“Nos lleváis 200 años de ventaja en la liberación del dominio español”

“Nos lleváis 200 años de ventaja en la liberación del dominio español”

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Dialogamos con el militante del Movimiento Independentista, Socialista y Feminista Vasco, Julen, con quien analizamos la situación que vive actualmente el Euskal Herria, de Cataluña, de España y de los presos y presas políticas.


¿Cómo analizás la situación actual de España?

Desde el punto de vista de un Independentista Vasco, el Estado español está cruzado por diferentes crisis, una de ellas la política que es que son incapaces de formar gobierno. No es algo nuevo, en 2017 cuando el Partido Popular (liderado por Mariano Rajoy) ganó las elecciones generales españolas, no fueron capaces de generar gobierno. Seis meses después tuvieron que organizar unas nuevas elecciones generales, en las que tampoco pudieron conformar mayoría suficiente para la conformación del gobierno, y fue gracias a que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que les dio vía libre para que finalmente se conformara ese gobierno.

Resulta que ahora el PSOE llamó a las elecciones, ganaron las elecciones generales españolas y no pueden conformar gobierno. Han intentado realizar una coalición con Podemos, que es un partido creado recientemente (2014) y no lo han conseguido por diferentes razones. Una de ellas es que Podemos se alimenta del mismo espacio sociológico tradicional del PSOE, entonces éstos los tienen como adversario o, como algunos dirigentes han afirmado públicamente, como enemigos. Por otra parte están los poderes fácticos a nivel español, que son los que sin presentarse nunca a elecciones realmente gobiernan, que no quieren de ninguna manera que Podemos llegue al gobierno. No quieren que podemos tenga acceso a muchas informaciones de cómo funciona el Estado español.

Esa vía fue rota por el PSOE y ahora está intentando mirar hacia su derecha a ver cómo pueden hacer algo para conformar gobierno. Sinceramente creo que deberán organizar nuevas elecciones generales.

¿Cómo influye la situación europea en lo que relatas?

Creo que también a nivel europeo estamos viviendo tiempos de cambios, de mutaciones, de transformaciones, de transiciones y hay que entender también estas diferentes crisis que están atravesando el Estado español en ese contexto. Esa crisis también refleja cómo está mutando todo.

El carril ideológico central de la Unión Europea es un neoliberalismo progresista. Un sistema que aplique las doctrinas neoliberales pero que también acepte algunas cuestiones de género, algunas cuestiones de derechos. Ese desplazamiento ideológico lo que ha creado es que sea muy difícil referenciar las políticas económicas y diferenciar los partidos, sean de derechas, conservadores o socialdemócratas.

El abandono de la izquierda europea de grande terrenos y de parecerse tanto a las derechas que resulta un caldo de cultivo para el fascismo, para la nueva ola fascista que se está levantando y que estamos sufriendo en Europa.


En 2011 ETA decide unilateralmente poner fin al proceso de lucha armada ¿Cómo evaluás del Proceso de Paz entre la organización y el Estado español? ¿Qué sucedió desde 2011 hasta la actualidad?

Creo que ese proceso está determinado por muchísimos factores. Uno es que ETA se ha enfrentado durante 41 años a la violencia directa estructural y cultural del Estado español, mediante la violencia, y es evidente que no te puedes enfrentar tanto tiempo a alguien que es muchísimo más fuerte que tu. Una de las lecturas que hacía ETA era que la lucha armada ya no era eficaz como instrumento político, y que el mismo instrumento se estaba agotando y estaba desapareciendo.

Los factores son muchos, también está determinado por los cambios de paradigma. En Europa sigue habiendo algo de lucha armada en el norte de Irlanda, pero la gran lucha que llevó a cabo el IRA Provisional quedó zanjada con los acuerdos del Viernes Santo del 98. El paradigma de lucha armada con el que se creó ETA, desapareció hace mucho tiempo.

ETA se constituyó en el 58, empezó la lucha armada en el 68 y había una ola mundial. La lucha armada en los procesos de descolonización, en los procesos de liberación como Cuba, Argelia, Vietnam. No estamos en “esa onda” como decís vosotros. El cambio latinoamericano también es muy importante, donde hay un cambio de paradigma de guerrillas a otro tipo de luchas políticas para tomar el poder, para tomar el Estado.

