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Por Revista Trinchera
Dialogamos con la Licenciada en Economía, docente e investigadora de la Universidad de La Matanza, Clara Razu, con quien analizamos lo que dejan estos cuatro años de gobierno macrista en materia económica.
¿Qué nos dejan esto cuatro años de un gobierno oligárquico-neoliberal?
Oligárquico, neoliberal, de negocios, de un conjunto de empresarios que se interesaron en hacer negocios y que perjudicaron al mismo Estado. Nunca dejaron de ser empresarios.
En principio y lo más preocupante es la tasa de desempleo. Muchos economistas hacen hincapié en la inflación; yo en el desempleo. Y hago hincapié ahí porque la inflación es cierto que afecta, sobre todo a los sectores de ingresos fijos, pero quienes no tienen ningún ingreso, quienes han perdido el trabajo, son las personas que en este momento más nos deben preocupar.
El desempleo pasó del 5% al 10,5%, es el doble. Dentro de esos porcentajes hay familias que en este momento no tienen una manera de sostenerse y abastecerse de lo básico, además del 54,6% de inflación sólo en 2019. Trabajadores, jubilados, perceptores de Asignación Universal por Hijo tampoco tienen dinero como para poder sostenerse; aún muchos trabajadores que conservan sus trabajos, son pobres; los jubilados, obviamente, a quienes les han afectado la fórmula de actualización de sus haberes, además de que la inflación horadó sus ingresos: les han quitado un 20% de lo que percibían a partir de una fórmula que fue tocada -según el gobierno que se va- para ser mejor.
Por otro lado tenés el peso de la deuda externa sobre el Producto Bruto Interno que pasó del 42 al 92%. ¿Qué significa esto? Que el 92% del valor de producción de bienes que se genera en nuestro país es equivalente a la deuda. Y esta es una de las cosas que más preocupa, por eso lo primero que dijo Alberto Fernández es que para pagar, primero tenemos que crecer. Si no, no hay manera de pagar lo que se debe.
Aclaremos que cuando se habla de reservas del Banco Central, se habla del pasivo del banco; en esas reservas se incluye la deuda: bonos que hay que pagar en un futuro, por lo que no es dinero de libre disponibilidad. Las reservas genuinas que quedan en el Banco Central, las de libre disponibilidad (y que son las que provienen de las exportaciones), son menos de 10 mil millones de dólares y son con las que se deben enfrentar los pagos.
¿Qué tan real es la disminución del déficit que anunció Macri?
Eso tiene que ver más con el déficit externo que con el déficit fiscal. Ellos han tenido déficit fiscal durante toda su gestión, sólo que median la superación del déficit a partir de lo que se llama déficit primario que es considerar recursos menos gastos, sin considerar los intereses de la deuda. En ese sentido tenían superávit fiscal. Ese superávit fiscal primario, cuando le restaban los intereses de la deuda, era déficit.
Además, cuando uno analiza por qué tenían superávit fiscal, era porque no se ejecutaba el presupuesto de gastos. Menos inversión en educación y en salud, y ahí tenés por qué no tenés déficit, o sea que es la pérdida de calidad de vida de los argentinos que padecimos durante estos cuatro años. Esto más allá de que en términos reales nunca bajaron el déficit fiscal, porque no tenemos ministerio de salud, no tenemos ministerio de trabajo y tenemos el de transporte en bicicleta. Todo esto fue un gran maquillaje, una gran mentira, que pretendía que se vea como un gobierno ajustador. Hay que ver en qué ajustaba y en qué gastaba.
De herencia también nos deja un decreto en el que han sido nombrados funcionarios a los que hay que indemnizar si se los despide, con sueldos millonarios. Obviamente esto puede ser tirado atrás legal y rápidamente.
La pesada herencia que recibe el gobierno de Alberto Fernández es la deuda externa, el desempleo, la inflación y la caída abrupta de la actividad económica, que hace que todos los argentinos hoy tengamos menos dinero. Aún los que trabajan. Antes veíamos gente comprando a esta altura del año, hoy vemos gente que con el aguinaldo va a pagar deudas, porque lo que se ve en el país con su economía sobreendeudada, también se ve en las familias de sectores medios que, para sostenerse y mantenerse, están sobre endeudados con sus tarjetas de crédito.
