Chile y la oportunidad de una unidad latinoamericana

Chile y la oportunidad de una unidad latinoamericana

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El triunfazo electoral del pueblo de Chile contra el neoliberalismo y el neopinochetismo es una suma alegría. Abre una nueva oportunidad de unidad de la América morena. Ahora nos toca seguir uniendo gobiernos. Con el triunfo del joven Gabriel Boric podemos construir con más margen la unidad.

Tenemos a Cuba, Venezuela, Nicaragua, México, Argentina, Bolivia, Perú, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Antigua y Barbuda y Dominica, y ahora se le suman Honduras y Chile. Podemos agregar a los gobiernos progresistas de Barbados, Belice, San Cristóbal y Nieves, que se van animando de a poco a acercarse al ALBA-TCP desde el Caribe. Toda una señal y vamos sumando. El año que viene esperamos triunfos en Brasil y Colombia. De los 35 estados de América, 15 pertenecen a la llamada “ola progresista” actual, que no es poco. Si se suman Brasil y Colombia, un golazo geoestratégico. Y esperamos por Uruguay también.

Pero lo de Chile debe ser un llamado continental a la unidad. Es ahora. Sabemos de las particularidades de cada país y cada gobierno. También sabemos de las singularidades. Tenemos a una Revolución Socialista en Cuba encabezada por el Partido Comunista. Las revoluciones de Venezuela y Nicaragua tienen oposiciones fuertes y que no van a parar de detener el camino popular. En países como Argentina y Perú hay gobiernos de coalición con muchas contradicciones y problemas, pero que deben seguir en el camino de lo latinoamericano. Bolivia sigue de pie con Luis Arce y toda la militancia que le pone Evo para que el MAS sea la bandera del Estado Plurinacional, baluarte de la América originaria. Excepto Cuba, Venezuela y Nicaragua, el resto de los países progresistas siguen estando en la sucia OEA. Los países caribeños progresistas como San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, Dominica y Santa Lucía también están en la OEA y siguen siendo parte de la Mancomunidad Británica de Naciones, con la reina Isabel II de Inglaterra como jefa de Estado nominal. Barbados se convirtió en República y se despojó de esa figura de raigambre colonial, y se anima de a poco a sumarse a la “ola progre”. Los gobiernos de San Cristóbal y Nieves y el de Belice parece que también andan con ganas de sumarse.

Pero, más allá de las diversidades, es tiempo de unirse. De dejar la agenda continental de las derechas y del imperio. Todos los gobiernos de esta “ola progre” deben unir fuerzas y defenderse en los foros mundiales. Hay que dejar la idea imperial de que son “cucos” Cuba, Venezuela y Nicaragua. Hay que unirse y ser solidarios con estas naciones. El ALBA-TCP y el llamado “Grupo de Puebla” deben ser dos frentes de lucha continental en los cuales defender los intereses de los pueblos en contra del imperio, el neoliberalismo y el capitalismo oligárquico. Lo de Chile fue un impactazo para las derechas regionales.

Esperemos que los dirigentes están a la altura de las circunstancias para poder tender puentes. Los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua felicitaron al joven Boric y ese es el camino. El de la hermandad, el de la unidad, el de los mensajes de trabajos en conjuntos. Salirse de la agenda imperial, de la OEA y de la Unión Europea que demonizan a nuestros líderes populares. Hay que revitalizar más que nunca a la CELAC y construir el Banco del Sur, con el que tanto soñó Hugo Chávez. Hay que revivir la UNASUR y apoyar a los procesos electorales en favor de Petro y Lula en Colombia y Brasil, respectivamente.

El camino no es fácil. No lo será para Boric. Tampoco para Xiomara Castro en Honduras. No lo es para todos los gobiernos progresistas. Pero no todo es fácil cuando se combate contra el enemigo imperial. Sólo la unidad logrará una lucha más firme. Aprovechemos esta primavera chilena. La esperanza chilena debe ser una esperanza de la América morena. La que soñaron los pueblos que lucharon junto a Bolívar, San Martín, Artigas, José Gaspar Rodríguez de Francia, Juana Azurduy, José Martí, Sandino, Farabundo Martí, Perón, Evita, el “Lobo” Gaitán, el Che, Camilo Torres, Marulanda, Fidel, Allende, Maurice Bishop, Néstor Kirchner y Hugo Chávez.

Mauricio Macri
Mauricio Macri

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Chile: Una segunda vuelta con resultado incierto

Chile: Una segunda vuelta con resultado incierto

TIEMPO DE LECTURA: 9 min.

Si algo se exteriorizó con certeza,con los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile del 21 de noviembre pasado, es la incertidumbre del resultado en la segunda vuelta, que tendrá su día de definición el próximo 19 de diciembre.

Duda, pues contra todo pronóstico,el ganador en primera vuelta fue el candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast, quien un par de meses atrás aparecía con escasas posibilidades de acceder a competir por el sillón presidencial frente a su contrincante, el ex ministro del gobierno del multimillonario Sebastián Piñera Echeñique, el abogado Sebastián Sichel, considerado el político que podía darle continuidad a la derecha agrupada tras la figura del alicaído Piñera, que ocupó el cargo presidencial en dos administración no simultáneas, tras el fin de la dictadura militar. Errores no forzados de Sichel, una narrativa de Kast, que cautivó al electorado de la derecha más dura e incluso al mundo de la coalición oficialista más cercana a posiciones de centro, dieron paso a que el representante del conservadurismo político, valórico y decidido a mantener el modelo económico se apropiara del primer lugar en la primera vuelta.

Un candidato Kast, político de larga militancia en la ultraderecha chilena, quien obtuvo un 27,91% (1.961.122 votos) que le ha dado el impulso y la posibilidad cierta de disputar palmo a palmo la presidencia contra el 25,83% (1.814.809 votos) del candidato del Apruebo Dignidad, Gabriel Boric. Este último, un novel político socialdemócrata, que se convirtió en candidato de la centro izquierda, tras ganar las primarias ante el fuerte alcalde de la popular comuna de Recoleta en Santiago, la capital chilena, el arquitecto y sociólogo Daniel Jadue, militante del partido comunista. El optimismo de las huestes del Apruebo Dignidad en la primera vuelta, los llevaron por el camino de creer que el primer lugar en la primera vuelta era un espacio reservado a Boric. No fue así y el segundo lugar fue un duro varapalo, que obligó al comando de este candidato a modificar su estrategia de campaña en un 180°, incluyendo una narrativa que transita hoy por temas, que parecían reservado al candidato de la ultraderecha.

Tal cambio de rumbo ha significado el comienzo de un periodo de ofertas en áreas que no se pensaba que el Apruebo Dignidad tendría que transitar: orden, seguridad, control migratorio, lucha contra la delincuencia y el narcotráfico, aumentar la dotación de policías e incluso hablar de un universo de apoyo transversal, que está incluyendo a miembros de la vilipendiada ex Concertación y Nueva Mayoría, que habían sufrido el desprecio de los noveles dirigentes del Frente Amplio. Estos voceaban, urbi et orbi que la vieja política estaba enterrada, que la arcaica política de la Concertación y después Nueva Mayoría era cosa del pasado. Se insistía que las nuevas hornadas no cometerían los errores de esas “camarillas”. Sin embargo, cual ave Fénix, viejos rostros de esa coalición, que gobernó Chile bajo la administración de tres presidentes y dos mandatos de una mujer (Michelle Bachelet) han resurgido de las cenizas, incorporándose, ya sea al comando de Gabriel Boric o como parte de diversos consejos de asesores.

Lo dicho no nos debe hacer olvidar, que nuevamente la alta cifra de abstención significa un llamado de atención, que no se puede esconder tras sonrisitas complacientes. Un 53% del padrón electoral chileno, estimado en 15.030.974 de los cuales 70.018 viven en el extranjero, no acudieron a emitir su sufragio, dejando a esa enorme cantidad de ciudadanos como campo de batalla para ambos contendientes, al igual que el tratar de seducir a quienes votaron por Franco Parisi del Partido de la Gente, Sebastián Sichel de Vamos Chile, Yasna Provoste de Nuevo Pacto Social, Marco Enríquez Ominami del Partido Progresista y Eduardo Artes de Unión Patriótica.