El cambio de estrategia es tan radical que por supuesto hay vascos que no lo aceptan, pero por ejemplo, este Proceso de Paz, no ha dado como resultado tan comprensible y no hay Acuerdos de Paz con el Estado español. No hay acuerdos entre la mayoría de los partidos políticos y actores sociales y sindicales del País Vasco, los presos políticos vascos siguen encarcelados, incluso el Estado español no es capaz de terminar con la política de dispersión de los presos políticos vascos (alejarlos lo más posible del País Vasco), hay muy pocos de ellos encarcelados en el País Vasco. No es capaz de desmilitarizar nuestro país, entonces el Proceso de Paz tiene muchísimos problemas.

Esa es una cara de la moneda. La otra está que el Movimiento Independentista Vasco ha doblado su apoyo popular, somos la primera fuerza en número de concejales en el País Vasco, somos la segunda fuerza en el País Vasco y en ese sentido se han hecho grandes avances. Incluso estos años estamos viviendo las mayores movilizaciones que se han conocido nunca en nuestra tierra: movilizaciones feministas, de los pensionistas (jubilados), por los derechos de los presos políticos vascos, por el derecho a decidir.

En este nuevo escenario político que se ha abierto tras la decisión unilateral de ETA de dejar definitivamente la lucha armada, de desarmarse ante el pueblo vasco y de autodisolverse el año pasado. Aunque toda esa generosidad no haya dado ningún resultado porque enfrente tenemos a unos españoles de los cuales ustedes los argentinos tuvieron que liberarse a cañonazos. Nos lleváis 200 años de ventaja en la liberación del dominio español. España ha salido de todos los sitios que ha salido, a cañonazos. Tiene un problema muy, muy, muy grande a nivel de cultura política y de cultura democrática, porque es una continuación (por otras vías) de toda la dictadura.

¿Cuál es la clave de ese cambio?

Lo que marca un antes y un después es el 20 de octubre de 2011 cuando ETA anuncia el cese definitivo de la lucha armada. Eso es lo que cambia todo. El desarme ha sido un paso más que se ha dado, pero la mayoría del pueblo vasco ya desde ese momento.

Este Estado español ha sido incapaz de sentarse, ha sido incapaz de dialogar, ha sido incapaz de firmar Acuerdos de Paz, ha sido incapaz de liberar a los presos políticos vascos, ha sido incapaz de sacar a las fuerzas de ocupación. No es una lectura que pretenda volver a 20 años atrás. Es algo que queremos remarcarlo porque ha sucedido.

Personalmente creo que a raíz de este nuevo escenario político -inédito- que se ha abierto en el País Vasco, creo que debemos intentarlo. Tenemos que intentar sumar mayorías y crear mayorías para liberarnos de la dominación del capital y de la dominación española en el sur y francesa en el norte. Apuesto firmemente por esta vía por cambios de paradigma que se han dado, internacionalmente y dentro de nuestro país. Confío que podamos dar buenas noticias a los revolucionarios de todo el mundo. No una lección de cómo hay que hacer las cosas, sino que podemos ser capaces de construir un País Vasco más justo, libre y mucho más igualitario.

Las presiones internacionales y la retórica anti-ambiental de Bolsonaro

Las presiones internacionales y la retórica anti-ambiental de Bolsonaro

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Miranda Cerdá Campano*

Los últimos incendios de la Amazonia han permitido observar el alcance de la política (anti)ambiental de Jair Bolsonaro que, desde antes de asumir como Presidente, ya se llenaba la boca hablando del fin de las sanciones ambientales, el recorte de áreas protegidas y el socavamiento de las ONG’s ambientalistas. A la cabeza del Gobierno, las promesas de campaña se cumplieron. Bolsonaro, que erróneamente enmarca la protección de bosques y los derechos humanos como impedimentos para el crecimiento económico de Brasil, es quien permite que los responsables de las actividades agrícolas y ganaderas entiendan su mensaje a modo de licencia para provocar incendios ilegales y expandir agresivamente sus operaciones en la selva.

El presidente brasileño ha hecho públicos sus intereses respecto a la Amazonia. Apenas algunos días antes del estallido del incendio en los medios de comunicación y las redes sociales, Bolsonaro afirmó en una reunión con empresarios en San Pablo que Brasil “lo tiene todo para desarrollar la región de la Amazonia” y que el estado de Roraima tendría potencial para alcanzar un desarrollo similar al de Japón “si no fuera por sus reservas indígenas” y “otras cuestiones ambientales”.

