De este lado, siempre habrá un pueblo organizado

De este lado, siempre habrá un pueblo organizado

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Miranda Cerdá Campano*

Hace dos años, Lenín Moreno llegaba a la Presidencia de Ecuador con la promesa de darle continuidad al proyecto político impulsado por Rafael Correa. Ese proyecto se vio traicionado por una serie de políticas que lo hicieron situarse en el grupo de los gobiernos conservadores de América Latina, aliados al imperio yanqui y sus políticas, tomando medidas que niegan una construcción sostenida por años.

A principios de este mes, Lenín Moreno anunció un paquete de medidas económicas consecuentes con el acuerdo que firmó en marzo con el Fondo Monetario Internacional. Por cadena nacional, el mandatario ecuatoriano anunció que se eliminaría el subsidio a las gasolinas y delineó reformas laborales y tributarias que benefician a los grandes grupos económicos en desmedro de los sectores trabajadores.

Bienvenido sea el Imperio

A mediados de 2018, con las visitas de altos funcionarios estadounidenses como Keith Mines, de la Oficina de Asuntos Andinos del Departamento de Estado, y del ex secretario de Estado, Thomas Shannon (en el marco de sus giras en contra de Venezuela), se aceleró la reedición de relaciones de buenos amigos entre los Gobiernos de Moreno y Trump, y Ecuador aceptó las líneas de cooperación económica y estratégica basadas en la “lucha contra el narcotráfico y la corrupción” y la “inversión extranjera”.

Ambas administraciones firmaron un memorándum de entendimiento y un convenio de cooperación que permitía a la Administración para el Control de Drogas yanqui (conocida con las siglas DEA) y al Departamento de Inmigración a actuar en territorio ecuatoriano. El acuerdo se produjo a pocos días de que en la frontera norte del país sean secuestrados y posteriormente asesinados a manos de un grupo delincuencial colombiano, los periodistas ecuatorianos Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra. Las presiones internas por ese hecho y la ofensiva diplomática estadounidense, iniciada unos meses antes, logró el retorno de las operaciones militares de la DEA, el FBI y otras agencias extranjeras a territorio ecuatoriano, bajo la excusa de la lucha contra las drogas en un país donde no existen cultivos, ni tampoco una profunda vinculación en el circuito económico del tráfico.

Si había algo seguía obstaculizando las relaciones con el imperio, era el asilo político otorgado a Julian Assange durante el gobierno de Rafael Correa. El fundador de Wikileaks no sólo era un hombre “peligroso” para Estados Unidos, también incomodaba a Lenín Moreno con algunos cables de cuando este era vicepresidente, que el portal publicó.

Los documentos daban cuenta de una preocupación excesiva de los EE.UU. por los problemas de salud de Moreno, que por entonces parecían impedirle su candidatura a la presidencia en 2013, como reemplazante de Correa. Esos cables confidenciales también muestran que la embajada estadounidense en Quito tenía como informantes a personas muy cercanas al actual presidente: eran los encargados de informar sobre la evolución de sus decisiones en relación a su posible candidatura presidencial.

¿Fueron dichos cables la razón del abandono de Assange por parte de Lenín Moreno? ¿O fue la renovada amistad entre Ecuador y EE.UU.? Quizás sea una mezcla de ambas cosas. Lo cierto es que esta decisión, junto al cambio de política respecto de Venezuela, le facilitó a Ecuador el acceso al préstamo de 4.200 millones de dólares del FMI.

Se agotó el discurso del odio

Como sucede en Argentina, durante todos estos meses Moreno agitó las banderas de que “todo es culpa del Gobierno anterior” y que “el pasado no va más”. Creyó que el respaldo de los medios de comunicación, la banca y las oligarquías de Quito y Guayaquil le permitirían sostenerse en la Presidencia. Pero lo que vive Ecuador es una crisis democrática de representación: la sociedad no siente que el Gobierno esté actuando en beneficio de las mayorías y agotado el discurso de odio que se venía imponiendo, el Presidente no tiene nada más para ofrecer.

El empleo se ha deteriorado, los servicios públicos escasean y no hay una construcción en defensa de la soberanía económica y política, como supo haberla en tiempos de Rafael Correa. Cabe recordar, que Lenín Moreno no ganó las elecciones planteando la salida de la Unasur, ni la adhesión al Cartel de Lima y mucho menos pactando con la vieja podredumbre política; ganó prometiendo continuar el proyecto de su antecesor y traicionó la propuesta desde el minuto uno.

