Último año de Lacalle: balance de gobierno, desbalance de país

Último año de Lacalle: balance de gobierno, desbalance de país

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Se cierra el 2023 para Uruguay con un saldo negativo en general. El gobierno derechista liderado por Luis Lacalle ha seguido a pie juntilla su plan de gobernar para los ricos -los “malla oro” como él mismo los denominó-, en una especie de neoparafraseo de la teoría del derrame.

El 2024 no empezó, pero la campaña electoral si. El año entrante en Uruguay se elegirá el nuevo presidente, su vicepresidente, la composición del nuevo parlamento y además estarán en juego al menos dos plebiscitos: uno sobre la reforma de la seguridad social, promovido por la central única de trabajadores PIT-CNT; donde el
Frente Amplio dio libertad de acción a sus sectores.

Hasta el momento el plebiscito cuenta con escaso apoyo por parte de la oposición centroizquierdista que pretende volver al gobierno el primero de marzo de 2025. El segundo plebiscito lo propuso la formación de ultra derecha Cabildo Abierto sobre la reestructuración de deudas.

La pobreza sigue teniendo rostro de niño y niña en Uruguay. Un problema estructural, silencio, latente pero que después explota en todos los ámbitos de la sociedad donde asistimos asombrados a sus consecuencias y seguimos negando sus causas.

Gustavo de Armas, asesor en planeamiento estratégico de la oficina del coordinador residente de Naciones Unidas en Uruguay, presentó el informe titulado “Abatir la pobreza en Uruguay al 2030. Compromiso ético y condición del desarrollo”. La investigación fue motivada por el primero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible –el fin de la pobreza–, al que Uruguay adhirió en 2015.

El asesor de ONU subrayó que pese a tener el “estado de bienestar más desarrollado de la región”, en pobreza infantil el caso de Uruguay es “absolutamente extremo.” Señaló que  44% de la población pobre es menor de 18 años, y que la situación afecta con mayor notoriedad a las mujeres, que suelen ser las jefas de los hogares más vulnerables.

De hecho, 68% de los 88.000 hogares pobres que hay en Uruguay tienen jefatura femenina. De ellas, sólo la mitad está empleada y eso “se combina con una muy alta dedicación al trabajo no remunerado”. Por lo tanto, De Armas hizo hincapié en que “la reducción de la pobreza implica también trabajar fuertemente sobre la inserción laboral de las mujeres”.

Otra pandemia que mata en silencio es la problemática del suicidio. El país más feliz de América Latina y el 28 en el mundo, donde se suicidan dos personas al día, llevando a 818 la cifra en 2022. Este año no promete mejorar las cifras de manera cuantiosa.

Siempre arriba en los rankings de consumo de whisky, cocaína, psicofármacos. Altos niveles de suicidio, baja natalidad. ¿Qué está pasando en Uruguay? ¿Este país tan tranquilo que se vende al mundo por estabilidad política e institucional, con ese se es feliz? ¿Alcanza para vivir la calidad democrática si los jóvenes emigran o se suicidan
o no quieren tener familia?

¿En qué índice, ranking, guarismo se mide la calidad de vida, la humanidad, el desarrollo integral  del ser?

Los escándalos y la corrupción han llegado a portadas de diarios internacionales y la población se ha acostumbrado que una semana y otra también, un nuevo caso surja a la luz. A estos se suman los escándalos domésticos, de poca trascendencia internacional y alcance, pero que de igual manera deterioran la calidad institucional.

Cientos de personas protestan en Uruguay contra la corrupción

Desde inicios de la gestión Lacalle los escándalos venían salpicando al Uruguay y no al gobierno como se suele decir, porque es el gobierno el que los genera. Acomodos, clientelismo, nepotismo, abuso de funciones, espionaje a opositores, facilitación de un pasaporte a uno de los narcos más buscados de la región, una trama para espiar,
perseguir y amenazar a víctimas de un pedófilo y así la lista sigue.

El 2023 se inauguró con una fuerte sequía que dejó a la mitad de la población uruguaya sin agua potable. La salinidad llegó a niveles tales que los calefones se rompían, lo mismo con las griferías y su consumo no era para nada saludable. Así y todo el gobierno se encargó de hacer nada. Incluso altos dirigentes convocaban a oraciones para que llueva. La población tuvo que comprar agua embotellada para
realizar cualquier tarea del hogar, sea de cocina, de higiene, etc.

El tema sobre el narcotráfico se llevó mucha atención a lo largo del 2023 por todas sus ramificaciones y aristas. A nivel regional el caso Sebastián Marset se llevó todos los focos. A raíz de filtraciones de audios, se descubrió que el gobierno urdió una trama de mentiras en una interpelación a los ex ministros de Interior y Relaciones Internacionales sobre la expedición del pasaporte al narcotráfico y que desde ya, sabían quién era Marset.

Esto provocó una sucesión de renuncias en varias carteras ministeriales pero con cero atisbo de autocrítica por parte de los renunciantes, implicados y hoy indagados por la justicia, y mucho menos por parte del Presidente Lacalle.

Luego que pasamos a ser un país no solo de tránsito en la región sino también de acopio. Esto implica más cantidad de droga en el territorio, por ende mayor disputa de las bandas por el negocio. Esa disputa se traduce en ganar territorio, poder, dinero. Eso se gana en base a corrupción con las autoridades, tráfico de armas, y luego el poder de la bala.

Poder de bala que se está viendo en varios barrios de Montevideo. Balaceras, homicidios, ajuste de cuentas, cuerpos desmembrados y/o prendidos fuego. Lo que se veían en las series y películas o se encuentra en la crónica roja.

El flamante ministro del Interior, Diego Martinelli ante esta crisis declaró: “La buena noticia es que están focalizados en determinados barrios”. La última semana de diciembre contabiliza la preocupante cifra de 15 homicidios registrados, un motín en la principal cárcel del país con 6 presos muertos (al momento que se escribe esta nota), decenas de heridos y celdas enteras prendidas fuego.

Uruguay se desangra lentamente. Sociedad, políticos y más, parecen no asistir a los cambios que se están originando. Una foto sepia es el recuerdo al que está anclado la sociedad como una realidad inmutable y un pasado que siempre fue mejor.

El Frente Amplio empezó a esbozar ciertas fricciones ya en su Interna que va con cuatro candidatos. Sus tres intendentes: Yamandú Orsi (Canelones), Carolina Cosse (Montevideo), Andrés Lima (Salto) y Mario Bergara. Orsi es el que pica en punta y es el favorito dentro del Frente Amplio según encuestas e incluso en un posible balotaje entre el delfin de Lacalle, Álvaro Delgado del Partido Nacional.