Fuente: Reuters

En reiteradas oportunidades, Bolsonaro ha criticado al Instituto Brasileño para el Medio Ambiente y los Recursos Naturales Renovables (IBAMA) como un “obstáculo para el desarrollo” y, según datos recopilados por el partido opositor PSOL, de acuerdo a registros públicos y una revisión de reportes del gobierno, al instituto se le ha recortado un 25% su presupuesto. Casualmente, entre los sectores más debilitados, se encuentra el financiamiento para la prevención y control de incendios forestales, además de haberse flexibilizado acciones contra la tala ilegal, la agricultura y minería que no cesan con la desertificación.


Temer ablandó el terreno

Durante el mandato de Lula da Silva, la política ambiental pareció revitalizarse. La disminución en los niveles de deforestación fue la muestra de que se podía proteger al medio ambiente y a las poblaciones indígenas, sin dejar de crecer en el plano económico. El programa Terra Legal, introducido por Lula en 2009, buscaba la regulación de tierras en beneficio de pequeños productores y comunidades locales.

Después del impeachment a Dilma, Michel Temer hizo lo posible por alterar el programa de manera significativa, a través de otro llamado MP 759, que ofrecía múltiples vacíos legales que beneficiaban a los usurpadores de tierras. Durante su gobierno, el ejército brasileño se encargó de pavimentar la ruta 163, conocida como “El Camino Blairo Maggi” en honor al mayor plantador de soja de Brasil, a quien Temer premió con el Ministerio de Agricultura. Pero ese no era el único galardón en su haber: Maggi, ganó el premio “Motosierra de Oro” de Greenpeace en 2005 como el mayor desforestador de cerros.

Temer preparó el terreno: aprobó diferentes decretos que facilitaban autorizaciones a empresas mineras privadas, principalmente canadienses, para la extracción de múltiples recursos de la zona amazónica.

Los pueblos indígenas, las piedras en el zapato

Los pueblos originarios y la tierra en la que viven forman un todo; es el entorno en el que todavía intentan poner en práctica la cultura del “buen vivir”; sin sus tierras, su capacidad de supervivencia, desaparece. Desde la llegada de Bolsonaro, el acoso a los pueblos amazónicos es brutal; el mismo día que el Presidente asumió su cargo, un diputado de su bancada se mofaba de las etnias indígenas: “a quien le gusten los indios, que se vaya a Bolivia”.

La explotación de la Amazonia ofrece enormes ganancias a las empresas mineras, sojeras, ganaderas, hidroeléctricas, madereras. ¿Qué pueden hacer en ese banco de oro las 305 etnias indígenas? Ya les advirtió Bolsonaro: “son como animales de zoológico que sobran y estorban”. Las agresiones oficiales a los habitantes de la Amazonia son variadas y diarias. Para el Presidente, son la razón por la que Brasil no puede desarrollar su economía y afianzarse como potencia a nivel global. La finalidad es clara: ahuyentarlos, incluso exterminarlos de ser necesario, para explotar las tierras que antes fueron selva y en las que siempre han habitado.

Antes de que se desataran los masivos incendios, una delegación indígena viajó a Ginebra para trasladar su denuncia a la ONU: “La mitad de nuestros pueblos vive fuera de su territorio. Se trata de un desplazamiento forzado, pues no podemos disfrutar de nuestro buen vivir” afirmaban en su reclamo.

A comienzos de agosto, las mujeres indígenas se movilizaron por numerosas regiones de Brasil denunciando el atropello que sufren por parte del Gobierno. Quizás, los incendios son una represalia de Bolsonaro contra del clamor de estas mujeres: un machirulo como él no puede consentir que las mujeres le griten. Mucho menos si son indias y negras.

Las presiones internacionales ¿intentos imperialistas?

Recientemente circuló en redes sociales un video en el que se muestra al entonces candidato a la presidencia, Jair Bolsonaro, aceptando abiertamente que ha tenido “aproximaciones” con funcionarios del gobierno de Estados Unidos. Lo primero que señala después de advertir que trató con ellos “algunos temas”, es que “sólo un ingenuo puede pensar que la Amazonia es de los brasileños”.

