Más que una familia, los dueños de la tierra

Más que una familia, los dueños de la tierra

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Durante más de dos semanas, las pantallas de todo el país transmitieron el minuto a minuto de lo que parecía ser un escándalo familiar devenido en tomas y usurpaciones con fines políticos, que dejó de lado todo debate profundo. El show era la grieta: el campo de chombas y Toyotas Hilux versus militantes subordinades a las órdenes de Grabois y de la oveja negra de la élite argentina, Dolores.     

El clan Etchevehere dio que hablar. Para bien o para mal, para molestia de muches o para goce de poques. La disputa familiar estalló el 15 de octubre con un video de Dolores Etchevehere denunciando la violencia intrafamiliar y las perversas prácticas de sus hermanos, terratenientes explotadores y (oli)garcas. Acompañada de Juan Grabois y organizaciones sociales y campesinas, se instaló en Casa Nueva, estancia sometida a los conflictos sucesorios de la familia, para comenzar con el Proyecto Artigas: una nueva forma de pensar al campo, el otro campo.

Las discusiones de fondo no fueron levantadas por los grandes medios masivos, pero que las hubo, las hubo. No fue sólo una disputa familiar, sino que salieron a la luz los entramados estructurales de la élite terrateniente argentina, que perpetúan relaciones de poder donde los únicos beneficiados son ellos: pocos, varones, ricos e impunes.

Mucho para poques

Los datos hablan por sí solos. Según el registro de Tierras Rurales de la Nación, aproximadamente 65 millones de hectáreas del país, casi el 40% del territorio nacional, son propiedad de 1200 terratenientes. Mientras que casi un 40% de la población argentina, 18 millones de personas aproximadamente, no tienen acceso a tierras o vivienda propia. La acumulación de tierras en pocas manos es un hecho.

Y es más, es complejo constatar las identidades de les mayores poseedores de tierras del país porque se ocultan detrás de sociedades pantalla, la titulación a nombre de terceros y las barreras burocráticas en las instituciones que administran los catastros y registros públicos de la propiedad.

La adquisición de los territorios del país por parte de extranjeros y/o grandes terratenientes data de los inicios de la Argentina como Estado-nación, cuando a través de campañas de exterminio, secuestro y persecución a comunidades indígenas se delimitaron las fronteras del país. Luego, en momentos de la historia en donde lo legal no existía, como durante la última dictadura cívico-eclesiástico-militar, se dio otra distribución de tierras para las familias que colaboraban al proceso dictatorial. Generación por generación se fueron enriqueciendo y nunca se les puso un parate a la constante acaparación de tierras.

En el caso de los Etchevehere, más recientemente, se apropiaron de 70 hectáreas productivas de la Escuela Agrotécnica “El Quebrachito” que se encuentra frente a Casa Nueva. ¿Cómo las ocuparon? Se pararon en el alambrado del colegio proclamando hasta dónde le correspondía al colegio y cuánto a su familia, cambiaron los candados, rompieron alambrados, destrozaron inmuebles y levantaron toda la tierra, arruinando la siembra. La escuela contaba con 204 hectáreas, pero hoy solo se dispone “para su función” un 10% de las mismas.

La demonización de las tomas de tierras de familias sin hogar son las únicas discriminadas; cuando se trata de apellidos fuertes y difíciles de escribir, nadie dice absolutamente nada.

El despojo de muchas Dolores

El colectivo feminista tiene aún debates sin saldar. Que el patriarcado no deja afuera a ninguna y a ningune fue quedando claro. Que el feminismo debe ser popular e interseccional y que la cadena de opresiones y discriminaciones impacta con mayor voracidad según la clase social, la etnia, la identidad de género, la orientación sexual, las discapacidades y los cuerpos, está en proceso. Que una mujer blanca, cis, heterosexual, flaca y con poder económico tiene ciertos privilegios de clase, es aún tema de disputa. Se debatió, se teorizó y se militó. Pero hay un debate dado, aprendido, marcado a fuego: en este sistema patriarcal y capitalista salen perdiendo todas y todes.

Dolores Etchevehere es una de ellas. Su estatus social y su trayectoria académica no la salvaron de las opresiones ni de una vida atravesada por la violencia de género intrafamiliar. Como Dolores, millones. Como mujer rural desheredada de su tierra, miles. Incontables como víctima de los poderes fácticos machistas que hacen y deshacen, mueven y rompen, atacan y destruyen, y acá no ha pasado nada.

Dolores denuncia a sus hermanos por violencia económica y de género. Dice que la vivió “tal como la describe la ley”. Se refiere a la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, que en su artículo 5 anuncia con precisión las situaciones que comprenden a la violencia económica y patrimonial. Si la escuchamos a Dolores, las atravesó todas.

Igual las estructuras no cambian y en los medios aparecen una y otra vez funcionarios y periodistas que ponen en duda su palabra y reviven el estigma de la “joven bolichera” que no puede, bajo ningún punto de vista, ser víctima de violencia de género. “¡Pero si es de Aries!”, escribió el periodista Mariano Obarrio en un intento de deslegitimación vomitivo.

Pero Dolores no arrugó. No lo hizo con los estancieros y ruralistas, que con sus aires de impunidad absoluta y control territorial le ofrecieron un salvoconducto para huir de su propia tierra. Menos iba a retroceder frente a un par de operadores políticos y judiciales que se arrodillan -para sorpresa de nadie- frente los poderes fácticos profundamente patriarcales.

