La esperanza, nuestra Trinchera

La esperanza, nuestra Trinchera

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El sistema mundo llamado “modernidad” se hunde. Cada día que pasa, con cada decisión que toman sus promotores, se agigante la grieta y tambalean algunos de sus pilares. Todo ello sucede pese a que se busque por todos los medios posible intentar evitar el colapso y revertir la situación.

Los norteamericanos y sus corporaciones, grandes ganadores del descalabro de las últimas décadas, toman cada oportunidad que tienen para pisarle la cabeza a propios y extraños a sólo fin de seguir conservando su hegemonía planetaria, resquebrajada, puesta en duda, y que difícilmente puedan sostener, si es que aún existe.

Lo hacen de diversas maneras y en diferentes tonalidades, pero no tienen piedad con nadie. Llevaron a Europa (a la OTAN para ser más precises) a una guerra con Rusia, aunque saben que difícilmente la ganen en el campo de batalla (obviamente los EEUU no ponen muertes, sólo los europeos).

Lo hicieron previamente en Nuestra América, fomentando el endeudamiento de muchos países; y lo siguen haciendo ahora bajo presiones de todo tipo para que nos acoplemos a su ideario de mundo, y a cumplir con sus metas.

Lo hicieron y lo hacen con África, promoviendo golpes, instalando nuevas bases militares, incentivando la división de sus pueblos y el enfrentamiento entre hermanes.

El dominio occidental está, permanentemente, volviéndose más desquiciado, beligerante, autoritario y criminal. Ante la imposibilidad de revertir el desastre económico, productivo y social, sus únicas herramientas parecen ser las operaciones mediáticas, la estigmatización, la persecución, la criminalización y en donde todo confluye: la guerra.

Hace algún tiempo ya que hemos venido insistiendo en que el imperialismo norteamericano le declaró la guerra a perpetuidad a los pueblos del mundo. Y hasta el momento no se ha podido determinar hasta qué punto estarán dispuestos a llegar.

Las cosas por su nombre

El mundo vive un gran parate. Como lo afirma García Linera el neoliberalismo sólo nos propone volver a la Edad Media y hostiga nuestro intelecto pregonando el miedo y la incertidumbre a través de cuantiosas campañas y operaciones de prensa y por redes sociales. Fagocitan el odio, buscan permanentemente el enfrentamiento entre hermanes, alientan la desesperanza, el rencor y la violencia como forma de canalización de las múltiples inconformidades que ellos mismos generan y pregonan.

Ante este complejo escenario, las fuerzas progresistas y populares que vuelven a ganar elecciones y a “controlar” los gobiernos nacionales en Nuestra América se encuentran ante el inmenso desafío de gestionar la cosa pública siendo atacados por todos los francos posibles. Y, lastimosamente, ante estas agresiones las respuestas que se han generado están bastante flojas de papeles.

A los errores (por no decir horrores) propios se suman infinidad de obstáculos que dejaron los gobiernos neoliberales, llámense deuda externa, depreciación de salarios, persecución político-mediático-judicial, trabas judiciales a políticas públicas, y un sinfín de etcéteras.

Pero el punto es que tampoco se le está encontrando el agujero al mate. Aún no hay una propuesta de futuro que realmente interpele a las grandes mayorías. Conceptos como revolución, socialismo, comunismo, comunidad, organización, militancia, patriotismo, son permanentemente agredidos por los enemigos de los pueblos y rara vez defendidos con énfasis por quienes asumen la tarea de conducir esas expresiones populares llegadas al gobierno.

Canto a la rebeldía

Quizás el problema radica en que, producto de la reproducción del individualismo al que estamos sometidos y con el cual nos formaron, se perdió el sentido colectivo, de comunidad, de hermandad. Importa más lo que diga o haga un referente o una referenta que lo que se pueda construir colectivamente como alternativa o salida común.

Obviamente hay excepciones, como en todo, pero lamentablemente no es la regla. Todo a nuestro alrededor parece estar cargado de energías negativas, de imposibilidad y parálisis. Y el medir todo desde la óptica individual refuerza ese precepto, ese sentir.

Quizás sea hora de dejar de pretender que algún iluminado o alguna iluminada nos saque del infierno al que nos dirigimos. Quizás sea hora, como se ha afirmado tantas veces, de que cada une de nosotres, desde nuestra individualidad, nos predispongamos a sumarnos a un algo colectivo; de que desde nuestros saberes y percepciones intercambiar ideas y generar propuestas colectivas; de ser nosotres quienes busquemos marcarles el camino a quienes circunstancialmente tienen la difícil tarea de gestionar la cosa pública. Quizás sea hora de volver a cantarle a la rebeldía.