Sumado a la abstención, otro elemento que llamó enormemente la atención, en esta primera vuelta, fue la irrupción de un candidato virtual, que logró seducir a 899.483 chilenos con la idea de la democracia digital. Con una campaña efectuada íntegramente vía telemática desde Estados Unidos, en un caso inédito en la política mundial. Franco Parisi es el nombre de este candidato de la matrix, que mediante el partido de la gente logró elegir, además, 6 diputados, que tendrán un papel decisivo en una cámara baja dividida, entre el mundo de la derecha y la centro izquierda.

Parisi, disfrazado de tecnócrata, un político como todos pero que dice aborrecer la política y a los políticos, que no pisó suelo chileno en toda la campaña y no lo hará hasta que se solucione su litigio por el no pago de la pensión alimenticia a sus hijos. Un candidato de las redes que ha levantado la discusión respecto a responder la siguiente pregunta “¿Para qué estar en terreno, si puedo, desde mi sala de estar hacer una campaña que además me convierte en un político y líder de un partido que puede definir al ganador el próximo 19 de diciembre”. Macondo versión 2.0 llevada al cono sur latinoamericano.

En todo caso, cualquiera sea el resultado el próximo 19 de diciembre la realidad del nuevo senado y la cámara de diputados indica fragmentación, pero también un virtual equilibrio en el análisis de los posibles apoyos y alianzas. Y, sobre todo, la indiscutible necesidad que el futuro mandatario tendrá que negociar cada propuesta en el seno del Parlamento, contando, además, que a esa fecha ya se encuentre en su etapa de término la elaboración de la nueva constitución, que se está trabajando en la convención Constitucional, con mayoría opositora al gobierno actual pero que ha ido, poco a poco, llevando las originarias reivindicaciones de acabar con el “antiguo régimen” hacia posiciones menos caldeadas. Es indudable, que el próximo presidente va a tener un parlamento poco alineado con el ejecutivo y por eso los candidatos del balotaje, han establecido la necesidad de buscar caminos de unidad y no de separación en el marco de una nueva carta magna.

El Difícil camino de Boric

Los paupérrimos resultados de Gabriel Boric con Apruebo Dignidad, Yasna Provoste con el Nuevo Pacto Social y Marco Enríquez Ominami del Partido Progresista genera la interrogante respecto a resolver dónde está parte importante del 80% del apruebo a la convención constitucional, que parecía mostrar un camino de ahogar a la derecha e impedirle salir a tomar aire impulsado por el estallido social, resolver donde esta esa masa implica generar estrategias de seducción. A esa debilidad se une a las fuertes tensiones de la coalición del Apruebo Dignidad que reúne a socialdemócratas y el Partido Comunista, con fuertes tensiones en materia de política exterior y que se irán agudizando en la medida que las nuevas exigencias del balotaje conduzcan a Gabriel Boric hacia un camino más al centro y con exigencias de mayores condenas a Cuba, Nicaragua, Venezuela, presiones desde Washington, empresariales, económicas y las amenazas de nuevas denuncias de medios de información, que tendrán que enfrentarse y solucionar de manera radical como fue el caso de la candidata a senadora Karina Oliva.

El camino de seducción de nuevos votantes para la campaña de Boric implica, en estos días, alejarse de la narrativa inicial y de las exigencias de cambios estructurales, medulares que requieren estar en el mapa electoral de balotaje. Como esas reivindicaciones no son parte del ADN de José Antonio Kast ¿debería ser el camino, que debería tomar la campaña de Apruebo Dignidad? En lenguaje llano “hay que sacar a la cancha al candidato de la ultraderecha” enfrentarlo fuera del discurso conciliador que anima la nueva estrategia de Gabriel Boric. ¿Será capaz este candidato de adentrarse en todos los temas que diferencien su coalición de la de Kast?

Mi Impresión es que el candidato de la centro izquierda frenará su discurso del ala progresista, para atraer así, al electorado de centro, donde Boric tendrá mucho que ofrecer, pues la vieja concertación, tiene sangre en el ojo y a pesar de las palabras de buena crianza tratará de ganar posiciones en este remozado Apruebo Dignidad, que tiene nueva jefa de campaña: la ex presidenta del colegio médico, Izkia Siches. La política de las negociaciones, de lo que se pueda conseguir, ha hecho renacer la vieja máxima “no importa dónde me pongan, pero pónganme donde haya” buscando acomodos, prebendas, cargos en la esperanza del triunfo y en ese plano el proyecto que ante el triunfo de Borci, la profesional médico Iskia Siches ocuparía el cargo de ministra de salud. La idea que está tomando cuerpo, desde las filas de la izquierda de Apruebo Dignidad, es apoyarse en la convención constitucional y atraer sus opiniones en beneficio de lo que se definió con el apruebo de octubre del año 2020, es decir “un cambio estructural”.

Vienen semanas de disputa electoral, un balotaje de fuerte ofensiva ultraderechista en materia de dar énfasis a conceptos como: orden, seguridad, detener el Comunismo, salvar a Chile, detener la violencia. Priorizar la seguridad para garantizar la inversión. No es casual que las candidaturas de Kast y Parisi hayan obtenido altísimos porcentajes de adhesión en el norte chileno, vinculado estrechamente al tema inmigración. Feudos tradicionales de la izquierda hoy en manos de la ultraderecha y este liberalismo livianito de Parisi. 

Lo claro en este panorama de incertezas que nos trae el balotaje el 19 de diciembre, que entregará el nombre definitivo del próximo presidente es que la candidatura de Kast no augura democracia, no entrega aires de un país distinto al que ha administrado Sebastián Piñera. Ofrece un viento huracanado de todo aquello que el ultraderechismo tiene en su arsenal: negación de los derechos humanos, ataque a las libertades y derechos conseguidos por las mujeres, los trabajadores, los pueblos originarios a golpe de sacrificio, muerte y dolor. No es casual que hable de clausura el Instituto Nacional de Derechos Humanos, buscar la coordinación internacional, entre gobierno de derecha, para vigilar y perseguir a los movimientos “radicales de izquierda” como los denomina en su programa, al estilo de un plan Condor en versión Siglo XXI. Crear más y más cárceles. Militarizar aún más el wallmapu, ofrecer todo el apoyo y reforzamiento a las cuestionadas y corruptas fuerzas armadas y carabineros. Kast y esto no es política del terror, pues lo expresa claramente en su programa plantea un país autoritario, con medidas represivas al estilo de quien fue su gran mentor: el dictador Augusto Pinochet Ugarte.

La gran tarea de Boric y su coalición es cómo va a enfrentar esas ofertas, cómo va a lidiar con una población que en un 53% no asistió a votar, como alertar que Kast representa un peligro para el país en que, cual cantos de sirena ha sido seducido en un porcentaje importante, por conceptos como el de orden, seguridad, no a la inmigración y un no al comunismo que presenta a Kast como una especie de personaje que revive el macartismo estadounidense post segunda guerra mundial. Boric y su coalición tiene un enorme trabajo por delante, que implica seducir a una parte de los que no votaron en las elecciones, atraer a los que no se inclinaron por su propuesta socialdemócrata, pero que no votarían de ninguna manera por Kastpero que al mismo tiempo desconfían del candidato del Apruebo Dignidad.

Un Boric que deberá generar tranquilidad social y no dejarse llevar por esta dicotomía interesada y perversa desde el lado de la candidatura ultraderechista, que trata de imponer el discurso del miedo, del llamado a elegir entre democracia o comunismo. Para no ser menos desde las huestes del Apruebo Dignidad se llama a elegir entre Democracia o fascismo. Alea jacta est, los dados están echados y sólo el resultado final nos mostrará cual estrategia tuvo mejor resultado.

Artículo publicado originalmente en SegundoPaso ConoSur

Pablo Jofré Leal
Pablo Jofré Leal

Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. especialista en temas de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Salvador Allende

Salvador Allende

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Nació en Valparaíso, al sur de Chile, el 26 de junio de 1908. Su padre, de clase media, abogado y notario, militaba en el Partido Radical chileno. Realiza sus estudios medios en un liceo de la ciudad natal. En sus años de estudiante preuniversitario, un viejo anarquista italiano, Juan Demarchi, lo pone en contacto con los libros de Karl Marx.

