Revolucionar la cultura es romper los patrones

Revolucionar la cultura es romper los patrones

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Nicolás Sampedro*

Hace casi un año, el comunicador, cineasta y doctor en filosofía mexicano, Fernando Buen Abad Domínguez, escribía un artículo titulado “La muerte de la privacidad que nunca tuvimos”. El colega lanzaba una bofetada en la cara a le lectore en la primera frase del escrito: “Los patrones no respetan privacidades”.

Una palabra –patrones– que grafica dos hechos íntimamente relacionados con las formas de dominación que se padecen en la actualidad. Concepto que habla de los dueños, esos que Marx señalaba como quienes poseen los medios de producción. Por otra parte, el concepto “patrones” hace alusión a comportamientos que son recurrentes dentro de un conjunto de datos mayor.

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Por un lado están los dueños de esas redes social (de Facebook, Twitter, Google, Amazon, Appel) y por el otro están esos datos, esa información que se repite en un mundo mucho más amplio de informaciones y de datos como es la red de redes que es internet.

Lo cierto es que, compartiendo el análisis de Buen Abad, internet y las redes sociales se han vuelto no sólo un elemento cotidiano de la vida de gran parte del mundo, sino también en una herramienta de guerra ¿Algune de ustedes se había preguntado acerca de los intereses ocultos de esto que está tan naturalizado que se llama internet?

Demás está decir que internet y las redes sociales permiten acercar realidades que difícilmente se podrían alcanzar sin su existencia. Como señala el investigador del Centro Mundial de Estudios Humanistas, Javier Tolcachier, “internet constituye hoy ya el principal campo de interacción, de generación y distribución de contenidos. Esto en sí, la convierte en espacio central de disputa entre control y libertad, entre usina de manipulación y coacción de la intencionalidad humana o elección plena de sentidos”. Pero la red de redes, no fue creada para ello y no se utiliza sólo para interconectarnos y si no se comprende que el manejo discrecional de la información es un arma de guerra, se estará frente al peligro de no reconocer a los enemigos, con lo que eso significa.

En un informe realizado por la multiestatal TeleSur, durante 2018 hubo cinco grandes fake news que tuvieron a las redes sociales como plataformas de circulación: La bodega del ex candidato presidencial colombiano Gustavo Petro; la “crisis migratoria” en Venezuela; la supuesta influencia y respaldo a AMLO de Venezuela y Rusia en las elecciones presidenciales de México; la situación de protestas en Nicaragua; y la disputa electoral entre Bolsonaro y Haddad en las presidenciales brasileñas.

enterTodos elementos que hacen a la construcción de imaginarios, de realidades, de opiniones, que hasta ese momento parecen no llegar a mayores. Obviamente tienen mucho peso porque pueden ser factores determinantes para una nación, como sucedió en el caso brasileño donde ese tipo de operaciones terminaron favoreciendo a que hoy gobierno (al menos por ahora) un protofascista que está cuasi destruyendo a ese país.

Relacionado con el manejo de la información y con cómo operan en la realidad cotidiana, quizás el escenario más escandaloso es el que se está viviendo en Argentina. Donde la investigación judicial que se lleva adelante contra el Fiscal Stornelli, pone en evidencia no sólo una red de espionaje de magnitudes siderales, sino la injerencia extranjera (de EEUU) en la vida política de esta nación, además del vínculo directo que tienen el poder judicial, los servicios de inteligencia y los medios de comunicación. La operación -mal llamada- “de los cuadernos” (que en realidad es de las fotocopias) y que ha generado decenas de miles de títulos, twits, videos y memes, y que circulan por las redes sociales construyendo sentidos; se viene a pique con cada nueva información.

Lo tragicómico es que mientras el fiscal Ramos Padilla se encontraba en el Congreso de la Nación exponiendo ante les legisladores, en la embajada gringa, la ministra de Seguridad Patricia Bulrich, el jefe interino de los fiscales Eduardo Casal y jueces y fiscales (a quienes la investigación) daban inicio a una actividad con el embajador yanqui, Edward Prado. Un “taller para compartir experiencias sobre el combate contra el crimen transnacional y el terrorismo”, según la propia embajada.

Decía Buen Abad en su nota: “Detrás hay grandes negocios y el capitalismo, que se convirtió en maestro del espionaje en tiempo real, puso a uno de sus sirvientes mayores a dirigir la causa negra del espionaje desde la Casa Blanca. Sonría “nos están filmando”. ¿Es esa una novedad?”