Una trinchera de futuro

Inventemos o reinventemos lo nuevo, lo alternativo a esto que existe. Discutamos, pero discutamos de todo. Formémonos. Resignemos parte de nuestro tiempo de ocio y de nuestras comodidades para abonar a ese algo colectivo, de hermandad entre iguales. Reconstruyamos esa esperanza que pretenden quitarnos.

Aunque nos sea difícil, aunque también genere angustias, aunque no lo podamos resolver en lo inmediato, ahora, ya. Que la construcción colectiva sea nuestra trinchera de futuro. Aportemos desde donde podamos para que no nos roben la esperanza de un futuro mejor.

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Ante el desmantelamiento del Estado, crece la conflictividad en Uruguay

Ante el desmantelamiento del Estado, crece la conflictividad en Uruguay

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De conflictos

El mes de agosto ha tenido un nivel alto de conflictividad con marchas, protestas y concentraciones tanto ante Presidencia como ante el Parlamento. Se reclamó por el homicidio de un artesano donde la policía se lo llevó detenido y apareció muerto por sobredosis, según los agentes, pero familiares y amigos acusan a la policía por su deceso. 

La Asociación de Cultivadores de Cannabis (ACCA) se manifestó frente al edificio de Presidencia para reclamar por la persecución que desde el Ministerio del Interior se realiza a cultivadores, clubes cannábicos y consumidores de marihuana.

La ley de 2012 protege la identidad de los cultivadores y sus direcciones, pero en una embestida del extinto ministro del Interior Jorge Larrañaga, el Estado se ha saltado sus propias leyes y ha encarcelado a personas que ni siquiera configuran delitos y no alcanzan el grado de falta. Se apunta al narcomenudeo con la excusa de un combate al gran narcotráfico. Donde en otros países se ha demostrado más de una vez que fracasó dicha política. La consigna de la marcha fue “No más presos por plantar”. 

Por su parte, la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) marchó denunciando que el gobierno de Lacalle Pou no solo ha echado a discreción a varios funcionarios estatales por causa del escaso presupuesto sino que ha colocado funcionarios “a dedo” como se dice coloquialmente.

Los gremios de la educación también se manifestaron en contra de la rendición de cuentas y por el proyecto que el Ministro de Educación Pablo Da Silveira develara. El mismo, es un plan piloto para desarrollar el año que viene en algunos centros educativos y a implantarse a nivel nacional en 2023. 

Este proyecto implica una reducción en la diversificación de los bachilleratos secundarios, donde se reduce la oferta educativa al campo tecnológico, de medicina y arquitectura. Las humanidades y las artes quedan relegadas a su mínima expresión y priorizando así, una educación con objetivos marcados por el mercado.

Los 34 artículos sobre educación que se incluyen en la LUC son un ataque directo a los sindicatos. Pretende un poder de mando y autoridad jugando con el imaginario colectivo, abonado por la propia derecha, de que los sindicatos son omnipotentes.

En la LUC se reduce la participación de representantes electos de los docentes, se le da mayor protagonismo a las autoridades designadas por los partidos políticos y al Consejo Directivo Central (Codicen), presidido por Robert Silva que es un acérrimo enemigo de los sindicatos. Lavándose las manos, Lacalle Pou responsabilizó a los sindicatos por la falta de alimentación escolar durante el paro del miércoles.

Los uruguayos organizados en la Coordinadora Popular y Solidaria (CPS) Ollas por Vida Digna también se presentaron ante las puertas de presidencia. La CPS exigió que “el Estado se tiene que hacer cargo” para “terminar con el negocio del hambre». La concentración en Plaza Independencia fue bajo la consigna “Por trabajo, pan y techo. Las ollas decimos basta”, a la que asistieron centenares de personas vinculadas a los merenderos y ollas populares.

“Al día de hoy sabemos que más de 200.000 personas se encuentran en inseguridad alimentaria en Uruguay y 320.000 son las personas en situación de vulnerabilidad social. Semanalmente las ollas de la Coordinadora que se encuentran organizadas en 17 redes y/o coordinadoras sirven 150.000 porciones de comida en ollas y merenderos”, agrega la proclama.

Según la coordinadora, “en este mismo momento donde hay cientos de personas haciendo cola para comer, los mercaderes del hambre que administran los fondos cedidos por un Estado ausente en los problemas de fondo, hacen sus cuentas. Se vuelcan importantes recursos públicos para que una organización sin la más mínima idoneidad técnica les diga a miles de personas lo que tienen que comer, tratando de resolver la emergencia alimentaria como si fuese el catering para un cumpleaños de quince años”.

