Canto de Sirenas

Canto de Sirenas

TIEMPO DE LECTURA: 14 min.

Texto escrito en los días duros de la cuarentena del año pasado, algunos apartados siguen vigentes como deudas que arrastra el sistema para con los menos desde siempre.

Escuchando sin atención no nos dimos cuenta que las sirenas estaban entonando desde hace tiempo un canto fúnebre, un grito de auxilio y nosotros transitamos con los oídos tapados de miel para endulzar una melodía triste: en enero casi se desata una gran guerra cuando Estados Unidos decidió atacar a Irán; en febrero los incendios de Australia fueron tan grandes que las cenizas llegaban a Chile; en marzo el coronavirus (COVID-19) es declarado pandemia y casi el mundo entero, unos países antes y otros luego, entró en un largo período de cuarentena, de aislamiento social y obligatorio; en abril se desploma el precio del petróleo y lo que en un principio era una crisis ecológica devino en una crisis de salud, luego se transformó en una crisis política -entiendo que la salud es, también, una cuestión de política-, de ahí en crisis económica, y con la caída de los precios del petróleo la crisis es total.

Estábamos arriba del carro del progreso como forma de pensamiento, de las industrias como lugar de producción y del capitalismo como forma desregularizada de gobierno, que parecía prometer un crecimiento infinito, en un lugar donde los recursos son finitos y al ritmo actual no nos da ni da tiempo a la naturaleza de reponerlos[1]; las trompetas de la crisis estaban sonando hace mucho y nosotros, como especie, absortos en una razón que no razona, o que lo hace alejándonos de un algo esencial: nuestro habitar como una especie más en este planeta que llamamos hogar.

La razón que todo lo piensa, pensó en los bosques y vio que eran materias primas y con ello expulsó a las musas y fantasmas que allí habitaban; pensó los mares y amplió los límites del mundo para después comprimirlos y no vio a un Poseidón encolerizado, a una Escila y una Caribdis, a un Eolo que controlaba los vientos: vio allí que los mares tenían un límite, que los vientos y las tormentas eran explicables, que los monstruos marinos no son más que productos de la imaginación de tiempos antiguos y que el mar era -es- una fuente de recursos y de tránsito de mercancías. El grito de la razón es medible y cuantificable, y borró de un plumazo toda sacralidad y respeto por nuestro mundo, nos erigió en la especie que está por encima de todo y con ello olvidamos que somos una especie más en el orden natural de un hábitat compartido.

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Nos subimos como especie, como auriga, en el carro de la razón llevando luz a lugares en los que había sombra y dejando en la oscuridad lugares donde habían otras formas de claridad: mítica, religiosa, sacralidad, respeto por otras formas de ser y de habitar el mundo, formas que ligaban a nuestra especie con un ser/estar/habitar en un orden más respetuoso con la naturaleza. Y con ello no quiero decir que todo tiempo pasado fue mejor, pues siempre hubo barbarismos, injusticias, despotismo, pero nunca a la escala actual: que tiene la capacidad de borrar a la humanidad de un plumazo y no dejar siquiera el rastro de que una vez existimos y de que “fuimos capaces de imaginar la felicidad”[2]. Ya nos lo recordaba Esquilo cuando Prometeo canta su desdicha por haber entregado el fuego, “maestro de todas las artes”[3], a los hombres, y con ello la técnica: “puse en ellos -los humanos- ciegas esperanzas”[4]; pero por ciegas que hayan sido, las esperanzas estaban y están, y es justo estos momentos de crisis los que nos permiten cambiar el rumbo de los caballos del progreso y construir un orden social más justo, más equitativo y respetuoso con la naturaleza.

En estos momentos, justo cuando creíamos que el sistema moderno y las instituciones que de ella emanan estaban en crisis de legitimidad, nos damos cuenta que no, que es justo esta pandemia la que está poniendo en escena de nuevo a las instituciones modernas: la escuela se reinventa, el sistema de salud se fortalece, los políticos -algunos- toman medidas, y la política se sube al pedestal de las soluciones. Y esperemos que esta vez sea con intenciones transformadoras de realidades sociales más que injustas y que asumamos responsabilidades colectivas a problemas globales, pero sin dejar de lado que hay responsables mayores: no todos hemos consumido y explotado por igual. Los que más tienen más deben pagar, y no solo los millonarios individuales y las grandes multinacionales de manufactura, sino las naciones imperialistas que son las que más han socavado los cimientos de las libertades de los pueblos y naciones pequeñas, y sobre-explotado los recursos naturales del mundo entero en un banquete pantagruélico en el que las mayorías han quedado afuera y la maximización de las ganancias es para unos pocos.

¿Salud e igualdad?

El cine, como las demás artes, apela a su tiempo, y desde allí lanza críticas. Películas como La Isla, Los Recolectores, Los sustitutos, Gattaca, Elysium, son solo algunas distopías –que como toda distopía, habla más de su tiempo que de un futuro; el futuro es ahora- que tratan el tema de la salud: cuerpos modificados genéticamente para ser perfectos, clones criados y creados para ser reservorios de órganos para sus millonarios dueños, venta de órganos a cuotas, lugares creados en los que toda enfermedad e infelicidad son inexistentes, de nuevo, para una parte de la personas, mientras para la otra -sumida en la pobreza- la explotación laboral y la enfermedad son el pan de cada día. No hace falta preguntar si esas películas hablan del futuro, y eso tomando solo la salud como tema y dejando afuera las súper-ciudades, los totalitarismos, las crisis ecológicas.

No hace falta preguntarse si esta crisis de salud es igual para todos porque la respuesta es no. Lo que es igual es la posibilidad de infectarse, nada más, pero tampoco nada menos. Pues cómo va a ser igual que haya un foco de infección en una comunidad cuya dieta no llega a cumplir los requerimientos básicos del día a día, donde el hacinamiento está a la orden del día y por ende el aislamiento social es difícil, donde los habitantes están en contacto con focos de infección en su cotidianidad porque son los que habitan los cordones de miseria que deja la ciudad, son los que viven en medio de -y de- los desechos de las ciudades.

