TIEMPO DE LECTURA: 3 min.

Un 5 de marzo de 2013 llegaba la triste noticia del fallecimiento del presidente Hugo Chávez Frías, el máximo líder de la Revolución Bolivariana de Venezuela y símbolo de la lucha de los pueblos de América Latina en los albores del siglo XXI. En el medio del llanto, el por entonces vicepresidente venezolano Nicolás Maduro anunciaba al mundo el paso a la inmortalidad de un gran patriota revolucionario, uno de los últimos próceres de la Patria Grande, y un arduo seguidor del Libertador Simón Bolívar.

Hugo Chávez enfocó su agenda de gobierno (1999-2013) en atender a su pueblo mediante diversos programas sociales, garantizando sus derechos e impulsando el desarrollo del país. Militar del pueblo, firme socialista del siglo XXI, gran amigo de las luchas antiimperialistas en el mundo, el querido Comandante Chávez logró convertirse en una figura universal. Sus discursos frente al pueblo y en el mundo resonaban con fuerza. Gran estadista, intelectual del pueblo y un certero crítico de las políticas imperiales de Estados Unidos, Chávez no dudó en ser rebelde y un soldado de su patria.

Gran amigo solidario de la Revolución Cubana, trazó una hermandad gigante con Fidel Castro, el Líder Histórico de la isla. Juntos impulsaron la lucha antiimperialista en las puertas del siglo XXI y crearon el ALBA en 2005 para hacerle frente al ALCA.

Chávez también se solidarizó con los pueblos de África, con Palestina y no dudó en repudiar las invasiones imperialistas en Afganistán e Irak. También se puso del lado de los pueblos de Irán y Siria, naciones agredidas por el imperio. Forjó gran amistad con el líder libio Muammar al Gadafi, quien visitó Venezuela y fue recibido con honores en 2009, en el marco de la Cumbre América del Sur-África.

Con la irrupción de Chávez en la política de su país rápidamente se internacionalizó y alcanzó una proyección continental. Chávez recogió las banderas que habían sido izadas por Fidel y las enclavó en el fértil terreno de la tradición bolivariana. Fue con la rebelión del 4F de 1992 Chávez acabó con el letargo del pueblo, rebelión que, “por ahora”, había sido derrotada. Pero Chávez sabía que ese pueblo ya estaba alistándose para librar las grandes batallas a los que había sido convocado por Bolívar. Y vino el triunfo electoral de 1998 y la asunción presidencial de 1999 para que Chávez se siente en el Palacio de Miraflores. Y cuando la conspiración del imperialismo y sus peones locales quiso poner fin a ese proceso el 11 de abril del 2002 una inmensa movilización popular hizo saltar por los aires a los lúgubres emisarios del pasado y reinstaló al Comandante Chávez en la presidencia.

Fundó uno de los sistemas democráticos más limpios y llanos. Ganando muchas elecciones en su haber, pero resistiendo embates del imperio, los paros patronales del petróleo y conspiraciones golpistas de agentes terroristas financiados por Washington, Chávez mantuvo el apoyo del pueblo venezolano, que lo bancó hasta su paso a la inmortalidad.

Chávez intentó la unidad latinoamericana con la CELAC y el sueño bolivariano del siglo XXI parecía una hermosa realidad. Su legado seguirá vivo, porque aún estamos en la senda de la lucha por la segunda y definitiva independencia de la Patria Grande. Y las banderas de Chávez estarán allí para fortalecer a los patriotas de hoy.

Dejanos tu comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

¡Quiero suscribirme!
1
Más rápido y fácil
Difusiones Trinchera
Hola
Si querés que te incluyamos en nuestras listas de difusión de publicaciones y promoción de entrevistas en vivo, envianos un mensaje para suscribirte y te llegará toda nuestra información.
¡Sumate a la Comunidad Trinchera!