Asirnos a Martí: motivación permanente y necesidad revolucionaria

Asirnos a Martí: motivación permanente y necesidad revolucionaria

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Hemos arribado al aniversario 126 de la siembra eterna de José Martí. Era el 19 de mayo de 1895 cuando el Apóstol de la independencia cubana salió a la carga para, desde la manigua redentora, enfrentar al enemigo colonialista. Hacía parte de su deber su presencia en la gesta, en los campos de batalla. El propio Martí lo había expresado: “Yo evoqué la guerra: mi responsabilidad comienza con ella, en vez de acabar. Para mí la patria, no será nunca triunfo, sino agonía y deber[1]. Alude así a su responsabilidad con los derroteros de la guerra necesaria que él había organizado; y era cuestión de honor su “deposición absoluta y continúa” a los designios de la patria. Así lo deja consignado Martí:

Yo alzaré el mundo. Pero mi único deseo sería pegarme allí, al último tronco, al último peleador: morir, callado. Para mí, ya es hora[2]. Su altura ética trasciende, se eleva sobre lo común de la naturaleza humana. No precisaba de reconocimientos ni nombramientos, no padecía de egoísmo personal, no pensaba en sí, porque quien lo hacía, según el propio Martí, no amaba a su patria. Y ese es el hombre que cae heroicamente en combate aquel 19 de mayo, con tanto por hacer, porque como Bolívar tenía y sigue teniendo mucho que hacer todavía.

Y aunque desapareciera, su pensamiento no lo haría; Martí tenía un deber. No solo alcanzar la independencia de Cuba, que ya expresaba su necesidad incluso para acelerar el equilibrio del mundo desde un pensamiento revolucionario y antillanista: “Pero aún puedo servir a este único corazón de nuestras repúblicas. Las Antillas libres salvarán la independencia de nuestra América, y el honor ya dudoso y lastimado de la América inglesa, y acaso acelerarán y fijarán el equilibrio del mundo[3]. Con qué claridad le dice Martí a su amigo Federico Henríquez y Carvajal estas ideas. Pero si vamos a las honduras del pensamiento martiano nos damos cuenta que su pupila cae sobre la otra América, la que no es nuestra.

Martí y Fidel, un solo legado revolucionario.

Su visión de los Estados Unidos es de una profundidad que impresiona. Supo desentrañar las pretensiones imperiales para con nuestros pueblos. La advertencia martiana adquiere hoy una vigencia notoria por cuanto el peligro que representaban en tiempos de Martí los apetitos estadunidenses se mantiene, incluso, con más fuerza. Es una amenaza la política agresora del Norte revuelto y brutal que nos desdeña. El pensamiento emancipador de Martí es de un carácter resueltamente antimperialista; de ahí su continúa alerta a los pueblos de nuestra América. En el año del aniversario 130 del medular ensayo martiano Nuestra América, creo conveniente revisitarlo por su actualidad y universalidad. Comparto algunas ideas que ya había expresado en un texto anterior[4]:

Nuestra América clama hoy por ese viejo y necesario anhelo de los padres de la independencia, de los próceres y pensadores de la libertad, líderes de la revolución nuestroamericana: la segunda independencia. Es un ideal vivo, base del pensamiento crítico que forma o nutre el marco teórico de la lucha revolucionaria, integracionista, de liberación de los pueblos. La primera independencia quedó inconclusa y aspectos de vital importancia como la integración, la justicia e igualdad social e identidad común (desde la salvación de la memoria que impide olvidar la historia); introducen los fundamentos de la actual lucha.

Ello, con la asunción del poder político, en auge progresista de gobiernos de izquierda, esperanzadora y continuadora del ideal bolivariano y martiano; se complementa con la urgencia de alcanzar una liberación cultural frente a las venenosas garras del imperialismo. He ahí el fundamento, la primera independencia buscaba liberarnos del dominio colonial español; la segunda, en cambio aboga por vencer un colonialismo diferente, caracterizado por las grandes empresas transnacionales, el monopolio que sigue sentado como un gigante implacable, el sistema financiero internacional, el neoliberalismo y la globalización neoliberal.

La radicalidad del pensamiento martiano y su carácter revolucionario van de la mano, se conectan necesariamente en la trágica historia de las naciones latinoamericanas y con un método auténtico nos devela el misterio de aquellas, lo explica, lo corporifica adaptándolo a su tiempo y nos brinda las herramientas para entenderlo nosotros. El ensayo Nuestra América, que ha cumplido 130 años de su publicación, contiene ideas que son medulares para la lucha que llevamos a cabo por la unidad latinoamericana, nos da pautas esenciales para un programa rector de la batalla política, ideológica y cultural de América Latina y el Caribe.

  • Despertar de la América como estrategia para acometer la batalla por su verdadera independencia ante el peligro que representaban los Estados Unidos. Esta idea es cardinal pues desde el comienzo de Nuestra América, Martí alerta, indirectamente, del peligro expansionista que acuñaba –“…y le pueden poner la bota encima”– el imperio del Norte a la aldea americana.
  • Urgencia de la unidad continental (de nuestra América) ante el peligro advertido. Los pueblos que no se conocen, apunta Martí, deben apurarse en hacerlo como si fueran juntos a salir al camino redentor; he ahí la esencia de la unidad latinoamericana.
  • Orgullo de ser hijos de la Patria Americana, de ser hermanos del indio, del negro y el campesino, de ser consecuentes con lo que se espera de nosotros, de ser hombres en su más alta expresión.
  • Una mirada hacia dentro de nuestra América representa la sentencia martiana de cómo debe ser el gobernante americano; aquello que no le está permitido obviar en su ejercicio de gobierno para hacer buena política. Lección que enuncia rudimentos de la política básicos, parte esencial de la cultura de hacer política. Es requisito sine qua non conocer los elementos propios del país donde se ejercerá gobierno, sus elementos originarios, los que lo distinguen, sus particularidades y especificidades.
  • Defensa de la autoctonía y la universalidad en nuestra América. José Martí deja sentada su postura contraria a la asumida por Domingo Faustino Sarmiento, (contraposición entre barbarie y civilización). ¿A qué llamaban barbarie?, a la vida de los nativos americanos, a los caracteres que distinguían al indio del colonizador, a la cultura, identidad y costumbres del llamado por Martí hombre natural. Para el Apóstol la batalla no era entonces entre la civilización y la barbarie sino entre la falsa erudición y la naturaleza.
  • Inefectividad política de construir pueblos nuevos bajo los esquemas estructurales de sistemas pasados. Este es uno de los prolegómenos más alarmantes de la América de 1890, y más cerca en el tiempo, de la actual. No se puede pretender que un cambio de gobierno triunfe sobre la base de la mantención de los viejos esquemas de orden económico, político y social imperantes, si estos han sido seriamente cuestionados y puestos en tela de juicio ante la imposibilidad de resolver las problemáticas que aquejan a los nuevos pueblos levantados. Es preciso barrer con los rezagos del pasado, los que ya no tienen nada que aportar, los que, en vez de propiciar herramientas para el cambio y la transformación, enmohecen u obstaculizan las políticas revolucionadoras de la sociedad.

