Liberia bajo la presidencia de un ex astro del fútbol

Liberia bajo la presidencia de un ex astro del fútbol

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Nacido en 1966 en una familia de clase trabajadora en los suburbios de Monrovia, la capital de Liberia, el ex astro del fútbol George Weah llegó a trabajar como técnico en la compañía nacional de telecomunicaciones. Pero lo que le permitió tener una vida completamente distinta a la de los 4,7 millones de liberianos fue su talento para jugar al fútbol. En 1988, a los 22 años, Weah ingresó a la elite del fútbol mundial.

George Weah, presidente actual de Liberia

Pasaría al París Saint-Germain y en 1995, el año más importante de su carrera, al Milan de Italia. La combinación de potencia goleadora con técnica y destreza lo volvieron el delantero del momento en Europa. Esa temporada se convirtió en el primer y hasta ahora único jugador africano en ganar el Balón de Oro que entrega la revista France Football al mejor jugador del mundo.

Weah jugó dos años en Inglaterra, regresó a Francia para jugar en el Marsella y luego se mudó a Emiratos Árabes, donde se retiró en 2003, jugando para el Al-Jazira. El único sueño que no pudo cumplir como futbolista fue jugar un mundial con su país. Lo intentó en numerosas ocasiones, pero lo máximo que llegó a disputar fue una Copa Africana de Naciones, sin mucho éxito.

Liberia tuvo sus inconvenientes para poder tener una regular participación en los campeonatos de fútbol organizados por FIFA. Junto a Etiopía, Liberia fue uno de los países que no cayó bajo el control del yugo colonial blanco orquestado por el Congreso de Berlín de 1884-1885. Pero no fue un país con pasado tradicional africano, sino que fue fundado en 1821 por colonos norteamericanos libertarios, como resultado de un plan para financiar la emigración y afincamiento de los esclavos liberados de Estados Unidos. Se unieron a ellos unos 6000 africanos, liberados de los barcos de esclavos por patrullas británicas y estadounidenses. En 1847, Liberia declaraba su independencia con capital en Monrovia (en honor al presidente estadounidense James Monroe, el de la frase “América para los americanos”). La nueva nación no pudo controlar a las tribus locales del interior selvático y recién en 1915 se las sometió con ayuda de marines estadounidenses.

Liberia fue un país independiente, pero siempre bajo tutela económica de Estados Unidos. En 1927, la compañía Firestone inició un programa de plantaciones de caucho. Aparecieron los trabajos forzados para un proletariado liberiano en crecimiento demográfico, que no dudó en sindicalizarse en 1930 para exigir derechos laborales. Liberia fue uno de los países fundadores de las Naciones Unidas y en tiempos de Guerra Fría estuvo del lado de Estados Unidos.

La economía desde 1950 se diversificó un poco, pero siempre orientada a la exportación de materia prima. El caucho representaba siempre el 15 % de su exportación, de las que casi el 45 % corresponden a Firestone. El mineral hierro supuso un 75 % de las exportaciones en la década de 1970. Pero el hallazgo de yacimientos de minerales fue una maldición para Liberia. También el petróleo. Las elites liberianas empezaron a pelear por la rentabilidad y la inestabilidad política se hizo presente. Luego estalló en una guerra civil en 1989.

Liberia en el mapa africano

En septiembre de 1990 el presidente golpista Samuel Doe (en el poder desde 1980) fue depuesto y asesinado por las fuerzas de la facción encabezada por Yormie Johnson y miembros de la tribu gio. Pero no todo se calmó. Un pistolero y matón llamado Charles Taylor fue elegido presidente en las elecciones de 1997, tras encabezar una sangrienta insurrección. El régimen de Taylor fue uno de los más sanguinarios de Liberia. En 1998 el gobierno de Taylor intentó asesinar al activista por los derechos de los niños Kimmie Weeks, por un informe que publicó sobre la instrucción militar a menores. Taylor condujo al país a una segunda guerra civil en 1999. Se calcula que más de 200.000 personas perecieron en las dos guerras civiles. El conflicto se intensificó a mediados de 2003 y la lucha se desplazó hasta Monrovia, la capital.

