Ebrahim Raisi es el nuevo presidente de Irán

Ebrahim Raisi es el nuevo presidente de Irán

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La Junta Electoral del Ministerio del Interior de la República Islámica ha dado a conocer, en una conferencia de prensa en Teherán (capital), que el presidente del Poder Judicial, Seyed Ebrahim Raisi, es el nuevo presidente de la República Islámica de Irán.

El nuevo mandatario iraní, elegido con el 61,95 % de los votos emitidos en las urnas durante la cita electoral celebrada del 18 de junio pasado, tiene en su haber una larga trayectoria al servicio de diversas instituciones de la República Islámica de Irán. El pueblo persa le otorgó su confianza con 17.926.345 de los sufragios emitidos.

El mundo occidental lo cataloga como un “conservador” y un “enemigo claro de la democracia”. Será el primer presidente iraní sancionado por Estados Unidos antes de llegar al gobierno en Teherán. Cierto es que Raisi es un duro crítico con Occidente. En toda su campaña se expresó a favor de la revitalización del acuerdo nuclear del 2015.

Proviene del nacionalismo persa shiíta más firme frente al mundo exterior. Admirador del histórico ayatollah Ruholla Jomenini, y, de hecho, posible sucesor del actual Líder Seyed Ali Jamenei. Todo un clímax para Irán y también Estados Unidos.

Washington impuso restricciones contra Raisi tras acusarlo de participar en una ejecución masiva de prisioneros políticos en 1988, así como por su trabajo en el Poder Judicial de Irán. Mientras tanto, los defensores del político rechazan las acusaciones al respecto.

Nacido en 1960 en el seno de una familia religiosa de Mashad (noreste), Raisi tiene una maestría en Derecho Internacional y un doctorado en Jurisprudencia y Fundamentos del Derecho Islámico.Desde la victoria de la Revolución Islámica de 1979, Raisi, de 61 años, ha ocupado diferentes puestos en las altas instancias de la República Islámica. Estuvo, por ejemplo, al frente de la Organización Nacional de Inspección entre los años 1994 y 2004.

Después, fue fiscal general y subjefe del Poder Judicial desde 2004 hasta 2014.En 2016, el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, lo nombró administrador de Astan Quds Razavi (el Sagrado Mausoleo del Imam Reza) en Mashad. En 2019 Jamenei lo nombró jefe del Poder Judicial, y ha estado encabezando una gran lucha, hasta la fecha, contra la corrupción financiera y los sobornos en las diversas áreas administrativas del país persa.

En política exterior es un notorio antinorteamericano. De hecho, quiere revivir el espíritu revolucionario antiyanqui de los primeros tiempos de la Revolución de 1979. También busca una unidad del Islam, apoyando las causas de Palestina, Yemen y Líbano con más firmeza. No se olvida de las luchas de las comunidades shiíes en Bahréin, Nigeria, Arabia Saudí, Afganistán y Pakistán. Promete reforzar lazos con la República Árabe Siria y desde ya seguirá con las alianzas geoestratégicas con Rusia y China.

Vladimir Putin, mandatario ruso, fue el primer líder político mundial en felicitar a Raisi por su triunfo electoral. Desde las embajadas china, cubana, siria, argelina, norcoreana, sudafricana, venezolana y boliviana en Teherán también llegaron las felicitaciones diplomáticas para el vencedor.

Como era de esperarse, Estados Unidos y la Unión Europea nada dijeron. Las sanciones económicas, comerciales y financieras han contribuido a las dificultades económicas de los iraníes, lo que ha provocado un descontento generalizado.Irán ha respondido reiniciando las operaciones nucleares prohibidas por el acuerdo.Las conversaciones para resucitar el acuerdo se están llevando a cabo en Viena, y el presidente Joseph Biden también está interesado en reactivarlo.

Pero ambas partes tensan la cuerda y esperan que pasará con Raisi.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Katu Arkonada: “Estamos viendo un proceso político muy interesante en México”

Katu Arkonada: “Estamos viendo un proceso político muy interesante en México”

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Dialogamos con el analista político internacional y ex asesor de Evo Morales (radicado en México), Katu Arkonada, quien analizó las elecciones de medio término, las contradicciones en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y los desafíos en los restantes 3 años de gobierno.

Arkonada además hizo una lectura respecto de los procesos electorales y de movilización popular que vivimos en Nuestra América, sobre los cuales señaló que “es un buen momento dentro de cambio de época convulso”.

El maestro rural a la Presidencia

El maestro rural a la Presidencia

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Con el 100% de actas procesadas y el 99,89% de actas contabilizadas, Pedro Castillo (50,145%) mantiene una ventaja mínima sobre Keiko Fujimori (49,855%). Aún faltan ingresar al cómputo 150 mil votos que están siendo observados, pero no le alcanzarían a Fujimori para torcer la elección.

No caben dudas de que esta segunda vuelta fue casi tan reñida como la de 2016, cuando Pedro Kuczynski revirtió el boca de urna y le ganó por un mínimo margen a la mismísima Fujimori, que este domingo perdió su tercer ballotage consecutivo.

Y aunque los números hablan de un empate técnico, los votos por provincia muestran otra cosa: que en la mayoría de los territorios de perú, Castillo arrasó. Y eso lo explica la historia reciente: los treinta años de neoliberalismo salvaje que comenzaron, precisamente, con la dictadura del padre de Keiko, Alberto Fujimori -condenado por delitos de lesa humanidad- enriquecieron a Lima -la capital- y sumergieron en la pobreza a los millones de peruanos que habitan las zonas rurales.

Eso explica por qué Lima era el bastión fujimorista que casi le permite a Keiko una victoria. Fujimori ganó en Lima porque es la capital enriquecida a costa de las zonas rurales la que necesitaba sostener el modelo neoliberal. La victoria de Castillo, que trataron de evitar con la consigna “nunca más comunismo”, significaba una redistribución de la riqueza que los sectores de poder, aglutinados en la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas, no estaban dispuestos a aceptar.

Por suerte, todo parece indicar que perdieron, que ganó el maestro rural y por lo tanto ganó el pueblo, porque Castillo promete una asamblea constituyente para cambiar la Carta Marga de la dictadura fujimorista, ese armazón que encorsetó la democracia peruana; promete una política fiscal redistributiva, la nacionalización de recursos estratégicos, la estatización de los fondos de pensiones, una reforma agraria y una reforma educativa decolonial, importantísima para comenzar a pensar una educación verdaderamente emancipadora.

Como contrapartida, se opone a la ampliación de derechos como el matrimonio igualitario y el aborto, pero aclaró en algunas entrevistas que el pueblo debía decidir y que por eso iba a trasladar el debate sobre estos derechos a la asamblea constituyente. Cabe señalar, de cualquier manera, que esto es signo de un conservadurismo religioso que aún se encuentra fuertemente arraigado en la sociedad peruana y es importante comprender los procesos históricos de cada país en el análisis.

La denuncia de fraude

Keiko Fujimori, asustada porque perdió su tercer ballotage, comenzó el lunes a denunciar un fraude electoral. Y aunque subestima a un porcentaje importante de los peruanos que saben que Castillo y su partido, de origen humilde, no cuentan con los fondos suficientes como para montar un vasto fraude electoral, quizás vale recordad que a Evo Morales le hicieron un golpe de Estado incluso cuando la diferencia de votos era muchísimo mayor.

