Tania Ferreira: “Para la gran mayoría de la población aumentaron las desigualdades sociales, el nivel de desempleo y la pérdida de derecho”

Tania Ferreira: “Para la gran mayoría de la población aumentaron las desigualdades sociales, el nivel de desempleo y la pérdida de derecho”

TIEMPO DE LECTURA: 11 min.

Revista Trinchera dialogó con la integrante de la militante del Partido de los Trabajadores del Brasil y miembro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, para analizar cómo está atravesando la pandemia del COVID-19 el pueblo brasileño.

¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?

Desde el inicio, el gobierno de Bolsonaro practica un discurso en contra de los derechos humanos, con declaraciones discriminatorias sobre diferentes grupos de la sociedad. Es un gobierno militarizado, con poca transparencia y coherencia;con una política direccionada a priorizar a una clase reducida de personas y sectores no populares. Alineado con las políticas de los EEUU y de Israel, tiene un gabinete llamado “el gabinete de odio”, que reproduce noticias falsas y intenta a través de técnicas de comunicación que utiliza la semiótica, la programación neurolingüística, las técnicas psicológicas de encuadramiento de masas a una cultura fascista.

Es un gobierno con una política económica de ajuste para los más vulnerables, que quita derechos sociales (empleo, salud, educación, etc.), que tiene ministros que fueron elegidos a dedo para conducir una necro política.

Por todo esto,la situación de Brasil empezó en términos totalmente desfavorables respecto a cualquier intento de priorización del pueblo. El cuadro previo ya era de una total falta de compromiso y de un desmantelamiento de los sectores populares.

¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?

De acuerdo con el sitio coronavirus.saude.gov.br, el Ministerio de la Salud de Brasil detectó neumonía de causa desconocida en China y el 3 de enero de 2020solicitó información a la OMS y el esclarecimiento de la situación.El 10 de enero fue puesto en funcionamiento el Comité de Monitoreo de Eventos del Ministerio de la Salud y el 16 de enero este Ministerio publica la primera información sobre lo que se sabía de la enfermedad y un Boletín Epidemiológico. El 3 de febrero se declara la Emergencia de Salud Pública de Importancia Nacional (ESPIN) y se realiza la primera reunión del Grupo Ejecutivo Interministerial en Salud Pública (GEI-ESPII). El 4 de febrero el Ministerio de Salud envía al Congreso Nacional el Proyecto de Ley de Cuarentena y entre el 4 y el 5 de febrero se aprueba. El 7 de febrero el  Presidente de la República, Jair Bolsonaro, sanciona la Ley de Cuarentena y el 26 de febrero -en Sao Pablo- se confirma el primer caso de coronavirus.

Lo que pasó fue que eso ocurrió en pleno Carnaval que había empezado el 21 de febrero. Esto no fue noticiado cómo debería haberse hecho, priorizando la economía y banalizando la vida frente a la gravedad de la situación, por lo que el pueblo brasilero no se encontraba en estado de alerta y no se enteró de lo que estaba sucediendo como para tener la oportunidad de protegerse para lo que venía. En marzo, sólo se lanzó una aplicación para celular para informar sobre el Coronavirus.

¿A qué le atribuís la actitud adoptada por el gobierno?

Al total sometimiento y orientación de las políticas neoliberales de los EEUU. Porque el gobierno electo de ultra derecha vino con el propósito muy concreto de gobernar para la clase media, para los empresarios, para segmentos de la economía y para las iglesias neo pentecostales, y través de medidas provisorias y decretos redujo los derechos de la clase trabajadora, de los jubilados, de los estudiantes, etc. Un dato duro fue que en el primer año de gobierno, Bolsonaro editó 48 medidas provisorias de acuerdo con el sitio del Senado donde se constata el carácter de un gobierno que no prioriza a los más vulnerables, ni tampoco las políticas sociales, y sí los privilegios de quienes creen que la economía deba estar en primer lugar.

¿Qué efectividad consideras que tienen las medidas adoptadas?

Son muy efectivas para un porcentaje mínimo de la población que concentra riquezas, para las empresas, para el sector financiero, para un segmento religioso, y esto se comprueba a través del apoyo al gobierno de Bolsonaro por parte de los representantes de esos sectores. Pero para la gran mayoría de la población queda muy claro que aumentaron las desigualdades sociales, el nivel de desempleo y la pérdida de derechos.

¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?

Para contextualizar la respuesta, el Congreso de Brasil está compuesto por el Senado Federal (con 81 senadores, que representan las 27 unidades federativas, los 26 estados y el Distrito Federal) y la Cámara de los Diputados (con 513 diputados federales que representan al pueblo). La oposición en el Senado es de 23,5% y de 29% en la Cámara de Diputados. La oposición es minoritaria y no es nada fácil su actuación en las esferas del gobierno. Las fuerzas políticas juegan un papel fundamental en el tablero, pero cuando la correlación de fuerzas es desfavorable, el esfuerzo de articulación y negociación en la esfera gubernamental para no dejar que las políticas neoliberales destruyan los derechos conquistados por el pueblo, es un acto de resistencia.

¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?

Por increíble que parezca,el lunes 20 de abril el Senado votará la Medida Provisoria 905 que alterará la legislación del trabajo y cambiará para peor la vida del trabajador: flexibilizará las relaciones entre patrón y empleado, no garantizando los derechos adquiridos. Otro ejemplo es la Proyecto de Enmienda Constitucional 10, que en el artículo 9 permite que el Banco Central compre cualquier papel financiero privado (derivativos, papeles podridos y cualquier otro “crédito”) de cualquier institución nacional o internacional, en cualquier tipo de mercado, sin límite o control alguno, sin necesidad de identificar los créditos o su condición.

En el artículo 10 se prevé que el Tesoro Nacional entre con 25% del dinero para la compra de esos papeles. Entonces los daños al Banco Central son integralmente transferidos al Tesoro Nacional. Con esos ejemplos puede considerarse que el nuevo escenario puede ser usado como oportunidad para reducir los derechos del pueblo y apoyar al sistema financiero. María Lucia Fattorelli, Coordinadora Nacional de la a Auditoria Ciudadana de La Deuda, hace una alerta al respecto, de acuerdo con el sitio auditoriacidada.

¿Cómo repercutió la pandemia en el día a día del pueblo?

Brasil es un país caracterizado por una brutal desigualdad social. Ese virus ataca directamente a los más vulnerables: los que no tienen acceso a ítems de limpieza, no tienen acceso a saneamiento básico, muchas casas no tienen cloacas adentro, muchas villas son súper pobladas; es decir que el impacto en el día a día expresa que las dificultades, que ya no eran pocas, ahora se agravan más. Eso sin contar la pérdida de empleos que fue del 11% y que el 56% de la población debe atrasar el pago de deudas, de acuerdo con una encuesta realizada por el BTG Pactual y FSB Pesquisa el 1 de abril.

Por otra parte, en el ámbito educativo, se tuvo que recurrir a clases virtuales, aunque algunas escuelas cerraron sus puertas sin dejar alternativas para los alumnos. La logística del abastecimiento de las familias, también sufrió daños.  Muchos movimientos sociales empezaron a ayudar a los pobres con donaciones de artículos de limpieza, ropa y comida. Los mayores tuvieron que aislarse para no contagiarse, ya que son parte de la población con alto riesgo de contagio junto con diabéticos, hipertensos, personas con inmunodepresión, y otros casos que se juntan a esos. 

¿Cuál es la percepción en las calles tanto de las medidas como de la situación cotidiana?

Todavía el gobierno de Bolsonaro cuenta con un apoyo popular del 30%. El proprio presidente conduce el discurso ideológico del terraplanismo, del negacionismo, del escepticismo y hace que la pandemia sea llevada por esa parcela de la población con desprecio y banalización. Eso se traduce en el desentendimiento de las orientaciones de la OMS. Bolsonaro es un mal ejemplo y atiende al clamor de los industriales, comerciantes, sectores financieros e iglesias que tienen interés de volver a la vida cotidiana, a contramano de lo que está siendo practicado en el mundo. Eso sin contar el llamamiento para hacer apariciones en las calles en protesta al asilamiento social. Hasta ayer, Brasil tenía 36.599 casos confirmados de coronavirus y 2.347 muertos con una taza de letalidad del 6,4%. Esos resultados están subestimados ya que de una población de 208 millones de habitantes, solamente fueron testeadas 62.985 personas, de acuerdo con el sitio worldometers. Es muy difícil, preocupante y confusa la percepción de lo que está pasando porque el mandatario del país, que debería estar comprometido con la vida del pueblo, eligió priorizar la economía.

¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?

Las FFAA en Brasil tuvieron un papel fundamental en la dictadura cívico-eclesiástico-militar en Brasil y este gobierno se identifica claramente con la ideología de la tortura. Tal es así que el ídolo del presidente Bolsonaroes el torturador Ustra, la persona que torturó nada más y nada menos que a la ex Presidenta Dilma Rousseff. No hay mucho más que decir porque por sí solo, eso ya define la principal característica de este gobierno. Las Fuerzas Armadas no están poniendo el cuerpo en las calles ayudando en el control de la movilidad, ni controlando las fronteras, ni tampoco están cooperando en la logística, ni en los hospitales. Básicamente no están siendo parte de la lucha contra el coronavirus.

Más allá de las medidas oficiales ¿Cómo está haciendo el pueblo en general para sobrellevar esta situación?

En Paraná los asentamientos y campamentos del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Terra (MST) se movilizaron y donaron 45 toneladas de alimentos para hospitales, hogares de ancianos y familias carentes. También donó 500 toneladas de alimentos a las víctimas de Eldorado do Carajás en Pará. Y sigue donando productos agroecológicos demostrando que la crisis alimentaria tiene solución sin el agronegocio.

La Central Única de las Villas lanzó una campaña virtual #FavelaContraOVírus para recaudar dinero para ayudar a las villas con alimentos y productos de higiene. La Organización Redes da Maré, en el Complejo da Maré, que es un conjunto de villas con 140 mil habitantes en Río de Janeiro, está colectando donaciones para distribuir entre los habitantes de ese lugar. La Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil también hicieron una campaña virtual para recaudar plata y distribuir entre los pueblos indígenas alimentos y artículos de higiene y limpieza. El MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo) creó un fondo de emergencia para ayudar en la compra de alimentos y de productos de higiene para la población sin techo de varios estados brasileños. Esos son algunos de los ejemplos de la sociedad civil y de los movimientos sociales que se están organizando para ayudar a las personas. Pero lo que pasa es que todo eso es muy poco en relación a las demandas. Y también es importante decir que en durante este gobierno, aumentó muchísimo el número de personas que vive en la calle, por lo que también aumentaron las demandas sociales. El pueblo sigue intentando sobrevivir y resistir por otras vías sin pasar por la ayuda humanitaria del gobierno.

¿Cuál es la actitud de los empresarios?

Para tener en cuenta de cómo la cosa camina el grupo Havan, del empresario Luciano Hang, uno de los principales aplaudidores de Bolsonaro, suspendió el contrato de trabajo de 11 mil empleados, la mitad de todos los empleados del grupo. El sector está más preocupado por ahorrar y no sentir el impacto económico que mantener los empleos como forma de garantizar la subsistencia de sus empleados. Esa es la política que Bolsonaro propone flexibilizando las relaciones de trabajo y favoreciendo a los dueños de las grandes empresas por los trabajadores. Por ahí sigue la mayoría de los empresarios, apoyando el desentendimiento del asi lamiento y promoviendo el caos social con el incumplimiento de los derechos del trabajador.

Del mismo modo, ¿Cómo están actuando los medios de comunicación?

En Brasil, los medios tradicionales siempre cumplieron el papel de desinformar y favorecer así a sectores concentrados de la sociedad y a otros sectores económicos y religiosos. Son como partidos políticos que manipulan los datos de acuerdo con sus intereses y los intereses de sus aliados y distorsionan la comunicación. Los medios alternativos son los que siempre dieron una contribución muy importante para frenar las noticias falsas, romper el cerco mediático, diseminar la verdad y para que el pueblo sepa de lo que realmente pasa en los bastidores de la política que no llegan a conocimiento público.

¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?

En este gobierno no se espera nada diferente a lo que se ha visto hasta ahora. La salida es el fortalecimiento de la sociedad.Los frentes Brasil Popular y el Pueblo Sin Miedo, junto a movimientos sociales, populares y estudiantiles, centrales sindicales, partidos políticos, tradiciones religiosas y entidades de la sociedad civil, firmaron un documento ayer para el lanzamiento de una plataforma de emergencia para enfrentar la pandemia y la crisis brasileña.

La intención de esa Campaña es movilizar al pueblo para concientizar sobre la barbarie que está atravesando Brasil con este desgobierno y presentar propuestas para la salida a esa situación insostenible. Con esto se abrió una cuenta para las personas firmen pidiendo la salida de Bolsonaro y su gobierno y en defensa de la vida. Pero también para llamar a la población para tener elecciones directas, pero dentro de la ley, con transparencia y sin campañas de noticias falsas y elecciones manipuladas.

También como una acción de resistencia y ayuda, el neurocientífico e investigador Miguel Nicolelis creó un Proyecto llamado Mandacaru (una especie de cactus que da flor pero en pleno sertão de Brasil), una red voluntaria y solidaria para proponer acciones científicas en contraposición a la oscuridad y el negacionismo de la ciencia en Brasil. Ese proyecto está vinculado al Comité Científico del Nordeste para el enfrentamiento del COVID-19, donde Nicolelis es uno de los coordinadores. Ese comité está vinculado al Consorcio Nordeste, que es una iniciativa conjunta de los gobernadores, para proponer acciones en diversas áreas, pero ahora fundamentalmente para controlar la pandemia.

El canal de Youtube del Partido de los Trabajadores está haciendo entrevistas con parlamentarios y personas del medio académico y científico, reuniones y plenarias, para dar al pueblo una alternativa comunicacional, pero también de formación política. Los canales Rede TVT, Brasil de Fato, Fundación Perseu Abramo, Movimiento Sin Tierra, y otros tantos buenísimos canales comprometidos en hacer una comunicación transparente y fiel a los hechos de la historia, son ejemplos que hacen que la esperanza no muera y que vidas puedan ser salvadas a través  de la solidaridad, el compromiso con la democracia y el estado de derecho. Pero también la construcción de un Brasil más justo, menos desigual e inclusivo.

Globalización en tiempos de pandemia (Parte II)

Globalización en tiempos de pandemia (Parte II)

TIEMPO DE LECTURA: 10 min.

Por Pablo Jofré Leal*

Me preguntaba, en la primera parte de este trabajo ¿quién gobierna en este mundo?…con certeza y en primer lugar los mercados financieros de Estados Unidos, Japón y la Europa de los 28, que representan el primer poder.

Siguen al poder mencionado, las corporaciones internacionales[1] en esta época, principalmente tecnológicas, ayudadas en ello por sus empresas mediáticas (donde la presencia sionista en mayoritaria) y que tienen la capacidad de construir los mecanismos que manipulan y crean una realidad acorde con las necesidades de esos mercados financieros globales. Todo ello marcado por la supremacía de los Estados Unidos, que ha dominado durante los últimos 30 años el planeta, en todos los campos propios en que establece su señorío una hiperpotencia, vigorizada con la derrota de su anterior enemigo. Aunque, tengamos presente, que desde hace un lustro a la fecha, ese dominio es retado por la presencia de la República Popular China, la Federación Rusa y poderes emergentes, incómodos en este traje de fuerza llamado globalización.

Una globalización con características bien definidas:

  1. Preeminencia en el campo político, donde su actuar hegemónico sustituyó el papel que la comunidad internacional había depositado en la Organización de las Naciones Unidas a partir del año 1945
  2. En el ámbito económico y financiero, capaces de competir y aventajar, incluso a un bloque amplio de países como la Unión Europea, conformada por 28 miembros. La ventaja es también con relación a Japón y su natural área de influencia en Asia Oriental. Insisto, con la relevante presencia de China como referente económico internacional.
  3. En el aspecto tecnológico, predominando sin contrapeso en Internet. Poseen las principales industrias tecnológicas (partes de esta “Nueva Economía”) que sustituyó en volumen de capitalización bursátil, a la economía tradicional. Estados Unidos suele reservar un aparente “derecho” a proteger su sector tecnológico esgrimiendo para ello, razones de seguridad. Pero los “otros”, que es hablar de nosotros, estamos sujetos tanto a su espionaje y control tecnológico, presiones económicas, como lo demuestra las sanciones a China y sus industrias tecnológicas como fue el caso de la empresa Huawei.
  4. En el plano político cultural, la MacDonalización[2] representa la expansión del modelo de vida y la cosmovisión estadounidense, ayudada exitosamente con el dominio que ejerce en el campo audiovisual – con capitales propiedad de grupos sionistas que vinculan esa visión de mundo a los intereses de esta ideología -. Recordemos que ha existido todo un proceso de concretar este dominio cultural a través de diversos hitos: la victoria de la industria cinematográfica de Hollywood en la fase final de la Ronda Uruguay del GATT en el año 1992.

    En esos encuentros, la vieja Europa, se sometió a las exigencias de los Estados Unidos, que evitó un reforzamiento de lo que el Imperio denomina “Medidas Restrictivas” con relación a la idea de tener cuotas de pantalla para obras nacionales. Ligaron lo audiovisual al desarrollo de nuevos servicios de comunicación y telecomunicaciones – desregulándolos – Permitió, igualmente la alianza de inversiones estadounidenses en Europa.

    Una superioridad que se expresó y tejió, en estos 30 años, bajo el argumento del Nuevo Orden Mundial. En dos campos de batalla: el Acuerdo Multilateral de Inversiones – AMI –como en la Organización Mundial de Propiedad Intelectual– OMPI – en que Estados Unidos hizo prevalecer el Copyright sobre el derecho moral de la creación y en todos aquellos encuentros de organismos internacionales. Allí, se impone la visión estadounidense o amenaza con retirarse como ha sucedido con la Corte Penal internacional, la UNESCO, no cumplir los acuerdos firmados como es el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA por sus siglas en inglés) su abandono del Tratado INF (sobre misiles de corto y mediano alcance con carga nuclear) con Rusia, entre otras acciones frente a su decisión de llevar adelante contra viento y marea su política imperial.
  5. En el plano militar, sólo la consideración del nivel de su presupuesto, que autorizó el congreso estadounidense en el año fiscal 2019 – más de 730.000 millones de dólares – permite visualizar la envergadura de su poder nuclear, convencional, nuevas líneas de investigación, armas biológicas y químicas (donde perfectamente podemos ubicar al Covid-19) y la intervención en amplias regiones del mundo. Comenzando a partir del año 1991 en Irak, posteriormente en Serbia, Afganistán, nuevamente Irak el año 2003 y su estrategia del caos premeditado, que ha tenido su expresión práctica nuevamente en Irak a partir del año 2003, la invasión a Libia, el apoyo a grupos terroristas en la guerra de agresión contra Siria a partir del año 2011. El sostén permanente al sionismo en su política de colonización y ocupación de Palestina. La complicidad en la agresión a Yemen y las políticas de sanciones, bloqueos y embargos contra Cuba, Corea del Norte, Venezuela, Federación Rusa y la República Islámica de Irán.

Estados Unidos es la única potencia que posee flotas de guerra en todos los mares y océanos del mundo, 800 bases militares en los cinco continentes y la capacidad técnica, logística y militar de asestar golpes donde lo señale su “dedo divino”. Por ello, resulta patético escuchar las declaraciones alarmistas de los jerarcas políticos y militares estadounidenses, cuando tratan de acusar a Rusia de ampliar su presencia militar en el mundo. El ataque a Serbia, en la década de los noventa del siglo XX, las agresiones contra Libia, Siria, sus políticas sancionatorias contra Venezuela, Cuba, la República Islámica de Irán, han servido para que Washington demuestre su absoluto desprecio por las leyes internacionales.

Un actuar que permite catalogar a Estados Unidos como un violador del derecho internacional, con acusaciones de crímenes de lesa humanidad y que en la actual situación, prevalece el terrorismo médico. Acusación esgrimida por las autoridades iraníes, ante su política de máxima presión contra la nación persa, impidiendo una lucha efectiva contra el Covid-19 al impedirle comprar kits de prueba de coronavirus, acceso a equipamiento médico e incluso fondos previstos por organismo financieros internacionales. Ocho países, entre ellos China y Rusia en una carta enviada al secretario general de la ONU advirtieron sobre el impacto negativo de las sanciones en los esfuerzos internacionales destinados a contener el virus mortal. La conducta estadounidense tiene la pretensión invariable de dar una “lección” a quien osa desobedecer sus órdenes.  Por ello, el llamado desde la trinchera antiestadounidense es crear un frente común que destruya este unilateralismo, que tanto daño le hace al mundo.

Esta realidad, que tanto daño genera en el mundo, está siendo cuestionada con un catalizador inesperado, que surge desde el campo de las enfermedades: el Covid-19, que está remeciendo las estructuras políticas, económicas y sociales del mundo. Una pandemia que ha hecho resurgir, como nunca antes, conceptos como el de solidaridad, cooperación, fin de las sanciones contra aquellos que los grandes poderes han sometido a apremios que contribuyen a una catástrofe humanitaria. Una pandemia que pone en entredicho esta globalización donde la desregulación ha sido su signo predominante. Una globalización que ha servido para hacer del mundo un terreno fácilmente contagiable, que ha visibilizado también la debilidad de aquellos países que han minimizado sus sistemas sanitarios, en función de la privatización, que convierte un derecho social, en una mera mercancía.

El Virus Covid-19está carcomiendo las estructuras internas del capitalismo, mostrando sus debilidades, develando la profunda inequidad entre aquellos que pueden soportar una pandemia en su opulencia y aquellos que quedan en la desprotección, en la carestía, sin trabajos, sometidos a los vaivenes y decisiones de gobiernos más centrados en defender las superestructuras, el mercado, al empresario global que a sus ciudadanos. Un modelo capitalista que debe ser combatido con la misma fuerza con que se acomete a este virus mortal. Incluso, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva se ha visto obligada a mencionar que los costos humanos de la pandemia del coronavirus ya son inconmensurables y es preciso que todos los países trabajen en colaboración, para proteger a la gente y limitar el daño económico.

Este es el momento de actuar con solidaridad, suelen repetir los dirigentes en el planeta. Palabras, que hasta hora dejan fuera a países como Venezuela e Irán pues las directrices criminales del gobierno de Trump, por ejemplo, se niegan a ir en apoyo internacional a estos dos países, en un claro crimen de lesa humanidad. Combatir al Covid-19 pone  en acción a nuestras sociedades, sacando lo peor y lo mejor del ser humano y poniendo en entredicho la forma que hemos conducido nuestro planeta en las últimas décadas. Este patógeno de la familia de los Coronavirus genera cientos de miles de contagiados, decenas de miles de muertos y una hecatombe financiera. En una pandemia que no tiene fecha de término y que ha situado hoy, como primero en la lista de contagiados, a Estados unidos que además suma miles de muertos que crecen en forma exponencial.

Estamos en crisis, pero distinta a las que hemos vivido en este Siglo XXI. Como aquella a inicios del nuevo milenio, la denominada dot com (puntocom) relacionada a la burbuja especulativa con las empresas vinculadas a internet. Diferente a la crisis financiera global del año 2008, desatada en virtud de la burbuja inmobiliaria, que había comenzado en Estados Unidos el año 2006 y que terminó de explotar en octubre del año 2007 originando una profunda recesión durante gran parte del año siguiente. Hoy, el agente catalizador, el patógeno es distinto, se llama covid-19 mostrando la enorme fragilidad de todo el sistema económico en que nos asentamos

Una crisis pandémica, política, económica, sanitaria que nos obliga a repensar el mundo que se nos viene. Con una característica común a todas las crisis mencionadas: será el Estado quien nuevamente está salvando a los países, a las empresas, incluyendo a aquellas que suelen atacar ese estado en épocas de vacas gordas. Ese Estado que sale nuevamente al rescate de las economías, incluso de aquellos países donde sus clases dominantes los maldicen. El Covid-19 está cambiado los dogmas imperantes, ha mostrado que sin servicios sanitarios públicos fuertes, la muerte se ve más cercana. Los europeos extrañan ese estado de bienestar, que sus castas políticas han deteriorado.  Las discusiones hoy parecen propias de defensores del estatismo, conceptos como fin de los ajustes fiscales, establecer salarios dignos garantizados, incluso nacionalizar aquello que la marea privatizadora permitió enriquecer a algunos pocos se están imponiendo en la agenda política..