La disputa era por los minerales y las multinacionales occidentales financiaron a “señores de la guerra” que combatían a Taylor. Pero también al autócrata presidente liberiano. No importaba nada, el que ganaba debía garantizar la extracción de minerales, petróleo, madera de la selva y caucho. En 2002 surgió el movimiento Mujeres de Liberia por la Paz, coordinado por Leymah Gbowe​ y en el que participaron miles de mujeres cristianas y musulmanas que pedían pacíficamente la paz. Sus representantes se reunieron con el presidente Taylor y lograron que concluyese con éxito la conferencia de paz que en 2003 puso fin a la guerra. Taylor se fugó para Nigeria.

Con las tropas de la ONU y de países africanos occidentales como escenario, Liberia celebró unas elecciones “pacíficas” en 2005. Se presentaron 23 candidatos a estas elecciones, en las que se esperaba que el astro futbolero George Weah, además embajador de UNICEF y miembro de la etnia Kru, dominara el voto popular. Pero no lo logró. El 8 de noviembre de 2005 se declaró que Johnson-Sirleaf, una economista formada en Harvard, había ganado los comicios. Johnson-Sirleaf vivió gran parte de su vida en Estados Unidos, por lo que se la ha acusado de desconocer la realidad liberiana desde dentro y de haber ganado las elecciones en forma fraudulenta con el apoyo manifiesto de Washington. Lo único que hizo de forma impactante fue pedir un juicio contra Taylor. Al viejo dictador excéntrico se le acusa de haber dirigido, formado y armado a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF) de Sierra Leona a cambio de diamantes en bruto, comenzando una guerra que dejó 120.000 muertos. Además es juzgado por muertes, violaciones y por haber usado niños soldado. Durante el juicio, el expresidente afirmó que nunca tuvo en su poder diamantes en bruto, declaración controvertida pues la modelo Naomi Campbell aseguró haber recibido por parte de dos hombres no identificados tres diamantes en bruto durante una cena en la que estuvo Charles Taylor. Weah también se hizo eco del juicio y pidió justicia, renovando su sueño de ser presidente de Liberia.

El 10 de octubre de 2017 se celebraron nuevas elecciones presidenciales. Los candidatos que lograron alcanzar la segunda vuelta fueron Weah y el oficialista Joseph Boakai. En dicha segunda vuelta, celebrada el 26 de diciembre de ese año, Weah se impone ampliamente a Boakai, logrando alcanzar al segundo intento la presidencia de su país natal. Sueño cumplido.

Protestas populares en Monrovia, capital de Liberia, contra el presidente Weah

Todo parecía panacea para Liberia con la llegada a la presidencia de uno de sus hijos predilectos. Exitoso, multimillonario, filántropo, embajador de UNICEF y bancado por una gran cantidad de sponsors, Weah se preparaba para la presidencia de su vida. Para cientos de miles de jóvenes era la personificación de una utopía de superación. Haber crecido pobre en Monrovia y abrirse camino para entrar en el escenario mundial lo hizo una figura especialmente popular entre los jóvenes pobres de las zonas urbanas, un factor importante en un país donde más del 60% de la población tiene menos 25 años y casi la mitad vive en la capital o en la región circundante.

Pero todo fue un sueño. Nada más. Weah convirtió a Liberia en un club de fútbol. Es decir, se manejaba como un gerente de un club y no como mandatario de una nación. Estados Unidos lo asesoró y recibió ayuda de la Unión Europea, que prácticamente le nombraron los ministros y asesores técnicos para manejar al país. Y vinieron los planes de ajuste del FMI y del Banco Africano de Desarrollo para Liberia. Weah decía que había que “ser austeros”.

En 2019 estalló la bronca popular. Weah hizo una mala jugada. En junio del año 2019, comenzaron las protestas contra su gobierno por la dramática crisis económica que atraviesa el país y su controversial manejo de las finanzas públicas. También se lo acusa de favorecer a amigos y allegados empresariales.

En 2020 vino el giro autoritario de Weah. Otra mala jugada. La policía respondió con gases lacrimógenos y cañones de agua a los miles de manifestantes que salieron a expresar su enojo el 7 de enero de 2020 en Monrovia. Además, cerró la radio de Henry Costa, uno de los referentes de las movilizaciones, que se fue del país denunciando persecución política.

Weah se convirtió en un presidente casi dictatorial. Sólo lo banca Estados Unidos. No generó el crecimiento económico ni el trabajo que los liberianos más pobres ansían desesperadamente. No erradicó la corrupción y no fue totalmente transparente con respecto a sus propias finanzas, ni proporcionó los recursos y el apoyo necesarios para que la Comisión Anticorrupción pueda hacer su trabajo. Su gobierno reaccionó a la defensiva ante las protestas. En lugar de reconocer las faltas o de entablar un diálogo abierto con los opositores, intentó reprimirlos y aparentemente ha utilizado recursos del Estado para acosarlos a ellos y a los medios de comunicación.

