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Vivimos en un mundo donde lo que prima son la mentira y las operaciones mediáticas, por lo cual intentar arrojar luz sobre lo que nos sucede, es una obligación histórica con nuestros pueblos.

Ya casi nadie habla de Ucrania, ni siquiera los europeos que son quienes más complicaciones están padeciendo por seguir como perritos falderos a los norteamericanos. El cuasi silencio posiblemente responda a que desde hace meses se sabe que es una guerra perdida. El propio Zelenski sabe que ya no le van a seguir financiando el negocio que está destruyendo al pueblo ucraniano.

Distintos analistas señalan que la intensión de EEUU era construir en esa región del mundo, un nuevo Israel; otro mini-gendarme que responda y reporte a las potencias occidentales (sobre todo a los norteamericanos) en detrimento del vecino euroasiático con quien los ucranianos comparten (en varias regiones del territorio) no sólo idioma sino tradiciones y prácticas culturales.

La energía como pilar de los conflictos

Cabe destacar que el soborno de los gasoductos North Stream y su destrucción a manos de occidente -entre otra cosas- fue lo que llevó a que Europa tuviera que optar. Eligió seguir sin chistar a los norteamericanos quienes hicieron un gran negocio al reemplazar con su gas de esquisto (caro), al de los rusos (barato). Europa entraba en crisis energética y luego en crisis económica, sobre todo Alemania quien sería la más perjudicada.

Este escenario sumado al acuerdo de Rusia con las monarquías del Golfo en la OPEP+, para limitar la producción diaria de barriles de petróleo, y al reciente acuerdo promovido por China entre la Arabia Saudí -sunita- (uno de los mayores productores de petróleo) e Irán -chiita- (uno de los mayores productores de gas) complicaron -y mucho- el suministro norteamericano; sobre todo porque África le vende hidrocarburos mayormente a China. En paralelo se observan levantamientos contra las viejas metrópolis, muchos países de ese continente (sobre todo en el Sahel) despojados históricamente de sus recursos minerales e hidrocarburíferos. Por su parte Argelia, que proveía de energía a España, dejó de hacerlo luego de que Pedro Sánchez apoyara a los marroquíes en detrimento de posición histórica de España, en favor del pueblo Saharaui.

Seguramente por eso, de buenas a primeras (en realidad luego de meses de negociaciones) y sin que occidente -antes escandalizado- chiste, EEUU levantó las sanciones por seis meses al petróleo, al oro y a otros activos venezolanos. ¿Demasiada casualidad que esto suceda justo este momento, no? Una Venezuela asediada y agobiada por el bloqueo pero que, ante el cambio de escenario, supo gestar una oportunidad para airear su economía. Obviamente nada está resuelto, recientemente los norteamericanos volvieron a insistir con habilitar para las elecciones presidenciales del 2024 a personajes como María Corina Machado, rabiosa opositora que instigó en reiteradas oportunidades el derrocamiento del gobierno de Maduro (antes de Chávez). 

Mientras se dan todos estos movimientos, el dólar norteamericano sigue perdiendo peso como moneda de reserva y/o de intercambio comercial; la guerra en Ucrania (por ahora) no les sirvió para reactivar su economía (cada vez más dependiente del Complejo Industrial Militar) y los niveles de su crisis de deuda son cada vez más importantes y han llegado a niveles escandalosos, nunca antes vistos. En este escenario, la faltante de reservas de hidrocarburos (que se las consumieron casi todas) y el compromiso de venta a Europa, terminaron convirtiendo al petróleo en el talón de Aquiles de EEUU, e Irán se dio cuenta. Los norteamericanos están perdiendo por todos lados, pero como siempre decimos: una bestia herida, lejos de acobardarse, se puede volver aún más peligrosa.

Si bien el conflicto en Nagorno-Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán tiene mucho tiempo, la reciente avanzada de los azeríes ha sido un duro golpe -de israelíes y norteamericanos- no sólo a Rusia (dado que es su “bajo vientre”), sino también para Irán. Por un lado, sirvió para minar las posibilidades del corredor comercial del que hablaba Pepe Escobar hace algunas semanas -entre Rusia, Azerbaiyán e Irán-, en favor del que promueve Türkiye. Por el otro, controlar los hidrocarburos existentes en la región (Azerbaiyán es un aliado turco), y dejar mal parada a Rusia, dado que ésta es una aliada histórica de los armenios, que en este caso se sintieron desamparados ante su ausencia (entre otras cosas por estar ocupada en Ucrania).

La ofensiva de la Resistencia Palestina

En este contexto se da la nueva escalada militar entre Hamas e Israel. Está más que claro que la operación “Lluvia de Al-Aqsa” del 7 de octubre no fue algo que se planificó de un día para otro. De hecho, el inicio de la operación se da al día siguiente de que cientos de colonos israelíes ingresaran en la mezquita Al-Aqsa por la fuerza -y respaldados por el ejército israelí- en un claro gesto de provocación. 

