Revista Trinchera dialogó con la integrante de la militante del Partido de los Trabajadores del Brasil y miembro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, para analizar cómo está atravesando la pandemia del COVID-19 el pueblo brasileño.

¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?
Desde el inicio, el gobierno de Bolsonaro practica un discurso en contra de los derechos humanos, con declaraciones discriminatorias sobre diferentes grupos de la sociedad. Es un gobierno militarizado, con poca transparencia y coherencia;con una política direccionada a priorizar a una clase reducida de personas y sectores no populares. Alineado con las políticas de los EEUU y de Israel, tiene un gabinete llamado “el gabinete de odio”, que reproduce noticias falsas y intenta a través de técnicas de comunicación que utiliza la semiótica, la programación neurolingüística, las técnicas psicológicas de encuadramiento de masas a una cultura fascista.
Es un gobierno con una política económica de ajuste para los más vulnerables, que quita derechos sociales (empleo, salud, educación, etc.), que tiene ministros que fueron elegidos a dedo para conducir una necro política.
Por todo esto,la situación de Brasil empezó en términos totalmente desfavorables respecto a cualquier intento de priorización del pueblo. El cuadro previo ya era de una total falta de compromiso y de un desmantelamiento de los sectores populares.
¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?
De acuerdo con el sitio coronavirus.saude.gov.br, el Ministerio de la Salud de Brasil detectó neumonía de causa desconocida en China y el 3 de enero de 2020solicitó información a la OMS y el esclarecimiento de la situación.El 10 de enero fue puesto en funcionamiento el Comité de Monitoreo de Eventos del Ministerio de la Salud y el 16 de enero este Ministerio publica la primera información sobre lo que se sabía de la enfermedad y un Boletín Epidemiológico. El 3 de febrero se declara la Emergencia de Salud Pública de Importancia Nacional (ESPIN) y se realiza la primera reunión del Grupo Ejecutivo Interministerial en Salud Pública (GEI-ESPII). El 4 de febrero el Ministerio de Salud envía al Congreso Nacional el Proyecto de Ley de Cuarentena y entre el 4 y el 5 de febrero se aprueba. El 7 de febrero el Presidente de la República, Jair Bolsonaro, sanciona la Ley de Cuarentena y el 26 de febrero -en Sao Pablo- se confirma el primer caso de coronavirus.
Lo que pasó fue que eso ocurrió en pleno Carnaval que había empezado el 21 de febrero. Esto no fue noticiado cómo debería haberse hecho, priorizando la economía y banalizando la vida frente a la gravedad de la situación, por lo que el pueblo brasilero no se encontraba en estado de alerta y no se enteró de lo que estaba sucediendo como para tener la oportunidad de protegerse para lo que venía. En marzo, sólo se lanzó una aplicación para celular para informar sobre el Coronavirus.
¿A qué le atribuís la actitud adoptada por el gobierno?
Al total sometimiento y orientación de las políticas neoliberales de los EEUU. Porque el gobierno electo de ultra derecha vino con el propósito muy concreto de gobernar para la clase media, para los empresarios, para segmentos de la economía y para las iglesias neo pentecostales, y través de medidas provisorias y decretos redujo los derechos de la clase trabajadora, de los jubilados, de los estudiantes, etc. Un dato duro fue que en el primer año de gobierno, Bolsonaro editó 48 medidas provisorias de acuerdo con el sitio del Senado donde se constata el carácter de un gobierno que no prioriza a los más vulnerables, ni tampoco las políticas sociales, y sí los privilegios de quienes creen que la economía deba estar en primer lugar.
¿Qué efectividad consideras que tienen las medidas adoptadas?
Son muy efectivas para un porcentaje mínimo de la población que concentra riquezas, para las empresas, para el sector financiero, para un segmento religioso, y esto se comprueba a través del apoyo al gobierno de Bolsonaro por parte de los representantes de esos sectores. Pero para la gran mayoría de la población queda muy claro que aumentaron las desigualdades sociales, el nivel de desempleo y la pérdida de derechos.
¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?
Para contextualizar la respuesta, el Congreso de Brasil está compuesto por el Senado Federal (con 81 senadores, que representan las 27 unidades federativas, los 26 estados y el Distrito Federal) y la Cámara de los Diputados (con 513 diputados federales que representan al pueblo). La oposición en el Senado es de 23,5% y de 29% en la Cámara de Diputados. La oposición es minoritaria y no es nada fácil su actuación en las esferas del gobierno. Las fuerzas políticas juegan un papel fundamental en el tablero, pero cuando la correlación de fuerzas es desfavorable, el esfuerzo de articulación y negociación en la esfera gubernamental para no dejar que las políticas neoliberales destruyan los derechos conquistados por el pueblo, es un acto de resistencia.
¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?