Se gradúa como alumno excelente. Le gusta el deporte y lo practica. Ingresa voluntario al servicio militar en el Regimiento Coraceros de Viña del Mar. Solicita traslado al Regimiento Lanceros de Tacna, un enclave chileno en el norte seco y semidesértico, posteriormente devuelto a Perú. Egresa como oficial de reserva del Ejército. Lo hace ya como hombre de ideas socialistas y marxistas. No se trataba de un joven blando y sin carácter.

Allende junto al Che en La Habana, 1960

Decide estudiar la carrera de Medicina en la Universidad de Chile. Organiza un grupo de compañeros que se reúnen periódicamente para leer y discutir sobre el marxismo. Funda el Grupo Avance en 1929. Es elegido vicepresidente de la Federación de Estudiantes de Chile en 1930 y participa activamente en la lucha contra la dictadura de Carlos Ibáñez.

En 1933 se gradúa de médico. Participa en la fundación del Partido Socialista de Chile. Es ya dirigente en 1935 de la Asociación Médica Chilena. Sufre prisión durante casi medio año. Impulsa el esfuerzo para crear el Frente Popular, y lo eligen subsecretario general del Partido Socialista en 1936.En septiembre de 1939 asume la Cartera de Salubridad en el gobierno del Frente Popular. Publica un libro suyo sobre medicina social. Organiza la primera Exposición de la Vivienda. Participa en el año 1941 en la reunión anual de la Asociación Médica Americana en Estados Unidos. Asciende en 1942 a Secretario General del Partido Socialista de Chile. Vota en el Senado, en el año 1947, contra la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, conocida como “Ley Maldita” por su carácter represivo. Asciende en 1949 a Presidente del Colegio Médico.

En 1952 el Frente del Pueblo lo postula para Presidente. Tenía entonces 44 años. Pierde. Presenta en el Senado un proyecto de ley para la nacionalización del cobre. Viaja a Francia, Italia, Unión Soviética y la República Popular China en 1954. Cuatro años después, en 1958, es proclamado candidato a la Presidencia de la República por el Frente de Acción Popular, constituido por la Unión Socialista Popular, el Partido Socialista de Chile y el Partido Comunista. Pierde la elección frente al conservador Jorge Alessandri.

Asiste en 1959 a la toma de posesión como Presidente de Venezuela de Rómulo Betancourt, considerado hasta entonces una figura revolucionaria de izquierda. Viaja ese mismo año a La Habana y se entrevista con Fidel y el Che. Denuncia junto al Che en 1961 el carácter demagógico de la Alianza para el Progreso en la reunión de la sucia OEA que tuvo lugar en Punta del Este, Uruguay.

Allende junto a Fidel, en Santiago de Chile, 1971

Designado de nuevo candidato a la Presidencia, es derrotado en 1964 por Eduardo Frei Montalva, democratacristiano que contó con todos los recursos de las clases dominantes y que, según datos revelados en documentos desclasificados del Senado de Estados Unidos, recibió dinero de la CIA para apoyar su campaña. En su gobierno, el imperialismo trató de diseñar lo que se dio en llamar la “Revolución en Libertad”, como respuesta ideológica a la Revolución Cubana. En esa elección, Allende obtiene, sin embargo, más de un millón de votos.

Encabeza en 1966 la delegación que asiste a la Conferencia Tricontinental de La Habana. Visita la Unión Soviética en el Aniversario 50 de la Revolución de Octubre de 1917. El año siguiente, 1968, visita la República Popular Democrática de Corea, y se entrevista con el líder Kim ilSung. Luego se dirige a la República Democrática de VietNam, donde tiene la satisfacción de conocer y conversar con el extraordinario dirigente de ese país, Ho Chi Minh. Incluye en ese mismo recorrido a Camboya y Laos, en plena efervescencia revolucionaria.

Tras la muerte del Che, acompaña personalmente hasta Tahití a tres cubanos de la guerrilla en Bolivia, que sobrevivieron a la caída del Guerrillero Heroico y se encontraban ya en territorio chileno.

La Unidad Popular, coalición política integrada por comunistas, socialistas, radicales, MAPU, PADENA y Acción Popular Independiente, lo proclama su candidato el 22 de enero de 1970, y triunfa el 4 de septiembre en los comicios de ese año. Es un ejemplo verdaderamente clásico de la lucha por vías pacíficas para establecer el socialismo.

El gobierno de Estados Unidos, presidido por Richard Nixon, después del triunfo electoral entra de inmediato en acción. El Comandante en Jefe del Ejército chileno, general René Schneider, es víctima de un atentado el 22 de octubre de 1970 y fallece tres días después porque no se plegaba a la demanda imperialista de un golpe de Estado. Fracasa el intento de impedir la llegada de la Unidad Popular al gobierno.

Allende junto a Kim il Sung, fundador de la República Popular Democrática de Corea, en Pyongyang, 1968.

Allende asume legalmente con toda dignidad el cargo de Presidente de Chile el 3 de noviembre de 1970. Comienza desde el gobierno su heroica batalla por los cambios, enfrentando al fascismo. Tenía ya 62 años de edad. En las elecciones municipales de marzo del año 1971, la Unidad Popular obtiene mayoría absoluta de los votos con el 50,86 por ciento. El 11 de julio el presidente Allende promulga la Ley de Nacionalización del Cobre, una idea que había propuesto al Senado 19 años antes. Fue aprobada en el Congreso por unanimidad. Nadie se atrevía a objetarla.

En 1972 denuncia en la Asamblea General de las Naciones Unidas la agresión internacional de que es víctima su país. Es ovacionado de pie durante largos minutos. Visita ese mismo año la Unión Soviética, México, Colombia y Cuba.

En 1973, al realizarse las elecciones parlamentarias de marzo, la Unidad Popular obtiene un 45 por ciento de los votos y aumenta su representación parlamentaria. No pueden prosperar las medidas promovidas por los yanquis en las dos Cámaras para destituir al Presidente.El imperialismo y la derecha agudizan una lucha sin cuartel contra el gobierno de la Unidad Popular y desatan el terrorismo en el país.

Allende, junto a un grupo importante de sus seguidores, estaba convencido de que el socialismo podía construirse sobre la base de las tradiciones democráticas chilenas. En este sentido, fue significativo que una de las pocas leyes aprobadas en el parlamento fue la nacionalización de la gran minería del cobre. Sin embargo, la naturaleza radical del programa de gobierno despertó una frontal oposición, tanto en el interior del país como a nivel internacional. En medio de un contexto en que aún primaba la política de Guerra Fría, el gobierno de Nixon decidió utilizar todas las armas necesarias con el objetivo final de derrocar al gobierno chileno.

Durante 1972, diversos gremios paralizaron sus actividades; entre ellos, la locomoción colectiva y el transporte. El desabastecimiento de artículos de primera necesidad y los persistentes rumores de golpe militar, contribuyeron a crear en la población una sensación colectiva de desgobierno.

El 11 de septiembre de 1973, el gobierno de la Unidad Popular fue derrocado por un golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet. Luego de conformarse una Junta Militar, ésta emitió un primer comunicado solicitando al presidente Allende la entrega inmediata de su cargo a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile. Allende resistió junto a sus más leales colaboradores en el Palacio de La Moneda y advirtió a sus cercanos que moriría en el lugar donde lo había puesto el pueblo: como Presidente de Chile. Antes de ser bombardeada la casa de gobierno, dirigió sus últimas palabras.

El 11 de septiembre de 1973 muere heroicamente defendiendo el Palacio de La Moneda. Combatió como un león hasta el último aliento. Los revolucionarios que resistieron allí la embestida fascista contaron cosas fabulosas sobre los momentos finales. Las versiones no siempre coincidían, porque luchaban desde diferentes puntos de Palacio. Además, algunos de sus más cercanos colaboradores murieron, o fueron asesinados después del duro y desigual combate.

La diferencia de los testimonios consistía en que unos afirmaban que los últimos disparos los hizo contra sí mismo para no caer prisionero, y otros que su muerte sobrevino por fuego enemigo. El Palacio ardía atacado por tanques y aviones para consumar un golpe que consideraban trámite fácil y sin resistencia. No hay contradicción alguna entre ambas formas de cumplir el deber.

Salvador Allende, “Chicho”, fue un Prócer de la Patria Grande que seguirá siempre naciendo en la memoria y las luchas de los revolucionarios de hoy y del mañana.