El endeudamiento nacional tiene un correlato con el endeudamiento particular
Y con el endeudamiento de microemprendedores, ya que Desarrollo Social, como política hacia los emprendedores, les daba préstamos, producciones que no lograban vender en el mercado y que se tienen que pagar. Préstamos a familias pobres. Realmente una política nefasta y perversa.
Y otro de los sectores fuertemente ajustados durante esto cuatro años fueron los jubilados
Justamente. El PAMI retiró la cobertura de muchos medicamentos, entonces parte de esa magra jubilación afectada por la inflación, tiene que ser destinada a la compra de esos medicamentos que son de uso común para los jubilados. Además del aumento de precios de los medicamentos de calidad compleja. Medicamentos comunes como los que suelen tomar las personas de mayor edad para la diabetes o la presión, se fueron a precios exorbitantes, aún los antibióticos que son comunes cuando hay una infección.
Lo que adeuda PAMI a las prestadoras, la falta de prestación a los jubilados, fue un plan como el que se presentó para acabar con la pobreza: transparentar cifras y que la Argentina esté sostenida en bases sólidas, cuando en realidad está todo atado con alambre.
¿Qué podemos esperar de los primeros meses de Alberto Fernández, pensando en que la mirada está puesta en resolver a la vez el nivel de pobreza y como él dice “prender la economía”?
La mirada que tiene el presidente es una mirada keynesiana-peronista (como diría Kicillof, Keynes en Argentina es peronista). Es una mirada de recomposición de ingresos para que las personas vuelvan a satisfacer sus necesidades, a consumir. Esto es posible dado que tenés una capacidad ociosa de producción de un 50%. Entonces uno puede reactivar el consumo sin que esto genere mayor inflación ni necesidad de inversiones. En la medida en que las personas vuelvan a consumir, las empresas vuelven a producir y cuando se vuelve a producir, vuelve a haber empleo.
Alberto Fernández lo ve por el lado de los que tienen menores ingresos porque por ahí resolvés el problema de la pobreza, por lo que los primeros aumentos serían para jubilados, para pensionados, para AUH, para salarios estatales de los niveles más bajos. Como son los de menores ingresos, son los de mayor propensión al consumo -como le decimos los economistas-, porque son los que más necesidades insatisfechas tienen.
De esa manera uno prende la economía, pero por otro lado hay que atender al sector financiero para desliquizar, que es sacar la banda de bonos que inventaron: Leliq, Lebaq, Letes, Bonar, etc. Habría que -de alguna manera- trasladar la capacidad crediticia de los bancos al sector productivo, de manera tal de poder otorgar préstamos a bajas tasas de interés a las pequeñas y medianas empresas para que puedan recomponer su capital de trabajo, y así atraer el ahorro en pesos de los que aún tienen capacidad de ahorrar. Porque justamente la idea sería que ahorren en pesos y no en dólares.
Por otro lado el control cambiario va a seguir. No hay manera de eliminarlo, pero sí se pueden cambiar algunas reglamentaciones porque en este momento hay muchas empresas endeudadas en dólares en el exterior que tienen problemas para el pago de sus compromisos. No hay peligro de un default público, pero sí de uno privado. Entonces habrá que revisar esas normas para que las empresas puedan pagar sus deudas en dólares, pero no sacar el control cambiario. Sí atender a este sector financiero, volcar recursos hacia el sector productivo de PyMEs que son las que generan el 90% del empleo en nuestro país.
¿Hay más esperanzas o preocupaciones ante este escenario?
Después de evaluar la composición del gabinete, creería que hay más esperanzas que preocupaciones. La tortilla se vuelve a volcar hacia los que producen. Ya el hecho no sólo que tengamos un ministerio de Desarrollo Productivo, sino un ministro que es especialista en la materia, da una clara muestra del objetivo. Y que el Ministro de Economía sea un docente especialista en tratamientos de deuda, también. Cambiamos a los CEO´s por especialistas. Y no es una cuestión de soberbia académica, es una cuestión de conocimiento. Y eso da más esperanza que preocupación.