Dia 9 del Juicio: Emilia también es víctima de la justicia patriarcal

Dia 9 del Juicio: Emilia también es víctima de la justicia patriarcal

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En la novena jornada declaró un perito de parte pedido por la defensa y el médico que realizó la autopsia del cuerpo de Emilia. Una vez más, el TOC N°3 le dio lugar a la estrategia de los imputados para seguir extendiendo la etapa probatoria en la que tratan de culpabilizar a la víctima de su propia muerte.

Este viernes 14 comenzó la novena jornada del juicio contra los responsables por la muerte de Emilia Uscamayta Curi, en la sala de Juicios Orales A del Fuero Penal de La Plata, ubicado en calle 8 entre 56 y 57. Están imputados en la causa Carlos Federico Bellone, Raúl Ismael “El Peque” García, Santiago Piedrabuena y Gastón Haramboure son juzgados por el delito de “homicidio simple con dolo eventual”, que tiene una pena de entre 8 y 25 años de prisión.  

Nuevamente, se esperaba que esta sesión fuera la última dentro de la etapa probatoria, pero la defensa de los imputados jugó una vez más su estrategia de poner el foco en culpabilizar a Emilia por su propia muerte con las pruebas toxicológicas y pidió seguir extendiendo las jornadas. La audiencia cerró con el pedido del abogado Alfredo Gascón Cotti (defensa de Raúl “El Peque” García y de Carlos Bellone) de que se incorpore un nuevo informe donde se respondan los tres puntos no respondidos en la pericia anterior. De esta manera, se agregaría un nuevo encuentro para el 2 de agosto con el objetivo de debatir la nueva prueba. Además, se convocó a la etapa de alegatos para el 10 de agosto o días próximos.

En este sentido, la defensa de los imputados retrasa el proceso para fortalecer su estrategia y el Tribunal termina dando lugar a la maniobra. Sucedidas hasta la fecha nueve jornadas de debate, claro está que la graduación alcohólica que tendría Emilia no sería determinante para su muerte. En cambio, sí lo fueron las condiciones en las que se llevó a cabo la fiesta dentro del marco de ilegalidad. La re-victimización de Emilia es la estrategia de un sistema judicial que responde a normas patriarcales con el único objetivo de generar una escapatoria, en este caso, para los cuatro socios del poder.

Como cada jornada, la sala estuvo presidida por el Tribunal Oral Criminal N°3 compuesto por Ernesto Domenech, Santiago Paolini y Andrés Vitali, que dieron apertura a la sesión a las 10:36 horas. El jueves pasado, en lo que se había estimado que sería la última audiencia, se decidió incorporar nuevos testigos pedidos por la defensa y que declararon hoy: Héctor Sebastián De Los Reyes, bioquímico de la asesoría pericial de La Plata, y Alejandro Nemes, médico que realizó la autopsia del cuerpo de Emilia y que había testificado anteriormente durante la cuarta jornada.

Sin más preámbulos, la sesión comenzó con la presencia de Reyes ante el micrófono, quien aseveró: “Quiero aclarar que yo no recibí las muestras ni hice las pericias toxicológicas sobre la víctima”. Es así que el bioquímico prestó sus saberes en la materia salvaguardandose sobre esta base.

Al ser consultado sobre el estado de conservación de las muestras aclaró que deben ser “resguardados rápidamente y a tope” ya que los “procesos putrefactivos pueden generar alteraciones”. Al mismo tiempo, explicó que solo en la muestra de sangre se recomienda utilizar agregados para su conservación y que la cámara de aire generada por un mal llenado del recipiente puede generar la evaporación del alcohol, por lo cual, se aseveró que entre los dos valores, el de sangre es más válido.

Antes de abandonar la sala, Reyes detalló que “el proceso de eliminación de alcohol en sangre se inicia luego de los 60 minutos” desde la última ingesta, y que el resultado varía según el metabolismo de cada persona. Además, recalcó que “siempre será más exacto el resultado en una persona viva que una muerta”.

