Por Nicolás Sampedro*
Muchas veces se ha insistido desde el programa en la necesidad de comprender que lo que sucede en Argentina, siempre está conectado con lo que sucede en el resto del mundo, como mínimo con lo que pasa en la región. Y cada vez que se acerca una nueva conmemoración 24 de marzo (este año la 43), volvemos a abrir el cofre de los argumentos y los ponemos sobre la mesa. Un ejercicio de memoria sumamente necesario, pese a que haya quienes siguen pretendiendo negar lo innegable.
La última dictadura cívico-eclesiástico-militar, como se ha dicho en reiteradas oportunidades, estuvo enmarcada en un plan sistemático de cambios políticos en la región. Financiado por el gobierno de los EEUU, este plan tuvo como objetivo, la instalación de proyecto económicos neoliberales, afines a la entrega y el saqueo de las naciones, con el fin de garantizar mercados, ganancias económicas siderales y el abastecimiento de bienes comunes (fundamentalmente energéticos) para los EEUU. Implementación de la Doctrina del Shock, según la periodista canadiense Naomi Klein.
No importaron las vidas de miles de personas, no importaba si se destruía el futuro de las generaciones que vendrían, no importaba nada, sólo las ganancias y el comprometer a las naciones sudamericanas a seguir los designios de Washington. El shock de la “guerra contra la subversión sería la excusa ideal para generar el miedo necesario para modificar los estados. Luego vendrían los gobiernos neoliberales que continuaron con el plan sistemático de saqueo hasta que la situación explotó en cada uno de los países. Cada uno con su particularidad.
El Plan Cóndor fue un trabajo coordinado por las fuerzas de los países del Cono Sur, comandados por los EEUU y su ideólogo Henry Kissinger, en el marco de la Guerra Fría, disputa mundial entre los norteamericanos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que dejó miles de asesinados, miles de desaparecidos y cientos de miles de detenidos.
Muches han sido quienes han investigado y denunciado el accionar de esta trama de relaciones que costó la vida de miles de personas. Sin lugar a dudas una de las referentes en la materia ha sido Stella Calloni que “señala en el capítulo sobre los antecedentes de la Operación Cóndor que el descubrimiento de los Archivos del Horror permitió, “como en un maldito juego de ajedrez de la muerte”, acceder a documentos oficiales y comprender el papel de los gobiernos dictatoriales y el rol permanente de la CIA y otras instituciones estadounidenses.”
Salteando lo por todes conocido, en la actualidad vuelve a haber un reflujo de injerencia norteamericana en la región. Rafael Correa, Cristina Fernández de Kirchner, Dilma Rousseff y otres ex mandatarios han mencionado en o al menos deslizado la idea de un nuevo Plan Cóndor en la región. Ya no bajo la amenaza de golpes militares (no los han necesitado), sino utilizando a los poderes judiciales, a los medios de comunicación y las redes sociales como las plataformas para la agresión. La combinación de Lawfare y Fake News que varies han venido denunciando.
Se ha hablado en este programa en reiteradas oportunidades sobre la Guerra de 4ta Generación que mencionaban por ejemplo Jorge Beinstein, o de la Guerra Híbrida que mencionan analistas como el venezolano Vladimir Adrianza, o Guerra Contrainsurgente como las cataloga Stella Calloni, o la Guerra Psicológica de la que habla Fernando Buen Abad.
Los soldados, generales, almirantes, tenientes, coroneles y demás miembros de las Fuerzas Armadas de nuestros países que antaño se formaban en Panamá en la Escuela de las Américas, hoy son fiscales, jueces/zas, periodistas, blogueros/as, abogados/as que concurren a formaciones periódicas, a pasantías, a foros, a encuentros, etc. Tanto en EEUU como en las embajadas del imperio en cada una de las naciones del continente. Sin ir más lejos ahí se puede colocar la foto de la que habló en estas líneas editoriales la semana pasada. Patricia Bulrich, Eduardo Casal, Pablo Noceti, Gerardo Milman, Juan Manuel Olima Espel, y varies otres que asistían al taller donde compartían experiencias en la lucha contra el terrorismo junto al embajador gringo en argentina, Edward Prado.
El caso de espionaje que destapó la causa en la que se investiga a Marcelo D´Alessio y a Stornelli entre otres no da una idea mínima de las redes de espionaje e intervención que tiene el imperio desperdigado por el continente. Las operaciones como la de la fotocopia de la fotocopia de los cuadernos contra CFK o la operación Odebretch en Brasil contra Lula pero que se utilizó en otros países de la región dan cuenta de cómo utilizan a los poderes judiciales, a los medios de comunicación y a las redes sociales, como teatro de operaciones para sacar del medio a opositores políticos que no podrían derrotar en las urnas.
Lo mismo podemos decir de los golpes “institucionales” a Fernando Lugo en Paraguay, a Mel Zelaya en Honduras, a Dilma Rousseff en Brasil, la persecución a Correa en ecuador, la andanada de mentiras y barbaridades que se dijeron sobre López Obrador en México en la previa a las elecciones, y se podría seguir toda la tarde. Mucho más complejo y descarado es lo que hacen con la Venezuela Bolivariana que encabeza Nicolás Maduro donde ya sin tapujos los alfiles del imperio muestran sus dientes: Abrams, Bolton, Pompeo, Pence o el propio Trump, todos vociferando y reconociendo estar a la cabeza del intento de derrocamiento del chavismo.
La región en su conjunto es un territorio en disputa. Los EEUU operan permanentemente en todo el continente, buscando que todos se alineen a sus políticas, en este momento histórico, debido a la disputa por sostener la hegemonía mundial que lo enfrenta fundamentalmente a China y Rusia. Si no se comprende este escenario, la región estará destinada a repetir los mismos errores y padecer las mismas situaciones de hambre y miseria.
Afortunadamente hoy estamos en mejores condiciones que en los 70, 80 o 90`s. Recientemente la región ha vivido proyectos políticos que mostraron que había otro camino posible, que se podía pensar recuperar nuestras raíces profundas y reivindicar a Bolívar, a San Martín, a Artigas, a Manuela Beltrán y Bartolina Sisa, a Tupac Amaru y a miles de compañeres que dieron su vida por la emancipación de este continente, que pensaron a toda Nuestra América como una sola Patria Grande al estilo de José Martí, de Manuel Ugarte.
Hace mucho tiempo que el imperio le declaró una guerra a perpetuidad a los pueblos del mundo. Y particularmente en Nuestra América se lo vive de cerca porque los gringos creen que son dueños de este continente, que es nuestro territorio, nuestra casa. La pregunta existencia que atraviesa este momento histórico es ¿Qué estás dispueste, dispuesta, dispuesto a hacer para defenderla? Porque estamos en guerra, aunque las bombas sean puro humo
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* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), productor general del programa La Marea (FM 90.5 Radio Futura), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.