“Es tiempo de que las élites exasperadas entiendan que no están entendiendo”

“Es tiempo de que las élites exasperadas entiendan que no están entendiendo”

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Nuestra América está atravesando un año electoral que podría tener como resultado un giro de 180 grados en muchas de sus latitudes. Se ha dicho en artículos anteriores, pero la situación de hartazgo de pueblos como el chileno, el colombiano o el peruano, pueden continuar los pasos de México, que en 2018 comenzó las transformaciones institucionales que su pueblo reclamaba. Reformas y cambios que otros países de la región vivieron a principios de siglo.

La primera oleada

La llegada de Chávez al gobierno en Venezuela sería el puntapié de esa primera oleada progresista que comenzó a finales de los ’90. Gobiernos como el de Néstor Kirchner y Cristina Fernández en Argentina, la llegada de Lula al gobierno de Brasil, Rafael Correa en Ecuador o Evo Morales en Bolivia, pintaron de políticas progresistas y revolucionarias el panorama nuestroamericano.

Presidentes de la primera oleada de gobiernos populares del siglo.

Pero la derecha se reorganizó  y comenzó a horadar paulatinamente a esos gobiernos. Lo señalábamos en artículos anteriores: la derecha no tiene proyecto propio que incluya a las grandes mayorías. La responsabilidad y la culpa de todo siempre está puesta en los pueblos por considerarlos vagos, haraganes o indomables. Ellos nunca tienen la culpa.

Utilizaron todo su arsenal: la complicidad de los poderes judiciales, el asesinato selectivo, el lawfare, la mentira mediática y operaciones de prensa complementadas con trolls en redes sociales y todo lo que tuviesen a la mano para conquistar ese objetivo. Así, aunque de diferentes maneras, llegaron al poder en Argentina, Ecuador, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia, El Salvador y Honduras. Lógicamente Venezuela, Cuba y Nicaragua resistieron y siguen resistiendo en la actualidad.

El caso mexicano

Pero la llegada de Andrés Manuel López Obrador al gobierno mexicano comenzó a revertir esa avanzada de la derecha regional. Luego se sumó el retorno del peronismo al gobierno argentino, la derrota del golpe en Bolivia y el retorno de Evo a su patria.

Desde entonces con firmeza y respaldo político de sus pueblos, los gobiernos de México, Argentina y Bolivia han avanzado en recomponer los destrozos hechos por las administraciones de derecha. En el caso mexicano AMLO tiene el enorme desafío de revertir cuatro décadas de neoliberalismo y crimen organizado, tarea titánica si se entiende que su vecino EEUU intentará evitarlo, pese a declarar públicamente que tiene intenciones de tener buenas relaciones con su vecino del sur.

Mexico’s new President Andres Manuel Lopez Obrador in Mexico City, Saturday, Dec. 1, 2018. (AP Photo/Moises Castillo)

Muchas veces se ha dicho y muches autores lo han sostenido: llegar al gobierno no es sinónimo de llegar al poder. El ejecutivo de un país es simplemente una porción de ese poder. Otro tanto lo tienen los medios de comunicación, otra porción está en manos de las instituciones judiciales, otra en manos de los sectores concentrados de la economía y así se podrían seguir mencionando actores de ese mapa a lo Game of Thrones.

López Obrador dijo desde el día cero de su campaña que “la prioridad son los pobres” y tal como lo había anunciado así fue como avanzó cuando llegó al ejecutivo mexicano. Y si bien es lógico que en dos años y medio no se puedan revertir décadas de neoliberalismo, los avances han sido significativos.

Pero como en todo proceso de cambio, los sectores conservadores, las oligarquías, las multinacionales y poderes foráneos están interesados en que nada cambie, o más bien que ninguno de esos cambios vayan en su contra.

Lógicamente se podría hacer una lista de las políticas lanzadas por AMLO, pero ese no es el interés de estas líneas. Lo importante es lo que se nos viene: las elecciones de medio término.

Elecciones federativas de medio término

Este 6 de junio, al mismo tiempo que en Perú se realizará la segunda vuelta presidencial, el pueblo mexicano irá a las urnas a expresar su voluntad. Y si bien hay un referéndum programado para marzo del 2022, la oposición del PRI, PAN y PRD lo ha adelantado de hecho convirtiendo el voto del 6 en un simple “si” o “no” a la continuidad de la 4T.

Está más que claro que esto sucede dado que lo que está en disputa no son sólo las 500 bancadas de los diputados federales del Congreso de la Unión, sino los más de 21 mil cargos de elección popular entre los que además se encuentran 15 gobernaciones, más de mil cargos en congresos locales, 17 mil ayuntamientos y más de 1900 presidencias municipales.

Está claro que la frutilla del postre son las diputaciones federales, dado que de obtener la mayoría, la oposición podría bloquear las iniciativas de transformación planteadas por AMLO.

Y el final de esta campaña electoral se está dando en medio de la pandemia, de una escalada de la violencia de los cárteles que ya se cobró la vida de más de 200 candidatos y candidatas, y de las operaciones permanentes de los medios, la complicidad judicial y la manifiesta parcialidad del Instituto Nacional Electoral volcado en su totalidad contra el gobierno de Morena.

Lo que no termina de entender la elite mexicana y extranjera es que los pueblos ya están hartos de tanto maltrato y despojo de sus derechos. Eso es lo que explica que más de dos tercios del pueblo mexicano aún sigan respaldando a Andrés Manuel pese a que los avances no han sido lo rápido que se hubiese querido.

No es sólo México

Pero como se señalaba al inicio de estas líneas, las palabras de Marcelo Ebrad, no sólo explican lo que sucede en México, también dan en el clavo con lo que sucede en otras partes del continente. Allí tenemos las movilizaciones masivas en Chile, Colombia y Haití, pueblos que pese a la pandemia salieron a las calles y están comenzando a tumbar al neoliberalismo en sus países.

Les chilenes ya dieron un gran paso con la elección mayoritaria de sectores progresistas tanto para la redacción de su nueva Carta Magna, como en la elección de alcaldes en ciudades importantes del país.

Los pueblos colombiano y haitiano siguen en las calles pese a la brutal represión de gobiernos reaccionarios cuasi dictatoriales. Y seguirán estando en las calles porque su destino depende de esa prepotencia militante, de esa mística revolucionaria y popular.

Y en el mismo camino se puede hablar de Perú, un pueblo históricamente castigado por las políticas neoliberales y saqueado por sus oligarquías en asociación directa con el imperio y sus multinacionales de la rapiña y el saqueo. Un docente rural y sindicalista como Pedro Castillo se enfrenta hoy a la hija del dictador Fujimori, un emblema de la derecha empresarial y corrupta más reaccionaria del continente.

Así las cosas, la derecha está mostrando sus dientes cual bestia herida de muerte y arrinconada. Saben que de llegar gobiernos populares, progresistas o revolucionarios a sus países comenzarán a perder sus privilegios, además de que su amo, EEUU, comenzará con los gritos porque “se le desordenó” lo que entienden es su “patio trasero”.

Nada de lo que suceda este año será menor, desde las elecciones de la constituyente en Chile, pasando por los alzamientos populares en Colombia y Haití, o la recuperación de los sectores populares en países como Paraguay, Uruguay, Brasil y Ecuador, hasta las elecciones de medio término tanto en México como en Argentina. Sea en las urnas o en las calles, el destino de Nuestra América está en manos de la lucha popular y de la consolidación de una nueva oleada progresista, que nos encuentre nuevamente unides y nos deposite un paso más cerca de nuestra segunda y definitiva independencia.

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

La bestialidad capitalista nunca descansa

La bestialidad capitalista nunca descansa

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La semana pasada hacíamos mención de las tramoyas que está realizando el gobierno de derecha que encabeza Sebastián Piñera en Chile. Todo un andamiaje puesto al servicio de seguir beneficiando a los ricos de siempre (y los nuevos), a costa del sufrimiento, el hambre y la desesperación del pueblo chileno.

Víctimas de la violencia uribista

Esta semana los laureles del Olimpo se los llevó Iván Duque Márquez, presidente de la República de Colombia y un fiel lacayo de su padrino político, el genocida Álvaro Uribe Vélez. Si bien el uso desmedido de la fuerza en el país sudamericano no es nueva, la brutalidad de las represiones y el asesinato de más de una treintena de personas se volvieron virales en las redes sociales.

Está claro que la viralización de los videos fue lo que motivó a que los medios masivos de comunicación tomaran el tema como noticia y que -posteriormente- por la notoriedad pública que tomó el caso, organismos o instituciones e incluso gobiernos de otros países se hicieran eco de lo que sucedía al norte de nuestra América del Sur.