La experiencia histórica de los países afectados por las políticas del FMI nos conduce a la conclusión (en base a la experiencia empírica) que el número de víctimas del neoliberalismo es y será, indudablemente, millones de veces mayor que el de las víctimas del Covid-19, lo que indica entonces, pasada esta batalla coyuntural a enfocar nuestros esfuerzos en la definitiva derrota de este capitalismo brutal, que tambaleaba y que una sintomatología de dolores de cabeza, fiebres, tos seca y problemas respiratorios parece haber sido el arma que marcará su definitiva derrota. Para ello es necesaria la solidaridad, recuperar una humanidad perdida en el trasiego del individualismo, de un modelo de sociedad que desprecia lo social en función del éxito particular. Esta crisis pandémica puede ser un paso firme en aras de cambiar este único mundo que poseemos y matar de una vez este virus llamado capitalismo.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Referencias:
[1] “A principios de los años noventa, unas 37.000 firmas de características transnacionales, con sus 170.000 filiales, abarcaban gran parte de la economía internacional. Sin embargo, el lugar del poder se sitúa en el círculo más restringido de las “200 Primeras” – denominación que refiere al predominio de un cierto grupo de empresas – Así, la parte del capital transnacional en el PIB mundial pasó del 17 por 100 a mediados de los años sesenta al 24 por 100 en el año 1982 y a más del 30 por 100 en 1995. Las “200 Primeras” son conglomerados cuyas actividades planetarias cubren sin distinción, los sectores primario, secundario y terciario. geográficamente se reparten entre diez países: USA, Japón, Alemania, Francia, Inglaterra, Suiza, Corea del Sur, Italia y Holanda…si se hace abstracción de sociedades angloholandesas con capitales mixtos – grupo Shell y Unilever – no quedan más que ocho países en la carrera, que concentran el 96,5 por 100 de las “200 Primeras” y el 96 por 100 de su cifra de negocios”. Para ampliar esta información Claimont Fréderic. “Pensamiento Crítico v/s Pensamiento único”. Página 41-42. En la actualidad de las diez empresas transnacionales más importantes, ocho de ellas están ligadas al mundo de la tecnología. Según países, Estados Unidos sigue siendo hogar de más de la mitad de las empresas más grandes del mundo, contando con 53 en el listado de las 100 empresas más grandes. China cuenta con 11 empresas entre las 100 más grandes del mundo, mientras que Reino Unido se sitúa en tercer lugar con un total de 9 empresas.

[2] Uso este concepto en el sentido asignado por la pensadora chilena Marta Harnecker, quien sostiene que: “Tras la caída del socialismo ha cambiado radicalmente la correlación de fuerzas y nos encontramos en una etapa ultra reaccionaria…la Globalización plantea tres problemas fundamentales: la polarización creciente de la sociedad, el desastre ecológico hacia el que camina la humanidad y la expansión del modelo cultural estadounidense, que denominaré la MacDonalización de la cultura”. Harnecker Marta. Entrevista de Amelia Castilla. Diario El País. Sección Cultura. Madrid. España. Sábado 26 de febrero del año 2.000. Página 5

No hay barbijo que nos proteja del machismo

No hay barbijo que nos proteja del machismo

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Agustina Flores*

El aislamiento social, preventivo y obligatorio que rige en toda la Argentina desde hace casi un mes, nos encuentra en una situación de indefensión y distanciamiento nunca antes vivido y deja en evidencia otra realidad: la de las mujeres que sufren violencia de género, convirtiéndose el aislamiento en un encierro del que no tienen escapatoria.

La violencia machista se expresa en muchas formas y tamaños, buscando siempre el camino para infiltrarse en todos los ámbitos de la vida, nos persigue desde el primer momento hasta el último, entrometiéndose en nuestros terrenos más privados, como es el hogar. La violencia doméstica es una realidad constante para muchas mujeres durante los 365 días del año. Sin embargo, la libre circulación y el tránsito por lugares de trabajo, estudio y ocio, permitían generar lazos de confianza con personas capaces de brindar ayuda a las mujeres que no encontraban huida ni resguardo. Tanto para escapar de sus casas, donde también habitaba su agresor, como para ser acompañadas a la hora de denunciar, se contaba con herramientas para las diferentes situaciones, contemplando la gravedad de las mismas. Era más sencillo dar cuenta de estas problemáticas para tomar acción inmediata y evitar que la violencia persista en la vida de la mujer.

La imbatible e infinita pandemia que nos toca enfrentar bajo techo, limita las posibilidades de identificar esos gritos de ayuda que, hoy más que nunca, son más fuertes.

Desde que comenzó el confinamiento, la Línea 144 registró un aumento del 60% en las llamadas registradas solo en la Provincia de Buenos Aires. De acuerdo con el Observatorio de las Violencias de Género “Ahora Que Sí Nos Ven”, son 18 los femicidios entre el 20 de marzo y el 12 de abril, lo que confirma que la violencia machista no cesa, sino que se fortalece en cuarentena.

El 72% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima, afirmando el peligro al que están expuestas las mujeres al no tener otro lugar en el que resguardarse. Las niñeces, presentes en la mayoría de los casos de violencia, también se convierten en víctimas al escuchar y presenciar la situación, y en algunos casos, sufren golpes e insultos. Es una emergencia para toda la familia, que no para de agravarse. La situación económica que sufre una crisis constante, también es un factor que intercede en estos casos: la dependencia económica con el agresor hace que a la víctima se le dificulte aún más dejar su hogar.

El gobierno, tanto nacional como de cada provincia, ha analizado estos factores y tomado acción al respecto, tratando de cumplir con el rol que el Estado debería ejercer y lleva años vacío. El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad reforzó la Línea 144, que se encuentra activa las 24 horaslos 365 días del año para brindar contención y asesoramiento a quienes estén en situación de violencia. Se agregó otra vía a través de Whatsapp, para recibir ayuda sin necesidad de llamar, escribiendo a las líneas 1127716463 – 1127759047/48.

Estas primeras medidas se tornaron insuficientes teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos la persona se encuentra vigilada continuamente por su agresor, imposibilitando el uso de la línea de ayuda telefónica. A raíz de esto, se implementó el código “Barbijo Rojo” en las farmacias del país: si la víctima se acerca pidiendo uno, la persona del otro lado del mostrador debe ayudarla automáticamente y ponerla en contacto con la Línea 144. Además, en la última semana, se decretó que si una mujer o persona del colectivo LGTTBI sufre violencia de género, estaráexenta de la cuarentena, es decir que puede salir de su domicilio para hacer una denuncia o pedir auxilio.

Los hogares de resguardo están más llenos que nunca y son imprescindibles. Si bien las políticas públicas deben ir dirigidas a que el agresor sea el que abandone el hogar, son un recurso de extrema necesidad y urgencia. Al aumentar efusivamente los casos de violencia, los hogares son un amparo que puede salvar vidas.

No está de más recalcar que el desfinanciamiento en materia de género y políticas públicas de los últimos años, tiene repercusiones en la actualidad. El Plan de Acción contra la Violencia presentado en 2016 proponía la construcción de 36 hogares a lo largo del país, pero nunca se ejecutó. Los hogares actuales no son suficientes y la mayoría se encuentra en malas condiciones. La cuarentena, además de dejar en evidencia la grave situación que viven las mujeres, desenmascara la realidad del ex gobierno neoliberal por la falta de políticas públicas para erradicar este peligro.

Si bien el gobierno actual sigue presentando medidas para la emergencia que supone la violencia de género, no son suficientes. Hay cuentas pendientes que hoy salen a la luz y presentan complicaciones a los avances en políticas de género que se deben implementar por las graves consecuencias que el coronavirus conlleva.

Las calles son, por excelencia, el escenario de disputa de los movimientos de mujeres, pero hoy el aislamiento obligatorio obliga a pensar nuevas estrategias para gritar por las que ya no tienen voz. Con cuarentena o no, la violencia de género sigue existiendo y hay millones de razones para seguir luchando. Se han organizado campañas de concientización a través de las redes sociales -hoy nuestra mayor vía de comunicación y contacto- y se ha convocado a “ruidazos” para que retumben en todas las casas. La propuesta es seguir haciendo bolonqui por aquellas que ya no están y por la liberación de todas.

La concientización es una de las consignas primarias de lucha. Las personas como seres sociales vivimos atravesadas por mensajes todo el tiempo, seamos conscientes de ello o no. Los discursos llenos de odio y maltrato crean un sentido común que hay que disputar constantemente. Los micromachismos son aquellas conductas naturalizadas en estos discursos que son percibidos en la cotidianeidad, y ejercen opresión sobre las mujeres. En este contexto, en el que toda la familia debe quedarse en casa, el hombre sigue manteniendo su posición de autoridad ante la mujer, que debe encargarse de los deberes hogareños. Delegar estos quehaceres, hace surgir la típica comedia de denigrar lo fáciles que son el rol y las tareas que se nos designan al nacer. O bien se nos sigue exigiendo que seamos las que nos encarguemos de todo en el aislamiento, pues el mantenimiento del hogar es nuestra “especialidad”. Chistes machistas y comentarios arcaicos en los grupos de Whatsapp son un entretenimiento en todas las pantallas. Es hora de abrir los ojos y abolir estos comportamientos que lo único que suponen es un retroceso en las luchas que seguimos dando. La constante cosificación es un factor que se agrava en esta situación y que no tenemos que dejar de denunciar.

Resulta indispensable una implementación plena de políticas públicas vinculadas a la violencia de género, tanto para erradicarlas como para concientizar a la sociedad y eliminar el sentido común machista que nos persigue y crea las condiciones para que nuestra opresión se siga perpetuando. Hoy más que nunca, debemos involucrarnos en la sociedad, crear redes solidarias y prestar atención a toda alerta que se despierte. La cuarentena no para de llevarse a las pibas. Hay que denunciar y dejar de lado el silencio tan particular que nos atraviesa. Cuidarnos en conjunto es esencial para la lucha contra la epidemia, la del coronavirus y la del machismo.

Que una emergencia no opaque otra.


* Estudiante de Licenciatura en Comunicación Social con orientación en periodismo en UNLP, redactor en Revista Trinchera
Rodrigo Coronel: “Si la escena pública está llena de incógnitas, hay una certeza inconmovible: la oposición no colabora”

Rodrigo Coronel: “Si la escena pública está llena de incógnitas, hay una certeza inconmovible: la oposición no colabora”

TIEMPO DE LECTURA: 8 min.

Revista Trinchera dialogó con el periodista, politólogo mexicano y editor en jefe de la Revista Algarabía, Rodrigo Coronel, quien analizó cómo está enfrentando México la situación de pandemia del COVID-19.


¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?

México estaba polarizado. Y sigue igual. Las posturas de la oposición al presidente López Obrador frisaban en lo neurótico, lo absurdo. Cada día, desde ciertos círculos políticos, alentados desde las cañerías del rencor y la nostalgia por el poder perdido, las arremetidas contra el gobierno subían de tono y bajaban en calidad; eran más ruines. El debate público se fue empobreciendo a un ritmo acelerado y de esa espiral pocos se desmarcaban.

Tampoco hacían algo mucho mejor los que defendían, acríticamente, al presidente. Éstos apenas recurrían a un puñado de manidos argumentos, uno más gastado que el otro. A veces, en medio de la vorágine, se confundían los gritos y desde las dos trincheras terminaban por gritarse los mismos insultos. Era como si la palestra pública se hubiera llenado de gritos y los argumentos de los pocos que querían hablar se fueran apagando poco a poco y apenas quedaran algunos murmullos.