Su imagen fue deteriorándose entre la población a medida que se alejaba del camino iniciado por la Revolución Ciudadana y que se comprendía que no era él quien gobernaba: tan sólo era la cara visible de un Poder Ejecutivo repartido entre los grandes grupos económicos, los medios de comunicación y, por supuesto, el imperio yanqui.

Un presidente que no tiene la capacidad de gestionar un Estado acaba siendo rehén de los intereses que lo sostienen en la medida que se los satisfaga. A su vez, la falta de autoridad terminó acarreando el deterioro de las instituciones que sistemáticamente intenta taparse con el discurso de la “pesada herencia”.

Ecuador es un ejemplo más de la incapacidad del neoliberalismo para brindar estabilidad económica, política y social, al mismo tiempo que deja entrever que acudir al gran prestamista mundial implica, para un país que previamente fue transformado bajo principios de soberanía, un retroceso inmenso.

Un pueblo con memoria

La fuerza del pueblo ha quedado manifiesta con la gran movilización indígena que ocupó Quito y otros puntos urbanos. El repudio al “paquetazo” neoliberal condujo al traidor a trasladar la sede de Gobierno a Guayaquil para alejarse de la creciente protesta social y cobijarse con la derecha social cristiana. La conciencia popular otorgó al pueblo ecuatoriano la posibilidad de pasar a la ofensiva y dejar solamente de resistir. Ahora, el rechazo al neoliberalismo salvaje se convierte en la posibilidad de reestructurar el orden político, económico y social.

La respuesta del gobierno ha sido la misma de siempre: la criminalización de la protesta, el establecimiento de un cerco informativo que oculte la realidad de los acontecimientos, el incremento de la represión y el establecimiento del toque de queda que se suma al ya establecido estado de excepción. Como es evidente, para el traidor de Moreno, la única forma de mantener el poder es a través de la fuerza. Y no sorprende: estas decisiones son condiciones impuestas por el FMI y los sectores empresariales de mayor poder. La injusticia de las decisiones gubernamentales se apoya en la reducción de derechos.

En la contundente respuesta social se anudan fuerzas y condiciones que pasan a definir una nueva coyuntura. Resalta el retorno de un movimiento indígena que, como en los años ‘90, retoma orientaciones y agenda empujado por las bases, y se observa una base correista que persiste a pesar de la descalificación y la estigmatización con que se les ha atacado desde diversos frentes. A diferencia de otros momentos de mandatos neoliberales, la movilización expresa la pérdida de los derechos conquistados durante el gobierno de Correa (bajo una fórmula que priorizó el trabajo por sobre el capital) y la resistencia al exterminio de las posibilidades de transformación que supieron abrirse.

Moreno se olvidó del pueblo y hoy todo el país se lo recuerda en las calles. La fuerza de los ecuatorianos recuerda que sí es posible resistir y organizar una contraofensiva a favor de los pueblos oprimidos del mundo.


*Periodista, columnista sobre Sudamérica del programa Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), redactora de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón.
La T, la B y la R

La T, la B y la R

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Por Floreen Luengo*

Llegamos en moto, el viaje fue un poco más largo de lo que pensaba. Nuestro destino: la vivencia política de las niñeces. Durante el trayecto, con mi compañero de viaje discutíamos entre otras cosas, el proyecto de ciudad que sostiene el gobierno municipal, cuestionamos la importante diferencia de vivir dentro o fuera del casco urbano de la ciudad de La Plata, y enojados él y yo por el olvido político y la indiferencia histórica hacia ciertos sectores de la población.

Un gran cartel nos hizo saber que estábamos en el lugar correcto. Unas grandes letras sobre el alambrado, hacían recalcular a más de una persona qué significa la T, la B y la R. Al inicio de la estadía, las miradas no tardaron en posarse sobre nuestros cuerpos. Éramos extraños allí, sin embargo a diferencia de lo que la ciencia dice que es el extrañamiento hacia lo diferente, en el barrio las diferencias parecieran estar planteadas como parte constitutiva.