El 26 de octubre Dolores ratificó la denuncia contra sus hermanos frente al fiscal Federico Delgado, en el juzgado federal a cargo de Daniel Rafecas. Durante más de dos horas y media cumplió con su declaración testimonial en el expediente que investiga violencia económica y de género; años de aprietes de su hermano, Luis Miguel. Ese que seguro viste en cadena nacional durante días y que intentó con todo su empeño fijar la imagen de “hombre bien”. Ese que fue Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación en el gobierno de Macri y presidente de la Sociedad Rural Argentina. Sí, ese. Aprietes, extorsión, amenazas y más violencia.

Con esto, el 5 de noviembre el fiscal Delgado consideró que la violencia de género es un factor clave en el caso y decidió dar intervención a la Unidad Fiscal Especializada de Violencia Contra las Mujeres (UFEM) para que colabore en la investigación.

“Una mujer para ellos es alguien inferior. Eso es lo que viví siempre en las mesas familiares. Catalogan a la mujer como algo que no sirve, que no tiene capacidad, que no puede tener ideas propias, ni un proyecto, ni llevarlo a cabo”, expresó la Etchevehere disidente en una entrevista a Página/12.

La disputa de Dolores contra el clan familiar no es un caso aislado. La violencia hereditaria por razones de género, con particular incidencia en sucesiones que implican mujeres rurales, campos y agro, recorre una larga trayectoria en nuestro país. El 80% de la propiedad de la tierra en Argentina está en manos de varones. Sólo aparecen entre un 15 y un 20% de mujeres registradas como propietarias. Lo rural no es para mujeres, dicen. Las sucesiones tampoco. Por eso, ellas deben sentarse a escuchar y ser testigos silenciosas de los despojos y reparticiones injustas que, sin consideración ni mayores obstáculos, ejecutan entre hermanos, primos e hijos. 

Como escribió la periodista feminista Luciana Peker, la decisión de desalojo de la estancia “Casa Nueva” el pasado jueves 29 de octubre no fue la victoria judicial de la propiedad privada, “sino de quienes defienden la propiedad privada en manos masculinas”.

“La Justicia de Entre Ríos falló a favor de los poderosos, a favor de los corruptos. Esto es un ejemplo de lo que yo viví estos 11 años de calvario”, dijo la impulsora del Proyecto Artigas en un audio que difundió Juan Grabois, uno de sus abogados, tras conocerse el fallo. Lo repitió cada vez que pudo hacerse oír. 11 años de denuncias, de dolor y de resistencia.

El caso de Dolores se convirtió en emblema de las mujeres que han reivindicado históricamente su derecho sobre la tierra, sobre sus vidas y sobre sus decisiones. Es una lucha colectiva. Dolores es muchas a la vez. Dolores es el respaldo del Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha. Es el apoyo de la Asociación de Mujeres Rurales Argentinas (AMRAF), que se pronunció sin dudarlo: “Lo que le sucede a Dolores, le sucede a muchas mujeres. Tiene que ver con la batalla cultural que estamos dando en todos los ámbitos. Dicen que es mucho más difícil romper con una estructura cultural, que darle vida a una ley”. También es la sororidad feminista de la organización Mujeres en Red que definió a Dolores como “una portadora del emblema emancipatorio de los feminismos que aran en tierra fértil”.

En Argentina, las leyes de sucesión son igualitarias tanto para las hijas mujeres como para las esposas. Entonces, ¿cómo llegamos a la concentración en manos masculinas? ¿Quién decide quién puede acceder a la tierra, trabajarla, habitarla, heredarla? Así como lo personal es político, lo familiar también lo es. Y la violencia económica y patrimonial no puede escaparse del eje de la cuestión, porque es, en esencia, violencia de género.

¿En qué momento el conflicto se transformó en un Grabois versus los Etchevehere corruptos? Casi sin darnos cuenta, con la naturalidad destacada de los sesgos patriarcales, las cámaras dejaron de ver a Dolores. Ahora en el ring sólo había varones. Porque así debe ser. Porque sólo ellos pueden hablar de campo, de modelos productivos, de transformación agroecológica. Las mujeres no. Dolores no. Para ella, para ellas, el silencio, la violencia, la cabeza gacha y el despojo.

El campo que alimenta, el campo que envenena

El 0,94% de los terratenientes manejan el 36% de las extensiones productivas del país bajo un modelo de producción que prioriza la ganancia económica sobre todo el resto. Las tierras son afectadas constantemente por incendios para “limpiar” suelos y expandir la frontera agropecuaria; y por la utilización de agrotóxicos, que contaminan al ambiente en su conjunto (incluyendo al ser humano), como única opción.

Ante esta situación, resulta esencial plantear otro modelo de producción, otro campo, para que nos alimente sin explotación laboral, sin contaminación a nuestros cuerpos, sin discriminación y perseguimiento a campesines. Y por sobre todo, sin terratenientes que se enriquecen a costa del pueblo, profundizando las desigualdades socioeconómicas.

El Proyecto Artigas presenta una alternativa. Piensa y practica la agroecología como modelo de producción a consolidarse sobre las tierras entrerrianas. El objetivo es claro: “construir un modelo agrario sostenible, libre de agrotóxicos y explotación”.

Volviendo a los números, el 55% de las internaciones por cáncer en el Hospital Garrahan provienen de Entre Ríos. Les que sufren las consecuencias directas de productos como el glifosato no son les terratenientes impecables que manejan los campos desde sus cómodas casas, sino les trabajadores del campo, les que ponen el cuerpo en los campos infinitos de soja transgénica y sus familias, las niñeces que son rociadas con avionetas mientras están en el colegio. Las normativas existentes para que el envenenamiento no sea un hecho son ignoradas y ocultadas. Se ve reflejado en el aumento de un 850% del uso de agrotóxicos vinculados a la actividad agropecuaria en los últimos años. En 1996 -cuando el glifosato entra a nuestro país- se recomendaba usar 3 litros por hectárea por año, hoy se usan aproximadamente 12 litros.