Ellos lo controlan todo: tienen bajo su manga a los grandes medios de comunicación, a las grandes encuestadoras, a los grandes grupos de empresarios y por supuesto a Estados Unidos. Aún así, con todo su poder económico y mediático, perdieron la elección y como última maniobra apelaron a la anulación de 200 mil votos en zonas que apoyaron ampliamente a Castillo. Pero la mismísima OEA, en su informe de observación, se refirió a un “proceso electoral positivo” en el que no se detectaron “graves irregularidades”.

Comienza entonces un tiempo de interrogantes porque el establishment buscará desestabilizar desde el primer día, o desde antes (ya se vio el terrorismo financiero con la caída de la bolsa y la disparada del dólar). Y puede haber al menos tres estrategias.

En primer lugar, el golpismo sin atenuantes, lo que explica por qué el Ministerio de Defensa tuvo que salir a reiterar lo que debería ser obvio: el carácter no deliberante de las Fuerzas Armadas y su no derecho a la intromisión en los resultados electorales. Incluso algunos veedores internacionales advirtieron que existe un posible golpe de Estado.

En segundo lugar, la guerra de asedio y desgaste, con la acción concertada de las corporaciones mediáticas, judicial y parlamentaria (porque Pedro Castillo no la tendrá fácil en el Congreso), que buscarán imponer al presidente electo nuevas mociones de censura y confianza en continuidad con los últimos años de desestabilización política. Y en tercer lugar, y no menos probable, la estrategia de “canibalización” de Castillo y Perú Libre, por la cual candidatos que llegaron al poder con programas populares como los de Alejandro Toledo y Ollanta Humala, acabaron siendo cooptados por las élites gobernantes.

Habrá que ver si a Castillo lo devora el sistema o si se anima a cambiar el rumbo de la historia construyendo ese futuro que, como imaginaba Mariátegui, no sea “ni calco ni copia, sino creación heroica”. Ganó el pueblo, pero comienza la resistencia para sostener al gobierno y lograr las transformaciones necesarias para desmantelar el Estado Neoliberal, y en este punto, el apoyo de los gobiernos progresistas de la región será fundamental. 

Miranda Cerdá Campano
Miranda Cerdá Campano

Nací en Chubut y milito porque no hay mejor manera de transformar el mundo. Soy hincha fanática de San Lorenzo y fundamentalista de la Vuelta a Boedo. Lloro por todo y no sé cómo explicarle a la gente lo mucho que me gusta la palta. 

“Es tiempo de que las élites exasperadas entiendan que no están entendiendo”

“Es tiempo de que las élites exasperadas entiendan que no están entendiendo”

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Nuestra América está atravesando un año electoral que podría tener como resultado un giro de 180 grados en muchas de sus latitudes. Se ha dicho en artículos anteriores, pero la situación de hartazgo de pueblos como el chileno, el colombiano o el peruano, pueden continuar los pasos de México, que en 2018 comenzó las transformaciones institucionales que su pueblo reclamaba. Reformas y cambios que otros países de la región vivieron a principios de siglo.

La primera oleada

La llegada de Chávez al gobierno en Venezuela sería el puntapié de esa primera oleada progresista que comenzó a finales de los ’90. Gobiernos como el de Néstor Kirchner y Cristina Fernández en Argentina, la llegada de Lula al gobierno de Brasil, Rafael Correa en Ecuador o Evo Morales en Bolivia, pintaron de políticas progresistas y revolucionarias el panorama nuestroamericano.

Presidentes de la primera oleada de gobiernos populares del siglo.

Pero la derecha se reorganizó  y comenzó a horadar paulatinamente a esos gobiernos. Lo señalábamos en artículos anteriores: la derecha no tiene proyecto propio que incluya a las grandes mayorías. La responsabilidad y la culpa de todo siempre está puesta en los pueblos por considerarlos vagos, haraganes o indomables. Ellos nunca tienen la culpa.

Utilizaron todo su arsenal: la complicidad de los poderes judiciales, el asesinato selectivo, el lawfare, la mentira mediática y operaciones de prensa complementadas con trolls en redes sociales y todo lo que tuviesen a la mano para conquistar ese objetivo. Así, aunque de diferentes maneras, llegaron al poder en Argentina, Ecuador, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia, El Salvador y Honduras. Lógicamente Venezuela, Cuba y Nicaragua resistieron y siguen resistiendo en la actualidad.

El caso mexicano

Pero la llegada de Andrés Manuel López Obrador al gobierno mexicano comenzó a revertir esa avanzada de la derecha regional. Luego se sumó el retorno del peronismo al gobierno argentino, la derrota del golpe en Bolivia y el retorno de Evo a su patria.

Desde entonces con firmeza y respaldo político de sus pueblos, los gobiernos de México, Argentina y Bolivia han avanzado en recomponer los destrozos hechos por las administraciones de derecha. En el caso mexicano AMLO tiene el enorme desafío de revertir cuatro décadas de neoliberalismo y crimen organizado, tarea titánica si se entiende que su vecino EEUU intentará evitarlo, pese a declarar públicamente que tiene intenciones de tener buenas relaciones con su vecino del sur.

Mexico’s new President Andres Manuel Lopez Obrador in Mexico City, Saturday, Dec. 1, 2018. (AP Photo/Moises Castillo)

Muchas veces se ha dicho y muches autores lo han sostenido: llegar al gobierno no es sinónimo de llegar al poder. El ejecutivo de un país es simplemente una porción de ese poder. Otro tanto lo tienen los medios de comunicación, otra porción está en manos de las instituciones judiciales, otra en manos de los sectores concentrados de la economía y así se podrían seguir mencionando actores de ese mapa a lo Game of Thrones.

López Obrador dijo desde el día cero de su campaña que “la prioridad son los pobres” y tal como lo había anunciado así fue como avanzó cuando llegó al ejecutivo mexicano. Y si bien es lógico que en dos años y medio no se puedan revertir décadas de neoliberalismo, los avances han sido significativos.

Pero como en todo proceso de cambio, los sectores conservadores, las oligarquías, las multinacionales y poderes foráneos están interesados en que nada cambie, o más bien que ninguno de esos cambios vayan en su contra.

Lógicamente se podría hacer una lista de las políticas lanzadas por AMLO, pero ese no es el interés de estas líneas. Lo importante es lo que se nos viene: las elecciones de medio término.

Elecciones federativas de medio término

Este 6 de junio, al mismo tiempo que en Perú se realizará la segunda vuelta presidencial, el pueblo mexicano irá a las urnas a expresar su voluntad. Y si bien hay un referéndum programado para marzo del 2022, la oposición del PRI, PAN y PRD lo ha adelantado de hecho convirtiendo el voto del 6 en un simple “si” o “no” a la continuidad de la 4T.

Está más que claro que esto sucede dado que lo que está en disputa no son sólo las 500 bancadas de los diputados federales del Congreso de la Unión, sino los más de 21 mil cargos de elección popular entre los que además se encuentran 15 gobernaciones, más de mil cargos en congresos locales, 17 mil ayuntamientos y más de 1900 presidencias municipales.

Está claro que la frutilla del postre son las diputaciones federales, dado que de obtener la mayoría, la oposición podría bloquear las iniciativas de transformación planteadas por AMLO.