Mientras nos aclimatábamos, me dediqué a observar el laburo de construcción de un grupo de jóvenes universitarios que habitan el barrio hace años. La mayoría eran mujeres, de unos 27 años de edad la más grande; entre dos llevaban una garrafa ya sin gas, en la cocina unas 5 mujeres se dividían tareas: armaban las pizzas, preparaban el jugo, buscaban más agua, metían y sacaban comida del horno industrial, y atendiendo además a que las niñeces inquietas no ingresen por cuestiones de seguridad.

A la hora de estar en esa comunidad de personas extravagantes, ya había estado cebando mates a lo loco. Tal fue mi sorpresa cuando un  niñito de unos 8 años me dijo si le convidaba un mate.

-Está calentito, le dije. Cuidado

-Yo tomo mate todas las mañanas. Antes de que mi abuela se vaya a trabajar, y cuando vuelve y yo estoy la casa también tomamos mates. Ya sé tomar mate, me respondió muy seguro.

-Buenísimo. Entonces ya conocerás cual es el secreto de quienes toman mate, le dije en un tono un tanto místico.

El niño tomo el mate en silencio, se quedó pensando y me di cuenta. Nos miramos y no me dijo nada, me devolvió el mate y se fue a jugar al castillo inflable con los suyos.

En un momento, empecé a notar que todas las niñeces y adolescencias se estaban agrupando, todos comienzan a prepararse para la recorrida.

– ¿Qué es eso que hacen?  Le pregunte a una joven que estaba dando órdenes.

-Vamos a hacer la recorrida del barrio, vení con nosotres así sabes de qué se trata.

Renové el mate para dicha recorrida y nos fuimos. Éramos un grupo de aproximadamente 20 personas caminando por senderos repletos de hogares. En alguno de ellos, las chapas hacían de pared y de techo; la tierra hacia de suelo, los alambrados embellecían a los canteros y veredas. Caminamos unas 5 cuadras, pasamos sobre dos puentes hechos con maderas. Yo tenía miedo de pasarlo, uno; porque me dan miedo las alturas, dos, porque sentía que se iba a caer. Sin darme cuenta, una pequeñísima niña de cabellos rubios alborotados y con una mirada penetrante que todavía recuerdo, me miró y se rió a carcajadas.

-Cómo vas a tener miedo, me dijo. Yo soy más chica que vos y no tengo miedo.

-Pasa que sos una valiente, le dije. Estaba sorprendida porque sin decirlo, esa nena sabía lo que yo estaba sintiendo y encima de todo, eso le causaba gracia.

 -¿Qué haces para no tener miedo? Le pregunté.

No me dijo nada, sólo me agarró la mano y me acompaño a cruzar el puente. Yo adulta esperando palabras para comprender, ella niña comprendió que las preguntas no se responden siempre con palabras, sino con el hacer. Sentí mariposas en la panza, esa muestra de amor y compañerismo fue fulminante para mí.

Al regreso hacia ese lugar de la T, la B y la R, les niñes extasiados corrieron hacia los juegos. Había castillos inflables, juegos pensados por los jóvenes que van a aprender de las niñeces, de las vivencias con lxs niñes, de los abrazos de éstos, de sus travesuras, de los disfraces, de sus caras sonrientes repletas de dulce de leche, de su ternura.

Ahí fue cuando comprendí, que significaban esas siglas. Y no qué significa para mí, sino para ellos y ellas. Para quienes habitan el Chacho Peñaloza, para quienes aprovechan esos encuentros con el afán de volver a ser niñes, de aprender y construir con las niñeces.

Al finalizar la jornada, ya nos teníamos que volver con mi compañero de viaje. La multitud seguía de festejo, las familias se habían sumado. Habías abuelas, tías, madres, hermanas, primas. Las mujeres predominaron en el predio, dando cuenta que el Trabajo Barrial de la Resistencia estaba ocurriendo allí. En ese encuentro, en ese festejo y en todos aquellos intentos que hacemos las personas para que lxs niñes que nos rodean sean lo más felices que puedan.