Ante todo esto, que excede a los partidos políticos, pero que también les compete, se ven, se escuchan y se leen pocas propuestas para saltar este péndulo de ciclos reaccionarios y progresistas.

Instituto Antártico Uruguayo on Instagram: "🇺🇾El presidente Luis Lacalle  Pou visitó la Base Científica Antártica Artigas. El Presidente de la  República Oriental del Uruguay, visitó nuestra BCAA entre el pasado 19 y

Mientras tanto el presidente Lacalle pasó navidad en la Antártida, en esos ataque de divismo que le dan bastante seguidos. Como cuando pasó navidad en el Congo. A pesar de todo lo narrado, la imágen positiva del primer mandatario sigue en níveles bastante altos.

El bolsillo sigue crujiendo, conseguir trabajo es tarea ardua, la seguridad ha empeorado notoriamente, hay que trabajar 5 años más para jubilarse, las infancias siguen empobrecidas, las cárceles un caldo de cultivo de más violencia, los delitos de guante blanco campean a sus anchas.

Ah, ¡pero qué lindas playas tenemos!


Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio… se convirtió en mi oficio». La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

Una historia de Palestina (parte III)

Una historia de Palestina (parte III)

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

La historia de Palestina nos conmueve por el conflicto actual y por el terrible genocidio que sigue perpetrando el régimen sionista de Israel sobre esa parte del llamado Medio Oriente. En Revista Trinchera queremos presentar a nuestros lectores una breve historia de Palestina en cuatro partes para poder comprenderla desde el punto de vista historiográfico, arqueológico, geopolítico y social.

La tercera parte de la historia de Palestina está referida a repasar muy brevemente la formación de la identidad nacional del pueblo palestino. Siempre ha habido una identidad árabe en esta pequeña región asiática, por lo menos desde los tiempos del imperio romano, cuando comunidades árabe-parlantes comenzaron a asentarse allí. Algunas se cristianizaron desde el II siglo d.C. Desde el 650 d.C., el islam fue adoptado por las comunidades locales palestinas, y con la llegada de árabes musulmanes ese fenómeno se intensificó. Había pequeñas comunidades judías (los mizraím), que hablaban dialectos árabes y arameos, en Palestina, que compartían lugares sagrados con las otras pequeñas comunidades cristianas (también árabe-parlantes). 

El carácter sagrado de su suelo para las tres grandes religiones monoteístas lejos de ser ajeno, fue fundamental para la definición del propio espacio palestino. La aparición del nacionalismo entre la población palestina no fue fácil. El núcleo de las tierras palestinas estaba en las tierras altas, menos desarrolladas económicamente que los núcleos de países vecinos, situados en zonas coste-ras o en llanuras del interior. Esta ubicación estaba en consonancia con una estructura social y política más tradicional. Grandes terratenientes se situaban en la cúspide social y lideraban redes integradas por notables de diferente rango que ejercían su autoridad sobre el conjunto de la población.

Había clanes árabes musulmanes que dominaban la escena en la Palestina bajo dominio otomano. Pero los Husseini y los Nashashibi, eran los más influyentes, gozando los primeros de una posición más sólida. Inicialmente no surgió un nacionalismo estrictamente palestino, sino proyectos que aspiraban a la unidad árabe o de la Gran Siria, ideas que solían entremezclarse y que rara vez se entendían como contrapuestas al imperio otomano. En 1880 solo algunos cristianos de Siria, Líbano y Palestina eran hostiles al imperio. Más en contacto con la cultura occidental, la minoría cristiana se sentía en condiciones de liderar la tarea modernizadora y en general, adoptó antes el nacionalismo, siendo la identificación religiosa sustituida por otra nacional.

Entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, llegan las ideas nacionalistas a Palestina. Surge el arabismo o panarabismo, que es un nacionalismo cultural. En algunos de sus defensores encontramos lugares comunes de este nacionalismo, como la imagen de una nación que había permanecido aletargada y era despertada por los nacionalistas. En los meses anteriores a la Primera Guerra Mundial, ese nacionalismo árabe en Palestina se asoció al antisionismo europeo, que fomentaba la inmigración de comunidades judías a la Tierra Santa. Estudiantes palestinos de Al-Azhar, en El Cairo, fundaron la Sociedad de Resistencia a los Sionistas y la campaña antisionista de Filastin fue tan intensa que las autoridades otomanas suspendieron el periódico alegando que fomentaba tensiones interraciales. Filastin replicó que los sionistas no eran una raza, sino un grupo político, diferenciando entre sionistas y judíos, acusando a los primeros de romper la tradicional convivencia armónica con estos y de aspirar a controlar el país.

Los británicos hicieron promesas para después de la guerra a sus aliados árabes. El sistema de mandatos fue menos ventajoso para los palestinos que para otros árabes, ya que no consiguieron una suficiente capacidad de autogobierno y debieron enfrentarse a los colonizadores y al sionismo. Pero los diversos nacionalismos palestinos buscaban formas de identidad.  El árabe no fue un elemento integrador nacional en la misma medida que el hebreo. Por un lado, no era exclusivamente palestino, favoreciendo más bien una identificación árabe. Por otro, sus hablantes experimentaban un sentimiento de seguridad lingüística que no propició un uso ideologizado similar al del hebreo.

Entre 1920 y 1940 los nacionalismos árabes oscilaban entre el laicismo y el islamismo. El árabe, sin embargo, aglutinaba a judíos y cristianos nativos de Palestina, cuestión que fue aprovechada por elites políticas nacionalistas laicas musulmanas para crear un estado propio y en oposición al sionismo creciente. 

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Inglaterra prometió la independencia de las tierras árabes bajo el gobierno otomano, incluyendo Palestina, a cambio de apoyo contra Turquía que había entrado a la guerra del lado de Alemania del káiser Guillermo II. En 1916 Inglaterra y Francia firmaron el Acuerdo Sykes-Picot, y habían dividido la región árabe en zonas de influencia. Líbano y Siria fueron asignadas a Francia, Jordania e Iraq a Inglaterra y Palestina sería internacionalizada. En 1918 Lord Balfour, el Secretario de Relaciones Exteriores Británico, envió una carta al líder sionista Lord Rothschild, que más tarde se conoció como “La Declaración Balfour”. El citaba que Inglaterra iba a usar sus mejores medios para facilitar el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío. En ese tiempo la población de Palestina eran 700.000, de los cuales 574,000 eran musulmanes, 74.000 eran cristianos y 56.000 eran judíos.