Y el final de esta campaña electoral se está dando en medio de la pandemia, de una escalada de la violencia de los cárteles que ya se cobró la vida de más de 200 candidatos y candidatas, y de las operaciones permanentes de los medios, la complicidad judicial y la manifiesta parcialidad del Instituto Nacional Electoral volcado en su totalidad contra el gobierno de Morena.

Lo que no termina de entender la elite mexicana y extranjera es que los pueblos ya están hartos de tanto maltrato y despojo de sus derechos. Eso es lo que explica que más de dos tercios del pueblo mexicano aún sigan respaldando a Andrés Manuel pese a que los avances no han sido lo rápido que se hubiese querido.

No es sólo México

Pero como se señalaba al inicio de estas líneas, las palabras de Marcelo Ebrad, no sólo explican lo que sucede en México, también dan en el clavo con lo que sucede en otras partes del continente. Allí tenemos las movilizaciones masivas en Chile, Colombia y Haití, pueblos que pese a la pandemia salieron a las calles y están comenzando a tumbar al neoliberalismo en sus países.

Les chilenes ya dieron un gran paso con la elección mayoritaria de sectores progresistas tanto para la redacción de su nueva Carta Magna, como en la elección de alcaldes en ciudades importantes del país.

Los pueblos colombiano y haitiano siguen en las calles pese a la brutal represión de gobiernos reaccionarios cuasi dictatoriales. Y seguirán estando en las calles porque su destino depende de esa prepotencia militante, de esa mística revolucionaria y popular.

Y en el mismo camino se puede hablar de Perú, un pueblo históricamente castigado por las políticas neoliberales y saqueado por sus oligarquías en asociación directa con el imperio y sus multinacionales de la rapiña y el saqueo. Un docente rural y sindicalista como Pedro Castillo se enfrenta hoy a la hija del dictador Fujimori, un emblema de la derecha empresarial y corrupta más reaccionaria del continente.

Así las cosas, la derecha está mostrando sus dientes cual bestia herida de muerte y arrinconada. Saben que de llegar gobiernos populares, progresistas o revolucionarios a sus países comenzarán a perder sus privilegios, además de que su amo, EEUU, comenzará con los gritos porque “se le desordenó” lo que entienden es su “patio trasero”.

Nada de lo que suceda este año será menor, desde las elecciones de la constituyente en Chile, pasando por los alzamientos populares en Colombia y Haití, o la recuperación de los sectores populares en países como Paraguay, Uruguay, Brasil y Ecuador, hasta las elecciones de medio término tanto en México como en Argentina. Sea en las urnas o en las calles, el destino de Nuestra América está en manos de la lucha popular y de la consolidación de una nueva oleada progresista, que nos encuentre nuevamente unides y nos deposite un paso más cerca de nuestra segunda y definitiva independencia.

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Siria: Elecciones bajo agresión

Siria: Elecciones bajo agresión

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Estos comicios se celebraron en momentos en que Siria, su gobierno, su ejército, la sociedad sigue luchando, para erradicar del país todo vestigio de terrorismo y la presencia ilegal de fuerzas extranjeras, como las estadounidenses, turcas y mercenarios. Todo ello, en medio dela pandemia del por el COVID-19 y sus variantes, además de las durísimas sanciones, que afectan a la población. Pero el pueblo sirio, masivamente, le asestó una bofetada de dignidad a aquellos que han avalado, organizado y financiado la agresión terrorista contra su país. La población del país levantino rechazó con su voto toda injerencia extranjera, mostrando que el voto a favor de aquellos que han defendido la soberanía siria no sólo era un derecho sino que un deber nacional y constitucional, representando la mayor y contundente respuesta ante las conspiraciones externas.

Aún antes de concretar los comicios presidenciales en Siria, occidente y sus corifeos mediáticos, incluyendo sus títeres regionales como son Israel, Arabia saudí y aquellos que en forma indigna han generado procesos de “normalización” con el sionismo; habían rechazado el proceso electoral. “Las elecciones en Siria no serán ni libres ni justas” vociferaron gobiernos como el de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania.  Dicha postura fue calificada por el gobierno de Al Asad como una desvergüenza e injerencia. El viceministro de Relaciones Exteriores de Siria, Faisal al Miqdad, sostuvo que “su insolencia (de las potencias de Occidente) ha llegado a un punto de interferir en la decisión de los sirios, para participar o no en las elecciones presidenciales, pero llevaremos a cabo estas elecciones porque el pueblo sirio desea estas elecciones”. Y así fue y con pleno éxito.

Es necesario recordar a nuestros lectores, el marco en el cual se desarrollaron estas elecciones, para así darse cuenta del valor de llevarlas a cabo y comprender que es imposible comparar procesos como el realizado en un país sometido a criminales agresiones, que hacerlo en un país europeo sin más complicaciones,que aspirar a que vote la mayor cantidad de ciudadanos. En el caso de Siria se trata de un país agredido, invadido, sometido a la presencia de centenares de grupos terroristas, que han generado la muerte de al menos 500 mil ciudadanos sirios, el desplazamiento de 9 millones de personas y 5 millones de refugiados. Un territorio invadido por tropas estadounidenses, turcas y grupos takfiri como Daesh, Ahrar al Sham, Jabhat Fateh al-Sham (ex Frente al Nusra), Tahrir al Sham, entre otros,que han recibido el apoyo financiero, militar, logístico por parte de la casa al Saud, las monarquías ribereñas del golfo Pérsico y el sionismo. Otro país, que no sean aquellos que valoran su soberanía no habría realizado elección alguna y eso debería comprenderse pero las potencias dominantes y su mirada interesada sólo privilegia sus intereses geopolíticos.

Se realizaron las elecciones aún bajo las presiones estadounidenses y sus incondicionales a través de sanciones, bloqueos y embargos intensificado en la llamada Ley César. Comicios en un país, que sigue sufriendo ataques y bombardeos, acciones terroristas en sus ciudades. El saqueo de sus riquezas naturales como el petróleo, donde cientos de camiones cisterna mensualmente, llevan el crudo robado a territorio turco, a la palestina histórica ocupada donde empresas israelíes lo cargan con destino a Europa. El robo de riquezas arqueológicas, incluyendo el expolio, incluso, de la producción de trigo del país, desde la provincia de Hasakeh, en el nordeste. Elecciones en un país que sufre una grave crisis económica y presiones de organismos internacionales con la suspensión de sus derechos en la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) patrocinado por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, que con métodos de “extorsión, amenaza, intimidación y presión” permitieron adoptar un fallo contrario al país árabe. Sólo este panorama permite valorar el esfuerzo del gobierno sirio.

Las críticas contra el proceso político sirio provienen, precisamente, de aquellos que han intentado fragmentar el país, balcanizarlo, robar sus riquezas, generar un caos premeditado con el fin no sólo de destruirlo, sino que seguir con la agonía hegemónica de este occidente hipócrita. Impedir el desarrollo de un mundo multilateral, impedir el avance de la federación rusa hacia occidente, cercar a la República Islámica de Irán y con ello favorecer a la alianza, a esta triada criminal conformada por el imperialismo, el sionismo y el wahabismo.