Mientras tanto, los que viven otra realidad ahora se sienten -sentimos- amenazados y ven la fragilidad del sistema de salud, y gritan desde sus redes sociales, y los medios de comunicación comienzan a pedir soluciones para lo que muchos vienen gritando desde hace mucho tiempo: la necesidad de un sistema de salud estatal fortalecido con políticas públicas y con justicia social. Es harto evidente que los ricos no nos van a dar soluciones a problemas que para ellos son, pareciera, un problema de clase: pues como recuerda la BBC[5], ellos hasta en épocas de pandemia solo buscan su bienestar, y si su bienestar es comprar pruebas -ya de por sí escasas- para realizar a sus empleados para entrar a sus barrios, lo van a hacer, de hecho: -lamentable, muy lamentable- lo hicieron.

Quizá lo que quieren recrear es esa aspiración mitológica de llegar y habitar un mundo en el que no haya enfermedad y todo sea felicidad, quizá busquen la posibilidad de hacer de sus lugares de residencia sus propios Campos Eliseos, esos en los que la dicha es eterna, los campos son verdes y florecidos y el sol acaricia; dejando para nosotros, los menos, ese temido Tártaro donde el sufrimiento es eterno. Sufrimiento es: la falta de vivienda digna, la falta de trabajo, de salud, de alimentos, la falta de justicia que brilla por su ausencia, se dice en otra distopía.

Lo que sí es nuevo es la atención que los gobiernos le están dando a un problema de salud que han convertido en un problema de seguridad policial y de control social. Si el problema para el sistema fueran las muertes ya habrían solucionado el hambre, la falta de agua potable y un sinfín de enfermedades curables. Pero lo nuevo está en el enfoque que se le ha dado a esta situación y que nos ha estallado en la cara: esta vez el problema no afecta solo a las capas socialmente relegadas. He aquí por qué el sistema le está dando la importancia que precisa, si es que afecta a todos: ricos, clase media y pobres. Entonces las demandas son atendidas, las políticas son desplegadas y los políticos toman medidas urgentes, no sea que el tinglado se les venga abajo y el costo político sea grande: te recortan libertades pero es por tu bien, para salvar tu vida, y la búsqueda de una solución es desesperada.

Somos una sociedad hedonista que vive pensando que los logros son técnicos y no sociales: celebramos que hemos llegado a la luna, pero no nos preocupamos por no llegar con un plato de comida a cada mesa. Solucionar la hambruna, la migración forzada, entre otras injusticias, sería más económico que mantener el orden injusto que hoy impera. Pero, al parecer, eso no da votos, ni crea una burbuja de presión desde las clases medias y ricas que, a través de las redes sociales y los medios de comunicación, ejercen presión para que los gobiernos tomen medidas urgentes.

Quizá esto demuestre que la democracia liberal no es la mejor forma de gobierno, pues, si nos atenemos a la definición de Mill: la mayor cantidad de bienestar para la mayor cantidad de personas queda corta en nuestro tiempo histórico, donde las masas más humildes, las mayorías, están condenadas y confinadas a vivir entre los desechos de las ciudades y en condiciones sociales escandalosas. Quizá todo esto nos permita transformar nuestra democracia en una democracia inclusiva y generosa con las mayorías. Porque éste sistema de producción y de gobierno está haciendo agua y le está pasando como a Dédalo, que por no escuchar voló cerca del sol y se le quemaron las alas cayendo al vacío. En este caso el fuego recién empieza y lo podemos apagar.

Globalización, miseria y crisis

Los videos musicales nos muestran comunas/barriadas/villas miseria coloridas y alegres, pero nos alejan del drama y las historias de violencia y tragedia a la que han estado sometidos sus habitantes. Muestran, en definitiva, que el pobre es feliz. Esto no es más que una fachada del sistema de producción que oculta las consecuencias reales de un orden injusto: la consigna parece ser -en algunos programas de tele, vídeo clips y películas- que el pobre es más que pobre: es un pobre feliz.

De los beneficios de la globalización no se ve ninguno: por lo menos las mayorías no vemos ninguno. En cambio, sus consecuencias las padecemos todos.

La acumulación de riqueza mediante la circulación de mercancías a escala planetaria se la quedan unos pocos. Los beneficios del turismo salvaje son para aquellos que se pueden dar el lujo de “vivir una experiencia” y se llenan los bolsillos con la industria hotelera. La homogenización cultural se nota en la poca incorporación de prácticas/cosmogonías/lenguas vernáculas a producciones culturales locales, en la lógica cultural de hoy: todo es reductible a formas que garantizan el éxito y la venta afuera pero que nos hace más desconocidos hacia adentro.

La pérdida ha sido muy grande, la globalización a sentado las bases para “planchar” las formas de narrar nuestro ser/habitar/ver. Es válido pensar si todo producto de un lugar es de verdad de ese lugar, o si responde a las exigencias de las lógicas estéticas y de producción que gobiernan el mercado. Los estados nacionales negocian a la baja, la “cultura” es algo que se vende, que se compra y que se cuenta como experiencia; para eso están las redes sociales. No reconocemos la pluralidad hacia dentro de nuestras naciones, lo que consecuentemente lleva a una pérdida de identidad de un nosotros desconocido: hablamos de nuestros pueblos nativos para vender sus estéticas como algo exótico, pero no incorporamos sus cosmogonías y sus relaciones con la naturaleza a nuestras formas de ver el mundo, porque, de nuevo, no entran en el campo de la razón y la técnica: se puede vivir la experiencia Maya desde el turismo, pero no desde la grandeza de una cultura que hace parte del ethos de un ser centro americano.

