No es extraño ver durante el mes de junio a todas las marcas y figuras públicas llenarse la boca hablando sobre los derechos del colectivo LGBTIQ+, repudiando las conductas de odio y reivindicando los precedentes históricos que nos llevaron a los derechos adquiridos en la actualidad. Pero, ¿qué pasa cuando termina el mes del Orgullo? Todas las palabras dichas se desvanecen en el aire, y rápidamente se corre el telón de colores para dar cuenta que actos LGBTodiantes siguen sucediendo, y en muchos países se incrementaron en proporciones escalofriantes.
Entiéndase crimen de odio como un acto voluntario que incluye la violacion de derechos como el de la libertad, dignidad, igualdad, integridad física, entre otros. Este tipo de agresiones tiene como objetivo causar daño o hasta la muerte de colectivos históricamente vulnerados como es el LGBTIQ+.
Durante la madrugada del pasado sábado 3 de julio ocurrió un hecho que conmocionó a gran parte de la sociedad española. En la ciudad de La Coruña, Galicia, la calle se tiñó de sangre por el brutal asesinato homoodiante de Samuel Luiz Muñiz. El joven se encontraba realizando una videollamada en la entrada de un boliche cuando un grupo de varones se le acercó agrediendolo con la excusa de que “los estaba filmando”.
Este fue motivo suficiente para que el joven de 24 años sea asesinado en manada a golpes sin piedad al grito de “maricón”. Según medios españoles, Samuel fue encontrado inconsciente donde los equipos de salud intentaron reanimarlo, pero horas después, por la mañana, falleció a causa de la golpiza.
A partir de esto se encuentran cuatro personas detenidas presuntas de formar parte del terrible suceso, según lo que la Policía Nacional de España publicó en su cuenta de la red social Twitter, añadiendo que la investigación continúa abierta y que “no se descartan más detenciones en las próximas horas” ya que se ha dado orden de captura a al menos 13 personas supuestamente implicadas en el asesinato.
A raíz de la conmoción por parte de los sectores de la izquierda y movimientos sociales, se realizaron marchas y manifestaciones al grito de “no son golpes, son asesinatos”, donde las pancartas escritas con lemas como “nos están matando”, “lo que te dicen cuando te matan importa” o “justicia para Samuel, homofobia y fascismo son lo mismo” expresan el dolor de una sociedad, un colectivo que llora viendo como le arrebatan la vida a otre compañere, que murió sufriendo la misma opresión que elles viven. Pero no es lo único que angustia, angustia que no va a ser el último ni el primero, donde los nombres se acumulan en una lista interminable que duele y pesa.

Además, familiares y amigues lanzaron la iniciativa por medio de las redes sociales del hashtag #JusticiaParaSamuel reclamando por el esclarecimiento del caso, detención de los responsables y reafirmar que al joven no murió, sino que lo mataron en un claro hecho de LGBTodio.
Es necesario seguir haciendo este tipo de aclaraciones, ya que todavía hay personas y sectores de la sociedad que una muerte al clamor de una palabra, tan característica y transversal a estos actos, como es la de maricón, no infiere relevancia alguna. A Samuel lo asesinaron, y lo asesinaron por maricón, por puto, o tantos rótulos que, aunque sean utilizados como un calificativo negativo, el colectivo LGBTIQ+ los reivindica con orgullo, por una sociedad mucho mas igualitaria.
Muchas de las manifestaciones del pasado lunes fueron ferozmente reprimidas por los cuerpos policiales españoles. En los videos captados por las personas que marchaban pacíficamente se ve cómo el accionar de las fuerzas de seguridad fue totalmente desmedido. Golpes con porras, patadas y empujones, lamentablemente son moneda corriente en estos casos y este no fue la excepción.
La policía no es un ente individual que tiene completa autoridad sobre sí mismo, este depende de los gobiernos de turno. Si lo vemos de esta manera entendemos el accionar y las fuertes declaraciones por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, alegando que ve mal “acusar sin motivos o pruebas” refiriéndose al crimen de Samuel y poniendo en duda si es o no un crimen de odio, minimizándolos a “casos aislados”.
