Distintas fueron las reacciones de los países del continente ante la negativa de Washington de convocar a Cuba, Venezuela y Nicaragua a la próxima Cumbre de las Américas. EEUU y una encerrona compleja de resolver.
En un artículo recientemente publicado por el analista Jorge Majfud, el autor utiliza el concepto “síndrome de Hiroshima” para referirse a la condescendencia que tienen muchos gobiernos de la región con el victimario histórico del barrio: EEUU.
Al menos para quien suscribe, un concepto tragicómico pero que de alguna manera explica la actitud lacaya de sectores de cada uno de nuestros países que rinden pleitesías al imperio del norte cada vez que pueden, pese a que éste es el mayor saqueador, represor y violador de derechos humanos del mundo.
Majfud define a este síndrome señalando que producto de la impunidad norteamericana, la cual afirma es la madre de todas las corrupciones, ha reforzado este flagelo por el cual “todos los años los japoneses le piden perdón a Washington por las bombas atómicas que le arrojaron sobre ciudades llenas de inocentes”.
Si bien el autor hace referencia a la falta de voluntad política de los gobiernos nuestroamericanos para exigir reparaciones históricas por los daños acaecidos por el imperio del norte, vale también para explicar (en parte) la actitud vasalla de algunos gobiernos.
Algo está cambiando
Lo cierto es que desde hace al menos dos décadas, la influencia de EEUU sobre nuestro continente ha ido cambiando. Ese poder omnipresente y universal del que se vanagloriaba el gigante del norte, ya no es lo que era. Países como Rusia y China lo han puesto en crisis, ayudados por errores grotescos oficiados por quienes se creyeron y se siguen creyendo, los guardianes de la libertad y la democracia.
Sin ir más lejos, y es algo que ya hemos analizado en estas líneas editoriales, la guerra que se vive en Ucrania es parte de una multiplicidad de iniciativas lanzadas por los norteamericanos para intentar revertir su debacle. Si lo lograrán o no, dependerá de múltiples factores que no se analizarán en estas líneas.
El pasado reciente
En este marco, lo concreto es que Nuestra América fue históricamente la reserva estratégica del imperio norteamericano (hecho que también se ha analizado en oportunidades anteriores), pero ese control sobre nuestro continente se vio interrumpido a inicios de siglo con la llegada de gobiernos populares que pusieron en tensión el dominio norteamericano. Lula y Dilma, Chávez, Fidel, Néstor y Cristina, Correa, Evo, Ortega, Mujica, Lugo, Zelaya y tantes otres, trabajaron en pos de la unidad continental y de mayores grados de independencia y soberanía.
Con sus más y sus menos estos compañeros y compañeras hicieron un camino común para dejar de depender de los dictados del norte, más allá de que en cada uno de nuestros países continuaron las operaciones y desestabilizaciones de parte de sectores de la oposición política, de los medios hegemónicos de (in)comunicación y de aparatos judiciales totalmente cooptados por el adoctrinamiento gringo.
La Cumbre de las Américas y sus repercusiones
Está claro que la situación actual, avanzada neoliberal y pandemia mediante, no es la misma que en aquel gran primer momento de tiempo nuestroamericano. Pero lo cierto es que paulatinamente empiezan a aparecer señales de que esa senda puede retomarse para dar continuidad al proyecto que comenzaran Bolívar, San Martín, Artigas y tantes otres.
Recientemente el gobierno de los EEUU amagó con no invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua a la próxima Cumbre de las Américas. Este evento paradójicamente lleva un nombre que tranquilamente podría haber sido utilizado por Bolívar para organizar un cónclave en pos de librarnos del yugo español (hoy norteamericano y de sus corporaciones multinacionales).
La cuestión es que ante la exclusión de estos tres países del ALBA-TCP, las reacciones no se hicieron esperar: AMLO, durante su reciente gira por Centroamérica, salió al cruce y dijo que no asistiría si había exclusiones. A posteriori se sumaron Bolivia, Antigua y Barbuda, Honduras y Argentina, que si bien no negó su participación sí manifestó su descontento ante tamaña desvergüenza.
Ante la posición diplomática de varios gobiernos del continente, desde la Casa Blanca salieron a intentar bajarle la espuma al asunto argumentando que aún no estaban definidas las incitaciones finales ¡Patrañas! Ante la reacción a las exclusiones se vieron ante la siguiente encerrona:
EEUU tiene elecciones de medio término en noviembre de este año. Los republicanos (según las encuestas) tienen muchas chances de sacarle el control de ambas cámaras a los “demócratas” y Biden no acierta una sola de todas las políticas lanzadas para recuperar su imagen dentro del país.
Si invita a Cuba, Venezuela y Nicaragua mostraría una suerte de debilidad ante países que eligieron defender su soberanía ante cualquier presión, y los republicanos, sobre todo en Florida (estado electoral clave) podrían hacerse un festín. De excluir a estos países, México, Bolivia, el Caricom en pleno y vaya une a saber qué otro país más, podrían no asistir al evento, lo cual daría muestras de la clara pérdida de influencia de los EEUU en el continente.
Cuestiones paralelas
A este escenario hay que agregarle la cada vez más importante inversión no occidental, sobre todo china y rusa, en muchos países de la región. Inversiones que, si bien no son tan importantes como en otras partes del mapa, tienen la particularidad de no tener contraprestaciones leoninas como las norteamericanas, lo cual las hacen más atractivas para los gobiernos del continente.
Como si fuera poco, este año hay elecciones en dos países claves del sur del continente: Brasil y Colombia. En ambos hay muchas posibilidades de que ganen proyectos populares que, con sus limitaciones y las complejas situaciones internas, serían un revés importante en la influencia norteamericana.
Como si fuese poco, recientemente mandataries de alto vuelo nuestroamericano como Cristina Fernández de Kirchner y Luis Ignacio Lula Da Silva realizaron discursos que marcan un camino y orientan los esfuerzos para retomar la senda de la unidad continental y el trabajo para retomar márgenes mayores de autonomía respecto de las directrices del norte.
CFK planteando la necesidad de readecuar las estructuras institucionales de los estados nacionales ante la falta de herramientas para controlar a los sectores de poder reales (los privados de varias índoles), y Lula hablando no sólo de recuperar las experiencias integracionistas como el Mercosur, UNASUR, la CELAC y los BRICS; sino proponiendo la creación de una nueva moneda (el SUR) para dejar de depender del patrón dólar (impuesto a punta de fusil y bombardeos por Washington).
Qué hará EEUU ¿priorizará el escenario doméstico para intentar no perder por paliza en las elecciones de medio término o su imagen a nivel internacional como mandamás de las Américas?
Qué harán los gobiernos de la región ¿Seguirán manifestando su síndrome de Hiroshima o tomarán el camino iniciado por Bolívar y San Martín, luego retomado por Chávez, Fidel y otres mandataries?
Por lo pronto, más allá de lo que hagan nuestros gobiernos, nuestra tarea como puebles es hacer caso a la canción: ¡A desalambrar!… ¡y A organizar!
Nicolás Sampedro
Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.
Un 5 de marzo de 2013 llegaba la triste noticia del fallecimiento del presidente Hugo Chávez Frías, el máximo líder de la Revolución Bolivariana de Venezuela y símbolo de la lucha de los pueblos de América Latina en los albores del siglo XXI. En el medio del llanto, el por entonces vicepresidente venezolano Nicolás Maduro anunciaba al mundo el paso a la inmortalidad de un gran patriota revolucionario, uno de los últimos próceres de la Patria Grande, y un arduo seguidor del Libertador Simón Bolívar.
Hugo Chávez enfocó su agenda de gobierno (1999-2013) en atender a su pueblo mediante diversos programas sociales, garantizando sus derechos e impulsando el desarrollo del país. Militar del pueblo, firme socialista del siglo XXI, gran amigo de las luchas antiimperialistas en el mundo, el querido Comandante Chávez logró convertirse en una figura universal. Sus discursos frente al pueblo y en el mundo resonaban con fuerza. Gran estadista, intelectual del pueblo y un certero crítico de las políticas imperiales de Estados Unidos, Chávez no dudó en ser rebelde y un soldado de su patria.
Gran amigo solidario de la Revolución Cubana, trazó una hermandad gigante con Fidel Castro, el Líder Histórico de la isla. Juntos impulsaron la lucha antiimperialista en las puertas del siglo XXI y crearon el ALBA en 2005 para hacerle frente al ALCA.
Chávez también se solidarizó con los pueblos de África, con Palestina y no dudó en repudiar las invasiones imperialistas en Afganistán e Irak. También se puso del lado de los pueblos de Irán y Siria, naciones agredidas por el imperio. Forjó gran amistad con el líder libio Muammar al Gadafi, quien visitó Venezuela y fue recibido con honores en 2009, en el marco de la Cumbre América del Sur-África.
Con la irrupción de Chávez en la política de su país rápidamente se internacionalizó y alcanzó una proyección continental. Chávez recogió las banderas que habían sido izadas por Fidel y las enclavó en el fértil terreno de la tradición bolivariana. Fue con la rebelión del 4F de 1992 Chávez acabó con el letargo del pueblo, rebelión que, “por ahora”, había sido derrotada. Pero Chávez sabía que ese pueblo ya estaba alistándose para librar las grandes batallas a los que había sido convocado por Bolívar. Y vino el triunfo electoral de 1998 y la asunción presidencial de 1999 para que Chávez se siente en el Palacio de Miraflores. Y cuando la conspiración del imperialismo y sus peones locales quiso poner fin a ese proceso el 11 de abril del 2002 una inmensa movilización popular hizo saltar por los aires a los lúgubres emisarios del pasado y reinstaló al Comandante Chávez en la presidencia.
Fundó uno de los sistemas democráticos más limpios y llanos. Ganando muchas elecciones en su haber, pero resistiendo embates del imperio, los paros patronales del petróleo y conspiraciones golpistas de agentes terroristas financiados por Washington, Chávez mantuvo el apoyo del pueblo venezolano, que lo bancó hasta su paso a la inmortalidad.
Chávez intentó la unidad latinoamericana con la CELAC y el sueño bolivariano del siglo XXI parecía una hermosa realidad. Su legado seguirá vivo, porque aún estamos en la senda de la lucha por la segunda y definitiva independencia de la Patria Grande. Y las banderas de Chávez estarán allí para fortalecer a los patriotas de hoy.