Para entablar un diálogo con el mundo en forma de iguales deberíamos, primero, conocernos hacia adentro, reconocernos en la diferencia, y desde esa diferencia entrar en diálogo de iguales con el resto del mundo. Pero es ahí donde fallan nuestros gobiernos: para ellos la cultura no es un valor que genere riqueza, no es un commoditie que se pueda vender y se pague en dólares.

De la crisis de salud que devino en crisis casi total, y cuyas consecuencias no podemos aventurar -y sería irresponsable, además, arrojar profecías sobre lo que vendrá-, es poco lo que se pueda decir que no se haya dicho ya. En nuestros tiempos, los Tiresias parecen estar más aventurados en pensar que esta crisis es el final del capitalismo; Zizek, en que la sociedad que surgirá va a ser una sociedad de mayor control policial sobre la población; Byung-Chul Han, en que las cosas no van a cambiar y que el capitalismo se va a recomponer y que todo volverá a ser como antes, etc., pero en el que, en definitiva, o recomponemos el rumbo de este barco que se está hundiendo, o el barco se recompondrá sin nosotros. “No tenemos otro mundo al que podernos mudar”, y contradiciendo al cine y la publicidad: no parece que haya alguien externo que venga en nuestro auxilio.

Las trompetas del apocalipsis parecen estar entonando un canto fúnebre de fin del mundo, pero entonan una melodía de cambio, ya que volver a la normalidad es la peor de las pandemias. Necesitamos cambios profundos que nos permitan incorporar a nuestra esencia otras formas de producir, de estar, de habitar el mundo, pues este sistema que parecía estable no lo es y estaba -está aun- sostenido por una forma de producción y acumulación capitalista con el petróleo y la explotación de trabajadores y naturaleza como caballo de tiro de una forma social injusta.

Cambiar el sistema es una apuesta sobre el sistema mismo. Este nos hace creer que las soluciones no requieren esfuerzos y que siempre vendrá alguien a salvarnos, o eso es lo que vende la publicidad: adelgaza comprando esto y usándolo mientras ves televisión, en reposo, sin esfuerzo alguno; cuando algo apremia siempre hay un superhéroe que nos salvará; todo es consumir y nada de trabajo para llevar adelante soluciones reales que dejen aprendizajes y establezcan otro orden, en este caso uno más justo. Sin embargo, el barco ahora se está hundiendo y no parece que haya alguien externo que venga en nuestro auxilio: solo nosotros somos, como colectivo, los que podemos salvarnos a nosotros mismos. Los héroes son colectivos.

Hormigas de ciudad

Se ha hecho viral el aplauso que se le da al personal de salud, y no es que piense que no es merecido, es justo aplaudirlos. Pero también es justo aplaudir a un montón de héroes que escapan al censor -creo, establecido por los medios de comunicación y los usuarios de redes sociales que dicen quién es merecedor y quién no- que dicta a quién hay que reconocer. Nadie ha salido a aplaudir a los profesores que hacen milagros para mantener las clases de manera virtual y sostienen el sistema educativo, nadie ha salido a aplaudir a los recolectores de residuos que evitan que se acumulen en nuestras casas, a los kiosqueros de barrio que hacen que no tengamos que ir muy lejos a comprar provisiones, a los choferes que hacen que el mundo siga andando, a los cooperativistas que barren la veredas, cortan el pasto, levantan las hojas coloridas del otoño, juntan la mugre de las calles; que hacen, en definitiva, el trabajo que otros no harían. Para todos ellos y muchos otros, no hay aplausos. Ellos: ¿son héroes de segunda? No, no y no: son las hormigas de ciudad, son los que la hacen funcionar, los que la limpian, la construyen, la mueven. Además del personal de salud, ¿a quién aplaudirás hoy?

Conclusión:

La sociedad actual es como un Narciso, ese que cayó al agua y se ahogó en la contemplación de sí mismo enamorado de su reflejo, pues era hermoso. Nosotros, como sociedad, estamos en caída, creyendo que nuestro reflejo, fundamentado desde la razón y la técnica, es hermoso. Pero esta pandemia nos está mostrando que el reflejo es espantoso y que tememos asomarnos a ver: incendios temibles, destrucción de la Amazonía, envenenamiento de los mares y ríos, hambrunas, pandemias, extinción en masa de la especies, pérdida de biodiversidad… No, nuestro reflejo no es hermoso, y sin embargo estamos cayendo obnubilados por una imagen de superioridad, y cegados por unos medios de comunicación y una academia y una forma de habitar y ser en el mundo al servicio del capital y del hambre voraz de acumulación de unos pocos. Ese es, creo, el reflejo, por lo menos el que veo. Pesimista, sí, pero creo que “los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay”[6].

Quizá como civilización -acudiendo a orientalismos- estemos viendo aquello que Buda vio después de una vida alejado de todo lo que le hiciera daño: la muerte, la vejez, la enfermedad. Y estemos ahora por empezar a ver al mendigo feliz, y comprender con ello que podemos vivir con menos, sin tantos atavíos superfluos creados por el gran mercado y vendidos y promocionados por la publicidad que aprovechando nuestro deseo explota nuestra debilidad y nos crea necesidades innecesarias. Empezar a ver que podemos transformar este mundo en uno más justo, en que las quijotadas son necesarias, en que otro mundo no solo es posible, sino necesario.

Perdón por tanto pesimismo y gracias por leerme.

Artículo publicado originalmente en MiLugarSinNombre


[1] https://www.lavanguardia.com/natural/20170802/43270260867/humanidad-agota-recursos-un-ano-tierra.html

[2] http://www.cubadebate.cu/temas/cultura-temas/2010/02/21/gabriel-garcia-marquez-una-frase-de-domingo/#.XrGLDKhKiUk

[3] Esquilo. Prometeo encadenado.

[4] Esquilo. Prometeo encadenado. Verso 250.