Estamos frente a lo que desde hace varios años decenas de analistas (incluso algunos gobiernos) vienen señalando como las peligrosas mutaciones que ha tomado la guerra. Guerra de Cuarta Generación diría Jorge Beinstein, Guerras Híbridas o Guerra Psicológica dirían otres, o Guerra Contrainsurgente diría Stella Calloni. Lo cierto es que el ciberespacio se ha vuelto elemento clave en las forma de disputa de poderes.

GUERRA-EN-INTERNET-REDES-SOCIALESSin lugar a dudas quienes hoy padece con mayor virulencia estas guerras de nuevo tipo, son les hermanes venezolanes. Atilio Borón hablaba recientemente de Guerra de Quinta Generación con el reciente apagón del sistema eléctrico de ese país. Un par de hackers que desde un lugar remoto ingresan en el sistema eléctrico y lo hacen fallar. ¿Se imaginan qué pasaría en Argentina si durante cinco días no hubiese electricidad? ¿Dimensionan las pérdidas millonarias o incluso la cantidad de vidas que se pueden perder?

Pero en esa misma intervención el politólogo y sociólogo argentino también mencionaba el apagón casi mundial de redes sociales (conocidas bajo la famosa sigla GAFA y que son todas de propiedad gringa) que hubo este miércoles. Seguramente muches de les usuaries se preguntaron por qué durante todo el día facebook tardaba en cargar o wasap no mandaba audios o archivos. Borón lo atribuye a una respuesta a los ataques de EEUU sobre Venezuela, en el marco de esta Guerra de 5ta Generación, que demuestra la vulnerabilidad gringa. “Fue un mensaje, un llamado de atención” sostiene el argentino.

Para no extender demasiado estas líneas, y retomando a Buen Abad, se insistirá en que “necesitamos una revolución cultural que además de combatir la producción, distribución y consumo de informaciones falsas, consolide el derecho social a la Cultura, la Comunicación y la Información emancipadas y emancipadoras. Que habilite a los pueblos a controlar directamente la producción de la tecnología en sus “hardware” y en sus “software”. Revolucionar la producción de los algoritmos para garantizar un proyecto de igualdad e integración hacia una alfabetización mediática capaz de ayudar a desarrollar tecnología soberana y habilidades pertinentes para democratizar la producción de la información. De inmediato.”

* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), productor general del programa La Marea (FM 90.5 Radio Futura), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Héctor Bernardo: ”Después que Trump anunciara que va a acabar con el socialismo, Cuba aprueba la nueva constitución que remarca el carácter socialista de la revolución”

Héctor Bernardo: ”Después que Trump anunciara que va a acabar con el socialismo, Cuba aprueba la nueva constitución que remarca el carácter socialista de la revolución”

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

En el 60° aniversario del triunfo de la revolución cubana y en un contexto de agresiones contra la isla y distintos países de Nuestra América por parte del gobierno de Donald Trump, el pueblo de Cuba aprobó, mediante una consulta popular, la reforma de su Carta Magna. Para entender el significado de esta nueva demostración de fortaleza del proceso revolucionario, dialogamos con Héctor Bernardo, periodista de Diario Contexto, analista internacional y docente.

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Héctor Bernardo

 

–Al proceso de reforma constitucional que se dio en Cuba es interesante analizarlo en el contexto de agresiones que nuevamente surgen hacia la isla, en conjunto con Nicaragua y Venezuela.

–Además, es muy significativo que una semana después que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunciara que va a erradicar el socialismo de toda América Latina, Cuba votara en un referéndum, el pueblo cubano aprobara la nueva constitución que remarca el carácter socialista del proceso cubano. Mientras agoreros como Trump vuelven a anunciar el fin del socialismo –como ya lo hizo Ronald Reagan en los ’80 o Fukuyama en los ’90–, Cuba le dice nosotros somos socialistas, vamos a seguir siéndolo, vamos a hacer todos los cambios que sean necesarios para poder adaptarnos a las nuevas realidades, para poder seguir avanzando en el camino que elegimos, pero vamos a seguir siendo socialistas aunque a Trump no le guste.

–Una de las cosas que también desmitifica este proceso es la gran participación. Más del 86% del padrón efectivamente fue a votar. Lo que muestra un alto porcentaje teniendo en cuenta los procesos electorales que no llegan a superar el 50%: Chile o el Estados Unidos de Trump.