El vehículo de la oposición cada vez se decantó con mayor intensidad; no eran los partidos políticos –desdibujados desde su rotundo fracaso en las últimas elecciones-, sino algunos empresarios y un puñado de columnistas.

Luego llegó la pandemia.

 ¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?

Irregular, errática incluso. Las primeras semanas de la pandemia estuvieron llenas de mensajes contradictorios. Si un gobierno local, afín políticamente al central, determinaba el quedarse en casa y evitar cualquier salida a la calle, el presidente aparecía en las redes sociales diciendo lo contrario y saludando a un centenar de personas sin protección ni distancia.

Puede decirse que el mensaje gubernamental tardó en cuajar; la coordinación no fue exactamente eficaz. Tardía podría ser otra de las características que aquejaron a las acciones del gobierno; mientras el virus se desplegaba con inusitada intensidad alrededor del mundo, las palabras del presidente se iban quedando pequeñas e insuficientes, a destiempo y a la zaga. Luego, las cosas tomaron su rumbo, el mensaje se encarriló y el presidente, poco a poco, fue haciéndose cargo de la coyuntura y la comunicación, gracias al involucramiento de Hugo López-Gatell, viceministro de salud, una figura clave en el tratamiento de la pandemia.

En todo aquél desastre comunicacional de las primeras horas, la oposición hizo su parte, fue tal el nivel de enfrentamiento y polarización al que llegó, que fue difícil discernir una nota real de una falsa.

El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud mexicano, Hugo López-Gatell, anuncia medidas contra el COVID-19.

 ¿A qué le atribuís la actitud adoptada por el gobierno?

Por un lado, el “estilo personal de gobernar” de López Obrador;  por otro, a la maldita circunstancia de la desigualdad mexicana.

Cada mañana, de lunes a viernes, el presidente sale ante los medios de comunicación de todo el país y dicta agenda, ninguna otra más que la suya. También habla de todo y un poco más. Cuando los chats familiares, las sobremesas y las charlas antes de dormir eran dominadas por el virus, el presidente insistía en sus temas; ello le restó puntos. Luego, cuando habló del problema, lo hizo tan desordenadamente, sin concierto ni estrategia, que su mensaje se perdió entre las muchas otras cosas que también dijo. De ahí la descoordinación y la insidiosa percepción de que las preocupaciones del presidente eran diferentes a las de los ciudadanos.

La desigualdad económica vino a continuación. Mientras el mundo entero mandaba a la gente a parapetarse detrás de su puerta, en México “aguantaban” la medida. Tenía sentido. Aquí son millones las personas que viven al día, que se buscan la vida en la calle, sin nada fijo, a la buena de Dios. Clausurar la calle era igual a cerrarles el grifo del dinero y que se las apañaran como fuera. No era una decisión sencilla. La disyuntiva sigue siendo la misma.

La cuarentena tiene visos de privilegio. Se encierran los que pueden, se la rifan todos los demás. Al final, otra vez, tiene que ver con los pesos y los centavos. La desigualdad sigue siendo la misma cabrona que enluta una casa y a otra la deja en paz.

¿Qué efectividad considerás que tienen las medidas adoptadas?

México ha abordado la pandemia de otra forma. Parece apostar a otras variables; tanto que durante un buen tiempo se abstuvo de aplicar pruebas de Covid-19 y desaconsejó el uso generalizado de cubrebocas, con algunas excepciones. Fueron a contrapelo del resto del mundo. Sinceramente, aún es temprano para saber si lo que hicieron, hablando estrictamente del sector salud, será eficaz o un desastre.

Naturalmente, los opositores al gobierno predicen, casi con morbosa delectación, un apocalipsis; los seguidores de éste apuestan a un final casi feliz –todos dan por sentado una complejidad sin precedentes-. Ya se verá si fueron genios incomprendidos o burócratas irresponsables.

¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?

El gobierno no cuenta con la oposición. Si la escena pública está llena de incógnitas, hay una certeza inconmovible: la oposición no colabora. A diferencia de otros países en el mundo, que han encontrado como imperiosa la necesidad de convocar a una tregua política, en la realidad mexicana esto es más bien ingenuo, incluso ridículo. No recuerdo un sólo mensaje de colaboración  o respaldo de la oposición para el gobierno. Al contrario, sólo saetas y críticas aviesas.

Pero, para ser justo, nada o muy poco esperamos de esa clase política. Su descrédito es lo suficientemente definitivo como para que ellos mismos cancelen su redención pública.

¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?

Pongámoslo así: el FMI dice que la economía mexicana caerá 6.6%; el propio gobierno mexicano estima que la caída será del 3.9%. Según la ministra de Trabajo, Luisa Alcalde, del 13 de marzo al 6 de abril, en México se perdieron 346 mil 878 puestos de trabajo, poco más de los que se crearon en el 2019.

En buen mexicano: se ve de la chingada.

¿Cómo repercutió la pandemia en el día a día del pueblo?

Los atascos viales, las aglomeraciones y el transporte público eran la normalidad de las ciudades mexicanas. Nada de eso queda. En la Ciudad de México, por ejemplo, ya no hay ese tránsito agobiante; tampoco vagones de tren a reventar, ni personas en tránsito. Es decir, ya nadie compra y pocos venden. El frenón económico ha sido brutal.

Son los pequeños negocios los más afectados; esos, precisamente, que iban al día. En vista de esta repentina dinámica, la improvisación ha sido su mejor aliada. Hay iniciativas dispersas que procuran la adquisición de productos fuera de las líneas de distribución de las grandes transnacionales; así, en algunos casos, se prefieren los mercados populares a los grandes almacenes, los restaurantes locales a las cadenas de comida rápida. En fin, una suerte de supervivencia comunitaria que se deja sentir en las ciudades.

¿Cuál es la percepción en las calles tanto de las medidas como de la situación cotidiana?

Tanto en las grandes debacles, como en los acontecimientos inéditos, el sentir popular mexicano suele ser de descreimiento. Un sentimiento, más que una creencia, de que todo es sólo una gran tomadura de pelo.  No es una certeza fincada desde la racionalidad, sino una pulsión subconsciente, automática, de desconfianza.

Para muchos, para más de lo que nos gustaría aceptar, el Coronavirus es una triquiñuela, algún peldaño en la escalera de un plan mayor, más complejo y exquisito, de fines desconocidos pero mezquinos. Un arreglo inconfesable de los de muy arriba para perjudicar otro plan, igualmente complejo y enrevesado.

Injusto sería decir que esta es una intuición mayoritaria, pero sería una mentira prescindir de ella para explicar la displicencia con la que algunos se toman la pandemia. En México, todos tenemos un tío o una tía a la que hemos escuchado decir: “Eso del Coronavirus es puro pedo, ¿cuántos conocidos tienes que se hayan enfermado?”.

No obstante, al margen de la cultura de la sospecha, pocos se han escapado de los rigores del momento. Entre despidos y reducciones del ingreso, la “conspiración” tiene su dosis de realidad.

¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?

Para un gobierno que ha hecho de las fuerzas armadas una aliada insustituible, su participación ha sido más bien anecdótica. Apenas algunas intervenciones de sus generales respaldando el plan del gobierno en lo que haga falta. En esta coyuntura, el protagonismo está en otra parte: los servicios de salud.

¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?

Dos, con urgencia. Fortalecer los servicios de salud, históricamente pauperizados por el neoliberalismo y la obsesión psicótica de sus gobiernos, y disipar las nubes negras que se ciernen sobre la clase media.

Los servicios de salud se perciben débiles, maltratados por malos manejos previos y su sistemático desmantelamiento. Se sabía, naturalmente, de su insuficiencia y difícil situación; en realidad, para nadie ha sido una novedad el hecho de que profesionales de la salud salgan de sus hospitales y marchen para exigir el equipamiento necesario para cumplir con sus funciones. No es una novedad, claro, pero no deja de ser preocupante percatarse, con descarnada precisión, la vulnerabilidad de nuestro sistema de salud. Pero, para ser justos, ninguno estaba preparado; esa, quizá, sea la más descorazonadora conclusión de esta coyuntura.

Para las clases medias, las cosas no son mejores. Sus fuentes de trabajo peligran y, peor aún, están ausentes del discurso del gobierno. Toda una generación de pequeños y medianos empresarios se enfrenta casi desnuda a lo que, se mire por donde se mire, es una debacle económica que será particularmente sañosa con su endeble constitución. Al menos en esto, el gobierno ha asumido un elocuente silencio: su prioridad no está aquí. La agenda, como ya se dijo, no es otra más que la del presidente; las demás pueden esperar. Pero en este rubro, no todo está dicho.

Carlos Romainville: “Desde hace mucho tiempo tenemos un sistema de salud colapsado y en vías de privatización”

Carlos Romainville: “Desde hace mucho tiempo tenemos un sistema de salud colapsado y en vías de privatización”

TIEMPO DE LECTURA: 8 min.

Revista Trinchera dialogó con el periodista Carlos Romainville, Radio Cielo de la República del Perú y Coordinador del Movimiento Alfa y Omega, quien analiza cómo está enfrentando ese país al COVID-19.

Carlos Romainville

¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?

El Perú es un país que esta siendo víctima de política neoliberales desde hace 30 años, por lo cual la situación, desde el punto de vista social, ya era bastante difícil por la desigualdad generada: un sistema de salud colapsado con una epidemia de Dengue que ya le había costado la vida a 25 conciudadanos.

Desde hace mucho tiempo tenemos un sistema de salud colapsado y en vías de privatización. Antes de que apareciera el COVID-19, Vizcarra había anunciado la entrega de hospitales importantes a la administración del sector privado.

Las políticas neoliberales también estaban avanzando en la privatización del agua, de la educación, en la flexibilización laboral y con paquetes de recortes en curso.

Si bien hoy la situación ha empeorado por la pandemia, lo cierto es que la actitud del gobierno para enfrentar al COVI-19, aún está enmarcada en esta lógica. Si bien en parte ha habido algunas medidas para tratar de palear la situación, lo cierto es que son muy pocas. Los grupos de poder -especialmente la banca-, siguen aprovechándose incluso de la crisis, lo cual en el fondo demuestra que Vizcarra es un gobernante que no tiene el poder ni siquiera para decidir algunas políticas serias.

Si bien es cierto que se han destinado algunos bonos con la finalidad de ayudar a pasar la cuarentena, éstos aún no llegan a esos bolsones de pobreza bastante serios que tenemos en nuestro país.

El Perú, además, ya se encontraba en una situación de avance de la pobreza, con un índice de de niños con anemia muy alto (aproximadamente el 43,5 %), un porcentaje similar de desnutrición y estando en el 2do lugar en América Latina en cantidad de casos de Tuberculosis. Con problemas serios de denuncias de contaminación minera y con conflictos sociales en casi todo el país, en general relacionados a problemáticas con el medio ambiente.

¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?

El Coronavirus encuentra al gobierno en una situación de bastante descuido del sector de la salud y con una proletarización de millones de peruanos. Esta situación hizo mucho más difícil al gobierno poder abordar los problemas que siguen siendo estructurales en nuestro país.

Lo que Vizcarra está haciendo es tomar algunas medidas para palear la situación, pero en las últimas declaraciones hubo un sinceramiento de que ya se rompió la posibilidad de cubrir la situación y han tenido que reconocer que va a haber mucha gente que va a morir en sus casas, otros en las calles, otros en los hospitales, porque ya se rebalsó la capacidad del sistema de salud. Incluso ha habido actos de corrupción en compras que se han venido denunciando.

¿A qué le atribuís la actitud adoptada por el gobierno?

El gobierno de Vizcarra en realidad es el de un presidente que no tiene un partido, que se maneja con algunos asesores y que verdaderamente es muy débil como para poder afrontar con firmeza las presiones que recibe por parte del sector empresarial que está en la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP).