Compartimos con ustedes el trabajo realizado por María Fernanda Barreto, donde da cuenta de las amenazas a su soberanía que vive Venezuela, sobre todo en la zona fronteriza de Apure-Arauca.
En el año 2020 publicamos el último análisis situacional a propósito del envío de tropa estadounidense a Colombia. Revisando las hipótesis planteadas en dicho análisis, encontramos dos puntos que nos resulta relevante recordar:
1.- “La invasión del paramilitarismo colombiano sobre Venezuela, ha recibido duros golpes por parte de la unión cívico militar pero no ha cesado, ya que cuenta con el apoyo de los sectores más violentos de la oposición venezolana y los carteles de droga del norte, comandados todos por la DEA. Es de esperar que en los próximos meses esa invasión tenga repuntes de ingreso o busque avances en el control territorial de las zonas en las que se encuentra, como lo que se observó en Petare, Caracas, durante el desarrollo de la Operación Gedeón.”
2.- “Lo más probable es que estos primeros meses la tarea que orientará esta misión gringa será un reordenamiento interno y operaciones para abrirse paso en la frontera del lado colombiano, procurando tomar el control de la zona del Catatumbo y tal vez Arauca, territorios que históricamente no han logrado controlar por la fuerte resistencia que han encontrado en ellos y puede ser que nunca lo logren.”
El año siguiente, 2021 vimos en la Cota 905 de Caracas, lo planteado en el primer punto, batalla que afortunadamente ganaron las instituciones del estado venezolano con fuertes operaciones policiales y militares, que se extendieron este año hasta el estado Aragua. El éxito de estas operaciones marcó un gran avance en la recuperación de territorios para la paz en la región capital pero aún tiene batallas pendientes en Miranda y Sucre, por ejemplo.
Ese mismo año tres meses después de la publicación del análisis, estalló el conflicto en Apure en el que se evidenció el avance de fuerzas invasoras desde el Arauca tal como se preveía en el punto dos, y al año siguiente se vio una fuerte militarización del Catatumbo colombiano y una arremetida contra el movimiento popular que también tiene como objetivo violentar la soberanía venezolana.
Estas evidencias de lo útiles que pueden resultar los análisis situacionales y la desinformación sobre lo que hoy acontece en Arauca y Apure, motivan este nuevo análisis como siempre, con la esperanza de que sea útil.
A.- Contexto
La unipolaridad en etapa terminal
El mundo unipolar que emergió en los años noventa del siglo pasado está llegando a su fin, es de esperar que sea esta década cuando ese unilateralismo logrado por los Estados Unidos termine. Las causas de esto son materia de otros análisis, lo importante en este momento es que hasta ahora, el mundo que está emergiendo es un mundo trilateral en el que Rusia es la tercera potencia emergente.
A la crisis política exterior que confronta el gobierno estadounidense, se suman serias crisis políticas internas que van en ascenso y que se expresarán sin duda en las elecciones de medio término que se realizarán en Estados Unidos en noviembre del 2022. Por lo que, a nuestro juicio, la potencia imperialista ha decidido actuar en tres sentidos:
1.- Sacar a Rusia del juego política y económicamente, para centrarse en confrontar a China, reconstruyendo el modelo bipolar en el que supo manejarse durante casi cinco décadas y que le permite, entre otras cosas, mantener un enemigo externo para seguir justificando su represión interna y su injerencismo en occidente, empezando por supuesto por Nuestra América. Para esto ha presionado durante ocho años desde Ucrania, aplicando una estrategia de ganar-ganar: o lograba avanzar las fuerzas de su OTAN hasta la más sensible frontera rusa o generaba la respuesta que finalmente obtuvo y que ha sumido al territorio en la guerra, gracias a lo cual ha logrado cerrarle el paso a las relaciones económicas que estaba estableciendo con Europa y sobre todo al Nord Stream 2 que iba a darle, no solo crecimiento económico a Rusia, sino también político. Como bien lo advirtió el ministro Padrino López en su libro “La trampa de Tucídides” publicado en el 2020: “La pelea es por conquistar principalmente el supercontinente que conforma Euroasia, el Heartland y el Rimland como zona pivote para controlar el planeta. Pero esta vez no se trata de la gobernanza, sino de acaparar los mercados.”
2.- Presionar aún más a Europa política y económicamente, para obligarla a mantener y profundizar la subordinación a Washington. Por lo pronto, con la guerra en Ucrania ha logrado impedir que Europa deje de comprarle gas a EE.UU. y, de hecho, ha logrado profundizar su dependencia en éste y otros rubros al generar este grave conflicto en Europa y conminarle a dictar medidas unilaterales contra Rusia.
3.- Retomar el control sobre Nuestra América y sus grandes riquezas. Recordemos que esta coyuntura histórica, en la que el mundo unilateral decae y el multilateral comienza a emerger, es un momento muy peligroso en el que parafraseando a Gramsci, emergen los monstruos. En el 2018 Trump explícitamente relanzó la doctrina Monroe ante la ONU para recordar a las potencias emergentes y nuestros pueblos, que se cree dueño de todo nuestro continente y por tanto, dueño de nuestras riquezas y por supuesto, que no reconoce nuestras soberanías.
En cuanto a la crisis económica del capitalismo mundial, cuyo centro aún son los Estados Unidos, éste ha venido en un franco proceso de financiarización. Como hemos dicho antes, es este sector de la economía, el financiero, el que a nuestro juicio le permitirá una recuperación más rápida. En ese sentido vale la pena aquí recordar que la economía capitalista mundial cuenta con dos grandes lubricantes: el narcotráfico y la industria militar, o el negocio de la guerra. Por lo que es lógico esperar que ambos negocios crezcan en los próximos años para revitalizar sus economías.
Colombia como base de operaciones de la OTAN.
La presencia de tropas estadounidenses en Colombia ha ido creciendo y tras su incorporación en 2018 como socio global a la OTAN, Colombia se consolida como principal enclave militar de los Estados Unidos en Nuestra América y es de esperar que así continúe siendo, ya que este es un tema que no ha sido ni siquiera mencionado por los candidatos, ni aún quienes se dicen progresistas, que tienen alguna posibilidad real de alcanzar la presidencia del país en las próximas elecciones. Al principio de los noventa con la llamada “Guerra contra las Drogas” y posteriormente con la firma del Plan Colombia en 1999, que desde el principio llegó a autorizar 800 soldados y 600 contratistas civiles gringos en el país, así como el uso de dos bases militares colombianas para esas tropas. En 2009, el gobierno de Álvaro Uribe llegó a un acuerdo con Estados Unidos para permitir la llegada de militares de ese país a otras siete bases colombianas y garantizar la impunidad de los militares y contratistas civiles estadounidenses en su territorio nacional. Hoy se encuentran alrededor de 23 instalaciones militares con presencia de equipos y personal militar estadounidense en el país, sin que ninguna información exacta sea conocida ni por el Congreso colombiano ni por la opinión pública.
En junio de 2020 arribó una brigada norteamericana de Asistencia de Fuerza de Seguridad (SFAB por sus siglas en inglés). La SFAB es una unidad especializada del Ejército de los Estados Unidos que ha actuado en Siria, Irak y Afganistán, según ellos mismos informan se trataría de un equipo de aproximadamente 45 soldados profesionales que centraría sus esfuerzos principalmente en las “Zonas Futuro”. Estas zonas fueron establecidas por el gobierno de Duque en agosto de 2019 e incluyen la región del Catatumbo y el departamento de Arauca.
En abril de 2021 se difunde profusamente por las corporaciones mediáticas colombianas el sobrevuelo de un avión estadounidense Boeing 135 W el cual se presenta como la plataforma de inteligencia de señales más avanzada de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que habría partido desde allí hasta el Arauca colombiano para realizar labores de inteligencia durante cuatro horas. Luego en agosto del mismo año, se hace el anuncio de la conformación de un nuevo Comando Específico de Norte de Santander, que reúne a 14 mil efectivos pertenecientes a la Brigada 30, Fuerza de Tarea Vulcano, Fudra 3 y el Comando Específico N.1 que, según las declaraciones de su Comandante, actuará especialmente en la Región del Catatumbo arreciando las operaciones ofensivas.
Pero no solo la presencia de efectivos de las Fuerzas Militares estadounidenses, de agentes de inteligencia de todos los organismos de ese país, y las mencionadas instalaciones militares, hacen de Colombia un enclave militar en la región. También tributa a esa industria militar directamente al tener sucursales de producción y venta de armas trasnacionales en su suelo, ser centro de trabajo de gran cantidad de contratistas de seguridad para las trasnacionales que depredan las riquezas del país y finalmente, es el más grande centro de reclutamiento de mercenarios, elegantemente llamados, contratistas militares privados.
Para terminar de contextualizar este análisis, como dijimos anteriormente, además del negocio de la guerra, el narcotráfico es la otra importante vía para la recuperación rápida del capitalismo. Y ahí también Colombia tiene un importante papel regional al ser uno de los dos enclaves latinoamericanos del narcotráfico y para el lavado de capitales, obviamente administrado por la DEA y otras mafias del establecimiento político de Estados Unidos y Europa, como los grandes bancos que se lucran del lavado. A este gran negocio trasnacional le urge apoderarse de la salida privilegiada por el Caribe que posee Venezuela, principalmente el puerto del Lago de Maracaibo para abaratar sus costos de distribución.
Para todo esto se cuenta históricamente con los gobierno subordinados de Bogotá y, en las últimas dos décadas, con el uribismo, más directamente vinculado al paramilitarismo y por lo tanto, a las órdenes del narcotráfico. Esto tiene una consecuencia inmediata, y es que Colombia es un país en guerra, cuyo conflicto social y armado continúa sin resolverse y por el contrario, se agudiza en varios sentidos, donde se ejecuta un genocidio contra su propio Pueblo y a la vez, se ha convertido en un exportador de guerra para el resto del continente y en la cabeza de playa de las operaciones estadounidenses contra la Revolución Bolivariana, “amenaza inusual y extraordinaria” para el imperialismo y sus acciones injerencistas en la región.
B.- Escenario
Arauca, el río que une lo que ni la guerra logra separar.