Por lo demás, lo que se vio son actos criminales a los que nos tiene acostumbrado el gobierno colombiano en un país históricamente gobernado por la derecha (más o menos bestial según el presidente) y que sólo durante la administración de Álvaro Uribe Vélez tiene el lamentable récord de más de 6.400 casos de falsos positivos. Una marca registrada del uribismo.

Cabe recordar que desde la firma de los Acuerdos de Paz de La Habana (firmados en 2016), la matanza de líderes y lideresas sociales y de ex guerrilleros firmantes del acuerdo, no han cesado. Desde la firma de los acuerdos hasta la fecha las cifras de asesinatos son superiores a los mil, en tanto en lo que va del año ya se registran más de 50.

El punto es que para el uribismo y su lógica de exterminio, la única manera de solucionar el conflicto con las guerrillas o con la protesta social es exterminándolas. Pese a que los Acuerdos de Paz son un compromiso del Estado, para Duque y compañía es lo mismo que papel mojado.

Bukele y su particular forma de gobernar

Tal como ha sucedido con otras experiencias de derecha que llegaron al poder mediante los votos, el caso de Nayib Bukele en El Salvador termina siendo de manual. La última jugarreta del presidente milenial fue ordenar a sus congresistas que destituyeran a cinco magistrados titulares y cuatro suplentes de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema y al fiscal general por supuestas arbitrariedades, aunque todes saben que es porque eran un freno a su lógica autoritaria.

El caso fue tan escandaloso que hasta Bachellet y la propia Kamala Harris (entre otres) salieron al cruce de la medida adoptada por el empresario que es recordado por sacarse una selfie en su primera intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas, pero en pleno discurso.

El autoritarismo de la familia Bukele parece haberse consolidado luego de que resultara victorioso en las elecciones legislativas del pasado 28 de febrero. El presidente salvadoreño termina así de cerrar el círculo y de no dejar poder del Estado que no responda a sus delirios. En el “mientras tanto”, el hermano pueblo de El Salvador queda en la total indefensión ante los abusos de quien es sindicado como cómplice de las diferentes organizaciones criminales como la Mara Salvatrucha (MS-13) o la Mara Barrio 18.

Bukele y su gobierno están literalmente cavando el lecho de muerte no sólo de la democracia salvadoreña, sino además de esa república.

¿Dónde está Lichita?

El caso es que las derechas siempre se autocalifican como republicanas, como honestas o como defensoras de la democracia, pero en los papeles son todo lo contrario. Está claro que con el aparato estatal construido a sus anchas en tiempos de antaño, y con el apoyo de las grandes corporaciones mediáticas y la ayudita del imperio, muchas veces logran imponer sus ideas y formas de ver la realidad.

Otro ejemplo emblemático es el caso paraguayo donde recientemente la Fuerza de Tareas Conjunta (TPC) asesinó a dos niñas de nacionalidad argentina que estaban visitando a sus familiares en el país vecino. María Carmen Villalba y a Lilian Mariana Villalba (ambas de 11 años) fueron secuestradas en un operativo de este grupo de las Fuerzas Armadas Paraguayas y luego ejecutadas. Para el gobierno paraguayo eran guerrilleras del Ejército del Pueblo Paraguayo, pero en realidad eran solo niñas.

Al atroz asesinato de estas niñas debe sumarse la desaparición de su prima Carmen Elizabeth Oviedo Villalba (de 15 años). “Lichita fue herida e intentó huir junto a Anita, Laura y dos adolescentes más. Luego de unos días, Anita y las adolescentes lograron escapar, Laura fue detenida y Lichita desapareció el 30 de noviembre de 2020”. Hasta el día de hoy se desconoce su paradero.

La situación represiva en de parte del gobierno paraguayo no es nueva. Cabe recordar que el país vecino es uno de los más inequitativos en cuanto a la repartición de la tierra: grandes terratenientes propietarios (por usurpación) de gran cantidad de tierras productivas y con las fuerzas del Estado a su favor para “defenderlos” del peligroso pueblo paraguayo.

Fuerte denuncia de AMLO

Por otra parte es por demás sabido que la llegada de Andrés Manuel López Obrador a México significó un duro revés para los EEUU. Con AMLO los norteamericanos perdían a un país lacayo, al narcoestado que habían construido durante más de tres décadas y era obvio que la administración Biden no se iba a quedar de brazos cruzados viendo como este presidente ponía de pie al país azteca.

Fieles a su lógica intervencionista, los norteamericanos continuaron financiando y patrocinando no sólo a las estructuras del narcotráfico (controladas por la DEA), sino a las cientos de ONG´s que se dicen “pro-democracia” o a los partidos tradicionales como el PRI o el PAN. De eso dio cuenta el presidente mexicano en su habitual mañanera.

“Nuestro amo juega al esclavo”

En tanto mientras todo esto sucedía, en estos días también tenía lugar un encuentro de distintos referentes de la derecha continental en Miami (EEUU). Organizado por el Instituto Interamericano para la Democracia (IID), el pasado miércoles 5 de mayo se llevó adelante el foro “Defensa de la Democracia en las Américas” que contó con la participación de figuritas como Mauricio Macri (Argentina), Lenin Moreno (Ecuador), Andrés Pastrana (Colombia), Luis Guillermo Solís (Costa Rica), Osvaldo Hurtado (Ecuador) y el tristemente célebre Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro.

El programa del encuentro tuvo títulos rimbombantes como “Agresión a la Democracia en las Américas”, “Dictaduras en las Américas”, “Democracia y dictaduras de crimen organizado” o “Defensa de la Democracia” y cerró con un panel con los presidentes y ex presidentes. Incluso el actual mandatario ecuatoriano (al menos por unos días más) se dio el lujo de decir que a él le hubiese gustado tener “un mejor pueblo”.

Es evidente que el imperio y los gobiernos de derecha serviles a los intereses del norte, están nerviosos por el gran nivel de movilización popular que comienza a verse -nuevamente- en muchas regiones de Nuestra América. Utilizarán todos sus recursos y más para intentar acallar a los pueblos que reclaman sus derechos y denuncian los atropellos de cada uno de esos gobiernos y del imperio.

La derecha, el imperio y su bestialidad nunca descansa.

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Estamos en guerra, pero no sólo contra el covid

Estamos en guerra, pero no sólo contra el covid

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Desde antes de su llegada al poder, el gobierno de Chile que hoy encabeza Sebastián Piñera, ha sido un “ejemplo a seguir”, sobre todo para las derechas que habitan en toda Nuestra América. En los papeles, nada de lo que reconocen como virtudes del gobierno de Piñera, favorece al pueblo chileno.

Sobre los retiros de pensiones

Si bien la discusión que se vivió estas semanas en el país trasandino sobre el tercer retiro de fondos de pensiones no es igual al de la presencialidad en las escuelas, tienen una característica en común: tanto Piñera como Larreta judicializaron la discusión.

El presidente chileno se presentó ante el Tribunal Constitucional alegando que de hacerse efectivo el tercer retiro de fondos, las prestadoras privadas podrían entrar en crisis, además de que miles de chilenes podrían quedarse sin sus jubilaciones. Un caradura. Parece más importante el destino de una AFP (el equivalente a las AFJP que supieron existir en Argentina) que la supervivencia de les chilenes.

La situación se vuelve aún mucho más descabellada, si se presta atención a la publicación anual de las revista Forbes, donde los ocho (sí, ocho) mil millonarios chilenos aumentaron sus patrimonios en un 73% respecto del año 2020, llegando a la escalofriante cifra de US$40.300 millones de dólares si se suman todas sus fortunas.

Estos sectores son los que se niegan a que el gobierno discuta, mucho menos que apruebe un impuesto a las grandes fortunas como se está haciendo en muchos países del mundo ¿Será que la familia Piñera es una de las que está en esa vergonzante lista de ocho megaricos?

Pese a su negativa, hasta el propio Tribunal Constitucional falló en contra de los deseos del ejecutivo chileno, forzando a Piñera a que tenga que promulgar lo que el congreso había sancionado. Hasta desde las filas del mismo partido habían votado favorablemente.

Piñera anuncia la promulgación del retiro 3er retiro de fondos de pensión ante el revés judicial.

