Tania Ferreira: “Para la gran mayoría de la población aumentaron las desigualdades sociales, el nivel de desempleo y la pérdida de derecho”

Tania Ferreira: “Para la gran mayoría de la población aumentaron las desigualdades sociales, el nivel de desempleo y la pérdida de derecho”

TIEMPO DE LECTURA: 11 min.

Revista Trinchera dialogó con la integrante de la militante del Partido de los Trabajadores del Brasil y miembro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, para analizar cómo está atravesando la pandemia del COVID-19 el pueblo brasileño.

¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?

Desde el inicio, el gobierno de Bolsonaro practica un discurso en contra de los derechos humanos, con declaraciones discriminatorias sobre diferentes grupos de la sociedad. Es un gobierno militarizado, con poca transparencia y coherencia;con una política direccionada a priorizar a una clase reducida de personas y sectores no populares. Alineado con las políticas de los EEUU y de Israel, tiene un gabinete llamado “el gabinete de odio”, que reproduce noticias falsas y intenta a través de técnicas de comunicación que utiliza la semiótica, la programación neurolingüística, las técnicas psicológicas de encuadramiento de masas a una cultura fascista.

Es un gobierno con una política económica de ajuste para los más vulnerables, que quita derechos sociales (empleo, salud, educación, etc.), que tiene ministros que fueron elegidos a dedo para conducir una necro política.

Por todo esto,la situación de Brasil empezó en términos totalmente desfavorables respecto a cualquier intento de priorización del pueblo. El cuadro previo ya era de una total falta de compromiso y de un desmantelamiento de los sectores populares.

¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?

De acuerdo con el sitio coronavirus.saude.gov.br, el Ministerio de la Salud de Brasil detectó neumonía de causa desconocida en China y el 3 de enero de 2020solicitó información a la OMS y el esclarecimiento de la situación.El 10 de enero fue puesto en funcionamiento el Comité de Monitoreo de Eventos del Ministerio de la Salud y el 16 de enero este Ministerio publica la primera información sobre lo que se sabía de la enfermedad y un Boletín Epidemiológico. El 3 de febrero se declara la Emergencia de Salud Pública de Importancia Nacional (ESPIN) y se realiza la primera reunión del Grupo Ejecutivo Interministerial en Salud Pública (GEI-ESPII). El 4 de febrero el Ministerio de Salud envía al Congreso Nacional el Proyecto de Ley de Cuarentena y entre el 4 y el 5 de febrero se aprueba. El 7 de febrero el  Presidente de la República, Jair Bolsonaro, sanciona la Ley de Cuarentena y el 26 de febrero -en Sao Pablo- se confirma el primer caso de coronavirus.

Lo que pasó fue que eso ocurrió en pleno Carnaval que había empezado el 21 de febrero. Esto no fue noticiado cómo debería haberse hecho, priorizando la economía y banalizando la vida frente a la gravedad de la situación, por lo que el pueblo brasilero no se encontraba en estado de alerta y no se enteró de lo que estaba sucediendo como para tener la oportunidad de protegerse para lo que venía. En marzo, sólo se lanzó una aplicación para celular para informar sobre el Coronavirus.

¿A qué le atribuís la actitud adoptada por el gobierno?

Al total sometimiento y orientación de las políticas neoliberales de los EEUU. Porque el gobierno electo de ultra derecha vino con el propósito muy concreto de gobernar para la clase media, para los empresarios, para segmentos de la economía y para las iglesias neo pentecostales, y través de medidas provisorias y decretos redujo los derechos de la clase trabajadora, de los jubilados, de los estudiantes, etc. Un dato duro fue que en el primer año de gobierno, Bolsonaro editó 48 medidas provisorias de acuerdo con el sitio del Senado donde se constata el carácter de un gobierno que no prioriza a los más vulnerables, ni tampoco las políticas sociales, y sí los privilegios de quienes creen que la economía deba estar en primer lugar.

¿Qué efectividad consideras que tienen las medidas adoptadas?

Son muy efectivas para un porcentaje mínimo de la población que concentra riquezas, para las empresas, para el sector financiero, para un segmento religioso, y esto se comprueba a través del apoyo al gobierno de Bolsonaro por parte de los representantes de esos sectores. Pero para la gran mayoría de la población queda muy claro que aumentaron las desigualdades sociales, el nivel de desempleo y la pérdida de derechos.

¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?

Para contextualizar la respuesta, el Congreso de Brasil está compuesto por el Senado Federal (con 81 senadores, que representan las 27 unidades federativas, los 26 estados y el Distrito Federal) y la Cámara de los Diputados (con 513 diputados federales que representan al pueblo). La oposición en el Senado es de 23,5% y de 29% en la Cámara de Diputados. La oposición es minoritaria y no es nada fácil su actuación en las esferas del gobierno. Las fuerzas políticas juegan un papel fundamental en el tablero, pero cuando la correlación de fuerzas es desfavorable, el esfuerzo de articulación y negociación en la esfera gubernamental para no dejar que las políticas neoliberales destruyan los derechos conquistados por el pueblo, es un acto de resistencia.

¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?

Por increíble que parezca,el lunes 20 de abril el Senado votará la Medida Provisoria 905 que alterará la legislación del trabajo y cambiará para peor la vida del trabajador: flexibilizará las relaciones entre patrón y empleado, no garantizando los derechos adquiridos. Otro ejemplo es la Proyecto de Enmienda Constitucional 10, que en el artículo 9 permite que el Banco Central compre cualquier papel financiero privado (derivativos, papeles podridos y cualquier otro “crédito”) de cualquier institución nacional o internacional, en cualquier tipo de mercado, sin límite o control alguno, sin necesidad de identificar los créditos o su condición.

En el artículo 10 se prevé que el Tesoro Nacional entre con 25% del dinero para la compra de esos papeles. Entonces los daños al Banco Central son integralmente transferidos al Tesoro Nacional. Con esos ejemplos puede considerarse que el nuevo escenario puede ser usado como oportunidad para reducir los derechos del pueblo y apoyar al sistema financiero. María Lucia Fattorelli, Coordinadora Nacional de la a Auditoria Ciudadana de La Deuda, hace una alerta al respecto, de acuerdo con el sitio auditoriacidada.

¿Cómo repercutió la pandemia en el día a día del pueblo?

Brasil es un país caracterizado por una brutal desigualdad social. Ese virus ataca directamente a los más vulnerables: los que no tienen acceso a ítems de limpieza, no tienen acceso a saneamiento básico, muchas casas no tienen cloacas adentro, muchas villas son súper pobladas; es decir que el impacto en el día a día expresa que las dificultades, que ya no eran pocas, ahora se agravan más. Eso sin contar la pérdida de empleos que fue del 11% y que el 56% de la población debe atrasar el pago de deudas, de acuerdo con una encuesta realizada por el BTG Pactual y FSB Pesquisa el 1 de abril.

Por otra parte, en el ámbito educativo, se tuvo que recurrir a clases virtuales, aunque algunas escuelas cerraron sus puertas sin dejar alternativas para los alumnos. La logística del abastecimiento de las familias, también sufrió daños.  Muchos movimientos sociales empezaron a ayudar a los pobres con donaciones de artículos de limpieza, ropa y comida. Los mayores tuvieron que aislarse para no contagiarse, ya que son parte de la población con alto riesgo de contagio junto con diabéticos, hipertensos, personas con inmunodepresión, y otros casos que se juntan a esos. 

¿Cuál es la percepción en las calles tanto de las medidas como de la situación cotidiana?

Todavía el gobierno de Bolsonaro cuenta con un apoyo popular del 30%. El proprio presidente conduce el discurso ideológico del terraplanismo, del negacionismo, del escepticismo y hace que la pandemia sea llevada por esa parcela de la población con desprecio y banalización. Eso se traduce en el desentendimiento de las orientaciones de la OMS. Bolsonaro es un mal ejemplo y atiende al clamor de los industriales, comerciantes, sectores financieros e iglesias que tienen interés de volver a la vida cotidiana, a contramano de lo que está siendo practicado en el mundo. Eso sin contar el llamamiento para hacer apariciones en las calles en protesta al asilamiento social. Hasta ayer, Brasil tenía 36.599 casos confirmados de coronavirus y 2.347 muertos con una taza de letalidad del 6,4%. Esos resultados están subestimados ya que de una población de 208 millones de habitantes, solamente fueron testeadas 62.985 personas, de acuerdo con el sitio worldometers. Es muy difícil, preocupante y confusa la percepción de lo que está pasando porque el mandatario del país, que debería estar comprometido con la vida del pueblo, eligió priorizar la economía.

¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?

Las FFAA en Brasil tuvieron un papel fundamental en la dictadura cívico-eclesiástico-militar en Brasil y este gobierno se identifica claramente con la ideología de la tortura. Tal es así que el ídolo del presidente Bolsonaroes el torturador Ustra, la persona que torturó nada más y nada menos que a la ex Presidenta Dilma Rousseff. No hay mucho más que decir porque por sí solo, eso ya define la principal característica de este gobierno. Las Fuerzas Armadas no están poniendo el cuerpo en las calles ayudando en el control de la movilidad, ni controlando las fronteras, ni tampoco están cooperando en la logística, ni en los hospitales. Básicamente no están siendo parte de la lucha contra el coronavirus.

Más allá de las medidas oficiales ¿Cómo está haciendo el pueblo en general para sobrellevar esta situación?

En Paraná los asentamientos y campamentos del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Terra (MST) se movilizaron y donaron 45 toneladas de alimentos para hospitales, hogares de ancianos y familias carentes. También donó 500 toneladas de alimentos a las víctimas de Eldorado do Carajás en Pará. Y sigue donando productos agroecológicos demostrando que la crisis alimentaria tiene solución sin el agronegocio.

La Central Única de las Villas lanzó una campaña virtual #FavelaContraOVírus para recaudar dinero para ayudar a las villas con alimentos y productos de higiene. La Organización Redes da Maré, en el Complejo da Maré, que es un conjunto de villas con 140 mil habitantes en Río de Janeiro, está colectando donaciones para distribuir entre los habitantes de ese lugar. La Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil también hicieron una campaña virtual para recaudar plata y distribuir entre los pueblos indígenas alimentos y artículos de higiene y limpieza. El MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo) creó un fondo de emergencia para ayudar en la compra de alimentos y de productos de higiene para la población sin techo de varios estados brasileños. Esos son algunos de los ejemplos de la sociedad civil y de los movimientos sociales que se están organizando para ayudar a las personas. Pero lo que pasa es que todo eso es muy poco en relación a las demandas. Y también es importante decir que en durante este gobierno, aumentó muchísimo el número de personas que vive en la calle, por lo que también aumentaron las demandas sociales. El pueblo sigue intentando sobrevivir y resistir por otras vías sin pasar por la ayuda humanitaria del gobierno.

¿Cuál es la actitud de los empresarios?

Para tener en cuenta de cómo la cosa camina el grupo Havan, del empresario Luciano Hang, uno de los principales aplaudidores de Bolsonaro, suspendió el contrato de trabajo de 11 mil empleados, la mitad de todos los empleados del grupo. El sector está más preocupado por ahorrar y no sentir el impacto económico que mantener los empleos como forma de garantizar la subsistencia de sus empleados. Esa es la política que Bolsonaro propone flexibilizando las relaciones de trabajo y favoreciendo a los dueños de las grandes empresas por los trabajadores. Por ahí sigue la mayoría de los empresarios, apoyando el desentendimiento del asi lamiento y promoviendo el caos social con el incumplimiento de los derechos del trabajador.

Del mismo modo, ¿Cómo están actuando los medios de comunicación?

En Brasil, los medios tradicionales siempre cumplieron el papel de desinformar y favorecer así a sectores concentrados de la sociedad y a otros sectores económicos y religiosos. Son como partidos políticos que manipulan los datos de acuerdo con sus intereses y los intereses de sus aliados y distorsionan la comunicación. Los medios alternativos son los que siempre dieron una contribución muy importante para frenar las noticias falsas, romper el cerco mediático, diseminar la verdad y para que el pueblo sepa de lo que realmente pasa en los bastidores de la política que no llegan a conocimiento público.

¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?

En este gobierno no se espera nada diferente a lo que se ha visto hasta ahora. La salida es el fortalecimiento de la sociedad.Los frentes Brasil Popular y el Pueblo Sin Miedo, junto a movimientos sociales, populares y estudiantiles, centrales sindicales, partidos políticos, tradiciones religiosas y entidades de la sociedad civil, firmaron un documento ayer para el lanzamiento de una plataforma de emergencia para enfrentar la pandemia y la crisis brasileña.

La intención de esa Campaña es movilizar al pueblo para concientizar sobre la barbarie que está atravesando Brasil con este desgobierno y presentar propuestas para la salida a esa situación insostenible. Con esto se abrió una cuenta para las personas firmen pidiendo la salida de Bolsonaro y su gobierno y en defensa de la vida. Pero también para llamar a la población para tener elecciones directas, pero dentro de la ley, con transparencia y sin campañas de noticias falsas y elecciones manipuladas.

También como una acción de resistencia y ayuda, el neurocientífico e investigador Miguel Nicolelis creó un Proyecto llamado Mandacaru (una especie de cactus que da flor pero en pleno sertão de Brasil), una red voluntaria y solidaria para proponer acciones científicas en contraposición a la oscuridad y el negacionismo de la ciencia en Brasil. Ese proyecto está vinculado al Comité Científico del Nordeste para el enfrentamiento del COVID-19, donde Nicolelis es uno de los coordinadores. Ese comité está vinculado al Consorcio Nordeste, que es una iniciativa conjunta de los gobernadores, para proponer acciones en diversas áreas, pero ahora fundamentalmente para controlar la pandemia.