En 1919 los palestinos realizaron su Primer Conferencia y expresaron su oposición a la “Declaración Balfour”. Al año siguiente, se realiza la Conferencia de San Remo que garantizó al “Mandato” de Inglaterra sobre Palestina. Dos años después Palestina estuvo efectivamente bajo la administración británica, y Sir Herbert Samuel, un declarado sionista, fue como el Primer Alto Comisionado de Inglaterra en Palestina. En 1922 el Consejo de la Liga de las Naciones expidió el “Mandato” sobre Palestina. El “Mandato” fue en favor del establecimiento de un hogar nacional para el pueblo judío. Pasando el tiempo, en 1936 los palestinos realizaron durante seis meses una huelga general en protesta por las continuas confiscaciones de tierra y la inmigración judía. En 1939 el gobierno británico publicó un nuevo “Papel Blanco” restringiendo la inmigración judía y ofreciendo independencia a Palestina dentro de 10 años. Este fue rechazado por los sionistas, quienes entonces organizaron grupos terroristas y lanzaron una campaña sangrienta contra los británicos y los palestinos. El objetivo era expulsar a ambos fuera de Palestina y allanar el camino para el establecimiento del estado sionista.

El horror nazi sobre la población judía europea y la Segunda Guerra Mundial llevó a los sionistas a intensificar la colonización sobre Palestina. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 se crean las Naciones Unidas y se dispuso que Palestina sea internacionalizada. Y en 1947 las Naciones Unidas aprobaron la partición bajo la cual los árabes palestinos, que sumaban el 70% de la población y poseían el 92% de la tierra, fueron reducidos al 43% del país (Resolución 181 de la ONU).


Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Atando cabos (que nos presentan) sueltos

Atando cabos (que nos presentan) sueltos

TIEMPO DE LECTURA: 13 min.

Vivimos en un mundo donde lo que prima son la mentira y las operaciones mediáticas, por lo cual intentar arrojar luz sobre lo que nos sucede, es una obligación histórica con nuestros pueblos.

Ya casi nadie habla de Ucrania, ni siquiera los europeos que son quienes más complicaciones están padeciendo por seguir como perritos falderos a los norteamericanos. El cuasi silencio posiblemente responda a que desde hace meses se sabe que es una guerra perdida. El propio Zelenski sabe que ya no le van a seguir financiando el negocio que está destruyendo al pueblo ucraniano.

Distintos analistas señalan que la intensión de EEUU era construir en esa región del mundo, un nuevo Israel; otro mini-gendarme que responda y reporte a las potencias occidentales (sobre todo a los norteamericanos) en detrimento del vecino euroasiático con quien los ucranianos comparten (en varias regiones del territorio) no sólo idioma sino tradiciones y prácticas culturales.

La energía como pilar de los conflictos

Cabe destacar que el soborno de los gasoductos North Stream y su destrucción a manos de occidente -entre otra cosas- fue lo que llevó a que Europa tuviera que optar. Eligió seguir sin chistar a los norteamericanos quienes hicieron un gran negocio al reemplazar con su gas de esquisto (caro), al de los rusos (barato). Europa entraba en crisis energética y luego en crisis económica, sobre todo Alemania quien sería la más perjudicada.

Este escenario sumado al acuerdo de Rusia con las monarquías del Golfo en la OPEP+, para limitar la producción diaria de barriles de petróleo, y al reciente acuerdo promovido por China entre la Arabia Saudí -sunita- (uno de los mayores productores de petróleo) e Irán -chiita- (uno de los mayores productores de gas) complicaron -y mucho- el suministro norteamericano; sobre todo porque África le vende hidrocarburos mayormente a China. En paralelo se observan levantamientos contra las viejas metrópolis, muchos países de ese continente (sobre todo en el Sahel) despojados históricamente de sus recursos minerales e hidrocarburíferos. Por su parte Argelia, que proveía de energía a España, dejó de hacerlo luego de que Pedro Sánchez apoyara a los marroquíes en detrimento de posición histórica de España, en favor del pueblo Saharaui.

Seguramente por eso, de buenas a primeras (en realidad luego de meses de negociaciones) y sin que occidente -antes escandalizado- chiste, EEUU levantó las sanciones por seis meses al petróleo, al oro y a otros activos venezolanos. ¿Demasiada casualidad que esto suceda justo este momento, no? Una Venezuela asediada y agobiada por el bloqueo pero que, ante el cambio de escenario, supo gestar una oportunidad para airear su economía. Obviamente nada está resuelto, recientemente los norteamericanos volvieron a insistir con habilitar para las elecciones presidenciales del 2024 a personajes como María Corina Machado, rabiosa opositora que instigó en reiteradas oportunidades el derrocamiento del gobierno de Maduro (antes de Chávez). 

Mientras se dan todos estos movimientos, el dólar norteamericano sigue perdiendo peso como moneda de reserva y/o de intercambio comercial; la guerra en Ucrania (por ahora) no les sirvió para reactivar su economía (cada vez más dependiente del Complejo Industrial Militar) y los niveles de su crisis de deuda son cada vez más importantes y han llegado a niveles escandalosos, nunca antes vistos. En este escenario, la faltante de reservas de hidrocarburos (que se las consumieron casi todas) y el compromiso de venta a Europa, terminaron convirtiendo al petróleo en el talón de Aquiles de EEUU, e Irán se dio cuenta. Los norteamericanos están perdiendo por todos lados, pero como siempre decimos: una bestia herida, lejos de acobardarse, se puede volver aún más peligrosa.

Si bien el conflicto en Nagorno-Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán tiene mucho tiempo, la reciente avanzada de los azeríes ha sido un duro golpe -de israelíes y norteamericanos- no sólo a Rusia (dado que es su “bajo vientre”), sino también para Irán. Por un lado, sirvió para minar las posibilidades del corredor comercial del que hablaba Pepe Escobar hace algunas semanas -entre Rusia, Azerbaiyán e Irán-, en favor del que promueve Türkiye. Por el otro, controlar los hidrocarburos existentes en la región (Azerbaiyán es un aliado turco), y dejar mal parada a Rusia, dado que ésta es una aliada histórica de los armenios, que en este caso se sintieron desamparados ante su ausencia (entre otras cosas por estar ocupada en Ucrania).