En otro orden de cosas, hay quienes indican que Türkiye está detrás de la ofensiva por ser el país donde viven algunos de los líderes de Hamas; otros indican a Qatar, y como no podía ser de otra forma, Occidente responsabiliza a Irán, país que promovió reuniones de más alto nivel entre los jefes del Hamas, de la Yihad Islámica y del Hezbollah del Líbano, que hace poco se volvieron a reunir pero ahora públicamente.

Lo cierto es que desde ese 7 de octubre, Israel ha vuelto a perpetrar un genocidio contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza, al tiempo que siguen asediando a los palestinos que viven en la Cisjordania ocupada. Las imágenes del horror que se vive en Gaza, parecen salidas de una película sobre el apocalipsis de la humanidad pero es la cruda realidad. Para cuando estas páginas sean publicadas más de 12 mil personas habrán muerto producto de los bombardeos y la avanzada militar del Ente Sionista.

El ataque y la avanzada de la resistencia palestina podría leerse de varias maneras: 

  • Una operación para que no se pierda en el olvido la causa del pueblo palestino, boicoteando el restablecimiento de relaciones que tanto los Saudíes como otras monarquías de la región habían comenzado a hacer con Israel. 
  • Como una jugada de ajedrez del chiismo. Cabe recordar que recientemente Irán recompuso relaciones con Arabia Saudí, mediados por la República Popular China, y que se dio cuenta de que la energía es un talón de Aquiles para los norteamericanos;
  • O como el hartazgo palestino ante más de siete décadas y media de violaciones permanentes a su dignidad sin que el mundo se escandalice y tome medidas concretas para frenar a los supremacistas sionistas.

Otra perspectiva que puede incluirse es la elaborada por el analista geopolítico mexicano, Alfredo Jalife Rahme, quien sostiene que lo que sucede en Gaza es un gran blef de los israelíes (podríamos agregar que en realidad de los norteamericanos), dado que el objetivo militar principal no es el Hamas sino Irán. Lo dijo Netanyahu en reiteradas oportunidades, no es algo que estemos inventando: su intención es borrar del mapa a Irán. Ahora, cabe preguntarse ¿realmente es Israel o es EEUU que no puede hacerse cargo de otro conflicto en estos momentos y por eso juega la ficha de su aliado estratégico en la región ante las jugadas de la diplomacia china en Medio Oriente y para correr el eje de la derrota contundente en Ucrania?

Israel posiblemente busque -además- balcanizar Gaza, generar que la inmensa población concentrada en el norte de esa región tenga que migrar al sur, o incluso sea expulsada a Egipto, para quedarse con esos territorios, o en caso de no lograrlo al menos convertirla en un lugar donde no se puedan vivir. Biden sostuvo recientemente que Israel quiere a Gaza, pero no a sus habitantes ¡Oh casualidad!

En este escenario cabe señalar que desde hace años el gobierno israelí pretende poner en ejecución el Proyecto Gazan Marín, un proyecto gasífero en las costas de Gaza que iban a realizar junto a Egipto. Pero sin acabar con los palestinos de Gaza, y son el control de ese territorio, esos yacimientos no podrían ser explotados por Israel. No es menor resaltar que éstos serían los más importantes a los que podría acceder el Ente Sionista, que hoy compra petróleo, sobre todo, a Kazajistán y Azerbaiyán y que pasan por Türkiye.

La avanzada militar israelí en Gaza no podía más que empeorar la cosa: Hezbollah e Irán advirtieron a Israel de que pagaría un alto precio si lo hacía, y lamentablemente el viernes 27 de octubre por la noche, comenzaban a llegar imágenes de una Gaza apocalíptica producto de los bombardeos y de la avanzada sionista.

Ante la escalada, en el seno de la ONU, surgían distintas iniciativas proponía exigiendo un alto al fuego, resolución en la que sólo 14 países votaron en contra, entre ellos EEUU. El argumento: que Israel tiene derecho a defender a su pueblo de Hamas. El problema es la desproporción de la agresión del Ente Sionista.

Gaza: de cárcel a cementerio

A más de un mes de inicio del genocidio, algunos gobiernos comenzaron a reaccionar (tardíamente) ante la brutalidad de israelí. Conceptos como “crímenes de guerra” y “genocidio” comenzaron a aparecer con más frecuencia en los medios, aunque aún muy tímidamente. Al parecer la “Cúpula de Hierro” también es mediática. La Franja de Gaza se está convirtiendo en un cementerio ante los ojos impávidos de los gobernantes del mundo y mientras, cientos de miles de personas en distintas partes del mundo salen a las calles a exigirle a sus gobiernos que se frene esta locura. Lamentablemente esos reclamos no están siendo escuchados por los gobernantes de las potencias occidentales, con excepción de Macrón que ahora parece que se despertó.