El canal de Youtube del Partido de los Trabajadores está haciendo entrevistas con parlamentarios y personas del medio académico y científico, reuniones y plenarias, para dar al pueblo una alternativa comunicacional, pero también de formación política. Los canales Rede TVT, Brasil de Fato, Fundación Perseu Abramo, Movimiento Sin Tierra, y otros tantos buenísimos canales comprometidos en hacer una comunicación transparente y fiel a los hechos de la historia, son ejemplos que hacen que la esperanza no muera y que vidas puedan ser salvadas a través  de la solidaridad, el compromiso con la democracia y el estado de derecho. Pero también la construcción de un Brasil más justo, menos desigual e inclusivo.

Globalización en tiempos de pandemia (Parte II)

Globalización en tiempos de pandemia (Parte II)

TIEMPO DE LECTURA: 10 min.

Por Pablo Jofré Leal*

Me preguntaba, en la primera parte de este trabajo ¿quién gobierna en este mundo?…con certeza y en primer lugar los mercados financieros de Estados Unidos, Japón y la Europa de los 28, que representan el primer poder.

Siguen al poder mencionado, las corporaciones internacionales[1] en esta época, principalmente tecnológicas, ayudadas en ello por sus empresas mediáticas (donde la presencia sionista en mayoritaria) y que tienen la capacidad de construir los mecanismos que manipulan y crean una realidad acorde con las necesidades de esos mercados financieros globales. Todo ello marcado por la supremacía de los Estados Unidos, que ha dominado durante los últimos 30 años el planeta, en todos los campos propios en que establece su señorío una hiperpotencia, vigorizada con la derrota de su anterior enemigo. Aunque, tengamos presente, que desde hace un lustro a la fecha, ese dominio es retado por la presencia de la República Popular China, la Federación Rusa y poderes emergentes, incómodos en este traje de fuerza llamado globalización.

Una globalización con características bien definidas:

  1. Preeminencia en el campo político, donde su actuar hegemónico sustituyó el papel que la comunidad internacional había depositado en la Organización de las Naciones Unidas a partir del año 1945
  2. En el ámbito económico y financiero, capaces de competir y aventajar, incluso a un bloque amplio de países como la Unión Europea, conformada por 28 miembros. La ventaja es también con relación a Japón y su natural área de influencia en Asia Oriental. Insisto, con la relevante presencia de China como referente económico internacional.
  3. En el aspecto tecnológico, predominando sin contrapeso en Internet. Poseen las principales industrias tecnológicas (partes de esta “Nueva Economía”) que sustituyó en volumen de capitalización bursátil, a la economía tradicional. Estados Unidos suele reservar un aparente “derecho” a proteger su sector tecnológico esgrimiendo para ello, razones de seguridad. Pero los “otros”, que es hablar de nosotros, estamos sujetos tanto a su espionaje y control tecnológico, presiones económicas, como lo demuestra las sanciones a China y sus industrias tecnológicas como fue el caso de la empresa Huawei.
  4. En el plano político cultural, la MacDonalización[2] representa la expansión del modelo de vida y la cosmovisión estadounidense, ayudada exitosamente con el dominio que ejerce en el campo audiovisual – con capitales propiedad de grupos sionistas que vinculan esa visión de mundo a los intereses de esta ideología -. Recordemos que ha existido todo un proceso de concretar este dominio cultural a través de diversos hitos: la victoria de la industria cinematográfica de Hollywood en la fase final de la Ronda Uruguay del GATT en el año 1992.

    En esos encuentros, la vieja Europa, se sometió a las exigencias de los Estados Unidos, que evitó un reforzamiento de lo que el Imperio denomina “Medidas Restrictivas” con relación a la idea de tener cuotas de pantalla para obras nacionales. Ligaron lo audiovisual al desarrollo de nuevos servicios de comunicación y telecomunicaciones – desregulándolos – Permitió, igualmente la alianza de inversiones estadounidenses en Europa.

    Una superioridad que se expresó y tejió, en estos 30 años, bajo el argumento del Nuevo Orden Mundial. En dos campos de batalla: el Acuerdo Multilateral de Inversiones – AMI –como en la Organización Mundial de Propiedad Intelectual– OMPI – en que Estados Unidos hizo prevalecer el Copyright sobre el derecho moral de la creación y en todos aquellos encuentros de organismos internacionales. Allí, se impone la visión estadounidense o amenaza con retirarse como ha sucedido con la Corte Penal internacional, la UNESCO, no cumplir los acuerdos firmados como es el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA por sus siglas en inglés) su abandono del Tratado INF (sobre misiles de corto y mediano alcance con carga nuclear) con Rusia, entre otras acciones frente a su decisión de llevar adelante contra viento y marea su política imperial.
  5. En el plano militar, sólo la consideración del nivel de su presupuesto, que autorizó el congreso estadounidense en el año fiscal 2019 – más de 730.000 millones de dólares – permite visualizar la envergadura de su poder nuclear, convencional, nuevas líneas de investigación, armas biológicas y químicas (donde perfectamente podemos ubicar al Covid-19) y la intervención en amplias regiones del mundo. Comenzando a partir del año 1991 en Irak, posteriormente en Serbia, Afganistán, nuevamente Irak el año 2003 y su estrategia del caos premeditado, que ha tenido su expresión práctica nuevamente en Irak a partir del año 2003, la invasión a Libia, el apoyo a grupos terroristas en la guerra de agresión contra Siria a partir del año 2011. El sostén permanente al sionismo en su política de colonización y ocupación de Palestina. La complicidad en la agresión a Yemen y las políticas de sanciones, bloqueos y embargos contra Cuba, Corea del Norte, Venezuela, Federación Rusa y la República Islámica de Irán.

Estados Unidos es la única potencia que posee flotas de guerra en todos los mares y océanos del mundo, 800 bases militares en los cinco continentes y la capacidad técnica, logística y militar de asestar golpes donde lo señale su “dedo divino”. Por ello, resulta patético escuchar las declaraciones alarmistas de los jerarcas políticos y militares estadounidenses, cuando tratan de acusar a Rusia de ampliar su presencia militar en el mundo. El ataque a Serbia, en la década de los noventa del siglo XX, las agresiones contra Libia, Siria, sus políticas sancionatorias contra Venezuela, Cuba, la República Islámica de Irán, han servido para que Washington demuestre su absoluto desprecio por las leyes internacionales.

Un actuar que permite catalogar a Estados Unidos como un violador del derecho internacional, con acusaciones de crímenes de lesa humanidad y que en la actual situación, prevalece el terrorismo médico. Acusación esgrimida por las autoridades iraníes, ante su política de máxima presión contra la nación persa, impidiendo una lucha efectiva contra el Covid-19 al impedirle comprar kits de prueba de coronavirus, acceso a equipamiento médico e incluso fondos previstos por organismo financieros internacionales. Ocho países, entre ellos China y Rusia en una carta enviada al secretario general de la ONU advirtieron sobre el impacto negativo de las sanciones en los esfuerzos internacionales destinados a contener el virus mortal. La conducta estadounidense tiene la pretensión invariable de dar una “lección” a quien osa desobedecer sus órdenes.  Por ello, el llamado desde la trinchera antiestadounidense es crear un frente común que destruya este unilateralismo, que tanto daño le hace al mundo.

Esta realidad, que tanto daño genera en el mundo, está siendo cuestionada con un catalizador inesperado, que surge desde el campo de las enfermedades: el Covid-19, que está remeciendo las estructuras políticas, económicas y sociales del mundo. Una pandemia que ha hecho resurgir, como nunca antes, conceptos como el de solidaridad, cooperación, fin de las sanciones contra aquellos que los grandes poderes han sometido a apremios que contribuyen a una catástrofe humanitaria. Una pandemia que pone en entredicho esta globalización donde la desregulación ha sido su signo predominante. Una globalización que ha servido para hacer del mundo un terreno fácilmente contagiable, que ha visibilizado también la debilidad de aquellos países que han minimizado sus sistemas sanitarios, en función de la privatización, que convierte un derecho social, en una mera mercancía.

El Virus Covid-19está carcomiendo las estructuras internas del capitalismo, mostrando sus debilidades, develando la profunda inequidad entre aquellos que pueden soportar una pandemia en su opulencia y aquellos que quedan en la desprotección, en la carestía, sin trabajos, sometidos a los vaivenes y decisiones de gobiernos más centrados en defender las superestructuras, el mercado, al empresario global que a sus ciudadanos. Un modelo capitalista que debe ser combatido con la misma fuerza con que se acomete a este virus mortal. Incluso, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva se ha visto obligada a mencionar que los costos humanos de la pandemia del coronavirus ya son inconmensurables y es preciso que todos los países trabajen en colaboración, para proteger a la gente y limitar el daño económico.

Este es el momento de actuar con solidaridad, suelen repetir los dirigentes en el planeta. Palabras, que hasta hora dejan fuera a países como Venezuela e Irán pues las directrices criminales del gobierno de Trump, por ejemplo, se niegan a ir en apoyo internacional a estos dos países, en un claro crimen de lesa humanidad. Combatir al Covid-19 pone  en acción a nuestras sociedades, sacando lo peor y lo mejor del ser humano y poniendo en entredicho la forma que hemos conducido nuestro planeta en las últimas décadas. Este patógeno de la familia de los Coronavirus genera cientos de miles de contagiados, decenas de miles de muertos y una hecatombe financiera. En una pandemia que no tiene fecha de término y que ha situado hoy, como primero en la lista de contagiados, a Estados unidos que además suma miles de muertos que crecen en forma exponencial.

Estamos en crisis, pero distinta a las que hemos vivido en este Siglo XXI. Como aquella a inicios del nuevo milenio, la denominada dot com (puntocom) relacionada a la burbuja especulativa con las empresas vinculadas a internet. Diferente a la crisis financiera global del año 2008, desatada en virtud de la burbuja inmobiliaria, que había comenzado en Estados Unidos el año 2006 y que terminó de explotar en octubre del año 2007 originando una profunda recesión durante gran parte del año siguiente. Hoy, el agente catalizador, el patógeno es distinto, se llama covid-19 mostrando la enorme fragilidad de todo el sistema económico en que nos asentamos

Una crisis pandémica, política, económica, sanitaria que nos obliga a repensar el mundo que se nos viene. Con una característica común a todas las crisis mencionadas: será el Estado quien nuevamente está salvando a los países, a las empresas, incluyendo a aquellas que suelen atacar ese estado en épocas de vacas gordas. Ese Estado que sale nuevamente al rescate de las economías, incluso de aquellos países donde sus clases dominantes los maldicen. El Covid-19 está cambiado los dogmas imperantes, ha mostrado que sin servicios sanitarios públicos fuertes, la muerte se ve más cercana. Los europeos extrañan ese estado de bienestar, que sus castas políticas han deteriorado.  Las discusiones hoy parecen propias de defensores del estatismo, conceptos como fin de los ajustes fiscales, establecer salarios dignos garantizados, incluso nacionalizar aquello que la marea privatizadora permitió enriquecer a algunos pocos se están imponiendo en la agenda política..

La experiencia histórica de los países afectados por las políticas del FMI nos conduce a la conclusión (en base a la experiencia empírica) que el número de víctimas del neoliberalismo es y será, indudablemente, millones de veces mayor que el de las víctimas del Covid-19, lo que indica entonces, pasada esta batalla coyuntural a enfocar nuestros esfuerzos en la definitiva derrota de este capitalismo brutal, que tambaleaba y que una sintomatología de dolores de cabeza, fiebres, tos seca y problemas respiratorios parece haber sido el arma que marcará su definitiva derrota. Para ello es necesaria la solidaridad, recuperar una humanidad perdida en el trasiego del individualismo, de un modelo de sociedad que desprecia lo social en función del éxito particular. Esta crisis pandémica puede ser un paso firme en aras de cambiar este único mundo que poseemos y matar de una vez este virus llamado capitalismo.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Referencias:
[1] “A principios de los años noventa, unas 37.000 firmas de características transnacionales, con sus 170.000 filiales, abarcaban gran parte de la economía internacional. Sin embargo, el lugar del poder se sitúa en el círculo más restringido de las “200 Primeras” – denominación que refiere al predominio de un cierto grupo de empresas – Así, la parte del capital transnacional en el PIB mundial pasó del 17 por 100 a mediados de los años sesenta al 24 por 100 en el año 1982 y a más del 30 por 100 en 1995. Las “200 Primeras” son conglomerados cuyas actividades planetarias cubren sin distinción, los sectores primario, secundario y terciario. geográficamente se reparten entre diez países: USA, Japón, Alemania, Francia, Inglaterra, Suiza, Corea del Sur, Italia y Holanda…si se hace abstracción de sociedades angloholandesas con capitales mixtos – grupo Shell y Unilever – no quedan más que ocho países en la carrera, que concentran el 96,5 por 100 de las “200 Primeras” y el 96 por 100 de su cifra de negocios”. Para ampliar esta información Claimont Fréderic. “Pensamiento Crítico v/s Pensamiento único”. Página 41-42. En la actualidad de las diez empresas transnacionales más importantes, ocho de ellas están ligadas al mundo de la tecnología. Según países, Estados Unidos sigue siendo hogar de más de la mitad de las empresas más grandes del mundo, contando con 53 en el listado de las 100 empresas más grandes. China cuenta con 11 empresas entre las 100 más grandes del mundo, mientras que Reino Unido se sitúa en tercer lugar con un total de 9 empresas.

