017/represion-mapuches-argentina/
https://latinta.com.ar/2017/08/imperio-benetton-dueno-patagonia/
https://www.ambito.com/informacion-general/chubut/benetton-bloqueo-un-camino-y-encerro-un-pueblo-mapuche-n5084106
https://kaosenlared.net/lucha-mapuche-comunidad-denuncia-irrupcion-de-la-policia-en-territorio-recuperado/
https://www.lavaca.org/notas/colores-desunidos-de-benetton-otra-vez-contra-los-pueblos-originarios-tranqueras-en-tiempos-de-cuarentena/