Un sistema opuesto a los intereses y hábitos de los opresores hacía falta en América; ésta se iba salvando de todos sus peligros que a lo interno la hicieron errar; ciertamente el problema de la independencia no se hallaba en el cambio de forma; esta era clara (república versus colonia) sino en el cambio de espíritu. Seguía la colonia en el intríngulis de la república. Nos enuncia Martí cuan necesario era la asunción de una estrategia cultural de descolonización, que rompiera las ataduras dominadoras de antaño y oxigenara la nueva política. Había pues que contar, en los tiempos reales que se vivía, con el hombre real que le nacía a la América.

Caída en combate de Martí

Un mensaje directo a la juventud, al nuevo negro, indio o campesino: era imprescindible el pase generacional –con que agudeza política– describe el Maestro el cambio en nuestra América; y sólo con la creación podía lograrse, había que crear, no quedaba otra alternativa si realmente queríamos salvar la América. Retrato hermoso de los jóvenes en su más ferviente creación, en un profundo activismo que se traduce en el despertar de la vida, en la llegada de la cálida primavera luego del frío y gris invierno: “Las levitas son todavía de Francia, pero el pensamiento empieza a ser de América. Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en la masa, y la levantan con la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear, es la palabra de pase de esta generación. El vino, de plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino!”[5].

Concentrando las ideas-desafíos de la unidad latinoamericana, grosso modo, en plenario de profundización las sintetizamos en:

  • El párpado abierto de América Latina ante las amenazas y agresiones del imperialismo norteamericano, siendo el peligro externo y mayor de nuestras repúblicas, la pretensión de incorporarnos a su sistema de dominación económica, política y cultural; o apuntalarnos dentro de éste.
  • Urge para América Latina seguir fortaleciendo su unidad ante el peligro que representan los Estados Unidos de Norteamérica; siendo consecuentes con el principio rector que preconiza la unidad en la diversidad que naturalmente tienen nuestros pueblos.
  • Los hijos de nuestra América tienen que sentir orgullo de haber nacido de sus entrañas; presupuesto para así defenderla, cuidarla y trabajar por su bienestar, progreso y sostenibilidad.
  • Ha de preservarse la autoctonía y la universalidad en nuestra América; garante de la defensa de la identidad de las naciones que la integran y su valía universal.
  • Logro de una estrategia cultural coherente que sirva de freno a los intereses y hábitos del sistema económico, político y cultural que detenta el capitalismo, insostenible para dar respuesta a los problemas globales de la humanidad.
  • Asunción de una estrategia política que permita el desarrollo de nuestros pueblos desde creaciones propias de cambio social y la ruptura de los esquemas estructurales de sistemas pasados.
  • El conocimiento del país como presupuesto para gobernarlo; de acuerdo a los elementos o factores naturales de éste; injertando el mundo en nuestras repúblicas, pero salvando que el tronco será siempre el de nuestras repúblicas.

José Martí nos muestra, ahí está el programa de Nuestra América, las premisas o claves de esta batalla por la unidad y la necesaria integración: el valor de la historia, de nuestra historia de más de doscientos años de lucha por la verdadera independencia; la defensa de la identidad nacional de nuestros pueblos, el respeto a la diversidad de las naciones latinoamericanas (“unir para vencer” como presupuesto frente al “divide y vencerás”); la batalla de pensamiento para defender y preservar nuestra cultura, su salvación frente a los intentos cada vez más intencionados de apropiación por parte de quienes utilizan el frente cultural como medio de opresión y dominación; así como el carácter antimperialista de nuestra proyección latinoamericanista.

Es el pensamiento martiano una fortaleza emancipatoria que nos da la fórmula para vencer muchos de los males que hoy continúan atacando a las naciones de nuestra América; que nos arma en el enfrentamiento a los vicios que sobreviven en los pueblos comprendidos desde el río Bravo hasta la Patagonia; que señala un camino ético a la altura de su talla moral, de su ideología liberadora y su profunda vocación de justicia. Es un reto, en aras de la anhelada segunda independencia, elaborar una estrategia, no sólo económica y política, sino también cultural que constituya por sí misma un reservorio de eticidad, de virtud y espiritualidad; inclusiva en todas sus formas, desprovista de discriminaciones y atentados a la dignidad plena del ser humano.

Recordemos que los que hacen política para el bien de todos deben, como premisa fundamental, conocer cómo hacer política. Y hacer política, sobre todo en este tiempo histórico, requiere de una cultura que sea capaz de ir a las esencias, de hurgar en los problemas reales de los grupos humanos a quienes irán dirigidas esas políticas, de ser portadores del conocimiento de los elementos naturales de las naciones, de la constitución propia de cada uno de nuestros países. Requiere de una sensibilidad –esta eleva a su más alta expresión la cultura– que incluya rasgos esenciales como la radicalidad y la armonía; que rompa las ataduras impuestas por la llamada cultura occidental y vaya a la fuente de la cual emana toda la obra humana que nos ha antecedido. Como alentara Martí, continúa siendo ésta “…la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”.[6]

A 126 años de su caída en combate he ahí la vigencia martiana. Las luchas de hoy nos convidan a sostener con más fuerza las doctrinas del Maestro. Asirnos a él deviene motivación permanente y necesidad revolucionaria. Es Martí un revolucionario integral, un pensador cuya propuesta ética constituye referente en la lucha. Ascendamos a su altura, seamos martianos hoy y siempre, asumamos su elección: la estrella que ilumina y mata.


[1]José Martí: Carta a Federico Henríquez y Carvajal, Montecristi, 25 de marzo de 1895, Obras Completas, Tomo 4, p.111.

[2] Ibídem

[3] Ibídem

[4] A 130 años del ensayo Nuestra América: camino hacia la segunda independencia. Publicado en el Portal José Martí del Centro de Estudios Martianos.

[5]Nuestra América, El Partido Liberal, México, 30 de enero de 1891, en Obras Completas, Tomo 6, p. 20.

[6] Nuestra América, El Partido Liberal, México, 30 de enero de 1891, en Obras Completas, Tomo 6, p.15.

<strong>Yusuam Palacios Ortega</strong>
Yusuam Palacios Ortega

Licenciado en Derecho, presidente del Movimiento Juvenil Martiano de Cuba. Revolucionario, antiimperialista, Martiano, Fidelista y Comunista, en defensa de la Patria Cubana.

La lucha continúa en esta hora crucial

La lucha continúa en esta hora crucial

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“Hoy mi deber era cantarle a la Patria, alzar la bandera, sumarme a la plaza”

Silvio Rodríguez

Se desarrolló recientemente, cuando conmemoramos 60 años de la proclamación del carácter socialista de la Revolución y la victoria del pueblo en las arenas de Playa Girón frente al imperialismo; un histórico Congreso del Partido Comunista de Cuba, el de la continuidad; definitorio y desafiante, con una mirada crítica que ha puesto la pupila en cuestiones medulares para mantener viva la Revolución y continuar el camino socialista. Es esta una hora crucial, ante amenazas y pretensiones indignas de quienes apuestan por el derrocamiento de nuestro proceso revolucionario; el 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba reafirmó la convicción de luchar hasta el final, de no cejar, de no claudicar. Se precisa de un ejercicio constante del criterio, de un necesario pensamiento crítico que nos lleve a las esencias.