Arauca es uno de los siete departamentos colombianos que comparte frontera con Venezuela al que corresponden 396 de los 2.219 km. que constituyen la extensión de dicha línea imaginaria y es uno de los cuatro que limitan con el Estado Apure. Luis Carlos Mejía, líder social del Arauca colombiano, miembro de la Fundación Joel Sierra, aportó en una reciente entrevista al medio Alcarajo.org, importantes elementos sobre lo que hoy está sucediendo en ese departamento colombiano fronterizo con Venezuela, con claras y directas implicaciones para la seguridad de la Revolución Bolivariana. Lo primero que destacó Mejía, es que el Arauca es un territorio binacional en el que los pueblos de ambos lados han aprendido a vivir y desarrollarse colectivamente, que no se perciben como extranjeros.
Personalmente, nunca he estado en Arauca, pero hace aproximadamente 15 años, asumí una responsabilidad como servidora pública del gobierno venezolano, que me llevó hasta El Amparo, Estado Apure y ahí esta afirmación de Mejía es palpable. El tránsito cotidiano, el intercambio permanente, hace difícil pensar que el río Arauca sea una frontera porque en realidad es percibido por la gente como un canal de unión y comunicación cotidiano con la ciudad colombiana que lleva el mismo nombre. Hay una cultura llanera y una historia común a ambos lados del río. Historia pre colonial y luego, de resistencia al colonialismo. No por casualidad, desde Guasdualito se traza la ruta libertadora a través de los llanos venezolanos y colombianos por la que Bolívar entra a la Nueva Granada en 1819 precisamente por el Arauca para librar las gloriosas batallas del Pantano de Vargas y Boyacá. Actualmente, las familias binacionales son mayoritarias a ambos lados del Río por lo que en este lugar de la frontera, más que en muchos otros, la hermandad entre los dos pueblos es una realidad social que llega a ser genética.
Lo que no está pasando en Arauca. Caracterizando el verdadero enemigo.
Lo primero que hay que afirmar tajantemente, es que la tesis difundida por la prensa corporativa y que mucha gente (que evidentemente, no conoce el territorio, no lo comprende o francamente le interesa distorsionar la verdad) parece haber asumido como cierta, es que en el departamento de Arauca, Colombia, se lleva a cabo una disputa entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las llamadas “disidencias de las FARC” por el control de las rutas del narcotráfico y que esa disputa se ha extendido a Venezuela.
Esta afirmación simplista y tendenciosa, no solo oculta la realidad e impide los análisis situacionales correctos que necesita hacer Venezuela para organizar su defensa, sino que revictimiza al pueblo araucano contribuyendo a su estigmatización y ocultando el terrible genocidio que se está cometiendo en Colombia, específicamente en este departamento del oriente colombiano, favoreciendo con ello a quienes lo ejecutan: el estado colombiano, sus estructuras paramilitares, las fuerzas de ocupación estadounidense y de la OTAN en sus dos versiones, las de los estados miembros y la de las contratistas privadas y por supuesto, las trasnacionales que lo financian, que en este caso son fundamentalmente minero energéticas. Pero además oculta un detalle no menor, y es que lo que hoy sucede en Arauca es parte de la guerra multidimensional contra la Revolución Bolivariana.
Insistiendo en el primer argumento, un análisis de situación equivocado, es sumamente grave para la organización de la defensa integral de la revolución. Parafraseando a Gramsci nuevamente, diremos que si no se tiene claridad sobre lo que acontece, no se pueden evaluar correctamente las relaciones de fuerzas internas, las internacionales ni las potencialmente militares, por lo que no se podrá diferenciar lo coyuntural de lo permanente, ni discernir con claridad lo estratégico y lo táctico.
La primera tarea para la defensa de la Revolución es caracterizar al enemigo. Equivocarse en este paso, puede ser fatal. Precisamente por eso, y más aún en tiempos de guerras difusas e hibridizadas, la primera tarea del enemigo es camuflarse, esconderse, y en respuesta nuestra primera labor es precisamente ubicarlo, señalarlo, conocerlo.
Resumiendo, ni las comunidades, ni la FANB ni los organismos policiales, lograrán dar respuesta efectiva a la situación si se parte de la mentira difundida por el gobierno colombiano y las corporaciones mediáticas a su servicio. La lógica diría, que bastaría saber que esta supuesta explicación de los hechos es la que da el ministro de la defensa de Colombia, Diego Molano, para darla por falsa, pero lamentablemente no ha sido así, por lo que juzgamos necesario adentrarnos en comprender lo que realmente sucede en el departamento de Arauca para continuar con este análisis.
La supuesta disputa entre el ELN y las “disidencias de FARC” por las rentas del narcotráfico.
Que Arauca es un departamento “inundado” de siembras de coca y una ruta por la que circula gran parte de la droga que sale de Colombia para sacarla por Venezuela, es la primera gran mentira que las corporaciones mediáticas colombianas y algunas voces desde el gobierno uribista se han encargado de difundir. Lo primero que sorprenderá a quien haya asumido esta tesis como cierta, es que según el último informe de la Oficina de la Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) publicado en julio de 2021, Arauca es un territorio libre de cultivos ilícitos.
Fuente: unocdc.org. “Colombia. Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos.2021”
Si no hay cultivos de coca para disputar, la pregunta es entonces qué causa el enfrentamiento entre el ELN y las “disidencias de las FARC”. El medio alternativo Colombia Informa en un interesante análisis sobre el tema, dice que la disputa surge precisamente luego de la firma de los acuerdos entre las FARC-EP y el estado colombiano en el 2016, cuando aparecen estas supuestas disidencias a presionar a las comunidades para que vuelvan a la siembra de cultivos ilícitos, esta presión ha encontrado fuerte negativa de parte de las comunidades y del propio ELN.
En la confrontación que se dio en el Arauca hace más de una década, subyace la posición diferente en torno al tema de la droga, un artículo recientemente publicado sobre el tema el periodista colombiano señala que “Uno de los elementos de disputas entre las dos guerrillas en Arauca es la postura frente a los cultivos ilícitos.” Siendo el ELN quien defendía la erradicación de esos cultivos en el 2007. Finalmente, en el 2010 las guerrillas llegaron a un acuerdo que significó el fin de ese enfrentamiento. Ese acuerdo incluía que ambas organizaciones acompañarían la voluntad popular de erradicar voluntariamente los cultivos ilícitos.
Mejía explica que a partir del 2010 luego de esa confrontación, “las organizaciones guerrilleras colombianas tanto FARC-EP como ELN son quienes hacen vida en el territorio y respetan los procesos de organización popular y su decisión de erradicar los cultivos de uso ilícito. Eso hizo que la presión social, económica y militar que en otras regiones de Colombia acorrala al campesinado para obligarlo a cultivar mayoritariamente coca, cediera en el Arauca y se condujera a una presión social positiva para el desarrollo agrícola y pecuario.”
Así se llega al 2018 cuando se le declara territorio libre de cultivos ilícitos. Colombia Informa afirma que este logro fue el producto de “la labor del campesinado de Arauca, quienes entre 2007 y 2012 ya habían erradicado la coca, sembrado plátano y cacao, y proyectado la industrialización de estos renglones agropecuarios en el departamento.”
Ahora aparecen estas supuestas disidencias que en realidad, tienen Comandantes diferentes a los que tenían las estructuras originales que en su mayoría ni siquiera llegaron a ser mandos, cuya tropa en gran parte ni siquiera provienen de las FARC-EP, incluso en algunos casos, grupos paramilitares sin ningún argumento político, han asumido o han sido designados con el título de “disidencias” sin haber tenido ningún tipo de relación con esta organización anteriormente. Por eso hemos decidido colocar entre comillas el nombre de “disidencias de las FARC” en este análisis.
Según explica el dirigente araucano, “en el 2019 aparecen en Arauca estos grupos a los que llaman “disidencias de las FARC” trayendo consigo la intensión de reimpulsar la siembra de cultivos de uso ilícito, lo que los coloca en contra vía de la comunidad organizada que se niega a volver a esa dinámica y esto llega al extremo que han difundido las redes sociales donde uno de los Comandantes de estos grupos dice que deben atacar a la dirigencia social del territorio y esto lleva hasta la explosión del 19 de enero” refiriéndose al atentado con carro bomba que se ejecutó en la sede de las organizaciones sociales que forman parte de Congreso de los Pueblos, dejando un muerto y varias personas heridas.
Por esto, el discurso del gobierno uribista y los medios corporativos, que dice que se está reeditando en Arauca el enfrentamiento que hace más de una década se dio entre las organizaciones guerrilleras y que fue subsanado por ambas organizaciones es totalmente falso.
Habría que agregar además dos datos importantes, en primero es que en Colombia la producción de cocaína se ha venido organizando en enclaves donde la siembra y la producción se concentran en un mismo lugar para disminuir costos y riesgos, por lo que un departamento libre de cultivos tiende a ser también libre de “cocinas” o lugares donde se transforma la coca en cocaína.
El segundo dato viene de Washington, según el conocido estudio realizado por Geoff Ramsey y David Smilde titulado “Más allá de la narrativa del narcoestado: lo que dicen los datos de monitoreo del tráfico de drogas de Estados Unidos sobre Venezuela” publicado en el 2020, aproximadamente el 84% de la droga producida en Colombia sale por la costa pacífica colombiana y el 9% por la costa caribe colombiana, es decir que el 93% sale directamente por las costas de Colombia, dejando sólo el 7% del flujo de esa droga entre las costas de Guyana, Surinam, Guyana francesa y las costas de Venezuela, por donde saldría cualquier droga que proviniera del Apure.
Lo que realmente pasa en el Arauca colombiano y su relación con Venezuela.
Arauca es una importante región petrolera en el que las explotación del petróleo desde hace cuatro décadas, solo ha traído pobreza. Pero, a pesar de ello y del gran abandono estatal que originó el gran paro cívico de 1972, hoy día Arauca es el primer productor de plátano a nivel nacional por hectárea sembrada y es el segundo productor de cacao del país. A esto habría que agregar su gran producción de lácteos, porcicultura, piscicultura, entre otros rubros que se han consolidado no desde la inversión estatal sino desde la organización popular.