¿Quién pretende enseñarle democracia a Siria?La ignorancia del análisis trata de asimilar la situación que se vive en la nación mediterránea levantina, a la vida bucólica en Suiza, los países nórdicos u otra sociedad que no conoce de guerras de agresión, con decenas de miles de terroristas en su territorio, sujetos a una agresión desde hace una década a la fecha, que ha generado la situación descrita contra el pueblo sirio, la destrucción de su infraestructura, el robo de sus riquezas naturales. Cuyos responsables son los mismos que hoy le piden a siria que respete las reglas de una democracia representativa avalada por aquellos que se consideran moralmente superiores.Qué enajenado puede pedir eso sin condenar el sufrimiento de un pueblo, que ha soportado una guerra de agresión criminal, posible de calificar como crímenes de guerra y lesa humanidad, de la cual deberían responder los patrocinadores de esta acometida criminal, que lleva ya una década.Sólo faltaría que el régimen sionista critique las elecciones en Siria mostrándose ellos como ejemplo.

¿Quién critica a Siria? ¿Estados Unidos? Un país como el norteamericano, sujeto a elecciones permanentemente cuestionadas, con acusaciones de fraude, donde corren ríos de miles y miles de millones de dólares, para concretar una democracia plutocrática, segregacionista, violenta y hegemónica. El mismo país que mientras se realizaban las elecciones en Siria, concretó el ingreso a sus bases ilegales en el país levantino, una columna de medio centenar de camiones cargados con equipos militares y logística destinados a seguir agrediendo a Siria. Ese país de rateros pretende hablar de democracia.

¿Quién cuestión las elecciones en Siria? ¿Alemania? Un país europeo donde la canciller actual, la Sra. Merkel lleva ya varios periodos de administración (16 años) y que suele ser quien dicta las reglas por las cuales deben moverse los otros países de la Unión Europea, en un diktat teutón siglo XXI. Una Alemania sujeta al chantaje permanente del sionismo, cercado por sus crisis de conciencia que aún después de 76 años del término de la dictadura del Tercer Reich, sigue pagando aquellos crímenes, claro está que en forma exclusiva a las instituciones sionistas, que reiteradamente ponen el dedo en la llaga histórica alemana.

¿Quién se suma al coro hipócrita contra Siria? ¿Francia? Este país, aun con ínfulas imperiales, que sigue pensando que sus ex colonias son parte de su patio trasero. Una república incapaz de solucionar sus propios problemas políticos con ex presidentes como Nicolás Sarkozy procesado y condenado por corrupción. Con un mandatario como Emmanuel Macron que suele dar su respaldo a apoyos políticos y ex ministros que han sido sindicados como corruptos. ¿Esa democracia es la que quieren imponer?

Hasta España, potencia de segundo orden en Europa se da maña para censurar a Siria. Una Monarquía Constitucional, dotada de una jefatura de estado que es una casa real corrupta, parasitaria, cuya cabeza de la casa de los Borbones tuvo que renunciar acosado por delitos de corrupción, lio de faldas, concomitancia con monarquías como la marroquí y la saudí de la cual recibió cientos de millones de dólares de comisiones ilegales, para favorecer empresas españolas. Un país donde su jefatura de gobierno es cómplice de la ocupación y colonización del pueblo saharaui sin levantar un dedo y cediendo siempre a los chantajes de Marruecos y que además reprime los afanes independentistas del pueblo catalán y el pueblo vasco. ¿Este es el país que quiere enseñar democracia al mundo, a Siria y a Latinoamérica?

El canciller sirio, Faisal Al – Miqdad ante las opiniones de los gobiernos de estos países señaló “Las declaraciones emitidas por algunos países occidentales sobre las elecciones en Siria indican que no viven en el mundo actual y están lejos de la realidad. Solo los sirios pueden expresar su opinión sobre los comicios”. Efectivamente, la participación masiva de los sirios en los comicios probó su adhesión a la independencia y la unidad de su patria, así como su rechazo a someterse a los chantajes o presiones.Ciertamente, estos gobiernos están lejos de la realidad de los pueblos, siguen con su mentalidad colonizadora. Nuestras sociedades deben estar alertas frente a estos pontificadores de sus sistemas, afincados en la explotación de nuestros países, protectores de privilegios que deben terminar. Siria ha mostrado un camino de resistencia con el ejemplo de lucha de su gobierno, su ejército y su pueblo en general. Esa es la realidad y no aquellas fábulas de occidente y sus lacayos.

Artículo publicado originalmente en segundopaso.es

Pablo Jofré Leal
Pablo Jofré Leal

Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. especialista en temas de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

No tienen nada bueno para ofrecer

No tienen nada bueno para ofrecer

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Si bien la derecha siempre ha intentado imponer su forma de comprender la historia y por consiguiente su forma de ver el presente, la realidad es que siempre existió una tensión entre quienes pretenden sostener el status quo y quienes buscan romperlo para construir una sociedad más justa y equitativa.

La famosa “grieta” de la que habla la prensa hegemónica y que fue impuesta como concepto por la derecha, siempre ha existido. Desde la fundación de los estados nacionales que hoy conocemos, las disputas entre quienes reivindicaban un proyecto político popular y quienes pretendían el gobierno de los criollos acomodados estuvieron en tensión. Por momentos muy marcadas y por otros con una de las partes imponiendo su visión.

Si miramos la histórica completa la derecha, los sectores conservadores y acomodados casi siempre lograron imponerse. No sólo por su poderío económico, sino porque fueron quienes propugnaron las traiciones a los procesos independentistas de la primera hora. Hecho que no dista mucho de la actualidad. El poder económico en complicidad con los imperios de turno, impusieron a punta de pistola su forma de comprender el mundo y los vínculos sociales.

Pero quienes reivindicamos la necesidad de una segunda y definitiva independencia nunca hemos sido derrotados. Siempre resistimos a sus embates y aunque por momentos esas fuerzas parecieron casi extintas, siempre estuvieron ahí, recuperando terreno lentamente hasta una nueva irrupción.

Lo que hoy vemos en países hermanos del continente como Chile y Colombia con sus puebladas e levantamientos populares contra la injusticia no es muy disímil a lo vivido en nuestro país en el 2001. Pueblos hastiados de tanta injusticia, del saqueo y la miseria planificada que dijeron basta.

Estos dos países -al igual que Perú- no fueron parte de esa primera oleada de gobiernos populares conquistada entre finales del siglo pasado y principios de este. Esa es la novedad, que esos tres países (Chile y Perú este año y Colombia en 2022) podrían significar un giro de 180 grados en sus gobiernos, volviéndolos parte de un equilibro de fuerzas en el continente.

De igual manera será de importancia estratégica para la región que el Frente de Todes gane las parlamentarias en Argentina o que AMLO y sus aliados logren un buen resultado en las parlamentarias, municipales y de gobernadores en un México que tampoco fue parte de esa primera oleada progresista en la región.

Por otro lado, nadie podría negar el peso específico de Brasil, no sólo para Sudamérica sino para todo el continente. Un país que el año que viene tendrá unas elecciones presidenciales determinantes y que todo indicaría que luego de la recomposición de los derechos políticos de Lula, su posible candidatura se convierte en una esperanza no sólo para el pueblo brasileño sino para toda Nuestra América.

Lógicamente a estos escenarios electorales se suma la heroica resistencia de Venezuela, Cuba y Nicaragua, asediadas brutalmente durante la administración Trump y que todo indica que continuará durante la de Biden, aunque quizás con algún matiz.