Otra discusión dentro del modelo de producción tradicional es cómo afecta a la economía de les pequeñes productores por un lado y a les consumidores por el otro. “Pagamos insumos caros, se nos paga monedas por la producción y los alimentos llegan caros a las góndolas”, relatan desde la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT).

El Proyecto Artigas está conformado por varias organizaciones sociales y campesinas que comenzaron a trabajar la tierra en Casa Nueva. La discusión está planteada: hay que cambiar la matriz productiva de todo el país. Si bien fueron desalojades, el proyecto se va a extender a 20 provincias más. Eve Kloster, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), aseguró que “el Proyecto Artigas viene a demostrar también que son necesarias e imprescindibles políticas serias de los Gobiernos que profundicen y transformen muchísimas de las hectáreas de tierras fiscales en desuso en tierras productivas y en miles de Proyectos Artigas. Y que aquellas tierras que no estén aptas para producir nos sirvan para crear loteos con servicios para la construcción de viviendas”.

Familias como la de los Etchevehere no sólo adquieren y acumulan tierras evitando toda barrera legal mientras hay 18 millones de personas sin vivienda, sino que también perpetúan una forma de producir que atenta contra la naturaleza y contra les humanes. Solo los mismos terratenientes obtienen beneficios de esto, a costa del pueblo.

Proyectos como el Artigas tienen que ser celebrado: cada parcela que sea producida bajo las lógicas de la agroecología con perspectiva de género hace política y hace catarsis, y por sobre todo, pone la comida y las discusiones en la mesa de la Argentina.


Delfina Venece
Delfina Venece

Nací en el interior de Buenos Aires: los porteños nos confunden con Parque Chacabuco. De crianza gorila, devenida en pseudo-troska por contraste, hoy peronista por convicción. Mi canción favorita a los 10 años era Los Salieris de Charly, de León Gieco.

Agustina Flores
Agustina Flores

Soy hija de los vientos patagónicos. Compañera (in)esperada de la militancia para la liberación. Entusiasta del puño y la letra. Lo personal es político, el periodismo también.

Usurpaciones de las que nadie habla

Usurpaciones de las que nadie habla

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La situación sobre la propiedad de la tierra es un tema que viene desde hace mucho tiempo y el deporte no está ajeno de ella. Alguno de los clubes que hoy se denominan “grandes” y muchos de los los barriales, han crecido gracias a que en su momento se les dio acceso distintos espacios que fueron utilizados para bien del pueblo y la comunidad. Un ejemplo de ello es el caso La Nuestra Fútbol Feminista, que se encuentra en la Villa 31, que no persigue fines meramente económicos y ha día de hoy ayuda a muchas familias afectadas por la pandemia.

Como es por demás conocido, el deporte es una herramienta que puede ser utilizada de manera positiva. También puede ocurrir lo contrario, aunque los medios hegemónicos no hablen de ello. En muchas oportunidades sectores empresariales usurpan terrenos (sean estatales o de pueblos originarios) y los explotan para llenarse los bolsillos.

Arelauquen Golf & Country Club 

Este primer ejemplo, pese a ser de renombre en la ciudad de Bariloche, es producto de la usurpación, de amenazas y de la continua violación de nuestra Constitución Nacional y de leyes vigentes en las que protegen los territorios de pueblos originarios y su integridad. Este emprendimiento de alcurnia avanzó sobre las tierras de la comunidad Mapuche Quijada que desde hace generaciones trabaja y vive ahí.

Su eslogan es “Un lugar para vivirlo todo”. El selecto club Arelauquen Golf, usurpó 780 hectáreas a la comunidad mapuche, que abarca parte del Lago Gutiérrez. En dicho lugar construyeron un hotel cinco estrellas, mansiones, un helipuerto, un campo de golf de categoría internacional, canchas de polo, de tenis e incluso de squash. 

La ocupación comenzó 2007 pese a que hace más de un siglo que la comunidad Mapuche Lof Quijada se encuentra allí. Al momento de la llegada del pomposo emprendimiento ocupa ya estaba vigente el artículo 75 de la Constitución Nacional, la Ley Nacional 26.160 y el Convenio internacional 169 de la OIT, normativas que protegen los derechos de los pueblos originarios y de sus territorios.

Esto poco importó a la empresa de capitales belgas “Belgian Urban Renovation Company y Grupo Burco” que se apropió de cientos de hectáreas, incluido el cementerio de la comunidad, prohibiendo la visita a sus ancestros. Desde su llegada, el Country cuenta con seguridad las 24 horas del día con doble y triple alambrado perimetral.

A su vez, la estrategia común de los empresarios es encerrar a las comunidades. En este caso, se cortó el camino “Los Álamos”, única vía que comunica las rukas -casas- con la ruta y la ciudad. Así, se entorpece el acceso a insumos básicos como agua, alimentos, salud y educación; y, a corto o mediano plazo, las comunidades se ven obligadas a abandonar su territorio.

Lof Quijada exige hace 13 años que se respeten sus derechos: presentaron decenas de pedidos a la Municipalidad de Bariloche, al gobierno de Río Negro e hicieron diferentes gestiones en el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y nadie les dio respuestas, lo que muestra cómo es beneficiado el Club Arelauquen.

Cabe destacar que el directorio de Arelauquen está compuesto por propietarios rurales, empresarios, jueces, abogados, e inversores, por lo que la empresa también tiene una fuerte injerencia en en el ámbito judicial. En ese sentido, la Policía solo se dedica a reprimir a las comunidades.