A esto se refiere Mejía cuando habla de un proceso de auto organización para la autogestión y la creación de embriones reales de poder popular en este departamento colombiano. “Esta construcción histórica, por obvias razones, nos ha causado una persecución, una estigmatización permanente, judicializaciones y asesinatos al tejido social, precisamente porque es una forma diferente a la que el gobierno y la oligarquía han querido implementar en el país.” Y agrega, “Esto ha hecho que Arauca sea también una guía de resistencia para otros territorios de Colombia y el mundo”. Es gracias a ese tejido social fortalecido que en ese departamento llanero, el paramilitarismo no ha logrado consolidarse a pesar de sus incursiones permanentes en el territorio.
Eso suma a las razones por las que las fuerzas estadounidenses que ocupan Colombia, las subordinadas Fuerzas Militares colombianas, el gobierno y las mafias mediáticas, también se han planteado como objetivo romper el fuerte tejido social que se ha desarrollado en el territorio de este departamento, porque ese tejido ha impedido el avance del narcotráfico y el paramilitarismo en su territorio a la vez que ha confrontado a las trasnacionales minero energéticas y las contratistas militares privadas que las protegen y que ya han ejecutado masacres en la región. También porque esa organización popular, y la fuerte presencia del ELN en los territorios de Catatumbo y Arauca, ha dificultado el avance de los planes imperialistas contra Venezuela por ambos territorios fronterizos.
Según denuncia Colombia Informa, Arauca se ha convertido en uno de los departamentos más militarizados del país. Mientras la población total del departamento es de 264.123 habitantes, según el censo de 2018 del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas -DANE-, en el departamento se encuentran aproximadamente 9.000 efectivos de fuerza pública (Ejército Nacional, Armada y Policía) y militares extranjeros; a lo que, según el Comando General de las Fuerzas Armadas, a ello se le han sumado 600 nuevos efectivos. Con lo que se promedian 34,2 militares por cada 1.000 habitantes, contrastando con el promedio nacional de 8,4 militares por cada 1.000 habitantes.
Fuente: colombiainforma.info
Esta militarización del territorio según denuncia el citado medio alternativo colombiano ha beneficiado directamente a las trasnacionales petroleras de ese territorio fronterizo, ya que “en los últimos años, se han disparado las actividades de exploración de petróleo, precisamente en los municipios del occidente de este departamento: Saravena, Fortul, Tame y Arauquita y precisamente, en medio del conflicto suscitado en 2022, las empresas petroleras han ingresado maquinaria con acompañamiento militar a zonas donde las comunidades han rechazado la explotación petrolera. “
Organizaciones populares colombianas como Congreso de los Pueblos, aciertan al enfatizar que lo que acontece en Arauca es parte de “la ofensiva imperialista contra el hermano pueblo venezolano para desestabilizar la revolución Bolivariana, que permanentemente y de diversas formas viene siendo atacada; así mismo, asegurar la explotación de los recursos mineros y energéticos de Venezuela, y variar la correlación de fuerzas en el continente”
C- Claves
Hay una crisis imperialista caracterizada por una crisis del capitalismo, crisis de su hegemonía mundial e importantes crisis internas, que lo empuja sobre Nuestra América con más violencia.
Venezuela, Cuba y Nicaragua, siguen siendo objetivos principales de la guerra multidimensional dirigida desde Washington para retomar el control sobre el continente.
Los sucesos de la frontera Apure Arauca son parte de esa guerra y de la intensión de expandir el negocio del narcotráfico.
Es falso que el conflicto en Arauca se trata de una disputa entre grupos irregulares por las rentas del narcotráfico. En realidad se trata de una operación dirigida desde los Estados Unidos como parte de la guerra multidimensional contra Venezuela.
En los combates de Arauca las operaciones son dirigidas en el terreno por militares estadounidenses de la SFAB, quienes comandan las operaciones de las fuerzas militares colombianas y sus aliados que se hacen llamar “disidencias de la FARC”, todos ellos combaten en ese territorio contra el ELN. Estos mandos estadounidenses estarían dirigiendo sus operaciones desde la Brigada 18 del Ejército Nacional de Colombia ubicada en la capital del departamento de Arauca.
Los frentes 10, 28 y 45 de las llamadas “disidencias de las FARC” trabajan para los intereses imperialistas en la región, esto quiere decir, para el narcotráfico, la pacificación del pueblo colombiano y la agresión a Venezuela, sus únicos enemigos en territorio colombiano son el ELN y la Segunda Marquetalia, pero solo el primero tiene actualmente la capacidad militar para confrontarlos y por eso son quienes los combaten.
La arremetida de las “disidencias” en el Arauca, es en realidad una operación paramilitar dirigida en primer lugar contra el tejido social histórico que durante décadas les ha impedido controlar ese territorio fronterizo, lo que les ha dificultado penetrar a Venezuela y consolidar la explotación petrolera trasnacional.
Las diversas operaciones de defensa de la soberanía venezolana que han realizado en conjunto la FANB, la dirección política de autoridades regionales conscientes de esta realidad y, por supuesto, las comunidades organizadas de la frontera, y que se profundizaron a partir de la victoria de la Batalla de los Puentes (febrero 2019) lograron la derrota y expulsión de los grupos paramilitares en el Catatumbo venezolano y Táchira. Muy probablemente, esos fracasos son los que aceleraron los intentos de vulnerar la soberanía venezolana a través de la frontera Arauca-Apure.
Abrir un canal de entrada hacia Venezuela para atacar la Revolución Bolivariana desde este territorio fronterizo, incluye la tarea de transformar a Arauca en un enclave del narcotráfico para abrir una ruta que permita sacar droga por Apure vía Barinas por la ruta centro occidental hacia la región central, o alternativamente por la vía Mérida (a través del municipio Zea).
Como es tradicional los Estados Unidos y las Fuerzas Militares colombianas desechan sin pudor las fichas usadas, tan pronto estas dejan de serles útiles. Luego del fracaso de las operaciones del Frente 10 en Venezuela en el 2020 donde “Arturo Paz” dirigió operaciones contra la FANB así como las realizadas los primeros meses de este año en Apure y Arauca, el 24 de febrero las FFMM de Colombia bombardearon su campamento y presuntamente lo asesinaron junto a tres docenas de personas, cuyos nombres aún no se saben. Lo que sí están difundiendo las corporaciones mediáticas colombianas son las presuntas pruebas encontradas en el campamento de su estadía permanente en Venezuela, lo que se contradice con la información de que fuera asesinado no cruzando la frontera, sino en su campamento ubicado en el Municipio de Puerto Rondón, al sur del departamento.
La guerra multidimensional contra Venezuela también se plantea debilitar el estado hasta convertirlo en lo que llaman un “estado fallido”. Forma parte importante de es plan la corrupción de servidores y servidoras públicas del gobierno bolivariano para debilitar ética y políticamente a la Revolución, como sucedió con las mujeres detenidas en Zulia quienes desde la Guajira y el Catatumbo venezolano se involucraron con el narcotráfico. Como lo vimos en el caso de Cliver Alcalá, la participación en el narcotráfico se convierte además, en una vía directa para vincularse con los organismos estadounidenses y comprometerse con la contrarrevolución.
Es un año electoral en Colombia, el uribismo va de salida, al menos del palacio de Nariño, y no cuenta con el apoyo de Biden, las FF.MM. colombianas son miembros, no plenos sino peones, de la OTAN pero ambos, el sector político vinculado al uribismo y las FF.MM. coinciden en la necesidad y determinación de agudizar el conflicto militar interno, demostrar su eficiencia como plataforma para la agresión a Venezuela y si es posible, al menos mantener el ambiente de un posible conflicto armado binacional. El primero para evitar la próxima derrota electoral, las segundas para justificar su financiamiento.
D.-Hipótesis
El fracaso de muchas de las operaciones que ha dirigido Estados Unidos contra Venezuela en los últimos veinte años, las pésimas fuentes y análisis que parecen hacer de nuestra realidad, la corrupción y mediocridad del liderazgo opositor, no significa que van a rendirse y dejar en paz a Venezuela, porque la necesidad de subordinar al pueblo y al gobierno bolivariano es mayor para el imperio en crisis. Quienes subestiman esa importancia, lo hacen desde un compromiso con la contrarrevolución que les ciega o simplemente parten de análisis simples, es decir, incompletos. La guerra en Ucrania podría incentivar un ataque directo contra uno de los tres países que la OTAN considera aliados de Rusia en la región, Venezuela, Cuba y Nicaragua o simplemente, acelerar la premura por apoderarse de los recursos minero energéticos, que posee Venezuela. Pero de no atreverse o fracasar nuevamente, la guerra multidimensional continuará y este tipo de operaciones se mantendrán, por lo que la tarea de la defensa integral de la Revolución debe mantenerse y optimizarse permanentemente.
El ejercicio militar que se desarrolló el pasado fin de semana en el Caribe colombiano, donde por primera vez, que se sepa, participó un submarino nuclear estadounidense, sumado a la reunión en Bogotá de los tres gobernadores opositores venezolanos, Manuel Rosales, Sergio Garrido y Alberto Galíndez junto a Stalin González que se realizó este mismo fin de semana es una alerta. Sin embargo, la gran publicidad que le dieron a ambos sucesos, puede indicar que esta es más una operación de propaganda o psicológica, incluso un simple “mensaje a García” (es decir a Rusia), antes que el inicio de una operación real. Aun así, las alarmas deben continuar encendidas, porque como hemos reiterado los tiempos de declive de un imperio suelen ser tiempos peligrosos para el mundo entero.
E.- Algunas recomendaciones finales
Es necesario replantear algunas políticas para la frontera desde diversas instituciones del estado. Una muy importante es ejecutar planes para poblar los territorios fronterizos e impulsar su desarrollo económico y la construcción del Estado Comunal también desde las comunas de frontera, retomando la construcción de “Distritos Motores de Desarrollo” planteados por Chávez.
La siguiente ruta del narcotráfico y vía de entrada a Venezuela que están construyendo, de la que obviamente hay que estar pendientes, es a través del Río Orinoco desde el departamento de Vichada. Recordemos que Craig Faller estuvo recorriendo el Río hasta Puerto Carreño, unos meses antes de entregar el cargo como jefe del Comando Sur.
Las amenazas desde el Caribe colombiano con el reciente ejercicio militar dirigido por los Estados Unidos, así como la permanente amenaza desde las islas del Caribe y el plan develado desde Argentina la semana pasada, deben alertar también la defensa del Lago de Maracaibo, las costas de Falcón y Sucre.
