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Ayer Donald Trump reconoció a los Altos del Golán como territorio israelí y en este imperdible diálogo con Pablo Jofre Leal, periodista y analista internacional, analizamos eso y toda la situación en Oriente Medio a raíz de la Cumbre Tripartita entre Siria, Irán e Irak, para entender cómo las naciones libres de la región empiezan a organizarse bajo el eje de la resistencia y combatir el injerencismo de Estados Unidos y sus socios locales, como Israel o Arabia Saudí, en lo que significa una enseñanza a los pueblos soberanos del mundo.

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Pablo Jofre Leal, periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb

 

–La visita de Pompeo a Líbano tuvo varias lecturas sobre la implicancia de esta reunión dada la obstinada agresión por parte de la administración de Trump hacia Hezbollah. ¿Qué lectura haces de este hecho?

–Pompeo andaba en el Líbano tratando de ordenar el naipe de Oriente Medio. La lectura lógica es que Estados Unidos está interesado en poder seguir protegiendo a su hijo putativo en la zona, Israel, de lo que significa el avance del eje de la resistencia en la recuperación de la soberanía en Siria, primero; en el fortalecimiento del Hezbollah en el Líbano –como parte componente del eje de la resistencia–; en el fortalecimiento de lo que es el corredor que va desde la frontera de Irán hasta el Mediterráneo, y que implica tener en las fronteras de la Palestina histórica ocupada a esta fuerza del eje de la resistencia, y tenerlos cercas de los Altos del Golán.

“La visita de Pompeo fue un fracaso absoluto

Por eso, no es casual que en esta semana Estados Unidos haya nuevamente puesto el pie en una bomba de tiempo al reconocer la soberanía israelí sobre un territorio que no le pertenece, claramente, por el Derecho Internacional, por la historia y por lo que significó la ocupación a partir del año ’67. Por lo tanto, lo que hace Pompeo al visitar Líbano es tratar de orientar el trabajo político exterior del Líbano, pero se encuentra con un país que hace mucho tiempo no tiene nada que ver con Estados Unidos, que no tiene que ver ni a su política exterior ni a la manera en que se conduce. Por eso Michel Aoun, Saad Hariri y el Presidente del Parlamento, Nabih Berri, le dijeron en todas las letras que Líbano es independiente, que Hezbollah es parte componente de los movimientos y partidos políticos que conforman el Líbano y, más aún, es miembro del gobierno libanés, por lo tanto, no es un movimiento terrorista ni van a aceptar que se lo catalogue así. Los objetivos son claros, ya que, el catalogar a Hezbollah como movimiento terrorista los sindica en el ámbito internacional con la necesidad de poder sancionarlo, y poder sancionarlo de la manera que suele hacerlo Estados Unidos y sus socios: embargar, condenar, bloquear, ejecutarlo selectivamente. Así que en ese plano la visita de Pompeo fue un fracaso absoluto, no obtuvo ningún reconocimiento a ninguna de las ideas que quiso plantear, ninguna de las proposiciones que le planteó al gobierno libanés y, en ese plano, es valioso, importante y un elemento positivo para las fuerzas de la resistencia en una región donde, indudablemente, están sujetas a los embates de esta triada. Esta triada que si se los denominara como denomina Estados Unidos, son la triada del mal: el imperialismo, el sionismo y el wahabismo.

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Mike Pompeo, secretario de Estado de EEUU (izq) y Michel Aoun, presidente de Líbano, en la visita del norteamericano del 22 y 23 de marzo de 2019

 

–Mencionabas otro de los acontecimientos polémicos: el reconocimiento de Trump a los Altos del Golán como territorio israelí. Situación que la propia Siria, Irán, Rusia, Turquia, China, la Unión Europea e incluso la ONU criticaron esta postura. ¿Cómo se lee esto, además de como una provocación por parte de la administración norteamericana?