He ahí la importancia de nuestras organizaciones políticas. Precisamos de una mayor cultura de hacer política, concepto expuesto con claridad meridiana por Armando Hart Dávalos. Y cuando leemos el Informe Central del Congreso, después de haberlo escuchado en voz del General de Ejército Raúl Castro, estamos ante un documento de un altura política, ética y programática extraordinaria. Ahí están las pautas, los retos que tenemos, lo que debemos ser los militantes, el presente y futuro de la nación. Salvaguardar la memoria histórica es vital, defender la cultura e identidad es clave, continuar sembrando ideas y conciencia una necesidad.

Cuba Socialista se mantiene firme con la unidad patriótica que representa el Partido Comunista.

La lucha es por la vida, por mantener a buen resguardo la libertad y soberanía alcanzadas el 1 de enero de 1959, por defender el ideal patriótico que nos ha acompañado históricamente, por continuar transformando el país desde la auténtica creación y con la premisa de que Cuba es y será siempre socialista y antimperialista. Estamos en la hora de los hornos, y como nos dice Martí, en ella no se ha de ver más que la luz. Es un hervidero el momento histórico que vivimos, son tiempos de acostarnos con las armas de almohada y no con el pañuelo a la cabeza. Hay cosas muy sagradas que defender y en esa defensa hermosa ha estado siempre la militancia revolucionaria.

Nuestro presidente Miguel Díaz-Canel nos ha convidado a pensar como país; y es hoy deber generacional, hacer este ejercicio reflexivo, de pensamiento, desde la más profunda cultura de hacer política, con sentido de humanidad, con la sensibilidad como premisa esencial; que es servir a los demás, que es hacer una construcción colectiva de la sociedad a la que continuamos aspirando, que es salvaguardar la unidad para seguir recuperando y salvando el tejido espiritual de la nación. Mucho tenemos que decir y explicar, precisamos de un vital diálogo de generaciones que nos ayude a seguir construyendo el consenso social, que nos asegure la unidad como pivote esencial de la continuidad histórica de la Revolución.

Es así como llegamos al 1 de mayo, con muchas motivaciones y desafíos, conscientes de la necesidad de fortalecer nuestra economía, de seguir produciendo en el país para sustituir importaciones, de implementar con eficacia los lineamientos de la política económica y social, la estrategia de desarrollo del país; todo ello como pilares del perfeccionamiento del sosocialismo cubano, que aspiramos que sea cada vez más próspero y sostenible. Y todo eso en medio de la Covid 19, pandemia terrible, y del genocida bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el imperio mañoso y cruel estadounidense a Cuba.

Esta realidad de creciente hostilidad imperialista convida a los trabajadores cubanos, que no desfilaremos como tradicionalmente hacemos cada 1 de mayo en las principales plazas de la Revolución, a salir al camino a luchar por Cuba, a salvaguardar la unidad del pueblo, a hacer valer la continuidad revolucionaria. Bajo el lema #UnidosHacemosCuba; obreros, campesinos, estudiantes, el pueblo íntegro, en el escenario virtual, desde las redes sociales digitales y muchos desde la actividad productiva con la camisa al codo; estaremos refrendado las razones que definen esta lucha, las motivaciones que nos mueven, los principios que nos sostienen.

Raúl Castro anuncia que deja ser Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de Cuba 🇨🇺. En su lugar, irá Miguel Díaz-Canel, actual presidente de la isla.

Este día internacional de los trabajadores será entrañable porque Cuba vibra de emoción al saberse y reafirmarse libre y soberana, socialista y antimperialista; porque se escuchará nuevamente la definición de Revolución que nos legara el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, porque cada trabajador ha dado todo de sí por Cuba, especialmente el sector de la salud, cuyos hombres y mujeres han sido verdaderos héroes y ángeles de batas blancas; y el sector de la ciencia que muestra hoy con honor y dignidad cinco candidatos vacunales para enfrentar la Covid 19. Hemos librado esta batalla bajo el asedio hostil y mediático del imperialismo, quien de manera despiadada intenta socavar las bases más genuinas de nuestro proceso revolucionario, pretensión que no logrará jamás porque somos un país, una nación, un pueblo de Patria o Muerte.

Vivimos un momento definitorio. Tomar partido viviendo la Revolución de la dignidad y por el decoro del hombre, ante la guerra que se nos hace, deviene paso imprescindible de cada patriota, de cada militante. Es como deber generacional que nunca muere porque representa el sentimiento que cubre nuestro actuar en medio de circunstancias tan dramáticas y difíciles. Es el amor a la Patria, desvelo continuo y excitación que provoca superar lo posible y crear desde la heroicidad que no desdeña lo cotidiano.

He ahí una de las claves para asegurar una revolución como la que mantenemos viva en Cuba: hacer de lo hermoso lo cotidiano, eso es patriotismo, valor entrañable de los hijos de la Patria. Como nos legó José Martí en uno de sus discursos conmemorativos por el 10 de Octubre: “Me parece que veo cruzar, pasando lista, una sombra colérica y sublime, la sombra de la estrella en el sombrero; y mi deber, mientras me queden pies, el deber de todos nosotros, mientras nos queden pies, es ponernos en pie, y decir: ¡presente!

Yusuam Palacios Ortega
Yusuam Palacios Ortega

Licenciado en Derecho, presidente del Movimiento Juvenil Martiano de Cuba. Revolucionario, antiimperialista, Martiano, Fidelista y Comunista, en defensa de la Patria Cubana.

No existe una última marcha

No existe una última marcha

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Hay quienes afirman que cabalga junto a sus compañeros y amigos por los cielos celestes. Hay quienes afirman que fue el último gigante que habitó las tierras de este planeta. Hay quienes lo recuerdan como un estratega, otres como su presidente, y hay quienes sólo ven en él la figura de un educador, de un padre, de un hermano, de un compañero.

Como dice la canción, “los agradecidos te acompañan, cómo anhelaremos tus hazañas, ni la muerte cree que se apoderó de ti”. Su ejemplo, su insistencia, su voluntad de lucha, sus reflexiones, marcaron el camino de millones de personas a lo largo y ancho de este mundo. La revolución se convirtió en hecho bajo su mando; la revolución volvió a vivir entre sus hermanes.

Esta actitud lo llevó a enfrentarse a poderosos de dentro y de fuera, a verle la cara al diablo en más de un combate. Pero por más que las balas pasaran cerca, siempre las supo esquivar para seguir marchando junto a su pueblo, porque la tarea no estaba concluida.

Un caminante que gastó sus suelas llevando la palabra revolución a cada rincón de este planeta donde le tocó estar, cargando sobre sus espaldas una mochila repleta de una humildad y experiencias para convidar y compartir a cualquiera que con él charlara por unos minutos.

Su convicción era de que la humanidad podía cambiar, que podía construirse un mundo más justo donde todes puedan vivir libremente. Pero esa construcción no sólo requería de esfuerzos, no sólo requería de luchas, sino de formación, de educación, de dar el ejemplo en cada acto, de ser siempre solidario con quien padecía una injusticia.

“Hoy no quiero decirte comandante, ni barbudo ni gigante, todo lo que sé de ti. Hoy quiero gritarte padre mío, no te sueltes de mí mano, aún no se andar bien sin ti”

Vivió todo lo que pudo vivir, enseñó todo lo que pudo enseñar, luchó todo lo que pudo luchar y su pueblo así lo recordará. Un ser indescriptible que rompió las fronteras de su pequeña Cuba natal para convertirse en un gigante de este siglo que quedará en la historia, que ya lo absolvió hace rato.