Por increíble que parezca,el lunes 20 de abril el Senado votará la Medida Provisoria 905 que alterará la legislación del trabajo y cambiará para peor la vida del trabajador: flexibilizará las relaciones entre patrón y empleado, no garantizando los derechos adquiridos. Otro ejemplo es la Proyecto de Enmienda Constitucional 10, que en el artículo 9 permite que el Banco Central compre cualquier papel financiero privado (derivativos, papeles podridos y cualquier otro “crédito”) de cualquier institución nacional o internacional, en cualquier tipo de mercado, sin límite o control alguno, sin necesidad de identificar los créditos o su condición.
En el artículo 10 se prevé que el Tesoro Nacional entre con 25% del dinero para la compra de esos papeles. Entonces los daños al Banco Central son integralmente transferidos al Tesoro Nacional. Con esos ejemplos puede considerarse que el nuevo escenario puede ser usado como oportunidad para reducir los derechos del pueblo y apoyar al sistema financiero. María Lucia Fattorelli, Coordinadora Nacional de la a Auditoria Ciudadana de La Deuda, hace una alerta al respecto, de acuerdo con el sitio auditoriacidada.
¿Cómo repercutió la pandemia en el día a día del pueblo?
Brasil es un país caracterizado por una brutal desigualdad social. Ese virus ataca directamente a los más vulnerables: los que no tienen acceso a ítems de limpieza, no tienen acceso a saneamiento básico, muchas casas no tienen cloacas adentro, muchas villas son súper pobladas; es decir que el impacto en el día a día expresa que las dificultades, que ya no eran pocas, ahora se agravan más. Eso sin contar la pérdida de empleos que fue del 11% y que el 56% de la población debe atrasar el pago de deudas, de acuerdo con una encuesta realizada por el BTG Pactual y FSB Pesquisa el 1 de abril.
Por otra parte, en el ámbito educativo, se tuvo que recurrir a clases virtuales, aunque algunas escuelas cerraron sus puertas sin dejar alternativas para los alumnos. La logística del abastecimiento de las familias, también sufrió daños. Muchos movimientos sociales empezaron a ayudar a los pobres con donaciones de artículos de limpieza, ropa y comida. Los mayores tuvieron que aislarse para no contagiarse, ya que son parte de la población con alto riesgo de contagio junto con diabéticos, hipertensos, personas con inmunodepresión, y otros casos que se juntan a esos.
¿Cuál es la percepción en las calles tanto de las medidas como de la situación cotidiana?
Todavía el gobierno de Bolsonaro cuenta con un apoyo popular del 30%. El proprio presidente conduce el discurso ideológico del terraplanismo, del negacionismo, del escepticismo y hace que la pandemia sea llevada por esa parcela de la población con desprecio y banalización. Eso se traduce en el desentendimiento de las orientaciones de la OMS. Bolsonaro es un mal ejemplo y atiende al clamor de los industriales, comerciantes, sectores financieros e iglesias que tienen interés de volver a la vida cotidiana, a contramano de lo que está siendo practicado en el mundo. Eso sin contar el llamamiento para hacer apariciones en las calles en protesta al asilamiento social. Hasta ayer, Brasil tenía 36.599 casos confirmados de coronavirus y 2.347 muertos con una taza de letalidad del 6,4%. Esos resultados están subestimados ya que de una población de 208 millones de habitantes, solamente fueron testeadas 62.985 personas, de acuerdo con el sitio worldometers. Es muy difícil, preocupante y confusa la percepción de lo que está pasando porque el mandatario del país, que debería estar comprometido con la vida del pueblo, eligió priorizar la economía.
¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?
Las FFAA en Brasil tuvieron un papel fundamental en la dictadura cívico-eclesiástico-militar en Brasil y este gobierno se identifica claramente con la ideología de la tortura. Tal es así que el ídolo del presidente Bolsonaroes el torturador Ustra, la persona que torturó nada más y nada menos que a la ex Presidenta Dilma Rousseff. No hay mucho más que decir porque por sí solo, eso ya define la principal característica de este gobierno. Las Fuerzas Armadas no están poniendo el cuerpo en las calles ayudando en el control de la movilidad, ni controlando las fronteras, ni tampoco están cooperando en la logística, ni en los hospitales. Básicamente no están siendo parte de la lucha contra el coronavirus.
Más allá de las medidas oficiales ¿Cómo está haciendo el pueblo en general para sobrellevar esta situación?
En Paraná los asentamientos y campamentos del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Terra (MST) se movilizaron y donaron 45 toneladas de alimentos para hospitales, hogares de ancianos y familias carentes. También donó 500 toneladas de alimentos a las víctimas de Eldorado do Carajás en Pará. Y sigue donando productos agroecológicos demostrando que la crisis alimentaria tiene solución sin el agronegocio.