[5] https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52316908

[6] José Saramago

Duver Arboleda
Duver Arboleda

Vengo de la tierra del café y de la ciudad de las montañas. Soy un proyecto de contador de historias y de periodista cultural, para lo que uso la fotografía, el vídeo y, sobretodo, la palabra. Escribo y «foteo» porque le apuesto a una sociedad justa. Mi lema: para todos todo.

¿Qué pasa con las pibas?

¿Qué pasa con las pibas?

TIEMPO DE LECTURA: 8 min.

Ahora que en todos los canales, programas o revistas se habla de la vuelta del fútbol, hay discusiones que no se pueden negar. Para empezar, es clave correr la pelota de la constante de la pandemia y los protocolos, porque las falencias en el deporte respecto a mujeres y diversidades son históricas. Ojo, esto no significa que en este contexto no se hayan recrudecido; pero sí que es preciso entender las diferencias de posibilidades en los distintos géneros como algo estructural. Nada sorprendente si se piensa a la opresión sobre las mujeres y las diversidades como producto de un sistema: el patriarcado.

Lo cierto es que el fútbol en su origen fue una cancha en la que no se permitió jugar a las pibas. Creado como un juego de caballeros, lo que para la época no solo significaba ser hombre sino ser Inglés y de clase alta, fue un espacio reticentes a cambios desde un principio. Sin embargo, y no por nada, en todo rincón del mundo hay un arco para patear; el fútbol pudo trascender esa barrera. Y si bien en Nuestra América fueron años de luchas los que permitieron que ya no sea propiedad inglesa esa disciplina, nadie más pudo adueñarse de ese genuino y maravilloso deporte. Eso, claro, es lo que cuenta la historia muy por arriba. No obstante, no todo es privado o público de igual forma para todes. Y que recién el año pasado se haya discutido en serio el hecho de profesionalizar la práctica femenina, da cuenta de eso.

Dime cómo comunicas y te diré qué construyes

El lenguaje es un campo muy amplio, y si bien se considera al español una lengua “muy rica” en cuanto a posibilidad de mención, lo cierto es que es un tarea de todes buscar construir discursos que aúnen a la diversidad. Entonces, ¿por qué la palabra fútbol nos remite a un partido de hombres? ¿Por qué, en cambio, se aclara cuando es “fútbol femenino”? ¿El fútbol por sí mismo tiene un género? ¿Cambia algo del juego, de la táctica, del talento, el ser o percibirse de una o otra forma? La realidad es que no, o por lo menos eso marcan los reglamentos.

Pensar en el fútbol y asociarlo a lo masculino es, nada más y nada menos, que una construcción de sentido arraigada a todas las formas de reproducción mediática y cultural en la que se profundizó. Y con esto no se pretende criticar sin sentido, sino poner la lupa en esos espacios a los que se suele caracterizar como inofensivos o secundarios; como el lenguaje. Y porque lo que no se nombra no existe, que las palabras pertenezcan a un sector social, alerta sobre la desigualdad a abordar.

Incluso si se quisiesen ignorar los muchos ejemplos respecto a la invisibilización que se hace de las mujeres y diversidades en el fútbol en torno al lenguaje; sería negador no reconocer que los grandes medios de comunicación corren otra pelota y dejan en el banco, o peor ni cuentan como parte del equipo, a lo relacionado a la práctica femenina. Y ni hablar de la diversidad. De hecho, basta para corroborarlo buscar noticias del mundo del fútbol y empezar a contar. Claro que el protagonismo de la práctica masculina es mayor por el nivel de llegada y por ende la comercialización, pero ¿esto no está relacionado con la importancia que en algún momento se le dio? ¿Cómo puede a alguien interesarle algo que nunca vio?

Y para meterle un caño a esas posturas que relacionan a la invisibilización con la destreza (o la aparente falta de la misma), es clave comparar algunas cosas entre la práctica femenina y la práctica masculina. Primero, el nivel de promoción, financiación y dedicación que se le dio a cada una. Segundo, los discursos que legitimaron a una práctica e invizibilizaron a la otra y con ello la historia que se conoce y la que está sepultada y hay que reconstruir. Y tercero, quiénes ocupan los lugares de poder de decisión real. En todas las respuestas, los hombres cuentan con ventaja.

Pero haciendo enfoque en el rol de los grandes constructores de sentidos, que reproducen hasta el hartazgo discursos que instalan posicionamientos e ideas machistas, hay varias cosas que mencionar. Los grandes medios no le dan lugar a lo que no vende y asimismo motorizan lo que se quiere vender; y en ese gran círculo vicioso siempre se excluye al mismo sector. En un repaso por los programas reconocidos que construyen periodismo deportivo, sale automáticamente a la luz la necesidad de repensar a la comunicación como una herramienta con peso e importancia.

En un país en el que abundan medios como TyC Sport, Diario Olé, Infobae, La Nación; en el que sobran periodistas, si así se los puede llamar, como Horacio Pagani o Claudio Husaín; es más que urgente pensar en cómo reconfigurar esos espacios para no seguir reproduciendo pensamientos nefastos. Como los que proponen que las capacidades están relacionadas pura y exclusivamente al hecho de ser hombre y que se resisten a asumir que no hay género superior, como si fuesen sujetes perfectes, cuando de más está decir que varios de esos periodistas que critican livianamente a las mujeres por sus “limitaciones”, no le meten un gol ni al arcoiris.

Los números hablan por sí solos

Según un informe de abril de este año del sindicato de jugadores FIFPro, la organización mundial que representa a todos los jugadores profesionales (más 60.000), ser una jugadora de fútbol profesional todavía no es una opción viable en muchas partes del mundo. Incluso a pesar de la asistencia récord en los partidos el año pasado, tras la euforia del Mundial Francia 2019, donde a las mujeres se las empezó a reconocer un poco más.