[2] Uso este concepto en el sentido asignado por la pensadora chilena Marta Harnecker, quien sostiene que: “Tras la caída del socialismo ha cambiado radicalmente la correlación de fuerzas y nos encontramos en una etapa ultra reaccionaria…la Globalización plantea tres problemas fundamentales: la polarización creciente de la sociedad, el desastre ecológico hacia el que camina la humanidad y la expansión del modelo cultural estadounidense, que denominaré la MacDonalización de la cultura”. Harnecker Marta. Entrevista de Amelia Castilla. Diario El País. Sección Cultura. Madrid. España. Sábado 26 de febrero del año 2.000. Página 5

No hay barbijo que nos proteja del machismo

No hay barbijo que nos proteja del machismo

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Agustina Flores*

El aislamiento social, preventivo y obligatorio que rige en toda la Argentina desde hace casi un mes, nos encuentra en una situación de indefensión y distanciamiento nunca antes vivido y deja en evidencia otra realidad: la de las mujeres que sufren violencia de género, convirtiéndose el aislamiento en un encierro del que no tienen escapatoria.

La violencia machista se expresa en muchas formas y tamaños, buscando siempre el camino para infiltrarse en todos los ámbitos de la vida, nos persigue desde el primer momento hasta el último, entrometiéndose en nuestros terrenos más privados, como es el hogar. La violencia doméstica es una realidad constante para muchas mujeres durante los 365 días del año. Sin embargo, la libre circulación y el tránsito por lugares de trabajo, estudio y ocio, permitían generar lazos de confianza con personas capaces de brindar ayuda a las mujeres que no encontraban huida ni resguardo. Tanto para escapar de sus casas, donde también habitaba su agresor, como para ser acompañadas a la hora de denunciar, se contaba con herramientas para las diferentes situaciones, contemplando la gravedad de las mismas. Era más sencillo dar cuenta de estas problemáticas para tomar acción inmediata y evitar que la violencia persista en la vida de la mujer.

La imbatible e infinita pandemia que nos toca enfrentar bajo techo, limita las posibilidades de identificar esos gritos de ayuda que, hoy más que nunca, son más fuertes.

Desde que comenzó el confinamiento, la Línea 144 registró un aumento del 60% en las llamadas registradas solo en la Provincia de Buenos Aires. De acuerdo con el Observatorio de las Violencias de Género “Ahora Que Sí Nos Ven”, son 18 los femicidios entre el 20 de marzo y el 12 de abril, lo que confirma que la violencia machista no cesa, sino que se fortalece en cuarentena.

El 72% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima, afirmando el peligro al que están expuestas las mujeres al no tener otro lugar en el que resguardarse. Las niñeces, presentes en la mayoría de los casos de violencia, también se convierten en víctimas al escuchar y presenciar la situación, y en algunos casos, sufren golpes e insultos. Es una emergencia para toda la familia, que no para de agravarse. La situación económica que sufre una crisis constante, también es un factor que intercede en estos casos: la dependencia económica con el agresor hace que a la víctima se le dificulte aún más dejar su hogar.

El gobierno, tanto nacional como de cada provincia, ha analizado estos factores y tomado acción al respecto, tratando de cumplir con el rol que el Estado debería ejercer y lleva años vacío. El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad reforzó la Línea 144, que se encuentra activa las 24 horaslos 365 días del año para brindar contención y asesoramiento a quienes estén en situación de violencia. Se agregó otra vía a través de Whatsapp, para recibir ayuda sin necesidad de llamar, escribiendo a las líneas 1127716463 – 1127759047/48.

Estas primeras medidas se tornaron insuficientes teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos la persona se encuentra vigilada continuamente por su agresor, imposibilitando el uso de la línea de ayuda telefónica. A raíz de esto, se implementó el código “Barbijo Rojo” en las farmacias del país: si la víctima se acerca pidiendo uno, la persona del otro lado del mostrador debe ayudarla automáticamente y ponerla en contacto con la Línea 144. Además, en la última semana, se decretó que si una mujer o persona del colectivo LGTTBI sufre violencia de género, estaráexenta de la cuarentena, es decir que puede salir de su domicilio para hacer una denuncia o pedir auxilio.

Los hogares de resguardo están más llenos que nunca y son imprescindibles. Si bien las políticas públicas deben ir dirigidas a que el agresor sea el que abandone el hogar, son un recurso de extrema necesidad y urgencia. Al aumentar efusivamente los casos de violencia, los hogares son un amparo que puede salvar vidas.

No está de más recalcar que el desfinanciamiento en materia de género y políticas públicas de los últimos años, tiene repercusiones en la actualidad. El Plan de Acción contra la Violencia presentado en 2016 proponía la construcción de 36 hogares a lo largo del país, pero nunca se ejecutó. Los hogares actuales no son suficientes y la mayoría se encuentra en malas condiciones. La cuarentena, además de dejar en evidencia la grave situación que viven las mujeres, desenmascara la realidad del ex gobierno neoliberal por la falta de políticas públicas para erradicar este peligro.

Si bien el gobierno actual sigue presentando medidas para la emergencia que supone la violencia de género, no son suficientes. Hay cuentas pendientes que hoy salen a la luz y presentan complicaciones a los avances en políticas de género que se deben implementar por las graves consecuencias que el coronavirus conlleva.

Las calles son, por excelencia, el escenario de disputa de los movimientos de mujeres, pero hoy el aislamiento obligatorio obliga a pensar nuevas estrategias para gritar por las que ya no tienen voz. Con cuarentena o no, la violencia de género sigue existiendo y hay millones de razones para seguir luchando. Se han organizado campañas de concientización a través de las redes sociales -hoy nuestra mayor vía de comunicación y contacto- y se ha convocado a “ruidazos” para que retumben en todas las casas. La propuesta es seguir haciendo bolonqui por aquellas que ya no están y por la liberación de todas.

La concientización es una de las consignas primarias de lucha. Las personas como seres sociales vivimos atravesadas por mensajes todo el tiempo, seamos conscientes de ello o no. Los discursos llenos de odio y maltrato crean un sentido común que hay que disputar constantemente. Los micromachismos son aquellas conductas naturalizadas en estos discursos que son percibidos en la cotidianeidad, y ejercen opresión sobre las mujeres. En este contexto, en el que toda la familia debe quedarse en casa, el hombre sigue manteniendo su posición de autoridad ante la mujer, que debe encargarse de los deberes hogareños. Delegar estos quehaceres, hace surgir la típica comedia de denigrar lo fáciles que son el rol y las tareas que se nos designan al nacer. O bien se nos sigue exigiendo que seamos las que nos encarguemos de todo en el aislamiento, pues el mantenimiento del hogar es nuestra “especialidad”. Chistes machistas y comentarios arcaicos en los grupos de Whatsapp son un entretenimiento en todas las pantallas. Es hora de abrir los ojos y abolir estos comportamientos que lo único que suponen es un retroceso en las luchas que seguimos dando. La constante cosificación es un factor que se agrava en esta situación y que no tenemos que dejar de denunciar.

Resulta indispensable una implementación plena de políticas públicas vinculadas a la violencia de género, tanto para erradicarlas como para concientizar a la sociedad y eliminar el sentido común machista que nos persigue y crea las condiciones para que nuestra opresión se siga perpetuando. Hoy más que nunca, debemos involucrarnos en la sociedad, crear redes solidarias y prestar atención a toda alerta que se despierte. La cuarentena no para de llevarse a las pibas. Hay que denunciar y dejar de lado el silencio tan particular que nos atraviesa. Cuidarnos en conjunto es esencial para la lucha contra la epidemia, la del coronavirus y la del machismo.

Que una emergencia no opaque otra.


* Estudiante de Licenciatura en Comunicación Social con orientación en periodismo en UNLP, redactor en Revista Trinchera
Rodrigo Coronel: “Si la escena pública está llena de incógnitas, hay una certeza inconmovible: la oposición no colabora”

Rodrigo Coronel: “Si la escena pública está llena de incógnitas, hay una certeza inconmovible: la oposición no colabora”

TIEMPO DE LECTURA: 8 min.

Revista Trinchera dialogó con el periodista, politólogo mexicano y editor en jefe de la Revista Algarabía, Rodrigo Coronel, quien analizó cómo está enfrentando México la situación de pandemia del COVID-19.


¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?

México estaba polarizado. Y sigue igual. Las posturas de la oposición al presidente López Obrador frisaban en lo neurótico, lo absurdo. Cada día, desde ciertos círculos políticos, alentados desde las cañerías del rencor y la nostalgia por el poder perdido, las arremetidas contra el gobierno subían de tono y bajaban en calidad; eran más ruines. El debate público se fue empobreciendo a un ritmo acelerado y de esa espiral pocos se desmarcaban.

Tampoco hacían algo mucho mejor los que defendían, acríticamente, al presidente. Éstos apenas recurrían a un puñado de manidos argumentos, uno más gastado que el otro. A veces, en medio de la vorágine, se confundían los gritos y desde las dos trincheras terminaban por gritarse los mismos insultos. Era como si la palestra pública se hubiera llenado de gritos y los argumentos de los pocos que querían hablar se fueran apagando poco a poco y apenas quedaran algunos murmullos.

El vehículo de la oposición cada vez se decantó con mayor intensidad; no eran los partidos políticos –desdibujados desde su rotundo fracaso en las últimas elecciones-, sino algunos empresarios y un puñado de columnistas.

Luego llegó la pandemia.

 ¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?

Irregular, errática incluso. Las primeras semanas de la pandemia estuvieron llenas de mensajes contradictorios. Si un gobierno local, afín políticamente al central, determinaba el quedarse en casa y evitar cualquier salida a la calle, el presidente aparecía en las redes sociales diciendo lo contrario y saludando a un centenar de personas sin protección ni distancia.

Puede decirse que el mensaje gubernamental tardó en cuajar; la coordinación no fue exactamente eficaz. Tardía podría ser otra de las características que aquejaron a las acciones del gobierno; mientras el virus se desplegaba con inusitada intensidad alrededor del mundo, las palabras del presidente se iban quedando pequeñas e insuficientes, a destiempo y a la zaga. Luego, las cosas tomaron su rumbo, el mensaje se encarriló y el presidente, poco a poco, fue haciéndose cargo de la coyuntura y la comunicación, gracias al involucramiento de Hugo López-Gatell, viceministro de salud, una figura clave en el tratamiento de la pandemia.

En todo aquél desastre comunicacional de las primeras horas, la oposición hizo su parte, fue tal el nivel de enfrentamiento y polarización al que llegó, que fue difícil discernir una nota real de una falsa.

El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud mexicano, Hugo López-Gatell, anuncia medidas contra el COVID-19.

 ¿A qué le atribuís la actitud adoptada por el gobierno?

Por un lado, el “estilo personal de gobernar” de López Obrador;  por otro, a la maldita circunstancia de la desigualdad mexicana.

Cada mañana, de lunes a viernes, el presidente sale ante los medios de comunicación de todo el país y dicta agenda, ninguna otra más que la suya. También habla de todo y un poco más. Cuando los chats familiares, las sobremesas y las charlas antes de dormir eran dominadas por el virus, el presidente insistía en sus temas; ello le restó puntos. Luego, cuando habló del problema, lo hizo tan desordenadamente, sin concierto ni estrategia, que su mensaje se perdió entre las muchas otras cosas que también dijo. De ahí la descoordinación y la insidiosa percepción de que las preocupaciones del presidente eran diferentes a las de los ciudadanos.

La desigualdad económica vino a continuación. Mientras el mundo entero mandaba a la gente a parapetarse detrás de su puerta, en México “aguantaban” la medida. Tenía sentido. Aquí son millones las personas que viven al día, que se buscan la vida en la calle, sin nada fijo, a la buena de Dios. Clausurar la calle era igual a cerrarles el grifo del dinero y que se las apañaran como fuera. No era una decisión sencilla. La disyuntiva sigue siendo la misma.

La cuarentena tiene visos de privilegio. Se encierran los que pueden, se la rifan todos los demás. Al final, otra vez, tiene que ver con los pesos y los centavos. La desigualdad sigue siendo la misma cabrona que enluta una casa y a otra la deja en paz.

¿Qué efectividad considerás que tienen las medidas adoptadas?

México ha abordado la pandemia de otra forma. Parece apostar a otras variables; tanto que durante un buen tiempo se abstuvo de aplicar pruebas de Covid-19 y desaconsejó el uso generalizado de cubrebocas, con algunas excepciones. Fueron a contrapelo del resto del mundo. Sinceramente, aún es temprano para saber si lo que hicieron, hablando estrictamente del sector salud, será eficaz o un desastre.

Naturalmente, los opositores al gobierno predicen, casi con morbosa delectación, un apocalipsis; los seguidores de éste apuestan a un final casi feliz –todos dan por sentado una complejidad sin precedentes-. Ya se verá si fueron genios incomprendidos o burócratas irresponsables.

¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?

El gobierno no cuenta con la oposición. Si la escena pública está llena de incógnitas, hay una certeza inconmovible: la oposición no colabora. A diferencia de otros países en el mundo, que han encontrado como imperiosa la necesidad de convocar a una tregua política, en la realidad mexicana esto es más bien ingenuo, incluso ridículo. No recuerdo un sólo mensaje de colaboración  o respaldo de la oposición para el gobierno. Al contrario, sólo saetas y críticas aviesas.

