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Los aumentos desmedidos de la carne vacuna en el mercado interno llevaron al gobierno a tomar la decisión de cerrar las exportaciones por 30 días. Lo que busca el Estado es que bajen los precios y que más gente pueda acceder a un alimento esencial de la canasta de consumo de los hogares. En los últimos doce meses la carne aumentó un 67%, por encima del índice de la inflación.

La explicación oficial es la siguiente: “Como consecuencia del aumento sostenido del precio de la carne vacuna en el mercado interno, el gobierno nacional decidió la instrumentación de un conjunto de medidas de emergencia tendientes a ordenar el funcionamiento del sector, restringir prácticas especulativas, mejorar la trazabilidad de las exportaciones y evitar la evasión fiscal en el comercio exterior”.

Esta medida se enmarca en el inicio de un proceso de negociación en el que, si bajan los precios en el mercado interno, no va a completar los 30 días. Lo que sí es esencial para el gobierno es que debe frenar la dinámica de un mercado que, ya sea por la elevada informalidad o por diversos fraudes de evasión y subfacturación detectados, requiere de un ordenamiento urgente. Se trata, también, de otra herencia del gobierno de Mauricio Macri, que no ejerció ningún tipo de control sobre las exportaciones, desregularizó el mercado y dejó el camino allanado para que se produzcan este tipo de irregularidades. 

Evidentemente hubo maniobras especulativas por parte de los grandes exportadores de carne que impactan directamente en los precios del mercado interno. Desde Casa Rosada afirman que los grandes frigoríficos subfacturan, triangulan y evaden. Dicho de otro modo, compran ganado y lo exportan subfacturando o evadiendo, luego lo triangulan y dejan la plata afuera, en un país intermediario. Después lo entran por contado con liquidación o simplemente lo dejan afuera. Esta maniobra se realiza para no pagar impuestos e impedir que entren los dólares que deberían entrar por exportar carne al exterior.

En una entrevista que brindó Alberto Fernández dijo que “celebra” que Argentina exporte carne, pero no que “hagan pagar a los argentinos el precio que le hacen pagar por la carne, y que les den una migaja de 8 mil toneladas de carne cuando acá se consumen 200 mil”.

El que más habla del tema por parte del gobierno es el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que insistió en que se trata de una medida temporaria y coyuntural que tiene como objetivo ordenar el funcionamiento del sector. Aclaró que de ser posible “se buscará reabrirlas antes de los 30 días”.

En cuanto a las evasiones y las irregularidades detectadas en las exportaciones, Kulfas afirmó: “Estamos encontrando funcionamientos que a veces no son transparentes: en muchos casos con algunos sectores que no liquidaron exportaciones, lo que hacen es quedarse con las divisas en el exterior, liquidarlas en mercado paralelos”.

Matías Kulfas – ministro de Desarrollo Productivo

El agro dividido en dos

En cuanto al sector responsable de las irregularidades mencionadas y de que en el mercado interno se cobre la carne al mismo precio del que se exporta, hay unanimidad de rechazo. Pero hay diferencias sustanciales en cómo resolver el problema y la manera de actuar de acá en adelante. Por un lado, el sector más “duro”, que ya inició un cese a la comercialización como forma de reclamo, es la Mesa de Enlace Agropecuaria, que está compuesta por la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación Agraria Argentina (FAA), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y CONINAGRO. Esta mesa de agropecuarios poderosos, que han tenido ganancias multimillonarias, se niegan a sentarse a dialogar una posible solución con el gobierno. El lock out continuaría hasta el viernes, pero amenazan con persistir si no abren las exportaciones.

Los cuatro representantes de la Mesa de Enlace

Por otra parte, el Consejo Agroindustrial (CAA), que reúne a industriales, exportadores de cereales, economías regionales y casi todas las Bolsas de Cereales del país, tiene el mismo malestar que la Mesa de Enlace pero con la intención de reunirse con el gobierno para negociar una alternativa posible.

Hasta el momento, el gobierno se mantiene firme en su decisión y sostiene que hasta que no bajen los precios en el mercado interno no va a retroceder en el cierre de las exportaciones de carne.

Esta situación se da en un contexto en el que, según el INDEC, la inflación del último año es del 46,3% y la carne aumentó, en el mismo período, un 67%. Este aumento desmedido, sumado a la crisis económica heredada y además profundizada por la pandemia, llevó a que en la Argentina el consumo de carne cayera al nivel más bajo de los últimos 100 años. En promedio, cada habitante come 45,2 kilos de carne por año, cifra que en 2015 llegó a 58 kilos y en 2009 a 69 kilos.

Juan Martín Palermo
Juan Martín Palermo

Nací en Mendoza hace algunos años y ahora vivo en la ciudad de las diagonales. Pienso que las tareas fundamentales del periodismo son denunciar las injusticias, ir en contra de la opresión y luchar por la justicia social y la liberación de los pueblos. Me gusta viajar, tomar vino en la montaña y soy hincha de Boca.

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