Perú en llamas: ¿Implosiona la putrefacción neoliberal?

Perú en llamas: ¿Implosiona la putrefacción neoliberal?

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Miranda Cerdá Campano*

Desde hace algún tiempo Perú sufre una inmensa crisis política, traducida en el debilitamiento de las instituciones y la democracia: líderes políticos que no superan el 25% de imágen positiva, ex presidentes que han estado en prisión, prófugos o investigados por la Justicia, un ex dictador que fue indultado, cuya hija, hoy presa, es la principal referente opositora, y un presidente que arriba al poder luego de la renuncia de su predecesor.

El escándalo de Odebrecht que precipitó la salida de Pedro Pablo Kuczynski y salpicó a todos los presidentes del 2000 al presente, llevó a Vizcarra a la cabeza del Ejecutivo. Otro escándalo, el de los audios de la Corte Nacional de la Magistratura, le darían la posibilidad de reordenar el juego político. La Justicia operó como juez y parte; fue reordenada y fue la que investigó a los mismos congresistas a los cuales se la acusaba de haber encubierto. El escándalo salpicó a casi todos, incluido el propio presidente, dividió al fujimorismo en el Congreso y judicializó a distintos actores de la oposición. En este caos, Vizcarra creció.

En diciembre del año pasado, se llevó a cabo un Referéndum Nacional impulsado por el Ejecutivo, a fin de someter a consulta de la ciudadanía la reforma política que se planteaba en pos de contrarrestar la corrupción en la esfera pública. En el referéndum, la ciudadanía acompañó por abrumadora mayoría, la posición del presidente Vizcarra, aprobando las tres primeras propuestas: conformación de la Junta Nacional de Justicia, regulación del financiamiento a los partidos políticos y prohibición de la reelección parlamentaria inmediata.

Esto aumentó las tensiones entre el ejecutivo y el Congreso, de mayoría fujiaprista, y la gran pregunta era qué iba a suceder con la reforma política, que evidentemente no iba a ser fácil de imponer porque la relación entre Vizcarra y el poder legislativo estaba bastante caldeada. En este escenario, el Presidente presentó un recurso constitucional llamado Cuestión de Confianza, a través del cual le solicitaba al Congreso la confianza respecto de una determinada política de gobierno. Si se aprobaba aquella confianza, el Congreso se comprometía a tratar la reforma política dentro del año legislativo en curso; si se negaba, Vizcarra tenía la facultad de disolver el Congreso y llamar a elecciones parlamentarias. Todos salieron victoriosos: el fujiaprismo logró que sus miembros continuaran su periodo parlamentario, y el oficialismo demostró su interés por garantizar la gobernabilidad y ganó la atención de la opinión pública, una suerte de paz armada entre el Congreso y la Casa de Pizarro. Mientras, la crisis de legitimidad de las instituciones peruanas no se había resuelto.

Martín Vizcarra

Discusiones no saldadas, manotazos de ahogado y movilización popular

En este “tira y afloja” constante, en esta dinámica revanchista que viene tomando la política peruana a raíz del claro bloqueo entre el Poder Ejecutivo y el Congreso, es que parece haberse llegado a un punto de no retorno. Vizcarra presentó una nueva moción de confianza para reformar el método de designación de los magistrados del Tribunal Constitucional, el árbitro en cualquier controversia entre el Ejecutivo y el Legislativo respecto de asuntos constitucionales. En la semana anterior al voto de confianza, la mayoría parlamentaria había designado a seis miembros de los siete que integran aquella instancia. Con el Tribunal bajo su control, el fujiaprismo se aseguraba por cuál posición se inclinaría el árbitro. En esta ocasión, la cuestión de confianza respondía a una acusación directa de Vizcarra hacia al fujiaprismo, al que acusaba de actuar en contra de la democracia para buscar impunidad frente a los cargos de corrupción.

Esa misma semana, el fujiaprismo también archivó el proyecto presidencial para adelantar en un año las elecciones legislativas y presidenciales, evitando el debate en el plenario. La propuesta de Vizcarra de recortar el mandato parlamentario y del ejecutivo respondía a presiones que recaían sobre su figura: por un lado la de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas, que con el argumento de que hay un “estancamiento económico”, buscan hacer lobby en sus dos principales proyectos (la ley de flexibilización laboral y la licencia de Southern Copper para construir en Tía María); y por el otro lado, la de los gobernadores del Sur, que vienen trabajando en la unidad y se han opuesto a la instalación de la minera en el valle del Tambo, un espacio en el que se produce alimento para cuatro millones de peruanos y que está en riesgo por la instalación de esta minera y la explotación a cielo abierto a solo dos kilómetros del río.