Sin embargo, el informe no presenta números muy alentadores porque si bien la investigación mostró que los salarios de las jugadoras habían aumentado entre 2016 y 2018, también reveló que existe una parte que aún no recibe ninguna remuneración financiera. Y acá cabe mencionar que se refiere a mujeres que compiten en la Copa Mundial Femenina de la FIFA y que juegan en la cima del fútbol, porque ni hablar de quienes no cuentan con ese “reconocimiento” mundial, que dicho sea de paso son muchas. Lo que a su vez, sigue estando intrínsecamente relacionado a la problemática de la posibilidad de acceso, la aceptación cultural y la desidia de parte de los responsables del fútbol que hacen grandes negocios pero que, en muchos casos, no puede garantizarle al equipo femenino ni siquiera un vestuario o una indumentaria. Abandono que no es casual y que se repite en muchos países del mundo.

Pero volviendo al informe concreto, es clave mencionar que fue realizado con el aporte de las jugadoras de 18 países diferentes que se habían clasificado para el Mundial del año pasado. Y que además de señalar la falta de financiamiento e inversión monetaria respecto a la práctica femenina, revela otros datos que dan cuenta de la falta de interés y voluntad real por modificar las lógicas de manejo. Por ejemplo, a nivel de clubes, la mayoría de las jugadoras declararon que no estaban seguras de cuál era la estrategia a largo plazo de su equipo o que en muchos casos no se proponían metas por la “inestabilidad” a la que estaba sujeta la práctica femenina. Y en la misma línea, la mitad de las encuestadas dijeron no haberse sentido respaldadas o contenidas en el ámbito deportivo. Todo esto, más allá de la pandemia, claro.

Asimismo, en ese famoso círculo vicioso que no te da herramientas para crecer, pero que te exige el crecimiento, el informe destacó que “El campeonato de las mujeres profesionales está sujeto a condiciones laborales adversas que afectan negativamente en el rendimiento deportivo de las jugadoras, plantean obstáculos directos al desarrollo de su potencial o las obligan a abandonar antes de tiempo”. Porque, fundamentalmente, habría que preguntarse cuántos de los modelos a seguir de grandes jugadores tienen que sostener un trabajo aparte para vivir. Y como la respuesta es tan obvia porque ninguno de los jugadores del mundial atiende en un supermercado, habría que preguntarse qué diferencias pueden surgir a partir de las distintas posibilidades, y lo cierto es que son muchas.

Pero para no cerrar el juego en críticas constantes, es clave reconocer que el avance en materia de igualdad en los clubes y en las instituciones es algo que, por lo menos comenzó a caminar. Lo que no significa que el partido esté ganado, pero sí que con lucha y con organización colectiva se pueden gestar cambios incluso en los espacios más reticentes a los mismos.

Por último, es importante pensar a este contexto, en el que la vuelta del deporte es una realidad, como un momento propicio para hablar , priorizar y actuar respecto a la práctica femenina y de diversidades, y que no pase como estaba sucediendo, que las jugadoras “profesionales” queden a la merced de la vida y no tengan respuesta alguna. Que, a diferencia de los hombres, no tener respuesta alguna implica no tener quizá ni una remuneración o ingreso.

Y en la misma línea es importante reconocer los avances que en Argentina se gestaron en este campo que aúna la diversidad, el género y el deporte desde la asunción del Frente de Todes, que construyó diversas políticas para formar y acompañar a las instituciones en materia género. Además, es fundamental mencionar el posicionamiento que están tomando diversos clubes al renovar contratos femeninos, como es el caso de Racing, River y otros; pero siempre preguntando por qué sorprende cuando se firman contratos femeninos a comparación de la constante atención y dedicación del mundo masculino.

El fútbol no tiene dueño, por más de que le pese a muchos que no quieren ceder ni un segundo la pelota. El fútbol está en construcción constante y desde la perspectiva que se abone, será el deporte que se cree. Como en su momento, se pudo resignificar algo que era excluyente a casi todas las clases y pudo concebirse como un deporte popular; tenemos el poder de resignificarlo y empezar a construirlo verdaderamente desde la igualdad, pero para eso es importante proponerlo y realmente querer caminarlo.

Una vez más, en la cancha salta la chafi y las mujeres y diversidades merecen igualdad, pero no solo en discursos agradables, sino en políticas reales que las amparen y las dejen exponer sus vivencias para poder mejorar tan cerrado círculo al que nunca se las dejo pasar. El partido no solo es urgente sino que no necesita del trabajo en equipo y la voluntad real. Lo cierto es que las pibas no pueden esperar más.


Maia Cubric
Maia Cubric

Nací en una ciudad de mar y eso me representa. Entiendo que nada es porque sí y que por eso mismo todo se puede cambiar. Milito porque sin construcción colectiva no se puede transformar el mundo y porque la práctica es la única y la mejor manera de revolucionar.  

Tokio 2021: la cita olímpica para la igualdad en el deporte

Tokio 2021: la cita olímpica para la igualdad en el deporte

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

POR EDUARD PAZ*

El pasado 23 de junio se festejó el Día Olímpico, fecha en la que fue fundado el Comité Olímpico Internacional (COI) en 1894. Desde entonces, ha tenido que trabajar y ser de ejemplo para la sociedad en muchos aspectos, siendo uno de los más importante, la búsqueda de la igualdad.

Indudable es el prestigio que da competir en unos Juegos Olímpicos y ser visto por cientos de millones de personas en todo el mundo. Por eso, siendo Tokio la próxima cita olímpica, se buscará abrir vías para que deportistas trans puedan competir en distintas disciplinas.

Si bien se dice que los planes del Comité Olímpico Internacional apuntan en esta línea, en el último tiempo estos han tratado de endurecer las directrices para les atletas trans antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.

Discrepancias entre los científicos

La problemática se origina en la participación de mujeres trans en competiciones femeninas debido a que en algunos casos la diferencia física es notable. La misma se ha visto reflejada en competiciones de lucha, levantamiento de pesas, natación o ciclismo, y así lo han denunciado varies deportistas.