Weah se convirtió en un presidente autocrático en Liberia, apoyado por Occidente

Weah tampoco ha sido capaz de atraer los mismos niveles de inversión y se enfrenta a acusaciones similares de corrupción de presidente anteriores de Liberia, con el desempleo y otros desafíos socioeconómicos todavía persistentes, y sin más fuerzas de paz para dar estabilidad. Weah estudió administración de negocios en la Universidad DeVry de Miami. Pero eso no fue suficiente. Weah nombró en su gobierno a individuos que formaban parte de la antigua elite. También debe asegurarse de que los estilos de vida de quienes lo rodean estén a la altura de las expectativas de un país con una economía pobre como Liberia. Para ser claros, no se puede ver a Weah y a su círculo íntimo conduciendo autos importados caros y dando fiestas fastuosas, mientras la economía está funcionando mal. Las privaciones llevarán a muchos más liberianos a las calles si creen que las elites no comparten su sufrimiento.

Weah gobierna sobre un volcán. Liberia es uno de los países más pobres del mundo. Tiene un PIB per cápita de apenas 688 dólares, bajo incluso para los estándares africanos. Su Índice de Desarrollo Humano es de solo 0,465 y se ubica en el puesto 176 a nivel mundial. Solo 13 países, todos del mismo continente, tienen un desarrollo menor, según las estadísticas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. En 2018, primer año del ex futbolista como presidente, se registró una desaceleración y la economía creció 1,2 por ciento. Lo más dramático es que el freno de la actividad económica se conjugó con una disparada de la inflación. Es la séptima más alta del planeta, con un 30 % anual. Las finanzas públicas están en ruinas y miles de empleados públicos cobran con semanas de retraso. Al mismo tiempo, el sistema financiero está comprometido y ya hay bancos que no están en condiciones de entregar los depósitos a sus clientes. Liberia se parece a la Argentina del año 2001.

Un verdadero golazo en contra el de Weah para su país. Esperanzas de cambio, marketing puro y sólo un sueño de Weah que convirtió en pesadilla para el pueblo de Liberia. El clima de guerra civil no se ha ido del país. Las cicatrices de la era de los “señores de la guerra” y los “diamantes de sangre” están muy presentes. Y Weah no sabrá gambetear si sigue siendo un títere de las multinacionales, Estados Unidos, la Unión Europea y el FMI.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Eduard Paz
Eduard Paz

Proveniente del sur, me instalé en la ciudad de las diagonales. Fiel pensante que la política el deporte van de la mano.  Siempre me vas a tener al servicio de la comunicación del pueblo y su deporte.

La lucha continúa en esta hora crucial

La lucha continúa en esta hora crucial

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“Hoy mi deber era cantarle a la Patria, alzar la bandera, sumarme a la plaza”

Silvio Rodríguez

Se desarrolló recientemente, cuando conmemoramos 60 años de la proclamación del carácter socialista de la Revolución y la victoria del pueblo en las arenas de Playa Girón frente al imperialismo; un histórico Congreso del Partido Comunista de Cuba, el de la continuidad; definitorio y desafiante, con una mirada crítica que ha puesto la pupila en cuestiones medulares para mantener viva la Revolución y continuar el camino socialista. Es esta una hora crucial, ante amenazas y pretensiones indignas de quienes apuestan por el derrocamiento de nuestro proceso revolucionario; el 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba reafirmó la convicción de luchar hasta el final, de no cejar, de no claudicar. Se precisa de un ejercicio constante del criterio, de un necesario pensamiento crítico que nos lleve a las esencias.

He ahí la importancia de nuestras organizaciones políticas. Precisamos de una mayor cultura de hacer política, concepto expuesto con claridad meridiana por Armando Hart Dávalos. Y cuando leemos el Informe Central del Congreso, después de haberlo escuchado en voz del General de Ejército Raúl Castro, estamos ante un documento de un altura política, ética y programática extraordinaria. Ahí están las pautas, los retos que tenemos, lo que debemos ser los militantes, el presente y futuro de la nación. Salvaguardar la memoria histórica es vital, defender la cultura e identidad es clave, continuar sembrando ideas y conciencia una necesidad.

