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Hector Amichetti (Gráficos) y Sergio Palazzo (Bancaria)

Dialogamos con el Secretario General de la Federación Gráfica Bonaerense y miembro de la Corriente Federal de Trabajadores, Héctor Amichetti, con quien analizamos las intenciones manifiestas de unificación en la CGT y el posible reingreso de los gremios de la CTA de los Trabajadores a la CGT.


¿Qué opinión tenés sobre las discusiones que se están dando en torno a la unidad del Movimiento Obrero y cómo entendes que sería ese proceso?

En el caso de la CTA, charlaba con algunos compañeros, ellos decidieron en su congreso del día jueves su retorno a la CGT, en el marco del planteo de unidad del Movimiento Obrero, que por otro lado también se está charlando entre los distintos sectores de la propia CGT.

Me parece un hecho muy importante que la CTA tome esa decisión, pero también es muy importante buscar algún punto de encuentro entre las distintas fracciones que la CGT tiene y que se mostraron con absoluta claridad durante estos últimos cuatro años de gobierno de Macri.

La tendencia a buscar la mayor unidad posible dentro de una CGT que incluya a todos los sectores del Movimiento Obrero Argentino, creo que es voluntad de todos. Después lo que hay que ver es en qué condiciones se da esa unidad.

Como Corriente Federal nunca dejamos de estar en la CGT pero si vemos que la verdadera unidad, la unidad que le da fuerza al Movimiento Obrero, la que puede ser partícipe de una convocatoria a un gran acuerdo multisectorial que convoque el próximo gobierno, debe ser una unidad forjada en base a un programa del Movimiento Obrero.

En su momento no integramos la conducción de la CGT, fundamentalmente, porque entendíamos que: primero no era una unidad completa en 2016; segundo que era un acuerdo entre dirigencias y grupos sindicales en lugar de una cuestión de programa, de proyecto de la CGT, de posicionamiento en cada uno de los temas que son de interés para el movimiento de los trabajadores; y también cómo nos posicionábamos frente a lo que veíamos venir que iban a ser las políticas de Macri.

Hoy hay una coyuntura distinta. Seguramente va a venir una etapa con un gobierno favorable a los intereses de los trabajadores y ahí será muy importante construir esa unidad, pero para los gremios de la Corriente Federal debe ser en los términos que lo planteábamos en 2016, eso no cambió. No pueden ser acuerdos solamente de dirigentes o de grupos sindicales sino en base a propuestas concretas.

Foto: Radio Gráfica

Por lo que señalas esto debería ser un proceso para poder generar este programa del que hablás y que sea discutido por las bases del Movimiento Obrero ¿Cuáles serían los mecanismos o canales para generar esta unidad?

Para mí hay dos etapas. En la primera etapa seguramente vamos a coincidir todos en el movimiento sindical, porque todo el sector de los trabajadores ha sido muy golpeado, golpeado por los despidos, por la pérdida del poder adquisitivo de salario y esto a su vez repercute sobre todos los sectores de la economía. Estamos viendo que a los propios empresarios PyME les preocupa esta caída del consumo, esto hace que cierren empresas. Ahí hay un gran punto que nos va a unir a todos: de qué manera detenemos esta caída de la economía, que ya el futuro gobierno ha tirado algunos elementos que son claves como la desdolarización de las tarifas que indudablemente hace recuperar el poder adquisitivo y permite que las empresas puedan generar una reactivación.

Por otro lado, claramente, comprometer a los formadores de precio a moderar el costo de los productos de primera necesidad (fundamentalmente los alimentos). Esto de por si implica una recuperación del mercado interno porque va a haber mayor capacidad de consumo. No es un proceso rápido ni automático, pero en eso vamos a coincidir todos. Eso que el futuro gobierno llama Pacto Social que nosotros preferimos llamarle Acuerdo Multisectorial y creo que no va a haber divisiones dentro del movimiento sindical.