Desde un principio, el COI buscó que el grupo de científicos que lo asesora emitiera una recomendación para reducir los niveles de testosterona en las personas de sexo biológico masculino que iban a participar en competiciones femenina, dado que la mayoría de las desigualdades deportivas se generaba en este punto.

Les que apoyan la medida de les deportistas tran han argumentado durante mucho tiempo que las regulaciones actuales establecidas en 2015 han limitado el número de atletas que pueden participar en los juegos a nivel de élite y olímpico. Esto ha ayudado a nivelar las competencias.

¿Pero qué dice el reglamento actual? Básicamente, se permite a las mujeres trans competir en la medida en que pudieran “demostra que su nivel total de testosterona en suero ha estado por debajo de los 10 nanomoles/L durante al menos 12 meses”.

Les científiques consultades por el Comité Olímpico argumentan que reducir los niveles de testosterona permitidos hasta los 5 nanomoles por litro, brindará un compromiso razonable entre inclusión y equidad. Esto ayudaría de gran manera a que más deportistas trans puedan competir en los deportes de categoría femenina. Por otro parte, algunes científiques no estuvieron de acuerdo con los planteos y argumentaron que la supresión de testosterona para las mujeres trans tiene poco efecto en la reducción de la fuerza muscular, incluso después de un año de tratamiento.

Aquellos que se encuentran en contra de esta decisión han dicho que los niveles de testosterona femenina tienden a oscilar entre 0,12 y 1,79 nmol/l, mientras que los masculinos se encuentran típicamente entre 7,7 y 29,4 nmol/l.

Posicionamiento de les deportistas

Muchas personas defienden que deportistas transexuales no pueden competir en una categoría que no sea la de su sexo de nacimiento. Ven, en este sentido, una ventaja competitiva derivada de un físico diferente.
Pero en el deporte de hoy, no solo se es deportista por las cualidades físicas, sino que también se tienen en cuenta otros aspectos como la fortaleza mental, el talento y por tanto, el ingenio para responder a determinadas circunstancias, por nombrar algunas.

Martina Navratilova, ex-tenista y ganadora de 18 Grand Slams, calificó de “tramposa” la participación de mujeres trans en competiciones femeninas. Según ella, “son hombres que decidieron ser mujeres” y alegar su participación en torneos femeninos es “insano, tramposo e injusto para mujeres, que pasan a competir contra personas que, biológicamente, siguen siendo hombres”.

A su vez, Tamsyn Lewis, atleta australiana, señaló que “el aporte de testosterona hace que la estructura ósea sea diferente: tienen más fuerza en la parte superior del cuerpo, lo que genera más capacidad pulmonar y un corazón más grande”.

Las opresiones a deportistas trans son comunes cada vez que se discute al respecto, pero nadie habla de sus derechos, ni del esfuerzo que deben hacer para poder cometir. Sin ir más lejos, someterse a las regulaciones de testosterona para poder participar conlleva un gran dolor y obligarles a presentar estudios todos los meses, no hace más que seguir oprimiéndoles.

En este último tiempo el conflicto fue en aumento por la cercanía de Tokio 2021. Dos son los nombres que acaparan las miradas por la posibilidad de poder competir y también por su excelente nivel en sus respectivas disciplinas: Tiffany Abreu y Laurel Hubbard.

Tifanny Abreu, jugadora de voleibol que compitió como Rodrigo Abreu hasta 2012, podría formar parte del equipo femenino de Brasil en los Juegos Olímpicos si el DT de dicha selección la convoca. Por otro lado es más probable que Laurel Hubbard pueda competir en levantamiento de pesas, ya que depende de ella su presencia en Tokio

En un comunicado, el COI afirmó que “reconoce la complejidad de estas cuestiones, que plantean tensiones entre la inclusión, la equidad y la seguridad, y que también se preocupa por garantizar la igualdad de las mujeres y su empoderamiento en el deporte”. Luego de esto, se confirmó que el Comité ha parado las discusiones porque el tema es muy divisivo, y es probable que no haya un consenso final.

El proceso de decisión respecto de si mujeres trans van a poder competir en Tokio está siendo en estos momentos dirigido por la Comisión Médica y Científica del COI, con aportes de la Comisión de Atletas y la de la Mujer y el Deporte de dicho organismo. Llegar a una conclusión final será un trabajo arduo y en equipo.

Las partes interesadas, junto con los expertos médicos, legales y de derechos humanos, también tendrán voz en el proceso. En este sentido, se busca alentar a las federaciones deportivas a crear políticas individuales sobre les atletas trans. Pero si el COI no toma la iniciativa, estos órganos rectores pueden no estar dispuestos a hacerlo.

Tokio es una incertidumbre no solo porque aún nadie sabe qué le depara al mundo luego de la pandemia, sino porque en caso de que la decisión sea positiva, tampoco se sabe cómo será el protocolo para la inclusión de deportistas no binaries. De cualquier manera, estamos frente a una discusión histórica, que podría culminar en un avance gigante hacia la igualdad.


* Sureño instalado en la ciudad de las diagonales. Fiel pensante de que lo político y 
lo deportivo van de la mano. Apasionado y siempre al servicio de la comunicación del
pueblo y su deporte. 
Con el fútbol de suplente, el deporte olímpico y la igualdad van de titulares

Con el fútbol de suplente, el deporte olímpico y la igualdad van de titulares

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EDUARD PAZ*

Son más las dudas que las certezas con respecto al fútbol y el deporte olímpico en el país, por lo que cada noticia o frase especulativa que se conoce de algún dirigente deportivo e incluso del mismo Presidente, son tomadas rápidamente por los grandes medios de comunicación como algo legítimo.

Alberto Fernández brindó una entrevista a un medio deportivo y a partir de ella se desprendieron varios temas importantes con respecto al deporte y cómo podrían tratarse en el presente y en un futuro próximo.

Uno de los temas más importantes que tocó el mandatario fue la crítica hacia los dirigentes del fútbol argentino, por no mantener un formato de juego y estar en constante cambio, algo que complejiza mucho el trabajo de aquellos clubes que se encuentran en las zonas de ascensos y descensos.

