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Dialogamos con la Directora de Género de ADULP, Cecilia Ábalos, nos contó el camino recorrido para la conformación de esta dirección y los desafíos que tendrán hacia adelante.

Cecilia Ábalos, Directora de Género de Adulp

Contanos el proceso de la creación de la Dirección de Género en el gremio

Le pusimos Dirección de políticas de Género para que sea amplio. Siempre los nombres, en este tema, están en construcción. No puede ser secretaría porque para ello habría que reformar el estatuto y si bien está la voluntad para que eso suceda, por ahora es dirección.

Hay una historia y aparece desde abajo hacia arriba con el acompañamiento de todos los compañeros y las compañeras, en especial de Tato que instó a que ese espacio creciera y nos dio el “ok” para todo lo que queríamos.

Con las delegadas lo empezamos a pensar porque son las representantes de los y las trabajadores y las convocamos a ellas y a otras compañeras que se son militantes de distintas facultades o de los colegios y que tenían ganas de hacer algo. Y así empezamos a juntarnos.

Hay una preparación, que tenemos las mujeres, para la multiafiliación, por lo que tenemos capacidad para hacer las cosas muy operativamente. Históricamente tenemos reuniones de 45 minutos y en esas reuniones, con pibes y griteríos, se resolvieron un montón de cosas y así fuimos avanzando con las fechas históricas (las que nos convocan siempre para movilizarnos), pero también fuimos pensando otras cosas que son bien gremiales, porque efectivamente es un espacio gremial.

Son prácticas que también se dan en los espacios políticos, donde los varones suelen hablar más. Hay un encantamiento con la propia voz que las mujeres no tenemos. Al menos es una percepción y es parte de lo que venimos discutiendo con las compañeras porque es algo que se ve bastante. Algo que se puede decir en dos frases arrancan “bueno en el año 85…” y bueno, está bien, pero ¿Qué hacemos? Y nosotras abarcamos agendas súper amplias y avanzamos sin tanta vuelta.

Cómo se incorpora esta dirección de ADULP a las discusiones que se están dando y a cuáles en el movimiento de mujeres de La Plata

Primero que nos incorporamos con alegría. Pasa que muchas compañeras estamos en muchas cosas y desde esos otros lugares vamos entrando a discutir distintas cosas. Lo que tratamos de hacer es confluir en ADULP trayendo todas nuestras otras afiliaciones.

En mi caso estoy en un colectivo de abogadas que se llama Mujeres en la Abogacía, estoy en la Red de Profesoras de Derecho y en muchas otras, y así cada compañera. Por ejemplo hay compañeras que estaban yendo a las reuniones del Encuentro Nacional de Mujeres y ahora van a empezar a ir en representación del gremio, porque ahora hay un espacio institucional. Antes le llamábamos colectivo, espacio, área. Ahora sentimos la diferencia y el respaldo. Trabajábamos bien, pero no es lo mismo.

Cuando discutíamos qué modalidad íbamos a utilizar en la presentación de la dirección, primero pensamos que tenemos que construir institucionalidad en un gremio. Es un gremio muy accesible, amigable, no es un gremio duro, tradicional, pero igual tenemos que hacer esta construcción. Incluso a veces compañeros o compañeras no preguntan qué hacemos. Y te lo dicen con amor y con respeto, entonces tenemos que tomarnos unos meses para que no haya nadie que no sepa qué estamos haciendo.

También es importante pensar otras formas de participación política, otras formas de construcción de los liderazgos, otra forma de acuerdos, colectivos. Creo que hasta lo más operativo se puede discutir sin generar ninguna torpeza. Hay una dinámica de las marchas que está muy naturalizada que es que va alguien gritando “vamos para allá” y no es necesario. Hay otras formas y tenemos que ir construyéndolas porque recién están empezando a observarse.

Personalmente me encanta el  libro de Tali Goldman “La Marea Sindical”. Estamos empezando a observarnos a nosotras mismas y a observar los espacios donde estamos habitando y construyendo a la vez.

¿En qué espacios están proyectando el trabajo?

En las facultades y colegios de la universidad. Pensamos en esos espacios. Igualmente estamos de reunión en reunión, estamos sumando gente todo el tiempo.

Algo interesante es que hay gente que no habla en las asambleas, o que no va, y acá te re milita. Hay ámbitos que te expulsan, no porque estén pensados así, sino porque la gente que habla, habla muy bien; no sabés en qué momento empezar a hablar. Las compañeras lo dicen: “no sé cómo hablar”, “no sé cómo decir esto” y tienen un montón de cosas para decir.

Yo estoy acostumbrada a hablar porque soy abogada, pero hay disciplinas donde no hablan. Bueno, hay que empezar a hablar. A hablar se aprende hablando, así que, hay que hablar.