Aunque estas también son usurpaciones, pero de carácter totalmente mezquino y ambicioso, no se ve la voracidad de la Policía para sacarlos del lugar como si se vio en Guernica, donde quedaron evidenciadas las necesidades de miles de familias y lo injusto del sistema.

No es casualidad que los deportes practicados en este predio sean el polo y el golf: ambos están ligados históricamente a las élites y clases dominantes y este club, como lo dejan ver sus intenciones, está lejos de ser inclusivo o de pensar en un enriquecimiento cultural para la población general. 

Por otra parte, el acceso no es para cualquiera. Para ser socie del club tenés que ser invitado por alguien del entorno, tener un gran reconocimiento dentro del mismo o poseer un estatus socioeconómico que te permita pagar por los servicios que ofrece.

Los clubes náuticos deben abandonar terrenos de la UBA en Núñez

El Club Universitario de Buenos Aires (CUBA), el Centro Naval y el Centro de Graduados del Liceo Naval ocupan amarres y terrenos que eran de la Universidad de Buenos Aires y fueron cedidos por Frondizi en 1958 dando permisos precarios. Desde entonces no pagan canon. La Universidad ya acordó con la Armada y ahora por vía judicial intimó al abandono de los tres espacios deportivos.

Dicha intimación finalizó a inicios de la tercera semana de octubre. En su relato, Mariano Genovesi -secretario General de la UBA-  explicó que la universidad hizo tasar los predios en el Banco Ciudad y que, por su valor locativo, CUBA debería pagar 6 millones y medio de pesos por mes, El Liceo Naval, 4 millones y, el Centro Naval 2 millones.

En el caso de CUBA, la Armada fue quien le otorgó en 1958 un permiso de uso precario a cambio de que mantuviera el calado del canal de acceso a la bahía para el ingreso de las embarcaciones.

El 20 de diciembre de 2018 la UBA firmó un acuerdo con la Armada a través del cual se le restituyó de forma definitiva esa franja de tierra de 20 hectáreas. Al mismo tiempo, dicha institución asumió la obligación de construir la nueva dársena en la localización que la fuerza militar disponga.

El club CUBA planteó que prefería hallar una solución consensuada pero ante la brevedad de los plazos ejercieron de forma inmediata los recursos judiciales disponibles con el objetivo de impedir “la irrazonable e injustificada medida dispuesta”. Voceros de la UBA dijeron que la resolución la tomó el Consejo Superior luego de “casi diecisiete meses de negociaciones” ante la “falta de voluntad de los ocupantes por regularizar su situación”.

Según Genovesi las cosas estaban claras: “Durante la última reunión que mantuvimos, en diciembre de 2019, les dijimos que no podían seguir estando ahí gratuitamente porque es un espacio público; para nosotros, hoy son unos ocupas. No tienen derecho a estar ahí porque es propiedad de la Universidad”.

Si bien la universidad no hará un uso completo del terreno, sí necesita percibir ingresos por los mismos; la suma que deberían pagar las instituciones que hacen uso del predio por mes podría ser utilizada para pagar becas de investigación, obras e incluso desplegar varios complejos deportivos.

Es importante recordar que el Club Universitario de Buenos Aires es el club más conservador de la capital. En 2018, cien años después de su creación, los socios varones decidieron si reformaba el estatuto del Club para que las mujeres puedan ser socias plenas. Sí, en 2018. Hasta ese entonces, las mujeres solo podían ser socias si eran parientes de algún socio varón, no podían hacer uso del edificio principal porque “no había plata para construir un vestuario para ellas”, y sus beneficios eran mínimos.

Estos son ejemplos claros y actuales del avance sobre la propiedad estatal y los territorios de pueblos originarios por parte del sector empresarial. Para aquellas personas que solo quieren lucrar, la utilización del deporte para favorecerse económicamente y beneficiar a un sector reducido de la población. Es necesario disponer de políticas públicas avocadas al apoyo de los clubes sociales, de los clubes de barrio y de los entes deportivos, que realmente aportan al crecimiento de la patria.


Eduard Paz
Eduard Paz

Proveniente del sur, me instalé en
 la ciudad de las diagonales. 
Fiel pensante que la política y 
el deporte van de la mano. 
Siempre me vas a tener al 
servicio de la comunicación
del pueblo y su deporte.


¿Que me opere qué? ¡A mí déjenme jugar!

¿Que me opere qué? ¡A mí déjenme jugar!

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Las competencias deportivas son terrenos que pocas personas trans se atreven a pisar. Entrar a estos espacios es sumamente intimidante para quien no puede desenvolverse de manera natural dentro de ellos, debido a los discursos heterocisnormativos que se reproducen a todo lo largo y ancho de las competencias internacionales y las ligas deportivas.

El Comité Olímpico Internacional (COI) es el encargado de administrar y supervisar todo lo que concierne a los Juegos Olímpicos. En 2003 se empezó a hablar de las personas trans en el deporte cuando un comité convocado por la Comisión Médica del COI se reunió para crear el llamado “Consenso de Estocolmo sobre Reasignación de Sexo en los Deportes”, en el que se permitía la inclusión de las personas trans (binarias) dentro de los juegos olímpicos, con la condición de haber pasado por el tratamiento de hormonización, las intervenciones quirúrgicas (tanto en sus órganos sexuales internos como externos), y tener un documento que avale su género. Debían haber vivido mínimo dos años con estos cambios realizados para poder participar.