Otra de las cosas sobre las que se habló fue la vuelta del fútbol masculino profesional y la idea de poder llevarlo a las provincias del norte. Ante esto, el Presidente fue bien claro: falta mucho para que vuelva el fútbol. La única posibilidad que se baraja es que vuelvan los entrenamientos con sus respectivos protocolos en los clubes de la Primera División. 

San Lorenzo y Racing había recibido propuestas para ir a entrenarse a Jujuy, pero el jefe de Estado fue categórico al respecto: “el riesgo también es llevar el virus; me pueden hacer un test hoy y dar negativo, me lo pueden repetir mañana y dar negativo, y puede ser que pasado mañana dé positivo, que tenga el virus y no sea detectado”.

Es claro el mensaje del Presidente con respecto al fútbol: pese a simbolizar un emblema en la cultura nacional, este tiene que esperar, porque hoy lo importante es resguardar la salud de les argentines. En otro nivel de importancia está la igualdad en materia de género en el deporte y la voluntad por ayudar con su preparación a les representantes de la Argentina a nivel olímpico.

Que las prácticas femeninas tengan la misma importancia y valoración que las masculinas y que las mujeres puedan acceder a cargos o lugares de poder en las instituciones deportivas es una deuda a saldar. En este sentido, Alberto aseguró que “hay una idea para que mejore la situación del deporte de las mujeres”. “En verdad necesitamos cambiar la cabeza de una sociedad que todavía no se acostumbra a la igualdad entre el hombre y la mujer”, añadió.

En este sentido, se ha observado a partir de la creación de una Dirección de Género dependiente de la Secretaría de Deportes de la Nación, la intención del Gobierno nacional de disputar el statu quo dentro del deporte. Porque la idea de cambio podrá instalarse en la sociedad cuando las federaciones e instituciones se capaciten en género, modifiquen sus estatutos e integren a mujeres y diversidades en las mesas de decisión. 

El Ministerio de Turismo y Deporte haciendo su trabajo

La semana pasada varios medios empezaron a replicar que el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, había afirmado que los deportistas ya clasificados para los próximos juegos olímpicos y los que tuvieran posibilidades de acceder a Tokio 2021, podrían volver a entrenarse.  

Lammens, sin embargo, no había dado una fecha específica: su mensaje apuntaba a llevar tranquilidad a les atletas olímpiques, anunciando que el permiso se habilitaría en los próximos días. La circulación de la noticia en los medios, sin embargo, generó malestar porque los deportistas tardaron varios días en recibir el permiso. 

El ministro tuvo una actitud responsable al anunciar que los permisos se resolverían en algunos días y no confirmar una fecha apresurado. El proceso administrativo era complejo, porque las federaciones de las distintas disciplinas enviaron los protocolos correspondientes al ministerio, pero de ahí debían trasladarse a la órbita de Salud para ser inspeccionados. 

En este sentido, los medios hegemónicos de comunicación salieron a tildar de mentiroso a Lammens y no revisaron el error de difundir una noticia sin especificar que la medida no tenía una fecha precisa para cumplirse. Lo cierto es que desde el Ministerio se hizo un trabajo excelente y siempre se puso por delante el cuidado de la salud de les deportistas y el equipo que les rodea. 

Los permisos ya fueron habilitados por la Jefatura de Gabinete de la Nación, a cargo de Santiago Cafiero y oficialmente les deportistas de las diferentes disciplinas pueden comenzar a entrenarse en sus respectivas sedes, con el objetivo de llegar en las mejores condiciones a Tokio, pero cuidando su salud  y la de toda la población. 


* Sureño instalado en la ciudad de las diagonales. Fiel pensante de que lo político 
y lo deportivo van de la mano. Apasionado y siempre al servicio de la comunicación
del pueblo y su deporte.

Vivir Bien: La Revolución Tecnológica en Bolivia

Vivir Bien: La Revolución Tecnológica en Bolivia

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Por Jonatan Pérez*

La llegada al gobierno de Juan Evo Morales Ayma fue uno de los pasos más importantes para la historia de Bolivia. Este no sólo logró consagrar un Estado Plurinacional, sino que buscó producir una revolución tecnológica para que estos puedan vivir bien y no vivir mejor.


Si bien la ciencia y la tecnología son consideradas como rubros complementarios (por detrás de los 4 rubros principales: el agropecuario, el hidrocarburo, el minero y el energético) estos no pasaron desapercibidos durante sus mandatos. Uno de los puntos fuertes en estos campos que aportó mucho a la educación de el país fue el programa “Una computadora por docente”, llevado adelante por el viceministerio de Ciencia y Tecnología, perteneciente al Ministerio de Educación.

Este programa es un complemento a los avances obtenidos en materia de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) dentro del sector educación, cómo lo fueron la Política Nacional de TICS para la Educación (2005), el Programa Nacional de TICS (2006), la creación de un portal educativo (educabolivia.bo), la entrega de equipamientos a establecimientos educativos y la capacitación constante a docentes para la implementación de las TICS en el aula. Pero por sobre muchas cosas, era en una segunda etapa, un proyecto de innovación tecnológica mucho más ambicioso.

La primera etapa constó en la creación de Telecentros Educativos Comunitarios (TEC), para uso tanto de estudiantes y docentes como de la comunidad en general.

Estos brindan -al día de hoy- tres servicios primarios a la hora de hablar de telecomunicaciones:

  • Computadoras con internet para el uso común (uso de correos electrónicos, navegación, educación y comunicación a larga distancia con videoconferencias).
  • Televisión satelital con transmisiones de canales nacionales e internacionales.
  • Telefonía para servicios de llamadas nacionales e internacionales.

