Por Nasim Iusef Venturini*

La inflación de agosto fue de 4%
La inflación no iba a ser un problema en nuestro gobierno, decía Macri allá por 2015. El problema ahora es el hambre, la desocupación y el endeudamiento.
Es evidente que el programa económico de la Alianza Cambiemos fracasó y la herencia que dejará a la próxima gestión es realmente pesada. Con los buitres volando sobre los bonos soberanos, el FMI con oficina en el Banco Central y niveles de endeudamiento, desocupación y hambre, que rememoran momentos trágicos de nuestra historia.
Asumieron planteando que iban a bajar la inflación, que iban a generar millones de puestos de trabajo y que no se iban a perder los derechos… nada de eso sucedió.
El día 12 de septiembre el INDEC publicó el dato de la inflación de agosto, arrojando una suba mensual de 4% y una inflación interanual (agosto 2018 – agosto 2019) del 54.5%. La tasa de desempleo llegó al 10,1%, impactando en mayor medida, sobre mujeres de entre 14 y 29 años, que superó el 23%. El poder adquisitivo del salario, se pulverizó.

La inflación, definida como el aumento generalizado de los precios, tiene un origen multicausal, donde intervienen los “precios básicos”. Estos son el tipo de cambio, las tarifas y los salarios (recomiendo la nota “Destruir mitos de la inflación”[1] de Claudio Scaletta), donde claramente los dos primeros aumentaron de manera desmedida frente a los salarios que perdieron sistemáticamente poder adquisitivo.
Lejos quedó la meta de inflación propuesta a fines del año pasado donde para todo este año proyectaban una inflación de 34.8% y hoy con los datos de agosto acumula un 30% y se espera que en el mes de septiembre supere los 4.5% dado el traslado de la devaluación de agosto.
Esto es lisa y llanamente producto de la política económica que se implementó desde diciembre del 2015, que lejos de resolver un problema estructural como lo es la inflación en nuestro país, se profundizó la transferencia de recursos de los sectores trabajadores a los sectores más concentrados de la economía.
Aquí en un contexto donde se profundiza el hambre, hablar de estos números nos obliga a hacer el ejercicio de pensar que cuando los precios de los alimentos suben, el impacto que tiene sobre los sectores de menores ingresos es mayor. Y aún mayor en un contexto de generalización del desempleo y el empleo precario.
La variación interanual de la inflación entre junio de 2018 a 2019 fue de 55,8%, siendo superior a los salarios por varios puntos porcentuales. Sobre el total de los salarios la inflación fue 15,8% mayor. Con mayor impacto sobre el sector no registrado (33.9%).

La dinámica que sucede cuando los salarios aumentan por debajo de la inflación se evidencia en la cantidad de gente que no llega a parar la olla, que se endeuda para comprar lo básico y que encima no consigue trabajo en una economía cada vez más devastada por el programa neoliberal de la Alianza Cambiemos. El empobrecimiento es parte del programa.
Los niveles de creación de empleo en nuestro país, con una industria funcionando al 58,7% ( índice de la Utilización de la Capacidad Instalada, INDEC: julio 2019[2]) realmente son bajos, y todavía no están los datos del descalabro que sucedió post PASO, donde se está investigando seriamente las políticas del Banco Central del día 12 de agosto, donde se produjo una devaluación de 23% en un solo día. Generando incertidumbre y un perjuicio sobre la economía real de las personas de magnitudes preocupantes, sin contar que quienes tenían esa información obtuvieron jugosas ganancias.
El ajuste sobre salud, educación, ciencia y tecnología y sobre el apoyo a las Pyme (que son las que generan más del 60% del empleo), es parte del programa económico neoliberal, que es el empobrecimiento sistematizado, mientras se hipoteca el futuro de la mano de un modelo de endeudamiento brutal y financiarización que no genera más que miseria y exclusión.
En un país donde producimos alimentos, donde seguimos teniendo la posibilidad de educarnos y donde tenemos hermosas y riquísimas experiencias de lucha, dignidad y construcción, pensar que todo está perdido es un error.
Ojalá que la experiencia que dejó la Alianza Cambiemos, pueda hacernos dimensionar, dialogar y construir una realidad más digna para vivir. Donde de una vez por todas podamos ver que estas políticas económicas que se aplicaron, generan esto que estamos viviendo, miseria, hambre, desesperación, pérdida de derechos y una exacerbación de la violencia institucional que avala la violencia a las otredades, todo legitimado desde el discurso oficial.
* Lic en Economía, integrante del colectivo "Economía a pata", Co-conductor de “Promocionando la Salud” (Radio Futura – FM 90.5), responsable de la sección Economía de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
Bibliografía:
[1] https://www.pagina12.com.ar/217527-destruir-mitos-de-la-inflacion
[2] https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/capacidad_09_192842E46CC6.pdf