Ya instalado en la presidencia, Bolsonaro ha hecho públicas sus pretensiones de “explotar la Amazonia con Estados Unidos”, lo que refuerza la idea de que la “victoria” electoral de Bolsonaro representó un triunfo geoestratégico del imperialismo estadounidense. Que la política ambiental de Bolsonaro se asemeje a la de Donald Trump que en 2017 decidió anunciar el retiro de EEUU del acuerdo climático de París porque era tiempo de “make America great again”, no es casualidad.

Los incendios también aparecieron en la cumbre de los siete países capitalistas más industrializados. El presidente francés, Emmanuel Macron, aprovechó la situación para lanzarse como figura internacional defensora del medio ambiente. De paso, en el imaginario colectivo internacional, dejó a los países del Mercosur como incompetentes, subdesarrollados que necesitan de la tutela del mundo “civilizado” para no hacer “macanas” y anunció su decisión de oponerse al reciente acuerdo suscrito entre la Unión Europea y el Mercosur.

Las intenciones están más que claras cuando se refiere a la Amazonia como el “pulmón del planeta” y abre la puerta para la internacionalización de la región amazónica. Así operan: en el discurso, vienen a salvar los recursos naturales, son defensores de los derechos humanos y pregonan la paz. No hay que mirar mucho más allá para descubrir que los intereses son otros. Por supuesto, Macrón no habló de Japón y su cruel pesca de ballenas, de Italia y su desprecio por la humanidad frente a la crisis de los migrantes el Mediterráneo, ni de Alemania y su Bayer, propietaria de la perpetradora de las peores atrocidades, Monsanto. Sí, hacen un llamado de solidaridad con la selva amazónica, los mismos países que respaldan dictaduras, promueven y suministran armas para alimentar conflictos y destrozar Medio Oriente.

Detrás de los discursos de protección ambiental, está la intención de apoderarse de la Amazonia. Y allí también se mete Washington, como no podía ser de otra manera, para despejar el norte amazónico colindante con la reserva petrolera más grande del planeta: Venezuela. Está muy claro quién gana y quién pierde con la deforestación de la Amazonia. En ese sentido, la desidia de Bolsonaro no es insensata, tiene lógica; así como también la tiene la hipótesis de una quema deliberada.


* Periodista especializada en Sudamérica, redactora de Revista Trinchera y columnista del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata) y colaboradora de Agencia Timón
Feminismo insurgente antirracista

Feminismo insurgente antirracista

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Dialogamos con la activista afro argentina de la provincia de San Luis, Jennifer Parker, con quien analizamos las situaciones que vive la comunidad afro en nuestro país y la experiencia antirracista en argentina.


Siendo activista afro argentina y teniendo en cuenta la coyuntura ¿De qué se trata tu lucha?

Mi lucha va mucho contra el racismo. El racismo naturalizado que tiene Argentina. Me di cuenta que no puedo vivir en un lugar donde todo el día se atenta contra mi existencia y tenía que hacer algo. Qué mejor cosa que siendo negra y argentina, dije “che ¡para!” esto lo tienen naturalizado y lo vamos a cambiar. 

En relación a lo que señalas de ser una mujer negra argentina ¿Qué es lo que se vive en el cuerpo a nivel político? ¿En qué cotidianidades lo vivís? 

Como mujeres sufrimos la sexualización de les cuerpos. Como mujeres negras pasamos a ser el fetiche, como también pasa con las mujeres gordas o con las mujeres trans. También pasa que ellas sufren la fechitización.

Como mujer negra  y argentina, lo que sufro mucho y lo que no me gusta para nada es que asuman mi nacionalidad por mi color de piel, la extranjerización constante de la gente que todo el día me pregunta de dónde soy. Me pasa que hablo con un montón de gente acá en Bs. As, porque es donde vivo, y no le ando preguntando a nadie “che de ¿dónde sos?

¿Cómo es tu respuesta frente a estas situaciones? ¿Tratas de dar la discusión? ¿Cuáles son las herramientas que pudiste construir? 

No, creo que decir soy de Argentina, soy de San Luis y la gente se queda un poco shockeada al escucharlo y me dicen “¿Cómo? ¡Para! ¿De San Luis, Argentina?”. Si estuviéramos en Bahía y te dijera que soy de San Luis, asumís que estamos en  Bahía, pero supones que es Bahía de Brasil, San Luis de Brasil, por un ejemplo. 

