TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

por Nicolás Sampedro*

En la última semana se han visto movilizaciones en distintas partes del mundo. Movilizaciones donde se repudiaban las políticas del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, respecto de la Amazonía.

Sucede que un porcentaje muy elevado de lo que es conocido como el “pulmón del mundo” se está incendiando hace más de 20 días y recién en esta última semana el mandatario brasileño parece haberse enterado.

A decir verdad, esta afirmación sería incorrecta, porque a principios de agosto, Bolsonaro despidió al director del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, Ricardo Galvão, luego de que éste hiciera público un informe del instituto donde se pone de manifiesto el avance de la deforestación de la selva amazónica.

La actitud del mandatario no debería asombrarnos, dado que, al igual que su jefe del norte, no cree en el Cambio Climático; no cree que las consecuencias del sistema de producción y consumo del capitalismo estén generando la destrucción del platera, la extinción de especies animales y vegetales.

Si bien los incendios en la Amazonía no son nuevos ni propiedad del gobierno del Mesías, sólo en el mes de julio, se deforestaron 2.254 kilómetros cuadrados[1], casi la misma superficie de un país como Luxemburgo[2].

Quienes se relamen ante esta situación son las empresas del agronegocio y las mineras, deseosas de explotar los territorios de la selva amazónica para hacer cuantiosos negocios a costa del sufrimiento ajeno. Bolsonaro tiene la descabellada idea de legislar para que parte del Amazonas pueda ser explotado para este tipo de producción primaria.

De allí su desconocimiento de los derechos de las comunidades originarias y campesinas que habitan ese territorio. Más de “34 millones de personas, incluidas 385 comunidades indígenas[3] que permanentemente denuncian que están devastando sus territorios y que -literalmente- los están pasando por encima[4].

En varios países del mundo se han dado muestras de preocupación por lo que acontece en Sudamérica. No sólo con declaraciones oficiales como las de Alemania, Noruega, Francia, o la propia Organización de Naciones Unidas, sino fundamentalmente los pueblos, que mediante las redes sociales y con movilizaciones en las sedes diplomáticas de Brasil pusieron en la agenda mediática la tragedia que se está viviendo[5].

La pregunta que surge ante este hecho movilizador es: ¿Cuán hipócrita es el ser humano? Más allá de que seguramente gran parte de estas iniciativas tienen un alto grado de conciencia por las implicancias que tendría para el planeta ¿Cuántos y cuántas se cuestionan la causa principal del deterioro climático? ¿Qué acciones globales hay para cambiar las lógicas de producción y de consumo del sistema capitalista que en definitiva es lo que está poniendo en serio peligro la supervivencia del planeta?

Hace 27 años el estadista y líder revolucionario Fidel Castro Ruz ponía de manifiesto la problemática y enfatizaba en la necesidad de tomar medidas urgentes si queríamos salvar a la especie humana de la extinción.

Fidel señalaba que “si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción hay que distribuir mejor las riquezas y las tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra.

No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para el desarrollo sostenible sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre”[6].

Los debates sobre la problemática ambiental han sido históricamente ninguneados incluso por sectores a los que se podría llamar compañeres. Salvo un puñado de organizaciones sociales, intelectuales y líderes políticos, los poderes fácticos del planeta han logrado, con la complicidad de los medios de comunicación, minimizar o desviar la discusión sobre este problema.

Si el ser humano sigue en su antropocentrismo y no hace lugar a los planteos de las comunidades originarias y campesinas, a los reiterados pedidos de mandatarios como Evo Morales para garantizar mundialmente los derechos de la Pachamama; si los acuerdo supranacionales como el de París, quedan sólo en la letra muerta de un papel, las consecuencias serán irreversibles y el sufrimiento no sólo será para la gran mayoría de la humanidad, sino para todas las especies que habitan este mundo.

En la XV Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU de 2009 en Copenhage (Dinamarca), otro de los grandes estadistas y revolucionarios que nos regaló este momento histórico, Hugo Chávez, comentaba algunas de las frases pintadas en las paredes o en pancartas que le habían llamado la atención mientras se dirigía a la sede donde se llevaría a cabo ese evento.

Si el clima fuera un banco ya lo habrían salvado“, replicaba el comandante con gran tino haciendo alusión a lo que sucedía en ese momento, luego de la crisis financiera de 2008, en el que grandes bancos fueron “rescatados” por gobierno como el de Barack Obama.

El capitalismo humano no existe. El capitalismo es la explotación del hombre (y el medio ambiente) por el hombre. Si no tiramos abajo este sistema patriarcal, racista, antropocéntrico e injusto la supervivencia de la especie humana estará condenada al fracaso. Las pintadas en calles de Copenhage citadas por Chávez, resurgen como el ave fénix y deberían convertirse en un grito a una sola voz: si quieren salvar a la humanidad, “No cambien el clima, cambien el sistema”.


* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio UNLP), productor del programa Columna Vertebral (Radio Estación Sur - FM 91.7), columnista del programa La Marea (Radio Futura – FM 90.5) editor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Bibliografía:
[1] https://www.telesurtv.net/news/brasil-alerta-deforestacion-bosque-amazonia-bolsonaro-20190807-0039.html
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Luxemburgo
[3] https://www.telesurtv.net/news/bolsonaro-brasil-amazonia-peligro-20190820-0003.html
[4] https://www.cronista.com/internacionales/La-deforestacion-del-Amazonas-llego-a-4000-km2-el-ultimo-mes-20190804-0026.html
[5] https://www.telesurtv.net/news/protestas-mundo-defensa-incendios-amazonia-20190823-0016.html
[6] https://www.youtube.com/watch?v=LXY8epxirRg

1 Comment

  • Carlos

    Buen artículo compa. Sumaría al debate las declaraciones de Macron con la intención de “internacionalizar” la amazonía, recubriendo su intención bajón un mantón ecologista resurge viejas intenciones coloniales (tanto de europa como EEUU) de manejar este territorio en pos de un control geopolítico tanto de recursos (agua, biodiversidad, petróleo y minerales) cómo también de importancia injerencista. https://www.google.com/amp/s/www.bbc.com/mundo/amp/noticias-america-latina-49491744 , paso este artículo de la BBC (lo más rápido que encontré desde el celu) para por ahí también empezar a tenerlo en cuenta. Abrazo grande cumpa.

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