La ofensiva de la Resistencia Palestina

En este contexto se da la nueva escalada militar entre Hamas e Israel. Está más que claro que la operación “Lluvia de Al-Aqsa” del 7 de octubre no fue algo que se planificó de un día para otro. De hecho, el inicio de la operación se da al día siguiente de que cientos de colonos israelíes ingresaran en la mezquita Al-Aqsa por la fuerza -y respaldados por el ejército israelí- en un claro gesto de provocación. 

En otro orden de cosas, hay quienes indican que Türkiye está detrás de la ofensiva por ser el país donde viven algunos de los líderes de Hamas; otros indican a Qatar, y como no podía ser de otra forma, Occidente responsabiliza a Irán, país que promovió reuniones de más alto nivel entre los jefes del Hamas, de la Yihad Islámica y del Hezbollah del Líbano, que hace poco se volvieron a reunir pero ahora públicamente.

Lo cierto es que desde ese 7 de octubre, Israel ha vuelto a perpetrar un genocidio contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza, al tiempo que siguen asediando a los palestinos que viven en la Cisjordania ocupada. Las imágenes del horror que se vive en Gaza, parecen salidas de una película sobre el apocalipsis de la humanidad pero es la cruda realidad. Para cuando estas páginas sean publicadas más de 12 mil personas habrán muerto producto de los bombardeos y la avanzada militar del Ente Sionista.

El ataque y la avanzada de la resistencia palestina podría leerse de varias maneras: 

  • Una operación para que no se pierda en el olvido la causa del pueblo palestino, boicoteando el restablecimiento de relaciones que tanto los Saudíes como otras monarquías de la región habían comenzado a hacer con Israel. 
  • Como una jugada de ajedrez del chiismo. Cabe recordar que recientemente Irán recompuso relaciones con Arabia Saudí, mediados por la República Popular China, y que se dio cuenta de que la energía es un talón de Aquiles para los norteamericanos;
  • O como el hartazgo palestino ante más de siete décadas y media de violaciones permanentes a su dignidad sin que el mundo se escandalice y tome medidas concretas para frenar a los supremacistas sionistas.

Otra perspectiva que puede incluirse es la elaborada por el analista geopolítico mexicano, Alfredo Jalife Rahme, quien sostiene que lo que sucede en Gaza es un gran blef de los israelíes (podríamos agregar que en realidad de los norteamericanos), dado que el objetivo militar principal no es el Hamas sino Irán. Lo dijo Netanyahu en reiteradas oportunidades, no es algo que estemos inventando: su intención es borrar del mapa a Irán. Ahora, cabe preguntarse ¿realmente es Israel o es EEUU que no puede hacerse cargo de otro conflicto en estos momentos y por eso juega la ficha de su aliado estratégico en la región ante las jugadas de la diplomacia china en Medio Oriente y para correr el eje de la derrota contundente en Ucrania?

Israel posiblemente busque -además- balcanizar Gaza, generar que la inmensa población concentrada en el norte de esa región tenga que migrar al sur, o incluso sea expulsada a Egipto, para quedarse con esos territorios, o en caso de no lograrlo al menos convertirla en un lugar donde no se puedan vivir. Biden sostuvo recientemente que Israel quiere a Gaza, pero no a sus habitantes ¡Oh casualidad!

En este escenario cabe señalar que desde hace años el gobierno israelí pretende poner en ejecución el Proyecto Gazan Marín, un proyecto gasífero en las costas de Gaza que iban a realizar junto a Egipto. Pero sin acabar con los palestinos de Gaza, y son el control de ese territorio, esos yacimientos no podrían ser explotados por Israel. No es menor resaltar que éstos serían los más importantes a los que podría acceder el Ente Sionista, que hoy compra petróleo, sobre todo, a Kazajistán y Azerbaiyán y que pasan por Türkiye.

La avanzada militar israelí en Gaza no podía más que empeorar la cosa: Hezbollah e Irán advirtieron a Israel de que pagaría un alto precio si lo hacía, y lamentablemente el viernes 27 de octubre por la noche, comenzaban a llegar imágenes de una Gaza apocalíptica producto de los bombardeos y de la avanzada sionista.

Ante la escalada, en el seno de la ONU, surgían distintas iniciativas proponía exigiendo un alto al fuego, resolución en la que sólo 14 países votaron en contra, entre ellos EEUU. El argumento: que Israel tiene derecho a defender a su pueblo de Hamas. El problema es la desproporción de la agresión del Ente Sionista.

Gaza: de cárcel a cementerio

A más de un mes de inicio del genocidio, algunos gobiernos comenzaron a reaccionar (tardíamente) ante la brutalidad de israelí. Conceptos como “crímenes de guerra” y “genocidio” comenzaron a aparecer con más frecuencia en los medios, aunque aún muy tímidamente. Al parecer la “Cúpula de Hierro” también es mediática. La Franja de Gaza se está convirtiendo en un cementerio ante los ojos impávidos de los gobernantes del mundo y mientras, cientos de miles de personas en distintas partes del mundo salen a las calles a exigirle a sus gobiernos que se frene esta locura. Lamentablemente esos reclamos no están siendo escuchados por los gobernantes de las potencias occidentales, con excepción de Macrón que ahora parece que se despertó.

Quizás responda a que hace semanas distintos analistas vienen advirtiendo que este genocidio puede llevar a una escalada regional que arrastre a las grandes potencias a un enfrentamiento de carácter global. Afortunadamente para la humanidad, las predicciones de una respuesta armada de gran envergadura de Irán, Hezbollah y otros grupos del Eje de la Resistencia, aún no se ha dado. Si bien hay enfrentamientos en el sur del Líbano, en Siria e Irak, no han desatado respuestas desproporcionadas. La cautela y el llamado a apegarse a las Leyes Internacionales ha sido lo que primó, pero ¿por cuánto tiempo se sostendrá?

Si bien los distintos actores del eje de la resistencia han afirmado que las consecuencias para Israel serían severas, se han manejado con cautela, sabiendo que una respuesta militar de envergadura podría significar una escalada que lleve a un escenario mucho peor. Algo a lo que parece que estaba apostando el gobierno de la ocupación sionista que encabeza Netanyahu. Es por demás sabido que, si fuese por Bibi, hace tiempo habría arrojado bombas atómicas sobre Irán. Lo dio a entender públicamente en la ONU hace algunos años.