Pero no, estamos en Argentina, si estuviese en otro lado te diría “soy de otro lado”. Siempre me dicen  “Ay pero no pareces argentina, tenés cara de brasilera”. Mi respuesta es: “¿vos pensás que los negros son solamente brasileros? ¿Por eso asumís que por ser negra no soy de acá?”, y se quedan enojados.

En relación a esta forma de militancia y en la coyuntura que vive el movimiento de mujeres específicamente con los feminismos ¿En qué tipo de feminismos te sentís reconocida o te encontrás para llevar adelante esta lucha? 

Soy mujer negra abolicionista del sistema. Realmente no creo que entre en ninguno. Entre la rama liberal o radical, creo que no entro en ninguna de las dos. No me identifico nunca con ningún grupo porque soy así de cabeza dura, siempre tengo algo de lo cual quejarme. 

¿Participaste alguna vez del Encuentro de Mujeres? ¿Te llama la atención? ¿Qué te parecen esas formas de organización?

Me gustan mucho. Lo que no me gusta es la gente que van a agredirlas. Porque he visto, que van agredirlas. Las mujeres negras argentinas hace 5 años que tenemos nuestro propio curso de mujeres afro argentinas, porque antes nos mandaban al curso de migrantes, que es pésimo y racista.

Me parece re copado. Una amiga lo está organizando y quizá toquemos en vivo. Me gusta que sea en La Plata porque es más cerca.

¿Qué encontrás en la música? 

La música me calma mucho pero también me enoja. Hace poco junto con Lua Bastro escribimos en Instagram una canción que habla de mujeres negras. Hay mucho sentimiento en esa canción. Hay enojo y amor, hay resiliencia, hay de todo.

En la música generalmente no soy de hacer trap. Pero me sume, porque mi amiga es trapera y porque me gusto. Me gusta el soul, lo calmado, lo tranqui. No me gustan los ritmos muy fuertes, porque me alteran. Trato de ir por el lado de lo más tranquilo. 

Entendiendo que como colectivo se encargan de señalar las apropiaciones culturales, que  intentan visibilizar que muchas de las prácticas, incluso la vestimenta o los peinados que utilizamos, tiene que ver con una cultura que sufrió siglos de opresión y de violencias. En el marco de la música. De hecho de mucha de la música que consumimos, no reconocemos los orígenes y si nos ponemos a investigar, tiene su origen negro. ¿Cómo combinas esas dos aristas? ¿Cómo transitas la militancia antiracista desde el lado de la música?

Más o menos, es quejarme de todo. Yo no tengo problema. No se le puede prohibir a la gente que haga música ¿no? Pero que reconozcan de donde viene, que sean antiracista y que cuando lo hagan, no ejerzan apropiación cultural. Porque pasa a ser bastante opresivo y no está bueno mirarlo.

El otro día una amiga, fue a un festival de “funk” y había pibes que estaban tocando y tenía puesta una peluca afro ¿entiendes? Eso es bastante chocante para ver. También me paso de estar en una banda y que un chabón diga “vamos a cantar <legalícenla>, así que todos nos ponemos rastas”. Eso es la banalización en persona de lo que significan las rastas, que son sagradas y no para la gente que fuman porro.

¿Cabe la posibilidad de pensar una sociedad sin racismo? De ser posible ¿cómo crees que sería? 

Realmente no quiero ser pesimista, pero sinceramente son luchas que llevan años. Si la gente afro argentina hace muchos años no hubiese empezado esta lucha antirracista y por la conquista de derechos, yo no estaría ni viviendo sola, ni hablando con vos. Estaría en una parte más retraída de la sociedad.

Creo que toda lucha tiene su recompensa y creo mucho en Argentina, porque tiene muchas leyes a favor de los derechos humanos. No me resulta imposible ver una sociedad que sea antirracista. No se trata de ser racista o no, sino racista o antiracista, esa es la solución. Y no lo veo tan difícil, tengo bastante esperanza de que cambie y se vean esas cosas.

Siempre hay alguien que empieza a querer matar gente o como pasa con el feminismo, que viene la extrema derecha y te caga tiros. Se puede, pero siempre va a haber quien no le va a gustar. No se puede complacer a todo el mundo. 

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