Advirtió en más de una ocasión que la voracidad del capitalismo nos estaba llevando a la destrucción no sólo de la especie humana, sino de todas las especies que habitamos el planeta. Y pocos años después de su paso a la inmortalidad una pandemia global aqueja a los pueblos del mundo como si estuviesen viviendo una guerra permanente y sin cuartel.

Su humanidad y comprensión del momento histórico lo llevaron a formar primero ejércitos de alfabetizadores para que ningún pueblo se quedara sin leer; luego formó ejércitos de médicos y de médicas, millones de brigadistas, de voluntarios y voluntarias que siguiendo su ejemplo fueron y van a luchar donde quiera que se los necesite.

Dicen que en la plaza esta mañana, ya no caben más corceles llegando de otro confín. Una multitud desesperada, de héroes de espaldas aladas que se han dado cita aquí. Y delante de la caravana, lentamente sin jinete, un caballo para ti

Hoy se vuelve innegable que su ejemplo y su lucha son bandera de cientos de pueblos que ocupan las calles bajo el mismo sueño de libertad, sean del país y del continente que sean. Como decía Bertolt Brecht: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.

La revolución es permanente, es un acto cotidiano, diario, pedagógico, formativo y cada acción cuenta porque el enemigo siempre está al acecho esperando un descuido. Este gigante nos enseñó que no hay marcha final para quien por sus actos en vida y sus enseñanzas pasa a formar parte de esa lista de personas que no mueren, pasan a la inmortalidad.

La entrañable transparencia

La entrañable transparencia

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Ernesto “Che” Guevara nace el 14 de junio de 1928 en Rosario, en el seno de una familia acomodada y aristocrática, y con solo dos años, sufre su primera crisis de asma, enfermedad que lo acompañaría toda su vida y forjaría su voluntad a toda prueba. 

En 1953 se gradúa de la carrera de medicina en la Universidad de Buenos Aires. Tres años antes había realizado su primer viaje en moto por el norte de Argentina, donde reconoció la miseria que golpeaba a su pueblo; y en 1952, con 24 años, viaja por primera vez, también en moto, por algunos países de Nuestra América.

En Lima conoce al doctor Hugo Pesce, dirigente del Partido Comunista de Perú, con el que trabajó en una leprosería. Ese encuentro, como también los meses que pasarían en la institución médica, serían decisivos y orientarían su futuro de lucha en favor de los oprimidos. Este viaje le permitió descubrir la explotación de los pueblos latinoamericanos por parte de las multinacionales estadounidenses.

En julio de 1953, tras recibirse, inicia el segundo de sus viajes por América Latina y en diciembre llega a Guatemala, donde entabla una amistad con Ñico López, exiliado cubano que había participado en el asalto al Cuartel Moncada en julio de ese año. López sería quien le daría el apodo de Che.

Para ese entonces, el Che tenía un pensamiento político definido. Así lo muestra en una carta que le escribe a su tía Beatriz el 10 de diciembre de 1953: “He jurado ante una estampa del viejo camarada Stalin no descansar hasta ver aniquilados a estos pulpos capitalistas. En Guatemala me perfeccionaré y lograré lo que me falta para ser un revolucionario auténtico. Tu sobrino, el de la salud de hierro, el estómago vacío y la luciente fe en el porvenir socialista”.

Guevara asiste al golpe de Estado que organizan la CIA y el coronel Castillo Armas contra Jacobo Árbenz y comienza a integrar las brigadas juveniles comunistas que organizaban la resistencia. Con el derrocamiento de Árbenz, un mes después, el Che se refugia en la embajada de Argentina y logra viajar a México, donde se reencuentra con Ñico López.

En 1955 conoce a Raúl Castro, recién salido de la cárcel y luego le presentan a Fidel, que se vio impactado por su carácter: “El Che tenía asma. Ahí estaba el Popocatépetl, un volcán que se halla en las inmediaciones de México, y él todos los fines de semana trataba de subir el Popocatépetl (5482 metros). Preparaba su equipo, iniciaba el ascenso, hacía un enorme esfuerzo y no llegaba a la cima. El asma obstaculizaba sus intentos. A la semana siguiente intentaba de nuevo subir el «Popo» —como le decía él— y no llegaba. Nunca llegaba arriba, y nunca llegó a la cima del Popocatépetl. Pero volvía a intentar de nuevo subir, y se habría pasado toda la vida intentando subir el Popocatépetl, hacía un esfuerzo heroico, aunque nunca alcanzara aquella cumbre. Usted ve el carácter. Da idea de la fortaleza espiritual, de su constancia”.

Aquella historia termina con el Che comandante, con el Che a la cabeza de la Escuela Militar para formar guerrilleros, con el Che al mando del Pelotón Suicida, con la Revolución Cubana triunfante y después, con el Che y un papel clave en la creación del Instituto Nacional de Reforma Agraria y en la nacionalización de los sectores estratégicos de la economía del país.

En 1964, el Che renuncia a sus cargos en el Gobierno revolucionario para iniciar la lucha armada en América del Sur. Como no estaban reunidas las condiciones, Fidel le propone ir al Congo, en África, un lugar estratégico que podía ser el foco revolucionario del continente.

En 1965, el Che escribe la famosa carta de despedida a Fidel, en la que renuncia definitivamente a sus cargos y a la nacionalidad cubana que había conseguido en febrero de 1959, y declara su voluntad de hacer la revolución en otras tierras.

Ese año llega a Tanzania, retaguardia de los revolucionarios congoleños, pero la experiencia sería un fracaso por las luchas internas, la falta de disciplina entre los insurrectos y la decisión de Tanzania de dejar de suministrar a los rebeldes.

El Che regresa secretamente a Cuba desde donde parte hacia Bolivia, entonces bajo la dictadura de René Barrientos. El objetivo era lanzar un movimiento insurreccional que se expandiría por toda América del Sur, pero el 8 de octubre de 1967, el ejército es sorprendido cerca de La Higuera y el Che es capturado y llevado a una escuela de la localidad. El 9 de octubre, el dictador Barrientos acata las órdenes de la CIA y ordena la ejecución del Che.

Su cuerpo fue primero exhibido y después enterrado en la clandestinidad. En 1997, luego de una extensa investigación encarada por el Gobierno cubano, sus restos fueron descubiertos, identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense y enviados a Cuba, donde se encuentra su memorial.

El 8 de octubre de 1997 se inició el V Congreso del Partido Comunista en Cuba. La presencia del Che fue distinta: sus restos habían sido hallados y estaban en la patria que lo acobijó. En el discurso de clausura, Fidel dijo: “De este congreso puedo decir […] que salgo con más seguridad que nunca […] de que nuestro pueblo conquistará un lugar importante en la historia, esa historia en la que el Che va delante como símbolo, como abanderado, como profeta del mejor futuro de la humanidad”.

A 53 años de su paso a la inmortalidad, su imagen siempre será símbolo de la revolución más sentida, lucha incesante por la construcción de un mundo diferente, indignación frente a cualquier injusticia y bandera contra la opresión del imperialismo. ¡Hasta la victoria siempre, Comandante!

La palabra empeñada

La palabra empeñada

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Por Maia Cubric*

“Me sentía frío, ridículo, cumpliendo mi misión de periodista. ¡Qué hacía yo ahí, con la lapicera en la mano, en lugar de estar apretando el gatillo de una ametralladora!”

