En diálogo con el programa Doblan las Campanas, la periodista, escritora y editora Gabriela Saidón, habló sobre su libro Santos Ruteros.
La escritora Gabriela Saidon dialogó este martes en Doblan las Campanas sobre su libo Santos Ruteros, del que explicó: “Surgió en 2010 a partir de algunas experiencias personales. Cubrí la caminata al santuario de la Difunta Correa en Vallecito, San Juan, y me impactó. Después fui al santuario del Gauchito en Mercedes. Ese doble impacto de estar en el lugar donde la religiosidad popular se condensa me generó el deseo de plantearlo como libro”.
Saidón contó que durante varios viajes por el interior del país evidenció cómo los altares de la Difunta Correa eran reemplazados por los altares ruteros del Gauchito Gil. En ese sentido explicó que “de eso se trata el libro, de cómo el gaucho fue desplazando a la difunta con toda la significación que puede tener”.
En relación a las creencias, la autora, que recorrió varios puntos del país en casa rodante para llevar a cabo “Santos Ruteros”, afirmó que la presencia de estos santos a los costados de las rutas dan una idea de protección. “Tanto la Difunta como el Gauchito tienen la función de proteger”, señaló.
Por otro lado, analizó la confluencia de distintas creencias religiosas con santos populares, sobre lo que afirmó: “En las religiones populares no importa si la Iglesia acepta o no, y por eso muchas de las personas que son creyentes de estos santos populares también lo son de los santos de la Iglesia Católica”.
“En la religiosidad popular lo que se evidencia en cómo son las ofrendas es el sustrato originario, lo que manifiestan las religiones populares son las religiones de los pueblos originarios que fueron reprimidas durante el proceso de cristianización, sobre todo en América Latina”
A modo de cierre, la escritora opinó que los santos populares aparecen “en donde hacen agua la institución medica, la institución judicial y los distintos tipos de injusticia de los poderes”, y concluyó: “Seguimos construyendo santos y santas populares, eso es lo que ocurre en Argentina y otros países latinoamericanos”.