Fue un avance. En épocas pasadas se hacían pruebas de sexo donde se expulsaban incluso a quienes tenían cromosomas sexuales distintos a los que se esperaban por la forma de su cuerpo. Entendiendo que estos no proporcionaban ninguna virtud deportiva, decidieron hacer de árbitros oficiales del género; agrupando cuerpos bajo los supuestos estándares que se deben cumplir para ser un “hombre” o una “mujer” que se encuentre al mismo “nivel” de sus compañeres y contrincantes.

Las decisiones del COI representan un modelo a seguir para diferentes asociaciones deportivas, como la Federación Internacional de Fútbol Asociación(FIFA), que en su reglamento para la Verificación de la Identidad Sexual (2011), solicita la correcta identificación sexual de todes les jugadores antes de su nombramiento como selección nacional. Pide investigar activamente por parte del equipo técnico cualquier desviación perceptible en las características sexuales de les deportistas; cómo los pechos, el tamaño de las caderas, el vello corporal, la musculatura, etcétera.

Mujerómetro

Es imposible desarrollar mecanismos adecuados para medir una categorización binaria del sexo, no existe tecnología científica que clarifique los límites entre los cuerpos femeninos y masculinos. Básicamente porque estas pruebas y examenes creadas por el COI, clasifican bajo un conjunto de caracteristicas que se han atribuido de forma artificial al concepto de hombres y mujeres.

Los cuerpos masculinos y femeninos no son naturales, son sociales, culturales y por todo esto, mutables. Estos exámenes se basan en resultados que pueden variar drásticamente, incluso en un grupo de personas que se consideran dentro de un mismo género. Lo que si demostraron los resultados de estas pruebas fue las diferencias tan sútiles que había entre los generos masculino y femenino.

“Ventaja”

El rechazo a la participación de las personas trans dentro del deporte se excusa en el miedo a una supuesta superioridad deportiva. Este argumento apunta directamente a las transfeminidades; se cree que la inclusión de atletas que tienen niveles inusualmente altos de andrógenos o de testosterona en competencias femeninas representa una ventaja competitiva injusta.

El COI declaraba que su objetivo no era “diferenciar entre los sexos sino de prevenir que impostores masculinos participaran en las competencias femeninas”(1). Sin embargo, es más bien poco lo que se hablaba acerca de las desventajas a las que una transición hormonal puede conllevar. Como si el proceso de ajustarse a una nueva forma anatómica fuera un paseo en el parque, que no implicara complicaciones médicas derivadas de las cirugías o el proceso de hormonización.

Michelle Dumaresq, competidora profesional canadiense de ciclismo de montaña y mujer trans, eexplicaba que sus piernas largas (que fueron tomadas como ventaja) le dificultaron las cosas: “ después del tratamiento hormonal y la operación, ya no tenía la masa muscular suficiente para sostener a mis huesos” . Esto sumado al desgaste de tratar con la transfobia y la discriminación constante de estos espacios es una clara desventaja en la competencia deportiva para la comunidad trans.

Tampoco se tiene en cuenta la gran variedad de condiciones que se presentan dentro de personas del mismo género. Hay hombres cisgénero que no producen testosterona, o que producen menos o igual cantidad que una mujer cis. ¿Son menos hombres por ello? ¿Deberían competir en la categoría femenina?¿ Las mujeres que produzcan un porcentaje de testosterona mayor a la del promedio de sus pares serían hombres para el COI?

La ventaja deportiva se ve reflejada en la genética de los cuerpos, así como para cualquier actividad en la que el talento tenga relevancia, hay quienes nacen con una predisposición positiva para el desarrollo de ciertas actividades y eso no lo deciden las hormonas, ni los órganos sexuales, ni un DNI. Lo decide el azar biológico, la preparación y la vocación por ese lugar a ocupar.

Entendiendo que tener genitales diferentes a los que las personas con quien se compite no proporcionaba ninguna virtud deportiva, en el 2016 el COI cambió sus directrices; los requisitos para poder hacer parte de las competencias son ahora más flexibles.

Ya no se requieren cirugías, pero se exige que quienes quieran competir con mujeres cis tengan un nivel de testosterona inferior a 10 nanogramos por mililitro de sangre en los 12 meses previos a la competencia, y que le deportista que declare que su identidad de género es mujer, no podrá cambiar de género a lo que concierne al deporte, durante al menos, cuatro años. Esta decisión marcó historia en el mundo de los deportes, dándole la bienvenida a una nueva generación de atletas.

¿Y qué pasa en casa?

En Argentina, la Ley Nacional de Identidad de Género, sancionada en 2012, establece que toda acción u omisión que impida que una persona pueda inscribirse, registrarse, participar o competir en una actividad deportiva de una liga, federación o confederación, de carácter amateur o profesional, por su género autopercibido, será considerada una acción discriminatoria.

Sin embargo esto parece quedarse en el papel, son tantos los obstaculos que se le presentan a las personas trans a la hora de competir en un espacio más oficial, que se han conformado nuevos espacios que tengan una perpesctiva de género que les permita disfrutar de esta experiencia de manera libre.

Dos ejemplos de ello son Fútbol Militante (Argentina) y Disforia FC (Chile); equipos conformados por lesbianas, travestis, trans y no binaries que buscan romper con las reglas del deporte pensadas solo para algunos tipos de cuerpo, de rodearse de personas que comprendan y respeten su identidad y expresión de género, y sobre todo, crear redes para militar este amor por la redonda y porque todes puedan patearla sin sentir miedo.

“A mí siempre me gustó jugar al fútbol, pero al momento de transicionar dejé de hacerlo porque no me sentía cómodo. Si iba con los de varones debía lidiar con un ambiente machista y muchas veces violento. Si iba con las mujeres no podía jugar en los campeonatos porque los otros equipos no avalaban la situación. Tenía que exponerme a contar mi historia o irme”

-Christopher, uno de los fundadores de Disforia FC.