En lo discursivo prácticamente nadie quiere una escalada militar, excepto la extrema derecha sionista (respaldada por los neoconservadores norteamericanos) que incluso ha amenazado con tirar una bomba atómica contra Gaza. Y si bien tanto la administración Biden como los republicanos están peleándose para ver quién es más pro-sionista, el actual gobierno norteamericano hecho las cuentas y sabe que una escalada podría significar no sólo una derrota electoral para los demócratas en 2024 sino algo mucho peor.

Las multitudinarias protestas en los cinco continentes, incluso en EEUU donde el partido demócrata tiene puntos encontrados, y donde un sector importante de la comunidad judía se levantó en protesta entrando al capitolio, al Central Pen Station e incluso la sede principal de BlackRock; los recientes ensayos misilísticos rusos con misiles hipersónicos por aire, tierra y mar; o el hecho de que el ingreso militar de Irán pueda generar una disparada en el precio de los hidrocarburos a nivel global (generando una escalada inflacionaria mundial, que podría tener alto impacto en EEUU); deben haber sido algunos de los escenarios en los cálculos que llevaron a Biden a pedir a China que intermedie para que Irán no entre el conflicto de forma directa.

El presidente norteamericano pretende reunirse con su par Xi Jimping en la cumbre de la APEC (Asia- Pacific Economic Cooperation) que se realizará del 11 al 17 de noviembre. Con la reunión seguramente pretenda mostrar una suerte de “fortaleza” y claramente una guerra desatada en la región haría imposible ese escenario.

Hay que recordar que China tiene muy buenos vínculos con Irán y éste es un eslabón clave en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI por sus siglas en inglés), siendo un paso estratégico en dirección a Europa, además de ser uno de los países que a partir del primero de enero se sumará al BRICS. De igual manera, los asiáticos tienen buenos vínculos con la monarquía del príncipe heredero Bin Salmán. Juntar a los árabes sunitas y a los persas chiitas en una misma mesa luego de más de siete años de enemistad no es moco de pavo, fue un logro de la sigilosa pero efectiva diplomacia china.

Según Jalife Rahme, en la muy desprestigiada APEC, seguramente Biden pretenderá generar un compromiso de Xi para que éste sea quien frene la escalada. Biden mostrará una suerte de fortaleza diplomática, al tiempo que podría “ofrecer” calmar las aguas (del lado israelí), frenar las agresiones, quitar del medio a Netanyahu y a los colonos supremacistas jázaros en Cisjordania ocupada, para posteriormente poder avanzar en la solución de dos Estados. Y vaya uno a saber si sería sobre las fronteras de 1967 (resolución 242 de la ONU), o sobre las de 1948 (resolución 141) como -entre otros- sostiene el ex diplomático británico Alaster Crooke.

Todo esto si es que Biden aún tiene algún grado de control sobre un Netanyahu que cada vez tiene menos poder político, que cual bestia herida es cada vez más peligroso (porque es un sionista supremacista) y que -en su afán de zafar de la cárcel y la “muerte política”- puede ser aún más criminal de lo que ya es.

Lo que podría sacarse en limpio de este escenario es que EEUU utiliza la guerra como forma para pegarle a China (la guerra sólo es negocio para la industria militar norteamericana), dado que muchos de los conflictos se dan en regiones ubicadas en lugares estratégicos de la Iniciativa de la Ruta y de la Franja; en tanto China utiliza la paz como herramienta para pegarle a EEUU, lo deja en offside ante la opinión pública y limita al Complejo Industrial Militar (CIM) y con él, la reactivación económica gringa. Pese a esto, no hay dudas que las 25 mayores empresas del CIM norteamericano (muchas de ellas tienen como uno de sus principales accionistas a BlackRock) son las grandes ganadoras tanto de la guerra en Ucrania como del reabastecimiento israelí en este genocidio.

No hay una postura unificada en occidente

En paralelo la OTAN se está resquebrajando internamente, por lo menos, ante el tema Ucrania: Por un lado, la postura del presidente de Hungría, Viktor Orban, quien abiertamente sostiene que se deben levantar las sanciones a Rusia y que pretende tener una relación más abierta; por otro, posturas como la del primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, que no está a favor de seguir apoyando a Ucrania por ser el país más corrupto del mundo. Y como si fuese poco, en Alemania un sector del partido comunista, rompió con este y armó el partido “Die Linke”, encabezado por Sahra Wagenknecht, quien plantea abiertamente que son el partido de la paz, que quieren negociar con Rusia y que su país debe manejar la diplomáticamente y no seguir las locuras belicistas. Esta candidata ya tiene más del 27% de aceptación, mejor imagen que los verdes, la AFD y al partido socialdemócrata. Y hay quienes manejan que podría fusionarse con la AFD lo cual podría llevar a que en el futuro cercano cambie la orientación del gobierno germano.

En tanto las amenazas nucleares de funcionarios y políticos israelíes, desencadenaron revuelos políticos y mediáticos en distintos lados: Irán pidió a la ONU y a la Agencia de Energía Atómica la desnuclearización de Israel; EAU rechazó las amenazas al igual que Arabia Saudí; Bolivia rompió relaciones con Israel; Colombia llamó a consulta al embajador y acompañará a Argelia en una denuncia en la CPI; Jordania retiró a su embajador y echó al israelí; Bahrein también está pensando en hacerlo; en Türkiye Israel retiró a sus diplomáticos; Chile y Argentina condenaron tanto el ataque de Hamas como la desproporción de Israel; Brasil, Venezuela, Nicaragua, Honduras protestó por el genocidio en Gaza; Sudáfrica retiró a todos sus diplomáticos de Israel; Pakistán ya se manifestó abiertamente a favor de Palestina, y la lista sigue.

Hay quienes dicen que la postura de Türkiye es “de pose” para no perder influencia en el sunismo, dado que sigue haciendo grandes negocios petroleros con Israel (de ahí el dardo envenenado que arrojó Nasrallah al exigirle al mundo sunnita que no le venda petróleo al sionismo), algo que fue reiterado recientemente por el presidente iraní Raisi en la cumbre de la Organización de Cooperación Islámica.