Las derechas del continente nunca tuvieron un proyecto que contemplara a los pueblos de los países que gobernaban. Siempre la respuesta ha sido el saqueo, la miseria y el hambre planificada y la represión ante quienes se rebelaban contra esos poderes instituidos que oprimían a las grandes mayorías.

En Argentina, la experiencia macrista pudo tener un mandato al frente del ejecutivo nacional. Las organizaciones sociales, las de derechos humanos, los sindicatos y la comprensión de que era necesaria la unidad del peronismo lograron recuperar el control del gobierno en tiempo récord.

En Bolivia se derrotó un golpe de estado en menos de un año. Evo Morales y las fuerzas populares de ese país lograron revertir lo que parecía enterrar el tiempo nuestroamericano en el más profundo agujero. La paciencia, la conciencia política y la organización vencieron al terror que ofrecía la derecha golpista.

Así las cosas, el México de Andrés Manuel parece haber inaugurado la rotura de espejismos de aquellos países que no habían sido parte del proceso de gobiernos populares de principios de siglo. Chile, Colombia y Perú parecen encaminarse en el mismo sentido aunque no se debe subestimar el poder y la respuesta de las fuerzas reaccionarias enquistadas en el poder. El componente de la juventud parece ser determinante en todos estos casos. Jóvenes sin futuro hijos de padres endeudados hasta el tuétano o sin trabajos estables. Una generación que se rebela ante la injusticia.

En Venezuela la derecha antichavista se vio obligada a cambiar de estrategia dado que las sanciones unilaterales de EEUU y la lógica de la violencia callejera o las intentonas de intervenciones extranjeras no lograron doblegar al gobierno revolucionario de Nicolás Maduro.

Si bien la derecha sigue teniendo la mayoría del control de los gobiernos, no se puede predecir por cuánto tiempo este mapa seguirá pintado con los mismos colores, más bien podría decirse que hay grandes posibilidades de que los proyectos populares vuelvan a ponerse de pié en la región.

La pandemia ayudó a unas derechas sin muchas ideas novedosas que simplemente se limitan a saquear y hambrear a los pueblos cuando son gobierno, o a poner palos en la rueda y apostar al fracaso y la destrucción de los gobierno populares cuando les toca estar en la oposición.

Nuestra América tiene grandes posibilidades de reencauzarse en un nuevo proceso de gobiernos populares, una segunda oleada revolucionaria que siga avanzando hacia una segunda y definitiva independencia. Los pueblos del continente pujan cada vez con más fuerza en esa dirección.

Pero la reacción de la derecha no puede subestimarse. La victoria del banquero Guillermo Lasso en Ecuador debe servir como caso testigo de que si no consolidamos los procesos de unidad en cada país, la derecha se rearticula y pone a andar toda su artillería para ensuciar la cancha, condicionar a las fuerzas populares y de ser posible intentar fragmentarlas.

Lo que debe quedar claro es que sea mediante el voto en las urnas o en los alzamientos populares en las calles, la épica y la mística revolucionaria, de solidaridad, de empatía y de justicia social debe primar para reconfigurar los lazos de unidad que consoliden en el ideario popular continental, que nos enfrentamos en todos los territorios ante un mismo enemigo y su bestialidad. Porque desde el Río Bravo hasta la Patagonia la lucha sigue siendo contra la opresión del imperio y sus lacayos locales.

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

¿Qué puede esperar Ecuador tras las elecciones?

¿Qué puede esperar Ecuador tras las elecciones?

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En un panorama político polarizado, Washington ha estado intensificando sus clásicos mecanismos de interferencia en los procesos políticos latinoamericanos, en este caso en Ecuador, para evitar que este Estado, tras la administración nefasta de Lenin Moreno, regrese a la determinación independiente de su futuro. Recordemos que la elección de Moreno en 2017 –como reemplazo del ex presidente Rafael Correa– proporcionó a Estados Unidos un claro control manual de Ecuador de una manera favorable a los intereses de su administración y de los aliados internos.

Durante estos años, representantes de estructuras criminales internas han consolidado su poder e intentan hoy hacerse con el gobierno. El candidato presidencial proestadounidense, Guillermo Lasso, ha estado involucrado en una serie de escándalos denunciados por el periodismo de investigación. Es sospechoso de evasión fiscal sistemática, así como de estar involucrado en actividades de corrupción y fraude bancario, incluso durante la grave crisis financiera del año 1999, durante la cual los ecuatorianos perdieron una parte significativa de sus ahorros bancarios en una corrida de apenas cinco días. Además, el acaparamiento ilegal de obligaciones de deuda estatal de la población a bajo precio, a través del uso de sus propias empresas, le permitió a Lasso aumentar su capital 30 veces.

Preocupa la situación en Ecuador, pues el estímulo de las acciones criminales de la aún vigente administración de Lenin Moreno, alentado por Washington, intensifica la posibilidad de una severa crisis socioeconómica y conduce a un escalamiento de la tensión política y social. Teniendo en cuenta la calificación favorable para un eventual triunfo de Andrés Arauz, la administración estadounidense ha intensificado las acciones de sus organismos de inteligencia y desestabilización para así desacreditar al partido “Unión por la Esperanza” y evitar su triunfo. El juego sucio está a la orden del día.

Resulta evidente que la dicotomía en estas elecciones es soberanía o dependencia. Si el pueblo ecuatoriano no desea a Washington dominando su futuro, obteniendo el control total sobre los procesos políticos internos de la república –lo que conlleva el dominio de los recursos estratégicos y el sometimiento total– entonces la decisión sobre a quién elegir, a quién otorgarle el voto en las elecciones de este domingo sólo tiene un nombre: Andrés Arauz.

La victoria de Arauz avizora cambios positivos para la población en general y la población indígena en particular, tratando así, prioritariamente, de resolver sus necesidades más sentidas, así como avanzar en mejoras significativas en materias de representación política en el poder, la economía, la cultura y la religión. Ecuador requiere una política estatal de protección que no la otorga la ultraderecha; requiere protección en amplias esferas, que es la meta de la candidatura de Arauz. De lo contrario, Ecuador enfrentará una dependencia total desde ese “norte revuelto y brutal” y con ello nuevos años de inestabilidad y el empobrecimiento de gran parte de la población. ¿Qué puede esperar la nación sudamericana este 11 de abril? Independencia o subordinación.

Artículo publicado originalmente en segundopaso.es

Pablo Jofré Leal
Pablo Jofré Leal

Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. especialista en temas de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

San Vicente y Las Granadinas: Clima electoral y fortalecimiento de la Patria Grande desde el Caribe

San Vicente y Las Granadinas: Clima electoral y fortalecimiento de la Patria Grande desde el Caribe

TIEMPO DE LECTURA: 12 min.

El clima electoral sanvicentino

Cuando arrancó el año 2020 se sabía que en las Américas habría unos doce países con procesos electorales, y uno de ellos es San Vicente y las Granadinas. Quizás no sea tan relevante saber mucho sobre las internas de los comicios electorales de un pequeñísimo país de 389 kilómetros cuadrados y con una población de más de 100 mil habitantes. Pero debemos tener en cuenta que allí gobierna una gestión progresista muy interesante y que no se ha quedado callada a la hora de criticar políticas imperiales y lacayas en las Américas.

