“La Mapu, la tierra, se va a recuperar, lleva miles de años recuperándose, pero le va a costar porque hay un desequilibrio ambiental. Y ese costo lo estamos pagando todos hoy, y seguramente serán puntos para reflexionar sobre qué es lo que estamos haciendo como sociedad”, reflexionó Orlando Carriqueo, Werken (vocero) de la Coordinadora del Parlamento del Pueblo Mapuche, cuando le preguntamos sobre los incendios que desde enero condenan a las tierras de la comarca andina.
La Mapu es violentada por fuego casi constantemente. Las causas pueden ser intencionales o no, pero la discusión siempre presente es cómo se lo enfrenta. Una vez generados los focos de incendios su gravedad va a depender de la rapidez con la que se actúe y la cantidad de recursos disponibles para ello. Las condiciones climáticas son otro factor a considerar.
La responsabilidad del origen del fuego suele ser otra de las disputas que se repite en estos escenarios, se responsabiliza a comunidades originarias bajo discursos de odio y discriminación para ocultar a los verdaderos responsables. “Se potencia un discurso en una situación compleja, como es un incendio, que está destrozando la zona y que ha ocasionado más de 300 casas incendiadas, muertes y muchas pérdidas”, relata Carriqueo, y concluye “justamente para nosotros es muy grave que, de todas esas circunstancias, el pueblo mapuche sea responsabilizado, la Justicia tiene que poder resolverlo”.
Los hechos
El 24 de enero se localizó el primer foco de incendio en El Mirador, barrio de la periferia de la localidad de El Bolsón, a causa de un fogón mal apagado. La ausencia de lluvias, los 35 grados de temperatura y el cambio de sentido del viento provocaron que el fuego avanzara 13 kilómetros sobre las tierras del paraje Cuesta del Ternero y que llegara hasta el Cerro Piltriquitrón. A las condiciones climáticas se le sumaron la falta de recursos para combatir el incendio, el difícil acceso a zonas rurales para ambulancias y bomberos, y la falta de acceso al agua en los barrios más humildes, quienes además fueron los más perjudicados.
Recién al décimo día de comenzados los incendios, el intendente Hugo Pogliano pidió refuerzos al gobierno nacional. Mientras tanto, brigadistas y vecines autoconvocades de El Bolsón y alrededores se organizaron para controlar la situación. Esto permitió crear campañas de comunicación para conseguir donaciones y entrenar a personas para que sean capaces de ayudar a brigadistas a combatir el fuego.
El 12 de febrero, vecines que habían estado combatiendo el fuego se acercaron a una reunión con el intendente Pogliano en Cuesta del Ternero, donde se expresaron demandas y pedidos al municipio. Al día siguiente, el mismo intendente denunció al encuentro como un intento de secuestro por “15 personas, algunas encapuchadas y otras con las caras pintadas de negro, portando machetes y armas blancas”. Medios de comunicación de todo el país aseguraron que se trataba de mapuches y militantes de Juan Grabois.
Los incendios se controlaron y extinguieron, al igual que su presencia en el tan codiciado y polémico Prime Time de los principales medios de comunicación. Sin embargo, comenzó marzo y los incendios volvieron. Esta vez fueron afectadas las localidades de Las Golondrinas, Cholila, Cerro Radal, El Maitén, El Hoyo, Epuyén y Lago Puelo por focos de incendios iniciados casi en simultáneo, en un rango de tres horas. Los resultados fueron más de 300 viviendas destruidas, tres fallecides y ciudades enteras sin agua ni luz.
La gravedad del asunto despertó las alarmas del Estado. Desde Nación se puso a disposición toda maquinaria y recurso necesario para controlar la situación. El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, presentó una denuncia penal luego de asegurar que registros indicaron que el fuego se prendió intencionalmente. Además, anunció que la zona recibirá un Aporte del Tesoro Nacional (ATN) por 200 millones de pesos para su reconstrucción. Si bien fueron medidas muy necesarias y bien recibidas, no dejan de ser reaccionarias.
Del otro lado de la grieta, encontramos que personajes políticos del PRO y partidarios aseguraron que los incendios fueron generados por mapuches en forma de protesta. La Coordinadora del Parlamento del Pueblo Mapuche decidió realizar una denuncia a Alberto Weretilneck, Miguel Ángel Pichetto y Patricia Bullrich en la fiscalía de Bariloche por discriminación.

“Estaba hablando con la abogada sobre la posibilidad de presentarnos como querellantes de una segunda acción que busca forzar el avance de la causa, porque ni siquiera fue caratulada como ‘Weretilneck, Pichetto y Bullrich por delito de discriminación o xenofobia’ fue caratulada ‘NN sobre averiguación de delito’, totalmente diferente”, nos comentó Carriqueo.
En los primeros 50 días del año se incendiaron 60.000 hectáreas en el territorio argentino. Y se sigue contando, siguen activos los focos de incendio en la Patagonia.
Basta de Terricidios
Los escenarios actuales presentan discusiones que deben ser analizarlas para llegar a una síntesis que permita erradicar estos terricidios. En el último tiempo, el término “territorio” tuvo una resignificación que amplía la discusión y adopta conceptos de comunidades originarias. Se habla de terricidio porque se entiende a las zonas afectadas como territorios que trascienden no sólo en lo biológico, sino también en lo cultural e identitario.
Pero lejos están de entenderse estas ideas en el imaginario social que presentan los grandes monopolios de comunicación. Por el contrario, nos encontramos con escenas mediáticas protagonizadas por difamaciones y estigmatizaciones. Consecuentemente, se persigue a las personas atentadas en estos discursos de odio.
¿Para la generación de incendios? Una Justicia responsable que ponga fin con especulaciones empresariales. Una Justicia que no permita discriminaciones a comunidades indígenas para correr del centro de atención al verdadero responsable. Y una comunicación que deje de ser cómplice e informe a los pueblos, no que propague odio hacia ellos.
¿Para el control de incendios? Un Estado que cuente con planes de prevención y de acción. Un Estado que invierta en recursos y la correcta distribución de ellos.
Estos son los planteos que recorren el país pero que se los percibe individualmente y no permiten ser analizados en conjunto para visualizar los conflictos estructurales. La Patagonia siempre fue un campo de batalla entre especulaciones inmobiliarias y grandes proyectos mineros que buscan ganancias a toda costa, incluso si se deben incendiar bosques por ello. Llegó el momento de discutir sobre la soberanía de los territorios y de los derechos de los pueblos a vivirlos.
Todo fuego es político.
[…] otro episodio fueron los incendios sistemáticos en la Comarca Andina de los últimos meses, que atentaron contra los territorios resquebrajados por el modelo […]