El miércoles 5 de abril se realizó el Congreso XXXIX de la Federación Universitaria de La Plata en la facultad de Trabajo Social de la UNLP. La historia se repite ante un panorama político complejo.
En el día de ayer se realizó un nuevo congreso para elegir a la conducción de la Federación Universitaria de La Plata, el número 39 desde la vuelta a la democracia. Realizado en la facultad de Trabajo Social, se impuso el frente “22 de Noviembre, un pueblo con memoria es democracia para siempre” conducido por La Cámpora y la Mella, mismos espacios que sostuvieron la presidencia durante el último año.
A diferencia de los congresos anteriores, no hubo ningún tipo de novedad en los resultados y eso, lejos de significar una victoria, es un claro ejemplo del desgaste y agotamiento del frente de conducción actual, que no tuvo la capacidad de hacer lo que, según expresaban, pretendían: ampliar la unidad del campo popular, y darle a la conducción actual mayores niveles de representatividad estudiantil, ya que solo representan a cuatro centros de estudiantes de los 17 que existen en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
La definición tomada a horas del mediodía por la Franja Morada, hoy conducción de 10 de los 17 centros de estudiantes, de no acreditar sus congresales, solo sirvió para que se profundicen las tensiones dentro de las organizaciones del campo popular. Primero, entre el actual frente de conducción (Mella, Cámpora, Miles, el Frente Natural, la CEPA, MPE, Colectivo Estudiantil y el MUI) y luego para con el resto de espacios a quienes se pretendía incorporar (la JUP, el Movimiento Estudiantil Liberación y la DND).
La no presencia del brazo estudiantil del radicalismo impidió que los diversos sectores del campo nacional y popular pudieran conformar un gran marco de unidad para disputarle a la que hoy tiene la mayoría de centros de estudiantes y congresales. Lejos de trabajar en pos de que estos espacios, conducciones de los centros de estudiantes de las facultad de Ciencias Médicas y Humanidades, puedan ingresar, la prioridad de la conducción actual estuvo en que ningún espacio pierda los cargos que sostenían, y que todo continúe como hasta ahora.
Ahora bien, ¿cómo está el gremio estudiantil hoy? Estamos en un contexto donde la deserción es cada vez mayor; el comedor universitario registró un aumento en un 160% a principio del año; el acceso a un alquiler, tanto por los costos de ingreso como mensuales, es cada vez más difícil. Al mismo tiempo, la situación del boleto estudiantil es de emergencia: tras el aumento del boleto, hoy en día los estudiantes que acceden a este derecho tienen la posibilidad de hacer entre 35 y 40 viajes por mes, cuando por ley debería corresponder a 45.
En un presente donde el descreimiento de la política ha crecido, así como también los discursos provenientes de sectores que fomentan la violencia como instrumento, el gremio estudiantil ha perdido legitimidad y capacidad de tracción y la posibilidad de convocar al llamado “estudiante no agrupado”, no logrando movilizarse para la disputa de los derechos perdidos en los últimos años y en la conquista de nuevos.
En un año de importantes disputas electorales, el movimiento estudiantil platense muestra una debilidad preocupante al no poder dejar las mezquindades de lado y trabajar para fortalecer al gremio que debe representar a más de 130.000 estudiantes. Esperemos que la coyuntura, y la necesidad de avanzar en nuevas conquistas, logren la unidad que las roscas del congreso no pudieron.

Pedro Jalid
Profesor de Letras. Leo más de lo que escribo, trato de hacer más de lo que digo.