Pero, para ser justo, nada o muy poco esperamos de esa clase política. Su descrédito es lo suficientemente definitivo como para que ellos mismos cancelen su redención pública.

¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?

Pongámoslo así: el FMI dice que la economía mexicana caerá 6.6%; el propio gobierno mexicano estima que la caída será del 3.9%. Según la ministra de Trabajo, Luisa Alcalde, del 13 de marzo al 6 de abril, en México se perdieron 346 mil 878 puestos de trabajo, poco más de los que se crearon en el 2019.

En buen mexicano: se ve de la chingada.

¿Cómo repercutió la pandemia en el día a día del pueblo?

Los atascos viales, las aglomeraciones y el transporte público eran la normalidad de las ciudades mexicanas. Nada de eso queda. En la Ciudad de México, por ejemplo, ya no hay ese tránsito agobiante; tampoco vagones de tren a reventar, ni personas en tránsito. Es decir, ya nadie compra y pocos venden. El frenón económico ha sido brutal.

Son los pequeños negocios los más afectados; esos, precisamente, que iban al día. En vista de esta repentina dinámica, la improvisación ha sido su mejor aliada. Hay iniciativas dispersas que procuran la adquisición de productos fuera de las líneas de distribución de las grandes transnacionales; así, en algunos casos, se prefieren los mercados populares a los grandes almacenes, los restaurantes locales a las cadenas de comida rápida. En fin, una suerte de supervivencia comunitaria que se deja sentir en las ciudades.

¿Cuál es la percepción en las calles tanto de las medidas como de la situación cotidiana?

Tanto en las grandes debacles, como en los acontecimientos inéditos, el sentir popular mexicano suele ser de descreimiento. Un sentimiento, más que una creencia, de que todo es sólo una gran tomadura de pelo.  No es una certeza fincada desde la racionalidad, sino una pulsión subconsciente, automática, de desconfianza.

Para muchos, para más de lo que nos gustaría aceptar, el Coronavirus es una triquiñuela, algún peldaño en la escalera de un plan mayor, más complejo y exquisito, de fines desconocidos pero mezquinos. Un arreglo inconfesable de los de muy arriba para perjudicar otro plan, igualmente complejo y enrevesado.

Injusto sería decir que esta es una intuición mayoritaria, pero sería una mentira prescindir de ella para explicar la displicencia con la que algunos se toman la pandemia. En México, todos tenemos un tío o una tía a la que hemos escuchado decir: “Eso del Coronavirus es puro pedo, ¿cuántos conocidos tienes que se hayan enfermado?”.

No obstante, al margen de la cultura de la sospecha, pocos se han escapado de los rigores del momento. Entre despidos y reducciones del ingreso, la “conspiración” tiene su dosis de realidad.

¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?

Para un gobierno que ha hecho de las fuerzas armadas una aliada insustituible, su participación ha sido más bien anecdótica. Apenas algunas intervenciones de sus generales respaldando el plan del gobierno en lo que haga falta. En esta coyuntura, el protagonismo está en otra parte: los servicios de salud.

¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?

Dos, con urgencia. Fortalecer los servicios de salud, históricamente pauperizados por el neoliberalismo y la obsesión psicótica de sus gobiernos, y disipar las nubes negras que se ciernen sobre la clase media.

Los servicios de salud se perciben débiles, maltratados por malos manejos previos y su sistemático desmantelamiento. Se sabía, naturalmente, de su insuficiencia y difícil situación; en realidad, para nadie ha sido una novedad el hecho de que profesionales de la salud salgan de sus hospitales y marchen para exigir el equipamiento necesario para cumplir con sus funciones. No es una novedad, claro, pero no deja de ser preocupante percatarse, con descarnada precisión, la vulnerabilidad de nuestro sistema de salud. Pero, para ser justos, ninguno estaba preparado; esa, quizá, sea la más descorazonadora conclusión de esta coyuntura.

Para las clases medias, las cosas no son mejores. Sus fuentes de trabajo peligran y, peor aún, están ausentes del discurso del gobierno. Toda una generación de pequeños y medianos empresarios se enfrenta casi desnuda a lo que, se mire por donde se mire, es una debacle económica que será particularmente sañosa con su endeble constitución. Al menos en esto, el gobierno ha asumido un elocuente silencio: su prioridad no está aquí. La agenda, como ya se dijo, no es otra más que la del presidente; las demás pueden esperar. Pero en este rubro, no todo está dicho.

Martín Pastor: “La estrategia del gobierno de Moreno es echarle la culpa de todo lo que pasa a Correa”

Martín Pastor: “La estrategia del gobierno de Moreno es echarle la culpa de todo lo que pasa a Correa”

TIEMPO DE LECTURA: 18 min.

Revista Trinchera dialogó con el periodista ecuatoriano, Martín Pastor, acerca de la situación en la República del Ecuador, cómo se está enfrentando al COVID-19 y cuáles son las posturas de cada sector.


  • ¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?

La situación ya estaba bastante grave. Estaba deteriorada tanto política como económicamente.

En el aspecto político recordemos que veníamos de una jornada muy fuerte que incluso tuvo una sonada internacional en octubre cuando se dieron las marchas y protestas a nivel nacional. Incluso pararon al país casi por dos semanas. Recordemos que estas protestas se dieron a raíz de las reformas que quería hacer el gobierno por demanda del FMI: quitar subsidios a la gasolina y al diesel (que tendría un efecto directo sobre los consumidores, y que si bien en octubre parecía que se había resuelto, el gobierno para principios de este año, ya estaba nuevamente hablando sobre cómo iban a quitarlos. Si bien negociaron con los líderes indígenas -que eran los que lideraban los reclamos- no podían quitarlo de la mesa porque era una demanda del Fondo Monetario. En ese momento cayó lo del Coronavirus que disipó la temática.

Por esto el gobierno ya estaba desgastado, la popularidad y credibilidad de Lenin Moreno seguía cayendo y se encontraba entre el 10 y el 14 % dependiendo los sondeos.

Por otro lado, recordemos que este es año electoral (o era, aún no se sabe), entonces se estaba hablando sobre posibles candidatos.

En términos económicos el país ya presentaba un problema deficitario grave en la cuenta corriente, las reservas internacionales estaban ya muy bajas y el FMI advirtió que no iban a hacer el desembolso que tocaba para febrero si no hacían las reformas estructurales solicitadas. El gobierno estaba expectante a hacer esos cambios pero cayó lo del COVID-19.

Particularmente en el tema sanitario, la inversión en salud había venido cayendo desde 2017. Ese año la inversión fue de 305 millones de dólares, en 2018 bajó a 201 millones, y en 2019 bajó a 58 millones, siendo la inversión más baja en los últimos 11 años.

Si bien el sector salud previo al COVID-19 estaba muy deteriorado con recortes fuertes a personal y hospitales durante el 2018 y 2019. Incluso hubo declaraciones sobre la inutilidad de tener tantos hospitales, que era una crítica a los supuestos elefantes blancos del gobierno anterior. Como se puede apreciar, las eventualidades del COVID-19 muestran -justamente- el efecto de esta desinversión.


  • ¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?

Aquí deberíamos separar entre la actitud del gobierno nacional y el local. Desde el gobierno nacional desde que hubo la sospecha de un primer caso, ya existió falta de información, una postura clásica de este gobierno que es deslegitimar a toda información que cuestione al gobierno y atacándolo de ser una fake news o de ser propaganda del correismo, y a su vez negar todo.

Al principio mientras a nivel mundial había cifras muy bajas, ya sea en América Latina o en EEUU, aquí ya hubo un primer caso, que se trabajó de manera muy superficial y nadie sabía qué estaba pasando y luego estalló.

La actitud del gobierno ha sido de reservar la información, de contradecirse entre ellos mismos. Hay tres figuras claves que son parte de este proceso: Otto Sonnenholzner que es el vicepresidente y que es la cara del gobierno en el tema Coronavirus y que de cierta manera tomó la tutela del país. Lenin Moreno ya ni siquiera sale en las cadenas nacionales (que son pregrabadas). Muchos ven esto como una estrategia electoral ya que él es el candidato posible para un sector específico de la derecha ecuatoriana que está más atada a los sectores comerciales.

Por otro lado está la ministra de Interior, María Paula Romo, quien ya había sonado bastante durante las protestas de octubre, porque fue quien lideró la represión, el encubrimiento de muertes y la violencia que se vivió durante esas jornadas. Y por último está el Presidente.

El gobierno ya ha tenido problemas muy grabes en términos de imagen y de comunicación porque hay muchas demandas de subregistro de cifras. Son públicos los videos, imágenes y testimonios en primera persona de familiares sobre casos de personas enfermas, muertes no atendidas o cuerpos en las calles. Esto llegó a resonar a nivel internacional, pero el gobierno se ha enfocado en culpar a Rafael Correa y a su gobierno. Cada vez que se encuentran con un problema lo primero que hacen es culpar a Correa y luego tratan de excusarse por eso. Entonces si bien hay problemas en salud es por Correa, si hay problemas de esto es por Correa… Y los medios hegemónicos replican ese discurso.

A nivel de imagen el gobierno está absolutamente golpeado. Ya los mismos grupos que en algún momento apoyaron al gobierno de Moreno, ahora están críticos. De la manera que se ha manejado el gobierno, diría que es de las peores de América Latina. Ni siquiera optaron por salvar la economía, han optado por salvar a ciertos grupos económicos.


  • ¿A qué le atribuís la actitud adoptada por el gobierno?

Se podría analizar desde dos puntos. Por un lado diría que es un gobierno ineficaz y esto se debe a que no es un gobierno de personas preparadas para sus puestos, sino que son personas puestas para cumplir con sus intereses partidistas. Desde el vicepresidente hasta la ministra de interior y muchos de los ministros actuales, ninguno pertenece a Alianza País que es el partido que ganó en las urnas. Incluso muchos son de partidos que no ganaron nada y que de repente se encuentran con todo el poder en sus manos como el caso de María Paula Romo con su grupo “Ruptura 25”, que fue un partido que en las urnas no ganó nada y que ahora tienen puestos claves.

En segundo lugar, y al no estar preparados, hay gente que sabe lo que está haciendo pero por intereses de los grupos que mencioné anteriormente. Entonces el ministro de economía Richard Martínez (Alvadaro) donde todo lo que han hecho en esa materia es para satisfacer a inversores internacionales y a la banca privada, a los tenedores de bonos.

Por lo antes dicho, la actitud del gobierno responde a intereses que no son los del pueblo ecuatoriano, al menos no para responder a lo que implicaría una emergencia sanitaria.


  • ¿Qué efectividad consideras que tienen las medidas adoptadas?

Apenas se supo del primer caso se los puso en aislamiento. Fue una señora migrante ecuatoriana que regresó de Italia e hizo aquí turismo y al visitar a su familia contagió a todo su núcleo familiar directo.

Este caso lo menciono anecdóticamente. Si bien se lo ha tomado como el paciente 0, pero paralelamente -y aunque no se sabrá cual fue el primero en realidad-, en la ciudad de Guayaquil, en uno de los barrios más ricos del país, donde vive gente de la élite económica (el barrio Sanborondón), se realizó una boda con 900 personas donde participó la nieta del ex presidente (León) Febres Cordero. Estaba toda la alcurnia de Guayaquil en ese evento.

En esa fiesta se contagiaron muchas personas porque la chica había venido también de Italia. Incluso discursivamente hubo una discusión de quienes fueron los causantes del paciente 0, si fue esta señora de El Oro, de una provincia relativamente pobre, de migrantes, o si fueron estas personas con mucho dinero.

Luego de que se da el brote inicial, el gobierno al principio responde de forma muy pasiva, diciendo que ellos estaban muy preparados. Parecida a la actuación de Donald Trump en los EEUU: Que aquí no va a pasar nada, que todo está bajo control y que todas las medidas de seguridad y de salud están previstas.

Cuando empezó a crecer en forma exponencial el número de contagiados en Guayaquil, se percibió que el gobierno se asustó y las medidas que tomaron fueron muy bruscas y de repente lo que asustó también a la población. Han tenido medidas muy reactivas a cada problema que hemos tenido. Entonces cuando se declaró la emergencia sanitaria se prohibió paulatinamente el contacto social, el aislamiento fue muy paulatinamente volviéndose más restrictivo, al punto que este fin de semana se prohibió el uso de autos particulares. Hasta la semana pasada se podía utilizar una vez por semana, una semana antes se podía usar 2 días a la semana. Lo han hecho cada vez más restrictivo pero porque no se tiene claro qué está pasando

Como decía al principio, localmente hay 2 diferencias muy grandes entre Guayaquil y Quito. La administración de Guayaquil lo tomó a la ligera, no hubo ningún tipo de restricciones, incluso cuando ya estaba declarada la pandemia por la OMS y en América Latina ya estaba habiendo bastantes casos, y en Guayaquil se permitieron la realización de partidos de fútbol y de eventos masivos. En Quito en ese momento ya se había prohibido todo ese tipo de eventos a pesar de que en Guayaquil todavía no había ni un caso registrado en esa fecha.

En Quito el alcalde actuó de forma muy brusca, de un día para otro prohibió que la gente salga, y lo hizo un día a las 11 de la noche, entonces había gente que ni siquiera se enteró. Pero evidentemente esta respuesta de Quito ha sido mejor que la de Guayaquil, por más problemas que haya habido.


  • ¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?

La oposición ha actuado de una manera muy estratégica. Hay que tomar en cuenta que la “oposición” a Lenin Moreno en forma pública la ha criticado pero también han aprovechado para hacer campaña política (como comentaba del vicepresidente, son parte del gobierno pero les gusta presentarse como oposición). Han tomado de forma muy estratégica qué decir, cómo decirlo y cómo presentarse.

Cynthia Viteri, la alcaldesa de Guayaquil (que pertenece al Partido Social Cristinano), tuvo un problema muy grave que fue la prohibición de que 2 aviones humanitarios (uno de KLM y otro de Iberia) se llevaran ciudadanos europeos para Europa. Este problema diplomático se tuvo que solucionar desde la cancillería y Viteri debería haber ido a la cárcel porque lo que hizo está penado por el Código Penal, pero de forma muy cómica, al día siguiente, salió a decir en twitter que ella había sido diagnosticada con COVID-19 y que se iba a quedar en la casa, entonces salió de la palestra pública durante 2 o 3 semanas y reapareció recién este viernes 10 de abril. Utilizó esto para decir que todo lo que sucede en Guayaquil es culpa de gobierno nacional porque ella no estaba directamente enterada de lo que sucedía.

Jaime Nebot, que es el líder del Partido Social Cristiano y uno de los posibles candidatos a la presidencia en 2021, se ha mantenido muy, muy sigiloso, con muy pocas apariciones mediáticas. Está dirigiendo un comité cívico en la ciudad de Guayaquil y su posición es criticar al gobierno desde un punto de vista más social; ha tomado una posición más populista de criticar.

El candidato Guillermo Lasso, del partido Creo, directamente atacó al principio al gobierno diciendo que no estaban listos e inició una campaña para reunir fondos y puso dinero de su banco, que es el Banco Guayaquil, y dinero de su bolsillo, aproximadamente 330 mil dólares.

Posteriormente Laso comenzó a tener más apariciones públicas diciendo que no es momento de politizar el tema sino de unir las manos de todos los ecuatorianos y ponerse a trabajar juntos para salir de esta situación.

Por otro lado tenemos la oposición más “correista” que ahora se corrió del gobierno, que si bien sigue siendo dirigida por Rafael Correa desde el exterior. Desde este sector la posición es que el gobierno no puede seguir, que tienen que dar un paso al costado y dejar que alguien más asuma el poder en este momento. Incluso Correa ha propuesto que se nombre un nuevo vicepresidente que no importa si es de izquierda o de derecha, sino que no sea del gobierno actual, que luego Lenin Moreno renuncie para que ese vice asuma el poder de forma interina hasta las elecciones.

Este último sector trata de golpear al gobierno de todas formas y a la oposición de derecha, pero de manera más solapada. Desde el correismo se ha tratado de salir de este problema de manera constitucional.


  • ¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?

Las medidas más criticadas fue que ya cuando el Ecuador estaba en plena crisis, con todos los déficits que te mencionaba en salud y respecto de los reportes de muertos por COVID-19, el 24 de marzo el gobierno optó por pagar a los tenedores de bonos Global 2020 (324 millones de dólares) que sacó de las arcas públicas.

La justificación de pagar a inversores internacionales fue que si no pagaban no iban a tener nuevas líneas de crédito. El tema es que con otras instituciones como el BID, la CAF o el Banco Mundial, ya se tenía créditos aprobados. Si bien los bonos Global 2020 fueron puestos en el mercado en 2015, el llamado general era a que no se pague deuda externa como han hecho muchos países, incluida la Argentina. Ecuador optó por pagar esto.

Recordemos que en ese momento el riesgo país había superado por mucho a Argentina, que en teoría estaba en una situación económica mucho más grave que Ecuador, y bordea los 6 mil puntos. Al 8 de abril el riesgo país está en 4841 puntos. Los bonos de deuda se están cotizando en 21 centavos de dólar, entonces la situación es muy grave.

Posteriomente Ecuador tuvo que vender aproximadamente 7.5 toneladas de oro de las reservas para obtener otros 300 millones de dólares. Esa fue la crítica: pagaron 320 y pico de millones a bonos Global 2020 y dos días después tuvieron que vender esa cantidad de oro para supuestamente palear la crisis sanitaria.

Ahora el país está perdiendo aproximadamente 125 millones de dólares diarios por el parate en la industria. El país está en cuarentena general y sólo se permite trabajar a los sectores básicos como alimentación, salud y medios de comunicación. La situación económica está muy grave.

Entre las medidas económicas iniciales se prohibió que los empleadores puedan despedir gente, pero hay muchas denuncias de lo contrario. Pero los empleadores están usando la cláusula 6 del Código de Trabajo (artículo 169), que habla de que en caso de fuerza mayor. Sin embargo hay una mala interpretación de la Ley ya que el artículo implica que el caso de fuerza mayor debe hacer que la empresa se extinga. Este se utilizó en la época del terremoto, donde literalmente hubo empresas que desaparecieron, incluso sus edificios. Esto no puede ser una decisión unilateral  o de empleador y empleado, sino que tiene que ser dictaminado por la Corte Nacional.

Este artículo se está utilizando por dos razones: primero que el Ministerio de Trabajo está cerrado, entonces no hay forma de denunciar y las empresas se están aprovechando. Toda la función judicial del país está paralizada desde hace 3 semanas cuando se declaró la emergencia sanitaria (lo único que está funcionando es flagrancias). Las empresas están obligando a la gente a que firme sus renuncias o despidiéndoles, asumiendo que no van a tener que pagar despidos intempestivos.

Por otro lado las economías familiares ya se están viendo afectadas como en todas partes. Quienes pueden mantener el distanciamiento social y la cuarentena son las clases medias (también sería debatible), clases medias altas y altas, incluso sus trabajos les permite seguir haciéndolo desde el hogar y sin problemas las empresas siguen pagando sueldos y no sienten el efecto de esta situación, más allá de estar en casa y no poder salir.

Si se baja en los estratos sociales, la gente se ve obligada a salir. Incluso hay un reportaje a un hombre que dice que a él no le importa enfermarse porque sus hijos se mueren de hambre. Esta es la realidad de la gran mayoría de los ecuatorianos ya que estamos bordeando el 38% de pobreza, entonces mucha gente ya se ve en la obligación de salir. La informalidad se ha visto tan afectada que la gente ya está buscando formas, pero ya no hay quien les compre.

En el día de ayer (sábado 11) el presidente hizo una cadena nacional en la que se presentaron unas nuevas medias. Hay más, pero a grandes rasgos son 2: la primera es la conformación de un Fondo Nacional de Recuperación (un fideicomiso). La propuesta es que el gobierno no maneje ese dinero y nombre a un grupo de notables de la sociedad civil para manejarlo. Ese grupo direccionaría el destino de ese dinero a salud, alimentos y mantenimiento de puestos de trabajo. Se le va a dar dinero público a que lo manejen manos privadas, es la desinstitucionalización total del Estado.

Para financiar este fideicomiso se crearía un nuevo impuesto a los sueldos, entonces todo ciudadano del sector público o privado que gane más de 500 dólares, van a tener que aportar un porcentaje de su suelo (de forma progresiva) todos los meses.

Otra forma de financiamiento del fideicomiso será a través de un impuesto del 5% de sus utilidades para las ganancias de las empresas que ganen más de un millón dólares. Se hará en tres pagos mensuales para la cuenta de asistencia humanitaria. La crítica de este impuesto es que no son tantas las empresas que tienen estas ganancias, entonces en realidad la carga tributaria es hacia los trabajadores. O sea que mientras en el mundo se está buscando proteger a los trabajadores en Ecuador se toma de ellos un porcentaje de sus sueldos.

Por otra parte, durante este lapso de tiempo de Coronavirus, en el oriente hubo una rotura en el sistema de oleoductos transecuatoriano (SOTE) y en el oleoducto de crudos pesados (el OCP) producto de un deslave.

La empresa pública (PetroAmazonas) suspendió la producción en aproximadamente en casi 20 bloques petroleros, lo que es decir casi todos los bloques. Ante esto implementaron un plan de contingencia apagando los pozos y con un cierre técnico en los campos petroleros. Inmediatamente se declaró fuerza mayor lo que implica suspender la entrega de petróleo a los compradores que ya tenían contratos. Estamos con la producción petrolera sin producir al 100%.


  • ¿Cuál es la percepción en las calles tanto de las medidas como de la situación cotidiana?

En las calles la gente está asustada, hay mucha incertidumbre. Volvió a aparecer el regionalismo, desde Quito se dice que es culpa de los guayaquileños, que son ignorantes, que por qué siguen saliendo; pero en Quito se ve que la gente sigue saliendo a las calles. Hay sectores de clase que no se dan cuenta que hay gente que se ve obligada a hacerlo.

También hay gente que sale sin sentido lo cual es una gran irresponsabilidad. Tratan de burlar la cuarentena. Se da por la falta de información y por el miedo que se está generando.

Si bien el país tendrá que volver a abrirse en 2 o 3 semanas, el miedo es a qué va a pasar en la economía. Entonces la gente se está preparando, el consumo ha bajado, los bancos han propuesto créditos


  • ¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?

Al ministro de defensa, Oswaldo Jarrín, ni siquiera se le ha visto, pero las FFAA han tomado control de la ciudad de Guayaquil desde el regimiento Guayas. Han tomado a cargo la seguridad por sobre la policía nacional.

En general no se sabe qué va a pasar luego de que se abra el país. Se habla de que las FFAA van a seguir en las calles pero son sólo rumores. Lo que sí, han apoyado 100% al gobierno.


  • Más allá de las medidas oficiales ¿Cómo está haciendo el pueblo en general para sobrellevar esta situación?

Lastimosamente no lo están logrando porque la informalidad, quienes venden en las calles no tienen a quien venderle. A los mercados sólo puede ir una persona del grupo familiar y sólo puedes ir un día a la semana con el último número de tu cédula, lo cual también reduce el consumo, porque la gente no es que tiene mucho ahora.

La mayoría de los bancos han hecho una prórroga de 60 días sin intereses a los pagos de tarjetas de crédito y créditos de consumo, o la opción de refinanciar (que siempre ha estado presente). Entonces la gente está tratando de no pagar las tarjetas.

Ayer el presidente propuso una moratoria para el pago de renta (alquileres), pero ahora los arrendatarios no pueden echar a la gente de sus casas por falta de pago, porque eso caería en un delito penal que llevaría de seis meses a un año de cárcel.

En este escenario la gente está tratando de no pagar las tarjetas, de no pagar el arriendo, preparándose para ver qué puede pasar.


  • ¿Cuál es la actitud de los empresarios?

Hace dos semanas y de manera muy teatral (cosa típica de la cultura ecuatoriana), los sectores empresariales salieron de forma heroica a decir que ellos debern poner el hombro para el país y que iban a crear un fondo (el que comentaba anteriormente de Guillermo Lasso). La reacción de la gente fue de sorpresa, de mucha gratitud, incluso se los llamó héroes. Pero en las medidas que se presentaron ayer, esas donaciones no van a ser tomadas como deducibles de impuestos sino como crédito tributario. A groso modo pagaron sus impuestos por adelantado, no donaron nada.


  • Del mismo modo, ¿Cómo están actuando los medios de comunicación?

Los medios de comunicación tratan de parecer objetivos. Al principio criticaron al gobierno, pero han caído en esta nueva estrategia discursiva que es decir que no es momento de politizar sino de poner el hombro.

Esta semana se han mantenido al margen incluso de criticar al gobierno, cosa que sí se hizo la semana pasada y optaron por abordar la sentencia a Rafael Correa. Hay periodistas específicos que han criticado pero de forma muy general. Por el momento el aparato mediático sigue apoyando al gobierno aunque no como antes.

Lo que sí se les está dando mucha palestra a Guillermo Lasso y a los posibles candidatos, con mucho espacio para que ellos se presenten más como candidatos que con preguntas o cuestionamientos periodísticos.

La condena a Correa como tal cumple la función de Lowfare. En este momento y en este contexto es tratar de trasladar la atención de los medios a otro tema justo en medio de la crisis sanitaria y de esa forma apaciguar el discurso en contra del gobierno, retomar el discurso en contra de Correa e instrumentalizar ese discurso para decir que todo es culpa del correismo, de Correa, de la corrupción, etc. Es una forma de justificar la actuación actual del gobierno.


  • ¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?

Hay que tomar en cuenta que para el Ecuador esta es una situación muy grave porque no tenemos soberanía monetaria, entonces no podemos imprimir moneda para tener liquidez, lo cual nos pone en una situación de precariedad mayor que la de nuestros vecinos.

Por ende haber eliminado el impuesto a la salida de divisas fue el error más grande porque exacerbó la fuga de capitales y eso a este país lo mata porque nos quedamos sin dólares, sin liquidez. Si bien la CEPAL y el FMI advirtieron que América Latina está sufriendo la fuga de capitales más grande en su historia, Ecuador no hace nada por frenarla.

El sector privado tiene 27 mil millones de dólares en el exterior según el Banco Central de Ecuador. Lo primero que se tendría que hacer es disponer que se prohíba la fuga de capitales. El primer paso es cerrar esa opción.

En segundo lugar se debería intentar repatriar esos capitales ecuatorianos. Si bien el impuesto al trabajador es necesario en este momento, ese impuesto no tendría que ser al sueldo del trabajador sino a la ganancia y a la riqueza. Habría que cambiar el tipo de impuesto y que los que más tienen sean los que más pongan.