Quizás responda a que hace semanas distintos analistas vienen advirtiendo que este genocidio puede llevar a una escalada regional que arrastre a las grandes potencias a un enfrentamiento de carácter global. Afortunadamente para la humanidad, las predicciones de una respuesta armada de gran envergadura de Irán, Hezbollah y otros grupos del Eje de la Resistencia, aún no se ha dado. Si bien hay enfrentamientos en el sur del Líbano, en Siria e Irak, no han desatado respuestas desproporcionadas. La cautela y el llamado a apegarse a las Leyes Internacionales ha sido lo que primó, pero ¿por cuánto tiempo se sostendrá?

Si bien los distintos actores del eje de la resistencia han afirmado que las consecuencias para Israel serían severas, se han manejado con cautela, sabiendo que una respuesta militar de envergadura podría significar una escalada que lleve a un escenario mucho peor. Algo a lo que parece que estaba apostando el gobierno de la ocupación sionista que encabeza Netanyahu. Es por demás sabido que, si fuese por Bibi, hace tiempo habría arrojado bombas atómicas sobre Irán. Lo dio a entender públicamente en la ONU hace algunos años.

En lo discursivo prácticamente nadie quiere una escalada militar, excepto la extrema derecha sionista (respaldada por los neoconservadores norteamericanos) que incluso ha amenazado con tirar una bomba atómica contra Gaza. Y si bien tanto la administración Biden como los republicanos están peleándose para ver quién es más pro-sionista, el actual gobierno norteamericano hecho las cuentas y sabe que una escalada podría significar no sólo una derrota electoral para los demócratas en 2024 sino algo mucho peor.

Las multitudinarias protestas en los cinco continentes, incluso en EEUU donde el partido demócrata tiene puntos encontrados, y donde un sector importante de la comunidad judía se levantó en protesta entrando al capitolio, al Central Pen Station e incluso la sede principal de BlackRock; los recientes ensayos misilísticos rusos con misiles hipersónicos por aire, tierra y mar; o el hecho de que el ingreso militar de Irán pueda generar una disparada en el precio de los hidrocarburos a nivel global (generando una escalada inflacionaria mundial, que podría tener alto impacto en EEUU); deben haber sido algunos de los escenarios en los cálculos que llevaron a Biden a pedir a China que intermedie para que Irán no entre el conflicto de forma directa.

El presidente norteamericano pretende reunirse con su par Xi Jimping en la cumbre de la APEC (Asia- Pacific Economic Cooperation) que se realizará del 11 al 17 de noviembre. Con la reunión seguramente pretenda mostrar una suerte de “fortaleza” y claramente una guerra desatada en la región haría imposible ese escenario.

Hay que recordar que China tiene muy buenos vínculos con Irán y éste es un eslabón clave en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI por sus siglas en inglés), siendo un paso estratégico en dirección a Europa, además de ser uno de los países que a partir del primero de enero se sumará al BRICS. De igual manera, los asiáticos tienen buenos vínculos con la monarquía del príncipe heredero Bin Salmán. Juntar a los árabes sunitas y a los persas chiitas en una misma mesa luego de más de siete años de enemistad no es moco de pavo, fue un logro de la sigilosa pero efectiva diplomacia china.

Según Jalife Rahme, en la muy desprestigiada APEC, seguramente Biden pretenderá generar un compromiso de Xi para que éste sea quien frene la escalada. Biden mostrará una suerte de fortaleza diplomática, al tiempo que podría “ofrecer” calmar las aguas (del lado israelí), frenar las agresiones, quitar del medio a Netanyahu y a los colonos supremacistas jázaros en Cisjordania ocupada, para posteriormente poder avanzar en la solución de dos Estados. Y vaya uno a saber si sería sobre las fronteras de 1967 (resolución 242 de la ONU), o sobre las de 1948 (resolución 141) como -entre otros- sostiene el ex diplomático británico Alaster Crooke.

Todo esto si es que Biden aún tiene algún grado de control sobre un Netanyahu que cada vez tiene menos poder político, que cual bestia herida es cada vez más peligroso (porque es un sionista supremacista) y que -en su afán de zafar de la cárcel y la “muerte política”- puede ser aún más criminal de lo que ya es.