Luego ingresó a la sala el médico Alejandro Nemes, quien explicó que los procedimientos que se realizaron fueron los “de rutina” y ratificó la existencia de una venipuntura por una “vía con suero” que se colocó cuando recibió atención del personal médico.

A las 11:26 finalizaron los interrogatorios y el Tribunal prosiguió a debatir cuál sería el próximo paso. Allí, el juez que preside la sala, comunicó a las partes y a la fiscalía la decisión de “que los alegatos sean después del 10 de agosto”.

Luego, la defensa pidió que no se dé por concluida la etapa probatoria y que se incorpore un nuevo informe pericial, a raíz de “tres puntos” que no se respondieron en el informe previo. En ese sentido, los abogados de la familia Uscamayta Curi se opusieron al pedido ya que “han esperado hasta el último momento y han tenido siete años y medio para presentar su perito”, y que con esto “quieren dilatar el caso”.

“Venimos en igualdad de armas, si esto se hizo conocer el 22 de mayo podrían haber plasmado esa inquietud en la primera audiencia del debate oral, están prolongando el proceso que debería haber terminado en el día de ayer”, contrapuso el abogado Adrián Rodriguez Antinao.

Finalmente, el Tribunal decidió hacer lugar al pedido suscitado por el abogado Gascón Cotti, y por lo tanto, las partes se reunirán el 2 de agosto para debatir sobre el nuevo informe pericial. Ese día también se resolverá la fecha exacta y cómo serán los alegatos.

La estrategia patriarcal de la re-victimización

Cabe destacar que fuera de los Tribunales, se realizó una radio abierta en la que Rodriguez Antinao, declaró: “Vemos con mucha preocupación cómo todo se está desviando hacia cuestiones teóricas e hipotéticas porque el Tribunal lo permite, y se enfocan en una persona que lamentablemente no está con nosotros y no puede defenderse”. Finalizó diciendo que a la lucha hay que sostenerla “más que nunca” e hizo énfasis en la necesidad de “desterrar el patriarcado del poder judicial”.

Por último, el hermano de Emilia, Edgar Uscamayta Curi, resaltó: ”Esos derechos que tiene que tener la mujer, los que ella en algún momento defendió a capa y espada en el barrio, en la facultad, hoy acá sentimos que no se respetan para nada, quieren de alguna forma que Emilia sea la culpable, porque es mujer y ese día no tenía derecho a tomar”.

“Es lo que quieren conseguir en el Tribunal, le están brindando la posibilidad a los imputados de traer a otro perito para que lea otra vez los resultados. En estos días pasaron tres y no dicen otra cosa que la verdad: Emilia murió por ahogamiento y eso se debió a que la pileta no tenía ni un salvavidas y ni un paramédico, la responsabilidad es de los cuatro empresarios”, concluyó Edgar.


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¿Qué pasa con las pibas?

¿Qué pasa con las pibas?

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Ahora que en todos los canales, programas o revistas se habla de la vuelta del fútbol, hay discusiones que no se pueden negar. Para empezar, es clave correr la pelota de la constante de la pandemia y los protocolos, porque las falencias en el deporte respecto a mujeres y diversidades son históricas. Ojo, esto no significa que en este contexto no se hayan recrudecido; pero sí que es preciso entender las diferencias de posibilidades en los distintos géneros como algo estructural. Nada sorprendente si se piensa a la opresión sobre las mujeres y las diversidades como producto de un sistema: el patriarcado.

Lo cierto es que el fútbol en su origen fue una cancha en la que no se permitió jugar a las pibas. Creado como un juego de caballeros, lo que para la época no solo significaba ser hombre sino ser Inglés y de clase alta, fue un espacio reticentes a cambios desde un principio. Sin embargo, y no por nada, en todo rincón del mundo hay un arco para patear; el fútbol pudo trascender esa barrera. Y si bien en Nuestra América fueron años de luchas los que permitieron que ya no sea propiedad inglesa esa disciplina, nadie más pudo adueñarse de ese genuino y maravilloso deporte. Eso, claro, es lo que cuenta la historia muy por arriba. No obstante, no todo es privado o público de igual forma para todes. Y que recién el año pasado se haya discutido en serio el hecho de profesionalizar la práctica femenina, da cuenta de eso.

