POR NICOLÁS SAMPEDRO*

Movilizaciones multitudinarias, piedras y bombas de pintura que vuelan por los aires, incendios y saqueos por doquier. Imágenes que se parecen a algunos pasajes del film de Todd Phillips (Joker), con Arthur Fleck ya convertido en el Guasón, caotizando las calles de Ciudad Gótica. En fin, Fernando Buen Abad lo sintetizó de manera categórica: “Una metáfora de ellos mismos”.
Una vez más la realidad supera la ficción y arden las calles del imperio al paso de la furia negra. Furia producto de siglos de opresión a las comunidades afro. Primero con la esclavitud, luego con el Ku Klux Klan o en las últimas décadas bajo el manto de un Estado que sólo se hace presente ante elles con un uniforme y un arma apuntando a sus cabezas.
Para colmo de males, la llegada de Donald Trump al Despacho Oval de la Casa Blanca, no hizo más que reforzar la presencia del ideario político y civilizatorio de los WASPs (White Anglo-Saxon Protestants). Blancos, Anglosajones y Protestantes que aborrecen todo lo que no sea como ellos, porque son ellos con “o”, pese al componente multigénero de quienes integran este sector de la sociedad norteamericana.

El detonante de la indignación y la ira de muches norteamericanes, esta vez llegó de la mano del asesinato de George Floyd a manos del policía (blanco) Derek Chauvin, en la ciudad de Mineápolis (Minnesota, Estados Unidos)[1]. Floyd fue detenido por los agentes policiales tras la denuncia de le empleade de un local quien señaló que una persona afroamericana había utilizado un billete falso de 20 dólares. Al llegar los oficiales, y sin mediar palabra, hicieron descender a Floyd de su vehículo, lo esposaron y luego de varias idas y vueltas terminaron arrojándolo al piso y asfixiándolo mientras éste insistía que no podía respirar. El grito que millones de personas repiten en las calles es la frase #ICantBreathe. Las estadísticas indican que en los EEUU, la vida de une afroamericane, no vale nada.
Pero el abuso policial contra la población negra no es nuevo. Según el sitio web mappingpoliceviolence.org entre 2013 y 2019 la cantidad de afroamericanes asesinades a manos de la policía supera los 1900 casos, y en su gran mayoría, los autores materiales de estos crímenes terminan impunemente absueltos.
Seguramente muches de les lectores recordarán el asesinato de Freddie Gray, en la ciudad de Baltimor (Maryland, al este de Estados Unidos) en abril de 2015. En aquel entonces las calles fueron escenario de la indignación y la represión durante varias semanas. Paradógicamente el gobierno de Barak Obama, primer presidente afroamericano de los EEUU, no hizo prácticamente nada por revertir el racismo y la segregación.
Como frutilla del postre, el mandamás de Trump dijo que si el alcalde de Mineápolis no podía controlar la situación, enviaría a la Guardia Nacional a “hace bien el trabajo”, etiquetando a les manifestantes de “matones”[2].
Pocas horas después de que el presidente norteamericano lo criticara por “falta de liderazgo”, el alcalde de Mineápolis, Jacob Frey, decretó un toque de queda nocturno. Esto no sólo llevó a que las protestas se viralizaran cual COVID-19 y se extendieran por distintas ciudades norteamericanas, sino que el toque de queda y la represión llegaron a varias decenas de ciudades del país[3]. Dicho sea de paso, y haciendo un paréntesis, les infectades por la pandemia ya casi llega al millón 900 mil, en tanto que las muertes ya superaron las 106 mil personas. O casualidad[4], las comunidades de afroamericanes e hispanes son las más afectadas.
La realidad es que la segregación racial en los EEUU nunca fue superada. El país que se arroga la potestad de exportar “democracia” a otras latitudes, aún no tiene resuelto un problema estructural luego de más de 240 años desde su independencia. Y no lo podrá hacer. Básicamente porque el racismo es uno de los pilares del orden civilizatorio que conocemos como Modernidad. Sin tumbar a la modernidad como sistema mundo, el racismo no será superado ¿Acaso los asesinatos de Luis Espinoza, de Alex Campo, de Rafael Nahuel, de Santiago Maldonado, de Cristian Ferreira, o la de cientos de personas a manos de la policía o de oligarcas adinerados no responde a los mismos patrones?
Un fantasma recorre las calles de Norte América, y no es el Joker. Es el sueño del Tío Sam puesto en práctica.
* De pocas palabras, escucha más de lo que habla. Esquemático y metódico en el trabajo. Ni comunicador,
ni periodista, ni intelectual, es una cosa amorfa en constante transformación que intenta
encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Lo irritan las injusticias, perder el tiempo
y fallar en algo a alguien.
Referencias:
[1] https://medium.com/@misionverdad2012/racismo-desigualdad-y-terrorismo-institucional-el-origen-de-los-disturbios-masivos-en-eeuu-89cc793fa5f2
[2] http://estrategia.la/2020/05/30/trump-amenaza-con-mandar-al-ejercito-a-minneapolis-tras-el-asesinato-de-un-negro/
[3] https://www.ambito.com/mundo/toque-queda/manifestaciones-eeuu-anunciaron-nueva-york-n5106693
[4] http://estrategia.la/2020/05/28/eeuu-102-mil-muertes-y-una-grave-crisis-que-se-extendera-en-la-pospandemia/