Agosto trajo una nueva interpelación a un ministro por parte del centroizquierdista Frente Amplio, ahora desde la oposición. El interpelado fue Luis Alberto Heber, hoy Ministro del Interior, pero que firmó el contrato – cuando este era ministro de Transporte y Obras Públicas- con la multinacional belga Katoen Natie entregando el puerto de Montevideo hasta 2081 en un acuerdo con mucho secretismo.

El Frente Amplio quería saber por qué el núcleo duro del Poder Ejecutivo negoció sin informar al sistema partidario (incluyendo al resto de la “coalición multicolor”),‌ que sólo se enteró de los resultados cuando un decreto de Presidencia formalizó el acuerdo, y de la que no quedó constancia documental.

También pidió explicaciones acerca de los motivos de que quienes representaban al Estado la hayan llevado adelante sin disponer de informes técnicos propios, jurídicos ‌o económicos (por ejemplo, sobre las probabilidades reales de que la empresa tuviera éxito en la demanda que amenazó con presentar).

Asimismo pidió los fundamentos de que se aceptaran los términos del acuerdo, que según especialista como Edison González Lapeyre, del Partido Colarado –miembro de la coalición multicolor de gobierno- “está plagado de horrores” y muestra “La ineptitud d quienes negociaron”, exponiendo al Estado a graves consecuencias.  

La interpelación tuvo como contexto la protesta del Sindicato Único de Trabajadores del Mar y Afines (SUNTMA) manifestándose fuera del parlamento.

Según el Frente Amplio, se entregan 180 hectáreas del puerto de Montevideo a cambio de nada, se le perdonaron deudas anteriores a la multinacional. Además, el Estado le va a comprar energía a un precio más alto que a cualquier parque eólico y se le regaló el muelle de la Armada. Todo esto sin informes económicos ni jurídicos que avalen dicho acuerdo. 

Proyecciones

Surge de la Rendición de Cuentas que hubo un recorte de gastos de 309 millones de dólares, pero 86 de esos 309 se recortaron en salarios. Y casi 100 millones ecortados del funcionamiento de escuelas, hospitales y centros CAIF, entre otros gastos sociales. 

El economista Ignacio Munyo, director del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) un think tank asociado a la ultraderechista Red Atlas, realizó una presentación sobre «Las perspectivas económicas postpandemia».

Con respecto a la situación del empleo, Munyo explicó que hicieron una encuesta a las empresas socias de Ceres, en donde el 80% se ve “optimista” o “muy optimista” hacia el futuro, sin embargo, solo un 18% prevé aumentar la cantidad de trabajadores. Una prueba más de que el derrame del crecimiento es pura retórica.

Respecto de las propuestas sobre la reactivación del sector empresarial, la Confederación de Cámaras Empresariales (CCE) destaca la necesidad de abordar una serie de temas como «reducir subsidios cruzados o encubiertos y dar transparencia al respecto; abatir el gasto público; profundizar en la regla fiscal; continuar con la mejora de la seguridad y el control fronterizo para evitar el contrabando; combatir el informalismo en los sectores productivos; estudiar las tarifas públicas en función de precios de paridad de importación, como combustibles y otros».

El 14 de agosto se conmemoró el día de los mártires estudiantiles. Miles marcharon con la consigna histórica “Obreros y estudiantes, unidos y adelante.” Considerando el panorama actual, el slogan de la derechista Coalición Multicolor en el gobierno podría ser: “Empresarios y gobernantes, unidos y adelante.”

Artículo publicado originalmente en Periferia

Nicolás Centurión
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio… se convirtió en mi oficio.» La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

¿Qué sucede en Corea del Norte?

¿Qué sucede en Corea del Norte?

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Cuando se habla de la República Popular de Corea (RPDC) en los medios de comunicación siempre se lo hace con una tendencia muy, pero muy, negativa. Se hace referencia a que es una dictadura terrible y que amenaza al mundo con su arsenal atómico. Estados Unidos y la Unión Europea han logrado engendrar una imagen de monstruo sobre la RPDC, a través de sus grandes medios hegemónicos de desinformación. Esta mala imagen se replica en los medios latinoamericanos y no se especifica nada más.