Los límites son cada vez más angostos y se camina por una línea roja cada vez más finita. Habrá que analizar muy fríamente tres hechos que sucedieron este fin de semana: el discurso del Secretario General de Hezbollah, Sayyed Hasan Nasrallah; la cumbre de la Liga Árabe que tuvo lugar en Arabia Saudí; y la cumbre de la Organización para la Cooperación Islámica que realizada en Riat (capital saudí) y contará con representes de 57 países islámicos (1800 millones de personas) encabezada por el presidente iraní Raizi y el príncipe heredero saudí, Bin Salmán. Habrá que prestarle especial atención al precio del petróleo y del oro, pese a que no hubo grandes acuerdos.

A todas luces y por más frío que parezca, Gaza podría convertirse en la tercera derrota militar norteamericana del último tiempo (antes Afganistán y Ucrania). Salvo en el conflicto de Nagorno-Karabaj, donde el eje Israel-Azerbayan logró asestar un golpe en el bajo vientre ruso, los norteamericanos vienen de derrota en derrota, y no sólo en el plano militar.

Gaza y sus ya más de 11 mil muertos, pasó de ser la cárcel a cielo abierto más grande del mundo, al cementerio más grande del mundo. No sólo por el genocidio que está cometiendo el Ente Sionista que conducen racistas y supremacistas, sino porque podría enterrar la lógica de dominación que hoy ejerce el tándem EEUU/Israel ¿Sucederá esto último? ¿Comenzara una escalada militar que desemboque en una guerra regional? ¿El mundo se verá envuelto -nuevamente- en una nueva guerra mundial? Interrogantes que hoy por hoy no tienen respuesta pero que no hay que descartar de la palestra de posibilidades.


Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Una historia de Palestina (parte II)

Una historia de Palestina (parte II)

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

La historia de Palestina nos conmueve por el conflicto actual y por el terrible genocidio que sigue perpetrando el régimen sionista de Israel sobre esa parte del llamado Medio Oriente. En Revista Trinchera queremos presentar a nuestros lectores una breve historia de Palestina en cuatro partes para poder comprenderla desde el punto de vista historiográfico, arqueológico, geopolítico y social. 

La segunda parte se centrará en la historia de Palestina desde el 500 a.C., hasta la Primera Guerra Mundial de 1914-1918. Durante esta larga etapa histórica, Palestina pasa por ser dominada por diversos imperios. Hay excepciones. Lo cierto es que las poblaciones de Palestina siempre fueron en su mayoría de lenguas semitas, independientemente de sus creencias religiosas. 

Entre el 500 a.C., y el 150 d.C., las comunidades judaicas semitoparlantes eran la mayoría y fueron las que forjaron la religión monoteísta judaica que conocemos. Parece ser que la formación de la religión monoteísta judaica surgida en Palestina pertenece a la “era axial”. El siglo VI a.C., ya supuso un verdadero punto de inflexión no sólo para Israel, sino para gran parte del mundo antiguo. Empieza una era marcada por la aparición de toda una serie de innovadores (símbolos personificados de tendencias generales en sus respectivas comunidades): Confucio (550-480 a.C.) en China, Buda (560-480 a.C.) en la India, Zoroastro (finales del siglo VII a.C.) en Irán, los filósofos y los “científicos” jonios que dan paso a la gran filosofía, a la tragedia y a la historiografía, en Grecia, y los grandes profetas “éticos” (como Ezequiel y el Deutero Isaías) del período de la “Cautividad de Israel”. La Biblia presenta el monoteísmo como si ya hubiera existido desde los orígenes de la “historia de Israel”, y se hubiera perpetuado luego en el tiempo, sin sufrir cambio alguno. Los especialistas hace tiempo que están de acuerdo en admitir que la aparición del monoteísmo es el resultado final de un largo proceso.

Durante el exilio en Babilonia, los habitantes semitas del reino de Judá deportados escriben lo que se conoce como el “Talmud de Babilonia” (Talmud Bavli), mientras que los pobladores semitas todavía establecidos en Judea escriben el “Talmud de Jerusalén”. Estos dos manuscritos representan las primeras manifestaciones de la Torá en forma escrita, y el “Talmud de Babilonia” es el utilizado actualmente por las comunidades judías. La subsecuente conquista de Babilonia a manos de los persas permitió a muchos judíos regresar a su tierra natal luego de 70 años en el exilio babilónico. Se construyó un nuevo Segundo Templo y se restablecieron las antiguas prácticas. Hacia el 330 a.C., Palestina cambia de mando imperial tras la derrota de los persas aqueménidas frente a las tropas del macedonio Alejandro Magno. Durante el llamado período helenístico esta región estuvo bajo el dominio de sus sucesores, primero de los lágidas de Egipto hasta el 197 a.C., y luego de los seléucidas hasta el 142 a.C. Pero la comunidad semítica judía fue testigo de la aparición de un grupo rebelde que no estaba para nada de acuerdo con cierto sincretismo entre religiones helenística y judaica. Entre el 167 y el 160 a.C., se produce la rebelión de los Macabeos, que fundan un reino judaico independiente en Palestina. En el 140 a.C., se forma el llamado reino judío de los asmoneos. Hacia el 60 a.C., los romanos logran apoderarse de Palestina. En el 37 a.C., el gobernador romano de Siria, Cayo Sosio, coloca en el poder al líder judío Herodes, declarándolo rey efectivo y cipayo del imperio latino. En la era de los asmoneos surgen las facciones judaicas de los fariseos, los esenios y los seduceos. 

Hacia el 4 a.C., parece ser que nace Jesús en Belén, en el sur de Palestina. En el decenio del 30 d.C., Jesús es crucificado según la tradición bíblica cristiana. Entre el 50 y el 100 se forja la religión cristiana monoteísta en Palestina. Pero las comunidades semitas judaicas buscaban la independencia sin conseguirla. Las derrotas de las rebeliones judías en los años 70 y 135 causaron grandes deportaciones de judíos, que dieron inicio a la Diáspora. Asimismo, tras la segunda de estas guerras (la rebelión de Bar Kojba), el emperador Adriano eliminó la provincia romana de Judea, fusionándola con la provincia romana de Siria para constituir la provincia de Siria Palæstina. En el 350-400 el cristianismo logra gran difusión por Palestina y las comunidades semíticas profundizan la cristianización. 

Al dividirse el imperio romano en el 395,  Palestina quedó bajo la dominación del imperio de Oriente hasta el 636, cuando se produjo la conquista islámica de la región por los árabes. Los árabes dividieron el Levante mediterráneo en cuatro provincias y llamaron Yund Filastin a la ubicada en Palestina. La región estuvo sucesivamente bajo el dominio de la dinastía Omeya (661-750), el califato abasí (750-1071) y los turcos selyúcidas (desde el 1071). La mayoría de la población semítica se islamizó, pero quedaron pequeñas comunidades judaicas y cristianas. 