La solución al constante conflicto: el Presidente decretó el cierre del Congreso al entender que el mismo había rechazado la tercera moción de confianza presentada en el actual periodo de gobierno. Lejos de acatar la decisión del Ejecutivo, el fujiaprismo contraatacó votando la “suspensión temporal” de Vizcarra y juramentando a la aprista Mercedes Áraoz, representante del poder económico aglutinado en la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas, como “Presidenta Interina” de la República.

“A ver quién es el que la tiene más grande”, cantaba Joan Manuel Serrat. Se abre ahora un periodo de incertidumbre que se dirimirá dependiendo de la correlación de fuerzas y los posicionamientos que adopten algunos actores claves. Vizcarra cuenta con el apoyo de las fuerzas armadas y un sector de la población, no así del poder económico. Sin embargo, la posta es ahora del Tribunal Constitucional, que deberá resolver este 10 de octubre si es constitucional el cierre del Congreso decretado por Vizcarra o si prevalece el argumento de la mayoría parlamentaria fujiaprista que sostiene que el presidente no estaba habilitado para activar tal mecanismo.

La sociedad, hastiada de la corrupción de la clase política, se ha manifestado en las calles al grito de “Cierren el Congreso” y aunque la demanda parece haberse abierto paso, debe entenderse que esta es una vuelta de tuerca más en la dinámica bipartidista que dirime la política peruana desde la vuelta a la democracia. La decisión de Vizcarra responde a una demanda de la ciudadanía y por eso fue saludada por casi un millón de peruanos que se han movilizado, pero la función no terminó y la lucha en las calles debe poner en cuestión la preservación de la estructura productiva, la defensa de los recursos energéticos, y una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Carta Magna acorde a las exigencias del pueblo peruano.

La mafia fujiaprista aún piensa que puede salvarse: no sólo buscará recuperar las posiciones perdidas, sino que también irá por la venganza. Por lo pronto llamará a la OEA y esperará que el traidor Almagro o los gobiernos de su mismo signo político, reconozcan su reclamo. Los modos de la derecha empiezan a convertirse en modas, y los intentos por continuar desestabilizando la democracia deben tener su correlato en las calles.


*Periodista, columnista sobre Sudamérica del programa Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), redactora de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón.
Amichetti: “La unidad que le da fuerza al Movimiento Obrero debe ser una unidad forjada en base a un programa”

Amichetti: “La unidad que le da fuerza al Movimiento Obrero debe ser una unidad forjada en base a un programa”

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.
Hector Amichetti (Gráficos) y Sergio Palazzo (Bancaria)

Dialogamos con el Secretario General de la Federación Gráfica Bonaerense y miembro de la Corriente Federal de Trabajadores, Héctor Amichetti, con quien analizamos las intenciones manifiestas de unificación en la CGT y el posible reingreso de los gremios de la CTA de los Trabajadores a la CGT.


¿Qué opinión tenés sobre las discusiones que se están dando en torno a la unidad del Movimiento Obrero y cómo entendes que sería ese proceso?

En el caso de la CTA, charlaba con algunos compañeros, ellos decidieron en su congreso del día jueves su retorno a la CGT, en el marco del planteo de unidad del Movimiento Obrero, que por otro lado también se está charlando entre los distintos sectores de la propia CGT.

Me parece un hecho muy importante que la CTA tome esa decisión, pero también es muy importante buscar algún punto de encuentro entre las distintas fracciones que la CGT tiene y que se mostraron con absoluta claridad durante estos últimos cuatro años de gobierno de Macri.

La tendencia a buscar la mayor unidad posible dentro de una CGT que incluya a todos los sectores del Movimiento Obrero Argentino, creo que es voluntad de todos. Después lo que hay que ver es en qué condiciones se da esa unidad.