* Periodista, conductora del programa La Marea (Radio Futura FM 90.5), redactora de Revista Trinchera, editora del portal Luchelatinoamérica y colaboradora de Agencia Timón.
“Aprender a resistir, ni a irse ni a quedarse, a resistir”

“Aprender a resistir, ni a irse ni a quedarse, a resistir”

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Por Nicolás Sampedro*

Donald Trump (Presidente de EEUU) y Nicolás Maduro Moros (Presidente de Venezuela)

El cálculo y la dinámica electoral Argentina parece una aplanadora que saca de circulación todo a su paso. Poco y nada se ha hablado de la gravedad de algunos acontecimientos que están sucediendo a lo largo y ancho de este mundo, fundamentalmente lo sucedido en torno a Venezuela, por la proximidad y las implicancias que pueden tener.

El lunes de esta semana Donald Trump firmó una Orden Ejecutiva con la cual, literalmente, bloquea en su totalidad las actividades financieras, económicas y comerciales del país sudamericano. Posiblemente servirá para tomar dimensión de la gravedad de esta medida lo publicado por el medio norteamericano The Wall Street Journal, el cual señala que es “la primera vez que Washington aplica medidas de este tipo contra un gobierno del hemisferio occidental en más de 30 años[1].

Algo similar a lo que marcaba la cadena BBC la cual indicaba que “esta medida de embargo guarda similitudes con la Ley Helms Burton con la cual se le ha aplicado un bloqueo a Cuba durante más de 50 años[2].

La orden ejecutiva de Trump se suma a las al menos 150 medidas coercitivas unilaterales que ha emprendido el imperio contra la República Bolivariana de Venezuela desde 2017[3] hasta la fecha, que intentan minar las posibilidades del gobierno de Nicolás Maduro para sortear la embestida del imperio.

Recientemente el sociólogo y comunicado argentino radicado en Venezuela, Marco Teruggi, dialogó con el integrante de la Asamblea Nacional Constituyente y profesor en la Universidad Central de Venezuela Julio Escalona, el cual señala que el bloqueo económico, financiero, busca asfixiar al país caribeño. “Están incrementando la presión a ver hasta dónde se aguanta”. “Lo que hay que tener en la cabeza es cuál es la otra jugada que está preparando EEUU“, plantea Escalona[4].

Las maniobras tienen un fin central: generar caos. “El objetivo es convertir la vida cotidiana en un infierno, que la gente no encuentre cómo vivir, y entonces esperan que el pueblo se rebele, se desmoralice, tenga pérdida de confianza, de fe, es agudizar el caos, y por lo tanto la cohesión social, que las iniciativas populares se vean frustradas[5].

El imperio sabe que sin romper la unidad del pueblo venezolano y sin fracturar a las Fuerzas Armadas, poco y nada podría hacer. Ante una oposición política claramente en declive, que no tiene la capacidad de enfrentar en las urnas al oficialismo y que a medida que avanzan las sanciones y las acciones beligerantes, parece generar el efecto contrario.

Precisamente esto sucede porque una de las cosas que legó el comandante Chávez al pueblo venezolano es esa posibilidad de comprenderse como sujetos colectivos y saber que no están solos en esta lucha.

Una de las políticas que intenta generar este bloqueo y que se han mencionado en notas anterior) es romper con una de las políticas que ha sostenido el gobierno bolivariano: las cajas CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción). Ayuda que brinda el Estado venezolano a más de 6 millones de familias (24 millones de personas si tomamos una familia tipo de 4 integrantes).

Por citar sólo un ejemplo, hace unos días la cancillería venezolana y la vicepresidenta Delcy Rodríguez, denunciaban que en Panamá se retuvo un buque que llevaba 25 toneladas de alimentos hacia Venezuela. Alimento que precisamente nutre esas cajas CLAP[6].

Jesús García, un venezolano de a pié del barrio Altos de Lídice señala que “la frontera son las cajas Clap, esa es la delgada línea roja”. Difícilmente se aguante sin los Clap, aseguran. Una caja con 19 productos alimentarios cuesta la mitad que un sólo kilo de harina de maíz en la calle. Cuando las cajas se demoran crece la tensión, los mensajes para saber cuándo llegarán”[7]

La política de agresiones a Venezuela hay que comprenderla en múltiples direcciones. No es sólo derrotar a quien sigue siendo faro de resistencia para los pueblos de Nuestra América, es además apoderarse de la mayor reserva de hidrocarburos del mundo, es dar un mensaje al resto del mundo, es intentar impedir que Rusia y China se sigan metiendo en lo que consideran su patio trasero, pero también es parte de la campaña electoral de Trump.