La CONFIEP ha pedido al gobierno que se le dé la posibilidad de aplicar despidos masivos, afectando a los trabajadores. El gobierno disimuladamente había dicho que se oponía a ello, pero terminó aceptando. Quien en realidad manda en nuestro país es el sector empresarial y el bancario, que tienen el apoyo de los medios de comunicación.

¿Qué efectividad considerás que tienen las medidas adoptadas?

Creería que no se va a poder cubrir con las expectativas que se quisiera porque no tenemos ni los hospitales, ni las camas, ni los respiradores, ni lo que se necesita para enfrentar una pandemia. Si bien creo que ningún país estaba preparado para eso, el descuido aquí en el Perú ha sido verdaderamente alarmante. Las 500 camas que tenemos ya están utilizadas y esa situación está haciendo que muchos contagiados empiecen a tratarse en sus hogares.

Se está previniendo las muertes que van a venir por ellose han conformado comandos para armar fosas comunes. En Lambayeque se dice que ya están construyendo una. Ese tipo de medidas ya se están tomando. Incluso en algunas regiones se está diciendo que se para la atención se les va a dar prioridad a las personas más jóvenes que a los adultos. Por esto, la efectividad de las medidas no será la que prevé el gobierno.

Por otro lado, el respeto a la cuarentena, si bien es cierto que un gran porcentaje lo está cumpliendo,hay gente que (alguno por indisciplina) por su condición de extrema pobreza prefiere salir y arriesgar su vida para ganar algunos soles y de esa manera garantizarle el alimento a su familia. Hay que recordar que el Perú tiene un 70% de trabajo informal. Si bien el gobierno ha anunciado un bono de 380 soles (120 dólares aproximadamente), esto aún no llega, hay muchas trabas para que los independientes que han sido beneficiados (no todos lo han sido) puedan retirar su dinero del banco. Son paleativos que de alguna manera ayudan a un sector de la población pero no toda se siente beneficiada. Hay bastante descontento y mucha gente quiere salir a trabajar, pero ahora se va a multar y castigar a quienes violen la cuarentena.

Algo que está preocupando mucho son los penales, donde ya se están reportando muchos contagiados. Esperemos que hagan algo rápido. Además se suma la problemática de los Pueblos Originarios que es algo de lo que no se está hablando mucho aquí en el país.

¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?

No hay oposición en nuestro país. Y si hay algo de oposición, se aprovechó políticamente desde un sector de congresistas que están en campaña para las elecciones del 2021, y que han puesto sobre el tapete la situación de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

Si bien nosotros somos opositores a las AFP y queremos que desaparezcan, un grupo de partidos que no son necesariamente de izquierda (la mayoría son de derecha) está pidiendo el retiro del 25% de los fondos de las APF’s (cuyos dueños -en nuestro país- son los banquerosy que han venido perdiendo millones de soles en los últimos tiempos). Hoy hay una tendencia a que se devuelva algo de lo que se tiene. El gobierno no creo que apruebe el porcentaje que se está pidiendo, si bien ha dicho que va a tomar algunas medidas respecto de ello y que después de que pase la pandemia se plantearía una reforma a las AFP’s.

Por ser un gobierno de derecha y neoliberal sometido a los intereses de los organismos internacionales y muy especialmente a los intereses del gobierno de los EEUU, por ser parte del Grupo de los 12, no esperamos que pueda garantizarle al pueblo peruano los cambios que deberían darse. Hay debates que se están dando, pero del gobierno de Vizcarra es muy poco lo que podemos esperar. Está intentando, pero no tiene la fuerza para poder hacerlo. Los ministros que lo acompañan, la mayoría de ellos son de corte neoliberal y por lo tanto todo lo que se ha venido haciendo se hace pensando en beneficiar principalmente a los grandes empresarios más que a las PyMEs. Según se dice, se iban a invertir 30 mil millones de dólares, de los cuales solo 500 millones serían para las pequeñas empresas y el resto para las grandotas.

Hay que ver cómo reacciona la población después de todo esto, pero entendemos que estamos en una especie de prisión domiciliaria masiva, donde la prohibición de reuniones entre otras medidas, limita el accionar de los sectores populares organizados.

Se dice que esto se extenderá hasta el 26 de abril y desde ahí se volvería, poco a poco, a la normalidad, cosa que dudamos que suceda porque estamos en la etapa de ascendencia. Discursivamente se quiere echar la culpa a quienes no acatan pero en el fondo el problema es el sistema mismo que se ha venido aplicando en el país, que hoy en el mundo se ha demostrado que es un fracaso.

Esto no cambiará mientras no cambie la correlación de fuerzas (que lamentablemente aún siguen siendo de derecha en nuestro país) y no se cambien las leyes con que nos gobiernan, esa constitución espuria herencia de una dictadura. Lamentablemente la izquierda no está a la altura del tiempo histórico que le toca vivir.

¿Cuál es la actitud de los empresarios?

Como ya lo dijimos, si hablamos de los grandes grupos de poder (que están en la CONFIEP), ellos siguen buscando aprovecharse de la crisis y seguir haciéndose más ricos a costa del trabajo del pueblo peruano.

Del mismo modo, ¿Cómo están actuando los medios de comunicación?

Son pocos los medios de comunicación de confianza. La prensa alternativa o popular sigue haciendo su trabajo, algunos en las redes. Pero son contados con una mano los medios que tienen una postura al menos crítica.

Lo que sí hay es consenso, y en algunos medios grandes se dice es que las cosas no van a ser como eran y que van a tener que suceder cambios. Lo que hay que ver es de qué cambios hablan ellos y de qué cambios hablamos nosotros.

¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?

Hay muchas medidas que se podrían tomar. Lamentablemente es poca la esperanza de que esto suceda. Una de ellas podría ser el no pago de la deuda externa. El Perú paga, incluso hace pagos adelantados, y eso es verdaderamente inmoral.

Se podría recurrir a buscar soluciones verdaderas como la de apoyar al campesinado que hoy está perdiendo sus cosechas por falta de una planificación en medio de la pandemia, y se podrían facilitar las cosas para que los productos lleguen de manera más directa a los consumidores.

Otro tema sería la organización misma que podría adoptar la población, porque desde el gobierno es poco lo que se puede hacer porque Vizcarra es gobierno pero no tiene el poder. Lo que haga estará enmarcado en lo que sus amigos le digan. Está claro que gobierna para las empresas y los grupos de poder.

A 25 años del nacimiento de los HIJOS de la memoria

A 25 años del nacimiento de los HIJOS de la memoria

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Juan Martín Palermo*

El pasado martes 14 de abril se cumplieron 25 años de la creación de HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio). La agrupación está compuesta por hijos e hijas de detenidos-desaparecidos de la última dictadura cívico-militar, que exigen juicio y castigo a los genocidas. Desde su creación, la organización ha tenido un papel preponderante en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, llevando adelante acciones que permitieron, en tiempos de impunidad, visibilizar la lucha y no permitir que la llama de la memoria se apague.

En 1985, el juicio que encarceló a las juntas militares responsables del genocidio y del terrorismo de Estado, provocó unos años después levantamientos militares que dieron como resultado las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Luego, los indultos decretados en 1989 por el recién asumido presidente de la Nación, Carlos Menem, y que concedían la libertad a los represores que estaban encarcelados, dejaron al descubierto el momento de mayor impunidad desde el regreso de la democracia. A raíz de esto y en este contexto, nació la agrupación HIJOS en 1995.

El primer encuentro de la agrupación a nivel nacional se dio en Córdoba, en Río Ceballos. En un principio, fue un espacio donde muchos se encontraron con personas que habían vivido situaciones similares que hasta el momento nadie conocía. Muchos militantes no habían encontrado hasta el momento el espacio para reclamar lo que tanto buscaban y ahí lo encontraron. Cada vez se incorporaba más gente y a medida que llegaban, empezaban a contar sus historias. Comenzó a ser un espacio donde había lugar para el testimonio y esto se convirtió en una especie de ritual que se repetía cada vez que alguien se sumaba. Uno de sus militantes que presenció el inicio de la agrupación, decía que lo que querían era “encontrar los denominadores comunes” en los sentimientos, las ideas, en las historias, para crear un espacio que los contenga y exprese.

Este modo de organización fue creciendo junto con la agrupación. La discusión pasaba por la manera en que se iba a llevar adelante la lucha: si la pelea contra la impunidad era desde un punto de vista ético, sabiendo que difícilmente iba a hacerse justicia, o si la lucha a través de la acción iba a permitir “conseguir” lo que tanto anhelaban. Como se consideran “gente de acción”, optaron por la segunda opción. A partir de esto, tuvieron un objetivo claro y sabían cómo llevarlo a cabo. No se quedaban en el dolor, en la tristeza o en la bronca por todo lo que había pasado, sino que buscaban, con alegría y esperanza, que se haga justicia por la memoria de sus padres.

Al no garantizarse todavía el fin de la impunidad, optaron por una herramienta que hasta el momento era innovadora. La frase “si no hay justicia, hay escrache” pasó a ser una bandera de la agrupación. La idea de los escraches era poner en evidencia a la sociedad que los asesinos y torturadores estaban entre nosotros. Localizaban los domicilios o trabajos de los represores, y organizaban una movilización para alertar a los vecinos de que en su barrio había un responsable del terrorismo de Estado. 

El escrache viene del lunfardo y quiere decir “poner en evidencia algo que está oculto”. Pero los militantes además de poner en evidencia que ahí vivía un represor, creían en el escrache como un acto de justicia. La intención era empezar a crear conciencia de a poco en las personas del barrio o vecinos y que ellos mismos condenen a los genocidas cuando los vean en la calle.

El primer escrache que se organizó fue a Jorge Luis Magnacco, un partero de la ESMA que sometía a las mujeres detenidas a parir en condiciones aberrantes y que al momento del escrache trabajaba como jefe de ginecología en el Sanatorio Mitre. Se organizó una movilización hacia la puerta del sanatorio reclamando que echen a Magnacco y con aerosoles “marcaron” el lugar para dar cuenta de que ahí trabajaba un represor. Luego, en el mismo día, llegó el dato que el médico vivía a unas diez cuadras del lugar y decidieron marchar hasta su domicilio. Así fue como, espontáneamente, nació el escrache. Hasta 2008, la agrupación con sede en Capital Federal, había realizado más de 50 escraches. Entre los militantes y las personas que apoyaban su causa, se aprendió que se podía lograr una condena social ante la falta de condena judicial.

Uno de los escraches que más magnitud tuvo fue el realizado a Jorge Rafael Videla en el año 2006. Unas 10 mil personas se concentraron en la puerta del domicilio del genocida ubicado en el barrio de Belgrano, en Capital Federal, repudiando que se encontrara bajo prisión domiciliaria y no en la cárcel, destino que iba a tener tiempo después, luego de que el Estado se convirtiera en herramienta de transformación y decidiera la cárcel común para todos los responsables del genocidio. Se utilizó una grúa que se elevó hasta el quinto piso del edificio donde se encontraba el departamento de Videla para “hablarle de frente”. De la máquina, colgaba una bandera de unos cuantos metros, que tocaba el suelo y tenía los rostros de los desaparecidos. Se pronunció un efusivo discurso donde se lo insultaba y a su vez, aprovecharon la ocasión para mandarles un mensaje a los demás represores que seguían libres. “A donde vayan, los iremos a buscar”, gritaba el orador a unos 20 metros de altura.

Escrache a Videla

La casa de la Militancia-HIJOS funciona en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (Ex ESMA) y es el lugar donde se reivindica la lucha por la verdad y la justicia por los 30 mil compañeros detenidos-desaparecidos. Allí, donde funcionó el centro clandestino de detención, tortura y exterminio más grande del país, actualmente funciona la radio “La Imposible”, y propuestas de educación pública y gratuita como la Tecnicatura de Periodismo Deportivo, perteneciente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, entre otras.