Cuba Socialista se mantiene firme con la unidad patriótica que representa el Partido Comunista.

La lucha es por la vida, por mantener a buen resguardo la libertad y soberanía alcanzadas el 1 de enero de 1959, por defender el ideal patriótico que nos ha acompañado históricamente, por continuar transformando el país desde la auténtica creación y con la premisa de que Cuba es y será siempre socialista y antimperialista. Estamos en la hora de los hornos, y como nos dice Martí, en ella no se ha de ver más que la luz. Es un hervidero el momento histórico que vivimos, son tiempos de acostarnos con las armas de almohada y no con el pañuelo a la cabeza. Hay cosas muy sagradas que defender y en esa defensa hermosa ha estado siempre la militancia revolucionaria.

Nuestro presidente Miguel Díaz-Canel nos ha convidado a pensar como país; y es hoy deber generacional, hacer este ejercicio reflexivo, de pensamiento, desde la más profunda cultura de hacer política, con sentido de humanidad, con la sensibilidad como premisa esencial; que es servir a los demás, que es hacer una construcción colectiva de la sociedad a la que continuamos aspirando, que es salvaguardar la unidad para seguir recuperando y salvando el tejido espiritual de la nación. Mucho tenemos que decir y explicar, precisamos de un vital diálogo de generaciones que nos ayude a seguir construyendo el consenso social, que nos asegure la unidad como pivote esencial de la continuidad histórica de la Revolución.

Es así como llegamos al 1 de mayo, con muchas motivaciones y desafíos, conscientes de la necesidad de fortalecer nuestra economía, de seguir produciendo en el país para sustituir importaciones, de implementar con eficacia los lineamientos de la política económica y social, la estrategia de desarrollo del país; todo ello como pilares del perfeccionamiento del sosocialismo cubano, que aspiramos que sea cada vez más próspero y sostenible. Y todo eso en medio de la Covid 19, pandemia terrible, y del genocida bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el imperio mañoso y cruel estadounidense a Cuba.

Esta realidad de creciente hostilidad imperialista convida a los trabajadores cubanos, que no desfilaremos como tradicionalmente hacemos cada 1 de mayo en las principales plazas de la Revolución, a salir al camino a luchar por Cuba, a salvaguardar la unidad del pueblo, a hacer valer la continuidad revolucionaria. Bajo el lema #UnidosHacemosCuba; obreros, campesinos, estudiantes, el pueblo íntegro, en el escenario virtual, desde las redes sociales digitales y muchos desde la actividad productiva con la camisa al codo; estaremos refrendado las razones que definen esta lucha, las motivaciones que nos mueven, los principios que nos sostienen.

Raúl Castro anuncia que deja ser Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de Cuba 🇨🇺. En su lugar, irá Miguel Díaz-Canel, actual presidente de la isla.

Este día internacional de los trabajadores será entrañable porque Cuba vibra de emoción al saberse y reafirmarse libre y soberana, socialista y antimperialista; porque se escuchará nuevamente la definición de Revolución que nos legara el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, porque cada trabajador ha dado todo de sí por Cuba, especialmente el sector de la salud, cuyos hombres y mujeres han sido verdaderos héroes y ángeles de batas blancas; y el sector de la ciencia que muestra hoy con honor y dignidad cinco candidatos vacunales para enfrentar la Covid 19. Hemos librado esta batalla bajo el asedio hostil y mediático del imperialismo, quien de manera despiadada intenta socavar las bases más genuinas de nuestro proceso revolucionario, pretensión que no logrará jamás porque somos un país, una nación, un pueblo de Patria o Muerte.

Vivimos un momento definitorio. Tomar partido viviendo la Revolución de la dignidad y por el decoro del hombre, ante la guerra que se nos hace, deviene paso imprescindible de cada patriota, de cada militante. Es como deber generacional que nunca muere porque representa el sentimiento que cubre nuestro actuar en medio de circunstancias tan dramáticas y difíciles. Es el amor a la Patria, desvelo continuo y excitación que provoca superar lo posible y crear desde la heroicidad que no desdeña lo cotidiano.