Lo que podría sacarse en limpio de este escenario es que EEUU utiliza la guerra como forma para pegarle a China (la guerra sólo es negocio para la industria militar norteamericana), dado que muchos de los conflictos se dan en regiones ubicadas en lugares estratégicos de la Iniciativa de la Ruta y de la Franja; en tanto China utiliza la paz como herramienta para pegarle a EEUU, lo deja en offside ante la opinión pública y limita al Complejo Industrial Militar (CIM) y con él, la reactivación económica gringa. Pese a esto, no hay dudas que las 25 mayores empresas del CIM norteamericano (muchas de ellas tienen como uno de sus principales accionistas a BlackRock) son las grandes ganadoras tanto de la guerra en Ucrania como del reabastecimiento israelí en este genocidio.

No hay una postura unificada en occidente

En paralelo la OTAN se está resquebrajando internamente, por lo menos, ante el tema Ucrania: Por un lado, la postura del presidente de Hungría, Viktor Orban, quien abiertamente sostiene que se deben levantar las sanciones a Rusia y que pretende tener una relación más abierta; por otro, posturas como la del primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, que no está a favor de seguir apoyando a Ucrania por ser el país más corrupto del mundo. Y como si fuese poco, en Alemania un sector del partido comunista, rompió con este y armó el partido “Die Linke”, encabezado por Sahra Wagenknecht, quien plantea abiertamente que son el partido de la paz, que quieren negociar con Rusia y que su país debe manejar la diplomáticamente y no seguir las locuras belicistas. Esta candidata ya tiene más del 27% de aceptación, mejor imagen que los verdes, la AFD y al partido socialdemócrata. Y hay quienes manejan que podría fusionarse con la AFD lo cual podría llevar a que en el futuro cercano cambie la orientación del gobierno germano.

En tanto las amenazas nucleares de funcionarios y políticos israelíes, desencadenaron revuelos políticos y mediáticos en distintos lados: Irán pidió a la ONU y a la Agencia de Energía Atómica la desnuclearización de Israel; EAU rechazó las amenazas al igual que Arabia Saudí; Bolivia rompió relaciones con Israel; Colombia llamó a consulta al embajador y acompañará a Argelia en una denuncia en la CPI; Jordania retiró a su embajador y echó al israelí; Bahrein también está pensando en hacerlo; en Türkiye Israel retiró a sus diplomáticos; Chile y Argentina condenaron tanto el ataque de Hamas como la desproporción de Israel; Brasil, Venezuela, Nicaragua, Honduras protestó por el genocidio en Gaza; Sudáfrica retiró a todos sus diplomáticos de Israel; Pakistán ya se manifestó abiertamente a favor de Palestina, y la lista sigue.

Hay quienes dicen que la postura de Türkiye es “de pose” para no perder influencia en el sunismo, dado que sigue haciendo grandes negocios petroleros con Israel (de ahí el dardo envenenado que arrojó Nasrallah al exigirle al mundo sunnita que no le venda petróleo al sionismo), algo que fue reiterado recientemente por el presidente iraní Raisi en la cumbre de la Organización de Cooperación Islámica.

Los límites son cada vez más angostos y se camina por una línea roja cada vez más finita. Habrá que analizar muy fríamente tres hechos que sucedieron este fin de semana: el discurso del Secretario General de Hezbollah, Sayyed Hasan Nasrallah; la cumbre de la Liga Árabe que tuvo lugar en Arabia Saudí; y la cumbre de la Organización para la Cooperación Islámica que realizada en Riat (capital saudí) y contará con representes de 57 países islámicos (1800 millones de personas) encabezada por el presidente iraní Raizi y el príncipe heredero saudí, Bin Salmán. Habrá que prestarle especial atención al precio del petróleo y del oro, pese a que no hubo grandes acuerdos.

A todas luces y por más frío que parezca, Gaza podría convertirse en la tercera derrota militar norteamericana del último tiempo (antes Afganistán y Ucrania). Salvo en el conflicto de Nagorno-Karabaj, donde el eje Israel-Azerbayan logró asestar un golpe en el bajo vientre ruso, los norteamericanos vienen de derrota en derrota, y no sólo en el plano militar.

Gaza y sus ya más de 11 mil muertos, pasó de ser la cárcel a cielo abierto más grande del mundo, al cementerio más grande del mundo. No sólo por el genocidio que está cometiendo el Ente Sionista que conducen racistas y supremacistas, sino porque podría enterrar la lógica de dominación que hoy ejerce el tándem EEUU/Israel ¿Sucederá esto último? ¿Comenzara una escalada militar que desemboque en una guerra regional? ¿El mundo se verá envuelto -nuevamente- en una nueva guerra mundial? Interrogantes que hoy por hoy no tienen respuesta pero que no hay que descartar de la palestra de posibilidades.


Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

1 Comment

  • […] se les terminan los tiempos. La semana pasada nos preguntábamos si el genocidio en Gaza sería el cementerio de esta política de dominación mediante el incendio, la guerra, las presiones y el mied…. El asunto es que, a partir del 1 de enero del 2024, los principales países productores de […]

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