TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Martina Panella* y Felipe Bertola**

El 7 de mayo de 1919 nacía, en La Ciudad de Los Toldos, Eva Duarte. Hasta hoy, la responsable de las bases de nuestra patria, sobre las cuales seguimos soñando y  construyendo. 

En octubre de 1934, Eva viajó a Buenos Aires decidida a embarcarse en la actuación y el radioteatro. Durante más de diez años, se afirmó frente a los micrófonos de las radios de mayor audiencia y desarrolló su carrera artística en el ámbito cinematográfico. Su vida dio un enorme vuelco cuando en 1944, un terremoto destrozó la Provincia de San Juan. Juan Domingo Perón, a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, solicitó la colaboración de la ciudad para acudir en socorro de las víctimas. Los artistas, entre los que se encontraba Eva Duarte, participaron activamente de la colecta nacional y organizaron un festival artístico en el estadio Luna Park de la ciudad de Buenos Aires. Fue en ese marco, que Perón y Evita se conocieron y comenzaron una relación que pronto los conduciría a la convivencia. 

Luego de la gran gesta popular del 17 de Octubre, el día que el subsuelo de la patria se levantó en un solo grito por la liberación del General Perón en la Isla Martín García, Eva y Perón se casaron, para afrontar en matrimonio la futura elección presidencial de 1946.

Desde el lugar de Primera Dama, Eva no tomó el rol de acompañamiento y de objeto adornable, sino que se plantó de lleno a discutir la política del país. Intervino La Sociedad de Beneficencia, órgano donde las mujeres de la alta sociedad ofrecían caridad a los sectores populares, con dinero proveniente del Estado; echó a la oligarquía de ese espacio y creó la Fundación Eva Perón. El dinero que manejaban “las altas damas”, en forma de limosna, se convirtió en bastión de la justicia social. Desde La Fundación Eva Perón se logró una cercanía con los sectores más humildes y vulnerados, para hacer llegar las políticas estatales a les adultes mayores, las mujeres y niñeces.

“La limosna para mí fue siempre un placer de los ricos; el placer desalmado de excitar el deseo de los pobres sin dejarlo nunca satisfecho. Y para eso, para que la limosna sea más miserable y cruel, inventaron la beneficencia. La limosna y la beneficencia son, para mí, ostentación de riqueza y de poder para humillar a los humildes”. 

Eva Perón

Financiado por el Estado, la CGT y grandes aportes que tuvieron que hacer obligadas empresas nacionales y sectores de la oligarquía, la fundación Eva Perón se desplegó por toda la patria, haciendo llegar a todos los rincones la felicidad y la dignidad de les más humildes, algo impensado hasta ese momento. En sus 7 años de funcionamiento,la fundación desplegó una obra sin precedentes que incluyó la creación de hogares-escuela, hogares de ancianos y hogares de tránsito; abordó problemas de salud y de trabajo; generó la organización de campeonatos deportivos infantiles y el desarrollo de un programa de construcción de viviendas obreras, escuelas, colonias de vacaciones y centros sanitarios. De este modo, la fundación logró eludir formas burocráticas y establecer una acción social directa en favor de los sectores más vulnerables de nuestra patria, desde una perspectiva de derechos, y ya no de caridad.

Movilizada por las injusticias que vivía nuestro pueblo, Evita transformó las necesidades en derechos. Desafió el poder de la oligarquía, despertó el odio de las elites dominantes del país y, al mismo tiempo, el amor de les trabajadores. Evita se volvió así la abanderada de les humildes.

Con enorme coraje, irrumpió en la vida política, social y cultural de la Argentina. En una etapa de nuestra historia en las que las mujeres debían limitarse a la cotidianeidad de la vida privada y doméstica.  Impulsada por ella, en 1947 se consiguió la sanción de la Ley del Voto Femenino, que otorgaría derechos cívicos y políticos -que les habían sido negados durante años- a las mujeres argentinas. En 1949, Eva se puso al frente de la organización de un partido político exclusivamente femenino, el Partido Peronista Femenino.

“Dicen que una de las causas por las que no quieren dar el voto – que estoy segura que lo van a dar – es porque las mujeres perderían la femineidad. ¿Y  acaso no perdemos la femineidad las mujeres que tenemos que salir a las 4 de la mañana a ganarnos la vida a la calle? Las únicas que no pierden la femineidad son esas mujeres que han nacido entre sedas y son 100 familias que han traído la desgracia a la República Argentina. Pero nosotras las mujeres de pueblo que hemos salido a la calle a ganarnos la vida también tenemos derecho a que se nos respete más y por eso tenemos derecho a que se nos oiga y para eso necesitamos el voto femenino”.

Eva Perón

Llegando a la década del 50, Evita se constituyó como la mayor figura política de la Argentina junto a Perón. El pueblo, sus queridos descamisados, como ella los llamaba comenzaron a aclamarla y a construirla como compañera de fórmula presidencial  para las elecciones nacionales de 1951: Perón Presidente, Evita Vicepresidenta. En el comienzo de la campaña, Evita fue diagnosticada de cáncer. Un año después con Perón ya reelecto, el 26 de julio de 1952, Evita fallece, la oligarquía descorcha sus botellas más caras y el pueblo la llora.

Esa noche algo se rompió: les humildes perdieron a su protectora y los sueños de esa patria justa, libre y soberana, que estuvieron tan cercanos, comenzaban a ser grisáceos. 

El 16 de septiembre de 1955 luego de bombardear Plaza de Mayo, el Ejército Argentino agrupado bajo el nombre de “Revolución Libertadora” y comandado por Pedro Eugenio Aramburu, derrocó al Gobierno constitucional argentino de Juan Domingo Perón.

En su natalicio ciento uno, Evita aparece en todos los rincones de nuestra patria. Se deja ver en el voto femenino, en las maquinas de cocer, en cada casa, en los miles de barrios que llevan su nombre, en los derechos conseguidos, en las obras del peronismo, en los dedos en V y en el puño cerrado. Pero sobre todo, Evita se ve reflejada en la sonrisa inmensa y en los ojos felices de cada niñe de nuestra Argentina.


* Estudiante de Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata y militante popular.
** Periodista, columnista del programa No Se Mancha (Radio Estación Sur - FM 91.7) y de Hijos de 30.000 (Radio UNLP - FM 107.5), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

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