–O la propia Colombia. Además, el proceso de reforma constitucional cubano fue un ejemplo casi único y digno de tomar respecto de la participación de su pueblo en ese proceso. Se trabajó en un ante-proyecto durante varios años, alrededor de cinco años se estuvo trabajando en un anteproyecto de constitución. En abril de 2018 se anunció que estaba en marcha este proceso de reforma constitucional. En agosto de 2018 se lanzó el anteproyecto llevándolo a discusión en todo Cuba. En clubes, en escuelas, centros comunitarios se llevó este anteproyecto realizado por expertos que reformaba casi en un 80% la constitución anterior. Se la discutió a lo largo y a lo ancho de toda la isla, se sugirieron cambios, los cambios más votados se tomaron por la Asamblea Nacional. Un proceso muy similar al que hubo con la Ley de Medios en Argentina, ese proceso de discusión que hubo a lo largo del país con asambleas y trabajo en los clubes. Bueno, igual, pero en lugar de estar discutiéndose una sola ley, se estaba discutiendo toda la constitución, se discutieron todos los artículos. Hubo artículos, por ejemplo, como el del matrimonio igualitario, que estaban en el anteproyecto y que –más allá de lo que pensemos, en mi caso me hubiera gustado que ese artículo se apruebe– la mayoría de los cubanos no apoyaron ese artículo y hubo que sacarlo. Hubo otros que fueron modificados y luego de esa larga discusión, de agosto a diciembre, se volvió con el anteproyecto a la Asamblea Nacional del Poder Popular, se volvió con los cambios que sugería la gente, se lo discutió y, en abril de este año, se votó la versión definitiva a ver si la gente lo aprobaba. Y, como vos decías, un amplio nivel de participación que los primeros números indicaban un 82%, pero cuando estuvieron las versiones finales se demostró que la participación había sido superior, cerca del 90%. De ese total, un 86% votó a favor de la nueva constitución que, a pesar de no haberse aprobado el matriomonio igualitario, sí remarca que no se puede hacer ningún tipo de discriminación por orientación sexual o identidad de género, y remarca que todo ciudadano tiene derecho a constituir una familia y da por sentado, más que dar por sentado está en la letra dura de la constitución, que se le da valor a todo tipo de familia por igual, no sólo a la concebida por dentro del matrimonio.

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–Respecto a los cambios en la esfera económica, se habló mucho de la propiedad privada. ¿Qué cambios ves que se dieron en este sentido?

–Los cambios que se dan en la esfera económica son cambios que ya se habían discutido hace más de diez años, cuando Cuba había empezado a discutir los nuevos lineamientos económicos del país. Ahora se incorporan legalmente a la letra dura de la constitución. Entre ellos las nuevas formas de propiedad que acepta el Estado cubano. Entre ellas la propiedad privada, la propiedad comunitaria y la propiedad estatal. Son formas nuevas que también intentan, entre otros aspectos, fomentar la inversión extranjera en la isla, siempre regulada por el Estado pero, también, la posibilidad de que los ciudadanos con pequeños recursos puedan tener su propiedad privada.

–Sin lugar a dudas es un ejemplo más que nos brinda Cuba al resto del continente. Los cambios de paradigmas o de normas jurídicas, en este caso la Constitución, cuán importante ha resultado este proceso cuando las derechas aparecen nuevamente y lo hacen a través de los votos.

–Además este cambio se da, ni más ni menos, en el aniversario 60 de la Revolución Cubana. Estamos transitando el año el 60 aniversario del triunfo de la revolución. Cuba remarca su carácter socialista, actualiza sus paradigmas al contexto que estamos viviendo hoy. Tiene un nuevo presidente y a eso hay que remarcarlo porque muchos creían que cuando ya no hubiera un Castro en la presidencia Cuba iba a perder su carácter socialista o iba a dejar de funcionar la Revolución, por decirlo de alguna manera. Hoy el presidente es Díaz-Canel, que fue elegido en abril de 2018 por un período de cinco años, que en el 2023 puede presentarse para una reelección, pero puede ser reelegido sólo una vez. Que muestra un cambio generacional que renueva a la Revolución porque tiene 59 años y Raúl Castro, que es el más joven de los que integraron aquella revolución triunfante en el ’59, ya tiene 87 años. Díaz-Canel es parte de ese cambio generacional, nació después del triunfo de la revolución. La mayoría de los diputados, el 80% de los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular nacieron después del triunfo de la revolución. El 50% de quienes integran la Asamblea son nuevos diputados, diputados por primera vez. El 53% de esa Asamblea son mujeres diputadas. Cuba es el quinto país en el mundo con más cantidad de mujeres en su poder legislativo. Hay un montón de cambios, un montón de aspectos que ponen a Cuba al frente, tratando de pensar en el futuro mientras hay discursos retrógrados como el de Donald Trump, que quieren volvernos a la década del ’60 y la guerra fría.

