Pese al malestar manifestado por Rusia y la negativa inicial de Turquía, la Alianza Atlántica sigue avanzando en su expansión hacia el Este.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) comenzó los preparativos formales para anexar a Suecia y Finlandia, tras los pedidos de ingreso de las naciones. El hecho se destrabó luego de que Turquía diera el visto bueno, tras semanas de negativa.
“Es un buen día para Suecia y Finlandia, y un buen día para la OTAN, hoy firmaremos formalmente los protocolos de adhesión. Esto marca el inicio del proceso de ratificación“. De esta manera inició la ceremonia el secretario general de la OTAN, Jens Stoltengber.
El secretario agradeció la disposición de las naciones y aseguró que “con 32 naciones alrededor de la mesa, seremos aún más fuertes y nuestra gente estará aún más segura, mientras enfrentamos la mayor crisis de seguridad en décadas”. Además, Stoltengber aclaró que “la OTAN permanece abierta a las democracias europeas que están listas y desean contribuir para nuestra seguridad colectiva“.
Durante la ceremonia también se pronunciaron los respectivos cancilleres de Finlandia y Suecia Pekka Havisto y Ann Linde, respectivamente. Havisto agradeció “el apoyo de la alianza a la membresía de Finlandia”, y aseguró que “esperan un rápido proceso de ratificación“.
Por su parte Linde señaló que “la firma de los protocolos de adhesión son un paso importante hacia nuestra membresía plena. La próxima fase será el proceso de ratificación en cada uno de los países aliados“.
La principal disyuntiva interna de esta anexión la presentó Turquía, que, a pesar de permitir la firma de protocolos, se opuso inicialmente a la adhesión de Suecia, quien brindó refugio a personas reconocidas como “terroristas” según Ankara.
Finalmente, Erdoğan accedió a la firma de los protocolos luego de presentar en la audiencia previa una serie de requisitos “innegociables” para cumplir el deseo de los países postulantes. Turquía pretende que la organización condene a activistas kurdos y a todos aquellos que prediquen el movimiento fundado por Fethullah Gulen, acusado de intento de golpe de Estado en 2016.
Por su parte, Rusia expresó su descontento debido al incumplimiento de las promesas de no expansión hacia el este por parte de la OTAN en 1991 ante la reunificación alemana. El país euroasiático señala enfáticamente este argumento desde el inicio de lo que denominó “Operación especial de desnazificación y desmilitarización” de Ucrania, dado el sistemático avance occidental hacia sus fronteras.