Contexto Covid-19

Pero lo más grave es que esta situación se da en medio de los debates respecto de cómo abordó la pandemia el gobierno chileno. Es que Chile es el país con más hospitalizados por millón de habitante en el mundo, de acuerdo con las cifras que arroja Worldometer, llegando a 175,19.

Más allá de los números de vacunación, Chile no escapa a que su pueblo la pase mal. Esta hospitalización quizás se pueda responder en el hecho de que el gobierno abrió todo, pese a haber sido alertado a finales del 2020 que habría un rebrote o una segunda ola y que sería peor que la primera. Explicaciones podría haber miles pero la mejor síntesis es como siempre, que Piñera gobierna para las elites a las que representa y no para todo el pueblo chileno.

Como si no alcanzara la desprotección del pueblo chileno de parte de su gobierno, ahora les migrantes tendrán más cosas de qué preocuparse. El gobierno promulgó una nueva Ley de Migraciones, que no sólo estigmatiza a quienes llegan al país, sino que pone en peligro la permanencia de les extranjeres que ya están en Chile, permitiendo que se los expulse de no regularizar su situación.

La campaña sucia

Si bien no es nuevo que los medios de comunicación hegemónicos operan permanentemente para estigmatizar a los sectores populares, a les que luchan contra la opresión, a los pueblos originarios (Mapuches en el caso chileno), a les migrantes, o a quien les haga falta en determinado momento, el temor al “peligro del populismo” cada vez suena con mayor fuerza.

Este 2021, el pueblo chileno deberá elegir mediante el voto, no sólo a intendentes municipales, gobernadores, parlamentarios y al propio presidente, sino que además, a mediados de mayo, deberá elegir a les 155 constituyentes que serán les encargades de redactar la nueva Carta Magna.

El debate de fondo, lo que está en juego, no es otra cosa que el tipo de país que quieren construir los, las y les chilenes. Los medios masivos hegemónicos y sus repetidoras operan a favor sus dueños (los grandes megamultimillonarios), el ejecutivo nacional hace todo lo posible para no dar concesiones, los diputados de uno y otro lado especulan para ver qué puede colocarlos nuevamente en sus bancadas, mientras el pueblo y sus organizaciones populares siguen resistiendo a las varias pandemias que les aquejan desde hace décadas.

El Covid-19 fue la tormenta perfecta para que se intentara frenar la avanzada popular de octubre de 2019 que estaba jaqueando a Piñera y el resto de sus lacayos y cómplices. Pero el pueblo chileno nunca dejó de luchar y resistir, porque al parecer está harto de los atropellos de una clase política que no siente que la representa.

El desafío de derribar la constitución pinochetista.

Los desafíos

Esta es la gran batalla que atraviesa el hermano pueblo de Chile ¿Podrá algún partido político de izquierda o progresista capitalizar ese descontento social expresado en las calles durante décadas? ¿Seguirá sucediendo que las fragmentaciones de la izquierda o del campo popular generen que vuelva a triunfar la derecha? ¿Logrará ese pueblo hastiado de atropellos frenar a una derecha que desde hace décadas está acostumbrada a vivir bajo el paraguas de la dictadura pinochetista?

La democracia representativa burguesa -a las que en occidente se impuso llamar “democracia” a secas-, es sólo una de las formas de ordenamiento social. Y está demostrado que cuando un pueblo se cansa de los atropellos, de las mentiras de un orden institucional que sólo favorece a una minoría, esas formas de ordenamiento pueden cambiar. Por las buenas o por las malas. Desafortunadamente nunca es por las buenas porque la derecha nunca cederá sus privilegios y cuando se siente acorralada, generalmente, muestra su verdadera identidad y crueldad.

El caso chileno sirve de ejemplo para graficar que al capitalismo (y para el sector que mejor encarna sus lógicas -la derecha-) no le importa ni una de las peores pandemias de la historia de la humanidad, ni la saturación de los sistemas sanitarios, ni que miles de familias pasen hambre y penurias. Sólo les importa seguir acumulando riquezas y poder sin importar las consecuencias para el resto.

El Covid-19 fue la tormenta perfecta para que la derecha intente profundizar el saqueo, pero también fue la demostración empírica de que esos sectores desalmados y voraces no son nuestros adversarios, sino nuestros enemigos. Llamar a las cosas por su nombre es el primer paso para poder identificar que estamos en guerra no sólo contra un virus letal que está poniendo al mundo patas arriba, sino contra una derecha violenta y despiadada que mostró su verdadero rostro (nuevamente) durante la pandemia.

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Triunfo histórico para un cambio de raíz

Triunfo histórico para un cambio de raíz

TIEMPO DE LECTURA: 9 min.

La derrota se dibujaba en los rostros de los miembros de este gobierno presidido por el multimillonario chileno, que desde el 18 de octubre del año 2019 a la fecha viene cuesta abajo en la rodada, a una velocidad que hace imparable, no sólo en la caída en sus índices de popularidad, sino también en la desconfianza en su gobierno, aquellos que lo rodean, su sostén político y económico y que ha contagiado además, al resto de la casta política.

El 78,91% del apruebo, con una participación cercana al 50,88% con 7.558.261 votos – en un universo electoral de 14.855.719 chilenos y chilenas – es una cifra que los marca a fuego. Un número brutal,¡ para la marcha de este gobierno, y que además signa lo que queda de su período presidencial. Creo que el gobierno de Sebastián Piñera ha llegado a su término político, agoniza y su desenlace será doloroso, ya que desde este lunes 26 de octubre, sólo podrá dedicar su acción a llevar adelante el proceso constitucional

Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, tres de las comunas más ricas y opulentas de la capital chilena, donde vive la elite política y económica del país fueron los únicos lugares donde el rechazo obtuvo una votación considerable. Este hecho, es la expresión territorial de la desigualdad, el ejemplo indesmentible de la absoluta desconexión entre la casta política y económica del país con el porcentaje mayoritario de la población. Allí, en esos guetos, viven los dueños del país, los que aún creen que hay que conservar esta esclavitud moderna que representa el modelo político y económico neoliberal.

Igual situación es posible distinguirla en las principales ciudades del país, donde las elites viven en un país irreal, donde son los privilegiados y los que reciben ese PIB vergonzoso que la diferenciadel resto del país. Un Chile donde el 1% de la población se lleva el 26,7% del PIB, según señala la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)y el 66,5% reúne sólo el 2,1% de este producto. Esas comunas son la expresión más brutal de una minoría que rechaza ver a la mayoría, que la desprecia, que la esconde como la basura bajo la alfombra. Una minoría que a sangre y fuego defenderá sus privilegios.

Piñera administra un gobierno sacudido por cifras, que le gritan en la cara, que el país debe cambiar estructuralmente, en forma medular, que este Chile no puede seguir siendo el que es sin que reviente en mil pedazos y termine encendido de norte a sur y de cordillera a mar. La escasa confianza en su administración de un gobierno derechista, amigo de los gobiernos más golpistas y desestabilizadores del continente, sometido a los designios de Washington.

Un gobierno enemigo de los procesos progresistas de los pueblos hermanos latinoamericanos. Un gobierno amigo de los dueños de la salud, de la educación, del comercio mayorista, de los que administran nuestros fondos de pensiones. Una administración preocupada de acrecentar las utilidades de bancos y financieras, de las instituciones de salud privada, del incremento del lucro de la educación superior privada. Muy preocupado del incrementar patrimonios y no de buscar caminos de equidad social.

Un gobierno sacudido, además, en el plano sanitario, económico, con cientos de miles de desempleados, con una fuerte represión social, con una campaña del terror por parte de la derecha que llamó, mayoritariamente, al rechazo de este plebiscito. Un gobierno que constató, que parte importante del pueblo chileno le dice con esta histórica votación, que incluso debería pensar seriamente en renunciar, como un eje reivindicativo que las organizaciones sociales, los movimientos y el pueblo en general debe tomar como línea de trabajo. Es un hito histórico, evidentemente, ya que por primera vez en desde el lejano año 1833 la Constitución será redactada por una convención elegida a través del voto popular. Una constitución con verdaderas raíces sociales.

