Jaque al Rey

Jaque al Rey

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Por Nicolás Sampedro*

Análisis de CFK sobre la situación política actual y lanzamiento de su candidatura

Las palabras de Cristina Fernández de Kirchner no sólo dan cuenta de su agudeza y minuciosidad en la lectura política de lo que pasa en el mundo y la región, sino que dieron cuenta de la brillante jugada de ajedrez que realizó. En poco más de doce minutos ordenó a la tropa hacia adentro y se deja sin argumento a quienes la denostan.

De todas formas, el objetivo de estas líneas no es analizar el discurso de CFK, sino arrojar algunas observaciones al respecto de ese mundo que cambió y que para Nuestra América significó un retroceso significativo en materia de derechos y de bienestar para el pueblo.

La semana pasada el compañero Emilio Ibáñez analizaba una nueva embestida de los EEUU hacia los productos importados desde China. La suba de aranceles a un segmento de productos que implicaba es una nueva avanzada gringa en la guerra comercial con el gigante asiático.

Donald Trump sobre los aranceles a importaciones chinas

En un artículo publicado hace algún tiempo por el New York Times, titulado “La ocasión para un nuevo orden mundial”, Henry Kissinger abogaba por la implementación del G-2 (EEUU y China) como árbitros del mundo. El longevo estratega del imperio señala en ese artículo no sólo que no se debía señalar al gigante asiático como “enemigo”, sino que desaconsejaba el proteccionismo y pedía que las relaciones entre ambos países se eleven a un nuevo nivel sobre la base del concepto de destino común.

Pero las intenciones del pentágono no son las mismas. Según lo señala el analista Germán Garraiz López, su decisión es la de confrontar con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) que tiene a China y Rusia como 2 de sus grandes actores y que junto con el ALBA e Irán son el núcleo duro de la resistencia a la hegemonía mundial de EEUU y Gran Bretaña.

Esta política pretende confrontar con la Nueva Ruta de la Seda, ese proyecto ambicioso lanzado por el mandarín Xi Jinping en 2013, que pretende “unir a Europa, Asia Sur-Oriental, Asia Central, Medio Oriente y África (y algo de Nuestra América) con el establecimiento de seis corredores ferroviarios y una ruta marítima que conecte ambos lados del Pacífico”, en lo que es el mayor proyecto comercial de la época.

Hace algunos meses el economista y miembro del Observatorio Económico Latinoamericano, Armando Negrete, resaltaba que la economía estadounidense viene arrastrando desde los años sesenta una tendencia a la baja. La última vez que creció más del 6% fue en 1984 y ni siquiera duró todo el año.

La llegada del neoliberalismo y el descalabro económico que generó la desregulación de los mercados, la apertura comercial y el desarrollo de las finanzas internacionales, permitieron a las transnacionales expandir su red global de encadenamiento productivo, hecho que les permitió mudar sus filiales a otras latitudes. China junto a otros países de Asia fueron los captores de esas industrias, lo que le permitió crecer a un promedio 8,6% anual desde 1980 hasta 2017.

Según analiza Negrete, “La atracción de cadenas productivas globales le permitió desarrollar un aparato industrial avanzado y, mediante la inversión extranjera directa, la importación de tecnología y la ingeniería de reversa implementadas en las zonas de desarrollo industrial de alta tecnología, incorporarse a la carrera tecnológica y el desarrollo de fuerzas productivas de vanguardia.

Está claro que la globalización como sistema está en franco retroceso. Ya son muchos los analistas que prácticamente la dan por muerta. Sobre todo con la llegada de Trump, que junto con el mandarín Xi y su homólogo el Zar Vladi Putin están planteando otro tipo de vínculos a escala planetaria.

Murieron los Tratados Comerciales Transnacionales (TTIP, TTP y NAFTA) en detrimento de economías proteccionistas. De ahí también se explica la suba de aranceles -fundamentalmente al acero (25%) y el aluminio (10%) chino- por parte de los EEUU.

El presidente norteamericano Donald Trump, plantea su “America Fisrt”

La llegada del magnate Donald Trump al Despacho Oval y su “America First” significó un cambio radical en la forma de manejar este enfrentamiento. Lo que -hasta la presidencia de Obama- había sido manejado mediante la diplomacia y algunos canales institucionales, se volvió unilateral. Su administración optó por el hostigamiento al gigante asiático -militar y económicamente-, intentando frenar y/o limitar el crecimiento chino y bloquear su comercio.