La operación “Mano de hierro” debe continuar y no temer tocar a más altos niveles si fuera preciso, porque la corrupción es una brecha para la contrarrevolución.
La vigilancia debe ser permanente no solo de la FANB sino principalmente de las comunidades que deben fortalecer su tejido social para que los territorios cuya soberanía ha sido recuperada en la frontera y la zona central, no vuelvan a perderse y para impedir nuevos avances de esas fuerzas enemigas y de bandas terroristas locales sobre esos y otros territorios del país. Con este fin publicamos en el 2020 el “Manual para defender la revolución desde nuestra comunidad” donde se detalla una propuesta para consolidar la defensa integral de la Patria ante estas amenazas.
De todo lo aquí planteado se puede concluir que apoyar a Revolución Bolivariana en esta guerra que el imperialismo ha desatado contra ella, es estratégico para toda Nuestra América y no admite posiciones timoratas, puristas, cobardes y en algunos casos hasta visiblemente desinformadas, como las asumidas por algunos sectores del progresismo y la pseudo izquierda de Nuestra América.
Apuntes para un análisis comparativo de la democracia ¿Qué es la democracia en el siglo XXI? ¿Dónde hay una verdadera democracia?
Dicen que todas las comparaciones son odiosas, pero a la vez son inevitables. En el caso de Colombia y Venezuela, la comparación entre sus sistemas políticos es hecha permanentemente por la clase política colombiana, y por supuesto, es apoyada por los carteles que conforman sus corporaciones mediáticas y su poderosa industria del entretenimiento, que no dudan en establecer que mientras la democracia colombiana es antigua, fuerte y goza de buena salud, Venezuela ha degenerado en una dictadura.
Esta caricatura es irreflexivamente repetida incluso, por amplios sectores de la oposición colombiana por ignorancia, por temor o por simple pereza de analizar críticamente la propaganda con la que diariamente se les bombardea y, con ese velo, será imposible trazar el rumbo de las transformaciones profundas que requiere el país.
La guerra mediática contra la Revolución Bolivariana que tiene como ejes Miami, Madrid y Bogotá; el lawfare en construcción contra el propio presidente Nicolás Maduro y las directrices políticas emanadas de los Estados Unidos que sostienen esa propaganda, derivan del complejo contexto geopolítico generado por la crisis capitalista mundial, la herida mortal del mundo unipolar y el consecuente relanzamiento de la Doctrina Monroe sobre Nuestra América.
Es por ello que hemos decidido hacer esta comparación partiendo de la afirmación que rompe con lo que habitualmente dicen: ni Colombia está tan bien como la pintan ni Venezuela tan mal como dicen.
Con esa intención contrahegemónica tampoco se pretende decir que la democracia venezolana es perfecta porque, como todo proceso social, la Revolución Bolivariana es imperfecta y siempre perfectible.
Hoy, la gravedad que reviste esa creencia tan instalada en la opinión pública colombiana toma más importancia ante los sucesos de esta semana, cuando el ministro de la Defensa Diego Molano volvió a dar declaraciones que pretenden generar un conflicto binacional ya que, la afirmación de que en Venezuela hay una dictadura y en Colombia una democracia digna de exportar es uno de sus argumentos centrales.
En este momento en que el uribismo se sabe perdido, pues dos décadas en el poder ejecutivo están a punto de llegar a su fin en tan solo cinco meses, bien sea por el esperado triunfo de los sectores progresistas y de izquierda que se han unido en el Pacto Histórico, o por el triunfo de otras alternativas de centroderecha y derecha que responden a intereses más tradicionales de la oligarquía colombiana, todos lejos de Uribe; solo la agudización del conflicto interno y la amenaza de un conflicto internacional podrían tal vez cambiar el resultado que ya parece inminente. Por lo que nuevamente es tarea urgente derrotar el lenguaje guerrerista del gobierno uribista.
De este lado de la frontera, la afirmación de que en Venezuela hay una dictadura mientras en Colombia existe una democracia ejemplar lo refrenda la oposición venezolana, legitimándolo en algunos sectores populares con el apoyo permanente de las corporaciones mediáticas trasnacionales y la industria del entretenimiento colombiana que tiene amplia difusión por redes sociales.
Explicadas las razones de este análisis, que se hace en defensa de ambos pueblos y procura de la paz, aportamos nueve puntos desde los que se puede iniciar un análisis comparativo de la salud de la democracia en ambos países.
Es importante aclarar que la comparación siguiente se centra en las acciones de los Estados y sus gobiernos, pues sin duda desde las organizaciones populares colombianas hay experiencias reales y nutritivas que avanzan en la construcción verdaderamente democrática. Los nueve puntos propuestos para el análisis comparativo
1. Relación con los Estados Unidos como centro del imperio capitalista
Colombia es un Estado subordinado a los Estados Unidos. Eso implica una entrega absoluta de sus recursos naturales, minero-energéticos, su gran fuerza de trabajo y la concesión de su importancia geoestratégica regional para convertir al país en un centro de la acumulación por desposesión, principal enclave militar de los Estados Unidos y uno de los dos enclaves del narcotráfico en el continente. La injerencia estadounidense en asuntos internos es absoluta y la palabra “soberanía” ha desaparecido de las alocuciones políticas, incluso del llamado progresismo, quedando solo en las voces minoritarias de la verdadera izquierda.
El Estado venezolano, por su parte, es un Estado insubordinado, desde su propia doctrina bolivariana confrontada históricamente a la doctrina Monroe. Esta insubordinación le ha costado un asedio político, económico y hasta militar desde la potencia del Norte. Acoso que en 2015 llegó al extremo de declararla “una amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad de los Estados Unidos. Esa orden ejecutiva ha sustentado un brutal bloqueo, con graves consecuencias para el pueblo venezolano y es la raíz del fenómeno de emigración.
2. Poder político de las oligarquías
El poder político en Colombia está en manos de las familias económicamente más poderosas del país desde hace siglo y medio aproximadamente, lo que cada vez más la convierte en una plutocracia. Con el agravante de que, en las últimas tres décadas, esa oligarquía se ha imbricado en mayor o menor grado con el narcotráfico y el paramilitarismo.
En cambio, hace apenas veintidós años irrumpió la Revolución Bolivariana, y con ella se desplazó del poder político a la oligarquía venezolana que tradicionalmente lo había ostentado también en el siglo XX y gran parte del XIX.
3. Conflicto armado
Colombia es un país en guerra. Está inmersa en un conflicto social y armado que continúa sin resolverse y nuevamente tiende a agudizarse. La solución democrática sería la salida política y negociada que desde amplios sectores del pueblo colombiano se ha venido exigiendo, sin embargo, la apuesta de la oligarquía ha sido la de una solución militar con la que procura pacificar al pueblo y ganar la guerra, es decir apuesta a la pacificación que es muy distinta a la paz.
Al contrario, Venezuela se mantiene en paz a pesar del asedio militar de los Estados Unidos, la invasión paramilitar del territorio venezolano desde Colombia, la incursión de mercenarios y la reiterada ejecución de operaciones terroristas de control territorial llamadas popularmente “guarimbas”. Lo más relevante para esta comparación es que ante la violencia que generaron las últimas guarimbas en 2017, el presidente Maduro acudió a la máxima expresión de la democracia que es la convocatoria al Poder Constituyente. Al día siguiente de ese llamado los sectores que estaban promoviendo la violencia se desmovilizaron y ninguna operación similar ha vuelto a desarrollarse desde entonces.
4. Hegemonía comunicacional vs. comunicación contrahegemónica
Las corporaciones mediáticas colombianas están en manos de tres familias que forman parte de las cuatro más ricas del país, por lo que, a pesar de ocasionales disputas de intereses, el relato está unificado en defensa del poder oligárquico, a favor del sistema capitalista mundial y el imperialismo. Los medios de comunicación alternativos y populares son permanentemente atacados y perseguidos, por lo que la hegemonía comunicacional de las corporaciones mediáticas es aplastante.
Distinto sucede en Venezuela donde se confrontan la hegemonía comunicacional mundial y el la comunicación contrahegemónica. Este debate tiene, por un lado, gran cantidad de empresas privadas de comunicación nacionales, internacionales y redes sociales que operan en el país difundiendo el discurso hegemónico, y por el otro, a los medios de comunicación del Estado, los medios que tienen participación estatal y los abundantes medios de comunicación alternativos y comunitarios, que dan la batalla de la comunicación contrahegemónica. Lo que la coloca más cerca del ejercicio democrático de la comunicación.
5. Propiedad de la tierra
Si bien el latifundio es histórico en toda Nuestra América y particularmente en los dos países en cuestión, en Colombia, en las últimas seis décadas, se ha despojado al campesinado de cerca de ocho millones de hectáreas en acción coordinada entre latifundistas, empresas trasnacionales, narcotraficantes, fuerzas militares y, sobre todo, paramilitares.
Gracias a la promulgación de una nueva ley de tierras durante el gobierno del presidente Hugo Chávez, en Venezuela se han rescatado y expropiado a latifundistas cerca de 6 millones de hectáreas. La mayoría de estas tierras, con evidentes nudos críticos y algunos retrocesos en los últimos años, se han adjudicado a campesinos y campesinas.
Esto quiere decir que mientras en Colombia la tendencia es a concentrar la propiedad de la tierra, en Venezuela se inició un proceso de desconcentración de la misma.
6. Usos del lenguaje en las Constituciones Nacionales
Venezuela posee la primera constitución en castellano que usó el lenguaje inclusivo, es decir, escrita por y para sus ciudadanos y ciudadanas. Aunque la actual Constitución de Colombia también fue el producto de una Constituyente más o menos reciente, continúa usando un lenguaje excluyente en el que solo se nombra a sus ciudadanos y no da cuenta de las grandes luchas de las mujeres colombianas por la inclusión.
7. Respeto a los derechos humanos
A pesar de la muy cuestionable decisión de la Corte Penal Internacional de cerrar el examen preliminar al Estado colombiano, antes siquiera de pasar a la fase de investigación y, por el contrario, abrir investigación contra el Estado venezolano, en Colombia hay razones para afirmar que la violación de derechos humanos es política de Estado.