Las Cruzadas cristianas fracasaron en establecer el dominio europeo duradero en Palestina. La Primera Cruzada logró derrotar a los selyúcidas en 1098, tras lo cual el califato fatimí ocupó Jerusalén. Los cruzados lograron tomar de nuevo la ciudad y establecieron allí el reino de Jerusalén del 1099 al 1187 cuando la ciudad fue reconquistada por el sultán Saladino, que estableció la dinastía de los ayubíes en Egipto y Siria. Reemplazada por la dinastía de los mamelucos, también en Egipto, que dominó la región hasta 1516 cuando fueron derrotados por los turcos otomanos dirigidos por Selim I. La región de Palestina fue parte de la “Siria Otomana”, bajo dominio del imperio turco otomano durante cuatro siglos hasta la Primera Guerra Mundial. Desde los años 1880 el sur era parte del sanjacado separado de Jerusalén, mientras el norte dependía del vilayato de Beirut y el este del río Jordán dependía del vilayato de Damasco.

En el marco de la Primera Guerra Mundial de 1914-1918 el imperio turco otomano ya estaba en franca decadencia y se alió a la Alemania del káiser Guillermo II contra los británicos, los franceses y la Rusia zarista. Finalmente, los británicos y los franceses derrotan a los alemanes y a los turcos otomanos. En 1916 Gran Bretaña conquistó la región de Palestina. Al finalizar la guerra en 1918, británicos y franceses dirigieron la partición del imperio turco otomano. La Conferencia de San Remo y el Mandato de la Sociedad de Naciones crearon el Mandato Británico de Palestina. A los semitas palestinos, en su mayoría musulmanes, se les prometió la creación de un estado propio. Pero los británicos se decidieron por los sionistas, inventores de un nacionalismo judío apoyado por el imperialismo occidental. Empezaba una nueva historia para Palestina. 


Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Una historia de Palestina (parte I)

Una historia de Palestina (parte I)

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La historia de Palestina nos conmueve por el conflicto actual y por el terrible genocidio que sigue perpetrando el régimen sionista de Israel sobre esa parte del llamado Medio Oriente. En Revista Trinchera queremos presentar a nuestros lectores una breve historia de Palestina en cuatro partes para poder comprenderla desde el punto de vista historiográfico, arqueológico, geopolítico y social. 

La primera parte se centrará en la historia antigua de Palestina. Pero antes debemos ubicarnos geográficamente. Se trata de un territorio comprendido aproximadamente entre el Mar Mediterráneo y el valle del río Jordán (de oeste a este), y entre el río Litani y el Néguev, sin incluir el Sinaí (de norte a sur), y que forma parte del Medio Oriente o Asia occidental. Se cree que luego del 1200-1000 a.C., un pueblo llamado Peleset, quizá de origen indoeuropeo, se instaló a lo largo de la costa sur, convirtiéndose en los filisteos de la tradición bíblica, y dando nombre a la región de Palestina. En esta ubicación, los Peleset influyeron en la cultura semita local, pero también la asimilaron rápidamente. Durante los siglos XII y XI a.C., los Peleset penetraron aún más en el interior de Palestina y allí se enfrentaron tanto con los gobernantes semitas cananeos locales como con los semitas israelitas (o antiguos hebreos).

Hasta aquí ya dimos unas pistas sobre la etimología de la región y mencionamos a pueblos de larga tradición en la región. Lo cierto es que Palestina viene siendo poblada desde antiguo, quizá hace 1,5 millones de años, formándose distintas culturas de la antigua Edad de Piedra (o paleolítico). Hace más de 100.000 años llegaban las primeras bandas cazadoras-recolectoras de la especie Homo sapiens; pero también hay registros de la especie Homo neanderthalensis de hace unos 60.000-40.000 años. 

La especie Homo sapiens quedó como la única superviviente desde hace unos 30.000 años en Palestina. La región fue testigo de los primeros indicios de vida aldeana y agraria hace unos 12.000-7000 a.C. Se fundaron aldeas amuralladas como la antigua Jericó y se cultivaba trigo y cebada, mientras se domesticaban perros, ovejas y cabras. Hace unos 4000-3500 a.C., las gentes de Palestina empezaron a vivir en pequeños centros urbanos y usaba cobre. No se sabe el origen étnico concreto de estas poblaciones, pero hace unos 3000 años a.C., parece ser que hay registros de una llegada de pueblos de habla semita, que serán conocidos como “cananeos”. Cierta historiografía árabe ubica el lugar de origen de estos semitas en el sur de Arabia, en el Himyar, en el actual Yemen. Se cree que llegaron a Palestina entre el 3000 y el 2500 a.C., cuando se daba inicio a la Edad del Bronce en la región.

Entre el 3000 y el 750 a.C., las poblaciones semitas dominantes eran la de los cananeos, parientes de los fenicios y púnicos. Quizá fueron los autores del primer alfabeto conocido en la historia hace unos 1600-1400 años a.C. Entre el 1200 y el 750 a.C., surgen nuevos pueblos de origen semítico, como el de los israelitas (o antiguos hebreos), el de los edomistas, el de los amonitas, el de los moabitas y el de los arameos. Los ya mencionados Peleset o filisteos, de origen indoeuropeo, fueron asimilando la cultura semítica. De todos estos pueblos, los israelitas y los arameos fueron los más numerosos y los que fundaron reinos propios. 

Los antiguos hebreos, que serán conocidos como israelitas, aparecen por primera vez en fuentes históricas a finales del siglo XIII (c. 1207 a. C.), cuando la llamada “estela de Israel” del rey egipcio Merenptah los enumera entre otros lugares y pueblos del sur de Levante. La tradición bíblica de origen israelita bajo Josué describe la invasión desde el desierto y la conquista de comunidades existentes. Los estudiosos recientes arrojan considerables dudas a este respecto y prefieren ver una transformación social durante los siglos XIII-XI a.C., de los grupos que ya se encontraban en la zona. Las dos interpretaciones principales consideran la infiltración y la sedentarización de pastores que anteriormente habían existido en los márgenes de las comunidades agrícolas, o las revueltas campesinas contra las élites urbanas de la Edad del Bronce. Ambas visiones consideran las comunidades aldeanas dispersas en las zonas montañosas del sur del Levante a principios de la Edad del Hierro como respuesta a los trastornos políticos de finales de la Edad del Bronce Final. El conflicto entre filisteos y hebreos probablemente aceleró el desarrollo de la identidad étnica y la compleja organización política entre las tribus israelitas.