El visceral anticomunismo de los grandes medios occidentales y occidentalizados repercute en la mirada sobre la RPDC. Hace rato que vienen especulando con que Kim Jong-un, actual máximo líder de la Revolución Coreana (que logró su triunfo en 1948), está mal de salud y que no aparece mucho en público, poniendo en duda la gobernabilidad del gobierno socialista de Pyongyang.

Lo cierto es que Kim Jong-un reaparece una vez más y trabajando en la gestión, en una fábrica estatal, en una granja estatal, en una escuela estatal, en un hospital estatal. Porque el 90% de la vida institucional, social y económica es estatal en la RPDC. La salud y la educación es gratuita al 100%, y no existe en el país el inquilinato de casas. Todos tienen su vivienda. Los medios fundamentales de producción están bajo el Estado y la economía planificada está a la orden del día.

En la RPDC no existe el analfabetismo ni la violencia social característica de los países capitalistas de todo el mundo. No hay inseguridad ciudadana, se respeta los derechos de la mujer, el aborto está legalizado y las religiones budista, chondoista y cristiana no tienen ninguna incidencia en los asuntos del país. Está prohibida la educación privatizada, como así también hacer negocios mercantilistas con la salud.

Un tema interesante es el tratamiento de la covid-19. Hasta el momento, la RPDC es una de las pocas naciones en no tener casos de covid-19 dentro de sus fronteras. El sistema de salud es robusto y nadie queda sin ser atendido. Todo es gratis. Además, la RPDC aplicó una estricta cuarentena, sin destruir su aparato económico. Nada podía salir mal: todo está garantizado por un Estado socialista de economía estatal planificada. En la RPDC no hay inflación, ya que el Estado fija precios máximos. Además, importante, no hay una oligarquía capitalista mandando, ya que fue liquidada en 1948-1953 con las medidas comunistas.

La ciudadanía se cuidó y respetó toda medida. Además, el pueblo en sí es un Ejército Miliciano que lo vigila todo. Hay Comité de Defensa Revolucionaria y cada habitante adulto lleva su fusil Ak-47 al viejo estilo soviético. Todos se cuidan y son el mismo Estado, fiel al modelo socialista Juche que instauró Kim Jong-il, abuelo de Kim Jong-un y fundador de la RPDC.

El deporte como herramienta de unidad

El Estado se encarga de gestionar los asuntos deportivos de la nación. El Ministerio Popular de Asuntos Deportivos se encarga de pagar los salarios a los deportistas de muchas disciplinas y el profesionalismo al estilo capitalista no existe. No puede haber jugadores millonarios ni opulencia. Los deportistas son trabajadores de la Revolución. Son docentes, médicos, odontólogos, ingenieros, arquitectos, letrados, bioquímicos, agrónomos, granjeros y de los servicios esenciales de seguridad y transporte. Algunos jugadores juegan en el exterior, pero contribuyen a la Revolución.

Por fuera, en el plano internacional, la RPDC entró en el movimiento olímpico en los Juegos de Múnich de 1972, y ganó medallas en sus diez participaciones; en Río de Janeiro 2016 sumó siete medallas: dos oros, tres platas y dos bronces. Destaca principalmente en lucha y halterofilia, deporte en el que Rim Jong-sim, campeona olímpica en 69 kg en Londres y en 75 kg en Río, no ha podido acudir al Campeonato de Europa, clasificatorio, por una gastroenteritis.

Sin embargo, las cuestiones políticas han limitado la participación de sus atletas. En otros casos, se unificó con Corea del Sur en las ediciones olímpicas de verano de 2000 y 2004; y en los juegos invernales de Turín 2006 los equipos de ambos países desfilaron bajo la bandera de la Península de Corea, lo que llevó a mejorar su trato. De igual forma, la presión de Estados Unidos sobre el país del sur hace que dicha relación se mantenga tensa. 

Pese a ello, tras años de relaciones enfriadas, ambas Coreas lograron -en 2018- un progreso significativo en el frente deportivo, incluidas la formación de un equipo femenino conjunto de “hockey” en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang, en Corea del Sur, y la obtención de múltiples medallas bajo una misma bandera durante los Juegos Asiáticos en Indonesia.

Asimismo, como en las antiguas treguas de las primeras olimpiadas -mencionadas anteriormente-, el deporte trató de unificar nuevamente a Corea del Norte y Corea del Sur: la estrategia del líder norcoreano de proponer un diálogo y enviar una delegación a los juegos levantó titulares y Corea del Sur consideró que sería una buena oportunidad para retomar la relación entre los dos países tras sus diálogos cumbre en Pyongyang.