–Además de ser una provocación, es un elemento claramente de apoyo a las posturas más radicales del gobierno sionista que está en la puerta de las elecciones. El 9 de abril hay elecciones parlamentarias que van a definir el Primer Ministro. En ese plano, cada uno de los candidatos israelíes pretende presentarse ante la opinión pública, ante sus votantes como duro en la defensa de Israel. Defensa entre comillas porque estamos hablando de un país esencialmente agresivo, estamos hablando de una entidad y un régimen esencialmente agresivo. Pero hay que presentarse ante los votantes de una manera que diga que ‘el único capaz de defender a Israel de las hordas árabes, del mundo islámico, del Hezbollah, de Irán, soy yo’, quien sea el candidato, quien sea que quiera suceder o continuar en el cargo de Primer Ministro. En ese plano hay que leer la definición de Estados Unidos de reconocer la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán. Uno, provocar; segundo, darle fuerza a las posiciones más radicales diciendo ‘los Altos del Golán israelíes’ bajo los argumentos mitológicos, míticos, históricos y religiosos que Israel suele exhibir en esta situaciones. Es sabida su historia y mitología respecto a lo de ‘pueblo elegido’, ‘tierra prometidas’, ‘el gran Israel’ que iría desde el Tigris hasta el Mediterráneo. Es decir, aquí hay una construcción, una narrativa histórica absolutamente falsaria, absolutamente mítica, pero que tiene fundamentos políticos en virtud de la consolidación de este gran Israel, el continuar una hegemonía por parte de los países occidentales en la zona, principalmente Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, que no se convencen que hay un cambio en el escenario geopolítico desde que la República Islámica de Irán y la Federación Rusa entraron en apoyo de la República Siria. Esa correlación de fuerzas ha cambiado e implica que Estados Unidos trate mostrarse, ante Israel, como un defensor acérrimo frente a cualquier amenaza que pueda tener esta entidad sionista. En ese contexto hay que entender, en esa línea: provocación, consolidación de una postura agresiva –absolutamente imperial–, y consolidación de las posturas más radicales, más extremistas, más colonialistas, más racistas que tiene la sociedad israelí en este momento.

 

–Uno de los balances que se puede hacer es que hay varios factores que se están entrelazando en este momento –que pueden parecer coincidencia pero no lo son–: la visita de Pompeo a semanas de las elecciones en las que Netanyahu se postula, el petróleo siempre como un factor económico importante, las declaraciones de Trump a poco más de los cincuenta años de la Guerra de los 6 días. Todo un conjunto de factores que dejan un mensaje político muy fuerte a nivel global y las posturas de Israel y Estados Unidos para todo el mundo.

–Aquí hay elementos centrales, hay un grupo de países que pretenden que el resto de los países, los mayoritarios, se sigan humillando, se sigan postrando ante cierto poderío. Entonces, lo que ellos quieren es que el gobierno de Líbano y, en general, la sociedad política libanesa saque de circulación a Hezbollah. Sin entender un carajo de lo que sucede en Líbano, porque aquí de Pompeo y del gobierno estadounidense hay ignorancia y hay desconocimiento de lo que significa Hezbollah para Líbano. Hezbollah es un movimiento, una fuerza política. Si Líbano es hoy independiente, es gracias a Hezbollah por haber sido el movimiento que derrotó a las fuerzas sionistas en el año 2006, en la Guerra de los 33 días, donde lo derrotó ampliamente y que ha significado, desde entonces, el temor y el terror israelí al fortalecimiento del Hezbollah. Por eso Israel mezcla al Hezbollah, con el chiismo e Irán, porque sabe que el fortalecimiento de este eje de la resistencia lo debilita, ya que, funciona en el ámbito y en la línea de eliminar para siempre el sionismo de Oriente Medio. Hablo del sionismo como ideología política, como movimiento político porque, en general y sobre todo en Argentina, deben saber de esta tendencia de la propaganda y la explicación de la hasbará sionista de tratar de asimilar el anti-sionismo con el anti-semitismo y el anti-judaísmo. Aquí hay que ser muy claro: cuando uno es anti-sionista está hablando del anti-sionismo en función de la ideología política, de las actividades y conductas que hacen a la ocupación y el colonialismo de Palestina, las posturas agresivas contra Líbano, contra Siria. Eso es el sionismo y, entonces, cuando Hezbollah o el eje de la resistencia se plantea la eliminación del sionismo es como forma, como movimiento e ideología que, desde el año 1948 a la fecha, lisa y llanamente se ha expandido, ha agredido y ha generado influencias malsanas en la zona. Si hay alguien que genera inestabilidad en la zona no es Hezbollah, no es Irán, es precisamente Israel y el sionismo.

“Cuando se asesinan musulmanes el mundo calla, no se prenden las luces en el Ópera House de Sídney, no se prenden las luces en la Torre Eiffel ni en el Arco del Triunfo, no hay ‘je suis chiita’, ni ‘je sui libanés’, ni ‘je sui palestino’