Jorge Ricardo Masetti

Jorge Ricardo Masetti nació el 31 de mayo de 1929 en Avellaneda. Fue periodista, escritor, revolucionario, Comandante del Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) en la Argentina y fundador de Prensa Latina, el primer proyecto comunicacional latinoamericano que problematizó y disputó con el monopolio comunicacional.

En 1958, Masetti trabajaba para Radio El Mundo, cuando decidió viajar a Cuba para ver con sus propios ojos esa revolución que se estaba gestando y de la que tanto se hablaba. Así lo expresó en el prólogo de Los que luchan y los que lloran, obra que Rodolfo Walsh describió como “la mayor hazaña individual del periodismo argentino”:“La única forma de saberlo, de despejar los interrogantes que siempre dejaban abiertos los cables de las agencias noticiosas, de conocer si realmente la causa del Movimiento 26 de Julio merecía la adhesión de quienes querían la libertad de Latinoamérica, era ir hasta Fidel Castro y plantearle claramente las preguntas que nos hacíamos aquí”. Motivado por su compromiso con la verdad, llegó a La Habana con pocos contactos, pero con la convicción de encontrar a Fidel.

El reportaje se escondía entre las montañas de una Cuba enardecida y Masetti caminó las sierras durante meses para encontrar a Fidel. En el trascurso fue tomando la forma de un revolucionario, porque no podía ignorar las injusticias. Se internó en Sierra Maestra, sabiendo que solo allí encontraría la revolución. Vivió ráfagas de tiros que bajaban desde los aviones enviados por la dictadura de Fulgencio Batista, conoció campesinos y empezó a comprender, cada vez más, la realidad cubana: la miseria, la pobreza, la violencia, la represión con la que el imperio pretendía instalarse en la isla. Y también, la resistencia, la fuerza y la lucha de un pueblo harto, que estaba dispuesto a dejar su vida por la causa.

Los niveles de violencia, los asesinatos que imponía el régimen militar y el innegable compromiso con la realidad del periodista argentino encontraron en la revolución por la liberación de los pueblos, la respuesta a siglos de opresión. Masetti entendió, en ese trayecto, que la respuesta era necesariamente práctica: “¡Qué hacía yo ahí, con la lapicera en la mano, en lugar de estar apretando el gatillo de una ametralladora!”,pensaba mientras escribía desde un hospital levantado por el Ejército Rebelde para les herides por las metrallas de Batista.

Hizo su recorrido, pieza histórica necesaria e indispensable en la lectura, y entrevistó al Comandante Che Guevara y al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Una vez obtenido el material, luego de meses en Sierra Maestra, se encaminó hacia la capital de Cuba, pero en el camino se enteró que dicha entrevista no había llegado “bien” a Buenos Aires. Y ahí, su compromiso con la palabra y su acto heroico en busca de la verdad, volvió a cobrar sentido porque decidió, pese a todo lo vivido, volver a internarse en las sierras para conseguir nuevamente las palabras de quienes lideraban la revolución junto al pueblo.

En su vuelta a la selva, el peligro era cada vez más visible y constante. Masetti entiende la importancia que la posible revolución generaba en el mundo político mundial y desde allí la extrema violencia con la que la dictadura avanzaba. Cada vez corría más riesgos su vida, porque cualquier persona afín, o con intención de indagar un poco más en los movimientos revolucionarios, era asesinada. La dictadura de Batista censuraba cualquier modo y medio de expresión que no fuese el de las grandes empresas. Y un periodista con el compromiso de Masetti representaba todo lo opuesto, porque como expresaba: “no se puede ser imparcial entre el bien y el mal”.

Cuando Guevara lo vio, nuevamente en la Sierra, y luego de saber que la entrevista no había llegado a destino, comprendió que Jorge Ricardo Masetti no era un simple periodista. En ese campamento, hablaron de la revolución, de cambiar el sistema del mundo, de la liberación. Masetti logró entrevistar, por segunda vez, a los mártires revolucionarios y terminó de conocer, y sentir, profundamente la realidad cubana. A esta altura de los hechos, Cuba ya era parte de su carne, como lo era el compromiso por luchar contra las injusticias en cualquier lugar del mundo.

El Masetti que volvió a la Argentina ya no era el mismo que el que se había ido. El 16 de junio de 1959, funda en Cuba, Prensa Latina, un proyecto de Ernesto Guevara para dar batalla a la hegemonía mundial en el campo de la comunicación. En 1961, junto a Rodolfo Walsh, logró descifrar los mensajes secretos norteamericanos y descubrió la contraofensiva que preparaba el imperio con la idea de invadir nuevamente la isla, y desembarcar en Playa Girón. Masetti no solo puso al descubierto la carta secreta yanqui, sino que también tomó el fusil para combatir convencido y defender las tierras revolucionarias cubanas. En octubre de ese año, participó de una misión en Argel, África-la primera misión internacionalista cubana-, donde también entrevistó al Frente de Liberación Nacional argelino.

Siendo su único objetivo de vida la liberación de los pueblos, Masetti se unió al Che Guevara en la construcción de un foco guerrillero en el sur del continente. Creó el Ejército Guerrillero del Pueblo y fue apodado Comandante Segundo. El 21 de junio de 1963, con treinta compañeros, ingresaron a la Argentina cruzando desde el límite fronterizo de Tarija, hacia Orán. Pasaron meses en la selva y luego de resistir una emboscada del ataque armado, Masetti decide volver a la base de Bolivia. La historia no acabó allí: el Comandante Segundo volvió a Salta entre el 21 y el 24 de septiembre de ese año, junto a otros diez compañeros, pero esta vez ingresaron divididos en dos grupos a la selva norteña.

El 18 de abril una patrulla de gendarmes encontró a los guerrilleros en la zona de El Bananal y comenzó un tiroteo que terminó con la vida de gendarmes y guerrilleros. Masetti logró escapar y se escondió en la selva. La última vez que fue visto por sus compañeros fue el 21 de abril de 1964. Todavía la familia pide por su cuerpo.

“Que su nombre siga casi tan ignorado en su país como el pedazo de selva que esconde sus huesos era previsible para Jorge Masetti. Periodista, sabía cómo se construyen renombres y se tejen olvidos. Guerrillero, pudo presumir que si era derrotado el enemigo sería el dueño momentáneo de su historia […] Masetti no aparece nunca. Se ha disuelto en la selva, en la lluvia, en el tiempo. En algún lugar desconocido el cadáver del comandante Segundo empuña un fusil herrumbrado”,escribió Rodolfo Walsh en su recuerdo.

A 56 años de su desaparición forzada, Masetti sigue vivo en su ejemplo. El periodista comprometido, que se hace carne en la lucha y que cuando el momento histórico lo demanda deja su vida por eso, es una de las tantas enseñanzas que supo plasmar. La palabra empeñada. La lucha por defender el ideal antiimperialista. La lapicera y el fusil. Son solo algunas insignias de las huellas que dejó Masetti y que nunca se van a borrar. Porque, como bien expresaba: “Ningún revolucionario termina, sin prolongarse en su lucha y en su ejemplo. Su grito jamás se apaga, sin que encuentre el eco de mil gargantas jóvenes que lo renueven. Su sangre jamás se coagula, sin que la asimile la tierra por la cual la derramó.