Pero la campaña de Seúl-Pyongyang para coorganizar los Juegos Olímpicos de Verano 2032 llegó a su fin tras la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de elegir, mediante una reunión de la Junta Ejecutiva, a la ciudad australiana Brisbane como única candidata y sede, a la espera de ser confirmada en una votación de los miembros el próximo 21 de julio en Tokio.

Sin dudas, esta decisión fue negativa ya que ambas naciones habían deseado que la coorganización de los JJ.OO. de 2032 sirviera como una oportunidad para establecer la paz en la península coreana. Desde sus gobiernos se mencionó que se seguiría con el esfuerzo para encontrar las oportunidades de una cooperación deportiva intercoreana.

Algo que también mostró la impronta de Corea del Norte es su decisión de no participar en los Juegos Olímpicos de Tokio para proteger y no exponer a sus deportistas a un posible contagio por Covid-19. La decisión se comunicó hace pocos días y supone su primera ausencia desde el boicot a la edición de Seúl en 1988, que se añadió al de Los Ángeles de 1984. Pero claro está que Corea del Norte prioriza la salud por encima de la competencia y quiere seguir sin casos positivos en su territorio, demostrando ser una nación ejemplar deportiva y socialmente.


Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.


Eduard Paz
Eduard Paz

Proveniente del sur, me instalé en la ciudad de las diagonales. Fiel pensante que la política el deporte van de la mano.  Siempre me vas a tener al servicio de la comunicación del pueblo y su deporte.


La sociedad de la ¿meritocracia?

La sociedad de la ¿meritocracia?

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La pregunta subyace en las palabras de quienes se enfrentan en el marco de la nueva batalla discursiva construida por la oposición y los grandes multimedios argentinos.

A raíz de unos dichos del Presidente, se buscó hacer mella y sembrar el debate en torno al esfuerzo y la valoración de los méritos.

“Hay argentinos que todos los días luchan en condiciones muy adversas. Son argentinos a los que el sentido de la meritocracia dejó de lado”. Esas fueron las palabras del presidente que le dieron de comer al periodismo de guerra y la oposición, que nada lentos salieron a hacer lo que mejor saben: tergiversar y construir un relato entre buenos y malos, inocentes y perversos, trabajadores y vagos.

Si andamos distraídos podemos creer que es un debate inocente, pero la intencionalidad en la interpretación, los recortes y la réplica sesgada dan cuenta de que detrás de los análisis hay (como casi siempre) una clara intención de construir estereotipos, fomentar el maniqueísmo, la división y el enfrentamiento.

En un contexto de crisis siempre es útil y estratégico construir culpables, mitos, discursos que brinden los marcos teóricos y así construir las subjetividades sociales que respondan a la perspectiva que desea cada sector.

En el mundo capitalista que vivimos son muchos los que vienen tratando de instalar la idea de esfuerzo=éxito como respuesta a todo, como filosofía de vida. Y quizás en algún caso particular puede que esa filosofía sea útil, pero ¿podemos aplicarla a nuestra realidad social?

Esa idea ha sido lucrativa para hegemonizar los sentidos neoliberales que catapultaron al poder en el año 2015 a Juntos por el Cambio, y a pesar del fracaso económico de nuestro país esta concepción continúa arraigada en gran parte de la sociedad argentina.

Al margen de los objetivos perseguidos por quienes la defienden a capa y espada, es interesante desarmar la idea de meritocracia y pensar de qué se trata, si es real en el mundo que vivimos y si sería viable una forma de convivencia en esos términos. Para poder cuestionarla es importante salir del constante y meditado Boca-River que forma parte de la retórica mediática hegemónica para adentrarse en sus significantes.

En un sistema meritocrático si nos esforzamos y trabajamos duro, inevitablemente llegaremos al éxito en nuestras vidas, es decir, lo que se va a merituar para el éxito es el esfuerzo realizado. Consecuentemente, a quien no le va tan bien es porque no se ha esforzado lo suficiente.

Ahora bien, en esa comunidad tendríamos que arrancar todos en igualdad de condiciones ¿o da lo mismo quien arranca en situación de inferioridad?

A la hora de pensar en cómo aplicamos esas reglas en nuestra sociedad en primer lugar es importante discutir cómo realmente es valorado el esfuerzo en nuestro sistema de normas sociales. ¿Las personas que trabajan 12 horas diarias son las más ricas del país? ¿Un obrero es dueño de la empresa Techint?

¿El derecho en el sistema capitalista ha otorgado primacía al esfuerzo por sobre la propiedad o es al revés? ¿Los lazos de sangre, de amistad, las cuestiones de género, sexo y de clase influyen para llegar al poder o quedan subyugados al esfuerzo individual?