Dime cómo comunicas y te diré qué construyes

El lenguaje es un campo muy amplio, y si bien se considera al español una lengua “muy rica” en cuanto a posibilidad de mención, lo cierto es que es un tarea de todes buscar construir discursos que aúnen a la diversidad. Entonces, ¿por qué la palabra fútbol nos remite a un partido de hombres? ¿Por qué, en cambio, se aclara cuando es “fútbol femenino”? ¿El fútbol por sí mismo tiene un género? ¿Cambia algo del juego, de la táctica, del talento, el ser o percibirse de una o otra forma? La realidad es que no, o por lo menos eso marcan los reglamentos.

Pensar en el fútbol y asociarlo a lo masculino es, nada más y nada menos, que una construcción de sentido arraigada a todas las formas de reproducción mediática y cultural en la que se profundizó. Y con esto no se pretende criticar sin sentido, sino poner la lupa en esos espacios a los que se suele caracterizar como inofensivos o secundarios; como el lenguaje. Y porque lo que no se nombra no existe, que las palabras pertenezcan a un sector social, alerta sobre la desigualdad a abordar.

Incluso si se quisiesen ignorar los muchos ejemplos respecto a la invisibilización que se hace de las mujeres y diversidades en el fútbol en torno al lenguaje; sería negador no reconocer que los grandes medios de comunicación corren otra pelota y dejan en el banco, o peor ni cuentan como parte del equipo, a lo relacionado a la práctica femenina. Y ni hablar de la diversidad. De hecho, basta para corroborarlo buscar noticias del mundo del fútbol y empezar a contar. Claro que el protagonismo de la práctica masculina es mayor por el nivel de llegada y por ende la comercialización, pero ¿esto no está relacionado con la importancia que en algún momento se le dio? ¿Cómo puede a alguien interesarle algo que nunca vio?

Y para meterle un caño a esas posturas que relacionan a la invisibilización con la destreza (o la aparente falta de la misma), es clave comparar algunas cosas entre la práctica femenina y la práctica masculina. Primero, el nivel de promoción, financiación y dedicación que se le dio a cada una. Segundo, los discursos que legitimaron a una práctica e invizibilizaron a la otra y con ello la historia que se conoce y la que está sepultada y hay que reconstruir. Y tercero, quiénes ocupan los lugares de poder de decisión real. En todas las respuestas, los hombres cuentan con ventaja.

Pero haciendo enfoque en el rol de los grandes constructores de sentidos, que reproducen hasta el hartazgo discursos que instalan posicionamientos e ideas machistas, hay varias cosas que mencionar. Los grandes medios no le dan lugar a lo que no vende y asimismo motorizan lo que se quiere vender; y en ese gran círculo vicioso siempre se excluye al mismo sector. En un repaso por los programas reconocidos que construyen periodismo deportivo, sale automáticamente a la luz la necesidad de repensar a la comunicación como una herramienta con peso e importancia.

En un país en el que abundan medios como TyC Sport, Diario Olé, Infobae, La Nación; en el que sobran periodistas, si así se los puede llamar, como Horacio Pagani o Claudio Husaín; es más que urgente pensar en cómo reconfigurar esos espacios para no seguir reproduciendo pensamientos nefastos. Como los que proponen que las capacidades están relacionadas pura y exclusivamente al hecho de ser hombre y que se resisten a asumir que no hay género superior, como si fuesen sujetes perfectes, cuando de más está decir que varios de esos periodistas que critican livianamente a las mujeres por sus “limitaciones”, no le meten un gol ni al arcoiris.

Los números hablan por sí solos

Según un informe de abril de este año del sindicato de jugadores FIFPro, la organización mundial que representa a todos los jugadores profesionales (más 60.000), ser una jugadora de fútbol profesional todavía no es una opción viable en muchas partes del mundo. Incluso a pesar de la asistencia récord en los partidos el año pasado, tras la euforia del Mundial Francia 2019, donde a las mujeres se las empezó a reconocer un poco más.