El próximo 5 de noviembre realizará elecciones para elegir nuevo gobierno. Allí se presentará el histórico líder Ralph Gonsalves.  Economista de formación con doctorado en Gobierno, el primer ministro por el Partido de la Unidad Laborista administra el país de desde 2001, cuando fue electo por primera vez, y luego otras dos veces más. Carismático, orador increíble y muy popular entre los sanvicentinos, el “Camarada Ralph” se ha convertido en una especie de Juan Domingo Perón de la isla, ya que durante su gestión ejecutó medidas de gobierno a favor de las masas populares. También es un escritor, autor de seis obras, la mayoría de ellas referidas a criticar el imperialismo y al capitalismo. Su formación marxista-leninista en su juventud universitaria estuvo marcada más bien por su admiración a la Revolución Cubana de 1959, el impacto de la Revolución Granadina del 13 de marzo de 1979 y los vaivenes de la Nicaragua sandinista y el gobierno de Desi Bouterse en Surinam.

Ralph Gonsalvess, actual primer ministro, espera una victoria contundente en las elecciones de noviembre para seguir con su proyecto progresista

Lo cierto es que Ralph busca su quinto mandato, tratando de afianzar su postura de hermandad con Cuba, Venezuela y Nicaragua, tomando una postura muy crítica hacia la OEA y también tratando de establecer lazos con Rusia y China. El anuncio de la fecha de nuevas elecciones se produjo después de que los legisladores rindieran homenaje en el Parlamento al ex líder de la oposición Armhin Eustace, de 76 años, quien encabezó al Nuevo Partido Democrático (NDP, en inglés) a cuatro derrotas electorales. Eustace dimitió como líder del NDP en noviembre de 2016 y fue sucedido por Godwin Friday, de 61 años, un abogado que ha estado representando a las Granadinas del Norte desde 2001.

El “Camarada Ralph” es muy querido por el pueblo sanvicentino

Los partidos Laborista Unitario (ULP) y Nuevo Partido Democrático (NDP), los principales del país, inscribieron aspirantes a todos los 15 escaños del Parlamento, de acuerdo con reportes oficiales. Así el país se suma a la serie de comicios celebrados este año en la región del Caribe: Trinidad y Tobago, Guyana, Surinam, Jamaica y San Cristóbal y Nieves, y a las previstas para el 11 de noviembre en Belice.

Un poco de historia

Las islas que conforman San Vicente y las Granadinas nacen en el Mar Caribe y forman parte de las Islas de Sotavento. Se ubican al oeste de Barbados, al sur de Santa Lucía y al norte de Granada. El territorio de San Vicente y las Granadinas consta de 32 islas e islotes: la isla principal, San Vicente (344 kilómetros cuadrados) y los dos tercios septentrionales de las Granadinas (45 kilómetros cuadrados). Las Granadinas son una cadena de islas pequeñas que se encuentran al sur de San Vicente y al norte de Granada, a quien pertenece el tercio meridional del grupo.

Durante miles de años pueblos caribes habitaron estas islas. Desde el siglo XVI los invasores europeos quisieron apoderarse de ellas, pero los grupos caribes arahuacos y garífunas defendieron con uñas y dientes sus tierras ancestrales. Recién en el siglo XVII los invasores europeos lograron establecer colonias pequeñas, que fueron desplazando a los pueblos originarios. Británicos, franceses y neerlandeses se disputaban las islas, mientras la población originaria sufría de esclavitud y enfermedades foráneas, mermando su número demográfico.Durante los siglos XVI y XVII llegaron a la isla varios esclavos negros, supervivientes de naufragios o huidos de las cercanas islas de Santa Lucía o Granada. Estos refugiados se mezclaron con los indígenas y fueron conocidos como “caribes negros”.

Aunque los británicos fueron los primeros en reclamar un dominio estable sobre la isla de San Vicente en 1627, fue Francia la primera potencia europea que instaló la primera colonia permanente en Barrouallie en la costa de Leeward en San Vicente poco antes del año 1700. Desde 1719 los colonos franceses comenzaron a cultivar café, tabaco, añil, maíz y azúcar en plantaciones cultivadas por esclavos africanos. Por el Tratado de París de 1763, la isla de San Vicente fue cedida por Francia a Gran Bretaña, fue devuelta a Francia en 1779 y recuperada por los británicos tras el Tratado de Paris de 1783. Los británicos abolieron la esclavitud en el decenio de 1830, ante el temor del ejemplo de la revuelta esclava de Haití, sucedida entre 1791 y 1803, y que llevó a la independencia de la mitad occidental de la Isla La Española el 1º de enero de 1804.

Debido a la escasez de mano de obra resultante acudieron numerosos emigrantes portugueses durante la década de 1840 y de la India en la década de 1860. Las condiciones de trabajo eran muy duras, y la caída de los precios del azúcar a finales del siglo XIX estancó la economía hasta el siglo XX. Los migrantes portugueses se mezclaron con poblaciones negras y formaron un sector social llamado el de los “creoles lusitanos”, ancestros del premier Ralph Gonsalves. Esta mezcla de pueblos hizo muy particular a San Vicente y las Granadinas, aunque la población afro es la más representativa.

Desde 1877 fue gobernada directamente por una administración de la corona británica, y luego se creó un consejo legislativo en 1925. Se aprobó el sufragio universal en 1951, debido a la presión de los primeros grupos independentistas del país, muy influenciado por ideas comunistas. Durante este período colonial los británicos realizaron varios intentos fallidos de crear una administración unificada para las “Windward Islands” (Islas de Barlovento), entre las que se encontraba San Vicente. La idea era frenar la ola de revueltas políticas y gremiales, que se hicieron fuertes con la aparición de los laboristas, o del Partido de la Unión Obrera, en la cual participaba un joven Ralph Gonsalves. El impacto de la Revolución Cubana de 1959 y su giro al marxismo en 1961 causó admiración en los independentistas y mucho temor a la burocracia colonial y los terratenientes blancos sanvincentinos. Londres creó, pues, la “Federación de las Indias Occidentales”, pero que fue disuelta en 1962, por las rebeliones obreras en aumento que exigían más libertad. San Vicente recibió la posición de “Estado Asociado al Reino Unido” el 27 de octubre de 1969, adquiriendo completo control sobre su política interior. Para entonces los laboristas eran el partido del país más popular.

El 13 de marzo de 1979 se produjo la Revolución Popular en la isla de Granada, en el Caribe Oriental, bajo liderazgo del carismático Maurice Bishop, quien se convirtió en un héroe para los movimientos izquierdistas de las pequeñas islas caribeñas anglófonas. El acercamiento de Bishop con la Cuba socialista y luego con la Nicaragua sandinista desde julio de ese año 1979, llevó a Gran Bretaña a aceptar algunas demandas de los laboristas. Tras un referéndum realizado en 1979, San Vicente y las Granadinas se convirtieron en las últimas de las Windward Islands en conseguir la independencia. El estado celebra su independencia el 27 de octubre de 1979.

Aunque llegó la independencia de la mano de los laboristas, San Vicente y las Granadinas pertenece al grupo de 54 naciones de la Mancomunidad Británica de Naciones (o Commonwealth) que reconocen a la reina Isabel II como su monarca. Esto generó una ruptura entre los laboristas, que se dividieron en “moderados” y “rebeldes”. En el decenio de 1980 los derechistas del llamado “Partido Demócrata”, muy filobritánicos, ganaron escaños y se hicieron con el poder del país, apoyando a Estados Unidos en la invasión sobre Granada del 25 de octubre de 1983. Luego vinieron las políticas de ajuste, acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y la pobreza galopante.

