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Este jueves expusieron las defensas de los imputados. Raúl García y Santiago Piedrabuena utilizaron el derecho a manifestar unas últimas palabras. El Tribunal anunciará su veredicto el lunes 4 de septiembre a las 12 horas.

Este jueves 24 de agosto, a las 11 horas, se realizó la segunda jornada de alegatos del juicio oral y público por la muerte de Emilia Uscamayta Curi, en el que están imputados Carlos Bellone, Raúl “El Peque” García, Santiago Piedrabuena y Gastón Haramboure por el delito de “homicidio simple con dolo eventual”, en la sala de Juicios Orales A del Fuero Penal de La Plata, ubicado en calle 8 entre 56 y 57.  

En la ronda de alegatos, las defensas de los imputados expusieron sus teorías. En primer momento alegó el abogado Molina, representante de Carlos Bellone y Raúl García, y utilizó la estrategia de culpabilizar a Emilia, hecho que ya se preveía desde jornadas anteriores, cuando las preguntas a los testigos se orientaban hacia el juzgamiento de Emilia. “Entendemos que el consumo de alcohol fue el que llevó al deceso final”, resumió la defensa de los imputados.

Por otro lado, esta defensa apuntó a que, como el lugar no fue clausurado (a pesar de que los testigos detallaron que no tenían apoyo municipal debido a la complicidad de los altos cargos), “el Estado no vio un peligro claro más allá de que el lugar no tenía habilitación”. En este sentido, precisamente la habilitación no fue entregada, por ejemplo, porque no existía seguridad en salud (ambulancia, seguridad, médico, guardavida, etc).

Luego alegó el abogado Gascón, también representante de Bellone y García. Este retomó el suceso del intento de suspensión de la fiesta y trasladó las culpas a los oficiales de seguridad urbana, porque “no pueden haber tenido miedo de suspenderla”, pese a no tener el apoyo policial pedido, y que sin instrumentos de contención su vida corría riesgos reales a la hora de desalojar por lo menos a seis mil personas.

En la misma línea que su compañero, Gascón recargó las culpas en la espalda del fallecido Cristian Uscamayta Curi, que en aquel momento estuvo con Emilia, y según el abogado fue uno de los responsables de su deceso, con argumentos insólitos como que “Él (Cristian) se tiró primero a la pileta y nadó durante 15 minutos, como si incitara a su hermana a meterse”.

Lógicamente, Gascón tampoco perdió oportunidad de hacer mención al estado de alcoholemia de Emilia, y nuevamente instó a culpar a Cristian como supuesto protector, y a ella misma. Además, alegó que Emilia incurrió en una “infracción en sus deberes de autoprotección” y explicó que su estado físico en el momento de su muerte “incrementó el riesgo”. A grandes rasgos, este fue el argumento bandera de todas las defensas.

A raíz de estas explicaciones, el abogado pidió la absolución de sus defendidos, y en caso de que los jueces consideren la pena de  homicidio culposo, que se aplique la pena mínima. Aunque en la misma línea de desentendimiento y con sobrada soberbia agregó que “técnicamente sería imposible” que les quepa dicha pena.

En tercer lugar, alegó el abogado Peña, en representación de Santiago Piedrabuena, quien fue al grano: “no han podido probar que Santiago Piedrabuena haya sido organizador de la fiesta”. En este caso, la estrategia de Peña fue la fehaciente desvinculación de su cliente con la organización de la fiesta, en desentendimiento de los claros testimonios que vinculan a este con el boliche 737 (donde se entregaron entradas), y de las distintas voces que lo nombraron en la fiesta. Acto seguido, comenzó a nombrar testimonios de quienes no recordaban a la persona que intercambió las entradas de la fiesta “La Frontera” por dinero en el boliche “737”, entre ellos Medina y Saintout, ambos propuestos por él. 

Es importante recordar que la estrategia de Peña durante el proceso probatorio fue la presentación de 9 testigos que repitieron exactamente lo mismo, a fin de “probar” que en paralelo a La Frontera se realizó otra fiesta donde supuestamente sí habría asistido Piedrabuena. Posteriormente, el intento de desvinculación recayó sobre los inspectores Galarraga y Reyes, ya que este último no puso en el acta de suspensión de la fiesta que Piedrabuena era el organizador. En sumatoria de estas explicaciones, el abogado pidió la absolución de Santiago Piedrabuena.

A su turno la defensora de Haramboure, adhirió a los argumentos de sus colegas defensores y argumentó que este debe ser absuelto porque “los argumentos del bloque acusatorio son irracionales y arbitrarios”, y enumeró a los testigos que no pudieron asegurar que Haramboure haya participado en un intercambio de entradas por dinero. Al mismo tiempo, recurrió a la misma estrategia de culpar a Emilia por su estado de alcoholemia. Luego de ello, nombró que el pedido de encuadre en perspectiva de género “desvía” el foco a juzgar en la causa, y pidió la absolución de su cliente.

Derecho a réplica 

Al iniciar este momento, la fiscal Silvina Langone eligió no utilizarlo y ratificar todo lo asentado durante su alegato. No obstante, el abogado defensor de la familia de Emilia, Adrián Rodríguez Antinao, aprovechó esta instancia para recalcar que en el predio no se encontraba una ambulancia, necesaria para cualquier emergencia como la ocurrida. Hecho omitido por la defensa de los acusados en sus exposiciones.

Luego repasó que la perspectiva de género se encaja en la intención de la defensa de los imputados de hacer recaer la culpa en el “no cuidado” de su hermano Cristian. Sobre esto, la defensa de los acusados sostuvo que Cristian debía cuidarla porque él “estaba sobrio”, hecho que es una mera hipótesis. Rodriguez Antinao expuso y denunció entonces esta lógica en la que se busca que la responsabilidad del cuidado de una mujer recaiga sobre un hombre que pueda protegerla. La exposición de los abogados del particular damnificado se vio constantemente interrumpida por los abogados de la defensa y por el Tribunal, lo cual generó inconvenientes en su proceso.

Llegado el fin de la sesión, la defensa de los acusados hizo una contrarréplica, y sólo reforzaron sus teorías, estrategias de traslado de culpas y victimización de los acusados. Además, pusieron nuevamente en tela de juicio la veracidad de los alegatos de la representante del Ministerio Público Fiscal. 

Sucedido todo esto, las máximas autoridades abrieron paso a la última palabra para los acusados, previo al veredicto final. De esta manera, Raúl García y Santiago Piedrabuena decidieron pedir perdón a la familia, mientras que Bellone y Haramboure mantuvieron silencio. Este último hecho cayó como un baldazo de agua fría a la familia, que previo a dichas declaraciones, tuvo que soportar que la defensa de ambos acusados recargara culpas sobre Emilia y Cristian.

Lo expuesto por el equipo de abogados de los acusados no sorprende, ya que responde a las estrategias que utilizaron y gestaron en sus preguntas durante el proceso probatorio. Ante una aparente falta de pruebas contundentes para sustanciar sus teorías, decidieron recaer en la culpabilización de la propia Emilia por su muerte: invirtieron los roles y dieron a parecer que la que estuvo sentada en el banco de los acusados fue ella. La falta de una perspectiva de género en los procesos judiciales fue la protagonista de la jornada y por ello, la Asamblea Justicia por Emilia se encuentra en alerta.

La decisión final será trabajada por las máximas autoridades, quienes citaron a las partes para el lunes 4 de septiembre a las 12 horas, donde esperarán tener “por lo menos un adelanto”.

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