(página oficial HIJOS capital)

En momentos donde era impensado que se cumpliera con el reclamo de Memoria, Verdad y Justicia, donde el neoliberalismo azotaba la economía argentina y la pobreza crecía y alcanzaba niveles sin precedentes, donde las empresas públicas se privatizaban y ante la apertura feroz de las importaciones, una gran parte de la población quedaba  desempleada,  donde los represores caminaban por las calles como si nada hubiesen hecho, la agrupación HIJOS y otros organismos de Derechos Humanos  como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo resistieron e hicieron visible un reclamo que pedía a gritos que fuese escuchado.

La llama de la memoria amenazaba con apagarse y con el reinado la impunidad para siempre. Hoy, 25 años después y gracias a la lucha, es una llama que nos emociona y nos llena los ojos de lágrimas cuando la miramos de frente. Y si de algo tenemos certeza, es que nunca van a permitir que se apague.


* Estudiante de Licenciatura en Comunicación Social con orientación en periodismo en UNLP, redactor en Revista Trinchera
La Migración centroamericana: Causas y desafíos

La Migración centroamericana: Causas y desafíos

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Por Pablo Jofré Leal*

¿Qué impulsa a millones de seres humanos a recorrer largas distancias, cruzar montañas, vadear ríos, trechos de selva, caminar bajo el calor húmedo o soportando lluvias torrenciales, abandonar sus hogares, su familia, el entorno social en el que viven, para buscar nuevos horizontes, mejores perspectivas de vida?

Cuando esta pregunta se hace con relación a los habitantes de la región centroamericana, las causas son múltiples y suelen ser campo de estudios económicos, sociológicos y políticos. Sin embargo, a pesar de los análisis, los diagnósticos y las políticas que han sido llevadas a cabo, para intentar variar esta situación de desangramiento de la población, generalmente, la población más joven de América Central, sigue siendo una realidad y seguirá aconteciendo, mientras las razones estructurales que permiten esta emigración se mantengan.

De los 35 millones de migrantes internacionales provenientes de América Latina y El Caribe, 17 millones de ellos proceden de Centroamérica, cuyo norte principal es arribar a Estados Unidos, teniendo a México como territorio de tránsito principal. En documentos elaborados por organismo internacionales como es la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) a través del titulado Atlas de Migración[1] elaborado junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) se constata, que la mayoría de los migrantes hacia Norteamérica provienen de México y del llamado Triángulo del Norte centroamericano, conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador. Migrantes, que en forma mayoritaria provienen de sus áreas rurales, donde se concentra la población con mayores carencias de esos países. La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcenas señala respecto a esto que “El 77% de los habitantes rurales en Guatemala son pobres, y la pobreza en Honduras afecta al 82% de los habitantes rurales, en El Salvador esa cifra es del 50%”. Cifras, que bajo el marco de la pandemia global del Coronavirus, indudablemente tienden a empeorar la situación.

Mientras los organismos mencionados llaman al estudio pero también al cambio, el énfasis de los países destinatarios de esos procesos migratorios (especialmente Estados Unidos) es intensificar el control y las prohibiciones, que impidan la migración de “indeseables, pobres, delincuentes y narcotraficantes” como han sido denominados, por el presidente estadounidense Donald Trump, en una clara discriminación a millones de personas, que buscan un mejor vivir. Es evidente que la migración tensiona fuertemente la política interna estadounidense, principalmente por las presiones a la que es sometida por los grupos de extrema derecha y en general la masa de votantes de Trump, renuentes a la diversidad y sobre todo dotados de una fuerte carga racista.

Donald Trump ve a los inmigrantes como enemigos, a los cuales “hay que disparar a las piernas o como lo dijo en el discurso a la nación del año 2018 “Durante décadas, las fronteras abiertas han permitido entrar drogas y pandilleros a nuestras comunidades más vulnerables. La inmigración ha permitido a millones de trabajadores poco cualificados competir por empleos y salarios con los estadounidenses más pobres”. Un discurso racista, que alienta la violencia y que no da cuenta del valor de esos inmigrantes, que según datos de la CEPAL el 70% de los centroamericanos provenientes del Triángulo Norte, que están en los Estados Unidos trabaja. Pero, así como aportan a la riqueza estadounidense, el 63% de ellos no posee protección social. Es decir aportan pero no existe reciprocidad. Personas, que además con sus remesas (15 mil millones de dólares el año 2019) permiten crear un circuito económico de mejora en los países mencionados. Envíos de dinero, que según la CEPAL, adquieren un rol preponderante debido, fundamentalmente, a la debilidad estructural de las economías receptoras, dejando en evidencia las razones y causas de migración.

Se verifica que en el caso centroamericano, la complejidad de los procesos migratorios ha aumentado, sobre todo por el número de migrantes en tránsito, retornados, deportados, menores no acompañados, políticas de contención fuertemente cuestionada por considerarse violatorias de los derechos humanos de las personas sometidas a prisión y resoluciones que termina con el impedimento de ingresar al país. Hoy, la migración se ha convertido en un tema sensible internacionalmente, de la más alta prioridad no sólo en América, sino también en Europa, África, Asia Occidental, entre otras zonas con conflictos migratorios migratorias que tensionan la relaciones entre los países, desatándose además crisis humanitarias, que han significado el incremento en el número de refugiados, el tráfico de personas y la muerte de miles de ellas tratando de llegar a sus destinos, ya sea en el Mar Mediterráneo, en la ruta de los Balcanes o en la frontera entre México y Estados Unidos.

El análisis fino respecto a los procesos migratorios, estudios como el señalado de la CEPAL y la FAO, informes de organismos defensores de los derechos humanos coinciden, que los factores principales que explican este éxodo, sobre todo del Triángulo Norte son: la violencia e inseguridad social en estos países, que los sitúan con los mayores índices de criminalidad y asesinatos. El Triángulo Norte de Centroamérica es la región más insegura en América Latina, según el informe ‘Estudio Mundial sobre el Homicidio’ de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Razones vinculadas a la reunificación familiar ya que muchos de estos migrantes tienen familiares directos que suelen ser un buen impulso para acometer estos viajes. El 82% de los migrantes que provienen del Triángulo Norte, tienen familiares en los Estados Unidos y esas redes son factores que sustentan la migración. Catástrofes naturales: terremotos, huracanes, sequías, avance de la desertificación incrementan la vulnerabilidad social de aquellas poblaciones que suelen visualizar, como única salida posible, la búsqueda de mejores horizontes.

Sumemos a lo mencionado, las crónicas crisis económicas de los países de origen, la desigualdad social abismal, donde la concentración de la tierra implica aumentar la pobreza rural de las familias con pedazos de terreno que no alcanzan para alimentar a sus familias. Otro punto concluyente refiere al cambio climático, donde en los últimos años, las plantaciones de café, frijoles, arroz, calabaza, plátano, maíz se han visto afectados generando altos niveles de desempleo, junto con afectar la producción de alimentos. La población rural dedicada a estas labores se ha visto forzada a migrar fuera de la región y a trabajar como mano de obra asalariada, ya que los efectos de los fenómenos climáticos se extienden en lo que se conoce como el “Corredor Seco Centroamericano”[2] que justamente abarca Guatemala, Honduras, El Salvador y parte de Nicaragua.

Este Corredor Seco, está viviendo una de las sequías más graves de los últimos 10 años, lo que implica que 3,5 millones de personas necesiten asistencia humanitaria. La inestabilidad política es, indudablemente, otro de los puntos a considerar, que obliga a buscar refugio frente al incremento de bandas, gobiernos corruptos, violencia, paramilitarismo, narcotráfico, entre otras. A la luz de los informes, la realidad descrita por los propios migrantes y el análisis comparado con otras migraciones, la modificación del actual curso de emigración, que deja a los pueblos campesinos sin su savia nueva, sólo puede tener un cambio modificando estructuralmente las razones que posibilitan esta migración.

Ello implica por trabajar e impulsar modelos y sistemas económicos sociales y políticos distintos a los que actualmente rigen estos países. Terminar con la violencia, las bandas criminales, el narcotráfico que usa a los países centroamericanos como lugares de almacenamientos y protección de la droga, que sale de los países andinos (Bolivia, Perú y Colombia) hacia el mercado norteamericano. Terminar con la dependencia política y económica, que permite el surgimiento de gobiernos sometidos a Washington y por tanto sujeto a sus políticas hegemónicas, que impiden los cambios que permitirían modificar el mapa actual de Centroamérica. Existen desafíos, sociales, económicos, ambientales, seguridad e institucionales en los países de origen de los migrantes, que su cambio impulsaría, no sólo el retorno de parte de su población (voluntariamente no deportada), sino también impedir, mediante la creación de un clima país virtuoso, la salida de millones de personas, indispensables para el desarrollo de sus países de origen.

Centroamérica, y en particular los países del Triángulo Norte, ha devenido en una subregión con profundas deficiencias y ello plantea desafíos, no sólo para esas sociedades y sus gobiernos, sino del conjunto de los países y gobiernos involucrados, además de los organismos vinculados a este tema, para abordar de manera profunda, estructural los por qué, las causas y responder con políticas adecuadas, que respeten los derechos humanos de esa población en forma principal.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Referencias:
[1] “La masiva migración irregular que hemos visto en los últimos meses es una consecuencia directa de la inseguridad alimentaria, las crisis climáticas, la erosión del tejido social y la falta de oportunidades económicas en las aldeas y territorios rurales de estos países”, explicó Kostas Stamoulis, Subdirector General del Departamento de Desarrollo Económico y Social de la FAO en el lanzamiento del Atlas.

[2] El Corredor Seco Centroamericano es una subregión de bosque tropical seco de Centroamérica, compartida por los países pertenecientes al NCA y Nicaragua (y en menor proporción por territorios en Costa Rica y Panamá). Se estima que la población de esa zona llega a 10,5 millones de personas, correspondiendo la mayor parte de esta a los países del Triángulo Norte o NCA (FAO, 2012)

Rutina

Rutina

TIEMPO DE LECTURA: 3 min.

Por Felipe Bertola*

Suena la alarma y entre bostezos y el aliento de un par de horas de sueño, se refriega los ojos lagañosos. Son las 9 am y no hace falta madrugar. Hace un tiempo que el horario dejó de tener sentido. Pero bueno, intentar tener una rutina ayuda a encarar mejor lo que queda, que pueden ser dos semanas o un año ¿Quién sabe?

Suspira fuerte y se da el primer empujón anímico para salir de la cama, primero apoya el pie izquierdo, eso sí que desapareció hace tiempo, ya no hay tal cábala en la vida. Por la ventana se cuela un pequeño pero cálido rayo de sol, mientras una cortina de tela flamea impulsada por una suave brisa de otoño. El despertador sigue sonando, recién ahora con un manotazo sin ponerle la vista encima lo apaga. Se pone unas pantuflas y encara para el baño.

Su ropa hace un tiempo que es la misma, lleva un pantalón de jogging gris clarito lleno de bolitas y una remera vieja desteñida; los pantalones de jeans hace tiempo que quedaron en el fondo del placard.

Se lava los dientes y mientras cepilla fuerte se ve en el espejo que tiene unas pequeñas manchas de sarro; por sus pensamientos pasan las mañanas anteriores. Su cara en el reflejo siempre es la misma, pero los parpados están cada vez más bajos. Deja el cepillo en su vasito y se lava las manos.  Se apoya sobre la bacha y se ve por última vez en el vidrio, toma aire inflando el pecho y lo deja salir por la boca. Apaga la luz y se dirige a la cocina.

Agarrando la pava por el mango y empujando con su panza, corre los platos sucios que quedaron de la cena, para que ésta quede bajo la canilla y poder tomarse los primeros mates del día.  Mientras el agua va tomando temperatura busca la yerba, que desde que arrancó este calvario es lo que más rápido se termina. También aprovecha a prende la radio que tiene en el comedor. Ahí hay una ventana amplia y por primera vez en el día ve el cielo, que justo hoy encandila de tanto celeste; mientras dos pájaros pasan volando. Ve la libertad al alcance de su mano, la siente. Sus labios se estiran haciendo una mueca triste y los ojos se le cristalizan. A Milagro Sala se le cruza una nostalgia en la mirada. Hace más de cuatro años que está privada de su libertad.