La segunda etapa era la entrega de computadoras portátiles a los docentes de los niveles inicial, primario, secundario, de educación alternativa, de escuelas superiores de formación docente e institutos técnicos, directores departamentales y distritales de educación. Este equipamiento es entregado con el objetivo general de contribuir al desarrollo de procesos pedagógicos docentes mediante la facilitación de herramientas tecnológicas, reduciendo la brecha digital, acompañando el desarrollo de las competencias digitales del siglo XXI, fomentando la igualdad de oportunidades y la innovación en el aula.

La tercera etapa y la más importantes era la total implementación del programa “Una computadora por estudiante” en conjunto con la llegada de internet a todos los establecimientos educativos. Este programa venía desde el año 2014 entregando computadoras portátiles en distintos puntos del país. No sólo buscaba que todos los estudiantes del país cuenten con su computadora portátil personal, sino que cada una de estas sea ensamblada en el país por la empresa estatal Quipus, creada en el año 2013 con este único objetivo.

La empresa creada por el gobierno de Evo Morales tiene el objetivo de redistribuir la riqueza a la población boliviana. Este fue uno de los ejes atacados por la oposición porque “no generaba ganancia y estaba al borde de la quiebra”. El mandatario señaló en una de las entregas realizadas que:

“…Quipus no nos dará plata, sino computadoras para los estudiantes de Bolivia, y para eso hemos creado esta empresa social y de servicio… Esta empresa no nos dará utilidades, esta empresa es de servicios, es una empresa social, donde las autoridades aportan para dotar computadoras a los estudiantes… no es una empresa de generación de utilidades como las termoeléctricas, plantas separadoras de hidrocarburos, industrias, últimos que son para ganar plata”

Por otro lado, en Bolivia el servicio de internet está a cargo de la empresa de telecomunicaciones Entel, que fue nacionalizada por el gobierno de Evo el 1 de mayo de 2008. Esta fue una de las decisiones acertadas que tuvo el mandatario, ya que el crecimiento de la empresa aporta tanto en las ramas de ciencia y tecnología como en educación.

Esta empresa genera alrededor de 2.400 puestos de empleo directo y más de 8.000 empleos de manera indirecta por subcontratación. Destacando también que todo lo que realiza Entel es con recursos propios y es autosuficiente. Por lo tanto, no sólo no tiene deudas, sino que todas las ganancias generadas son invertidas directamente en el país, siendo uno de los principales beneficiados el programa “Juancito Pinto”, que brinda un incentivo de permanencia a los estudiantes de 1° a 8° año de escuela primaria.

El crecimiento de la empresa de telecomunicaciones en el país fue tal que, debido a las inversiones y el buen servicio brindado, no sólo se logró reducir gradualmente el costo de las tarifas de internet para los usuarios, sino que al día de hoy la cobertura del servicio es a todo el país gracias a la puesta en órbita del primer satélite de telecomunicaciones del Estado Plurinacional de Bolivia: el TK-SAT1 (Túpak Katari).

Este satélite artificial fue lanzado a órbita el 20 de diciembre de 2013 desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Xichang, en China, ya que el mismo fue construido en el país asiático. El objetivo de este era mejorar las telecomunicaciones con la aplicación en Internet, Telefonía, Televisión, Telemedicina y Teleeducación, y tuvo un gran éxito en todas.

Gracias al TK-SAT1, un total de 30 canales de televisión y 26 emisoras de radios están al alcance de todos los ciudadanos bolivianos; el servicio de internet a mejorado su funcionamiento de 30% a más del 60% desde su lanzamiento; y, pese a no ser lanzado con un objetivo comercial, para fines del año 2018 había recaudado aproximadamente de U$S 100 millones tras distintos acuerdos comerciales con empresas locales, y se espera que para el año 2028 recupere el costo invertido, un total de U$S 302 millones.

Este satélite es operado en su totalidad por profesionales bolivianos de la Agencia Boliviana Espacial (ABE), que hoy trabajan las estaciones ubicadas en Amachuma, ciudad de El Alto y La Guardia (Santa Cruz). Y si bien en el presente el TK-SAT1 funciona al 70% de su capacidad, se espera que para el 2025 se utilice la totalidad de su capacidad.

Al unísono, Evo remarcaba a través de sus redes sociales los logros conseguidos y marcaba que estos eran los primeros pasos a lo que apostaba que sea un crecimiento en las materias de Ciencia y Tecnología.

Sin ir más lejos, el mandatario había convocado a universidades, científicos y empresarios para la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, que está contemplado en uno de los puntos de la Ley de la Agenda del Bicentenario, anticipando que realizarían tres encuentros nacionales pidiendo propuestas a esos sectores para que “funcione con mucha fuerza, arranque con mucha fuerza para una liberación tecnológica”.

Lamentablemente, la implementación de este proyecto en conjunto de la continuidad de otros parece que quedarán en el pasado. El Golpe Cívico-Militar-Policial contra Evo, la autoproclamación de Jeanine Áñez como Presidenta y la sistemática represión al pueblo, dan cuenta de que se avecina un retroceso en todos estos aspectos.


* Periodista, columnista en "No Se Mancha" y "Columna Vertebral" (ambos en Radio Estación Sur - FM 91,7), responsable de la sección Ciencia y Tecnología de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Bibliografía:
https://www.youtube.com/watch?v=SCs8XvxrOug
https://eju.tv/2017/08/quipus-fue-creada-para-ensamblar-computadoras-para-estudiantes-y-no-para-generar-utilidades-morales/
https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=292876&SEO=gobierno-boliviano-entrega-computadoras-a-estudiantes-en-santa-cruz
https://www.eldiario.net/noticias/2018/2018_03/nt180305/opinion.php?n=27&-telecentros-educativos-comunitarios-espacios-de-ensenianza-y-aprendiz
https://www.elmundo.es/mundodinero/2007/04/03/economia/1175584953.html
https://www.entel.bo/inicio3.0/index.php/sala-de-prensa/item/1123-nacionalizacion-de-entel-en-bolivia-una-certera-decision

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