El caso más significativo de esta guerra sucedió en paralelo al acuerdo por 90 días entre Trump y Xi Jinping durante la cumbre del G20 en Argentina, y fue el encarcelamiento (el 1 de diciembre de 2018) de Sabrina Meng, la CFO de la empresa de telecomunicaciones Huawei e hija de su fundador Ren Zhengfei.

Durante la Guerra Fría, la carrera era por el desarrollo de armamento nuclear y tuvo como actores a los EEUU y a la URSS. Hoy esa carrera es por el desarrollo y control del 5G y la producción de Inteligencia Artificial, en la cual China está aventajando a los norteamericanos, cosa que estos últimos no aceptan de brazos cruzados.

Pero… ¿Qué es lo que mueve al mundo hoy? ¿Qué es lo que garantiza poder o no avanzar en esa carrera por el 5G y la inteligencia artificial? Nuevamente se retoma al compañero Jorge Beinstein para esclarecer esta interrogante: El petróleo.

EEUU está intentando quitar a China sus bases de aprovisionamiento del oro negro. La guerra en Libia, Irak y Siria, según algunos analistas, responde a ésta lógica. Téngase en cuenta que los 3 países enviaban petróleo a las tierras de Xi.

La derrota militar en Siria, si bien significó una derrota para los norteamericanos, los llevó a mover sus mercenarios a otras latitudes. Recientemente el analista francés Thierry Meyssan publicaba un artículo señalando dos lugares estratégicos donde aparecía nuevamente el Daesh: La república Democrática del Congo y Sir Lanka.

Es que éste último junto con Bangladesh, Birmania y Pakistán serán claves en el recorrido marítimo de una de las Rutas de la Seda. Fundamentalmente la región circundante al puerto de “Gwadar -la “garganta” del Golfo Pérsico- a 72 kilómetros de la frontera con Irán y a unos 400 kilómetros del más importante corredor de transporte de petróleo y muy cerca del estratégico estrecho de Ormuz)”, contiene dos tercios de las reservas mundiales de petróleo y por ese lugar pasa no sólo el 30% del petróleo mundial, sino el 80% del que recibe China.

A esto debe sumarse el acuerdo chino-venezolano en la Faja Petrolífera del Orinoco, donde los chinos empezaron a jugar fuerte y que produce 200 mil barriles de petróleo diarios. De ahí los nervios de la CIA y las agresiones permanentes al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela que conduce Nicolás Maduro.

Zbigniew Brzezinsk

Por otro lado está lo planteado por Brezezinski (el ex-Consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter) quien señala la necesidad de “sustituir la rusodependencia energética de los europeos (30% del gas que importa la UE procede de Rusa) por la frackingdependencia, inundando el mercado europeo con el GNL”, o incluso impulsar el “arco del fracking europeo” (con tecnología estadounidense) “que se extendería desde los Países Bálticos hasta la Ucrania europea, pasando por Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria”.

Retomando a Garraiz López, lo que se puede avecinar es la Guerra de Divisas, una “progresiva devaluación de las diferentes divisas por parte de los Bancos Centrales Mundiales, la ruptura del sistema de paridad de las divisas internacionales y la posterior libre fluctuación de las mismas, lo que terminará por dibujar en el horizonte del próximo quinquenio un escenario en el que se pasará de las guerras comerciales al proteccionismo económico, con la subsiguiente contracción del comercio mundial, posterior finiquito a la globalización económica y ulterior regreso a los compartimentos estancos en la economía mundial”.

El  escenario de la guerra comercial entre EEUU y China, pero que también tienen enredados a los rusos y europeos, es un callejón sin salida para los norteamericanos que a su vez intentan garantizar su reserva estratégica, que es Nuestra América.

