La puja por el precio de la carne

La puja por el precio de la carne

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Los aumentos desmedidos de la carne vacuna en el mercado interno llevaron al gobierno a tomar la decisión de cerrar las exportaciones por 30 días. Lo que busca el Estado es que bajen los precios y que más gente pueda acceder a un alimento esencial de la canasta de consumo de los hogares. En los últimos doce meses la carne aumentó un 67%, por encima del índice de la inflación.

La explicación oficial es la siguiente: “Como consecuencia del aumento sostenido del precio de la carne vacuna en el mercado interno, el gobierno nacional decidió la instrumentación de un conjunto de medidas de emergencia tendientes a ordenar el funcionamiento del sector, restringir prácticas especulativas, mejorar la trazabilidad de las exportaciones y evitar la evasión fiscal en el comercio exterior”.

Esta medida se enmarca en el inicio de un proceso de negociación en el que, si bajan los precios en el mercado interno, no va a completar los 30 días. Lo que sí es esencial para el gobierno es que debe frenar la dinámica de un mercado que, ya sea por la elevada informalidad o por diversos fraudes de evasión y subfacturación detectados, requiere de un ordenamiento urgente. Se trata, también, de otra herencia del gobierno de Mauricio Macri, que no ejerció ningún tipo de control sobre las exportaciones, desregularizó el mercado y dejó el camino allanado para que se produzcan este tipo de irregularidades. 

Evidentemente hubo maniobras especulativas por parte de los grandes exportadores de carne que impactan directamente en los precios del mercado interno. Desde Casa Rosada afirman que los grandes frigoríficos subfacturan, triangulan y evaden. Dicho de otro modo, compran ganado y lo exportan subfacturando o evadiendo, luego lo triangulan y dejan la plata afuera, en un país intermediario. Después lo entran por contado con liquidación o simplemente lo dejan afuera. Esta maniobra se realiza para no pagar impuestos e impedir que entren los dólares que deberían entrar por exportar carne al exterior.

En una entrevista que brindó Alberto Fernández dijo que “celebra” que Argentina exporte carne, pero no que “hagan pagar a los argentinos el precio que le hacen pagar por la carne, y que les den una migaja de 8 mil toneladas de carne cuando acá se consumen 200 mil”.

El que más habla del tema por parte del gobierno es el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que insistió en que se trata de una medida temporaria y coyuntural que tiene como objetivo ordenar el funcionamiento del sector. Aclaró que de ser posible “se buscará reabrirlas antes de los 30 días”.

En cuanto a las evasiones y las irregularidades detectadas en las exportaciones, Kulfas afirmó: “Estamos encontrando funcionamientos que a veces no son transparentes: en muchos casos con algunos sectores que no liquidaron exportaciones, lo que hacen es quedarse con las divisas en el exterior, liquidarlas en mercado paralelos”.

Matías Kulfas – ministro de Desarrollo Productivo

El agro dividido en dos

En cuanto al sector responsable de las irregularidades mencionadas y de que en el mercado interno se cobre la carne al mismo precio del que se exporta, hay unanimidad de rechazo. Pero hay diferencias sustanciales en cómo resolver el problema y la manera de actuar de acá en adelante. Por un lado, el sector más “duro”, que ya inició un cese a la comercialización como forma de reclamo, es la Mesa de Enlace Agropecuaria, que está compuesta por la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación Agraria Argentina (FAA), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y CONINAGRO. Esta mesa de agropecuarios poderosos, que han tenido ganancias multimillonarias, se niegan a sentarse a dialogar una posible solución con el gobierno. El lock out continuaría hasta el viernes, pero amenazan con persistir si no abren las exportaciones.

Los cuatro representantes de la Mesa de Enlace

Por otra parte, el Consejo Agroindustrial (CAA), que reúne a industriales, exportadores de cereales, economías regionales y casi todas las Bolsas de Cereales del país, tiene el mismo malestar que la Mesa de Enlace pero con la intención de reunirse con el gobierno para negociar una alternativa posible.

Hasta el momento, el gobierno se mantiene firme en su decisión y sostiene que hasta que no bajen los precios en el mercado interno no va a retroceder en el cierre de las exportaciones de carne.