La banca privada, sólo el año pasado, tuvo aproximadamente 519 mil millones de dólares en utilidades, en ganancia. Y a un solo banco se le perdonó 18 millones en impuestos y en multas por falta de pago de impuestos. Y en 2018 hubo una moratoria donde se perdonaron 4.500 millones de dólares en multas intereses e impuesto especialmente a los grupos de poder, que son los que más deben. Entonces si no se pone una carga impositiva a las empresas y grupos de élite el país no va a tener fondos y ahí va a haber la justificación de tener más deuda externa y de empezar a aumentar la carga tributaria a los trabajadores y al pueblo. Hay que cambiar el tipo de impuesto y a quién se le carga.

Otra de las medidas es que se debería ser mucho más firmes ante los despidos a trabajadores. Que el fondo que se generó sea dirigido a las personas que lo necesitan y no a salvar a las grandes empresas, y cuidar a los médicos y al personal de la salud que es el que más se necesita ahora. El problema es que incluso los médicos están renunciando por el trato, por la falta de pago y por el peligro que corren. Si nos quedamos sin doctores entonces sí es imposible enfrentar una crisis sanitaria.

Globalización en tiempos de pandemia (I)

Globalización en tiempos de pandemia (I)

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Por Pablo Jofré Leal*

Estamos en el año 2020 de la era cristiana, en el año 1441 del calendario islámico, en el 5780 del chino, en el año 1247 del calendario del pueblo mapuche, entre otros muchos calendarios y todos ellos de sociedades sujetas a los intentos hegemónicos de globalización,cuyo objetivo fundamental es imponer sólo el calendario y la visión de la cultura occidental.

Esta conducta, en el contexto de una pandemia global está exigiendo cambios profundos. Para la perspectiva basada en la omnipotencia, soberbia y dominio de las potencias occidentales(liderado por Washington), la orden es que las sociedades se asimilen o se atengan a las consecuencias de una época de profundas transformaciones y que hoy, bajo el tremendo golpe que significan los efectos del Covid-19, nos obliga a concebir, bajo nuevos parámetros, una nueva organización política, social, económica y cultural, que supere a un proceso globalizador, elemento distintivo de un capitalismo decrépito, cansado, agotado, que no ha sido capaz de dar cuenta de las necesidades de nuestro mundo, que son otras lejanas al individualismo extremo que este sistema propugna.

La globalización ha intensificado un modelo político y económico, centrado más en los réditos que puede dar el capital, la imposición de ideologías políticas, con una visión y práctica tecnocrática, en desmedro del necesario beneficio al ser humano. Un modelo que sólo favorece a las grandes potencias, sus transnacionales y a las castas políticas y económicas de los países donde el modelo capitalista se enseñorea, que representa a gran parte dela humanidad. El requerimiento, desde los centros de poder, es que aquellos que no son parte del poder trilateral capitalista (Estados Unidos, Japón, Unión Europea) se atengan a las consecuencias en esta época de profundas mutaciones, mientras el triunfo de este modelo político-económico llamado Globalización propone la construcción de un Pensamiento y Mercado Únicos del que no serán parte.

A inicios del nuevo milenio y como parte de un trabajo de tesis para una maestría, sostuve en un documento llamado “la globalización o el cuento del tío”[1] que “nunca antes la humanidad había tenido tal potencial científico-tecnológico para dar respuesta a las necesidades de la humanidad. Pero también se es capaz de presentar la inequidad, la desigualdad y la brecha entre ricos y pobres, opulentos y miserables, desarrollo y subdesarrollo, futuro y estancamiento y hasta atraso, que se ha profundizado de la forma que se ha hecho en estos años. La coexistencia de contradicciones marcadas, fuertes, notorias e injustas son el rastro imborrable de los inicios de un milenio marcado a fuego por la presencia e imposición de la injusticia como peculiaridad más indeleble, junto a la afectación de todas las instituciones con que las sociedad mundial se ha ido dotando, a través de cientos de años, de práctica política”.

Entre esas instituciones que se han visto coartadas se encuentra el Estado-Nación, que ha visto mermada sus capacidades en desmedro del poder adquirido por entidades como la Organización Mundial de Comercio, el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre otras, unido a los procesos de descentralización. Alguna vez se habló del conocimiento como poder, pero en la borrachera triunfalista de un Nuevo Orden Mundial Global ese ideario pasó al poder del conocimiento y sobre la base de ese saber, manejado por las grandes corporaciones transnacionales, se afianzó el reino del ultraliberalismo y la Globalización.

En un artículo publicado recientemente “neoliberalismo y Covid-1”[2] señalaba que el BM y el FMI se encuentran al acecho de los países. Y es con esa conducta rapaz que cuando un país o región está en crisis, se presentan estas instituciones como una especie de salvador, para proporcionar “facilidades” financieras y resolver los trances económicos de estos países. Las políticas neoliberales obligan a los Estados a arruinar aún más sus frágiles economías bajo las directrices de estos fondos que actúan como verdaderos corsarios. Términos como ajuste fiscal, disminución del papel del Estado, privatización del sector sanitario, educativo y de pensiones son parte de las exigencias si los países recurrentes de apoyo financiero desean acceder a esos fondos ofrecidos. Esa realidad nos obliga a cambiar estructuralmente las bases del capitalismo, y avanzar hacia sociedades más colaborativas.

El mundo del Tercer Milenio ha mostrado la imposición de un sistema de dominio “intrínsecamente perverso”, donde la riqueza social, conseguida a golpe de reivindicaciones, luchas, prisión, represión y muerte de millones de hombres y mujeres a lo largo de la historia, quedó concentrada en unas pocas manos. Un mundo donde caminamos conscientemente hacia la autodestrucción de la naturaleza. Una etapa histórica donde se ha agravado la brecha social, entre aquellos que todo poseen y aquellos que viven en la miseria (sólo en Chile el 1% de la población acumula el 28% del PBI total del país), entre ricos y pobres, donde la pobreza se ahonda según se aleja de la holgura soberbia de los poderosos. Un planeta hegemonizado culturalmente y que ha quitado, bajo el resplandor de espejos y vitrinas, los ideales y expectativas de cientos de millones de seres humanos, mudos en una sociedad donde las corporaciones mediáticas imponen “lo que la gente quiere ver y escuchar”, como si de una decisión democrática se tratase.

El Nuevo Orden Mundial Global, surgido tras la caída de los socialismos reales, repite hasta la saciedad, que la panacea tiene nombre omniabarcador, es el edén soñado y a quién se debe obedecer como un Moloch ávido de subordinación y sangre fresca. La maravillosa posibilidad de comunicarnos en tiempo real, en cualquiera de las herramientas tecnológicas, ha posibilitado que, al menos en este campo, aquellas fronteras que suelen separar o impedir el libre tránsito hacia mejores perspectivas de vida, se difuminen y generen un estado de simultaneidad que tiene, indudablemente, beneficios para un amplio sector de la humanidad. Pero también esta maravillosa visión ha posibilitado que la hegemonía cultural de los poderosos se imponga en un mundo, donde el poder maneja el conocimiento pero también las frecuencias, las rotativas y el people meter. 

A causa de la envergadura, la amplitud y celeridad que han adquirido los cambios políticos y económicos se requiere de un permanente esfuerzo colectivo, tanto de carácter nacional como internacional, para extraer las conclusiones más idóneas, que conduzcan a establecer las mejores y más amplias condiciones de igualdad en las relaciones políticas y económicas internacionales. El rápido progreso de las ciencias fundamentales, en especial todo el proceso de cambios tecnológicos como la informática, la biotecnología, la nanotecnología y otras ramas de punta de las ciencias, favorecen su papel transformador, ya sea en el dominio de las fuerzas de la naturaleza como también en la conversión de la ciencia en una “fuerza productiva directa” en el sentido de la capacidad que tiene  de entregar su caudal de conocimientos, para la renovación material y la resolución de numerosos problemas sociales.

La revolución científico-técnica ha desplegado, de manera poderosa, los instrumentos de producción y ha jugado un papel significativo; tanto en el proceso de Globalización como en los cambios en la correlación de fuerzas en la arena mundial, particularmente, con la derrota del proyecto socialista. En el momento histórico en que estamos inmersos, con el desarrollo y uso de tecnologías que no se soñaban hace un par de décadas, con un gobierno globalizador que responde al nombre de sociedades de mercados o corporaciones transnacionales, resulta un imperativo entender, pero sobre todo luchar contra los mecanismos de dominio y las características del Nuevo Orden Mundial Global, y contra las nuevas formas de dominio que los países desarrollados ejercen sobre el conjunto de la humanidad.

Un predominio que conduce a la pregunta de ¿quién gobierna en el mundo? Aparentemente, esta interrogante queda en una especie de brumosa inquietud. Los defensores a ultranza de la globalización pretenden[3] hacernos creer que esta viene acompañada por el canto de las democracias y la igualdad entre los seres humanos. Pero, la realidad es otra: pues aquellos que están en la avanzada del proceso y por ende reciben mayoritariamente sus beneficios, son los que gobiernan al mundo.

(continúa)


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Fuentes:
[1] http://www.lajiribilla.co.cu/2006/n279-09/279_12html
[2] http://www.segundopaso.es/news/408/Virus-Mortales-Neoliberalismo-y-Covid-19
[3] Con esta aparente nebulosa respecto a quienes parecen estar en la sombre del poder, no eludo en modo alguno, la responsabilidad que nos cabe a cada uno de nosotros, como ciudadanos en la actual conformación del mundo. Los gobiernos de los países más poderosos del planeta realizan sus acciones sin contrapeso porque no existe quien se oponga a sus designios y ello es tanto culpa del victimario como de la víctima, del que pretende someter como aquel que indignamente lo acepta.

Ferrer Morillo: “El nuestro es un país bloqueado y ello nos ha hecho muy resistentes ante crisis de grandes complejidades”

Ferrer Morillo: “El nuestro es un país bloqueado y ello nos ha hecho muy resistentes ante crisis de grandes complejidades”

TIEMPO DE LECTURA: 9 min.

Revista Trinchera dialogó con la poeta y activista afrovenezolana, Lilia Ferrer Morillo, acerca de la situación en la República Bolivariana de Venezuela. No sólo cómo está enfrentando al COVID-19 sino cómo está haciendo frente a las nuevas agresiones de los EEUU y sus aliados.


  • ¿Cuáles destacás y qué efectividad considerás que tienen las medidas adoptadas por el gobierno de Nicolás Maduro para enfrentar la Pandemia del COVID-19?

Sin lugar a dudas, la principal acción del gobierno nacional fue la temprana decisión de cuarentena social en la República Bolivariana de Venezuela, con tan solo 17 casos registrados. Fue una decisión estratégica de contención que, sumada a las acciones de dotación también temprana de insumos médicos y kits de detección del covid-19 por parte de la República Popular de China, han logrado contener la expansión del virus en el país.

Otra medida esencial ha sido la implementación de la encuesta sanitaria autogestionada que realizan los venezolanos en la “Plataforma Patria”: las personas registran su información sanitaria y de salud y, en función de sintomatología y factores asociados, son visitadas por personal clínico en sus hogares siguiendo protocolos del caso.

La Plataforma Patria además actúa además como sistema de biopagos y de distribución de alimentos para el pueblo venezolano, esto último a través de los denominados CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción).

Los venezolanos, sin distinción de procedencia partidaria e ideológica, tenemos gran experiencia en lo que se refiere a la organización social y comunitaria, desplegando mecanismos de protección y de respuesta inmediata ante crisis de grandes magnitudes. El nuestro es un país bloqueado y ello nos ha hecho muy resistentes ante crisis de grandes complejidades.


  • ¿Cuán importantes han sido las políticas sociales que ya estaban implementadas antes del COVID-19 como las Cajas CLAP?

Tal y como lo expongo anteriormente, el disponer de la Plataforma Patria ha permitido atender de forma más efectiva la pandemia. No se trata únicamente de la distribución de alimentos porque esta es una plataforma integral que atiende todos y cada uno de los beneficios orientados a la atención del poder popular. El tema de la atención alimentaria es esencial para la supervivencia de la población, así que los CLAP cumplen esa atención básica y fundamental, pero también lo hacen las redes de solidaridad y de apoyo locales y comunitarias. Ejemplo de ello es la distribución de peces que llegan masivamente a nuestras costas y que son distribuidos entre la población.


  • ¿Cuán importante ha sido la política de formación de médicos en alianza con Cuba?

Cuba y Venezuela han estrechado lazos históricos que se han profundizado en estos últimos veinte años de gobierno bolivariano. Estos vínculos ponen el foco en la atención prioritaria de la salud venezolana. Contamos con una infraestructura barrial y socio-comunitaria que, en efecto, ha sido afectada grandemente por el bloqueo a ambas naciones. Nos ha costado vidas y hemos visto mermada nuestra atención primaria de salud. El mundo todo ha sido testigo de cómo nos han bloqueado el arribo de millones de dosis de insulina o de tratamientos oncológicos y de equipos médicos esenciales. También se han visto afectados pacientes que recibían sus tratamientos de alta complejidad en países como Italia y Argentina: estos eran cubiertos por programas de CITGO y luego de que esta filial internacional de PDVSA fuera arbitrariamente robada, nuestros pacientes empezaron a padecer las consecuencias.