Asimismo, si pensamos en algunos lugares puntuales de nuestra sociedad, podemos ver que resulta cada vez más forzado poder implantarla sin lograr una situación de desigualdad. Por ejemplo ¿un niño que vive en situación de pobreza está en las mismas condiciones para asistir a la escuela que otro con los derechos básicos satisfechos?

Y hay que tener cuidado porque muchas veces para rebatir ese argumento se trae a colación una heroica o afortunada situación pero ¿podemos exigir a las personas que se comporten heroicamente? ¿Es la generalidad de los casos el pibe humilde que llega a la universidad o que la pega jugando al fútbol?

No es que se trata de algo imposible, sino de observar que existen estructuras que limitan, que posicionan a un gran sector social en desventaja, que un obrero que busca tener su casa tendrá que remarla cien veces más que quien hereda una propiedad.

Ahora ¿es solución abandonar a las personas a su suerte? ¿Qué hacemos con quien no ha logrado acceder a su propia vivienda? ¿Qué hacemos con la juventud que no llega a la universidad?

Discutir eso es discutir el rol del Estado, disputar derechos. Y los derechos confrontan con los privilegios. ¿Será por eso que el sector conservador de la política se empeña en discutir la ampliación de derechos?

El derecho a la vivienda es uno de los lugares donde más vemos que en nuestro país la meritocracia no está funcionando. Mientras algunas familias son propietarias por herencia desde hace un siglo de latifundios, hay otras que no pueden acceder a un pequeño terreno donde vivir.

¿Construimos políticas de acceso a la universidad o directamente damos por cierto que la gente humilde no llega a la universidad? ¿Discutimos planes de vivienda o simplemente reprimimos las tomas de tierras en desuso?

Definitivamente se trata de un posicionamiento, una concepción política que tendrá una respuesta consecuente. Pensar que todas las personas estamos en el mismo pie de igual en nuestra sociedad es demasiado forzado. Dejar a la buena de dios a las personas en una sociedad tan desigual solo da lugar a más desigualdad, a la ley del más fuerte.

Por otra parte, ¿podemos construir un mundo solamente pensándolo en el desarrollo individual? Incluso pensándolo en términos redituables: ¿es posible vivir en el mundo del sálvese quien pueda?

Rubén Abreu
Rubén Abreu

Recibido en la Universidad Pública de Abogado, aunque sigo estudiando. Me gusta leer y soy re colgado. Trabajo por ser consecuente con mis convicciones, con todas las imperfecciones que tengo.

El agravio como forma de hacer política

El agravio como forma de hacer política

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Pensar una sociedad en la que no existan intereses confrontados resulta iluso e incluso es una negación de la naturaleza diversa de la humanidad. Prueba de ello es el desarrollo de la historia, que a pesar de las tergiversaciones que pueda tener, siempre nos encuentra con bandos enfrentados.

Siempre va a existir una puja entre quienes en un momento logren ser hegemonía y otros que consecuentemente serán subalternidad. Sin embargo, forma parte de la democracia que se permita a la mayoría gobernante llevar adelante sus políticas. Ello sin avasallar los derechos de las minorías.

Ahora bien, para que una sociedad o comunidad exista debe existir el interés de conformar un todo, de aceptar al otro como un distinto con quien podemos convivir, negociar e intentar construir una vida en común. De eso se trata el pacto democrático, que no es algo totalmente rígido sino que es elástico y está sujeto a un tire y afloje constante en las disputas políticas.

La llegada del Coronavirus al país nos condujo a un escenario donde se requirió un accionar conjunto y se dio lugar a una tregua entre la conducción del PRO en CABA y el Frente de Todxs. Parecía una muestra de diálogo y madurez política. El discurso de unidad copó las conferencias y se convirtió en un peligro para la oposición ya que había una gran aceptación social de las medidas sanitarias tomadas por el Gobierno Nacional en el marco de la pandemia.

Ante la imposibilidad de sacar tajada de eso, y en pos de romper con esa tregua comenzaron las acusaciones por parte de la oposición. Denuncias inconexas que no se configuran como una crítica o propuesta política, sino más bien, muchas veces no resisten análisis alguno. Por enumerar algunos casos podemos citar el intento de responsabilizar al gobierno por la supuesta liberación de presxs, la muerte de Fabián Gutiérrez, el proyecto trunco de expropiar Vicentin narrado como un ataque a la propiedad privada de todxs, la necesaria extensión de la cuarentena como una “infectadura” y la idea infundada de que la reforma judicial sería utilizada por CFK como estrategia de impunidad.