Esta situación se da en un contexto en el que, según el INDEC, la inflación del último año es del 46,3% y la carne aumentó, en el mismo período, un 67%. Este aumento desmedido, sumado a la crisis económica heredada y además profundizada por la pandemia, llevó a que en la Argentina el consumo de carne cayera al nivel más bajo de los últimos 100 años. En promedio, cada habitante come 45,2 kilos de carne por año, cifra que en 2015 llegó a 58 kilos y en 2009 a 69 kilos.

Juan Martín Palermo
Juan Martín Palermo

Nací en Mendoza hace algunos años y ahora vivo en la ciudad de las diagonales. Pienso que las tareas fundamentales del periodismo son denunciar las injusticias, ir en contra de la opresión y luchar por la justicia social y la liberación de los pueblos. Me gusta viajar, tomar vino en la montaña y soy hincha de Boca.

Es fácil decían…

Es fácil decían…

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POR NASIM IUSEF VENTURINI*

“La inflación demuestra la incapacidad de un gobernante”, Macri dixit.

IPC septimbre 5.9%, IPC interanual 53.5%


La inflación de septiembre alcanzó el 5,9% y trepó al 53,5% interanual (sept 2018- sept 2019). En un contexto de tasas de interés positivas y salarios perdiendo poder adquisitivo sistemáticamente se ve quiénes son los ganadores de esta miseria planificada que instauró el macrismo.

El 16 de octubre se dió a conocer el dato de la inflación del mes de septiembre y, como todos los pronósticos lo anticiparon, superó el umbral del 5% mensual.

Sucede que la devaluación post PASO fue de tal magnitud (más del 20%) que el traslado a precios fue gradual y el mayor impacto se dió durante el mes de septiembre.

La impericia del gobierno en el control de la inflación se evidencia en la dificultad de muchas y muchos de llegar a fin de mes, en la cotidianeidad de los y las comerciantes e industriales que no saben a qué precios vender, ya que, no saben cuánto les costarán los insumos y productos que procesan y venden.

El fuerte aumento de la canasta alimentaria mostrará en la próxima medición de pobreza del INDEC una realidad que no están pudiendo tapar: las políticas de liberalización de la economía no fueron lo virtuosas que se pensaba y sumergieron al país en la pobreza.

El estímulo de la bicicleta financiera aportó a la destrucción del entramado industrial, con un impacto aún mayor sobre las pequeñas y medianas empresas, que son las que más empleo generan en nuestra economía. Los niveles de desocupación por encima del 10% no se deben a que a los “mercados” no les gustaría la vuelta del “populismo”, sino que, son producto de las políticas económicas del macrismo.

Con un programa que fue inconsistente desde el principio, el plan económico consistió en cumplir a rajatabla todas las exigencias de los grupos económicos que llevaron a la Alianza Cambiemos a la Casa Rosada, sin evaluar o dimensionar que el desfinanciamiento del Estado vía la quita de retenciones y la liberalización de la tarifas de los servicios públicos iban a ser las causales de los problemas de competitividad y falta de dinamismo de la economía que atravesamos.

El asunto aquí es que la coordinación de la política económica brilló por su ausencia.

Los que se decían serios, chocaron la calesita hundiendo a la economía en una brutal recesión y condenando al hambre a muchas y muchos habitantes del suelo argentino.

El afluente de dólares producto del endeudamiento no generó empleo ni permitió enriquecer la cadena productiva para poder exportar productos de mayor valor agregado, al contrario, la economía se reprimarizó y el hecho de que hoy la balanza comercial sea positiva se explica por la brutal caída de las importaciones del sector industrial.

Es necesario aprender que están siendo las políticas económicas las que empobrecen a la población y que permiten el resurgimiento de discursos violentos y xenófobos tan presentes en la cotidianeidad que asustan.

La inflación no es una cuestión que se resuelve fácilmente, ni tampoco hay recetas como quiso proponer la Alianza Cambiemos. En nuestro país es un problema estructural que se relaciona con las particularidades de la estructura productiva, por lo tanto como todo problema complejo, requiere trabajo y compromiso por parte de los sectores formadores de precios para que de una vez por todas, en un país que produce alimentos, el acceso a la canasta básica no sea un lujo para algunos sectores y que podamos garantizar una alimentación digna para todas y todos.


* Lic. en Economía, integrante del colectivo "Economía a pata", Co-conductor de “Promocionando la Salud” (Radio Futura – FM 90.5), responsable de la sección Economía de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón. 
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