No obstante lo anterior y, ante las alertas que dio ya en enero la Organización Mundial de la Salud, tanto Cuba como la República Bolivariana de Venezuela tomaron medidas conjuntas. Cuba elevando, como siempre, su estandarte de solidaridad con los pueblos del mundo y Venezuela, fortaleciendo su infraestructura con la colaboración directa no sólo de Cuba: pues ha sido vital el apoyo de Rusia y China para el control de la pandemia.


  • ¿Cuál es la postura que ha adoptado la oposición golpista en este contexto?

La oposición radical ha sostenido su postura invariable sobre la destrucción y arrase del país. Una oposición apátrida que desoye las exigencias, incluso del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, quién ha dicho que, ante la agresividad incuestionable del coronavirus, las naciones en guerra “silencien las armas, detengan la artillería, pongan fin a los ataques aéreos”. La oposición terrorista y mercenaria ha hecho lo opuesto, pide invasión armada, ataca sin piedad, desdice las cifras, no propone medidas de contención de la pandemia, introduce fake news en tiempos donde la información es vital para salvar la vida. Son terroristas y prefieren que la nuestra sea una tierra arrasada por las armas y por el caos. Son genocidas, es su naturaleza. Por suerte la población hace caso a las directrices de su gobierno nacional, el verdadero.


  • ¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?

Las FFAA en la República Bolivariana de Venezuela se conciben como Pueblo en armas, armas para la Paz y para la defensa integral de la República. Le ha correspondido a las FFAA la activación sin tregua de comandos estratégicos operacionales para la defensa de la Patria. En un tiempo de tanta complejidad planetaria y nacional, y ante los ataques magnicidas y agresiones terroristas continuadas a nuestras instalaciones esenciales como la petrolífera y eléctrica, las FFAA están dispuestas para el resguardo de la nación bolivariana.Es importante destacar cómo las milicias bolivarianas, concebidas como el quinto componente de las FFAA, se han desplegado a nivel comunal y barrial para atender el tema alimentario y dar soporte en la logística de atención directa en el territorio por la emergencia del coronavirus.


  • ¿Qué lectura hacés de las recientes medidas de agresión contra la revolución adoptadas por parte de la administración Trump y sus aliados europeos?

Las recientes agresiones ejecutadas por la administración Trump, con la complicidad de la envejecida Europa y los gobiernos serviles de la región, son el zenit de 20 años de agresiones continuadas.Ya no sorprende nada. Los bolivarianos izamos la Paz como estandarte, pero no es signo de rendición y menos aún de sujeción a los designios imperiales. Resistimos, nos organizamos y luchamos por la autodeterminación y soberanía nacional.

Medio millón de infectados por el covid-19 en EEUU y más de veinte mil fallecidos al día de hoy y Trump se “ocupa” de combatir un cártel de la droga de Venezuela sobre el cual no hay un solo kilogramo de cocaína incautada en todo el mundo. El único cártel de drogas sin rutas de distribución, ni plantaciones y Trump despliega un dispositivo armamentista sin precedentes en el Caribe por donde la misma DEA asegura que circula únicamente el 15% de la droga que llega a EEUU.

Lamentablemente, la Casa Blanca está tomada por un desquiciado que abandona sus funciones de Jefe de Estado y de Gobierno para complacer a los votantes latinos que le garanticen la continuidad presidencial en el mes de noviembre próximo.


  • Ante ese escenario y teniendo en cuenta la pandemia global ¿Cuál ha sido la reacción de países aliados como Rusia o China?

China y Rusia son países aliados con intereses y negocios comunes. Son países que no condicionan las relaciones binacionales y han demostrado su política de no injerencia sobre los asuntos internos de Venezuela. En este preciso momento, las relaciones con China y Rusia ha permitido salvar nuestras vidas. Venezuela es reconocida por la OMS como una de las naciones que ha tomado las medidas tempranas y necesarias para la contención del covid-19 en el territorio y aplanamiento de la curva de contagios, como de hecho ha ocurrido. Hemos recibido a especialistas altamente calificados provenientes de China, al igual que volúmenes altos de test de detección y equipamiento necesario para afrontar este momento.


  • ¿Qué lectura hacés respecto al posicionamiento de países como el argentino que demandan el fin de los bloqueos y sanciones unilaterales de EEUU para con Venezuela y Cuba?

Importante el paso que ha dado el Presidente Alberto Fernández al pedir el cese del bloqueo de nuestras naciones. Pero no es suficiente.Aún parecen recientes las declaraciones del canciller Felipe Solá, que ha llamado“a la recuperación de la normalidad democrática en Venezuela” o a la “salida política que lleve a la necesaria renovación institucional en el más breve plazo”. Son peligrosas estas aseveraciones. Le pedimos a los gobiernos del mundo abstenerse de poner en duda la condición de democracia y más aún cuando el análisis de la situación deja por fuera el impacto desfavorable de más de 400 medidas coercitivas unilaterales que pesan sobre todos los venezolanos.


  • ¿Cuál es la percepción que tienen el pueblo venezolano ante esta nueva agresión? Tanto chavistas como opositores o indefinidos.

El núcleo duro del chavismo está firmemente articulado y cohesionado en torno a la defensa de la Patria, dispuestos como siempre a defender la Patria en cualquier escenario que se plantee. El sector más extremista de la oposición que gravita en torno a los partidos Voluntad Popular y Primero Justicia y sus figuras apátridas, jamás han cambiado de postura respecto a la gestión de la crisis en Venezuela. Observamos una oposición comedida que ha respondido favorablemente a las decisiones y actos de gobierno del Presidente Nicolás Maduro respecto a la pandemia por el coronavirus. Hay que reconocer el aprendizaje de todos los venezolanos en las respuestas inmediatas ante grandes crisis.


  • ¿Cómo se está viviendo la situación en las fronteras del país, fundamentalmente en las regiones colindantes a Colombia?

Las fronteras con Colombia fueron cerradas de inmediato por Iván Duque al declararse la pandemia por la OMS. Una decisión que se llevó a cabo de forma unilateral obviando irresponsablemente que hay aspectos en esto de las pandemias que han de manejarse entre naciones que comparten grandes fronteras y vínculos que les hermanan por siempre.

Con el cierre, observamos con estupor cómo los venezolanos exigían que se abrieran las fronteras para volver a Venezuela. Este no es un dato menor. Aunque los medios intentaron ocultar este hecho, los llamamientos llegaron desde el corazón mismo de los EEUU, miles de venezolanos que antes despotricaban del “régimen” ahora exigían -y exigen- la repatriación a Venezuela. Y lo hicieron días después de las últimas medidas que resultaron de la gira de Juan Guaidó: el bloqueo de la aerolínea bandera del estado venezolano, Conviasa.

Miles de venezolanos hacen ahora el camino de retorno por las fronteras cerradas de Perú, Ecuador y Colombia. Vuelven en caravanas desde naciones que han desatendido a sus propios ciudadanos ante la crisis del Covid-19. Han sido desalojados de sus viviendas por el impago y, más grave aún, han sido olvidados por los mismos golpistas que dicen detentar cargos de alto gobierno del autonombrado Juan Guaidó.


  • Si bien es sabido la situación económica previa al COVID-19 era compleja ¿Cómo afecta el nuevo escenario el día a día de las familias venezolanas? ¿Cuáles están siendo las formas en las que el pueblo combate ante esta la situación?

La economía es el punto flaco por donde se golpea al pueblo venezolano.La hiperinflación continúa su escalada sanguinaria, mayor en tiempos de Covid-19. Sumado a la baja en los precios del petróleo, la economía sangra dolorosamente. Pero, mientras a la hiperinflación no le alcanzan los ceros para contarla, en Venezuela el Estado es un Estado presente que atiende las necesidades vitales de los venezolanos, sorteando siempre todos los obstáculos que cada día se presentan a los venezolanos. El programa de alimentación estructurado en torno a la Plataforma Patria, la atención primaria de salud, los bonos dispensados a través de la billetera Patria, entre otros tantos programas, sostienen la vida de los venezolanos dispuestos para siempre a no ser nunca más colonia imperial.


  • Una de las políticas que entiendo se estaban impulsando era la producción de alimentos que antes se importaban ¿Qué resultados están teniendo?

A nivel internacional se ha introducido la matriz de que Venezuela no produce sus alimentos y esta aseveración parte del mito de la Venezuela saudí de la época dorada del dólar a 4.30 que benefició a un sector de privilegiados que optaron por utilizar la renta petrolera para importar absolutamente todo y no “sembraron el petróleo” como lo decía el insigne de las letras venezolanas, Arturo Uslar Pietri.

No obstante ello y ante la hiperinflación sin parangón, ha sido el campo el que ha sostenido la vida de los venezolanos.Si bien es cierto que la canasta básica de los venezolanos está compuesta por productos que son importados, buena parte de la dieta nacional se sostiene con lo que producen el campo. Especialmente porque los costos de los productos importados resultan inaccesibles para muchos venezolanos.

Debates que se abren en tiempo de Coronavirus

Debates que se abren en tiempo de Coronavirus

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Nicolás Sampedro*

Algunos debates se abren a partir de la pandemia del COVID-19. Está claro que los desafíos del gobierno argentino serán muchos, pero la crisis abre una posibilidad para hacer cambios estructurales que desde hace décadas se vienen reclamando.


Cuando la vida no vale nada

Una de las cuestiones que quedan más en evidencia es el desprecio por la vida que tienen muches mandataries. Poco y nada importó destrozar los sistemas sanitarios públicos para mejorar la rentabilidad del sector privado (al que muchas veces pertenecían, pertenecen o pertenecerán al concluir sus mandatos).

Algunos casos de manera más descarada, otras solapadas bajo un discurso socialdemócrata, lo cierto es que exceptuando muy pocos países, los sistemas de salud se vieron seriamente deteriorados en las últimas décadas. El neoliberalismo globalizado hizo estragos.

Como señala el colega William Serafino: “Políticamente, la tesis del neoliberalismo demuestra con mayor plenitud su fallida propuesta para conducir los asuntos humanos desde una lógica puramente mercantil, individualista y destructora de lazos humanos e ideas compartidas.[1]

Las noticias que recorrieron el mundo relacionadas con robo entre países y estados de materiales médicos como los barbijos, dan cuenta del nivel de podredumbre. Que Francia le robó a España, que EEUU le robó a Francia, o el caso que se les ocurra. Una muestra de que el libre mercado sólo posibilita que el más fuerte se salve ¿Y por qué sólo el más fuerte? Porque es el que tiene el dinero para comprar no sólo los materiales, sino voluntades[2]. El “sálvese quien pueda” deja de ser una frase vacía para materializarse de la forma más descarnada y quienes hasta hace 2 semanas parecían socios, hoy muestra sus verdaderas caras ante la sociedad que los puso donde están.

El imperio siempre rescata a los de arriba

En estas semanas, pese a que la actitud inicial haya sido despectiva, Trump tuvo que hacerse cargo de lo que pasa en el país que gobierna. La pregunta que cabe es ¿realmente se está haciendo cargo de la situación?

Sus declaraciones dejan, como mínimo, un gran signo de interrogación. Más allá de las teorías que se pueden elucubrar, lo cierto es que el presidente de los EEUU no necesariamente es quien gobierna. Es por demás sabido que las disputas entre los factores de poder reales (como el lobby sionista, el complejo industrial, el complejo farmacéutico, Wall Street, entre otros) son tremebundas y que en muchos casos tienen más peso que lo que un presidente pretenda.

Que en medio de una pandemia global el gobierno norteamericano haya anunciado multiplicar la cantidad de militares dando vueltas por el Caribe y Centro América bajo el argumento de la lucha contra las drogas es sin duda una victoria para el sector belicista norteamericano, pero también para el sector petrolero, deseoso de acabar con el gobierno de Nicolás Maduro para robar los hidrocarburos venezolanos nuevamente.

Lo mismo se podría decir del rescate que el gobierno federal hará al sector financiero. Como describen los colegas del portal Misión Verdad: “La Reserva Federal, que nunca les falla a los peces gordos del sistema, ha reducido las tasas de interés al 0% e inyectado 700 mil millones de dólares a la compra de bonos del Tesoro y de deuda corporativa para mantener a flote el mercado de valores y de deuda[3]. Tal como lo hizo Obama en 2008 el rescate es para Wall Street y no para el pueblo norteamericano.

Repitiendo las recetas neoliberales

En la misma línea que Trump -aunque salvando las distancias- se pueden analizar los gobiernos de Bolsonaro en Brasil o Moreno en Ecuador. Bolsonaro boicoteando el aislamiento social que algunos gobernadores imponen, pese a que las cifras dan cuenta del desastre que puede significar el coronavirus para Brasil. El país con mayor contagio del continente suramericano con más de 10 mil casos al término de esta nota.

Por su parte Lenín Moreno no se escapa a su par sudamericano y ya cuenta con más de 3500 personas contagiadas y 180 muertas. Literalmente Guayaquil se ha convertido en un cementerio a cielo abierto[4]. Las imágenes son realmente estremecedoras. El propio Moreno dijo que las cifras oficiales respecto al COVID-19 no son reales y que su gabinete se “sincerará”[5] mientras que varios analistas locales denuncian el recorte en salud que ha hecho el mandatario antes y durante la pandemia. El nivel de cinismo es repugnante.

Las mismas atrocidades podría alertarse en el Chile de Sebastián Piñera, en el cual recientemente se aprobó una ley que supuestamente protege el empleo, pero que en realidad lo destruye[6].