Habrá que ver qué sucede en el Panamá de Nito Cortizo, hasta el momento único país latinoamericano que tiene firmado acuerdos de cooperación con China en el marco de la Ruta de la Seda y donde está el canal interoceánico más importante del continente. De igual modo habrá que ver cómo se resuelve el descontento social en Colombia, Brasil, Perú y Chile; cómo se resuelve el conflicto en Venezuela (la reserva de hidrocarburos más importante del mundo); cómo se resuelven las elecciones en Guatemala, Uruguay y Bolivia (que si bien no son grandes jugadores pueden ser una diferencia sustancial en lo diplomático); y fundamentalmente cómo se resuelven las elecciones en Argentina, país clave en la región tanto por su historia como por lo que podría implicar en las relaciones con chinos y rusos.

Cristina fue muy clara, la disputa de poder mundial “es económica, tecnológica, militar y política”. Su decisión dejó atónito a más de uno y cual si fuese Kasparov puso en jaque al Rey.

** Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), productor general del programa La Marea (FM 90.5 Radio Futura), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
El Imperio Contraataca

El Imperio Contraataca

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Nicolás Sampedro*

Tal como lo afirma el analista Manuel Díaz Aponte, “La movida del complejo fichero de la geopolítica internacional cada día es más indescifrable”. Si a esto se le suma el complejo entramado de noticias falsas y operaciones permanentes de los emporios infocomunicacionales, se vuelve fundamental la prudencia y el análisis cada vez más minucioso de los hechos.

El incremento de las tenciones en diferentes partes del planeta en la última semana, dan cuenta de una avanzada multidireccional y multidimensional de parte del imperio norteamericano que da la sensación de pretender seguir perdiendo terreno contra sus principales competidores globales: Rusia y China.

Si bien la retórica de Trump se base en agredir para luego negociar en unas supuestas mejores condiciones, la realidad es que durante la semana reabrieron varios frentes en simultáneo. Quizás de todos ellos uno de los más peligrosos es la nueva embestida en la guerra comercial con China. El mandatario gringo anunció que a partir de este 10 de mayo se incrementarían del 10 % al 25 % las tarifas para una serie de mercancías chinas que EE.UU. importa por un valor de 200 mil millones de dólares al año. El pasado domingo, Trump también amenazó con imponer “en breve” aranceles del 25 % a otros productos chinos por 325.000 millones de dólares que, de momento, no están sujetos a impuestos. Obviamente que el gigante asiático no se quedó de brazos cruzados y aseguró que este hecho tendría sus consecuencias, aunque sigue apostado a lograr un entendimiento.

Anuncio de Trump de la suba de aranceles a productos chinos

En cuando al enfrentamiento con el gigante euroasiático que conduce Vladimir Putin, parece que las molestias del Trump y su séquito responden a que los rusos han tomado la iniciativa en la resolución de muchos de los conflictos abiertos por Washington: Siria, Irán, Ucrania, pero fundamentalmente Venezuela, ubicado en lo que para los gringos es su “patio trasero”; en realidad su reserva estratégica de materias primas y mano de obra barata.

En la semana, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, sostuvo que su país crearía una coalición de países para contrarrestar el accionar los ataques permanentes de la Casa Blanca contra suelo bolivariano. La semana pasada el máximo responsable de la diplomacia rusa y su par norteamericano, Mike Pompeo, coincidieron en que una intervención militar en Venezuela sería “tan injustificada como catastrófica”.

Lo cierto es que una cosa son las declaraciones y otra el accionar cotidiano. Permanentemente Trump y sus funcionarios salen a decir declaraciones a la prensa, o twittean sobre la opción militar, pero, como señala el analista mexicano Alfredo Jalife Rahme, “Rusia ha marcado nítidamente las líneas rojas; no va a permitir el modelo ucraniano, ni el modelo sirio en Venezuela. Y ahí está en juego toda la Doctrina Monroe”.

Como se sabe estos no son los únicos frentes abiertos por la administración Trump. No sólo están las presiones sobre la Unión Europea para que se pliegue a sus intereses, sino también la vía libre y el fomento de las estructuras noeonazis, fundamentalmente en Ucrania y los Balcanes; las presiones para hostigar -fundamentalmente- a Venezuela y a Irán.

En relación a éste último, la semana dejó una innumerable cantidad de noticias, twits y publicaciones en redes. No sólo por las nuevas sanciones aplicadas al país persa y a quienes comercien con éste, sino por el envío de buques militares y otros elementos bélicos a la región.