Sin embargo, el informe no presenta números muy alentadores porque si bien la investigación mostró que los salarios de las jugadoras habían aumentado entre 2016 y 2018, también reveló que existe una parte que aún no recibe ninguna remuneración financiera. Y acá cabe mencionar que se refiere a mujeres que compiten en la Copa Mundial Femenina de la FIFA y que juegan en la cima del fútbol, porque ni hablar de quienes no cuentan con ese “reconocimiento” mundial, que dicho sea de paso son muchas. Lo que a su vez, sigue estando intrínsecamente relacionado a la problemática de la posibilidad de acceso, la aceptación cultural y la desidia de parte de los responsables del fútbol que hacen grandes negocios pero que, en muchos casos, no puede garantizarle al equipo femenino ni siquiera un vestuario o una indumentaria. Abandono que no es casual y que se repite en muchos países del mundo.

Pero volviendo al informe concreto, es clave mencionar que fue realizado con el aporte de las jugadoras de 18 países diferentes que se habían clasificado para el Mundial del año pasado. Y que además de señalar la falta de financiamiento e inversión monetaria respecto a la práctica femenina, revela otros datos que dan cuenta de la falta de interés y voluntad real por modificar las lógicas de manejo. Por ejemplo, a nivel de clubes, la mayoría de las jugadoras declararon que no estaban seguras de cuál era la estrategia a largo plazo de su equipo o que en muchos casos no se proponían metas por la “inestabilidad” a la que estaba sujeta la práctica femenina. Y en la misma línea, la mitad de las encuestadas dijeron no haberse sentido respaldadas o contenidas en el ámbito deportivo. Todo esto, más allá de la pandemia, claro.

Asimismo, en ese famoso círculo vicioso que no te da herramientas para crecer, pero que te exige el crecimiento, el informe destacó que “El campeonato de las mujeres profesionales está sujeto a condiciones laborales adversas que afectan negativamente en el rendimiento deportivo de las jugadoras, plantean obstáculos directos al desarrollo de su potencial o las obligan a abandonar antes de tiempo”. Porque, fundamentalmente, habría que preguntarse cuántos de los modelos a seguir de grandes jugadores tienen que sostener un trabajo aparte para vivir. Y como la respuesta es tan obvia porque ninguno de los jugadores del mundial atiende en un supermercado, habría que preguntarse qué diferencias pueden surgir a partir de las distintas posibilidades, y lo cierto es que son muchas.

Pero para no cerrar el juego en críticas constantes, es clave reconocer que el avance en materia de igualdad en los clubes y en las instituciones es algo que, por lo menos comenzó a caminar. Lo que no significa que el partido esté ganado, pero sí que con lucha y con organización colectiva se pueden gestar cambios incluso en los espacios más reticentes a los mismos.

Por último, es importante pensar a este contexto, en el que la vuelta del deporte es una realidad, como un momento propicio para hablar , priorizar y actuar respecto a la práctica femenina y de diversidades, y que no pase como estaba sucediendo, que las jugadoras “profesionales” queden a la merced de la vida y no tengan respuesta alguna. Que, a diferencia de los hombres, no tener respuesta alguna implica no tener quizá ni una remuneración o ingreso.

Y en la misma línea es importante reconocer los avances que en Argentina se gestaron en este campo que aúna la diversidad, el género y el deporte desde la asunción del Frente de Todes, que construyó diversas políticas para formar y acompañar a las instituciones en materia género. Además, es fundamental mencionar el posicionamiento que están tomando diversos clubes al renovar contratos femeninos, como es el caso de Racing, River y otros; pero siempre preguntando por qué sorprende cuando se firman contratos femeninos a comparación de la constante atención y dedicación del mundo masculino.

El fútbol no tiene dueño, por más de que le pese a muchos que no quieren ceder ni un segundo la pelota. El fútbol está en construcción constante y desde la perspectiva que se abone, será el deporte que se cree. Como en su momento, se pudo resignificar algo que era excluyente a casi todas las clases y pudo concebirse como un deporte popular; tenemos el poder de resignificarlo y empezar a construirlo verdaderamente desde la igualdad, pero para eso es importante proponerlo y realmente querer caminarlo.