Aún existe esperanza

Afortunadamente este no es un patrón que se repita en todos lados. Las políticas encaradas por gobiernos como el chino, el ruso, el venezolano, el cubano y el argentino han puesto como prioridad la salud de sus pueblos. En momentos como estos es donde las Cajas CLAPS que distribuye el gobierno venezolano toman real dimensión. Una ayuda estatal a quienes más dificultades tienen, una política que durante muchos años fue invisibilizada o denostada por gobiernos neoliberales y sus medios de comunicación afines.

En el caso del gobierno argentino, las políticas lanzadas por Alberto Fernández y su gobierno han apostado por resolver el bolsillo de les más desprotegides, ayudar a las PyMEs y a los pequeños comercios, a quienes trabajan bajo relación de dependencia o son autónomos, entre otros. Está claro que éstas medidas no necesariamente son suficientes dado que el parate de un mes también pone en situación de fragilidad a un Estado cuasi quebrado por la gestión de Mauricio Macri.

En relación a esta situación, se abren algunos debates que lógicamente no tienen una única respuesta pero que es de imperiosa necesidad que se comience a dar en la esfera pública para que luego se impulsen con mayor fortaleza. Algunos de ellos podrían ser:

  • Nueva ley de Entidades Financieras: Que el sistema financiero esté puesto al servicio del crecimiento del país y no de la especulación de los grandes capitales y los bancos;
  • Nueva ley Tributaria: Que contemple una reformulación de las cargas tributarias para las PyMEs y para los pequeños y medianos productores rurales;
  • No pago de la Deuda Externa: Utilización de esos recursos para fortalecer los sistemas sanitario, educativo y de construcción de vivienda;
  • Plan integral de Construcciones de Viviendas Sociales: para el acceso de sectores medio y populares a su primera vivienda;
  • Ley de Compra Nacional: Que el Estado sólo compre insumos a PyMEs, Pequeños y Medianos productores Rurales, Cooperativas de Trabajo, y/o producciones de la Economía Popular;
  • Estatización de los Servicios Públicos: No sólo hacerse con el control de la generación, distribución y administración de Luz, Gas y Agua, sino de servicios como Internet, Telefonía Celular y Distribución de contenidos Audiovisuales;
  • Estatización o nacionalización de la producción de medicamentos: La salud de los pueblos no puede ser un negocio de quienes especulan con la vida o la muerte de las personas;
  • Estatización del Comercio Exterior: Hay que quitarles el negocio de la importación y exportación a las grandes cerealeras y privados para reducir los costos de insumos y mejorar la capacidad de recaudación de dólares del Estado;
  • Estatización de la producción de semillas: La producción de los insumos básicos para la generación de alimentos tampoco puede estar en manos de quienes especulan con la comida de las familias;
  • Nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: Que la generación y difusión de contenidos no sea considerado un negocio, sino un derecho humano básico.

Seguramente hay muchas otras temáticas que se podrían agregar a este breve listado, pero como señala el colega Augusto Márquez: “Como dice el refrán, la historia la han escrito los vencedores, y en consecuencia, la forma en que ha sido narrada transcurre en función de justificar no únicamente sus intereses, sino también el propósito de forjar una idea de continuidad “natural” que abarque cientos de años de procesos históricos y sociales[7].

La crisis abre una posibilidad de reformulación de estas lógicas que sembró durante décadas el sistema mundo llamado Modernidad. La tarea entonces será desandar estos idearios y reconstruir y poner en valor esa otra historia, esa de solidaridad, de comunidad y de bienestar colectivo que las culturas de los pueblos ya poseen.


* Periodista, conductor de Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), productor de Columna Vertebral (Radio Estación Sur - FM 91.7), columnista La Marea (Radio Futura – FM 90.5) y Mirada Crítica (Realpolitik), responsable de la sección Sindical de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Referencias:
[1] https://medium.com/@misionverdad2012/tres-lecciones-que-nos-va-dejando-la-crisis-del-nuevo-coronavirus-d3c67c33dd93
[2] https://www.pagina12.com.ar/257582-coronavirus-en-occidente-se-desato-la-guerra-de-los-barbijos
[3] https://medium.com/@misionverdad2012/el-capital-en-tiempos-de-coronavirus-una-nueva-guerra-contra-el-trabajo-43e90a1e75a9
[4] http://www.resumenlatinoamericano.org/2020/04/05/ecuador-municipalidad-de-guayaquil-entregara-2-000-ataudes-de-carton-para-victimas-mortales-del-coronavirus/
[5] https://www.youtube.com/watch?v=sXEX_Jkrevs
[6] https://www.youtube.com/watch?v=OIhCrrJB5bc
[7] https://medium.com/@misionverdad2012/covid-19-o-el-ocaso-de-un-proyecto-de-sociedad-que-fracas%C3%B3-31a74ed9cc7

La lucha política en tiempos del COVID19

La lucha política en tiempos del COVID19

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Trinidad Tórtora* y Agustín M. Rosón**

“El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”

Antonio Gramsci

La pandemia del COVID-19 trajo consigo una consecuencia social, política y económica, la herida a la globalización tal como se venía dando, la globalización del capitalismo financiero. Sin embargo, los anticuerpos del sistema se reproducen de a miles y a la par de los contagios y las recesiones. De ninguna manera el capitalismo está acabado como sistema de dominación, sino que atraviesa una redefinición de sus condiciones de reproducción.

La contención de la pandemia en los países asiáticos ha sido efectivamente realizada a través de la aplicación de una poderosa forma de dominación de los cuerpos, con cámaras de vigilancia, utilizando información de sus dispositivos celulares y cruzando datos (Big Data) para aislar a las personas infectadas de manera eficaz. Al decir del filósofo surcoreano Byung Chul Han[1], este Estado policial digital, se configura como un nuevo paradigma tecno-político de control social, efectivo para combatir una pandemia, pero también llegado el caso, para la represión política.

La crisis mundial del COVID-19 efectiviza lo que desde hace años asomaba como multilateralismo. Se redefinen los poderes geopolíticos, donde EEUU como potencia gendarme del mundo se encuentra en el ocaso de su predominancia.Los resultados de esta crisis y su devenir son un gran signo de pregunta. Es un futuro de bifurcación aleatoria, como dice García Linera[2]. Pero lo que, sin dudas, la pandemia dejó en evidencia es la crisis civilizatoria del modelo de globalización neoliberal desde el consenso de Washington hasta nuestros tiempos. Mientras lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir, “surgen los monstruos”, dice la famosa frase de Gramsci. Esos monstruos son consecuencias de la razón neoliberal, xenófoba, racista, patriarcal, que se expresa en varios líderes políticos, e incluso en líderes de Estado como Jair Bolsonaro y Donald Trump.

La situación en Nuestra América

La pandemia en Nuestra América encontró una respuesta política totalmente fragmentada. Este continente esbozó una respuesta distinta dentro de cada frontera nacional. No sorprende: este fenómeno se repite en el resto del mundo, se puede corroboraren Europa, EE.UU, Brasil y otros países de la región.Si se los compara con la Argentina, muchos de estos gobiernos nacionales se demoraron excesivamente en ordenar las medidas de aislamiento y protección social. En este contexto, las primeras decisiones tomadas, fueron el cierre de las fronteras nacionales, incluso al interior de los mismos Estados.

Se asiste a un fenómeno donde el neoliberalismo, que se había revitalizado en varios países de la región, entra en una nueva crisis por la incapacidad global para dar respuesta al problema mundial de la pandemia. García Linera[3] lo explica de manera brillante:“Los profetas del libre comercio y del Estado mínimo, que ayer exigían derribar las fronteras nacionales y deshacerse de los “costosos” sistemas de derechos sociales (salud, educación, jubilaciones) salen ahora a aplaudir el cierre profiláctico de las fronteras y exigir al Estado medidas más drásticas para atender a los ciudadanos y reactivar las economías regionales”.

Hace diez años atrás Nuestra América supo parir estructuras regionales de coordinación política, económica, cultural -entre otras-como la UNASUR, la CELAC o el ALBA-TCP. En este contexto ¿puede Nuestra América prescindir de una organización regional capaz de dar respuestas a las profundas dificultades económico-financieras, políticas y sanitarias que se vienen? El camino debería ser el planteado por el intelectual Samir Amín, en su Teoría de la Desconexión (1989), como estrategia de los países “subdesarrollados” para desvincularse de la globalización neoliberal.Cuando las curvas de contagio del COVID-19 empiecen a aplanarse en cada país, la respuesta regional sería un paso adelante para contrarrestar el “sálvese quien pueda” al modo Europeo y empezar a construir un nuevo tiempo en Nuestra América.

En este contexto, EEUU lanza una ofensiva mediático-belicosa contra Venezuela, revitalizando el conflicto interno en el continente. No existen las casualidades. EEUU busca obturar cualquier nueva producción de un regionalismo capaz de formular respuestas propias y que cuestionen la hegemonía imperialista de Washington.

La situación en Argentina

“Nadie es una isla por completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de un continente, una parte de la Tierra. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la mansión de uno de tus amigos, o la tuya propia; por eso la muerte de cualquier hombre arranca algo de mí, porque estoy ligado a la humanidad; y por tanto, nunca preguntes por quién doblan las campanas, porque están doblando por ti.”
John Donne[4]

En Argentina las rápidas medidas de aislamiento y la inyección de dinero para contenerla situación de las clases populares realizadas por el gobierno, la erigen como uno de los países más efectivos a la hora deresponder a la pandemia del COVID-19. El liderazgo de Alberto Fernández, con sólo 5 meses en la Presidencia de la Nación, lo configura como un actor central en el escenario nacional y regional.

El país cuenta con la posibilidad histórica de fundar un nuevo gobierno popular. En medio de la emergencia sanitaria se construyó un nuevo relato de profundo humanismo político. La valorización de la vida frente al mercado, en las declaraciones hechas por Fernández tiene una gran potencia simbólica, porque está fundada sobre una crítica al neoliberalismo como razón política y moral de la sociedad. Por lo tanto, augura un nuevo relato, un nuevo horizonte social y económico, con prioridad en las personas y no en el mercado.

La cuarentena obligatoria produjo una concentración extraordinaria de legitimidad en la figura del presidente, lo que llevó a que incluso la oposición quedara engrampada. Sin embargo, la concatenación inevitable de este nuevo relato: la vida, el trabajo, la producción vs.los negocios, las ganancias, la rentabilidad; encontró en Techint (la multinacional más grande de la Argentina) un rápido punto de confrontación. Esta contradicción rearticuló a la derecha y la despabiló del aparente estado de neutralidad que venían teniendo. De esta manera, se inició “otro momento” de la emergencia sanitaria, donde los medios de comunicación se volvieron a vestir de profetas del odio y los oportunistas y especuladores lanzaron sus dardos envenenados. El viernes bancario y las colas de los jubilados fueron festejados en el fuero interno de los enemigos históricos de los jubilados, mientras sus voceros en televisión se rasgaban las vestiduras. A esto se sumaron los troll-centers produciendo operaciones de confusión, desgaste y malestar como instrumentos de erosión política al gobierno del Frente de Todos.

Mientras tanto, las grandes empresas, los bancos, los grupos financieros, terminada la inicial sorpresa, se aprestaron a defender con uñas y dientes la extraordinaria riqueza que han acuñado en los 4 años de macrismo -y antes-, en el marco de un sistema de acumulación siempre desigual.

Como pasa siempre, es la militancia popular, sindical, social, la que se encuentra abocada a la construcción de nuevas redes de solidaridad y de acción colectiva, de carácter institucional y no institucional para hacerle frente a la crisis.

El poder político encuentra en la figura de Alberto Fernández una concentración extraordinaria de legitimidad, fundamental para el éxito de las medidas de aislamiento, y un factor clave para enfrentar las necesarias disputas con los poderes concentrados económicos, mediáticos y judiciales.Sin medidas profundas que pongan al Estado como principal ordenador de la economía, con control estratégico de recursos y de servicios fundamentales, cualquier proceso de transformación va a fracasar antes de comenzar.

Es inevitable la agudización de las contradicciones con los sectores que se han enriquecido todos estos años a costa del sacrificio y la miseria del pueblo.La crisis del COVID-19 evidencia y pone de relieve dichas contradicciones. Para ello,es preciso un rápido reordenamiento de las fuerzas populares, en alianzas intersectoriales, que permita tomar iniciativas en los múltiples escenarios. Un ejemplo de ello es el proyecto impulsado por la CTA de los trabajadores y diputados del Frente de Todos hacia la creación de un fondo de emergencia a partir de un impuesto a los más ricos del país.

En tiempos de crisis, lo inesperado puede volverse posible: ¿Podrá el proceso argentino ser un motor de transformación en la región? En ese sentido, es importante destacar el relato humanista, en clave de horizonte político-filosófico-cultural, y dotarlo de profundidad histórica y de acción política. Articular ese relato con la fuerza popular organizada es la tarea militante principal en los tiempos que vienen.


* Antropóloga. Maestranda en Derechos Humanos
** Antropólogo. Docente. Militante sindical

Referencias:
[1] La emergencia viral y el mundo de mañana Por Byung-Chul Han. Publicado en https://www.medionegro.org/pdf-sopa-de-wuhan/
[2] Álvaro García Linera, conferencia inaugural IDAES. Disponible en: https://www.facebook.com/AlvaroMarceloGarciaLinera/posts/1063493004028404
[3] Conferencia inaugural de las clases del IDAES UNSAM.
[4] Epígrafe en  “Por quién doblan las campanas” de Ernest Hemingway

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