He ahí una de las claves para asegurar una revolución como la que mantenemos viva en Cuba: hacer de lo hermoso lo cotidiano, eso es patriotismo, valor entrañable de los hijos de la Patria. Como nos legó José Martí en uno de sus discursos conmemorativos por el 10 de Octubre: “Me parece que veo cruzar, pasando lista, una sombra colérica y sublime, la sombra de la estrella en el sombrero; y mi deber, mientras me queden pies, el deber de todos nosotros, mientras nos queden pies, es ponernos en pie, y decir: ¡presente!

Yusuam Palacios Ortega
Yusuam Palacios Ortega

Licenciado en Derecho, presidente del Movimiento Juvenil Martiano de Cuba. Revolucionario, antiimperialista, Martiano, Fidelista y Comunista, en defensa de la Patria Cubana.

Colombia contra la reforma tributaria de Duque

Colombia contra la reforma tributaria de Duque

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El Gobierno colombiano, con Iván Duque a la cabeza, presentó en el Congreso de la Nación el proyecto de Ley de Solidaridad Sostenible, una reforma tributaria vestida de medida para paliar la crisis generada por el Covid-19 y por el modelo uribista. Lejos de gravar las grandes fortunas, el proyecto impulsado por el uribismo tiene dos ejes principales: el aumento del IVA en alimentos de la canasta básica y la ampliación de la base impositiva sobre los salarios de la clase trabajadora.

La intención del Gobierno colombiano es la de recaudar 23 millones de pesos “para sanear las finanzas públicas”, pero lo cierto es que la extensión del IVA recae sobre productos de la canasta familiar que no estaban gravados, cuando la pobreza en Colombia roza el 50%; y con la ampliación de la base impositiva se alcanza a las personas que cobran 2.500.000 pesos colombianos, cuando antes la base tributaria estaba en 4.200.000.

La medida logró aglutinar la movilización de organizaciones sindicales, indígenas, estudiantiles, partidos políticos y de las pequeñas y medianas empresas, que organizaron un paro nacional el miércoles 28 de abril en rechazo a que la crisis se financie tocando los ingresos de la clase media y los sectores más vulnerados.

Como afirmó el colega, Manuel Humerto Restrepo, la reforma ataca el corazón de los derechos sociales conquistados entre luchas y victorias colectivas. La reforma declara la guerra contra el núcleo duro de los derechos humanos, de los derechos sociales de toda la población y en especial arremete contra la dignidad de la clase trabajadora.

Si bien es el proyecto de ley lo que moviliza a la sociedad en esta oportunidad, se observa un cansancio recurrente para con el modelo uribista y una crítica generalizada al modelo neoliberal del que Colombia es fiel exponente en América Latina.

En las horas previas al 28 A, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca -Bogotá- había ordenado suspender las marchas por la situación epidemiológica. Sin embargo, el Comité Nacional del Paro, que aglutina a más de 50 organizaciones sindicales y sociales, mantuvo la convocatoria. “Por la paz, por la vida, por la democracia y contra el paquetazo de Iván Duque”, fue el lema con el que se convocaron, solicitando que quienes se movilizaran cumplan con las medidas de distanciamiento social para evitar más brotes en el segundo país más afectado de la región, después de Brasil.

Si la intención del Gobierno colombiano fuera la de recaudar más dinero para paliar la crisis del Covid-19 y poder continuar otorgando los míseros 40 dólares de subsidio a los sectores más vulnerables, la mejor idea sería la de replicar lo que varios países del mundo han hecho: gravar las grandes fortunas. Pero el impuesto a los mayores patrimonios incluido en la reforma tributaria no permitiría recaudar ni la mitad de lo que se pretende obtener de los sectores medios y bajos.

Claro, Duque no quiere perder a los amigos que financiaron su campaña y sostienen su Gobierno. La reforma tributaria no alcanza a las grandes empresas, mantiene privilegios para las multinacionales por casi 40 billones de pesos colombianos al año, y no grava la renta financiera.

Por el particular contexto de violencia que atraviesa la historia colombiana de las últimas décadas, parece importante mencionar que por estos días también se conoció la intención del Gobierno nacional de renovar su flota de aeronaves militares. La intención de Duque es comprar 24 aviones de guerra por un monto de cuatro mil millones de dólares.