La Central Única de las Villas lanzó una campaña virtual #FavelaContraOVírus para recaudar dinero para ayudar a las villas con alimentos y productos de higiene. La Organización Redes da Maré, en el Complejo da Maré, que es un conjunto de villas con 140 mil habitantes en Río de Janeiro, está colectando donaciones para distribuir entre los habitantes de ese lugar. La Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil también hicieron una campaña virtual para recaudar plata y distribuir entre los pueblos indígenas alimentos y artículos de higiene y limpieza. El MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo) creó un fondo de emergencia para ayudar en la compra de alimentos y de productos de higiene para la población sin techo de varios estados brasileños. Esos son algunos de los ejemplos de la sociedad civil y de los movimientos sociales que se están organizando para ayudar a las personas. Pero lo que pasa es que todo eso es muy poco en relación a las demandas. Y también es importante decir que en durante este gobierno, aumentó muchísimo el número de personas que vive en la calle, por lo que también aumentaron las demandas sociales. El pueblo sigue intentando sobrevivir y resistir por otras vías sin pasar por la ayuda humanitaria del gobierno.
¿Cuál es la actitud de los empresarios?
Para tener en cuenta de cómo la cosa camina el grupo Havan, del empresario Luciano Hang, uno de los principales aplaudidores de Bolsonaro, suspendió el contrato de trabajo de 11 mil empleados, la mitad de todos los empleados del grupo. El sector está más preocupado por ahorrar y no sentir el impacto económico que mantener los empleos como forma de garantizar la subsistencia de sus empleados. Esa es la política que Bolsonaro propone flexibilizando las relaciones de trabajo y favoreciendo a los dueños de las grandes empresas por los trabajadores. Por ahí sigue la mayoría de los empresarios, apoyando el desentendimiento del asi lamiento y promoviendo el caos social con el incumplimiento de los derechos del trabajador.
Del mismo modo, ¿Cómo están actuando los medios de comunicación?
En Brasil, los medios tradicionales siempre cumplieron el papel de desinformar y favorecer así a sectores concentrados de la sociedad y a otros sectores económicos y religiosos. Son como partidos políticos que manipulan los datos de acuerdo con sus intereses y los intereses de sus aliados y distorsionan la comunicación. Los medios alternativos son los que siempre dieron una contribución muy importante para frenar las noticias falsas, romper el cerco mediático, diseminar la verdad y para que el pueblo sepa de lo que realmente pasa en los bastidores de la política que no llegan a conocimiento público.
¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?
En este gobierno no se espera nada diferente a lo que se ha visto hasta ahora. La salida es el fortalecimiento de la sociedad.Los frentes Brasil Popular y el Pueblo Sin Miedo, junto a movimientos sociales, populares y estudiantiles, centrales sindicales, partidos políticos, tradiciones religiosas y entidades de la sociedad civil, firmaron un documento ayer para el lanzamiento de una plataforma de emergencia para enfrentar la pandemia y la crisis brasileña.
La intención de esa Campaña es movilizar al pueblo para concientizar sobre la barbarie que está atravesando Brasil con este desgobierno y presentar propuestas para la salida a esa situación insostenible. Con esto se abrió una cuenta para las personas firmen pidiendo la salida de Bolsonaro y su gobierno y en defensa de la vida. Pero también para llamar a la población para tener elecciones directas, pero dentro de la ley, con transparencia y sin campañas de noticias falsas y elecciones manipuladas.
También como una acción de resistencia y ayuda, el neurocientífico e investigador Miguel Nicolelis creó un Proyecto llamado Mandacaru (una especie de cactus que da flor pero en pleno sertão de Brasil), una red voluntaria y solidaria para proponer acciones científicas en contraposición a la oscuridad y el negacionismo de la ciencia en Brasil. Ese proyecto está vinculado al Comité Científico del Nordeste para el enfrentamiento del COVID-19, donde Nicolelis es uno de los coordinadores. Ese comité está vinculado al Consorcio Nordeste, que es una iniciativa conjunta de los gobernadores, para proponer acciones en diversas áreas, pero ahora fundamentalmente para controlar la pandemia.
El canal de Youtube del Partido de los Trabajadores está haciendo entrevistas con parlamentarios y personas del medio académico y científico, reuniones y plenarias, para dar al pueblo una alternativa comunicacional, pero también de formación política. Los canales Rede TVT, Brasil de Fato, Fundación Perseu Abramo, Movimiento Sin Tierra, y otros tantos buenísimos canales comprometidos en hacer una comunicación transparente y fiel a los hechos de la historia, son ejemplos que hacen que la esperanza no muera y que vidas puedan ser salvadas a través de la solidaridad, el compromiso con la democracia y el estado de derecho. Pero también la construcción de un Brasil más justo, menos desigual e inclusivo.