Otras figuras

Aunque hasta el momento no ha habido ningune atleta trans en los Juegos Olímpicos, existen deportistas de alto rendimiento que compiten en las categorías donde les dicen que sus cuerpos deben ir, que se consideran abiertamente trans. Une de elles es Quinn, une futbolista profesional que juega en el equipo femenino de la selección nacional canadiense, siendo una persona no binaria.

La representación de estas identidades dentro del deporte es una herramienta para que les atletas que se salen de la norma puedan ver que hay personas luchando por su reconocimiento, o para entender que esta lógica deviene de nuestra cultura occidental y no de una verdad universal.

Este año, Taika Waitit estrenó “Next Goal Wins”, una película que se basa en un documental del mismo nombre que cuenta la historia de cómo el equipo de Samoa Americana (un territorio no incorporado de los Estados Unidos), se recupera tras la derrota más grande en el fútbol internacional, en un partido del 2001 donde fue derrotado 31-0. En su reparto hay una persona no binaria (Kaimana) que interpreta el papel de Jaiyah Saelua, la primera persona fa’fafafine (tercer genero en la cultura Samoa) o no binaria en competir en la FIFA World Cup.

No hay tal brecha

La política del COI es una forma de disciplinamiento diseñada para manejar las designaciones binarias de sexo; forja un molde definitivo en el sexo de los cuerpos examinados rechazando la maleabilidad de estos. Les atletas trans e intersex son el grupo más discriminado y descalificado dentro del deporte por no seguir estos modelos estáticos que no admiten variaciones.

Estas políticas “incluyentes” (que buscan neutralizar la supuesta ventaja masculina dentro de las competencias femeninas) sirven para reproducir la vieja y occidental categorización binaria del sexo. Sólo queda preguntarse por qué se buscan perpetuar las creencias dominantes sobre las capacidades atléticas dentro de competencias femeninas. ¿Podría ser para justificar que las diferencias salariales dependen de los logros alcanzados? Quién sabe.

Así como en algún momento se subestimaba la capacidad intelectual de las mujeres y no se les permitía compartir espacios académicos con varones bajo el argumento de que su cerebro era diferente. Así cómo el color de piel y el cuerpo de las personas afro era un motivo para decir que debían ser esclavizadas; implementar estos mandatos como “verdaderos” repercute en estas identidades también por fuera de la cancha, donde la feminidad es equivalente a debilidad, a sumisión y a pasividad. Es hora de una revolución corporal que demuestre que esta brecha tampoco existe.


Bibliografía:

  • Cuerpos transexuales en las Olimpiadas: las políticas del Comité Internacional Olímpico en relación con l@s atletas transexuales en los Juegos de Verano, Atenas 2004 – Sheila L. Cavanagh y Heather Sykes
Kevin Alejandro Vivas Ayala
Kevin Alejandro Vivas Ayala

Ecléctico. Le causan repulsión las cajas, los límites, lo estático, lo predecible y determinado. Por eso nunca puede describirse, porque le repugnan las palabras que le obligan a cumplir con un papel que aunque hoy le defina, mañana tal vez no quiera interpretar.

Irrenunciablemente optimistas

Irrenunciablemente optimistas

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En la Asamblea General de Naciones Unidas realizada allá por 2006, el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías decía “creo que hay razones para que seamos optimistas, irrenunciablemente optimistas… Porque más allá de las amenazas, de las bombas, de las guerras, de las agresiones, de la guerra preventiva, de la destrucción de pueblos enteros, uno puede apreciar que se está levantando una nueva era[1]”.

También en ese momento, el Comandante Eterno, señalaba que los imperialistas iban a vivir como una pesadilla las décadas que vendrían. Y no se equivocaba.

Nuestra América

Las recientes victorias populares en Bolivia y Chile, no sólo dan aires frescos a las siempre hostigadas Venezuela, Cuba y Nicaragua; también comienzan a esbozar las posibilidades concretas para de una rearticulación de los países progresistas en la región.

A estas victorias habrá que añadirle los procesos en disputa con final incierto que aparecen en el horizonte: las elecciones en Ecuador a principios del 2021, las elecciones en Perú pocos meses después, y las previstas en 2022 en Brasil, Colombia y Paraguay. El mapa que estuvo inclinado a la derecha en el último lustro, puede virar y retomar nuevamente lo que se conoció como Diplomacia de los Pueblos.

Lo decíamos en oportunidades anteriores, la derecha pro imperio, pro neoliberalismo, no tiene un proyecto alternativo. Lo que proponen es viejo, caduco, senil. El hartazgo de los pueblos se vio reflejado a finales del año pasado, no sólo con las elecciones en Argentina, fundamentalmente en los procesos de luchas populares en Chile, Colombia, Brasil, Perú y varios países de Centro América.

Lo que suceda en las elecciones de este 3 de noviembre en los EEUU, significará que ese reacomodo progresista sea más o menos complejo, pero en ninguno de ambos casos el ocupante del Despacho Oval de la Casa Blanca dormirá tranquilo. Por más dinero que inyecten en ONG’s, por más que intenten comprar voluntades de jueces, fiscales, periodistas, funcionarios o incluso presidentes, la voluntad de los pueblos se impondrá.

Al imperio norteamericano se le descalabraron las estructuras y por más que aún conserve muchas de las herramientas de presión sobre nuestros gobiernos, eso no modifica la conciencia histórica y los procesos de lucha que han venido madurando lentamente pero a paso firme.