El genocidio que se comete en Colombia contra líderes y lideresas sociales, defensores de derechos humanos, firmantes del más reciente acuerdo de paz, educadores y educadoras, sindicalistas, entre otros y otras, implica un etnocidio y también un juvenicidio de clase.
Tan solo entre el 1° de enero y el 2 de diciembre de 2021, han sido víctimas de este genocidio 162 líderes y lideresas sociales, 44 ex firmantes del acuerdo y se han cometido 90 masacres. A esto hay que sumar las terribles imágenes que circularon en todo el mundo de la brutal represión policial y parapolicial al Paro Nacional convocado este mismo año en Colombia.
En Venezuela, por su parte, donde ocasionalmente se han registrado víctimas de violación de derechos humanos, no existe registro este año de ninguna masacre. En las redes sociales, de hecho, solo se reseña una presunta masacre a principios de año, que incluso los medios internacionales reseñan entre comillas dado que se dio en el contexto de un operativo policial que acabó con una banda delincuencial y en la que existen muchos elementos para creer que se trató de muertes durante un enfrentamiento. Tampoco se registra ningún asesinato de líderes o lideresas sociales. Vale la pena aclarar que en las pocas ocasiones en que estos asesinatos han ocurrido, las víctimas son generalmente simpatizantes de la Revolución Bolivariana.
Lo cierto es que lo ocasional de las violaciones de derechos humanos por parte de los cuerpos de seguridad del Estado -que no por ser pocas son justificables-, y el hecho de que una gran parte de ellas son investigadas por la Fiscalía venezolana, contribuyen a la afirmación de que la defensa de los derechos humanos es política del Estado venezolano.
8. Índice de desarrollo humano
Este índice, definido como un instrumento que mide el adelanto medio de un país en lo que respecta a la capacidad humana básica representada por la esperanza de vida, el nivel educacional y el ingreso per cápita, es medido por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que presenta cada año un ranking de 189 países, siendo el primero el país con el más alto índice y el último con el más bajo.
En los últimos años Venezuela ha estado siempre por encima de Colombia en este índice, aunque vale la pena resaltar que Cuba se ha ubicado encima de ambos en el mismo período. Solo a partir del bloqueo a Venezuela en el año 2015 comenzó a caer en ese ranking y, sin embargo, pese a la dura situación económica y social que hoy enfrenta, solo se colocó por debajo de Colombia en los dos últimos informes de 2019 y 2020. La razón de esa caída, según explica el propio PNUD, se debe sobre todo a la caída del ingreso per cápita.
9. Sistema de votación
Este último punto de comparación lo hemos tratado en varias ocasiones y lo ilustraremos nuevamente con un cuadro que publicamos por primera vez en 2018, dado que ninguno de los dos sistemas ha sufrido modificaciones desde ese entonces.
Dicha comparación se realiza a partir de la experiencia que me ha permitido la doble nacionalidad de votar en ambas elecciones y participar como miembro de mesa y testigo electoral en las elecciones de los dos países.
La síntesis del cuadro es que Colombia posee un sistema electoral manual, sumamente vulnerable, mientras Venezuela posee un sistema electoral automatizado de alta confiabilidad, que ha sido catalogado por Jimmy Carter como el mejor sistema electoral del mundo.
Estos son algunos de los elementos con los que se propone profundizar el debate sobre el verdadero significado de la democracia y plantear dos preguntas complementarias al título de este artículo: ¿Qué es la democracia en el siglo XXI? ¿Dónde hay una verdadera democracia?
El choque entre las fuerzas patriotas y realistas tuvo lugar en la sabana de Carabobo. Los realistas lograron reunir 4000 soldados, divididos en 2500 infantes y 1500 jinetes.
Por su parte el bando patriota lo formaban unos 10.000 hombres, integrados por 7.000 infantes y 3.000 jinetes.Entre los principales protagonistas de la Batalla de Carabobo se encuentran por el bando patriota, Simón Bolívar quien se encargó de organizar y liderar al ejército patriota en la batalla.
Durante la batalla, José Antonio Páez se encargó de una de las divisiones conformada por los batallones de los Bravos de Apure y los de los voluntarios británicos e irlandeses.
Por las fuerzas patriotas el general Manuel Cedeño, el coronel Ambrosio y el heroico lanzero Pedro Camejo (Negro Primero) no lograron ver el final de la batalla, pues murieron mientras luchaban.
La batalla de Carabobo fue uno de los principales hechos de armas de la guerra por la Independencia de Venezuela. Tuvo lugar el 24 de junio de 1821 y finalizó con un resonante triunfo patriota y el descalabro de las fuerzas enemigas del imperio español.
Los sueños del rey Fernando VII, quien había vuelto a la corona en 1814 para recuperar sus colonias americanas, fueron colapsados.
La firma del Acta de la Independencia, el 5 de julio de 1811, en la cual se estableció que Venezuela dejaba de pertenecer al imperio español y se constituía como nación soberana e independiente, generó la reacción de los funcionarios coloniales. España rechazó la independencia de Venezuela y se organizó para suprimir el movimiento independentista y recuperar el poder. La proclamación por parte de Bolívar de la guerra a muerte a todos aquellos que se opusieran a la independencia de Venezuela tuvo lugar el 15 de junio de 1813, durante la Campaña Admirable. Luego de idas y vueltas, las guerras quedaron en tablas entre 1811 y 1813, hasta tal punto de firmar el Armisticio de Trujillo.La ruptura de los términos del Armisticio de Trujillo, firmado entre el reino de España y Venezuela, en 1820, llevó a reafirmar la lucha por la independencia al mando de Bolívar.
Tras la derrota de los realistas ese día 24 de junio de 1821, una nueva era se avecinaba en las Américas. Sus consecuencias fueron claras. Significó, la aniquilación casi total del ejército español y el fin del dominio español sobre el territorio de Venezuela, que aseguró así su independencia y su unión a la Gran Colombia. También se hizo realidad el debilitamiento de la posición de los realistas en Hispanoamérica, ya que la derrota sufrida en Carabobo alentó la resistencia de los patriotas ecuatorianos, peruanos y alto peruanos.
La actual República Bolivariana de Venezuela, al mando del presidente Nicolás Maduro, recuerda los 200 años de esta gran gesta libertadora en Venezuela, que tuvo sus ecos en América del Sur. Ejemplo de lucha por la liberación continental, que patriotas posteriores tienen que tomar como ejemplo de Soberanía de la Patria Grande.
Historia que forma parte de las raíces del pueblo de Israel y dentro de Jerusalén, tierras donde se desarrolló gran parte de la historia religiosa, en la que hoy vemos que los israelitas dejaron de ser el descendiente de David y los Filisteos dejaron de ser arrogantes como Goliat.
Estas tierras que estaban bajo el mando del Imperio Otomano antes de la I Guerra Mundial y al término pasan a manos del Imperio Británico y finalmente luego de la culminación de la II guerra mundial, comienza la descolonización de estas localidades por parte de Reino Unido dejando un Mandato, “El Mandato Británico”.
A consecuencias de la diáspora que produjo el holocausto por parte de la Alemania Nazi que generó el desplazamiento de millones de judíos en Europa, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) otorga asilo a los judíos en Jerusalén tierra sagrada para ellos, pero hogar también de los palestinos (antiguos filisteos).
Y por Mandato Británico se contempló la repartición de estas tierras en 55 % a Israel y 44 % a Palestina, lo que generó inconformidad en una parte del pueblo palestino. La ONU además decide crear dos estados, uno judío y el otro palestino ambos con capital dentro de Jerusalén.
Desde entonces cada año los conflictos entre estas dos naciones persisten y con más frecuencia en la época de celebración del Ramadán mes sagrado para los musulmanes de todo el mundo. En 1964 se crea la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), cuyo líder era Yasser Arafat, que sería una organización antisemita o para el exterminio del estado de Israel.
En 1987 y 2000 tienen lugar las “intifadas”, el levantamiento de civiles afectados por la ocupación israelí en territorio palestino y como consecuencia se crea el Movimiento Hamás ó Movimiento de Resistencia Islámica, que en su mayoría estaría conformado por palestinos, pero a su vez, considerado por los aliados de Israel, como terrorista y extremista.
Hamás que ganó las elecciones en el 2006 del estado de Palestina, opera desde la Franja de Gaza, zona con una alta densidad de población civil.
Violación de los DDHH y burla a la comunidad internacional:
Las violaciones al Derecho Internacional por parte de Israel vienen dadas por la ocupación de territorios que no forman parte de las extensiones de tierras distribuidas por el Mandato Británico al pueblo palestino y judío, pero que Israel pretende imponer su ley en las tierras compartidas de Jerusalén.
La imposición israelí, apoyada por el gobierno de los EE.UU. en el 2017 durante el mandato de Donal Trump, de nombrar a toda Jerusalén como capital de Israel, generó un descontento que dio continuidad al conflicto entre Israel y Hamas, pero que además desconoce todas las resoluciones emitidas por la ONU sobre los derechos de Palestina sobre su territorio y su soberanía.
Esto violó los acuerdos entre las dos naciones y además socavó las resoluciones de la ONU que rechazaron de forma contundente una resolución de sesión de emergencia declarando el estatus de Jerusalén como capital de Israel como «nulo y sin valor», violentando los derechos humanos del pueblo palestino.
Además, las violaciones de los derechos humanos mediante las agresiones al pueblo palestino que se encuentra en medio del conflicto, y que los obliga a ser desplazados de sus hogares producto del bombardeo indiscriminado de Israel sobre la Franja de Gaza.
Entorno a esta situación los países como EE.UU., y la Unión Europea solo ven este conflicto como “el derecho de Israel de defenderse” del grupo extremista Hamas, sin medir las víctimas civiles que deja el estado de Israel en la Franja de Gaza y minimizando la causa histórica de esta problemática.
Los recientes ataques, iniciaron por los desalojos arbitrarios impuestos por Israel en Jerusalén Este, localidad que está en su mayoría habitada por palestinos, ante esto Hamas en defensa propia actúo por la vida de sus habitantes.
En los 11 días de ataques contra la Franja de Gaza se contabilizaron 277 personas fallecidas incluidos 70 niños, 40 mujeres, 17 ancianos y mas de 8500 heridos. De acuerdo con las cifras de ONU, más de 75.700 personas fueron desplazadas debido a los ataques de Israel. Los misiles lanzados por el movimiento Hamas causaron la muerte de 12 personas en Israel, incluidos dos niños.