Párrafo aparte merecería el “vía libre” para que el estado terrorista de Israel haga y deshaga a sus anchas en el territorio palestino. La última información habla de un nuevo muerto en la jornada 58 de la Gran Marcha del Retorno, y que según la ONU hasta marzo de este año llevaba alrededor de 120 palestinos amputados por las agresiones sionistas.

La política propuesta por la administración Trump es el llamado “Acuerdo del Siglo”. Según el canciller palestino, Riad al-Maliki, “No podemos darnos el lujo de no involucrarnos en esfuerzos de paz, pero los esfuerzos de la Administración estadounidense no pueden ser descritos ni pueden calificar, lamentablemente, como esfuerzos de paz, sino condiciones para la rendición”.

Entrevista a Stella Calloni

En Nuestra América el caso más resonante es el venezolano. El intento fallido de golpe de estado del pasado 30 de abril, dio cuenta de lo desdibujada que está la oposición al chavismo, del pescado podrido que vendió a los yanquis y la extrema incapacidad de hacer nada, hasta trucos fotográficos tienen que hacer para intentar que no se note la pérdida de confianza hasta de los propios. Hoy la agresión está enteramente digitada desde fuera como sostenía la semana pasada la colega Stella Calloni.

Ahora lo que se vuelve realmente peligroso del escenario venezolano son los tristemente célebres “falsos positivoscolombianos, como la denuncia del ingreso de integrantes de las FANB en su territorio o el posible ingreso de mercenarios privados como se mencionaba la semana pasada. El país vecino tiene larga data en este tipo de maniobras y como sostiene el director ejecutivo del Instituto Ron Paul, Daniel McAdams, “Guaidó ahora vale más muerto que vivo para la CIA y para la oposición“.

El escenario de agresiones imperiales en la región se complementa con los permanentes ataques a Cuba y Nicaragua. Las dos naciones hermanas vienen siendo hostigadas por los gringos, que pretenden borrar del mapa del continente a toda expresión de gobierno popular, progresista o revolucionario. Motivo de ello también la política de vaciamiento de los bloques regionales que se construyeron durante las últimas décadas.

El imperio norteamericano se desmorona paulatinamente y como decía el gran compañero y analista, Jorge Beinstein, tienen una carrera a contrarreloj por lograr. Todo indicaría que su decadencia puede llevar a un desastre para toda la humanidad. La analogía del galardonado film de George Lucas que encabeza esta nota, encaja como pieza de rompecabeza. Hay que tener cuidado y estar alertas porque “El imperio contraataca

* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), productor general del programa La Marea (FM 90.5 Radio Futura), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
EL SHOCK ROOM ARGENTINO

EL SHOCK ROOM ARGENTINO

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Nicolás Sampedro*

El martes de esta semana, el exjuez Carlos Rozanski declaró en el programa de Gustavo Sylvestre, que en la historia democrática no hay antecedentes de un momento judicial como este, donde hay gente presa por fotocopias. Lo cual lo llevó a decir que actualmente “no hay vigencia del estado de derecho

Rozanski continua su alegato sosteniendo que nada de lo que lleva adelante el modelo que encabeza Mauricio Macri, se podría sostener sin la complicidad del aparato judicial y los medios de comunicación.

En artículos anteriores se han arrojado algunos elementos y algunas características del momento histórico, de quienes nos gobiernan y de cómo llegaron al control del Estado, por los cuales -efectivamente- puede afirmarse que no hay estado de derecho en Argentina.

La oligarquía mafiosa argentina llega al poder luego de una clara operación en un marco de Guerra de 4ta Generación: La denuncia de Nisman por el memorándum de entendimiento con Irán (el manifiesto político), la muerte del Fisca (el mártir), el escenario callejero (la marcha del 18F) y la proyección política (la conformación de Cambiemos).

Está claro que esta operación no es propia de la mente brillante de algunos de los que hoy están en la función pública, ni mucho menos. La Operación Nisman tuvo repercusiones a escala global y respondía a intereses concretos en la disputa geopolítica de los EEUU y su cambio de posición respecto al país persa. Un viraje, además, en un momento de decadencia del imperio, que lejos de ser más benévolo (como ha sucedido históricamente), se vuelve más bestial.