Lo cierto es que Colombia tiene el segundo mayor gasto militar de la región por detrás de Brasil y eso tampoco es casual: nos encontramos frente a un Gobierno que sólo tiene respuestas represivas a las demandas de su pueblo. En el último tiempo volvieron las masacres, los desplazamientos forzados, las minas antipersonal. En ese sentido, podríamos pensar que el Gobierno necesita la escalada de violencia para que vuelva a ponerse en agenda la consideración de un gobierno autoritario y de mano dura. Queda claro: el “NO A LA PAZ” es el hilo conductor del gobierno de Iván Duque, incluso cuando el pueblo ratifica el “NO A LA GUERRA” firmado en los acuerdos de La Habana.

En este sentido, parece un chiste que la justicia intente suprimir la movilización con la excusa de preservar la vida humana. Sólo en 2020 Human Right Watch registró 90 masacres. En 2021, Colombia se enteró que durante el gobierno de Uribe Vélez fueron ejecutados extrajudicialmente 6.402 ciudadanos -los llamados “falsos positivos”-, con el objetivo de presentar bajas en la lucha contra la insurgencia. Además, en lo que va del año han sido asesinados 50 líderes y lideresas sociales; casi 1000 desde la firma de la paz.

El uribismo, el modelo neoliberal y el saqueo de las arcas del Estado

Cabe recordar que la campaña de Iván Duque fue financiada con los dineros del narcotráfico, según indican los audios interceptados entre el narcotraficante “Ñeñe” Hernández y la ex secretaria personal de Álvaro Uribe, “Caya” Daza. El escándalo conocido como “ñeñepolítica” empezó a crecer desde el 2018 como una bola de nieve sin que la justicia mediara intervención alguna.

Mientras el empresariado narco codirigía junto al gobierno a las bandas paramilitares, los crímenes contra los líderes y lideresas sociales alcanzaban cifras espantosas. Desde 2019, más de 250 de ellxs fueron asesinadxs cada año. En 2019, el Ministro de Defensa Botero bombardeó un campamento de las disidencias de las FARC donde fueron asesinados casi siete niños y niñas. El año culminó con una tentativa reforma tributaria, que terminó por agravar el escenario nacional y en noviembre se definió el Paro Nacional que duró intermitentemente hasta enero del 2020.

En abril del 2020 el gobierno colombiano pidió 11.000 millones de dólares al FMI para conjurar la crisis financiera en medio de la pandemia. Sin embargo, mientras la crisis sanitaria demostraba la tragedia resultante de la privatización de la salud, Iván Duque decidió otorgar un crédito millonario a la aerolínea panameña Avianca.

En agosto del 2020 el gobierno uribista anunció que el Comité de Administración del Fondo de Mitigación de Emergencias autorizó la participación de la nación en la reestructuración de Avianca para garantizar la protección de la prestación del servicio aéreo, mediante un financiamiento de hasta 370 millones de dólares.

La medida fue ampliamente rechazada y el crédito finalmente no se otorgó. Sin embargo, el desagüe de los recursos públicos prosiguió. La administración de Iván Duque giró, en siete meses, 5 billones de pesos colombianos a grandes empresarios privados para auxiliarlos con la crisis económica.

El programa de Duque, que se negó a la iniciativa de la renta básica, solo ayudó a engrosar los bolsillos de los millonarios, entre ellos el reconocido banquero Sarmiento Angulo, gerente y articulador de la red bancaria “Grupo Aval”. De acuerdo con Camilo Enciso, ex secretario de Transparencia de la Presidencia de la República. entre 2014 y 2017 la campaña presidencial de Duque -además de los dineros del narcotráfico- fue financiada en un 66% por Sarmiento Angulo a través del Banco de Bogotá, que también forma parte del mencionado Grupo Aval.

A la cleptomanía empresarial se suma el gasto en guerra: el gobierno nacional derrochó 2.000 billones de pesos en la compra de una flota de camionetas blindadas para la presidencia y otros 9.000 millones más en la adquisición de 23 camionetas para la Policía Nacional, institución responsable de la masacre de septiembre del 2020. Ese día la ciudadanía se convocó en las calles en rechazo a la tortura y posterior asesinato del abogado Javier Ordóñez. La policía reprimió la protesta a los tiros: hubo 14 muertos y 305 heridos, de los cuales 80 presentaban heridas de arma de fuego. Tras la masacre, Duque respaldó el accionar terrorista de la fuerza pública y definió garantizar sus operaciones con una inusitada inversión en armamento, camionetas y uniformes.

En medio de la sangría de los recursos públicos, el gobierno nacional decidió adelantar la reforma tributaria. Pese a todo, y contra todxs, el bloque uribista pretende derogar la agenda de paz surgida en los acuerdos de La Habana, para relanzar sus operaciones de guerra, contra su pueblo, contra Venezuela -como ya es costumbre- y contra la dignidad humana.