Las soluciones a este conflicto vienen dadas por la desocupación de Israel de las tierras asignadas al estado de Palestina, tal cual lo ha pedido la comunidad internacional en numerosos comunicados. Es necesario hacer valer las decisiones de carácter multilateral, de lo contrario seremos testigo de la letra muerta del derecho internacional.
Venezuela en la mira imperial
La política guerrerista que pretende el imperio en América Latina es quizás lo que desea imponer EE.UU. en Venezuela junto con sus lacayos de Colombia; crear un conflicto interno para luego intervenir, vendiendo armas a grupos paramilitares para incitar invasiones como la fracasada Operación Gedeón, o las agresiones y desplazamientos al pueblo de la frontera del estado Apure producto de las agresiones narcoterroristas de los grupos armados colombianos.
Siendo estas prácticas naturales de EE.UU. siguiendo la doctrina Monroe de América para los americanos, en donde Washington se siente en la libertad de gobernar los pueblos del mundo y con mayor injerencia en los países de América Latina.
No queda duda de las pretensiones que se buscan alcanzar en nuestro continente por los enemigos de la paz y de los pueblos, sin embargo, nuestra mirada está puesta en derribar con la Piedra de la dignidad y la conciencia cualquier intento de guerra que perturbe y busque violentar nuestra independencia, soberanía y desarrollo de nuestras naciones.
Dirigente de la Juventud del partido socialista unido de Venezuela. Internacionalista. Magister en metodología de la investigación científica. Licenciado en educación. Maestrante en relaciones internacionales. Docente universitario. Investigador. IG: @SotoPsuv / Tw: @SotoPsuv
Duque buscaba aumentar sus riquezas haciéndose con unos 6 mil millones de dólares con la propuesta engañosa de la reforma tributaria.
Una y otra vez queda demostrado los intereses internacionales y políticos sobre América Latina específicamente, con la manera de tratar el conflicto colombiano por parte de los Organismos Internacionales, en compañía de algunos medios de comunicación.
El vecino país vive en estos momentos un clima de dolor, desesperación y angustia debido a las consecuencias de las recientes propuestas de Reformas Tributarias neoliberales del Gobierno de Iván Duque, que generó grandes manifestaciones en diferentes departamentos de la entidad colombiana, arrojando un saldo de 26 fallecidos y más de 800 heridos.
Algunas ONG’s han documentado las violaciones masivas de los Derechos Humanos durante los últimos días de protestas, con 1.089 casos de violencia policial por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) y más 800 detenciones arbitrarias en menos de 1 semana.
Sin embargo, la reforma fue la gota que derramó el vaso, ya que el país neogranadino siendo el segundo más desigual de la región, con niveles de pobreza multidimensional de casi un 20% según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), de Colombia, viene acumulando una serie de medidas que dan la espalda a su pueblo.
Y aunque Duque decidió finalmente pedir al Congreso el retiro del proyecto radicado por el Ministerio de Hacienda, las manifestaciones continuaron con un paro nacional, al igual que las violaciones de los Derechos Humanos a los manifestantes con la omisión de algunos medios de comunicación, ONG’s y organismos internacionales como la Organización Estados Americanos, de Luis Almagro, o de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, por ejemplo.
De la OEA es de esperar el nivel de descaro, que luego de 4 días de protestas continuas en Colombia, Almagro aparece con Juan Guaidó en una reunión y no para intervenir sobre el uso de la fuerza militar en manifestantes colombianos, pero si para continuar el saqueo de los recursos a Venezuela, a través de las medidas coercitivas y unilaterales en conjunto con los títeres de la oposición venezolana.
No se han pronunciado sobre lo que ocurre evidentemente en Bogotá o en Cali por nombrar algunos de los departamentos con el uso excesivo de la fuerza por parte del Esmad, que ha disparado con armas de fuego para reprimir las manifestaciones y en el que han incurrido en graves delitos de lesa humanidad, con las detenciones masivas arbitrarias y los asesinatos a manifestantes entre ellos menores de edad.
Estos crímenes que violan el Estatuto de Roma y que deben ser juzgados en la Corte Penal Internacional, tampoco son importantes para la Agencia de la ONU, ACNUR, y menos los más de 60 años de guerra interna a la que le han dado la espalda y en algunos casos políticos, se han hecho cómplices de los grupos armados en territorio colombiano con todas sus implicaciones: desplazados, asesinatos masivos, fosas comunes, terrorismo sobre la población, entre otros, y no hemos visto ninguna acción por parte de los mecanismos o instituciones internacionales para mejorar y accionar ante esta situación.
Pero si es evidente que estos organismos ejercen acciones unilaterales sobre otros países, como lo hacen contra Venezuela, y la Revolución Bolivariana que no se doblega y mantiene su integridad territorial, libre determinación y soberanía ante las amenazas y pretensiones extranjeras.
Por lo tanto, lo que ocurre en Colombia no es de relevancia internacional para algunas instituciones doblegadas a los intereses del capital que operan en gran parte desde EE.UU. y Europa. Y además por los intereses y alianzas del gobierno de Iván Duque con Washington.
Pero la deuda es la deuda, Colombia acumula más de 150 mil millones de dólares en deuda externa, aunado a una tasa de desempleo mayor al 14% lo que implica más de 3 millones de colombianos sin empleo formal, y con la llegada de la pandemia, casi 3 millones de casos reportados y más de 73 mil fallecidos; siendo la última semana la peor de todas con más de 3.300 decesos reportados, lo cual ubica a Colombia en el cuarto país con más muertes reportadas por la Covid-19 durante este período. Es de esperarse, la vida, la salud y la situación económica del colombiano común se ha deteriorado significativamente.
No obstante, en vista del silencio de Almagro y Bachelet, aguardamos la esperanza que en cualquier momento Carlos Vives, Juanes y el poderoso aparato publicitario de la derecha llamen nuevamente a la solidaridad internacional de los pueblos y gobiernos; pero está vez para la realización del Colombia Aid Live.
Dirigente de la Juventud del partido socialista unido de Venezuela. Internacionalista. Magister en metodología de la investigación científica. Licenciado en educación. Maestrante en relaciones internacionales. Docente universitario. Investigador. IG: @SotoPsuv / Tw: @SotoPsuv
Según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), las minas antipersonales son dispositivos explosivos que se colocan debajo o cerca del suelo, cualquier individuo puede ser víctima de estas armas.
A nivel global un total de 2.170 personas murieron y más de 3.300 resultaron heridas por minas antipersonas durante el año 2019, a pesar que existe el tratado de la Convención de Ottawa y que lleva 23 años en vigor siendo ratificado por 164 países.
Un 80% de las víctimas eran civiles y el 43 % eran menores de edad. El informe de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersonas (MAP), indica además que los países más afectados fueron Afganistán, Mali, Ucrania, Yemen, Nigeria, Irak y Colombia.
La CICR detalla que, en el año 2020 durante el primer trimestre en Colombia, 118 personas perdieron la vida, entre ellos 83 civiles y 17 menores de edad. Durante este año van contabilizados 61 civiles, incluyendo 16 menores de edad que han perdido la vida producto de las MAP.
Venezuela jamás será minada por el narcotráfico colombiano | Por: Carlos Alberto Soto Soto
Venezuela, en su momento destruyó 1.073 minas antipersonales que se encontraban en 13 campos minados en periferias de seis puestos navales y el 27 de mayo del 2013, se declaró territorio libre de MAP ante el Comité Permanente de Desminado de la Convención Ottawa.
Hoy vemos como el gobierno de Iván Duque, en su agenda de agresiones contra nuestro país y violando los tratados internacionales, pretende implantar psicoterror en la frontera colombo-venezolana, con sus grupos de mercenarios, colocando minas a discreción y generando conflictos armados en el estado Apure, desde el pasado 21 de marzo.
La acción oportuna de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), y la operación «Escudo Bolivariano 2021», han logrado desactivar 16 artefactos explosivos sin dejar víctimas civiles. Sin embargo, esta operación militar en defensa de la nación, ha sumado 8 soldados venezolanos caídos y 34 heridos, además de 6 combatientes de los grupos narco mercenarios abatidos.
En el lugar también fueron desmantelados 6 campamentos usados para el narcotráfico y además fue creada la Zona Operativa de Defensa Integral Temporal Especial en tres municipios de la entidad, específicamente en José Antonio Páez, Muñoz y Rómulo Gallegos, detalló el ministro de la defensa Vladimir Padrino, durante rueda de prensa.
Aunado a ello, las poblaciones afectadas están siendo atendidas por la FANB, con la entrega de alimentos, restableciendo los servicios públicos, acompañando a los comerciantes afectados por las amenazas y apoyando en el mantenimiento integral de las áreas deterioradas producto de los ataques de los grupos mercenarios.
Venezuela jamás será minada por el narcotráfico colombiano | Por: Carlos Alberto Soto Soto
Guerra psicológica a través de redes sociales
En la estrategia de Washington por doblegar la moral del ejército venezolano, quisieron imponer la matriz de opinión que la FANB, estaba atacando a la población civil del estado llanero violando los derechos humanos de sus habitantes.
Los mercenarios quienes haciéndose pasar por funcionarios venezolanos agredieron de forma terrorífica a los civiles del alto Apure, utilizando plataformas como WhatsApp y redes sociales, enviaron mensajes a los pobladores con amenazas de muerte, obligándolos a salir de sus casas.
Todas estas acciones tienen el objetivo de señalar a Venezuela como un Narco-Estado, donde los grupos se disputan los espacios y asocian al gobierno del presidente Nicolás Maduro como Estado fallido creando condiciones a nivel internacional para una intervención militar.
“El plan imperial es, lo repito, tercerizar el conflicto para balcanizar a Venezuela; incursionar en nuestro país, apoderarse de un espacio territorial para sus operaciones logísticas acompañados por la DEA, desestabilizar la frontera y venirse al centro del territorio venezolano por el occidente”, denunció el ministro Padrino López.