Como Corriente Federal nunca dejamos de estar en la CGT pero si vemos que la verdadera unidad, la unidad que le da fuerza al Movimiento Obrero, la que puede ser partícipe de una convocatoria a un gran acuerdo multisectorial que convoque el próximo gobierno, debe ser una unidad forjada en base a un programa del Movimiento Obrero.

En su momento no integramos la conducción de la CGT, fundamentalmente, porque entendíamos que: primero no era una unidad completa en 2016; segundo que era un acuerdo entre dirigencias y grupos sindicales en lugar de una cuestión de programa, de proyecto de la CGT, de posicionamiento en cada uno de los temas que son de interés para el movimiento de los trabajadores; y también cómo nos posicionábamos frente a lo que veíamos venir que iban a ser las políticas de Macri.

Hoy hay una coyuntura distinta. Seguramente va a venir una etapa con un gobierno favorable a los intereses de los trabajadores y ahí será muy importante construir esa unidad, pero para los gremios de la Corriente Federal debe ser en los términos que lo planteábamos en 2016, eso no cambió. No pueden ser acuerdos solamente de dirigentes o de grupos sindicales sino en base a propuestas concretas.

Foto: Radio Gráfica

Por lo que señalas esto debería ser un proceso para poder generar este programa del que hablás y que sea discutido por las bases del Movimiento Obrero ¿Cuáles serían los mecanismos o canales para generar esta unidad?

Para mí hay dos etapas. En la primera etapa seguramente vamos a coincidir todos en el movimiento sindical, porque todo el sector de los trabajadores ha sido muy golpeado, golpeado por los despidos, por la pérdida del poder adquisitivo de salario y esto a su vez repercute sobre todos los sectores de la economía. Estamos viendo que a los propios empresarios PyME les preocupa esta caída del consumo, esto hace que cierren empresas. Ahí hay un gran punto que nos va a unir a todos: de qué manera detenemos esta caída de la economía, que ya el futuro gobierno ha tirado algunos elementos que son claves como la desdolarización de las tarifas que indudablemente hace recuperar el poder adquisitivo y permite que las empresas puedan generar una reactivación.

Por otro lado, claramente, comprometer a los formadores de precio a moderar el costo de los productos de primera necesidad (fundamentalmente los alimentos). Esto de por si implica una recuperación del mercado interno porque va a haber mayor capacidad de consumo. No es un proceso rápido ni automático, pero en eso vamos a coincidir todos. Eso que el futuro gobierno llama Pacto Social que nosotros preferimos llamarle Acuerdo Multisectorial y creo que no va a haber divisiones dentro del movimiento sindical.

El otro proceso es más profundo porque indudablemente, porque esa unidad se tiene que convertir en algo orgánico dentro de la CGT, tiene que haber un compromiso muy fuerte de democracia interna y que no sea sólo elegir una conducción sino que funcionen los cuerpos orgánicos, los plenarios de Secretarios Generales, los plenarios de Delegaciones Regionales (que en los últimos años han sido relegadas); y en cuando al programa, en lo concreto, significa una postura que el Movimiento Obrero va a tener frente a situaciones como la Deuda Externa (como los 26 puntos de Ubaldini), nuestra posición respecto al manejo del sistema financiero (porque si no hay posibilidad de manejar el sistema financiero con libertades va a ser muy difícil reactivar a pleno la economía), qué postura tendremos con el comercio exterior, con la integración continental.

Todo lo que hace a una línea histórica de la CGT en sus mejores momentos, en los de mayor fuerza. Desde ahí es desde donde podemos contribuir a que un proceso que defienda el interés nacional y que defienda los intereses del pueblo tenga una apoyatura como la de los trabajadores organizados, como también tendrá que ser el empresariado nacional organizado. Creemos que de los trabajadores de la economía social o popular deben ser contenidos dentro de la CGT como parte de una realidad nueva del Movimiento Obrero, porque son millones de trabajadores que están trabajando en condiciones de precariedad. Y también tenemos que tener una visión sobre el sector cooperativo, que es generador de trabajo y que tiene una participación muy importante en la economía. Esto es fundamental y va a llevar un proceso un poco más largo porque la visión de los dirigentes no es toda igual. Algunos aceptan esta lógica y otros más bien se cierran en los intereses particulares y profesionales de su sector. Esto es lo que hemos podido comprobar en los últimos años.