Las preguntas de este plebiscito fueron dos: ¿Quiere usted una Nueva Constitución? Con dos alternativas: Apruebo o Rechazo. La segunda pregunta fue ¿Qué tipo de órgano debiera redactar la Nueva Constitución? Las alternativas eran: Mediante una “convención mixta Constitucional” es decir una asamblea conformada en un 50% por constituyentes elegidos directamente y 50% por miembros del actual Congreso. La otra alternativa de esta segunda pregunta fue si el mecanismo debía ser una “convención constitucional” que es una asamblea conformada por 100% de constituyentes elegidos.

Alternativa que significa una fuerte derrota a la partidocracia chilena tanto de izquierda, centro como derecha.  Frente al triunfo de la opción apruebo y que el mecanismo de llevar a cabo la elaboración de la nueva constitución sea mediante una convención constitucional, con el 100% d ellos constituyentes elegidos por votación directa, se realizarán el 11 de abril de 2021. Esto,  conjuntamente con las elecciones municipales y de gobernadores regionales bajo sufragio universal con el sistema electoral que rige la elección de la Cámara de Diputados.

El mecanismo de convención constitucional tendrá un plazo de trabajo, determinado en 9 meses, que será el tiempo para que presente una propuesta de constitución. Hay que tener presente que esta Convención constitucional, en su trabajo, deberá aprobar los diferentes aspectos del contenido de la carta fundamental, por al menos dos tercios de sus integrantes lo que obliga entonces a la búsqueda de acuerdos. 

Otra posibilidad de fracaso para tener una nueva constitución, además de la falta de acuerdos es que el nuevo texto sea rechazado en el plebiscito ratificatorio o de salida que se realizará al finalizar este proceso con voto obligatorio (a diferencia del plebiscito que fue con voto voluntario). Un evento, que por los propios plazos de la elaboración del texto constitucional no tiene fecha definida para el año 2022 y que depende de factores tales como: No se haga ni en enero ni en febrero. Tampoco antes de 60 días de una elección. Ni dos meses después de una elección.

En caso de que se apruebe la propuesta, Chile tendrá una nueva Constitución y el texto que data de 1980 será derogado. Encaso de que se rechace, seguirá vigente la actual constitución pinochetista. Requerimos como el agua para el sediento de dar paso a nuevos protagonistas, donde estén abiertos los canales de participación para aquellos que se lo ganaron en la lucha sostenida, diaria, heroica, que cuando hablemos de representación ella se consiga con la necesaria cercanía hacia aquellos mundos que han estado invisibilizados: movimientos y organizaciones sociales, culturales, pobladores, grupos feministas, pueblos originarios, entre otros.

Esta es una oportunidad histórica para entrar de lleno en la exigencia social (con un pueblo movilizado) de otro eje con el cual exhorta la población:  una asamblea constituyente, frente a un gobierno que pierde legitimidad y que con este plebiscito ha recibido un mazazo del cual va a ser difícil recuperarse. Un plebiscito que aumentó la participación ciudadana, que ha dado una señal muy potente para la legitimidad de los cambios necesarios; con un triunfo indesmentible de la opción del apruebo y el mecanismo determinado, que será la convención constitucional paritaria. Y hablo de pueblo movilizado porque la única manera de obligar a que los cambios se lleven a cabo es con la presión de la pobalación, de otro modo la ceguera, la sordera y la mudez seguirán siendo características de este gobierno y de aquellos que vengan en el futuro.

Uno de los resultados visibles de este proceso plebiscitario es la tremenda caída en la votación histórica de la derecha, que mayoritariamente se inclinó por la defensa del rechazo, en especial la UDI que ve mermada las posibilidades de aquel que elijasu representante y candidato presidencial. Es tal la desorientación en el sector derechista, que ya están apelando a que este mundo comience a salir de sus trincheras, entender que ya nada es lo mismo y que al menos, en el plano de la elección de constituyentes logren poner algunos de sus nombres en la elección del día 11 de abril del año 2021.

En esta postura, que algunos llaman pragmática, pero que en mi caso denomino “oportunista” se ubica el sempiterno pre candidato presidencial de la UDI (partido ultraderechista) Joaquín Lavín quien habla de “una nueva etapa que hay que mirar con optimismo.” Un personaje que hace un llamado a la paz y a salir de las trincheras derechistas, que habla de construir una nueva constitución pero…no desde cero, que es hablar de no enterrar la constitución de Pinochet. Un demagogo, que habla de “crear un gobierno de convivencia nacional, que no sea de derecha ni izquierda, donde se imponga el consenso, que elija a los mejores constituyentes”

Resulta evidente, que los resultados del plebiscito de este 25 de octubre nos demuestran que debemos dar un salto cualitativo, que deje atrás los resabios pinochetistas. Esto, con la claridad que la derecha va a apelar a todo de tipo de maniobras, que suele usar cuando ve que el control se le escapa de las manos: uso de los medios de información gráficos, radiales, televisivos, redes sociales. El poder financiero, el poder militar que incluso le haga avanzar por la posibilidad que sus mentes más termocéfalas piensen incluso en un autogolpe. No hay peligro mayor que una fiera herida.

Hay que estar muy atento a las maniobras de la derecha que hará del gatopardismo su estrategia prioritaria, tratando sibilinamente de presentarse como un sector que incluso tuvo a representantes derechistas por el apruebo, como muestra de esa mentalidad de cambio que dicen poseer. Es el comienzo del reacomodo que la casta política transversalmente – aquella que firmó el famoso pacto del 15 de noviembre del año 2019 para apagar el fuego social – está fraguando para no ser arrastrada por el carro de la historia, aquel que pasará por encima de todo aquel que no crea que Chile cambió.

Para aquellos que seguirán viendo este plebiscito y sus efectos como una votación más, parte de los crónicos espectáculo electorales en Chile, donde se jugaba al cambio de administrador peor se mantenía igual ese 1% de una elite dueña del país, creo que deben hacerse una urgente introspección. Analizar con mayor profundidad lo que ha pasado en este país sudamericano. Un país donde se exige un cambio medular de la relación de la ciudadanía con la política.  Un requerimiento acompañado de transformaciones cardinales, no sólo en el mencionado campo político, sino que avanzar en el paso de una democracia representativa a una democracia participativa.

Requerimos un país donde haya una transformación cultural, económica, que de satisfacción global a nuestras necesidades. Donde exista un cambio a fondo en ese estado subsidiario que se impuso en Chile, desde que se plasmó la constitución del año 1980. Donde la salud no puede seguir siendo una mercancía segregadora y la educación un negocio para el enriquecimiento de mercachifles. Donde el fin de nuestro ciclo laboral signifique un descanso merecido, con una justa retribución frente a décadas de trabajo y no la indignidad de ver a nuestros adultos mayores sometidos a jubilaciones misérrimas mientras los que administran nuestros fondos previsionales se enriquecen hasta la indecencia.

Tal como lo sostuvo mi entrevistado, el político chileno y candidato presidencial Daniel Jadue en segundopaso.es “el Plebiscito es el evento político más importante de los últimos 30 años” y ello implica, no sólo romper con esta democracia de consensos que se impuso en Chile tras el fin de la dictadura, sino también borrar todo resabio dictatorial donde la constitución del 80 es el símbolo de aquello que hay que enterrar en el basurero de la historia y cuyo primer impulso se ha dado este 25 de octubre del año 2020. 

Pablo Jofré Leal
Pablo Jofré Leal

Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. especialista en temas de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Violeta cantaba a la diferencia

Violeta cantaba a la diferencia

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

El 4 de octubre del mismo año en que caía el Zar dándole paso a la Revolución Rusa conducida por Lenin; en San Carlos, Chile, nacía Violeta del Carmen Parra Sandoval. Era hija de Clarisa, una  campesina, y de Nicanor, un  profesor de música rural.

A temprana edad se acercó a la música y en ella encontró la respuesta a las tristezas de su infancia fría y despojada de derechos. La guitarra se volvió su  mejor herramienta de expresión. Violeta viajó por Chile tocando en cada lugar donde hubiese alguien dispuesto a poner la oreja para escuchar. Eso le otorgó conocimiento de su cultura y la transformó en un testimonio desde Chile hacia el mundo.

Su vida y obra constituyen una referencia universal para el folklore. Fue madre de cuatro hijes y estuvo casada en dos oportunidades. Quienes llegaron a conocerla y compartir sus sueños, la describen como alguien que construía a partir del amor, la paz y la justicia social.

