Según lo estipulado por las resoluciones que legitimaron el incremento, el pago de las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) le mete más presión a las subas de las tarifas por este servicio en la temporada de otoño e invierno. De esta manera, las distribuidoras podrían aumentar aún más de lo acordado.
Según el presidente de la Nación, Javier Milei, el aumentazo en las facturas del gas era parte del camino ya transitado, sin embargo la suba continúa debido a que el pago de las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL), que llegan por barcos al puerto bonaerense de Escobar a un alto costo, le mete más presión a las subas. Además, desde la Casa Rosada trascendió que las últimas subas convalidaron los precios mayoristas formalizados con el Plan Gas, que resultan de los convenios de las petroleras con producción nacional y las distribuidoras.
A fines de marzo, el Estado nacional dictó la Resolución 41/2024, la cual estipula que la Secretaría de Energía, conducida por Eduardo Rodríguez Chirillo, no trasladó a los usuarios el costo estimado de las importaciones, que a veces es mayor que la producción local (más de US$ 10 por millón de BTU -Unidad Térmica Británica- frente a US$ 4,43 en invierno, el período que va de mayo a septiembre).
De esta manera, si la cartera de Economía que encabeza Caputo no se encarga de garantizar la diferencia con subsidios, los contratos económicos del sector estarán en peligro. Si bien aclaran desde el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) que no está riesgo el abastecimiento “físico”, es decir, que habrá suficiente cantidad de gas para todos, la incógnita que se mantiene es quién se encargará de ese gasto adicional.
Con respecto al gas importado, a principios de abril la empresa pública Energía Argentina (Enarsa) compró los primeros 10 embarques por US$210 millones, a un costo promedio de US$9,99 por millón de BTU. Asimismo, en la corriente semana, Enarsa realizó la segunda licitación con un costo que sería apenas más alto al ya mencionado. También se confirmó que la compañía argentina compró 30 cargamentos, y llegarán entre el periodo de abril y agosto.
Cabe recordar que en años anteriores, Enarsa se hizo cargo de casi todo ese costo, pero esta vez el Gobierno libertario (que está de turno) decidió licitar en el Mercado Electrónico de Gas (Megsa) todo el gas importado para las distribuidoras a un precio de US$12,90, que incluye la importación y el proceso de regasificación, es decir, transformar el gas de estado líquido a su estado natural e inyectar en los gasoductos de alta presión.
Ahora, las nuevas autoridades de la compañía energética intentaron licitar dos veces y el resultado en ambos casos quedaron vacíos y ninguna distribuidora se presentó a comprar el gas. Esto se debe principalmente al hecho de no tener la seguridad de que el Estado nacional le autorice el traslado de ese costo a sus usuarios finales (pass through), que son pequeñas industrias, casas y comercios. Asimismo, la Ley 24.076 que regula al sector del gas, dicta que las distribuidoras tienen un “principio de neutralidad”, dado que no pueden ganar ni perder plata por el componente gas, que compran a las productoras y llevan a los usuarios.
El negocio de Metrogas, Naturgy, Camuzzi, Ecogas, Litoral Gas, Gasnor y Gas NEA es regulado y tiene sus propias tarifas. Además, como consecuencia del incremento de sus ingresos, autorizado por Milei y sus secuaces, inyectarán inversiones para el mantenimiento y mejora de sus redes por $74.110 millones hasta el 31 de diciembre de 2024.
De esta manera, el horizonte para los usuarios es bastante duro. El fuerte aumento del gas del corriente mes, que superó el 650% interanual por la eliminación casi total de subsidios a los hogares N1 (ingresos altos), los comercios y las industrias, así como una quita parcial de la ayuda del Estado a los hogares N2 (ingresos bajos) y N3 (clase media), se le suma que en mayo habrá otro escalón superior, por la entrada en vigencia de los precios de invierno. En esta etapa el componente gas pasa del US$2,89 al US$4,43 por millón de BTU en la zona donde tiene concesión Metrogas, es decir Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires (GBA).
Si el conflicto económico por las importaciones se salda a favor del traslado pleno a los usuarios, estos precios ascenderán por las nubes y generarían la necesidad de un incremento adicional de las tarifas. Es por ello que es tan necesaria la puesta en marcha del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta, ya que ayuda a atenuar la cantidad de importaciones de combustibles líquidos y gas licuado, y lo que permite bajar el costo de abastecimiento local y los subsidios, al transportar producción -y trabajo- nacional con menores precios que el gas que se trae de afuera.
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