Hay algo que une todos los casos: en ninguno existió una propuesta superadora de las medidas criticadas, una invitación al diálogo o la posibilidad de discutir sin tergiversar los hechos o palabras. El objetivo siempre parece ser, sembrar la disyuntiva entre democracia o infectadura, honestos o delincuentes, trabajadores o ñoquis del Estado, orden o desgobierno. Qué sucede con todos esos hechos o de qué se tratan, queda en segundo plano. La finalidad termina siendo golpear la imagen del gobierno nacional y construir subjetividades negativas en torno al Frente de Todxs. 

La oposición que aún no logra ordenarse, encontró en esta forma de ataque una manera de accionar que con la ayuda de los medios masivos de comunicación, tiene como único objetivo desgastar al oficialismo. El problema de esa artimaña es que hace difícil la convivencia y construcción democrática; cerrar el diálogo a punto tal de no dar quórum para que el Congreso no pueda tratar ninguna ley es un juego peligroso.

Fomentar la idea de desgobierno y como dijo Carrió “aún llegando a la desobediencia civil” es negativo no solo para que el gobierno elegido popularmente implemente sus políticas, sino también para poder avanzar en aquellas en las que existe consenso social previo. Ahogar los debates simplificándolos entre buenos o malos no soluciona los problemas políticos de la sociedad. Buscar el consenso es responsabilidad de todas las fuerzas políticas. Vivir en un Estado de Derecho implica respetar la elección popular, discutir y disputar política en el marco democrático.

Frenar la difamación y el agravio conduciendo las discusiones al plano de las propuestas políticas será necesario para fortalecer la democracia. Evidentemente Juntos por el Cambio no se siente cómodo en ese terreno, más allá de ser oposición, por eso recurre constantemente al golpe.

En una sociedad plural el conflicto de intereses es imprescindible y fomentar los debates, la discusión en el marco del respeto, es lo que nos permite avanzar en la construcción de una mejor comunidad.  Discutir y disputar política permite construir colectivamente, mientras que denostar al opositor o sembrar la idea de desgobierno, solo conduce a tensar cada vez más nuestro pacto democrático, separar la sociedad y destruir.

Rubén Abreu
Rubén Abreu

Recibido en la Universidad Pública de Abogado, aunque sigo estudiando. Me gusta leer y soy re colgado. Trabajo por ser consecuente con mis convicciones, con todas las imperfecciones que tengo.

Feminismos para qué

Feminismos para qué

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Por Floren Luengo*


¿En qué momento se pensó que los feminismos son de mujeres para las mujeres? Posiblemente, la respuesta redunde en los medios masivos de comunicación y en la rama radical del movimiento. Por lo general, la prensa muestra el feminismo a través de los torsos desnudos, la irrupción de las axilas sin depilar, lo mismo que el bozo y el cavado; las mujeres hegemónicamente bellas sin maquillaje y algunx famosx que salió a denunciar un abuso sexual –como si ciertos abusos sólo fueran relevantes socialmente-.


En primer lugar, siendo personas que trabajan y se comprometen con la comunicación popular, el siguiente escrito realiza una gran crítica a la industria cultural instalada en los medios hegemónicos de comunicación. Los mismos que con entusiasmo se ejercitan día a día en pos de mediatizar la violencia, acentuar la sociedad del punitivismo e individualismo y hacerle el trabajo menos agitado a un Poder Judicial que estructura la violencia en la sociedad a través de la interpretación de las leyes e incumplimiento de las mismas.

En segundo lugar, el escrito propone abonar a un campo de discusión cuyas argumentaciones se articulen para buscar interrogantes antes que respuestas a una problemática social que compromete al sistema en que nos vemos envueltas las personas. Y digo “nos” porque el compromiso es colectivo.

Ahora sí. En los últimos días las cifras de personas asesinadas sólo por el hecho de ser mujeres en Argentina, ha llegado a la obscena irracionalidad de 4 muertes en 48hs. Se registra un asesinato cada 32hs en lo que va del 2019. Por su parte, el Observatorio “Ahora que sí nos ven” registró desde principios de este año hasta finales de agosto 223 cuerpos feminizados asesinados[1].