El otro proceso es más profundo porque indudablemente, porque esa unidad se tiene que convertir en algo orgánico dentro de la CGT, tiene que haber un compromiso muy fuerte de democracia interna y que no sea sólo elegir una conducción sino que funcionen los cuerpos orgánicos, los plenarios de Secretarios Generales, los plenarios de Delegaciones Regionales (que en los últimos años han sido relegadas); y en cuando al programa, en lo concreto, significa una postura que el Movimiento Obrero va a tener frente a situaciones como la Deuda Externa (como los 26 puntos de Ubaldini), nuestra posición respecto al manejo del sistema financiero (porque si no hay posibilidad de manejar el sistema financiero con libertades va a ser muy difícil reactivar a pleno la economía), qué postura tendremos con el comercio exterior, con la integración continental.

Todo lo que hace a una línea histórica de la CGT en sus mejores momentos, en los de mayor fuerza. Desde ahí es desde donde podemos contribuir a que un proceso que defienda el interés nacional y que defienda los intereses del pueblo tenga una apoyatura como la de los trabajadores organizados, como también tendrá que ser el empresariado nacional organizado. Creemos que de los trabajadores de la economía social o popular deben ser contenidos dentro de la CGT como parte de una realidad nueva del Movimiento Obrero, porque son millones de trabajadores que están trabajando en condiciones de precariedad. Y también tenemos que tener una visión sobre el sector cooperativo, que es generador de trabajo y que tiene una participación muy importante en la economía. Esto es fundamental y va a llevar un proceso un poco más largo porque la visión de los dirigentes no es toda igual. Algunos aceptan esta lógica y otros más bien se cierran en los intereses particulares y profesionales de su sector. Esto es lo que hemos podido comprobar en los últimos años.

Foto: Radio Gráfica

Por lo que decís esto significaría ajironar la estructura y las mecánicas de trabajo para el interior de la CGT con la potencia que esta tiene para poder conquistar mejoras para todos los trabajadores…

Claro, hoy nosotros estamos dando batalla frente a la agresión que sufren muchos sectores del trabajo y de la industria nacional, pero estamos todos separados. Parecería ser que lo que nos golpea a los gremios de la industria resulta indiferente a otros sectores como los de servicios. La batalla que estamos dando en defensa de Aerolíneas Argentinas frente a una política de cielos abiertos que debilita la soberanía en ese sentido; o la que hemos planteado desde el sector de las finanzas con los compañeros bancarios. Ni que hablar de los gremios de la energía. En el caso de la Corriente Federal hemos sido muy claros con lo que significaban los tarifazos y el negocio de las multinacionales.

Lo que pretendemos es que esa organización que unifique a todos los sectores del trabajo tenga un compromiso concreto con toda la problemática del movimiento obrero. Que no sea indiferente porque todas esas cuestiones juntas y dentro de un posicionamiento muy firme del movimiento obrero hacen a la defensa de un proyecto de desarrollo nacional y social, de la defensa de la soberanía y de la independencia económica. Para nosotros es clave reconstruir ese tipo de organización sindical.

Por último ¿cómo analizás políticamente el fin del macrismo y la muy probable asunción de Alberto Fernández como el próximo responsable de la administración del Estado Nacional?

Todos somos conscientes de que vamos a partir de una situación muy, muy difícil. Una situación muy complicada, con un país prácticamente saqueado. Por eso va a haber acuerdos básicos para acompañar la voluntad -ya decidida- de el nuevo gobierno que cuanto más margen, más diferencia tenga en la próxima elección del 27 de octubre, tendrá mayor fortaleza.

Indudablemente esto luego se puede traducir en aprovechar una oportunidad histórica, porque evidentemente hay una inmensa mayoría de sectores nacionales que están siendo afectados. Un gran acuerdo multisectorial, un acuerdo que pueda ser más profundo y que plantee las bases para generar una planificación con desarrollo social y económico. Es una oportunidad histórica que no podemos desaprovechar. Por eso insistimos mucho en que ese acuerdo no puede estar cerrado a estructuras de grandes instituciones, por ejemplo a las cúpulas de la CGT y de la UIA. Tienen que participar todos: las PyMEs, los pequeños y medianos productores, el cooperativismo.

Tenemos una oportunidad histórica y es muy importante saber aprovecharla, para que lo que se exprese en las urnas después tenga una consolidación a través de un gobierno que sea acompañado en sus decisiones y sostenido por la inmensa mayoría del pueblo     cada vez que tenga que enfrentar a esos sectores minoritarios -pero muy poderosos- que indudablemente van a intentar condicionar las posibilidades de salir de esta situación, empezando por el Fondo Monetario Internacional.

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