Una vez más, en la cancha salta la chafi y las mujeres y diversidades merecen igualdad, pero no solo en discursos agradables, sino en políticas reales que las amparen y las dejen exponer sus vivencias para poder mejorar tan cerrado círculo al que nunca se las dejo pasar. El partido no solo es urgente sino que no necesita del trabajo en equipo y la voluntad real. Lo cierto es que las pibas no pueden esperar más.


Maia Cubric
Maia Cubric

Nací en una ciudad de mar y eso me representa. Entiendo que nada es porque sí y que por eso mismo todo se puede cambiar. Milito porque sin construcción colectiva no se puede transformar el mundo y porque la práctica es la única y la mejor manera de revolucionar.  

No hay barbijo que nos proteja del machismo

No hay barbijo que nos proteja del machismo

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Agustina Flores*

El aislamiento social, preventivo y obligatorio que rige en toda la Argentina desde hace casi un mes, nos encuentra en una situación de indefensión y distanciamiento nunca antes vivido y deja en evidencia otra realidad: la de las mujeres que sufren violencia de género, convirtiéndose el aislamiento en un encierro del que no tienen escapatoria.

La violencia machista se expresa en muchas formas y tamaños, buscando siempre el camino para infiltrarse en todos los ámbitos de la vida, nos persigue desde el primer momento hasta el último, entrometiéndose en nuestros terrenos más privados, como es el hogar. La violencia doméstica es una realidad constante para muchas mujeres durante los 365 días del año. Sin embargo, la libre circulación y el tránsito por lugares de trabajo, estudio y ocio, permitían generar lazos de confianza con personas capaces de brindar ayuda a las mujeres que no encontraban huida ni resguardo. Tanto para escapar de sus casas, donde también habitaba su agresor, como para ser acompañadas a la hora de denunciar, se contaba con herramientas para las diferentes situaciones, contemplando la gravedad de las mismas. Era más sencillo dar cuenta de estas problemáticas para tomar acción inmediata y evitar que la violencia persista en la vida de la mujer.

La imbatible e infinita pandemia que nos toca enfrentar bajo techo, limita las posibilidades de identificar esos gritos de ayuda que, hoy más que nunca, son más fuertes.

Desde que comenzó el confinamiento, la Línea 144 registró un aumento del 60% en las llamadas registradas solo en la Provincia de Buenos Aires. De acuerdo con el Observatorio de las Violencias de Género “Ahora Que Sí Nos Ven”, son 18 los femicidios entre el 20 de marzo y el 12 de abril, lo que confirma que la violencia machista no cesa, sino que se fortalece en cuarentena.

El 72% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima, afirmando el peligro al que están expuestas las mujeres al no tener otro lugar en el que resguardarse. Las niñeces, presentes en la mayoría de los casos de violencia, también se convierten en víctimas al escuchar y presenciar la situación, y en algunos casos, sufren golpes e insultos. Es una emergencia para toda la familia, que no para de agravarse. La situación económica que sufre una crisis constante, también es un factor que intercede en estos casos: la dependencia económica con el agresor hace que a la víctima se le dificulte aún más dejar su hogar.

El gobierno, tanto nacional como de cada provincia, ha analizado estos factores y tomado acción al respecto, tratando de cumplir con el rol que el Estado debería ejercer y lleva años vacío. El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad reforzó la Línea 144, que se encuentra activa las 24 horaslos 365 días del año para brindar contención y asesoramiento a quienes estén en situación de violencia. Se agregó otra vía a través de Whatsapp, para recibir ayuda sin necesidad de llamar, escribiendo a las líneas 1127716463 – 1127759047/48.