En ese plano hay que entender todo lo que está sucediendo con los Altos del Golán, con los asesinatos de más de doscientos palestinos desde el 30 de marzo de 2018 a la fecha. Se va a cumplir un año de la Marcha del Retorno, más de doscientos asesinatos a manos de francotiradores israelíes situados en la frontera artificial entre la franja de Gaza y la Palestina histórica. Sin embargo, el mundo, la comunidad internacional, las organizaciones internacionales mutis por el foro. Esta semana recién el Consejo de Derechos Humanos de la ONU condenó a Israel por los asesinatos en la franja de Gaza. En cambio, cuando se trata de Venezuela, cuando se trata de Nicaragua o Bolivia, cuando se trata de condenar a gobiernos que no le son afines a Estados Unidos y sus socios, simplemente se hacen conciertos internacionales, se hacen reuniones internacionales, se forman foros regionales como el que se acaba de organizar en Chile, el PROSUR, para desestabilizar a Venezuela. Es decir, hay movimientos de los poderes hegemónicos cuando se trata de sus enemigos, pero cuando se asesinan musulmanes, cuando se asesina al pueblo palestino, cuando se ejecutan asesinatos como los de 49 fieles musulmanes en Nueva Zelanda, el mundo calla, no se prenden las luces en el Ópera House de Sídney, no se prenden las luces en la Torre Eiffel ni en el Arco del Triunfo, no hay ‘je suis chiita’, ni ‘je sui libanés’, ni ‘je sui palestino’, y eso muestra también la tendencia hipócrita que tiene la comunidad internacional, a través de sus organismos internacionales, cuando se trata de Oriente Medio, cuando se trata de Siria, Líbano y Palestina, específicamente.

 

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Barham Salih (izq), presidente iraquí, junto a su homólogo iraní, Hasán Rohaní, en la visita a Irak del 11 de marzo de 2019

 

 

–Recién mencionabas al eje de la resistencia. Hubo dos hechos que me parece que marcaron la semana que pasó y la anterior también, que tienen mucho peso para lo que va a ser la región. Uno es la visita de Rohaní, el presidente iraní, a Irak a recomponer relaciones. La otra es la reunión de los altos mandos que se dio en Siria que recibió a autoridades de Irán e Irak. Dos hechos que pueden marcar el camino que va seguir la región teniendo a Irán como una de las puntas de lanzas en este eje de la resistencia.

–Indudablemente la visita de Hasán Rohaní a Irak es fundamental para estrechar lazos entre dos países hermanos, con una historia muy cercana, con cercanías religiosas –la población mayoritaria de Irak es chiita– más allá de las mínimas diferencias religiosas que se tienen, porque lo que se ha tratado es profundizar las diferencias entre chiitas y sunitas, presentando los problemas de Oriente Medio como si esto fuese una lucha religiosa, obviando interesadamente que se trata de una lucha por intereses geopolíticos, hidrocarburífero, oleoducto, gasoducto. Rohaní le dice al mundo ‘miren, yo no tengo diferencias con Irak, somos países hermanos, viajo a Irak, firmo protocolos de acuerdo y le digo a Irak que nuestra lucha es contra el terrorismo, contra el sub-desarrollo, por afianzar relaciones entre dos países que son importante en Oriente Medio’. En ese plano, sin dudas, es una tremenda enseñanza para el resto de los países del mundo, porque recordemos que entre el año 1980 y el 1988, Irak, bajo mandato norteamericano y occidental, invadió Irán. Una guerra de ocho años que generó más de un millón de muertos, que destruyó gran parte de la infraestructura industrial iraní. Sin embargo, al cabo de pocos años, Irán es capaz de entender y de decirle a Irak que eso fue un momento histórico, que ahora necesitan seguir siendo países hermanos y necesitan desarrollarse, porque el enemigo se llama terrorismo, se llama Estados Unidos, se llama sionismo. Por eso es fundamental la visita de Rohaní. Como también lo es que fuerzas conjuntas, militares y políticas, se reúnan en Damasco y entre Siria, Irán e Irak, digan lo mismo: tenemos reuniones para coordinar acciones que fortalezcan la lucha contra el terrorismo. A través del eje de la resistencia esa lucha contra el terrorismo ha mostrado su eficacia, desde que se invade Siria a través de fuerzas terroristas abaladas, financiadas, organizadas por occidente. Se conoce y se sabe, no es teoría conspirativa, que Daesh, Frente Al-Nusra –acutal Frente Fath Al-Sham– fueron creaciones, más de seiscientas organizaciones terroristas armadas y financiadas por occidentes a través de dos testaferros, de dos títeres regionales: Israel y Arabia Saudí, que crearon estos grupos, que fortalecieron la llegada de mercenarios a Siria, más de ciento cincuenta mil mercenarios de Chechenia, de Yemen, de Libia, de países europeos –el 10% de mercenarios que combatieron y que combaten contra el gobierno y la sociedad siria son de origen europeo: belgas, alemanes, suecos, españoles, franceses–. Que se reúnan en Damasco, entonces, el eje de la resistencia, le dice también al mundo ‘nosotros tenemos capacidad de coordinarnos, capacidad de combatir y capacidad de derrotar a cualquier fuerza por más apoyo y avales que tenga de las principales potencias militares del mundo’. Es una tremenda llamada de atención y creo que para aquellos que creemos en la soberanía, en la autodeterminación de los pueblos, es un mensaje muy claro que es posible derrotar al imperialismo, que es posible derrotar al sionismo y que es posible derrotar también a culturas e ideologías tan extremistas como el wahabismo saudí.

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