Asimismo, la dirigente del Partido Popular (PP) se posicionó en contra de la Ley de Protección Integral contra la LGTBIfobia y discriminación por orientación sexual, manifestando que no tiene previsto utilizar el concepto de autodeterminación de género y que el gobierno está obsesionado con el mismo llamándolo “delirio”.
EN ARGENTINA TAMBIÉN PASA
Según los datos estadísticos de la Federacion Argentina LGBT (FALGBT) en el período que engloba desde el 1 de enero de 2020 hasta el 31 de diciembre del mismo año se registraron 152 crímenes de odio por orientación sexual o identidad y expresión de género. Este dato no menor genera dudas si es que en la República Argentina verdaderamente están visibilizados estos delitos por parte de los medios de comunicación hegemónicos y la administración política, o les compañeres del colectivo LGBT no son tan importantes como para ser agenda de los mismos. Además de, muchas veces, atentar en contra de esta incansable lucha.
El próximo 11 de julio se cumplen 4 meses desde que fue visto por última vez Tehuel De la Torre, varón trans de 22 años, en la localidad de Alejandro Korn, Provincia de Buenos Aires. El joven salió de su casa con motivo de una entrevista laboral para ser mozo de un evento, y de la cual nunca volvió. La historia se repite, una persona trans en situación de vulnerabilidad está desaparecida por buscar trabajo.

Hasta el momento hay dos personas detenidas. Luis Alberto Ramos, con quien se iba a encontrar Tehuel por la entrevista de trabajo, y Oscar Alfredo Montes, un chatarrero con antecedentes penales de abuso sexual. Ambos fueron acusados de “encubrimiento en concurso real con falso testimonio” por Karina Guyot, la fiscal a cargo del caso.
Hace un mes, un testigo informó a las autoridades judiciales que creía haber visto a Tehuel en la ciudad de Caleta Olivia, Provincia de Santa Cruz, asegurando que estaba caminando solo. Según la hermana del joven desaparecido, nadie se comunicó dando información precisa acerca del paradero del mismo.
Pero esto no termina acá, ya que a la lista se sumó otro sospechoso. Agüita es el sobrenombre de un nuevo posible autor de la causa. La fiscalía puso énfasis en este tras dos testimonios que afirmaban haber escuchado en una fiesta a la pareja del mismo afirmar “Que aparezca mi teléfono, o les va a pasar lo que mi marido le hizo a Tehuel”.
Ver cómo avanza la ultraderecha en Europa pero también en América Latina permite asimilar cómo las políticas sociales en favor de los derechos de las diversidades sexuales y de género se ven sumamente amenazadas. Partidos como VOX en España o NOS y Juntos por el Cambio en Argentina son la clara muestra de quienes se oponen a la ampliación de derechos de las personas del colectivo y quienes minimizan o invisibilizan la existencia de crímenes de odio.
Partiendo de este punto es imposible separar la obra del autor para hacer un análisis de la coyuntura actual, es decir, no se puede tomar a un colectivo politizado como es el LGBTIQ+ sin tener en cuenta quiénes detentan contra este. El orgullo es y será siempre político, porque sin serlo se convierte en un mero arcoíris.
El silencio cómplice, no solo de los sospechosos, sino también de los medios hegemónicos de comunicación, se hace insoportable para la familia del joven y para todo un colectivo que lo busca incansablemente. Porque cuando falta une les pesa a todes. Este es el momento de materializar las nuevas legislaciones de cupo laboral travesti-trans, para que hechos de tal gravedad como el ocurrido no suceda nunca más.
Hoy más que nunca basta de crímenes de odio, justicia por Samuel Luiz Muñiz y aparición con vida de Tehuel De la Torre.
Referencias:
https://www.pagina12.com.ar/352966-espana-detienen-a-tres-jovenes-por-el-crimen-de-odio-de-samu
Excelente Nico!!!