También tiene que ver con una cuestión de pertenencia

Claramente. La experiencia en el trabajo da que en la universidad hay mucha inequidad naturalizada. Siempre damos el mismo ejemplo: “Vos que sos prolija anotá la lista de oradores” o “¿no me traes un cafecito?” Traetelo vos.

Siempre decimos que lo personal es político y también las cosas personales las resolvemos ahí. Se dio una dinámica en el grupo muy interesante, donde cuando una tiene un problema, lo vamos resolviendo entre las compañeras. Esto de la sororidad no es una pavada. La verdad que es un concepto que tenía que aparecer porque había algo ahí, sin nombre. Hay una dinámica de cuidado.


¿Cómo resuelven las cosas que van surgiendo? Porque aparecen cosas todo el tiempo

En principio, no sé: “Pará, vamos a hablar con las compañeras” Y las compañeras tienen mucha, mucha experiencia. A lo mejor no es una experiencia sistematizada. “Pasó esto en un baño en tal lado ¿qué hacemos?” Bueno, hay múltiples disciplinas, hay miradas políticas muy sensatas.

Una preocupación que tenemos es la proporcionalidad. Con las situaciones de vulneración hay que pensar la proporcionalidad en la estrategia de restitución del derecho y también si hay algo punitivo, si es que debe haberlo, en qué proporción. No es lo mismo (perdón la brutalidad del ejemplo) violar a una chica que decirle “hola princesa” o “qué linda que estás”. Son dos situaciones de vulneración muy distintas y que requieren una atención distinta, una alarma distinta. Esto hay que construirlo, porque los mecanismos o procedimientos donde incluso hemos participado, son procedimientos que siguen nuestra formación, donde el derecho es patriarcal, donde tiene formas estructuradas.

¿Qué políticas están proponiendo desde la Dirección?

Lo que hacemos es relevar lo que ya está y potenciarlo. Una tiene que ver con la equidad de los paneles, que está al límite entre lo académico y lo gremial, pero es importante. Por ahí en Trabajo Social no pasa tanto, pero en otras facultades ha pasado de que haya paneles de varones, cuando hay tantas compañeras con muchísima experiencia, con doctorados, con formación, con tantas cosas interesantes para decir. Esa es una política concreta.

Otra política: las cosas que se aprueban en una facultad intentamos que se apruebe en todas. No desde el Consejo Superior, que se apruebe en las bases. Primero por las particularidades de cada lugar, pero a la vez, porque si una compañera delegada tiene esa política para proponer, se fortalece como militante, como referente en su grupo y con sus compañeras y compañeros.

Hay otra propuesta, que es de psicología, que tiene que ver con los cuidados. Si vos declaras que tenés una persona, por ejemplo una hija o hijo menor de 3 años o una persona que necesita de cuidados especiales, que tengas prioridad en la elección del práctico.

Personalmente me pasó que cuando nació mi último hijo que tiene 3 años, estaba dando 4 horas y el titular me exigió que desdoblara las horas. Mi respuesta fue que tengo un montón de hijos y tareas además de dar clases. Si estuviese aprobada esta propuesta, daría la posibilidad a que defiendas ese derecho a elegir por tener prioridad por este tipo de motivos, porque es muy difícil la crianza de los hijos en el espacio urbano. Es una crianza con las instituciones y con la familia.

Los varones de clase media también están disputando lugares en la crianza y también se está construyendo como, pero a la mujer se le dispensan menos cosas. Si se enferma un niño o una niña es para la mamá, aún sigue siendo así. No digo que esté bien, hasta ahora sigue siendo así. Las licencias tienen que ver con eso, las mujeres tomando licencia para los cuidados.

Las políticas son esas: equidad, todo lo que ataque a las disparidades. Lo que vamos a hacer en septiembre, por ejemplo, es juntar a todas las compañeras que están haciendo investigación en relación a la violencia en la universidad -y a las que no pero tengan ganas- y vamos a empezar a realizar un relevamiento territorial. Vamos a ver qué pasa en el territorio durante todo el año que viene. Este año vamos a plantear los lineamientos.

Hay una frase histórica que dice “mis compañeros son mejores que yo”. Mis compañeras son mejores que yo y está buenísimo. Y cualquiera puede estar en este lugar y no me consagro ni nada. Es una dirección en un gremio, pero es importante repetirlo todo el tiempo eso. No quiere decir que seamos fungibles y que se pueda cambiar una persona por la otra, sino que hay mucha preparación, mucha preocupación, mucho respeto, mucha sensatez.

Entonces lo que vamos a hacer es potenciar lo que están haciendo las compañeras en sus lugares o lo que no pueden hacer, acompañarlas. Y al tener un espacio institucional, todo el tiempo podes sentarte a charlar con alguien y preguntar ¿qué pasa que en tu facu no aprueban esto? Es diferente porque además de un derecho empieza a ser una cuestión de corrección política.

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