Castremos al imperialismo patriarcal

Castremos al imperialismo patriarcal

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

Por Ana Valenzuela* y Nicolás Sampedro**

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La semana pasada se recordó no sólo los seis años del paso a la inmortalidad del Comandante Eterno Hugo Chávez Frías, sino también el Día Internacional de las Mujer, el día de lucha donde millones de mujeres salimos a las calles en todo el mundo y gritamos fervorosamente, puños al aire y pies firmes… por la reivindicación de nuestros derechos.

Quizás, si observamos de manera aislada estos hechos parece no tener relación, pero dado que el 15 de noviembre de 2011, Chávez se reivindicaba como feminista y que sostenía que el proceso bolivariano, además de ser socialista debía ser feminista, ya que el sistema capitalista es históricamente de estructura machista.

En una primera aproximación quizás sería interesante mencionar los dichos de la antropóloga argentina, Rita Segato, quien sostiene que la opresión y la violencia hacia la mujer es comparable geopolíticamente con la prepotencia bélica, la invasión territorial y hasta las mismísimas guerras lanzadas desde las potencias coloniales occidentales (hoy EEUU, antes las naciones coloniales europeas) hacia los países de la periferias o hacia quienes se opongan a su plan de enriquecimiento y dominación.

Tal vez esto sirva para comprender la situación de violencia sistemática y multidireccional que vive la hermana República Bolivariana de Venezuela, desde la llegada de Hugo Chávez al gobierno allá por 1998.

Puede que ahora se pueda asociar el carácter autoritario, misógino y machista del presidente norteamericano Donald Trump, y la feroz embestida que realiza junto a Mike Pompeo, John Bolton y Elliott Abrams contra la revolución bolivariana, contra la heroica Cuba de Fidel, Camilo y el Che, y contra la Nicaragua Sandinista. La Troika del mal, según Bolton.

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Acaso esa analogía permita comprender por qué a los machirulos de la Casa Blanca, en Washington, les molesta tanto que el gobierno bolivariano se niegue a entregar su soberanía; que se resista a dejar de construir viviendas populares y que proyecte llegar a las 3 millones de casas entregadas en revolución; que pese a todas las dificultades, garantice la alimentación a más de 6 millones de familias a través de los  Comités Locales de Abastecimiento y Producción, o CLAP; que siga coordinando con Cuba en la formación gratuita de miles de médicos y médicas de todas partes del mundo, (no por nada la hija de una ex presidente de la Nación elige tratar su enfermedad allá); o que siga fomentando el desarrollo del Caribe a través de las políticas de Petrocaribe.

Quizás esta comparación nos sirva para asemejar la violencia que ejerce un machista sobre una mujer cuando le dice que no, a la que ejerce el imperio norteamericano contra el pueblo venezolano que está resuelto a ser libre y a no dejarse pisotear.

Quizás esto mismo, también sirva para comprender el accionar de gobiernos como el de Canadá, Colombia, Brasil, Chile, Paraguay, Ecuador o la propia Argentina. Dignos hijos sanos del patriarcado que (también parafraseando a Segato), cumplen con su mandato de masculinidad y callan, omiten, justifican, reproducen y obedecen, los designios del macho alfa.

La opresión y violencia patriarcal, colonialista y capitalista representada en los Estados Unidos de Trump, implementando desesperados esfuerzos por derrocar al gobierno de Nicolás Maduro y a la revolución bolivariana que con sus errores y aciertos, pretende garantizar una vida digna para la humanidad donde primen la equidad, la justicia social, la libertad…

Tal vez esa desesperación es como la del macho, que ve que día a día son más las personas que nos cuestionamos los mandatos patriarcales, cada vez más quienes repensamos sus prácticas y buscamos cambiarlas, sean extrapolable a quienes criticamos la opresión y el saqueo imperial, quienes rechazamos todo tipo de injerencia externa en los asuntos de una nación soberana, quienes rechazamos al capitalismo, al patriarcado y al colonialismo.

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Venezuela resiste a la embestida del machirulo promedio. Ese grandote que dos por tres mira para otro lado, que cree tener el control sobre todes les demás vecinos del vecindario. Ese grandote que cual paralelismo entre David y Goliat, hará más ruido al caer. Porque que se va a caer, se va a caer… y porque ¡La Revolución Bolivariana vivirá y vencerá!

*Periodista, conductora del programa La Marea (Radio Futura FM 90.5), redactora de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón

** Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), productor general del programa La Marea (FM 90.5 Radio Futura), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

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