El año que viene habrá elecciones en Colombia y es urgente que la indignación social también sea política.

Miranda Cerdá Campano
Miranda Cerdá Campano

Nací en Chubut y milito porque no hay mejor manera de transformar el mundo. Soy hincha fanática de San Lorenzo y fundamentalista de la Vuelta a Boedo. Lloro por todo y no sé cómo explicarle a la gente lo mucho que me gusta la palta. 

Tehuel somos todxs

Tehuel somos todxs

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I

Al fin logro tomar el bondi que me lleva a Plaza de Mayo. Me retrasé porque justo antes de salir, cuando le mostré el cartel que había hecho para la manifestación a mi compañera de casa, me hizo ver que había escrito mal el nombre de Tehuel: me faltó la “u”. Así que tuve que improvisar una manera de corregirlo sin arruinar el resto del letrero.

Ocupo el asiento que da a la ventana en la mitad del bondi, abrazo mi cartel con el brazo izquierdo porque temo olvidarlo al bajar. Con la mano derecha veo mi teléfono; son las 4 de la tarde del 12 de abril, ha pasado un mes desde la desaparición de Tehuel. Me quedo viendo fijo por la ventana el paisaje que rodea la autopista Dr. Ricardo Balbín. Pienso en que como yo, cientos de personas se movilizan en al menos otras 15 ciudades para exigir su aparición con vida.

Me bajo en una parada que queda a un par de calles de la plaza. Aunque estoy acostumbrado a salir solo, mis piernas tiemblan al pasar por al lado de Gendarmería. A lo lejos, en frente de la Casa Rosada, veo a un grupo de no más de 10 personas y una bandera de colores. Me dirijo hacia su encuentro con paso seguro y decidido. Casi estoy por ponerme al lado cuando me doy cuenta de que es una bandera whipala y una manifestación en la que no planeaba estar. Freno en seco y doy un giro para registrar el resto de la plaza, veo que al otro extremo hay banderas y un grupo un poco más grande de personas. Tomo un nuevo rumbo, deseando que como los nuestros, los reclamos de esas personas que se toman de la mano en forma de huelga, sean escuchados.

Cuando llego, veo que más de la mitad de personas presentes pertenecen a organizaciones de grandes banderas, el resto son periodistas. No sé de qué lado ponerme porque no soy ninguno de los dos, o bueno, sí, pero hoy no lo soy. Hoy sólo soy un chico muy enojado con un cartel.

Al final encuentro un espacio en el que me paro como una estatua y abro de par en par mi cartulina blanca. Entre el ruido de los tambores, las conversaciones de las personas que llegan al encuentro, los cantos y los disparos de algunas cámaras, me pregunto en dónde están todes. Si somos una comunidad con un nombre que refiere a infinitas siglas. ¿Dónde están todas las organizaciones y personas que dicen luchar por reivindicar nuestros derechos? ¿Sólo en instagram? Veo algunas caras conocidas como las de Lucas Fauno y Quimey Ramos, pero si el resultado de este tipo de reclamos depende de la magnitud de personas que estén detrás de él, ¿no deberían todas esas organizaciones e influencers feministas/transfeministas estar presentes en las calles?

Varias personas me piden sacarme una foto con el cartel, algunas piden permiso y otras aprovechan para tomarlas mientras poso para alguien más. Tengo miedo de que alguna de esas personas sea parte de un medio nefasto; de esos que solo buscan vender una primicia. Medios que no se molestan en buscar cómo cubrir de manera correcta la desaparición de una persona trans y no hacen más que profundizar los discursos y estereotipos que hay hacia nosotres. Nombran a Tehuel en femenino cuando se sabe que es un varón, le hacen preguntas a su familia sobre su vida sexo-afectiva y no paran de hacer suposiciones que lo culpan por su propia desaparición.

Por suerte, una de esas personas se presenta; me dice que representa a Agencias Presentes. Bajo la guardia porque me siento seguro. Me aparto de la multitud para responder las preguntas que quiere hacerme, lo hago de manera torpe y confusa a causa de los nervios. Sé que confío en este medio cuando se va y no tengo miedo de que vaya a utilizar alguna de las estupideces que dije para decorar un titular escandaloso y amarillista.