Los arameos, también semitas, habían existido en los márgenes del desierto sirio durante la Edad del Bronce Final. Estas personas ahora se infiltraron en la mayor parte de Siria. Elementos luvitas, originarios del sudeste de Anatolia y que hablaban una lengua indoeuropea, habían estado presentes en el extremo norte de Siria durante la Edad del Bronce Final. Esta población aumentó en número después del colapso del imperio hitita hacia el 1200-1178 a.C. Tanto los arameos como los luvitas se mezclaron con la población indígena para desarrollar una cultura a menudo llamada “sirio-hitita”.

Se discute mucho el proceso por el cual surgió una organización estatal urbana a partir de la estructura social tribal de la aldea del asentamiento israelita inicial. Los relatos recientes enfatizan los factores tecnológicos (herramientas agrícolas de hierro, terrazas, cisternas revestidas de cal), la expansión de la producción agrícola, el crecimiento de la población, la competencia social por la riqueza, la renovación de las relaciones comerciales regionales, el clientelismo político que trasciende a los grupos familiares y el surgimiento de organizaciones regionales. centros de culto. En el relato bíblico, la elección de Saúl como rey (militar) fue todavía un acto “democrático”, bajo la presión de la expansión filistea. David, descendiente de la “casa de Judá”, unió a Israel y Judá bajo su gobierno alrededor del año 1000 a.C., y luego expandió su reino hacia el sur de Siria y Transjordania. Jerusalén, antigua fortaleza jebusita, se convirtió en la capital y, con el traslado del “arca de la alianza”, en el centro religioso del estado.

Salomón, el sucesor de David, centró sus esfuerzos en la reforma administrativa y la reorganización militar. Dividió el reino en distritos cuyos límites seguían los de las antiguas divisiones tribales y las de las antiguas ciudades-estado cananeas independientes. La incorporación de estas ciudades-estado, ya iniciada bajo David, trajo una mayor prosperidad a la clase dominante en Israel y mejoró el nivel de vida material. Por otro lado, las masas de personas fueron sometidas a una explotación económica creciente y tuvieron que soportar el peso de la expansión militar y la defensa fronteriza. Salomón participó activamente en el comercio exterior, en parte en asociación con Hiram, rey de Tiro, y tuvo contactos comerciales con el sur de Arabia a lo largo del “camino del incienso” (de ahí la historia bíblica de la reina de Saba).

Después de la muerte de Salomón, el reino unido se dividió en dos entidades políticas: Israel y Judá. Cada uno de ellos estaba en guerra con sus vecinos arameos del norte; y la expansión imperial asiria amenazaba a ambos. Israel pasó a formar parte del imperio asirio en 721, cuando Sargón II tomó Samaria y deportó a muchas personas, reemplazándolas con nativos de Babilonia y Hamat. Judá se convirtió en cliente después de que las tropas del rey asirio Senaquerib derrotaran a las de Ezequías en el año 701 a.C. Ambos reinos hebreos estaban influencias por las ideologías religiosas de los vecinos arameos y cananeos. De acuerdo a la Biblia judeocristiana surgieron profetas como Elías, Eliseo, Amós, Isaías, Ezequiel y Jeremías que denunciaban la idolatría para fomentar al dios Yavé, que se convirtió en la deidad de los semitas hebreos, que en otros tiempos era conocido como El.

Un personaje importante fue el rey Josías de Judá. Según la Biblia judeocristiana, Josías instituyó reformas importantes. En su reinado se inició la recopilación y edición del libro bíblico Deuteronomio bajo el liderazgo religioso del profeta Jeremías.  La Biblia judeocristiana también relata que en tiempos del rey Josías de Judá la adoración a Yavé reforzó el monoteísmo hebreo en el siglo VII a.C. Parece ser que Josías se dio cuenta de la oportunidad que tenía de formalizar la sustitución de una dependencia y una fidelidad al señor terrenal ligada a un emperador de Mesopotamia, por una dependencia y una fidelidad al señor divino, Yavé.

En el año 612 a.C., la capital asiria, Nínive, fue conquistada por las tropas de Nabopolasar, rey de Babilonia. Josías aprovechó la debilidad asiria y reconquistó algunas zonas del norte de lo que era el reino de Israel. Tuvo una disputa con Egipto, que temía un fortalecimiento de Mesopotamia y quería precipitarse en ayuda de los asirios. En la primavera de 609 a.C., el faraón Necao II encabezó una importante fuerza para ayudar a los asirios. A la cabeza de un gran ejército, Necao tomó la ruta de la Vía Maris con el apoyo de su flota del Mediterráneo, pero al intentar cruzar por tierra encontró el paso del valle de Jezreel bloqueado por el ejército de Judá dirigido por Josías, aliado de Babilonia. En la batalla de Megido Josías murió en el año 609 a.C. Lo cierto es que el reino de Judá, sin embargo, resistió hasta que el imperio neobabilonio bajo las tropas del rey Nabucodonosor II destruyen Jerusalén y el templo en el año 586 a.C. Se produce la deportación de gran parte de la población de Judá a Babilonia, donde vivirán siete décadas. 

Hasta el año 539 a.C., Palestina estuvo bajo poder babilónico. Pero en ese año tropas persas aqueménidas al mando del rey Ciro II derrotan al imperio de Babilonia. El nuevo emperador del Asia occidental deja que los deportados de Judá regresen a Palestina y construyan un nuevo templo. La totalidad del reino de Babilonia fue anexionada como una sola satrapía. Más tarde, con Darío I, esa satrapía (demasiado grande y demasiado importante) fue dividida en dos, situándose la capital de la satrapía de Transeufratina en Damasco, donde residía un gobernador persa. Este territorio estaba además dividido en provincias, que probablemente fueran más numerosas en la costa, debido a la mayor densidad de los asentamientos (tenemos conspicuos restos de palacios persas en Sidón, Arwad y Biblos), mientras que las mesetas del interior de Palestina fueron confiadas al gobernador residente en Samaria. Pero los persas aqueménidas convirtieron a Palestina en provincia del nuevo imperio dominante.

Hasta aquí la historia antigua de Palestina. En la segunda parte abordaremos la etapa que va desde el 500 a.C., hasta la Primera Guerra Mundial de 1914-1918 de la era actual. 


Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

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