De alma revolucionaria, sus letras y composiciones están marcadas por armonías disonantes que lograron transmitir sus sentires. La tristeza, el amor o el desamor, la política y la denuncia son piezas clave en la composición, tanto de sus canciones como de sus pinturas al óleo o las arpilleras que con sus propias manos creaba para vestir sus presentaciones.

Llegando a la década del 40, junto a su primer marido, se acerca al comunismo. Desde ese momento, Violeta no paró ni un instante en gritar las injusticias de su Chile, a través de las cuerdas de su guitarra.
Nuevamente viaja por el país, esta vez recuperando bagualas populares que prácticamente estaban desaparecidas y que muchas veces hasta para el pueblo Mapuche ya eran parte del olvido. Ella las reversionó.

Violeta se volvió reconocida mundialmente y con ella el rostro desprotegido del pueblo Chileno se iluminaba. Pero era mucho más que eso, porque en los rasgos aindiados de Violeta se reflejaba la mirada y la voz de toda Nuestra América.

El 17 de diciembre de 1965 Violeta Parra inaugura La Carpa de La Reina en un terreno ubicado en el Parque de la Quintrala que el municipio le había cedido para consolidar un centro cultural, su mayor anhelo.

Su hijo Ángel contó que su madre había llegado a un punto culmine: acababa de exponer su colección de arpilleras en la sala de Artes Decorativas del Museo del Louvre de París. Después, sólo le interesaba quedarse cerca de la gente y vivir, literalmente, con los pies en la tierra.

La carpa tenía capacidad para 500 personas pero solo llegó a tener unas 150 de público en verano, y llegado el invierno se convirtió en un problema. Las clases culturales no pudieron concretarse por falta de gente. Las lluvias convirtieron al Parque La Quintrala en un barrial y el lugar era inaccesible.

Gilberto Favré, su enamorado de entonces, no resistió el frío ni la frustración y un día de 1966 partió a Bolivia. Una noche de junio la carpa se vino abajo y con ella Violeta.

El 5 de febrero de 1967, tres años antes del ascenso de Salvador Allende al gobierno, Violeta Parra tomó un revólver se lo llevó a la frente y apretó el gatillo; murió al instante. Hacía tiempo que se encontraba deprimida por la historia de su vida, su tierra, las desdichas amorosas y el hecho de que como artista no había sido escuchada por quienes gobernaban.

Al instaurarse la dictadura de Pinochet en 1973, parte de sus obras fueron resguardadas en la Casa de Las Américas en Cuba. Y algunas de las arpilleras que habían quedado en su casa de Ginebra fueron rescatadas por un amigo suyo de Suecia, que en 1979 las entregó para que pudieran ser exhibidas.

Su paso a la inmortalidad fue de la mano de variades artistas que reversionaron o hicieron mención de su nombre en canciones de diversos géneros, conquistando así el corazón de miles de melómanes alrededor del mundo.

Fue una artista polifacética que supo encarnar la voz de muchísimas mujeres silenciadas por el contexto y el machismo predominante de la época. Una referente para mujeres como Mercedes Sosa, quien le rindió un homenaje con la conocida versión de Gracias a la Vida, obra que termina de realizarse en términos filosóficos, un año después al suicidarse.

Jorgelina Urra
Jorgelina Urra

Para que las ideas no mueran hay que escribir, pero como el lenguaje es un universo lleno de palabras muertas y consejos de la RAE; prefiero hablar desde un léxico más revolucionarie.

Felipe Bertola
Felipe Bertola

Cuando estaba en la panza, mi vieja me cantaba «Significado de Patria» para tranquilizarme. En la comunicación y organización popular encontré la clave para poder «ser la revancha de todxs aquellxs». Como todo buen platense, sé lo que es ganar una Copa Libertadores.

Siguen escribiendo, en Argentina y en Chile

Siguen escribiendo, en Argentina y en Chile

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

Compañeres detenides desaparecides ¡PRESENTES! 
Ahora y siempre, acá y en el hermano Pueblo Chileno. 

Chile, 16 de septiembre de 1973

El ruido de las botas golpeando contra las costillas quedó impreso en la retina y la memoria de quienes sobrevivieron para contarlo. Él sonreía, siempre sonreía. Los otros, los detractores de la patria, enfurecían. Y a cada sonrisa respondían con golpes. Se había encerrado en la Universidad Técnica del Estado. En total eran 600 estudiantes y por asamblea habían decidido cumplir con las órdenes de Allende.

No tenían fierros, pero sus mejores armas eran las convicciones e ideales, y les impulsaba la Unidad Popular. Los tiros y bombardeos resonaban por todo Santiago. Afuera, cientos de soldados gatillaban hasta vaciar los cargadores. El cañón estaba listo. Abrieron fuego en dirección al rectorado, entraron y se los llevaron.

A unos pocos kilómetros de allí, precisamente en el Estadio de Chile, les aprisionaron. A él lo reconocieron mientras caminaba entre la larga fila de detenides. Una voz de mando grita y los soldados lo entregan. Cayó tendido a los pies de El Príncipe, un oficial del ejército, después de recibir un culatazo. El joven era Víctor Jara, un emblema cultural y político en todo Chile. Debajo de los rulos, la sangre cubría su rostro.

El Príncipe no cesaba en despotricar el odio que le tenía. Lo golpeó hasta el cansancio, luego llamó a los soldados y les pidió que lo llevaran hacia uno de los corredores. Así lo hicieron, bajo la orden de matarlo ante el primer movimiento. En las horas posteriores fue expuesto como trofeo ante los principales generales de las Fuerzas Armadas.

El Golpe había iniciado hacía unos días; el proyecto socialista en Chile fue truncado por los intereses de unos pocos: la derecha chilena, un ejército traidor con Pinochet a la cabeza y Nixon dando órdenes desde la Casa Blanca. El pueblo resistió, pero las muertes, las desapariciones y las torturas se apoderaron de Chile.         

Entre un montículo de cuerpes acribillados, alguien reconoció el de Víctor Jara. Su vida, su obra y su muerte son el símbolo de uno de los periodos más violentos de Nuestra América, y no deja de ser historia reciente en Chile. 17 años de dictadura le siguieron. Hoy, el imperio sigue detrás y su rostro lleva el nombre de Sebastián Piñera. 

Argentina, 16 de septiembre de 1976

El golpe había sido en marzo, Videla estaba al frente. El Pueblo, organizado desde la clandestinidad le ponía el cuerpe a la persecución y la hostilidad, que eran moneda corriente. Todo el territorio argentino, principalmente las grandes urbes y capitales, estaba dominado por los ejecutores del Proceso de Reorganización Nacional. Desde el sector estudiantil, los sindicatos, y algunas instituciones que fueron intervenidas, hasta las principales fábricas o barriadas, la resistencia luchaba.

En ese momento y al igual que hoy, una de las principales demandas del sector estudiantil, muches de elles pertenecientes a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), había sido un reclamo llevado adelante frente al Ministerio de Obras Publicas bonaerense en 1975, que pedía la implementación del boleto estudiantil.

Durante la madrugada del 16 de septiembre el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército a cargo de Ramón Camps y Miguel Etchecolatz, secuestró a diez estudiantes que habían participado del reclamo. Se los llevaron porque estaban organizades, lo dice la memoria. Fueron distribuides en distintos centros clandestinos, posteriormente torturades y en su mayoría desaparecides. Les sobrevivientes son testigos.

Las fechas no fueron enormes coincidencias: son las pruebas de las heridas que Nuestra América sufrió en un mismo periodo, bajo las mismas órdenes y el mismo plan de exterminio, del que fue y es responsable el imperialismo norteamericano y les detractores de la patria en cada uno de los países que sufrieron procesos dictatoriales guionados en la Escuela de Las Américas.

Hoy nos toca ver un lamentable acto en reivindicación del fascismo por las calles de nuestro país. Quienes dicen haber ganado las calles, las pisan con una bandera argentina en las manos y la cara de Videla y sus genocidas en el pecho. Sepan que nunca “ganarán” las calles, porque la libertad del Pueblo no está en juego. Lo que estamos viendo es la imagen residual de un discurso de odio, que intenta ganar adeptes. Por eso la Memoria, por eso la Verdad, por eso la Justicia. Nunca más.      

Jorgelina Urra
Jorgelina Urra

Para que las ideas no mueran hay que escribir, pero como el lenguaje es un universo lleno de palabras muertas y consejos de la RAE; prefiero hablar desde un léxico más revolucionarie.

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