La pérdida de popularidad dentro de EEUU, hace peligrar su renovación de mandato en 2020, por eso las agresiones a Venezuela. A nivel global, y por más que diga que lo que le preocupa es salvar a su propio país, Trump se hunde cada día más en los brazos financieros de Wall Street y la City de Londres. A nivel regional, se hunde cada vez más en los brazos de la mafia de Miami y de los intereses corruptos de las derechas latinoamericanas. 

Las sanciones también son un mensaje para la oposición venezolana que estaba encaminada a llegar a un acuerdo con el gobierno venezolano en lo que comenzaron siendo los diálogos de Oslo, que debían continuar esta semana en Barbados. Diálogos que se pusieron en Stand by tras la decisión de Trump.

Escalona insiste: “EEUU no va a ceder en la guerra contra Venezuela”. Significa que no habrá tregua, que aumentará la superposición de variables de asalto con la impunidad imperial que le permite a Trump declarar un embargo y contar con un silencio cómplice de gobiernos aliados de Europa, así como aplausos de gobiernos de derechas latinoamericanas” [8], que como sucede en Argentina, utiliza la situación de Venezuela para deslegitimar a la oposición.

Y si bien para el intelectual venezolano la opción militar está lejos de poder suceder, incluso por propios sectores norteamericanos que saben las consecuencias y los costos que tendría, lo que no está descartado es el accionar paramilitar, hecho que no se habla en la gran prensa hegemónica occidental de los países aliados al imperio. Una forma de agresión que se han venido sucediendo y que tuvo como una de sus últimas apariciones, el asesinato de 6 militantes chavistas hace pocas semanas.

Cabe retomar las palabras del Consejero Ejecutivo del Centro Mexicano de Análisis de la Política Internacional, Ricardo Orozco, el cual afirma que “en tiempos como éste, las posibilidades de que corra sangre por las calles de América no es sólo una metáfora más sin sentido, sino una posibilidad por completo cierta para un actor (Estados Unidos) que se juega algo más que el control de un espacio estatal, una proyección geopolítica regional y un abasto permanente de hidrocarburos desde los yacimientos más ricos del mundo[9].

Pero el pueblo venezolano se ha caracterizado, desde la llegada de Chávez para acá, en aprender a resistir. “Se trata de una batalla diaria, permanente, donde las necesidades aumentan, la presión para construir respuestas también[10]. Aquí algo que el propio Chávez había afirmado que iba a ser el elemento clave para sostener la revolución como lo son las comunas.

La comuna es un instrumento práctico para que la comunidad se organice y pueda solventar los problemas en cualquier coyuntura, sobre todo y más aún en una como esta“, cita Marco Teruggi quien además agrega que “la comuna debe resolver con su propia fuerza a la vez que articular con el Gobierno, las instituciones, la dirigencia política[11].

Pero como dice Jesús “nosotros somos de los que creemos que pa’lante es pa’llá, y que bajar los brazos es no solamente traicionar a Chávez sino traicionarnos a nosotros mismos, los que creemos y nos quedamos en este país, entendemos que hay buscar las formas, maneras y alternativas para salir adelante[12].

Como señala el argentino Juan Gelman en el poema Mi Buenos Aires querido: “Hay que aprender a resistir, ni a irse ni a quedarse, a resistir”[13]


* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), productor general del programa La Marea (FM 90.5 Radio Futura), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Bibliografía:
[1] http://misionverdad.com/la-guerra-en-venezuela/se-oficializa-el-embargo-contra-venezuela-las-claves-y-el-contexto
[2] Idem 2
[3] https://www.telesurtv.net/telesuragenda/cronologia-sanciones-eeuu-venezuela-historia-20190529-0002.html
[4] https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201908071088307884-eeuu-vs-venezuela-el-embargo-como-parte-de-una-guerra-sin-retorno/
[5] Idem 4
[6] https://www.telesurtv.net/news/venezuela-retencion-barco-alimentos-canal-panama-20190807-0017.html
[7] https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201908091088334294-como-reaccionan-los-barrios-frente-al-bloqueo-economico-en-venezuela/
[8] Idem 4
[9] https://www.alainet.org/es/articulo/201450
[10] Idem 7
[11] Idem 7
[12] Idem 7
[13] https://www.poeticous.com/juan-gelman/mi-buenos-aires-querido?locale=es

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