Ralph Gonsalves en su juventud de los años del decenio de 1980

La aparición del “Camarada Ralph”

Los laboristas en el decenio de 1990 hicieron las paces y decidieron unirse. Así nació el Partido de la Unidad Laborista (en inglés: Unity Labour Party), abreviado como ULP. Fue fundado el 16 de octubre de 1994 por la fusión del socialdemócrata Partido Laborista de San Vicente (los “moderados”) y el izquierdista Movimiento por la Unidad Nacional (los “rebeldes”). Si bien Ralph Gonsalves pertenecía al grupo de los “moderados”, hizo todo lo posible para que los “rebeldes” se unieran a un proyecto en común para derrotara a la derecha filoyanqui y filobritánica. La pobreza para el año 2000 llegaba al 45 % de la población, afectando a la población afro. Con un plan de gobierno progresista y obrerista, el ULP ganó las elecciones de 2001 y se convirtió en una fuerza política popular imparable, convirtiendo al “Camarada Ralph” en un gran líder de masas.

Abrazo fraterno entre Ralph Gonsalves y Fidel Castro

De hecho, su mandato fue revalidado en 2005, 2010 y 2015. Ya había sido el partido más votado en las elecciones de 1998, pero no logró obtener una mayoría absoluta de escaños. Fundado bajo una plataforma socialista democrática, el ULP hoy se encuentra a la izquierda del espectro político. Durante su gobierno, Gonsalves ha impulsado un acercamiento con los gobiernos de Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua y Miguel Díaz-Canel en Cuba. El partido apoya el establecimiento de una república parlamentaria con un presidente no ejecutivo en el país, en reemplazo de la monarquía inglesa de la Mancomunidad Británica de Naciones actualmente vigente. Pero esa idea fracasó en un referéndum en 2009. De ninguna manera la derecha se quedaba quieta.

San Vicente y las Granadinas es un miembro pleno y participante de la Comunidad del Caribe (CARICOM), la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS), la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Ralph Gonsalves junto a Hugo Chávez

Siendo un país pequeño, con Gonsalves a la cabeza ha tenido una política exterior muy osada. Siempre, desde 2001, apoyó a la Revolución Cubana. Las visitas de Ralph Gonsalves a su amigo Fidel Castro hacían mucho ruido entre la derecha local. También Gonsalves no dudó en crear lazos de amistad con Hugo Chávez, a quien consideró un “gran amigo”. Cuando Daniel Ortega se convirtió en presidente de Nicaragua otra vez en 2007, Gonsalves lo felicitó y de hecho hubo encuentros cumbres entre ambos mandatarios. Dentro de la OEA Gonsalves siempre apoyó a Venezuela bolivariana y votó en contra siempre de las posturas cipayonas de Luis Almagro y el Grupo de Lima. También fue artífice del ALBA y PETROCARIBE. En 2009 logró que CARICOM acepte que la OEA saque la medida de 1962 que había expulsado a Cuba del organismo hemisférico. Ante la CELAC fue un ferviente defensor de la integración latinoamericana-caribeña, convirtiéndose en un aliado firme del líder cubano Raúl Castro Ruz.

Ralph Gonsalves junto a mandatarios de Nicaragua, Venezuela, Cuba y Bolivia

En junio de 2019, el país con Gonsalves a la cabeza fue más lejos aún. Rompió un récord mundial como la nación más pequeña electa para ocupar un asiento no permanente en el codiciado Consejo de Seguridad de la ONU por un mandato de dos años en 2020 y 2021. San Vicente y las Granadinas derrotó al otro candidato regional, El Salvador, por 185 votos contra seis. Desde allí, siempre se opuso a las medidas coercitivas contra Irán, Siria, Myanmar, Libia, Eritrea y Bielorrusia.

Lo que hay que defender

El “Camarada Ralph” llama a sus votantes a defender todo lo logrado no sólo en materia de política internacional. Desde 2001 los trabajadores sanvicentino recuperaron sus derechos sindicales (casi abolidos en el decenio de 1980 por las políticas derechistas) y en el país se cuadriplicaron las obras públicas que dieron trabajo formal a la población desempleada. También se desarrollaron planes de alfabetización con el famoso programa cubano “Yo sí puedo”. Brigadas cubanas llegaban a San Vicente y las Granadinas  para mejorar el sistema de salud. Créditos blandos de Venezuela recuperaron la economía agrícola del país. Aumentos salariales, precios máximos y políticas sociales inclusivas fueron denominadores comunes en los años 2010-2019.

Acto de campaña del partido de Ralph Gonsalves

Si bien Gonsalves logró ser un gran líder de masas, la derecha lo tenía como una especie de “títere del castrochavismo”. Una campaña mediática desde Londres y en Estados Unidos lo demonizó. La derecha también movilizó a su gente y trató de imponer agenda. Hacia 2016 la política local de Gonsalves se moderó algo, pero no tanto. La isla vive del turismo internacional y aún mantiene relaciones comerciales ricas con la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos. Aún así, Gonsalves jamás abandonó su proyecto progresista antiimperialista. De hecho, en las encuestas, tiene una popularidad del 60 %, algo muy gratificante para un líder caribeño.

En todo este año 2020, la pandemia también impactó en el país. Gonsalves logró una política de gran éxito sanitario frente a este flagelo actual. San Vicente y las Granadinas ocupa el puesto 197 de los países afectados. Afortunadamente aún no se han reportado muertos desde que comenzó la pandemia. En contraposición, en el país hay 66 personas recuperadas. Gonsalves sigue de cerca la situación mientras que las autoridades continúan coordinando las acciones del personal de salud de todo el país.

Junto al ALBA, el país logró coordinar una política exitosa para frenar al coronavirus. Esto fue favorable en Cuba, Dominica, San Cristóbal y Nieves y Barbados, donde los sanvicentinos colaboraron en los sistemas sanitarios. Las elecciones, de hecho, se pueden hacer el 5 de noviembre debido a un gran protocolo sanitario aprobado por unanimidad en el país, obra de un plan sanitario exitoso de la gestión del “Camarada Ralph”.

Hay mucho que defender el próximo 5 de noviembre en las elecciones de San Vicente y las Granadinas. Todo indica que Gonsalves logre su quinto mandato como primer ministro. El desafío de una nueva gestión será el de convertir al país en una República que abandone a la Mancomunidad Británica de Naciones. Hay esperanzas en el Caribe también para seguir fortaleciendo  a la Patria Grande.

Gonsalves defendiendo el proyecto bolivariano y al gobierno de Maduro en Caracas, 2015

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Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

¿Importa quién gane?

¿Importa quién gane?

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Muches analistas vienen alertando desde hace tiempo que el sistema imperante desde la Segunda Guerra Mundial que tuvo (o tiene) a EEUU como centro hegemónico a nivel planetario, está perdiendo cada vez más fuerza. La pandemia del COVID-19 ha acelerado esa decadencia a pasos agigantados.

El colega cubano Hedelberto López Blanch, lo retrataba de manera muy gráfica en un artículo publicado recientemente donde especifica la caída en picada de la economía estadounidense en comparación con el crecimiento de la China.