Cara 17 de abril se conmemora el Día Internacional por las Presas y Presos Políticos. Una forma de lucha contra el olvido, transmitiendo una memoria de los combates y recordando a todes les compañeres encarcelades.


* Periodista, columnista del programa No Se Mancha (Radio Estación Sur - FM 91.7) y de Hijos de 30.000 (Radio UNLP - FM 107.5), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
Martín Pastor: “La estrategia del gobierno de Moreno es echarle la culpa de todo lo que pasa a Correa”

Martín Pastor: “La estrategia del gobierno de Moreno es echarle la culpa de todo lo que pasa a Correa”

TIEMPO DE LECTURA: 18 min.

Revista Trinchera dialogó con el periodista ecuatoriano, Martín Pastor, acerca de la situación en la República del Ecuador, cómo se está enfrentando al COVID-19 y cuáles son las posturas de cada sector.


  • ¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?

La situación ya estaba bastante grave. Estaba deteriorada tanto política como económicamente.

En el aspecto político recordemos que veníamos de una jornada muy fuerte que incluso tuvo una sonada internacional en octubre cuando se dieron las marchas y protestas a nivel nacional. Incluso pararon al país casi por dos semanas. Recordemos que estas protestas se dieron a raíz de las reformas que quería hacer el gobierno por demanda del FMI: quitar subsidios a la gasolina y al diesel (que tendría un efecto directo sobre los consumidores, y que si bien en octubre parecía que se había resuelto, el gobierno para principios de este año, ya estaba nuevamente hablando sobre cómo iban a quitarlos. Si bien negociaron con los líderes indígenas -que eran los que lideraban los reclamos- no podían quitarlo de la mesa porque era una demanda del Fondo Monetario. En ese momento cayó lo del Coronavirus que disipó la temática.

Por esto el gobierno ya estaba desgastado, la popularidad y credibilidad de Lenin Moreno seguía cayendo y se encontraba entre el 10 y el 14 % dependiendo los sondeos.

Por otro lado, recordemos que este es año electoral (o era, aún no se sabe), entonces se estaba hablando sobre posibles candidatos.

En términos económicos el país ya presentaba un problema deficitario grave en la cuenta corriente, las reservas internacionales estaban ya muy bajas y el FMI advirtió que no iban a hacer el desembolso que tocaba para febrero si no hacían las reformas estructurales solicitadas. El gobierno estaba expectante a hacer esos cambios pero cayó lo del COVID-19.

Particularmente en el tema sanitario, la inversión en salud había venido cayendo desde 2017. Ese año la inversión fue de 305 millones de dólares, en 2018 bajó a 201 millones, y en 2019 bajó a 58 millones, siendo la inversión más baja en los últimos 11 años.

Si bien el sector salud previo al COVID-19 estaba muy deteriorado con recortes fuertes a personal y hospitales durante el 2018 y 2019. Incluso hubo declaraciones sobre la inutilidad de tener tantos hospitales, que era una crítica a los supuestos elefantes blancos del gobierno anterior. Como se puede apreciar, las eventualidades del COVID-19 muestran -justamente- el efecto de esta desinversión.


  • ¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?

Aquí deberíamos separar entre la actitud del gobierno nacional y el local. Desde el gobierno nacional desde que hubo la sospecha de un primer caso, ya existió falta de información, una postura clásica de este gobierno que es deslegitimar a toda información que cuestione al gobierno y atacándolo de ser una fake news o de ser propaganda del correismo, y a su vez negar todo.

Al principio mientras a nivel mundial había cifras muy bajas, ya sea en América Latina o en EEUU, aquí ya hubo un primer caso, que se trabajó de manera muy superficial y nadie sabía qué estaba pasando y luego estalló.

La actitud del gobierno ha sido de reservar la información, de contradecirse entre ellos mismos. Hay tres figuras claves que son parte de este proceso: Otto Sonnenholzner que es el vicepresidente y que es la cara del gobierno en el tema Coronavirus y que de cierta manera tomó la tutela del país. Lenin Moreno ya ni siquiera sale en las cadenas nacionales (que son pregrabadas). Muchos ven esto como una estrategia electoral ya que él es el candidato posible para un sector específico de la derecha ecuatoriana que está más atada a los sectores comerciales.

Por otro lado está la ministra de Interior, María Paula Romo, quien ya había sonado bastante durante las protestas de octubre, porque fue quien lideró la represión, el encubrimiento de muertes y la violencia que se vivió durante esas jornadas. Y por último está el Presidente.

El gobierno ya ha tenido problemas muy grabes en términos de imagen y de comunicación porque hay muchas demandas de subregistro de cifras. Son públicos los videos, imágenes y testimonios en primera persona de familiares sobre casos de personas enfermas, muertes no atendidas o cuerpos en las calles. Esto llegó a resonar a nivel internacional, pero el gobierno se ha enfocado en culpar a Rafael Correa y a su gobierno. Cada vez que se encuentran con un problema lo primero que hacen es culpar a Correa y luego tratan de excusarse por eso. Entonces si bien hay problemas en salud es por Correa, si hay problemas de esto es por Correa… Y los medios hegemónicos replican ese discurso.

A nivel de imagen el gobierno está absolutamente golpeado. Ya los mismos grupos que en algún momento apoyaron al gobierno de Moreno, ahora están críticos. De la manera que se ha manejado el gobierno, diría que es de las peores de América Latina. Ni siquiera optaron por salvar la economía, han optado por salvar a ciertos grupos económicos.


  • ¿A qué le atribuís la actitud adoptada por el gobierno?

Se podría analizar desde dos puntos. Por un lado diría que es un gobierno ineficaz y esto se debe a que no es un gobierno de personas preparadas para sus puestos, sino que son personas puestas para cumplir con sus intereses partidistas. Desde el vicepresidente hasta la ministra de interior y muchos de los ministros actuales, ninguno pertenece a Alianza País que es el partido que ganó en las urnas. Incluso muchos son de partidos que no ganaron nada y que de repente se encuentran con todo el poder en sus manos como el caso de María Paula Romo con su grupo “Ruptura 25”, que fue un partido que en las urnas no ganó nada y que ahora tienen puestos claves.

En segundo lugar, y al no estar preparados, hay gente que sabe lo que está haciendo pero por intereses de los grupos que mencioné anteriormente. Entonces el ministro de economía Richard Martínez (Alvadaro) donde todo lo que han hecho en esa materia es para satisfacer a inversores internacionales y a la banca privada, a los tenedores de bonos.

Por lo antes dicho, la actitud del gobierno responde a intereses que no son los del pueblo ecuatoriano, al menos no para responder a lo que implicaría una emergencia sanitaria.


  • ¿Qué efectividad consideras que tienen las medidas adoptadas?

Apenas se supo del primer caso se los puso en aislamiento. Fue una señora migrante ecuatoriana que regresó de Italia e hizo aquí turismo y al visitar a su familia contagió a todo su núcleo familiar directo.

Este caso lo menciono anecdóticamente. Si bien se lo ha tomado como el paciente 0, pero paralelamente -y aunque no se sabrá cual fue el primero en realidad-, en la ciudad de Guayaquil, en uno de los barrios más ricos del país, donde vive gente de la élite económica (el barrio Sanborondón), se realizó una boda con 900 personas donde participó la nieta del ex presidente (León) Febres Cordero. Estaba toda la alcurnia de Guayaquil en ese evento.

En esa fiesta se contagiaron muchas personas porque la chica había venido también de Italia. Incluso discursivamente hubo una discusión de quienes fueron los causantes del paciente 0, si fue esta señora de El Oro, de una provincia relativamente pobre, de migrantes, o si fueron estas personas con mucho dinero.

Luego de que se da el brote inicial, el gobierno al principio responde de forma muy pasiva, diciendo que ellos estaban muy preparados. Parecida a la actuación de Donald Trump en los EEUU: Que aquí no va a pasar nada, que todo está bajo control y que todas las medidas de seguridad y de salud están previstas.

Cuando empezó a crecer en forma exponencial el número de contagiados en Guayaquil, se percibió que el gobierno se asustó y las medidas que tomaron fueron muy bruscas y de repente lo que asustó también a la población. Han tenido medidas muy reactivas a cada problema que hemos tenido. Entonces cuando se declaró la emergencia sanitaria se prohibió paulatinamente el contacto social, el aislamiento fue muy paulatinamente volviéndose más restrictivo, al punto que este fin de semana se prohibió el uso de autos particulares. Hasta la semana pasada se podía utilizar una vez por semana, una semana antes se podía usar 2 días a la semana. Lo han hecho cada vez más restrictivo pero porque no se tiene claro qué está pasando

Como decía al principio, localmente hay 2 diferencias muy grandes entre Guayaquil y Quito. La administración de Guayaquil lo tomó a la ligera, no hubo ningún tipo de restricciones, incluso cuando ya estaba declarada la pandemia por la OMS y en América Latina ya estaba habiendo bastantes casos, y en Guayaquil se permitieron la realización de partidos de fútbol y de eventos masivos. En Quito en ese momento ya se había prohibido todo ese tipo de eventos a pesar de que en Guayaquil todavía no había ni un caso registrado en esa fecha.

En Quito el alcalde actuó de forma muy brusca, de un día para otro prohibió que la gente salga, y lo hizo un día a las 11 de la noche, entonces había gente que ni siquiera se enteró. Pero evidentemente esta respuesta de Quito ha sido mejor que la de Guayaquil, por más problemas que haya habido.


  • ¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?

La oposición ha actuado de una manera muy estratégica. Hay que tomar en cuenta que la “oposición” a Lenin Moreno en forma pública la ha criticado pero también han aprovechado para hacer campaña política (como comentaba del vicepresidente, son parte del gobierno pero les gusta presentarse como oposición). Han tomado de forma muy estratégica qué decir, cómo decirlo y cómo presentarse.

Cynthia Viteri, la alcaldesa de Guayaquil (que pertenece al Partido Social Cristinano), tuvo un problema muy grave que fue la prohibición de que 2 aviones humanitarios (uno de KLM y otro de Iberia) se llevaran ciudadanos europeos para Europa. Este problema diplomático se tuvo que solucionar desde la cancillería y Viteri debería haber ido a la cárcel porque lo que hizo está penado por el Código Penal, pero de forma muy cómica, al día siguiente, salió a decir en twitter que ella había sido diagnosticada con COVID-19 y que se iba a quedar en la casa, entonces salió de la palestra pública durante 2 o 3 semanas y reapareció recién este viernes 10 de abril. Utilizó esto para decir que todo lo que sucede en Guayaquil es culpa de gobierno nacional porque ella no estaba directamente enterada de lo que sucedía.

Jaime Nebot, que es el líder del Partido Social Cristiano y uno de los posibles candidatos a la presidencia en 2021, se ha mantenido muy, muy sigiloso, con muy pocas apariciones mediáticas. Está dirigiendo un comité cívico en la ciudad de Guayaquil y su posición es criticar al gobierno desde un punto de vista más social; ha tomado una posición más populista de criticar.

El candidato Guillermo Lasso, del partido Creo, directamente atacó al principio al gobierno diciendo que no estaban listos e inició una campaña para reunir fondos y puso dinero de su banco, que es el Banco Guayaquil, y dinero de su bolsillo, aproximadamente 330 mil dólares.

Posteriormente Laso comenzó a tener más apariciones públicas diciendo que no es momento de politizar el tema sino de unir las manos de todos los ecuatorianos y ponerse a trabajar juntos para salir de esta situación.

Por otro lado tenemos la oposición más “correista” que ahora se corrió del gobierno, que si bien sigue siendo dirigida por Rafael Correa desde el exterior. Desde este sector la posición es que el gobierno no puede seguir, que tienen que dar un paso al costado y dejar que alguien más asuma el poder en este momento. Incluso Correa ha propuesto que se nombre un nuevo vicepresidente que no importa si es de izquierda o de derecha, sino que no sea del gobierno actual, que luego Lenin Moreno renuncie para que ese vice asuma el poder de forma interina hasta las elecciones.