Estas primeras medidas se tornaron insuficientes teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos la persona se encuentra vigilada continuamente por su agresor, imposibilitando el uso de la línea de ayuda telefónica. A raíz de esto, se implementó el código “Barbijo Rojo” en las farmacias del país: si la víctima se acerca pidiendo uno, la persona del otro lado del mostrador debe ayudarla automáticamente y ponerla en contacto con la Línea 144. Además, en la última semana, se decretó que si una mujer o persona del colectivo LGTTBI sufre violencia de género, estaráexenta de la cuarentena, es decir que puede salir de su domicilio para hacer una denuncia o pedir auxilio.

Los hogares de resguardo están más llenos que nunca y son imprescindibles. Si bien las políticas públicas deben ir dirigidas a que el agresor sea el que abandone el hogar, son un recurso de extrema necesidad y urgencia. Al aumentar efusivamente los casos de violencia, los hogares son un amparo que puede salvar vidas.

No está de más recalcar que el desfinanciamiento en materia de género y políticas públicas de los últimos años, tiene repercusiones en la actualidad. El Plan de Acción contra la Violencia presentado en 2016 proponía la construcción de 36 hogares a lo largo del país, pero nunca se ejecutó. Los hogares actuales no son suficientes y la mayoría se encuentra en malas condiciones. La cuarentena, además de dejar en evidencia la grave situación que viven las mujeres, desenmascara la realidad del ex gobierno neoliberal por la falta de políticas públicas para erradicar este peligro.

Si bien el gobierno actual sigue presentando medidas para la emergencia que supone la violencia de género, no son suficientes. Hay cuentas pendientes que hoy salen a la luz y presentan complicaciones a los avances en políticas de género que se deben implementar por las graves consecuencias que el coronavirus conlleva.

Las calles son, por excelencia, el escenario de disputa de los movimientos de mujeres, pero hoy el aislamiento obligatorio obliga a pensar nuevas estrategias para gritar por las que ya no tienen voz. Con cuarentena o no, la violencia de género sigue existiendo y hay millones de razones para seguir luchando. Se han organizado campañas de concientización a través de las redes sociales -hoy nuestra mayor vía de comunicación y contacto- y se ha convocado a “ruidazos” para que retumben en todas las casas. La propuesta es seguir haciendo bolonqui por aquellas que ya no están y por la liberación de todas.

La concientización es una de las consignas primarias de lucha. Las personas como seres sociales vivimos atravesadas por mensajes todo el tiempo, seamos conscientes de ello o no. Los discursos llenos de odio y maltrato crean un sentido común que hay que disputar constantemente. Los micromachismos son aquellas conductas naturalizadas en estos discursos que son percibidos en la cotidianeidad, y ejercen opresión sobre las mujeres. En este contexto, en el que toda la familia debe quedarse en casa, el hombre sigue manteniendo su posición de autoridad ante la mujer, que debe encargarse de los deberes hogareños. Delegar estos quehaceres, hace surgir la típica comedia de denigrar lo fáciles que son el rol y las tareas que se nos designan al nacer. O bien se nos sigue exigiendo que seamos las que nos encarguemos de todo en el aislamiento, pues el mantenimiento del hogar es nuestra “especialidad”. Chistes machistas y comentarios arcaicos en los grupos de Whatsapp son un entretenimiento en todas las pantallas. Es hora de abrir los ojos y abolir estos comportamientos que lo único que suponen es un retroceso en las luchas que seguimos dando. La constante cosificación es un factor que se agrava en esta situación y que no tenemos que dejar de denunciar.

Resulta indispensable una implementación plena de políticas públicas vinculadas a la violencia de género, tanto para erradicarlas como para concientizar a la sociedad y eliminar el sentido común machista que nos persigue y crea las condiciones para que nuestra opresión se siga perpetuando. Hoy más que nunca, debemos involucrarnos en la sociedad, crear redes solidarias y prestar atención a toda alerta que se despierte. La cuarentena no para de llevarse a las pibas. Hay que denunciar y dejar de lado el silencio tan particular que nos atraviesa. Cuidarnos en conjunto es esencial para la lucha contra la epidemia, la del coronavirus y la del machismo.

Que una emergencia no opaque otra.


* Estudiante de Licenciatura en Comunicación Social con orientación en periodismo en UNLP, redactor en Revista Trinchera
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