Según la Oficina de Análisis Económico de ese Departamento (Comercio), el Producto Interno Bruto (PIB) real disminuyó a una tasa de 32,9 % en el segundo trimestre de 2020 motivado por los desastrosos efectos de la pandemia”, señaló López Blanch, al tiempo que remarcó que contracción económica en ese mismo período “fue la más rápida de su historia y supone la mayor debacle desde la Segunda Guerra Mundial”.

A la pérdida de poder a escala global hay que sumarle las dificultades domésticas, que lejos de ser meramente económica, atraviesan todos los planos de la vida política y social de la nación.

Datos puertas adentro

Para colmo de males las cifras de desempleo no paran de crecer. Según el sindicalista, académico y periodista estadounidense Dan La Botz, “desde el 15 de marzo han solicitado el subsidio de desempleo en total 62 millones de personas y cada semana solicitan esta prestación alrededor de 900.000 más”. El colega norteamericano señala que las estimaciones podrían arrojar una tasa de desempleo de más del 11%.

Un país con más de 50 millones de personas por debajo del nivel de la pobreza, con más del 35% de personas que no acceden a seguros médicos, un aumento de más del 24% en la tasa de suicidios y niveles de esperanza de vida que siguen bajando, colocándose en poco más de 76 años.

A estos datos hay que agregarle los de inseguridad o los de narcotráfico, entre muchos otros. El gran sueño americano, esa idea de supuesta felicidad construida por la propaganda de Hollywood y las agencias de noticias (en realidad de propaganda), no es más que eso, un sueño.

La elección

Pero los intentos por sacar a Trump no sólo se centran en el bipartidismo tradicional y sus medios de comunicación, o sectores de las FFAA o la Inteligencia. Un sector importante del pueblo norteamericano también está abocado a tal fin.

Según afirma el corresponsal del diario mexicano La Jornada, David Brooks, a dos semanas de las elecciones ya han emitido su voto más de 31 millones de personas. Para dimensionar lo que esto significa, en el Estado de Texas (donde en su momento ganó Trump) ya han votado más personas que en las elecciones de 2016.

El colega señala que esta elección no sólo puede significar un record en cuanto a la participación electoral, sino en el gasto de la misma. Según Brooks “se calcula que la presidencial y las legislativas federales superarán récords previos por mucho, al acercarse a 11 mil millones de dólares, según el Center for Responsive Politics. La contienda presidencial tiene un costo proyectado de 5.2 mil millones[1].

Pero como es sabido, la elección en el gigante del norte no depende solo de los votantes, sino también de les electores, por lo que podría ganar Biden en cuanto a cantidad de votos, pero (como pasó en 2016) que sea electo nuevamente Trump.

¿2da Guerra Civil en EEUU?

En publicaciones anteriores remarcábamos citando al analista Thierry Meyssan que en EEUU no hay una mera disputa entre Republicanos y Demócratas, sino entre “jacksonianos” y quienes profesan y practican la “Teoría de Contención” de George Kennan. Todos los presidentes hasta 2016 aplicaron esta última lógica gestada en plena Guerra Fría. Eso explica que incluso muchos republicanos jueguen en contra de su propio “candidato”.

Lo afirmábamos en ocasiones anteriores y cada vez son más les analistas que ven la posibilidad de un enfrentamiento entre estos dos sectores. Sectores que se descalifican el uno al otro y que plantearon la posibilidad de un fraude en las elecciones venideras.

Todo parece indicar que el descontento hacia la gestión del magnate está generando una pérdida sustancial en las intenciones de votos. Si bien el hecho no dice nada (ya que pasó lo mismo en las pasadas elecciones y ganó Trump de igual manera), parece que toda la maquinaria Demócrata y Republicana anti Trump está haciendo lo imposible por evitar que este señor de peluquín sea reelegido.

Del otro lado, Donald Jr. (uno de los hijos del magnate) hizo un llamado a voluntarios para que se “unan al ejército de vigilantes electorales de Trump”. En este sentido la periodista estadounidense Amy Goodman, alertó sobre posibles escenarios de violencia, citando un informe de la organización para el control de armas Guns Down America. En este informe se afirma que “la amenaza de que individuos armados perturben el acto electoral en los centros de votación no es teórica”. La línea argumental de Trump en casi todos los planos se sintetizan en “yo o el caos”.

¿Y la alternativa?

Del otro lado está Joe Biden, demócrata que ejerció la vicepresidencia durante la administración de Barak Obama. Una gestión caracterizada por las agresiones permanentes a pueblos de distintas partes del mundo y que lejos de cumplir con sus promesas de campaña la gestión Obama-Biden continuó con las guerras y amplió sus fronteras. De hecho el ganador del Nobel de la Paz no pasó un solo día (de sus 8 años en la presidencia) en el que no estuviese en guerra. A las heredadas guerras de Afganistán e Irak, sumó la guerra en Siria y autorizó “ataques contra grupos terroristas en Libia, Pakistán, Somalia y Yemen”, elevando a siete los países donde su administración llevó adelante acciones militares públicamente.

A ello hay que sumarle que la administración que segundeó Biden es la que en marzo de 2015 realizó “un decreto de “emergencia nacional” en el que declara a la República Bolivariana de Venezuela como “una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de EE.UU”, por supuestas violaciones a los derechos humanos cometidas por el Gobierno venezolano[2].

Algunas apreciaciones

Más allá de lo que suceda en las elecciones del país del norte, más allá de si decanta en una guerra o no, lo que queda claro es que sea quien sea que ocupe el Despacho Oval, los pueblos del mundo pierden. Más malo o menos malo, el gobierno estadounidense y su lógica imperial se han convertido en un problema para la humanidad.

Esta afirmación lleva a sacar algunas conclusiones al respecto:

  • No se puede esperar demasiado de la elección en gringolandia;
  • El sistema democrático que EEUU pregona e intenta imponer (a punta de misiles) al resto del mundo es un verdadero bluf;
  • Al poder real le importan muy poco los pueblos del mundo, incluso los propios. Sólo les interesa exprimirlos para sacarles la mayor rentabilidad posible a su fuerza de trabajo;
  • La guerra siempre es una opción para quienes ejercer el poder real, fundamentalmente porque es uno de los negocios más rentables;
  • El sistema económico que pregonaron los norteamericanos está quebrado y su caída repercutirá en todo el mundo, por lo cual hay que buscar alternativas que lo cambien de raíz;
  • Es imperioso desmonopolizar la palabra y la información. Caso contrario seguiremos siendo presas de las operaciones mediáticas al servicio de los grandes poderes fácticos;

Ante el escenario interno y exterior del país del norte, Nuestra América tiene la posibilidad histórica de revertir décadas de opresión y saqueo fomentado desde EEUU, sus transnacionales y lobbies. No obstante lo cual ello no debería implicar pasar a depender de otra superpotencia. Es estratégicamente necesario refundar la unidad continental y sus organismos multilaterales. El destino de nuestros pueblos depende de ello.


Referencias
[1] https://rebelion.org/preven-que-eleccion-en-ee-uu-rompera-record-de-participacion-y-de-costo/
[2] http://www.avn.info.ve/contenido/obama-deja-presidencia-eeuu-tras-ocho-a%C3%B1os-guerra-continua-e-injerencismo


Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

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