Eurasia en el ojo de la tormenta

A esa voluntad irreverente, rebelde y osada de los pueblos de Nuestra América; a la debilidad global -cada vez más acentuada- del imperio del norte, se suman las frustradas estrategias para descarrilas a sus rivales y al gran bloque euroasiático que representan Rusia y China.

La gira de Mike Pompeo por Asia tuvo como protagonistas a Indonesia, Sri Lanka y Maldivia, pero en ninguno de los casos parece haber una respuesta favorable a EEUU. Retno Marsudi, ministra de Relaciones Exteriores de Indonesia, aseguró que su país quiere “un mar de China Meridional estable y pacífico en el que se respete el derecho internacional“, en tanto que el presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, afirmó a Pompeo que no estaba dispuesto a poner en peligro la independencia su país, al tiempo que negó que éste pudiera caer en la trampa de la deuda china.

Según el experto en Asia y Oceanía, Dmitri Mosiakov, EEUU pretende forjar una alianza indopacífica para acorralar a China. Según afirma el analista la intención de Pompeo es construir un bloque antichino con eje en Japón, Australia, India y EEUU. Estrategia donde Singapur, Vietnam, Indonesia y Tailandia son piezas claves para construir esta imagen negativa alrededor del gigante asiático.

Producto de las constantes agresiones de EEUU a su país y pese a todos los esfuerzos por bajar las tensiones, el mandarín Xi parece haberse cansado. Hace algunas semanas, en una visita al cuerpo de marines en Chaozhou (Guangdong), el mandatario conminó a “mantener un estado de alta alerta y de colocar sus mentes y energía a prepararse para la guerra“.

Lo decíamos en anteriores oportunidades, EEUU está jugando con fuego -¡Literalmente!- al pretender arrinconar en simultáneo a Rusia y a China. Flor de susto se llevaron los piratas británicos ante la avanzada de submarinos rusos en el atlántico. Las presiones desde la OTAN a Rusia parecen haberse convertido en un revés y el voluptuoso poderío militar ruso hará pensar dos veces a los países europeos antes de embarcarse en una conflagración contra el oso euroasiático.

Según el analista mexicano Alfredo Jalife Rhame, mientras en EEUU, Demócratas y Republicanos se pelean por llegar al Despacho Oval, Putin aplica la Doctrina Estrada, sin mencionarla, debido a la participación de Rusia en el equilibrio estratégico global, intentando relacionarse civilizada y diplomáticamente con los norteamericanos.

Jalife sostiene que en declaraciones a Rossiya TV, el presidente ruso sostuvo que “Trabajaremos con cualquier futuro presidente de EU, a quien el pueblo estadunidense otorgue su voto de confianza”. Al mismo tiempo agregó que “Lo que sucede en EU es el resultado de sus procesos políticos internos y sus problemas”.

Medio Oriente también mira con expectativas

Las monarquías del Golfo, sobre todo Arabia Saudí, saben que gane quien gane, seguirán siendo compradores de su petróleo y un mercado para seguir comprando armamento para la guerra contra los Huties yemeníes.

El ente sionista seguirá apostando por un triunfo del magnate de peluquín, dado el apoyo que Trump ha hecho hacia el régimen de Tel Aviv y sus incansables intervenciones no sólo contra los palestinos, sino contra sirios y otros vecinos.

Por su parte Irán apuesta a una victoria Demócrata, aspirando a que el ganador que llegue a la  Casa Blanca, retome la política de diálogo y negociación que había encaminado el ex presidente Barack Obama.

De todas maneras, este escenario se da en un contexto de derrota militar y simbólica en muchos de los países donde intervino. El especialista militar The Saker analiza las derrotas en Afganistán, Irak, Siria y Yemen, al tiempo que señala que Irán lentamente está expulsando de esos territorios al imperio norteamericano.

La decadencia militar es un fiel reflejo de que ese imperio que durante los 90 parecía indestructible, ya no es tal. No sólo Rusia y China se le plantaron, países de menor envergadura han demostrado que se podía derrotar en ese campo a los norteamericanos.

La manzana podrida son ellos

La descomposición del sistema norteamericano llega a grados inesperados hace menos de una década atrás. La posibilidad de escenarios violentos hacia lo interno de EEUU estaban ocultos por la corporación mediática (naturalizados), pero ese pueblo también comienza a decir basta.

Todo lo anterior reafirma el debilitamiento de la potencia del norte. Esto no es ni más ni menos que eso, un debilitamiento. Algo que vuelve aún más peligroso tanto a un Trump como a un Biden, por más que el segundo pueda intentar retomar la tradicional diplomacia demócrata.

El escenario es una buena posibilidad para que nuestro continente vuelva a tomar las riendas de su destino y que avance una segunda oleada progresista que fortalezca la construcción materializada inicialmente por Chávez, Fidel, Kirchner, Correa, Lula, Evo y tantes otres.

Las palabras del Comandante Chávez en la ONU allá por 2006 vuelven a tomar relevancia sustancial si se mira el mapa, los acontecimientos políticos y las dificultades que enfrentan los gobiernos cipayos del continente para hacer frente a las luchas populares. Podrá ser tortuoso, complejo o doloroso, pero todo indica que -como Chávez- debemos ser irrenunciablemente optimistas.


[1] https://www.youtube.com/watch?v=OuYG4xiiKE0&ab_channel=Sucreranda-LaguerraporVenezuela

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Inseguridad(es) y el miedo como ingrediente del fascismo

Inseguridad(es) y el miedo como ingrediente del fascismo

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

En campaña electoral y prácticamente durante los gobiernos frenteamplistas, la seguridad fue el caballo de batalla de la derecha que en este tema encontró una grieta para minar la imagen del centroizquierdista Frente Amplio. 