Estos casos no son sólo hechos aislados. En otras partes del mundo, los feminismos y transfeminismos están decidiendo políticamente salir a las calles a exigir que paren de matar. En Chile denuncian un alarmante aumento de feminicidios, en Francia lo mismo, en Puerto Rico evalúan declarar la emergencia contra la violencia hacia las mujeres, niñxs y disidencias, París se suma a las protestas. Es decir, no sucede sólo acá. Hay que romper con las visiones reduccionistas que lo único que refuerzan es 1) vivir peligrosamente en un raviol; 2) la naturalización de las violencias en la sociedad que alteran las justificaciones de los hechos.

La cuestión de fondo es cultural. No es sólo el ámbito económico, ni el social ni el político; sino la congruencia de todos los espacios públicos y privados que habitan cotidianamente las personas. Erich Fromm[2] habla del invento de lo cultural para satisfacer aquellas necesidades que la biología no puede alcanzar. Es la cultura, dice el pensador, la que determina el amor, el dolor, el enojo, los enemigxs y amigxs, es decir que la cultura es la maquinaria por excelencia de la vida en sociedad. Tal invento no es natural, sino construido dialécticamente por y para las personas.

Entonces ¿qué responsabilidad tenemos como sociedad cuando estos hechos ocurren sistemáticamente en nuestro cotidiano?

En cuanto al quehacer de las leyes, podría pensarse como una regulación jurídica de las conductas sociales e individuales, cuya sanción y/o incumplimiento de la misma recae en una pena individual. Podría ser también, que el funcionamiento de las leyes en la sociedad sea el sustento legal y legítimo de las personas que reclaman a los Estados y gobiernos por el cumplimiento de los derechos humanos – o por la violación de los mismos-, entre muchas otras funciones del sistema jurídico.

Respecto a cuestiones de regulación estatal y profesional, en enero de este año -2019-, organizaciones sociales y sindicatos crean y exigen la sanción de una ley con demandas específicas. En el Art. N°1, la Ley Micaela (N° 27499) expresa lo siguiente: “Establécese la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres, para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías.” La regulación y cumplimiento está a cargo del Instituto Nacional de las Mujeres (INAM).

Ahora bien, ¿es necesaria la aparición de un órgano que abogue por las Mujeres y Disidencias en cada organismo estatal? Siendo parte del todo, ¿por qué a las mujeres y disidencias se las ubica en paralelo y no como parte del sistema social? ¿Por qué se piensa en separar a la sociedad como cuestiones aisladas cuando el sistema capitalista hace funcionar –a las mujeres, varones, no binarias, lesbianas, trans, travas, maricas, queer- de manera perfectamente eficaz en la matriz económica, política y cultural?

Y para cavar un poco más profundo ¿te preguntaste alguna vez cómo funciona el poder en tu propio núcleo familiar? ¿Quién manda y por qué? ¿Qué rol ocupas? Y ahora te invito a preguntarte acerca de cómo funciona el poder en tu sociedad, quién manda y por qué, y qué rol crees que ocupas. Los feminismos en la sociedad son aquellas organizaciones sociales y políticas que levantan banderas no individuales –algo que viene a romper con las maneras de militar las problemáticas en las organizaciones sociales-. O mejor dicho, lo propio de los feminismos es lo colectivo.

¿En qué momento se pensó que los feminismos son de mujeres para las mujeres? Posiblemente, la respuesta redunde en los medios masivos de comunicación y en alguna rama radical del movimiento. Por lo general, la prensa muestra el feminismo a través de los torsos desnudos, la irrupción de las axilas sin depilar, lo mismo que el bozo y el cavado; las mujeres hegemónicamente bellas sin maquillaje y algunx famosx que salió a denunciar un abuso sexual. Sin quitar importancia, esto es parte de algo mayor. Los feminismos cuestionan la matriz de pensamiento colonial, denuncian el racismo, la gordofobia, la xenofóbia, cuestiona las relaciones de poder en las esferas más altas y bajas, invita a abrazarse con la diferencia que enriquece y hace más fuerte el grito liberador.

Como se mencionó al inicio del escrito, la onda es generar preguntas para encontrar diversidad de respuestas posibles. Ya no se acepta una única respuesta. Desde los feminismos y transfeminismos lo que se busca es escuchar, leer, analizar la información y debatir para transformar.


* Periodista, conductora del programa La Marea (Radio Futura FM 90.5), redactora de Revista Trinchera, editora del portal Luchelatinoamérica y colaboradora de Agencia Timón.

Bibliografía:
[1] VER https://feminacida.com.ar/cuatro-femicidios-y-el-show-de-la-morbosidad/
[2] FROMM, E. El miedo a la libertad. -3ª ed.- Buenos Aires: Paidós, 2006.

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