Nada es casual, ni un error, ni nada que se le parezca. La mafiocracia financierista y oligarca que nos gobierna vino a hacer lo que está haciendo: a hacer ese viraje geopolítico hacia EEUU (para que recuperen su influencia sobre la región); vino a debilitar el mercado interno para que las grandes corporaciones multinacionales puedan, a posteriori, comprar por migajas la capacidad instalada ociosa que dejará el gobierno; vino a implantar al Fondo Monetario Internacional para que el pueblo argentino pague parte de la crisis internacional; vino a entregar nuestras Malvinas a los piratas británicos, a entregar la cordillera a la Barrick Gold, a entregar el litio del norte, a entregar el petróleo patagónico, a entregar el agua del Acuífero Guaraní. Esa es su finalidad, no otra.

En lo concreto, el experimento mafioso que vive Argentina, lejos de ser perdurable en el tiempo, tiene crecientes problemas para sostenerse. Incluso para llegar a las elecciones de 2019 con cierta tranquilidad. Las cuentas no cierran para gran parte de la población y el gobierno parece no estar dispuesto siquiera a juntarse a charlar con los opositores a charlar. Ni hablar de cambiar su matriz económica.

El nuevo acuerdo con el FMI y los posibles incrementos futuros que adelantaba Verbitsky esta semana, sólo tienen por objetivo calmar las aguas hasta después de la cumbre del G20 que se sesionará en Buenos Aires en noviembre. No es casual que en los últimos meses hayan pasado por nuestro país, tres altos cargos de las Fuerzas Armadas de los EEUU: el secretario de Defensa, general James Mattis; el jefe del Comando Sur, almirante Kurt Tidd, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Mark Milley.

Los poderes reales a escala planetaria, de los cuales gran parte hacen lobbie en EEUU, han venido aplicando desde los años 70, una política de shock ante situaciones de crisis. Hechos analizados por la periodista canadiense Naomi Klein en “La Doctrina del Shock” y recientemente en su último libro “Decir no, no basta”, donde analiza la llegada al poder de Donald Trump y su accionar desde entonces.

Maquiavelo aconsejaba al príncipe que “las injurias deben perpetrarse todas a la vez, a fin de que sintiéndolas menos ofendan menos”. Klein analiza cómo se implementaron las políticas neoliberales de Milton Fridman y sus Chicago Boys tras el golpe en Chile y las demás dictaduras en Nuestra América durante los 70; tras la invasión a Irak de 2003; tras el tsunami que arrasó Asia en 2004; tras el paso de Katrina por el propio EEUU en 2005. Estas mismas políticas fueron aplicadas tras los golpes a Mel Zelaya en Honduras (2009), a Fernando Lugo en Paraguay (2012), a Dilma Rousseff en Brasil (2016), y tras la llegada de Mauricio Macri en Argentina y Lenin Moreno en Ecuador. La cola del diablo siempre estuvo presente.

El reciente twitt del presidente argentino, citando dos frases del libro “Mi lucha” de Adolf Hitler, sumado a los halagos al genocida alemán del asesor estrella, Durán Barba, dan cuenta del costado fascista que se suma a la larga lista de hechos bochornosos descriptos, pero que dan cuenta de las dimensiones de lo que enfrenta el pueblo argentino: un grupo de mafiosos en el poder, que van como perros falderos tras las políticas diseñadas por Trump, Netanyahu y el FMI, y que están dispuestos a obedecer a sus amos, por más que ello implique el asesinato en masa ya sea mediante políticas de hambre o la represión ante el creciente descontento social.

El momento histórico requiere de cabeza fría, de mucha serenidad y de paciencia, lo cual no significa no luchar sino todo lo contrario. Hay que seguir organizándose, cuidarnos les unes a les otres, hermanarnos y solidarizarnos con cada agredide, pero fundamentalmente nunca dejar de luchar. La disputa contra este modelo hay que darla en todos los planos y el objetivo que persiguen estas líneas editoriales intenta realizar su aporte en ese camino. Las cartas están echadas sobre la mesa… Salir del shock room es tarea de todes…


* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio UNLP), productor del programa Columna Vertebral (Radio Estación Sur - FM 91.7), columnista del programa La Marea (Radio Futura – FM 90.5) editor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
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