Un 25 de noviembre pasaban a la inmortalidad dos grandes de nuestra querida Patria Grande. En 2016 lo hizo el Comandante Fidel Castro, y hace un año, Diego Armando Maradona. Dos amigos, dos iconos a su manera, dos batalladores, dos que molestaban siempre al poder, dos rebeldes de los pueblos. El destino los hizo juntar de nuevo en esa especie de lugar que se llama la memoria colectiva de las masas populares.
Se conocieron poco después de que Diego Maradona ganara el Mundial de México 1986. El astro del fútbol mundial lo visitó en varias oportunidades a Fidel en Cuba y quedó fascinado por la figura del Comandante en Jefe de la Revolución. Su relación se afianzó cuando el argentino se estableció en Cuba en 2000 para recuperarse de su adicción a las drogas. Diego siempre dijo que era peronista, pero no dudó en hacerse Fidelista también, y la prensa lo empezó a caracterizar como un “izquierdista”. Sus amistades con Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Lula, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega y Mel Zelaya en el ámbito latinoamericano convirtieron a Diego también en una bandera del antiimperialismo. Algo es cierto, que, como Fidel, Maradona era un antiimperialista.

Cuando Fidel pasó a la inmortalidad en 2016, Maradona se encontraba en Croacia disfrutando de un torneo de tenis y su primera reacción ante la televisión fue reveladora: “He llorado descontroladamente. Me voy para Cuba a despedir a mi amigo”. Diego también fue mucho más allá y consideró al líder cubano como a un “segundo padre”. Maradona siempre llevó a Castro en el corazón y también en su pierna izquierda, donde llevaba tatuado el rostro del líder revolucionario. También tenía un tatuaje del revolucionario argentino-cubano Ernesto Che Guevara en su brazo derecho.

Fidel en una ocasión aseguró: “Diego es un gran amigo y muy noble también. No hay duda de que es un atleta maravilloso y mantiene una amistad con Cuba sin ninguna ganancia material para él”. Maradona contaba que el Comandante lo llamaba con frecuencia por las mañanas para hablar de política y deporte y animarle en su rehabilitación.El astro argentino dedicó su autobiografía a, entre otras personas, Fidel. “A Fidel Castro y, por medio de él, a todo el pueblo cubano”, se leía en el libro.

Hoy es el quinto aniversario y Fidel no está solo. A partir de ahora, el 25 de noviembre los pueblos los recordará juntos. Podemos escribir ríos y ríos de sucesos de las vidas de Fidel y Diego, pero nos quedamos con los homenajes que le hacen los pueblos a dos grandes de nuestras tierras. Porque nacieron en ellas, lo dieron todo por ellas y hoy se merecen ser banderas para seguir luchando.