Esa es su única, íntima y reconfortable recompensa”.


* Periodista, conductora del programa La Marea (Radio Futura - FM 90.5), columnista del programa No Se Mancha (Radio Estación Sur – FM 91.7), colaboradora de Revista Trinchera y de Agencia Timón.
El Che presente en tiempos de Coronavirus

El Che presente en tiempos de Coronavirus

TIEMPO DE LECTURA: 2 min.

En la Higuera, Bolivia, le amputaron las manos incluso después de haberlo matado por si a este loco cubano se le ocurría volver a levantarse…

Sin lápida, sin nombre, sin tumba lo enterraron; no vaya hacer cosa que un guerrillero muerto pueda recibir los honores de un ser humano.

Pero el tiro les salió por la culata. Aquel que nadie podía encontrar, fue encontrado; y el enterrado, fue desenterrado. El ahora muerto, que supo traer dicha a esta vida, salió a la superficie, porque estaba cansado de acostumbrarse a lo que nunca pudo acostumbrar, a callar cuando hay que hablar, a escapar cuando se debe luchar.

El hombre anduvo con ansias de salir a la vida otra vez, para demostrar la verdadera cara de la moneda, la verdadera cara de las potencias, la cara del capitalismo más individualista, que privilegia por sobre la salud, su economía. Y también por qué no, para fumarse un habano y volver a firmar un billete cubano, con su toque distintivo, el del “Che”. Porque distinto es quien deja el lujo a un lado por creer en una nueva forma de Estado y distinto es quien comprende que la educación, la salud y la vivienda es más lujo que el mayor de los lujos. Distinto es quien entiende que el lujo es para todos o no es para ninguno.

Y así partió siendo distinto.

Será que se volvió único aquel que logró hacer del dinero un fetiche, del valor una cosa, del billete un papel.

Y se volvió a reír del dinero propagador del capitalismo, quien supo asentar el comunismo.

Y se volvió a reír de los Estados Unidos recordando la gran defensa cubana en Bahía de los Cochinos.

Y se volvió a reír de la muerte que nunca lo pudo mantener dormido.

Y como nunca se volvió a reír.

Y no te olvides que lo que hoy es Cuba, se lo debe a sí misma, se lo debe a aquellxs que hicieron posible que hoy sea lo que es, que hoy Cuba sea libre, que tenga médicxs distinguidxs, que sea ejemplo de educación pública y de solidaridad. Y me pregunto en los momentos en que las potencias cierran fronteras ¿Cuánto le debe Italia a Cuba por la ayuda humanitaria? ¿Cuánto debe el mundo por copiar este gesto? ¿Cuánto le debemos al futuro en camino, al héroe sin corona? ¿Cuánto le debemos hoy al Che?


* Estudiante de Sociología (FaHCE - UNLP)
Cuba: la pequeña isla que pudo

Cuba: la pequeña isla que pudo

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Ignacio Vernazza*

“La pequeña locomotora que pudo” (“The little engine that could”) es un cuento infantil, de origen estadounidense, que relata sobre una locomotora que logró arrastrar una gran cantidad de vagones por una montaña, porque mientras subía, se repetía a sí misma “yo creo que puedo”. Como toda historia para niñxs, hay una moraleja: los logros se dan por el esfuerzo propio y no cuentes con la solidaridad de otrxs para lograr tus objetivos. Es entendible la expansión de este cuento en la sociedad meritocrática estadunidense y es entendible que se use como ironía para hablar de Cuba, no solo por la base de solidaridad de la sociedad cubana, sino porque la locomotora de la historia era la más pequeña y débil y nadie creía que lo pudiera hacer. ¿Cuantxs preveían que la pequeña isla iba a estar en las primeras líneas de enfrentamiento a una crisis sanitaria mundial?

Lo primero que debemos señalar, si no ha sido suficientemente señalado aún, es la fortaleza y calidad del sistema médico cubano. Luego del triunfo de la Revolución, uno de los puntos principales sobre el que se actuó fue la salud pública. No es de extrañar: uno de los principales comandantes era un médico que, viajando por toda latinoamérica, conoció de primera mano las desigualdades en el acceso a un derecho básico como es la salud.

La principal política fue la creación de un Sistema Nacional de Salud Único que resolvió dos de las principales problemáticas inmediatas: el limitado acceso de la población a centros de salud y el centralismo de los mismos (antes de 1958 el 60% de los doctores y 80% de las camas de los hospitales estaban en La Habana). Esta unificación de todos los estamentos sanitarios bajo la esfera estatal permitió la confección de una planificación extendida en el tiempo, que brindó al sistema de salud cubano una de sus características diferenciales: la visión preventiva y comunitaria de la salud. La comunidad está inmersa de primera mano en las tareas de saneamiento y educación sanitaria y los programas se enfocan desde una perspectiva de prevención, que no solo reduce las posibilidades de contagio de enfermedades y descomprime los centros de salud de complejidad, sino que va en contra de la lógica mercantilista que especula con la venta de medicamentos y el cobro de la hospitalización y tratamientos.

Otro de los puntos centrales de Cuba, y que motiva el debate en esta nota, es que el país cuenta con un fuerte estructura de formación de profesionales. Para el 2008, Cuba batió un récord al formar más de 200.000 profesionales tanto nacionales como extranjeros. Y frente a un momento de crisis sanitaria mundial, con un virus que deja a las claras las deficiencias de los gobiernos neoliberales para dar respuesta a las problemáticas de salud, la pequeña isla organiza brigadas de profesionales para asistir no solo a países que cuentan con estructuras sanitarias débiles por su “tercermundismo”, sino también a países del “primer mundo”. Ahora que la posibilidad de asistencia se considera en la Argentina, se ha llegado a masificar un hastag como #NoALosMedicosCubanos a manos de, por ejemplo, la polémica ex titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso. Más allá de la simple y contundente respuesta de Axel Kicillof – “No voy a polemizar, estamos trabajando”- creo que podemos aportar, además de lo ya escrito, algunos otros puntos importantes.

Primero, esta no es la primer misión sanitaria de Cuba. El país ya ha brindado asistencia en distintas naciones de África, Oceanía y Latinoamérica y en distintas catástrofes. Desde el 2005 sostiene (junto a Venezuela) la Misión Milagro que garantiza el acceso de distintas poblaciones a tratamientos oculares. Que quiero señalar con esto, que las brigadas enviadas a partir del COVID-19 no son parte de una “estrategia ventajosa” de Cuba o sus “aliados conspirativos” como China o Rusia o vaya uno a saber quien, son parte de una política diplomática consolidada.

El segundo punto ha sido el de la especulación económica: Cuba se aprovecha económicamente de una catástrofe. Y aquí hay que diferenciar dos cosas: por un lado, que no es ilógico pensar una retribución económica que paga el trabajo de lxs medicxs y sustenta la inversión en formación e investigación; por otro lado, quienes ponen el acento en que esto es una “exportación” cubana, creo manifiestan un trasfondo de indignación porque un país “periférico” “exporta” (o aporta al sistema mundo) profesionales y no materias primas y lo hace valer como tal (no como ha sucedido, por ejemplo, en momentos neoliberales de nuestro país donde nuestros profesionales de probada calificación se formaban por la inversión pública pero luego debían migrar para ser contemplados en el mercado laboral).

