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El dato se desprende del informe recientemente aprobado por el colegio de auditores de la AGN, donde se enumeraron múltiples irregularidades en la toma de una deuda que se paga día a día mediante el proceso inflacionario actual.

El colegio de auditores de la Auditoría General de la Nación (AGN) aprobó este miércoles el estudio realizado sobre la toma de deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) durante la gestión de Mauricio Macri en 2018, firmado por casi 57 mil millones de dólares, que luego se tradujeron a un número cercano a los 45 mil millones.

El encuentro fue realizado en el salón Eva Perón de la sede de la AGN, y contó con la participación del presidente de la Comisión General de Deuda Pública, Francisco Fernández, como auditor general; Jesús Rodriguez, como titular del salón; y Miguel Angel Pichetto, Javier Fernandez, María Graciela de la Rosa, Juan Ignacio Forlón, Gabriel Estrada y Alejandro Nieva como auditores generales. El titular del Salón, junto a Pichetto y Nieva fueron los únicos votos negativos.

El informe develó que se cumplieron irregularidades en la firma del préstamo internacional y que ello derivó en un impacto negativo en “la estructura de la deuda y sus riesgos”. Por otro lado, más allá de las tecnicidades en materia de endeudamiento, este informe no hace más que reafirmar que se necesitó una maquinaria ilegal para aprobar un préstamo que hoy somete a la Argentina a la ruleta de los condicionamientos extraordinarios. Si una deuda no permite crecer, y por el contrario vacía las reservas y la ciudad de dólares (en una economía bimonetaria) el proceso de pago es estrictamente inflacionario.

En cuanto a las irregularidades, el informe develó que hubo una falta de autorización del endeudamiento y una omisión en la aplicación de los procesos específicos para préstamos multilaterales, además de la inexistencia del dictamen del BCRA sobre el impacto de la operación en la balanza de pagos. El acuerdo lo firmaron funcionarios sin facultades legales para hacerlo y faltó un asesoramiento jurídico oportuno y efectivo. No existieron intervenciones técnicas adecuadas para evaluar los costos y riesgos de la operación ni opiniones de la Unidad de Auditoría Interna. Sobre todo esto se destacó la omisión de la actuación del Ministerio de Finanzas que tenía a su cargo específicamente la gestión de la deuda pública.

“El 12 de junio (de 2018) se firmó el primer acuerdo con el FMI y los firmantes fueron el presidente del Banco Central (Federico Sturzenegger) y el ministro de Hacienda (Nicolás Dujovne), es decir, el ministro que no tenía facultades respecto de deuda pública”, destacó la AGN en su informe.

“Los procesos y procedimientos relacionados al préstamo no aseguraron la eficiencia y la efectividad en la gestión de la deuda, provocando incumplimientos legales, afectando la prudencia en la administración del endeudamiento, y vulnerando la adecuada supervisión del financiamiento”, concluyó el informe de la AGN. El documento confirmó algo que ya había sido reconocido públicamente por la entidad prestamista: la ferocidad de un préstamo que destruye naciones y, en este caso, se trata de su jaque mate más grande la historia, tanto de Argentina como de la misma entidad.

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