TIEMPO DE LECTURA: 3 min.

El Orador de la Revolución de Mayo se está muriendo de un cáncer en su lengua. No le importa, hasta el final insistirá con denunciar a los traidores y explicar la verdadera utopía revolucionaria

¿No intentamos en la columna pasada pensar en la resistencia, significándola desde los lugares donde se aloja? 

Acá volvemos a merodearla porque inevitablemente aparece, aunque desde otra perspectiva, cruda, inconfortable: la resistencia en estado de confusión  (como los primeros momentos de conciencia luego de un desmayo), y en este caso estremecida de derrota…

Esta es otra forma de recorrerla. Y no. Y este es otro universo literario. Y no.

¿Qué revolución compensará la pena de los hombres? le hace decir Andrés Rivera a “su Castelli”, protagonista de la novela histórica La Revolución es un Sueño Eterno

Andrés Rivera (1928-2016) extiende su brazo literario y elige con exquisita sagacidad contarlo a Castelli. No a Belgrano, no a Moreno, a Castelli…

Juan José Castelli ¿uno de los representante de la Primera Junta? Sí ¿El gran orador de la Revolución de Mayo? También, pero fue mucho más que eso. Junto a su primo y amigo Belgrano y junto a Mariano Moreno integró el grupo más radical y osado de los rebeldes criollos de principio del siglo XIX. Entendió como nadie la dimensión del fenómeno político del que participaba y por eso se negó a hablar de revolución si no incluía a los pueblos originarios, al pobrerío, a lxs analfabetos.

Pero en La Revolución es un Sueño Eterno es 1812 y los hechos de Mayo transmutaron en algo amorfo. Castelli, está confinado en su casa y es ahora apenas un hombre solo, con el cuerpo enfermo y el espíritu vencido. Una herida de cigarro mal curada en su lengua progresa rápidamente a un cáncer letal.  Con las pocas fuerzas que le quedan escribe en un cuaderno de tapas rojas sus pensamientos y recuerdos. Ya no es tiempo de jugarse la vida echando godos de la fronteras ni de sus vibrantes discursos en pos del sueño de emancipación libertad y justicia, y el porqué no fue posible ese sueño se convertirá en la obsesión de sus últimos días: “¿acaso hay alguna revolución que pueda compensar la pena de los hombres o se trata, simplemente, de un sueño imposible?” reflexiona en su cuaderno.

Se pudre su lengua y se pudre el discurso revolucionario como una paradoja brutal;  acá no habla un héroe, habla un hombre político derrotado. La facción moderada de la Primera Junta se quedó con todo. El poder se traspola del imperialismo europeo a la incipiente burguesía criolla más o menos con la misma estructura.

Esta pequeña y explosiva novela gana el premio nacional de literatura en 1992. Es justo. Rivera encuentra el tono exacto deambulando entre lo poético y lo político y lo usa para escribir un relato históricamente creíble e ideológicamente formativo: se iluminan a través del monólogo de Castelli las zonas más difusas de aquella época que intentó parirnos como nación, en el acostumbrado cruce entre ficción y realidad que se espera de una novela histórica, el autor va desenmascarando lo que ocultaron los discursos históricos dominantes, aún los más progresistas. 

¿Qué es la Patria? ¿Quiénes somos la Patria? ¿Qué es ser un patriota y qué pasa cuando los más comprometidos pierden y les arrebatan material y discursivamente la revolución soñada? Todas las respuestas aparecen fácilmente gracias a esta joya literaria de Rivera.

“Juré que la revolución no sería un té servido a las 5 de la tarde”, escribe Castelli. Vencido pero porfiado, moribundo pero aún encendido, se quedó sin lengua pero usará su último cachito de vida para insistir explicando la utopía. Nada, absolutamente nada de lo que hallamos en esta novela es mera coincidencia con el presente.

Amanda Corradini

Mujer de trincheras: Reparte su vida entre la trinchera de la Escuela Pública, la de su biblioteca y la que guarda algunas banderas que gusta agitar. Todo regado de mate dulce, Charly García y un vergonzoso apego por el humor infantil.

Dejanos tu comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde Trinchera

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

1