El tercer punto no merece mayor mención que la tontería de buscar la excusa burocrática de si los títulos cubanos están validados o no, como si eso diera por tierra la conocida calidad en el tratamiento de enfermedades complejas como las oncológicas o el abordaje de problemáticas sanitarias como la desnutrición infantil.

Como cuarto punto está la visión de los profesionales cubanos como “espías” u “oficiales” de algún sistema supersecreto, retrotrayendo la discusión geopolítica a los momentos de la guerra fría en donde los bloques se la rebuscaban para ingresar agentes, que se señalan ahora por parte de la pequeña isla pero que se pasan por alto cuando se mencionan para otros países. Como se subestima a Cuba en su capacidad médica, se la sobreestima en su influencia geopolítica o militar.

Por último, como quinto punto, vale mencionar la siguientes preguntas: ¿Quiénes van, entonces, a enviar a los países con deficiencias sanitarias la ayuda necesaria? ¿Lo van a hacer aquellas potencias cuyos sistemas de salud no dan a basto dado el continuo desprecio a la salud pública? ¿Quienes, entonces, colaborarán con la solución a la pandemia? ¿Aquellos que aportan diplomáticamente su solidaridad o aquellos que ahogan a países con bloqueos que llegan incluso a los insumos médicos?

Con esto queda a las claras el mayor “miedo” que genera las brigadas cubanas bajo este peligro de la “propaganda”: ponen en evidencia que los sistemas neoliberales dejan expuestos a los pueblos a su suerte y que hay alternativas que, por decisiones políticas que priman otros valores, consideran a la salud como un derecho y no como una mercancía. Cuba es un ejemplo de cómo con solidaridad y comunitarismo, fue la pequeña isla que pudo.


* Estudiante de Antropología (FCNyM) y Consejero Superior de la UNLP por el claustro estudiantil

Fuentes:
– Ministerio de Salud Pública de Cuba. https://salud.msp.gob.cu/
– Desarrollo histórico de la salud pública en Cuba. Gregorio Delgado García. En: Revista Cubana Salud Pública v.24 n.2 Ciudad de La Habana jul.-dic. 1998.
– Sistema de salud de Cuba. Emma Domínguez-Alonso; Eduardo Zacea. En: Salud pública México vol.53  supl.2 Cuernavaca ene. 2011.
– EEUU. presiona a otros países para que rechacen asistencia médica de Cuba. En: http://www.juventudrebelde.cu/internacionales/2020-03-25/ee-uu-presiona-a-otros-paises-para-que-rechacen-asistencia-medica-de-cuba
– Cinismos y Bloqueos. En: http://www.cubadebate.cu/opinion/2020/03/25/cinismos-y-bloqueos/

Del Che a CFK: Un recorrido por la relación de Fidel y el pueblo argentino

Del Che a CFK: Un recorrido por la relación de Fidel y el pueblo argentino

TIEMPO DE LECTURA: 3 min.

por Nicolás Sampedro*

Infinidad de escritos y libros han sido publicados sobre el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro. Infinidad de anécdotas, historias y relatos que diversas personalidades (a lo largo y ancho de este mundo), han contado en diferentes medios de comunicación o por diferentes plataformas. Cada una con su particularidad y su riqueza.

Pero la singular idea de dos colegas argentinos llama la atención en el mar de tinta existente en las estanterías de cada librería. Es que los periodistas Julio Ferrer y Héctor Bernardo plasmaron en el papel una recopilación de 60 voces argentinas que cuentan sus vínculos con el líder revolucionario. Y no lo hicieron en cualquier fecha, sino a 60 años de aquel 1 de enero de 1959 que dio origen a la Cuba socialista.

Ferrer y Bernardo, que también tienen un libro publicado sobre la historia de vida de la reconocida periodista argentina, Stella Calloni (y que está prologado por el propio Fidel Castro), ahora homenajean al estadista cubano en su libro “Fidel Castro en la memoria de Argentina”.

En un primer momento no sabíamos si íbamos a encontrar 60 argentinos que hayan estado con Fidel. A la hora de buscar e investigar terminaron quedando un montón de personalidades y personajes afuera”, sostuvo Bernardo en una entrevista realizada recientemente. Además señaló que entre material de archivo y testimonios registrados hay voces de personalidades como Cristina Fernández de Kichner, Ernesto Che Guevara, John William Cooke, Alicia Eguren, Juan Domingo Perón, Stella Calloni, Estella de Carlotto, Hebe de Bonafini, Diego Armando Maradona o entre muches otres.

Foto: Prensa Latina

El libro fue publicado por Acercándonos Editorial y tuvo su presentación oficial el 10 de mayo en la Feria del Libro de Buenos Aires, y el próximo 13 de agosto (aniversario del natalicio de Fidel Castro) se presentará en la Embajada de la República de Cuba en Argentina, con la participación de varias de las voces que plasman sus experiencias con el líder cubano.

Al respecto de esta nueva presentación Bernardo sostuvo que “la idea es que en esa presentación puedan explayarse un poco más y contar otras anécdotas de Fidel. El caso de Stella Calloni, que aparece como uno de los testimonios, tiene infinidad de anécdotas con Fidel y obviamente no pueden aparecer todas en una producción tan acotada”.

Como se puede observar, un interesante libro que reúne una diversa cantidad de voces -más que calificadas- que dan cuenta de la relación que ha tenido (y tiene) el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, y el pueblo argentino. Una relación que muchos intentan ocultar, pero que marca el espíritu internacionalista del líder revolucionario y el cariño que se tiene en nuestro pueblo no sólo por su figura, sino por el pueblo cubano en su conjunto.

Esta gran humanidad dijo basta y echó a andar

Esta gran humanidad dijo basta y echó a andar

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Nicolás Sampedro*

Foto: Indymedia Argentina

El sociólogo y politólogo argentino Atilio Borón publicó recientemente un artículo llamado “¿Fin de cual ciclo?[1]”, en el que reflexiona sobre este discurso que la derecha construyó a raíz de las derrotas electorales que se vivieron en los últimos años en la región.

En su publicación, Borón reflexiona sobre las situaciones que están viviendo esos gobierno de derecha que llegaron a los gobierno del Brasil, de Perú, de Paraguay, de Argentina y la traición de Lenín Moreno en Ecuador.

Brasil está en llamas por diversos motivos, pero fundamentalmente por 2 motivos. En principio por las contradicciones hacia lo interno del bloque de poder entre la línea de ultraderecha que lidera Bolsonaro y que tiene como referente filosófico-político a Olavo de Carvalho (y que ya se cobró la cabeza del ministro de la Secretaría de Gobierno, el general Carlos Alberto dos Santos Cruz[2], por sus críticas al gurú), y el ala militar que conduce su vicepresidente Hamilton Morao.

Por otro lado el creciente descontento social con las políticas neoliberales que agreden derechos elementales producto de un modelo económico neoliberal conducido por el Chicago Boy, Paulo Guedes, que está destruyendo la economía breasileña[3].

Tal como lo afirma el docente e investigador Sergio Martín-Carrillo, los recortes durante la administración de Michel Temer no lograron frenar el déficit público y “Lejos de esto, esta limitación del rol activo del Estado en la economía está estrangulando el desarrollo económico mientras que la deuda pública sigue aumentando. En diciembre de 2018, la deuda bruta del sector público alcanzó los 5.272 billones de reales, lo que representa unos 1.425 billones de dólares, y supone el 76,7% del Producto Interno Bruto (PIB). En 2013, antes de la deriva neoliberal de la política económica, la deuda pública se situaba en torno al 50%.