Foto: Radio Gráfica

Por lo que decís esto significaría ajironar la estructura y las mecánicas de trabajo para el interior de la CGT con la potencia que esta tiene para poder conquistar mejoras para todos los trabajadores…

Claro, hoy nosotros estamos dando batalla frente a la agresión que sufren muchos sectores del trabajo y de la industria nacional, pero estamos todos separados. Parecería ser que lo que nos golpea a los gremios de la industria resulta indiferente a otros sectores como los de servicios. La batalla que estamos dando en defensa de Aerolíneas Argentinas frente a una política de cielos abiertos que debilita la soberanía en ese sentido; o la que hemos planteado desde el sector de las finanzas con los compañeros bancarios. Ni que hablar de los gremios de la energía. En el caso de la Corriente Federal hemos sido muy claros con lo que significaban los tarifazos y el negocio de las multinacionales.

Lo que pretendemos es que esa organización que unifique a todos los sectores del trabajo tenga un compromiso concreto con toda la problemática del movimiento obrero. Que no sea indiferente porque todas esas cuestiones juntas y dentro de un posicionamiento muy firme del movimiento obrero hacen a la defensa de un proyecto de desarrollo nacional y social, de la defensa de la soberanía y de la independencia económica. Para nosotros es clave reconstruir ese tipo de organización sindical.

Por último ¿cómo analizás políticamente el fin del macrismo y la muy probable asunción de Alberto Fernández como el próximo responsable de la administración del Estado Nacional?

Todos somos conscientes de que vamos a partir de una situación muy, muy difícil. Una situación muy complicada, con un país prácticamente saqueado. Por eso va a haber acuerdos básicos para acompañar la voluntad -ya decidida- de el nuevo gobierno que cuanto más margen, más diferencia tenga en la próxima elección del 27 de octubre, tendrá mayor fortaleza.

Indudablemente esto luego se puede traducir en aprovechar una oportunidad histórica, porque evidentemente hay una inmensa mayoría de sectores nacionales que están siendo afectados. Un gran acuerdo multisectorial, un acuerdo que pueda ser más profundo y que plantee las bases para generar una planificación con desarrollo social y económico. Es una oportunidad histórica que no podemos desaprovechar. Por eso insistimos mucho en que ese acuerdo no puede estar cerrado a estructuras de grandes instituciones, por ejemplo a las cúpulas de la CGT y de la UIA. Tienen que participar todos: las PyMEs, los pequeños y medianos productores, el cooperativismo.

Tenemos una oportunidad histórica y es muy importante saber aprovecharla, para que lo que se exprese en las urnas después tenga una consolidación a través de un gobierno que sea acompañado en sus decisiones y sostenido por la inmensa mayoría del pueblo     cada vez que tenga que enfrentar a esos sectores minoritarios -pero muy poderosos- que indudablemente van a intentar condicionar las posibilidades de salir de esta situación, empezando por el Fondo Monetario Internacional.

Catalano: “Este momento uno está del lado de Fernández de la vida”

Catalano: “Este momento uno está del lado de Fernández de la vida”

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Foto: Marcelo Carroll

Dialogamos con el Secretario General de ATE Capital y miembro de la CTA de los Trabajadores, Daniel Catalano, con quien analizamos el proceso de unidad sindical que distintos actores del movimiento obrero organizado vienen impulsando.


¿Qué significaría la unidad de la CGT con la CTA de los Trabajadores y cuáles crees que serían los caminos para concretar la unidad de las centrales?

Nosotros vamos a arrancar primero por el sometimiento a votación de los cuerpos orgánicos de la central para que se pueda validar un esquema de vuelta a la CGT. Después de ello hay que tener muchas reuniones con la CGT para ver cuáles serían los términos para poder volver a integrarnos a esa central, qué es lo que significaría y cómo y en qué condiciones se materializaría.

Está claro que después de 20 años lo que no vamos a hacer es perder la personería gremial de la CTA, por lo que hay que ver si entramos a la CGT como CTA, si entramos como gremios individuales que es lo que se tiene que ir discutiendo en un marco más administrativo, jurídico y político. Estamos en esa etapa de plena discusión en donde sabemos que hay compañeros muy contentos con recibirnos y otros compañeros que están mirando qué implica si el que la central vuelve a la CGT, así que es una etapa nueva para todos y todas. No hay nada escrito en esto, así que habrá que ver cómo nos vamos reconfigurando en esta etapa que se inicia.