Este último sector trata de golpear al gobierno de todas formas y a la oposición de derecha, pero de manera más solapada. Desde el correismo se ha tratado de salir de este problema de manera constitucional.


  • ¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?

Las medidas más criticadas fue que ya cuando el Ecuador estaba en plena crisis, con todos los déficits que te mencionaba en salud y respecto de los reportes de muertos por COVID-19, el 24 de marzo el gobierno optó por pagar a los tenedores de bonos Global 2020 (324 millones de dólares) que sacó de las arcas públicas.

La justificación de pagar a inversores internacionales fue que si no pagaban no iban a tener nuevas líneas de crédito. El tema es que con otras instituciones como el BID, la CAF o el Banco Mundial, ya se tenía créditos aprobados. Si bien los bonos Global 2020 fueron puestos en el mercado en 2015, el llamado general era a que no se pague deuda externa como han hecho muchos países, incluida la Argentina. Ecuador optó por pagar esto.

Recordemos que en ese momento el riesgo país había superado por mucho a Argentina, que en teoría estaba en una situación económica mucho más grave que Ecuador, y bordea los 6 mil puntos. Al 8 de abril el riesgo país está en 4841 puntos. Los bonos de deuda se están cotizando en 21 centavos de dólar, entonces la situación es muy grave.

Posteriomente Ecuador tuvo que vender aproximadamente 7.5 toneladas de oro de las reservas para obtener otros 300 millones de dólares. Esa fue la crítica: pagaron 320 y pico de millones a bonos Global 2020 y dos días después tuvieron que vender esa cantidad de oro para supuestamente palear la crisis sanitaria.

Ahora el país está perdiendo aproximadamente 125 millones de dólares diarios por el parate en la industria. El país está en cuarentena general y sólo se permite trabajar a los sectores básicos como alimentación, salud y medios de comunicación. La situación económica está muy grave.

Entre las medidas económicas iniciales se prohibió que los empleadores puedan despedir gente, pero hay muchas denuncias de lo contrario. Pero los empleadores están usando la cláusula 6 del Código de Trabajo (artículo 169), que habla de que en caso de fuerza mayor. Sin embargo hay una mala interpretación de la Ley ya que el artículo implica que el caso de fuerza mayor debe hacer que la empresa se extinga. Este se utilizó en la época del terremoto, donde literalmente hubo empresas que desaparecieron, incluso sus edificios. Esto no puede ser una decisión unilateral  o de empleador y empleado, sino que tiene que ser dictaminado por la Corte Nacional.

Este artículo se está utilizando por dos razones: primero que el Ministerio de Trabajo está cerrado, entonces no hay forma de denunciar y las empresas se están aprovechando. Toda la función judicial del país está paralizada desde hace 3 semanas cuando se declaró la emergencia sanitaria (lo único que está funcionando es flagrancias). Las empresas están obligando a la gente a que firme sus renuncias o despidiéndoles, asumiendo que no van a tener que pagar despidos intempestivos.

Por otro lado las economías familiares ya se están viendo afectadas como en todas partes. Quienes pueden mantener el distanciamiento social y la cuarentena son las clases medias (también sería debatible), clases medias altas y altas, incluso sus trabajos les permite seguir haciéndolo desde el hogar y sin problemas las empresas siguen pagando sueldos y no sienten el efecto de esta situación, más allá de estar en casa y no poder salir.

Si se baja en los estratos sociales, la gente se ve obligada a salir. Incluso hay un reportaje a un hombre que dice que a él no le importa enfermarse porque sus hijos se mueren de hambre. Esta es la realidad de la gran mayoría de los ecuatorianos ya que estamos bordeando el 38% de pobreza, entonces mucha gente ya se ve en la obligación de salir. La informalidad se ha visto tan afectada que la gente ya está buscando formas, pero ya no hay quien les compre.

En el día de ayer (sábado 11) el presidente hizo una cadena nacional en la que se presentaron unas nuevas medias. Hay más, pero a grandes rasgos son 2: la primera es la conformación de un Fondo Nacional de Recuperación (un fideicomiso). La propuesta es que el gobierno no maneje ese dinero y nombre a un grupo de notables de la sociedad civil para manejarlo. Ese grupo direccionaría el destino de ese dinero a salud, alimentos y mantenimiento de puestos de trabajo. Se le va a dar dinero público a que lo manejen manos privadas, es la desinstitucionalización total del Estado.

Para financiar este fideicomiso se crearía un nuevo impuesto a los sueldos, entonces todo ciudadano del sector público o privado que gane más de 500 dólares, van a tener que aportar un porcentaje de su suelo (de forma progresiva) todos los meses.

Otra forma de financiamiento del fideicomiso será a través de un impuesto del 5% de sus utilidades para las ganancias de las empresas que ganen más de un millón dólares. Se hará en tres pagos mensuales para la cuenta de asistencia humanitaria. La crítica de este impuesto es que no son tantas las empresas que tienen estas ganancias, entonces en realidad la carga tributaria es hacia los trabajadores. O sea que mientras en el mundo se está buscando proteger a los trabajadores en Ecuador se toma de ellos un porcentaje de sus sueldos.

Por otra parte, durante este lapso de tiempo de Coronavirus, en el oriente hubo una rotura en el sistema de oleoductos transecuatoriano (SOTE) y en el oleoducto de crudos pesados (el OCP) producto de un deslave.

La empresa pública (PetroAmazonas) suspendió la producción en aproximadamente en casi 20 bloques petroleros, lo que es decir casi todos los bloques. Ante esto implementaron un plan de contingencia apagando los pozos y con un cierre técnico en los campos petroleros. Inmediatamente se declaró fuerza mayor lo que implica suspender la entrega de petróleo a los compradores que ya tenían contratos. Estamos con la producción petrolera sin producir al 100%.


  • ¿Cuál es la percepción en las calles tanto de las medidas como de la situación cotidiana?

En las calles la gente está asustada, hay mucha incertidumbre. Volvió a aparecer el regionalismo, desde Quito se dice que es culpa de los guayaquileños, que son ignorantes, que por qué siguen saliendo; pero en Quito se ve que la gente sigue saliendo a las calles. Hay sectores de clase que no se dan cuenta que hay gente que se ve obligada a hacerlo.

También hay gente que sale sin sentido lo cual es una gran irresponsabilidad. Tratan de burlar la cuarentena. Se da por la falta de información y por el miedo que se está generando.

Si bien el país tendrá que volver a abrirse en 2 o 3 semanas, el miedo es a qué va a pasar en la economía. Entonces la gente se está preparando, el consumo ha bajado, los bancos han propuesto créditos


  • ¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?

Al ministro de defensa, Oswaldo Jarrín, ni siquiera se le ha visto, pero las FFAA han tomado control de la ciudad de Guayaquil desde el regimiento Guayas. Han tomado a cargo la seguridad por sobre la policía nacional.

En general no se sabe qué va a pasar luego de que se abra el país. Se habla de que las FFAA van a seguir en las calles pero son sólo rumores. Lo que sí, han apoyado 100% al gobierno.


  • Más allá de las medidas oficiales ¿Cómo está haciendo el pueblo en general para sobrellevar esta situación?

Lastimosamente no lo están logrando porque la informalidad, quienes venden en las calles no tienen a quien venderle. A los mercados sólo puede ir una persona del grupo familiar y sólo puedes ir un día a la semana con el último número de tu cédula, lo cual también reduce el consumo, porque la gente no es que tiene mucho ahora.

La mayoría de los bancos han hecho una prórroga de 60 días sin intereses a los pagos de tarjetas de crédito y créditos de consumo, o la opción de refinanciar (que siempre ha estado presente). Entonces la gente está tratando de no pagar las tarjetas.

Ayer el presidente propuso una moratoria para el pago de renta (alquileres), pero ahora los arrendatarios no pueden echar a la gente de sus casas por falta de pago, porque eso caería en un delito penal que llevaría de seis meses a un año de cárcel.

En este escenario la gente está tratando de no pagar las tarjetas, de no pagar el arriendo, preparándose para ver qué puede pasar.


  • ¿Cuál es la actitud de los empresarios?

Hace dos semanas y de manera muy teatral (cosa típica de la cultura ecuatoriana), los sectores empresariales salieron de forma heroica a decir que ellos debern poner el hombro para el país y que iban a crear un fondo (el que comentaba anteriormente de Guillermo Lasso). La reacción de la gente fue de sorpresa, de mucha gratitud, incluso se los llamó héroes. Pero en las medidas que se presentaron ayer, esas donaciones no van a ser tomadas como deducibles de impuestos sino como crédito tributario. A groso modo pagaron sus impuestos por adelantado, no donaron nada.


  • Del mismo modo, ¿Cómo están actuando los medios de comunicación?

Los medios de comunicación tratan de parecer objetivos. Al principio criticaron al gobierno, pero han caído en esta nueva estrategia discursiva que es decir que no es momento de politizar sino de poner el hombro.

Esta semana se han mantenido al margen incluso de criticar al gobierno, cosa que sí se hizo la semana pasada y optaron por abordar la sentencia a Rafael Correa. Hay periodistas específicos que han criticado pero de forma muy general. Por el momento el aparato mediático sigue apoyando al gobierno aunque no como antes.

Lo que sí se les está dando mucha palestra a Guillermo Lasso y a los posibles candidatos, con mucho espacio para que ellos se presenten más como candidatos que con preguntas o cuestionamientos periodísticos.

La condena a Correa como tal cumple la función de Lowfare. En este momento y en este contexto es tratar de trasladar la atención de los medios a otro tema justo en medio de la crisis sanitaria y de esa forma apaciguar el discurso en contra del gobierno, retomar el discurso en contra de Correa e instrumentalizar ese discurso para decir que todo es culpa del correismo, de Correa, de la corrupción, etc. Es una forma de justificar la actuación actual del gobierno.


  • ¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?

Hay que tomar en cuenta que para el Ecuador esta es una situación muy grave porque no tenemos soberanía monetaria, entonces no podemos imprimir moneda para tener liquidez, lo cual nos pone en una situación de precariedad mayor que la de nuestros vecinos.

Por ende haber eliminado el impuesto a la salida de divisas fue el error más grande porque exacerbó la fuga de capitales y eso a este país lo mata porque nos quedamos sin dólares, sin liquidez. Si bien la CEPAL y el FMI advirtieron que América Latina está sufriendo la fuga de capitales más grande en su historia, Ecuador no hace nada por frenarla.

El sector privado tiene 27 mil millones de dólares en el exterior según el Banco Central de Ecuador. Lo primero que se tendría que hacer es disponer que se prohíba la fuga de capitales. El primer paso es cerrar esa opción.

En segundo lugar se debería intentar repatriar esos capitales ecuatorianos. Si bien el impuesto al trabajador es necesario en este momento, ese impuesto no tendría que ser al sueldo del trabajador sino a la ganancia y a la riqueza. Habría que cambiar el tipo de impuesto y que los que más tienen sean los que más pongan.

La banca privada, sólo el año pasado, tuvo aproximadamente 519 mil millones de dólares en utilidades, en ganancia. Y a un solo banco se le perdonó 18 millones en impuestos y en multas por falta de pago de impuestos. Y en 2018 hubo una moratoria donde se perdonaron 4.500 millones de dólares en multas intereses e impuesto especialmente a los grupos de poder, que son los que más deben. Entonces si no se pone una carga impositiva a las empresas y grupos de élite el país no va a tener fondos y ahí va a haber la justificación de tener más deuda externa y de empezar a aumentar la carga tributaria a los trabajadores y al pueblo. Hay que cambiar el tipo de impuesto y a quién se le carga.

Otra de las medidas es que se debería ser mucho más firmes ante los despidos a trabajadores. Que el fondo que se generó sea dirigido a las personas que lo necesitan y no a salvar a las grandes empresas, y cuidar a los médicos y al personal de la salud que es el que más se necesita ahora. El problema es que incluso los médicos están renunciando por el trato, por la falta de pago y por el peligro que corren. Si nos quedamos sin doctores entonces sí es imposible enfrentar una crisis sanitaria.

1