El paro el pasado viernes 14, convocado por las 12 centrales sindicales brasileñas en conjunto con el movimiento sin tierra, les estudiantes y organizaciones político-sociales, dio cuenta de que a pesar de las pretensiones de Bolsonaro de alinearse con los yanquis y cumplir a rajatabla las recetas del Fondo Monetario y sus gurúes económicos, la sociedad del país vecino no se quedará de brazos cruzados.

Bajo la defensa de la educación pública, las pensiones y el trabajo, millones de brasileñas y brasileños -en más de 380 ciudades[4]– se movilizaron para repudiar las agresiones que están viviendo[5]. El escenario no podía terminar de otra forma que no sea con represión. Es lo único que saben hacer quienes llegan al gobierno con frases rimbombantes y buenos slogans, pero que no tienen la más mínima intención gestionar el Estado en beneficio de las grandes mayorías.

Por su parte en Perú la cosa no es muy diferente. Si bien ese país no tiene la experiencia reciente de un gobierno nacional y popular como el de Lula, Cristina o Correa, la situación es cada vez más compleja producto de los grandes entramados de corrupción que involucran a muchos de los funcionarios actuales y de gestiones anteriores. Como explica el analista político Roger Taboada, los últimos 5 presidentes están o presos, o prófugos de la justicia o muertos[6].

La reciente presentación[7] y posterior aprobación[8] de una Moción de Confianza enviada por Vizcarra al congreso no es otra cosa que intentar tapar una olla a presión que da cuenta de los cuantiosos negocios que hace la clase política enquistada en el estado desde hace décadas. Reformas y tapones que buscan ocultar el entramado de corrupción que envuelve a casi todos los partidos políticos con el Caso Odebrecht.

En tanto el Paraguay que dirige Mario Abdó empieza a reconfigurarse. Si bien es reciente y pueden para muchas cosas en el medio, la llegada de Mario Ferreiro (Partido Revolucionario Febrerista) a la intendencia de Asunción (capital y principal ciudad del país) en 2015 y la reciente victoria de Miguel Prieto (Conciencia Democrática del Este) a la intendencia de Ciudad del Este (la segunda ciudad en importancia por su cantidad de habitantes), comienzan a reconfigurar el escenario político paraguayo.

Lo que es claro es que las y los paraguayos se cansaron del bipartidismo expresado por el Partido Colorado y el Partido Liberal. Partidos que paulatinamente vienen perdiendo peso electoral frente a otros espacios político y que podría generar un cimbronazo en las elecciones regionales del año que viene.

En Argentina, un Frente de Todos que se planta en la palestra electoral como la alternativa opositora al macrismo. Con Alberto y Cristina Fernández como las puntas de lanza, la fórmula generó un cimbronazo político que podría acercarse aún más la posibilidad de sacar a la Alianza Cambiemos del ejecutivo y volver a una senda gobierno popular.

Informe de RT sobre las elecciones en Panamá

Centroamérica no está alejada de esta sintonía. La reciente victoria de Nito Cortizo abre la puerta a un cambio político del país que tiene en su territorio el canal interoceánico más importante del continente.

La crisis política en Honduras, envuelto en movilizaciones producto del descontento de la población ante las medidas de desinversión en Educación y Salud y un entramado de corrupción y el robo de las elecciones de Juan Orlando Hernández en 2017[9].

El desgaste de Jimmy Morales en Guatemala[10] [11], que si bien no logra aún consolidar una propuesta sólida, y una Haití envuelta en llamas producto de años de fraudes, de corrupción y descontento social ante las políticas antipopulares.

Todo esto sumado a la aparición de Andrés Manuel López Obrador en México, que pese a las dificultades logró acceder al gobierno y viene realizando una política para intentar reconfigurar el tejido social y reponerse de décadas de neoliberalismo. Un AMLO que tiene de vecino al opresor de opresores -el imperio norteamericano-, que si bien está en retroceso, no quiere perder lugares de injerencia en la región como se lo vio con la amenaza de suba de aranceles a los productos mexicanos[12].

Este escenario se da con una Venezuela, Cuba y Nicaragua que resiste pese a las agresiones de la administración Trump y sus lacayos; una Bolivia que consolida su economía y que parece seguirá en el mismo rumbo cuando este año reelijan la fórmula Morales-García Linera.

La situación de la región, según los medios de comunicación, se derechizó, los progresismos se extinguieron. La realidad nos demuestra que si bien hubo cambios en los gobiernos en los últimos años, la realidad es que eso no implicó que las sociedades se derechicen. Los procesos de lucha en todos estos países están dando muestras de que eso no es así.

Fue Álvaro García Linera, el vicepresidente de Bolivia, quien dijo que “Las transformaciones se dan por oleadas”[13]. Lo que acontece en toda Nuestra América indica que estamos en un momento de preparación para una nueva oleada progresista en la región, fruto de los pisos de subjetividad gestados por los gobiernos de Lula, de Correa, de Néstor y Cristina, de Maduro, de Evo, de Raúl Castro y Miguel Días Canel.

Las palabras del Che Guevara en la ONU en diciembre de 1964 vuelven a aparecer en la semana en que el líder revolucionario habría cumplido 91 años: “Ahora sí la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia… Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado, que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron.

Porque esta gran humanidad ha dicho «¡Basta!» y ha echado a andar. Y su marcha, de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera e irrenunciable independencia.»[14]


Fuentes:
[1] https://www.pagina12.com.ar/199513-fin-de-cual-ciclo
[2] https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201906141087619042-bolsonaro-saca-del-gobierno-a-ministro-que-critico-al-guru-olavo-de-carvalho/
[3] https://www.celag.org/brasil-una-economia-no-despega/
[4] https://www.brasildefato.com.br/2019/06/14/brasil-or-actos-masivos-al-cierre-de-la-huelga-general-en-defensa-de-las-pensiones/
[5] https://www.brasildefato.com.br/2019/06/14/minuto-a-minuto-or-greve-geral-paralisa-o-pais-nesta-sexta-feira-14/
[6] https://actualidad.rt.com/actualidad/266420-presos-investigados-profugos-expresidentes-peru
[7] https://www.celag.org/peru-y-la-desconfianza-en-el-congreso/
[8] https://www.celag.org/peru-una-cuestion-de-confianza-o-de-cinismo/
[9] http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/12/18/fraude-electoral-en-honduras-el-grito-silencioso/
[10] https://www.celag.org/elecciones-en-guatemala-entre-la-corrupcion-y-los-reclamos-por-justicia/
[11] https://actualidad.rt.com/actualidad/318070-corrupcion-narcotrafico-encuestas-elecciones-guatemala
[12] https://revistatrinchera.com/2019/06/14/que-quiere-trump-de-mexico/
[13] https://www.telesurtv.net/bloggers/Entrevista-con-Alvaro-Garcia-Linera-Las-transformaciones-se-dan-por-oleadas-20160828-0003.html
[14] https://www.youtube.com/watch?v=5q1mBDhW2uw


* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), productor general del programa La Marea (FM 90.5 Radio Futura), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia 
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