En medio de los acalorados discursos de quienes participan del micrófono abierto, recito un poema que mi amiga Mai escribió para Tehuel. Cuando termina este espacio se me acerca alguien que pertenece a una de las organizaciones, me pide mi número de teléfono con la excusa de estar en contacto por la causa, pero su mirada y tono me dicen que le interesa algo más que mi participación. Me pregunto a quién le parece que la protesta por un desaparecido es un buen espacio para chamuyar.

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Las personas que quedamos después de este espacio nos movimos unos metros hacia la bifurcación de la Av. Rivadavia y Bolívar; bloqueando primero Bolivar y minutos después las dos calles. En medio de los gritos, las bocinas y las amenazas por detener un gran flujo vehicular, me desconecto de la escena. Pienso en qué estará pasando en la convocatoria en Mar del Plata, en San Vicente, en La Plata, en todas esas ciudades que hoy reclaman por él. Su búsqueda es masiva, su cara y su nombre están inundando las redes. Mientras pienso en todas esas movilizaciones, en todos los titulares, en todas las publicaciones, paradójicamente me llena un vacío cuando pienso en la posibilidad de que él no sepa todo lo que su ausencia está causando.

Empiezo a pensar en él. Me pregunto qué pensaba durante esos 16 km de trayecto entre su casa en San Vicente y la calle Mansilla 1203. Me pregunto si como yo, estaría emocionado por la oportunidad de tener un trabajo un poco menos informal, que podría abrirle puertas a otro parecido. Me pregunto si en algún momento sospechó que Luis Alberto Ramos no era una buena persona, e iba con un dilema sobre si arriesgarse a comprobarlo o perder una posible salida laboral. Me pregunto si le contó a su pareja con quién, por qué y dónde estaría porque era costumbre suya mantenerla al tanto, o porque quería que supiera donde estaba por la desconfianza que le suscitaba ese encuentro, o porque fue una afortunada coincidencia que permitió tener datos concretos sobre dónde ir a buscarlo cuando las autoridades tuvieron que prestar atención a su caso.

Me pregunto muchas cosas sobre quién es Tehuel De La Torre y quiero escuchar las respuestas de su boca.  Quiero levantarme mañana y ver que las redes sociales y los medios de comunicación gritan su aparición, que en todas las pantallas hayan fotos y videos donde se reencuentra con su familia, y no hablo solo de su familia de sangre, hablo de todes nosotres, todes les que sabemos que el motivo de su desaparición tiene todo que ver con su identidad de género. A lo largo de esta semana he leído mucho la frase “busquenlo cómo si fuera cis”, pero si Tehuel fuera un hombre cisgénero, probablemente nunca hubiera desaparecido.

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La policía cierra la calle desde más atrás y dejan de pasar autos, así que nuestro bloqueo pierde el sentido. Algunes proponen seguir manifestándonos en el obelisco, pero veo la hora y decido irme en dirección contraria a la del grupo para tomar el bondi. Envuelvo mi cartel y camino hacia la parada mucho más tenso de lo que llegué. Hay muchas más patrullas y policías. Cuando paso por su lado soy más consciente que nunca de lo oscuro que está, de lo llamativo que es mi saco, de lo solo que estoy y de que no puedo verme más trans.

La desaparición de Tehuel evidencia un fallo en la inserción laboral de las personas trans; evidencia la incompetencia mediática y la falta de capacitación periodística para cubrir su caso. Evidencia que la facilidad para ejercer violencia sobre alguien es directamente proporcional a la cantidad de grupos vulnerados que ese alguien representa: ser de clase baja y ser trans se convierte en algo tan peligroso. Vuelvo a pensar en la masividad de su caso y deja de sorprenderme que haya tanta atención hacia un chico trans, porque entiendo que no es que él importe más que el resto de los chicos que han sido víctimas de esta violencia cisheteropatriarcal. Tehuel es el rostro de la violencia hacia las transmasculinidades que pasa desapercibida por la sociedad; Tehuel es Lucho Avila, Tehuel es Mateo López, Tehuel somos todxs.

Kevin Alejandro Vivas Ayala
Kevin Alejandro Vivas Ayala

Ecléctico. Le causan repulsión las cajas, los límites, lo estático, lo predecible y determinado. Por eso nunca puede describirse, porque le repugnan las palabras que le obligan a cumplir con un papel que aunque hoy le defina, mañana tal vez no quiera interpretar.

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