¿De qué hablamos cuando hablamos de inseguridad(es)? 

Cuando hablamos de inseguridad generalmente se hace en singular como si existiera un solo tipo. Por eso, una de las primeras barreras a saltar es la del lenguaje y su representación. Ya que opera y construye realidad, si entendemos que el lenguaje es la forma por la que  conocemos o por lo menos que codificamos. Ante esto tenemos que hablar entonces de inseguridades en plural. 

Existe una matriz que nos condiciona, dispositivos que producen sentido donde se visibilizan, se les da más foco, se hace hincapié y otras prácticas, que ponen en el centro de atención a algunos delitos y a otros no. Una maquinaria comunicacional que opera a gran escala, reforzando distintos valores y preconceptos sobre determinados sectores de la población. Generando procesos de subjetivación que terminan definiendo una perspectiva sobre más seguridad del país.

Se apela a sentimientos primarios: angustia, dolor, rabia. A situaciones donde se hayan tenido experiencias traumáticas. Las soluciones a las que se acude rápidamente son: cárceles, policías, penas más duras. Todo desde una óptica meramente punitiva. Se empieza a desplegar todo un mecanismo jurídico-policial para dar “solución” a un tema policausal y que se debe de intervenir desde distintas perspectivas.

Las soluciones que se plantean ante este fenómeno, son de tipo “mágico”, efectista, instantáneo e inmediato. Se pretende que ante penas más duras los delincuentes desistan de cometer delitos. Ante una policía efectiva en tema de arrestos y una justicia que condene con celeridad, los delincuentes opten por no delinquir más. 

A pesar de los gobiernos de distinto signo, los delitos siguen aumentando considerablemente. En el año 1987 el 80% de los uruguayos se sentían inseguros en su barrio. En la década del 90 se dispararon las cifras de ciertos delitos y además empezó a consolidarse la infantilización de la pobreza producto de las políticas neoliberales de los gobiernos de ese entonces. La década del 90 fue la antecesora a la crisis del 2002, donde se fue gestando un proceso de pauperización de la población y en varios ámbitos de la sociedad. Como ser la educación, la seguridad pública, la salud, etc.

¿Qué hace la crisis del 2002? Reaviva los viejos temores de la desidentificación. El peligro no es necesariamente la gente pobre, los sectores más postergados y vulnerados de este sistema, sino que el peligro sería quedar como ellos. El temor a la pérdida de un cierto status social, de una potencia económica, de un sistema de valores, el temor se vuelve hostilidad. En 2004 el 51% confesó miedo ante personas pobres que habitan ciertos barrios o asentamientos. El 8% ante desocupados o marginales. 

De la hostilidad a los discursos de odio, a los linchamientos, la justicia por mano propia. Se carga las tintas sobre un sector de la población que no es la que genera las desigualdades ni acumula riqueza sobre las espaldas de sectores empobrecidos. De allí el odio a los pobres, a los inmigrantes y a cualquier minoría. Se vuelven amenaza para sectores de la población que se autoidentifican dentro de la ficción de la clase media, pero que hasta hace no mucho engrosaban la lista de los sectores al que le echaban la culpa de todos los males de la nación. 

¿Dónde estamos?

Uruguay posee una de las tasas de encarcelamiento más altas de América Latina. Esto desmiente el imaginario colectivo de que la policía y el sistema judicial dejan libres a los delincuentes o entran por una puerta y salen por otra. De igual manera, no es algo de lo que estar orgullosos, porque las cárceles están atestadas de jóvenes pobres menores de 29 años. En un país donde seguimos siendo los mismos tres millones de siempre, tenemos el futuro obturado.

Varios sectores y votantes del Frente Amplio han caído en la trampa de la derecha casi que sin ayuda. El discurso del progresismo hoy se afilia a las tesis y la retórica de la derecha, con consignas punitivistas y que enrostra en la cara de los votantes de la coalición multicolor de derechas, cada vez que se comete un homicidio. Lo mismo que hacía la derecha y que pedía la renuncia de los ministros del Interior cada vez que se cometía un delito. 

La salida que se propone sigue siendo la misma por la que entramos en este problema. Más cárceles, más dispositivos punitivos, más policías, más militares, más represión, cortando por el lado más fino la cuerda y después nos asustamos cuando la bomba nos explota en la cara.

Por más que la derecha cuando gobernó y gobierna, sigue ensanchando la brecha de desigualdad en la población y alimentando las condiciones en las cuales se reproduce la delincuencia, y el progresismo haya tratado de paliar esa situación; las políticas en seguridad no han diferido mucho. Lo que en los 90 se llamaban razzias, en el período progresista eran “operativos de saturación”. Con la izquierda se construían planes de ayuda social y con la derecha se sostuvo el mismo garrote de los sectores concentrados de poder.

La derecha captó el descontento, se propuso como la salvadora de la República ante el “caos reinante de la delincuencia.” Hoy al ser gobierno, ajustan más la perilla y la represión es algo que les surge de los poros y más con una formación que tiene a la ultraderecha militar en su seno. Pero como decíamos, el progresismo se posicionó del otro lado del mostrador con un discurso “ asusta viejas” y no con una propuesta superadora del palo y la cárcel hacia los pobres. 

Como plantea el psicólogo y jesuita Martín -Baró precisamos “modelos de identificaciòn que, en lugar de encadenar y enajenar a los pueblos, les abra el horizonte hacia su liberación y realizaciòn.”

Artículo publicado originalmente en Periferia

Nicolás Centurión
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio… se convirtió en mi oficio.» La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

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