Acciones de Colombia
Por su parte el ministro de la defensa de Colombia, Diego Molano, aseveró a un medio colombiano, que «desde el consejo de seguridad se tomó la decisión de movilizar 2000 hombres y una unidad de 90 infantes de marina a la zona fronteriza, ejerciendo soberanía y brindando apoyo para que se de toda la ayuda humanitaria».
Maniobra clave para generar provocaciones al gobierno de Venezuela y que de ejecutarse la operación en el estado Apure, ya tendrían las tropas listas para avanzar e intentar intervenir militarmente a Venezuela.
Acompañamiento internacional para el desminado de la frontera
Venezuela espera contar con el apoyo solicitado por el primer mandatario nacional Nicolás Maduro, a la Organización de las Naciones Unidas, para la destrucción de minas antipersonales en la frontera con Colombia, amparándose en el artículo número 6 de la Convención de Ottawa que contempla la cooperación y asistencia internacional.
«Cada Estado parte se compromete a facilitar el intercambio más completo posible de equipo, material e información científica y técnica, en relación de la aplicación de la presente convención, y tendrá derecho a participar en ese intercambio. Los Estados parte no impondrán restricciones indebidas al suministro de equipos de limpieza de minas, ni a la correspondiente información técnica con fines humanitarios».
Dirigente de la Juventud del partido socialista unido de Venezuela. Internacionalista. Magister en metodología de la investigación científica. Licenciado en educación. Maestrante en relaciones internacionales. Docente universitario. Investigador. IG: @SotoPsuv / Tw: @SotoPsuv
La reaparición de nacionalismos extremos son otro de los efectos y al mismo tiempo desafíos que enfrentar en este período pandémico aún y post pandémico cuando logremos derrotar la enfermedad. Desafío por encarar, al igual que las políticas de fragmentación que serán parte del panorama en amplias regiones del mundo: Siria, Irak, Libia, Sudamérica (Venezuela sometida a los ataques permanentes de Estados Unidos y el grupo de Lima). Como también el nacionalismo económico como campo de estudio, es decir aquel discurso político que defiende a las empresas locales y rechaza a los inmigrantes y los bienes importados, donde existe el peligro de mayor proteccionismo y guerras comerciales. La respuesta a la pregunta ¿Cómo saldremos de esta pandemia? No es fácil y las alternativas son variadas. ¿Más insulares, más tribales, más egoístas?
Algunos europeos ya están aplaudiendo los efectos del COVID 19. “La necesidad de fronteras está siendo reivindicada por la pandemia”, afirmó en una entrevista Laura Huhtasaari, miembro del Parlamento Europeo por el partido nacionalista-populista de Finlandia. “El globalismo se está derrumbando”. Esto trae como desafío la necesidad de trabajar por implementar o reimplementar instituciones de integración más allá de aspectos políticos, sino que también adicionen lo económico, cultural, lo científico entre otros aspectos. Tal necesidad fortalece las democracias, las obliga a profundizar los derechos sociales y económicos de la población, tomar más conciencia de sus propias necesidades y anhelos y con ello impulsar las luchas sociales. No es sólo retomar sino que refundar.
Trabajar por una verdadera humanidad
Esta es una línea de trabajo fundamental que posibilita los diálogos para la cooperación frente a los grandes centros de poder, nos permite avanzar hacia acuerdos regionales de beneficio para el territorio y no para beneficio exclusivo de las empresas transnacionales. Tal idea de trabajo nos obliga a evitar esa fragmentación regional, fortalece la solidaridad, impulsa la integración y va apoyando la creación de condiciones propicias para impulsar las transformaciones (y no sólo las interpretaciones) necesarias para lograr nuestra verdadera independencia. Avanzar hacia un mundo más justo y sostenible, tras esta tremenda prueba local, regional, nacional y global, que nos impuso esta pandemia, nos impele hacia la creación de un mundo más justo y sostenible.
Resulta un imperativo trabajar por políticas de acceso universal a Internet, bajo líneas potentes con uso de tecnología de primer nivel a bajo costo y sin restricciones ni censuras como se ha experimentado por medios de información alternativos. Este aislamiento social obligatorio, esta cuarentena impuesta ha demostrado que es posible llevar adelante tareas mucho más allá de las que suponíamos, de manera remota; lo que trae como desafío el poder desplegarlas con la protección social necesaria. Exigir la protección social para los sectores más desfavorecidos: salud, educación, alimentación, previsión.
La búsqueda de la vacuna contra la Covid 19, en cuya carrera vemos a las grandes potencias: China, Estados Unidos, Rusia, Europa, pone en el tapete la exigencia de la libre circulación y acceso al conocimiento como un bien imprescindible. A la política de querer imponer una lógica de apropiación exclusiva del conocimiento, hay que oponer la cooperación, la difusión, el conocimiento general. Millones de investigadores, miles de centros de investigación (públicos y privados) comparten avances, estudios, revistas hasta ayer cerradas abren sus publicaciones, existe una corriente de pensamiento de amplitud inimaginable. La OMS, la UNESCO, centros de estudios económicos se abren y exigen abrir sus fuentes de conocimiento.
Esto es positivo, un tremendo desafío y hay que aprovecharlo, las leyes de transparencia hay que utilizarlas y dejar a la vera del camino a quienes pretenden imponer una lógica de apropiación, exclusiva y excluyente (tratando de extraer los mayores niveles de ganancia) ese tipo de conducta está siendo cuestionada y debe serlo como parte de nuestros desafíos globales. La democratización del conocimiento es un desafío ineludible, un derecho humano ya a estas alturas.
La pandemia nos volvió a demostrar la importancia del Estado y de la industria nacional, en un tema tan estratégico como es la salud. En esto, y su decisión soberana de proceder a su propia fabricación de la vacuna contra el Covid 19, que permite superar la lógica del monopolio farmacéutico pone en primera línea a Irán. “Desde la eclosión de la pandemia del nuevo coronavirus en el mundo hace 10 meses, los científicos persas se pusieron a trabajar en una vacuna, pese a que el país se encuentra bajo un régimen durísimo de sanciones estadounidenses. El pasado 13 de noviembre del 2020, el portavoz de la Organización para Alimentos y Medicinas de Irán, Kianush Yahanpur, destacó que ocho vacunas iraníes contra la COVID-19 se encuentran como candidatas en la lista de la Organización Mundial de la Salud”
Tengamos presente que el mercado de vacunas contra la gripe, que es el verdadero negocio, con valor de decenas de miles de millones de dólares al año, nos está sugiriendo que si la Covid-19, como la gripe, llegó para quedarse y va a requerir inyecciones de refuerzo anuales, entonces sí podría ser enormemente rentable para las empresas farmacéuticas, que hoy se han cuidado mucho de no aparecer beneficiándose en extremo, después de recibir aportes externos y de estados que han cubierto su trabajo, que ha permitido contar con una vacuna con más anticipación de lo esperado. Los datos que se manejan señalan, que en total, los gobiernos han proporcionado US$8.600 millones, según la empresa de análisis de datos científicos Airfinity. Las organizaciones sin fines de lucro han otorgado casi US$1.900 millones. Sólo US$3.400 millones provienen de la propia inversión de las empresas, y muchas de ellas dependen en gran medida de la financiación externa o de aportes como la Fundación Gates, Jack Ma de Alibaba entre otros.
En otra línea de desafíos, desde la necesaria mirada global que tenemos que asumir la crisis que vivimos y los desafíos que enfrentamos dejan claro que los vínculos con nuestra madre naturaleza con el medio ambiente en general y con nuestros congéneres no ha sido positiva y debe cambiar. Este año 2020 hemos atestiguado aún más (no es nuevo, pero ha quedado en evidencia global como nunca) que no podemos seguir manteniendo nuestra forma de vida ciega, sorda y muda, en un modelo de desarrollo suicida. La enorme mayoría de la humanidad está en peligro cierto, más allá del tema pandémico sino por las pésimas condiciones sanitarias, su escaso acceso a la salud, las mínimas condiciones de supervivencia. Y, en esta realidad resulta suicida seguir sosteniendo las mismas tecnologías de producción que se basan en el uso intensivo de nuestros escasos recursos, el uso de pesticidas en la agricultura, de sustitución de cultivos variados por aquellos más rentables y dedicados a la exportación.
Es importante no perder de vista que, a pesar de que la crisis derivada de esta pandemia será muy nociva para nuestra región, muchos de los factores que frenan su avance a esta nueva etapa son de carácter estructural y previos a la crisis del COVID-19. No nos nuble la vista la pandemia cuando nuestras necesidades de cambios medulares son anteriores. Un desafío transversal que debe ser el norte de nuestra visión de defensa de lo humano, de nuestra condición de seres humanos por encima del capital es incentivar y apoyar alternativas de vida saludables, alimentación, prevención en salud. Y en el plano laboral, la realidad de una población lanzada a su suerte, una enorme masa poblacional sin recursos para satisfacer sus mínimas necesidades nos impele a preguntarnos si parte de la lucha está en garantizar o avanzar hacia el ingreso universal, no se supervivencia sino de vida justa y digna.
Existe la necesidad de avanzar en un trabajo riguroso de análisis, diagnóstico y propuestas. Ser certeros en aquello que realizamos, responsables. Ser certeros implica ser consecuentes, con un análisis científico de la realidad. El voluntarismo está alejado del trabajo con rigor, que en el plano de las ideas implica estudiar, analizar, visualizar, decir, sostener, denunciar y llevar adelante esa idea que nos refiere que la teoría es gris pero el árbol de la vida es inmensamente verde.
Hago mía las palabras de la investigadora argentina Anabel Martin al sostener que “Encarar el camino de la transformación requiere, sin embargo, reconocer las enormes tensiones que se generarán. Es de esperar una disputa muy fuerte entre los defensores de lo establecido, de los sistemas de privilegios actuales, y los que promuevan transformaciones. Las voces de los grupos de poder, de hecho, ya están trabajando a tiempo completo, movilizadas ante las más pequeñas señales de cambio, para defender el statu quo” Y en ese escenario nuestra posición debe estar muy clara, firme y decidida. Los desafíos del año 2021 refieren que lo único inmutable es el cambio permanente y esa mutación no puede ser sólo la de un virus, como se está experimentando en Europa, sino que de pensamiento, de acción transformadora, de modificar las condiciones de vida que no satisfacen las necesidades de gran parte de la humanidad. Tenemos mucho trabajo.
Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. especialista en temas de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl
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