¿Cómo sería la resolución en el caso específico de ATE dado que el gremio de estatales tiene distintas conducciones? ¿Tendrían que haber confluencia de ambas partes o se puede entrar como seccional?

Lo que pasa es que ATE (Nacional) es un desastre en sí mismo, a partir de lo que viene sucediendo, en todos los órdenes de la vida. Nosotros como ATE Capital adherimos a la CTA de los Trabajadores junto a Hugo Yasky, y ATE Nacional está en la CTA Tres. Hay otros compañeros que está en la CTA 2 que es la de Pablo Michelli.

La personería de ATE la maneja ATE Nacional por lo que la plata de nuestras afiliadas y afiliados va siempre al mismo lugar. Y en realidad es como el acto más antidemocrático que puede haber: un sindicato que habla de la libertad de los cuerpos de delegados, la libertad de los laburantes para elegir central obrera, pero después se quedan con la plata de los afiliados sin importar qué es lo que eligieron. Estamos en ese momento. Vamos a ver si se puede trabajar en el marco de la justicia para que se pueda resolver.

Vamos a ir al cuerpo más orgánico de nuestro gremio que es la asamblea. Ahora es una definición política institucional y después iremos a una construcción colectiva para poder ir viendo en lo más dinámico, cómo ir resolviendo nuestra participación en la CGT.

Más allá de lo legal, la firma y demás, se viene dando una unidad del Movimiento Obrero, el 21F, la Corriente Federal Sindical y otros. Hay un sector del sindicalismo que se viene juntando y que planteado propuestas ¿En este marco cómo ven el fin de ciclo macrista y lo que podría significar un gobierno de Alberto Fernández desde el 10 de diciembre con este llamado a un gran pacto social?

Mirá, te diría que en este momento uno está del lado de Fernández de la vida y generando mucha confianza a la etapa que se inicia sin todavía tener certezas de qué implica en la letra chiquita ese Pacto Social. Los laburantes ya no podemos dar más. Hay una parte de todo esto que me parece que los grandes lastimados del país, somos los trabajadores.

El Pacto Social todavía no sabemos en qué consiste, pero nos parece alucinante que haya un pacto social que nos contenga, que nos abrace; que contenga a los jubilados y jubiladas; que venga con una definición respecto de que hay que ganarle a la inflación con el salario. Quiero pensar que tiene que ver con eso y entonces avanzo.

Hoy cualquier situación va a ser superadora a lo que nos está haciendo Macri, que por decreto ya nos sacó más derechos. Después de la tragedia de Ezeiza, quince días después de que haya muerto una trabajadora precarizada de la Ciudad de Buenos Aires, nos sacan una parte de los recursos que tenemos por la ART. Uno piensa ¿Qué más nos pueden hacer? Así que: “Del lado Fernández de la vida”.

Foto: CTA

Dentro de poco se va a realizar el Encuentro de Mujeres en La Plata ¿Cuál es la posición de ATE Capital ante esta situación? ¿Las compañeras se están organizando? ¿Qué información tenés al respecto?

Desde Capital Federal estamos aportando estructura para que vayan alrededor de 500 compañeras de la seccional de ATE, que se van a sumar a otras sientas de compañeras de todo el país y que van a estar en un predio a 15 cuadras de donde se van a dar todos los talleres. Estamos trabajando con mucha dinámica, este sábado hacemos jornadas en el predio para limpiarlo y dejarlo en condiciones para recibir a las compañeras.

Es un momento donde el colectivo masculino acompaña. Es el momento de construcción de una nueva etapa que está buenísimo que suceda. Nosotros intentaremos no ser un obstáculo porque en realidad el problema siempre somos nosotros. Hay que tratar de no ser un obstáculo y que estén todos los facilitadores dados para que nuestras compañeras puedan tener 72 horas de mucho debate, de mucha movilización, de reencontrarse.

Los fenómenos más importantes que se dieron en esta etapa de macrismo tienen que ver con que nuestras compañeras se hayan puesto de acuerdo en algunos ejes que han transformado la vida de nuestra comunidad.

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